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—¡Bienvenidos!

La madre y el padre de Jungkook los reciben a los tres con enormes sonrisas en el rostro.

Jimin no podía creer que terminaron llegando a las diez y media de la noche, dos horas y treinta minutos de impuntualidad, realmente no entiende las enormes sonrisas en los labios de sus suegros.

Osea, él esta seguro de que sí llega a invitar a alguíen a cenar a su casa y ese alguíen tiene la audacia de caer dos horas y media tarde...mínimo lo escupe en la cara y lo patea en el centro del culo, mínimo.

—Disculpen la hora, fue culpa de Jungkook.

Esas son las palabras que Jimin dice de forma inmediata causando que el mencionado lo mire completamente ofendido, le sorprendía el hecho de que le echo toda la culpa sin siquiera dudarlo.

Yeji y Yoo ríen ante esas palabras de Jimin, invitándolo a pesar mientras dejan besos en la frente de Sebyeol que se encontraba en sus brazos.

Si todo iba de maravilla, o eso creía Jungkook, quíen justo ahora esta intentando entrar en la casa de sus padres sin éxito alguno, ya que su maldito padre se pone delante suyo impidiéndole el paso.

—Los impuntuales no entran.

Afirma con una sonrisa tenebrosa dibujada en los labios.

—¿Qué?

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—Las personas que le tiran jugo a nuestra nieta tampoco entran.

Esas son las palabras que dice Yeji, apoyando la afirmación de su esposo, para finalmente cerrarle la puerta en la cara a su único hijo.

Ahí esta Jungkook, mirando la puerta que le acaban de cerrar fijamente como sí hablara y le fuese a dar alguna respuesta a todo lo que acaba de pasar.

—Jiminnie, cariño, pasa, sentate, sentite como en casa, todo esto va a ser tuyo y de Byeol algún día porque voy a sacar a Jungkook del testamento y te voy a poner a vos en su lugar.

Jimin ríe a carcajadas ante las palabras de su suegra, mientras coloca a Byeol en la silla para niños y él se sienta a su lado con tránquiladad.

—¿Enserio no lo van a dejar pasar?

Pregunta el niñero con curiosidad mientras le sirve agua a Byeoli.

—Cuando era adolescente y causaba algún problema en la escuela, lo dejabamos afuera y siempre lograba entrar de alguna forma.

Asegura su suegro logrando que una sonrisa se dibuje en su rostro, ayuda a poner la mesa y servir la comida mientras hablan de forma amena, hasta que de pronto escuchan un ruído sordo proveniente del segundo piso.

De forma inmediata Jimin toma a Byeol en sus brazos, preparado para salir corriendo de la casa en el momento en que alguíen desconocido baje las escaleras.

Yeji toma una sartén para defenderse, mientras que Yoo corre y se esconde, de forma muy patetica, detrás de su esposa.

Es entonces que aparece, si, Jeon Jungkook con el pelo lleno de hojas y la camisa blanca toda sucia bajando las escaleras con toda la tránquilidad del mundo, mientras soba su cabeza como sí le doliera.

—Tenes que dejar de entrar de esa forma.

Ordena su madre bajando la sartén que, hasta ese momento, sostenía como si fuese una espada filosa capaz de matar.

—Ustedes tienen que dejar de dejarme afuera.

Contradice Jungkook suspirando con cansancio, tiene treinta y tres años, ya no esta para esas andadas, cuando era un adolescente, trepar el arból del patio y meterse por la ventana de su habitación era un maldito juego de niños. Ahora, parecía una increíble hazaña digna de ser mencionada en la íleada, aterrizo de cabeza en su habitación, le dolío, realmente le dolío.

Pero lo que mas le dolío fue darse cuenta de que ya no podía trepar ese puto arból con tanta facilidad, tenía que volver al gimnasio, sin duda debía volver.

—¡Papi!

Byeol estira sus brazitos en su dirección causando que la tome con delicadeza y la llene de besos, mientras Jimin se acerca a él para empezar a sacarle las hojas del pelo, o esa rama que de alguna forma había quedado enganchada en su pantalón, o sacudir esa tierra que estaba por todo su cuerpo.

—Creí que eras un asesino o algo ya estaba listo para salir corriendo.

Admite Jimin logrando hacer reír al mayor.

—Vengan, a cenar, es tarde.

Pide Yeji causando que de inmediato todos se sienten en la gran mesa para empezar a comer con tránquilidad.

Yeji y Yoo debían admitir que la razón principal de esa cena fue una sola, querían ver como era la dinámica de Jimin con Byeol, no podían ser culpados de nada, su hijo y su nieta son su mundo entero, y el saber que alguíen completamente ajeno y desconocido para ellos estaba empezando a tener influencia en ese pequeño mundo...lograba ponerlos nerviosos.

Ese es el mótivo por el cual, tratando de ser disimulados, miram con atención cada interacción de Byeol con el chico.

Se sorprenden en cuanto Jungkook no hace absolutamente nada, y es el niñero quíen se encarga de preparar la comida para Byeol con tránquilidad, parecía un experto, en menos de dos minutos la hermosa niña ya tenía su comida perfectamente cortada en trozos pequeños.

—¿Hace cuánto están saliendo?

Pregunta Yoo con curiosidad, al notar la naturalidad con la que se desenvuelve la pareja frente a ellos, parecían tener años de casados y haber criado a Byeol juntos, Park Jimin no parece ser una persona que llego a sus vidas hace algunos meses nada más.

—Empezamos a salir el día que Byeol se enfermo.

Responde Jungkook con tránquilidad, conocía a sus padres mejor que a nadie, no tenían ningún problema con la homosexualidad y eso fue algo que le inculcaron desde pequeño, jamás aborrecer a alguíen por su sexualidad, ni siquiera a sí mismo, aún recuerda cuando era un niño, y su madre le preguntaba sí le gustaba alguna compañerita o compañerito, jamás hubo una diferencia.

De hecho el único motivo por el cual él se había considerado heterosexual todos esos años, fue porque todas las personas que le atrayeron fueron mujeres, y su única pareja fue Hyori.

—¿Y cómo surgío todo esto del niñero? Porque yo recuerdo que jamás habían hablado, por eso estaba sorprendida cuando Jungkookie me dijo que el niñero eras vos, Jiminnie.

Esta vez la que hace la pregunta es Yeji, tratando de disimular el hecho de que, junto a su marido, habían escrito una lista de cosas que querían saber.

—Bueno...Jungkook y yo siempre nos saludabamos las pocas veces que nos cruzamos, un día me pidío que cuide de Byeol porque tenía que ir a la empresa con urgencia, y no se, le caí bien a Byeoli, no lloro ni una vez, Jungkook me explico la situación con Hyori y-

—¡Hyori, mi mami!

Exclama Sebyeol al ser capaz de reconocer a la perfección el nombre de su madre, causando que sus abuelos la miren sorprendidos.

—Si, mi amor, es tu mami.

Asegura Jimin con una sonrisa, limpiando con delicadeza el rostro de la niña lleno de comida, los padres de Jungkook observan con atención la escena, también la forma en la que su hijo sonríe al observar al chico.

—Teno la misma sonrisa, mira, papi.

Sebyeol sonríe en dirección a Jimin al decir esas palabras, causando que él sonría aún más ampliamente que ella.

—Y son igual de hermosas.

Apoya el niñero con seguridad, logrando que la niña empiece a aplaudir con emoción.

—Disculpen, bueno, después de eso me quede como niñero de Byeoli, no tenía un mótivo para no hacerlo, y ella la pasa bien conmigo, es preferible eso a que se quede con alguíen desconocido llorando, y de eso ya harán...unos tres meses creo.

Termina de explicar Jimin con tránquilidad, ya se había dado cuenta de que sus suegros habían planeado esas preguntas y los entiende, él es alguíen desconocido que de la nada aparecío en la vida de su único hijo y nieta, obviamente van a querer saber la mayor cantidad de detalles posibles.

Nadie se da cuenta, de que justo ahora Jungkook se encuentra leyendo el chat con sus amigos, que le mandaron el último tweet que subío Jimin, diciendo que se iba a quedar sin novio, siente como su corazón se le sale del pecho y cae a sus pies, pero aún así hace de cuenta que nada esta pasando, porque entiende que no es el momento ni el lugar para pedir una explicación.

—No quiero sonar como una suegra insoportable, me caes re bien, Jiminnie, y se nota que amas a Byeol, pero aún así, la diferencia de edad entre ustedes y el hecho de que haya un niña también ¿No es mucho para tu edad?

Pregunta la mujer con curiosidad, ose si, ella tuvo a su hijo a los diecinueve años, pero la diferencia es que ella estaba casada y es la madre biológica, y su esposo tenía la misma edad.

Jimin asiente ante esa pregunta, mientras Jungkook se dedica a mirar a su madre sin poder creerlo, acaba de darse cuenta, no los invitaronna cenar, eso era un interrogatorio.

—Mamá no-

—Esta bien, Jungkook, es normal que me pregunten eso.

Asegura Jimin interrumpiendo sus palabras, causando que el mencionado se quede en silencío, mientras Byeol, lejos de entender la situación, escucha todo con curiosidad.

—Para ser honesto, no es la situación en la que me veía a esta edad y a ninguna edad, pero la verdad es que mientras cuidaba de Byeol y me encariñaba más y más con ella, también me fuí enamorando de Jungkook, los considero mi familía sin siquiera dudarlo.

Los adultos parecen satisfechos con esa respuesta, observan al niñero con enormes sonrisas en el rostro.

Habían vivído esos tres años con un gran peso en sus espaldas, veían como su hijo y nieta parecían distanciarse de todo el mundo, asustados de todos, encerrándose cada vez más en su pequeño mundo, el saber que alguíen se unío a ellos y esta logrando sacarlos de ese caparazón...solo les provoca alivio.

—No pienses que estamos probando que respondes, Jiminnie, sólo queremos conocerte más, Jungkook y Sebyeol son nuestra única familía, los amamos más que a nada en el mundo...gracias por cuidarlos y siento mucha alegría al poder darte la bienvenida a nuestra pequeña familía.

Jimin sonríe ante esas palabras de su suegro.

El resto de la cena pasa con tránquilidad y sin ningún tipo de preguntas, a pesar de que Yoo y Yeji tenían mil más para hacer, pero se encontraron con que todas y cada una de ella se respondían solas, veíam como su nieta, tan desconfiada y tímida, hasta hacía capricho con Jimin, quíen le sonreía y le hablaba con dulzura.

La forma en la que su hijo parece más saludable que nunca, ya no tiene esas horribles ojeras bajo sus ojos, o esa palidez en su piel, o sus mejillas delgadas de mal comer, estaba radiante, saludable, despúes de muchos años, estaba feliz.

Estaba siendo capaz de amar nuevamente.

—Som bienvenidos cuando quieran.

Asegura Yoo despidiendo a los tres frente a la puerta de su casa, junto a su esposa.

—Muchas gracias por invitarnos, y nuevamente disculpen la impuntualidad, fue culpa de Jungkook.

Repite Jimin causando que todos empiecen a reír a carcajadas.

—Nos vemos, abuelita y abuelito, los quero mucho.

Se despide Sebyeol causando que sus abuelos se derritan en sus lugares.

—Si necesitan algo me llaman.

Pide Jungkook para finalmente saludar con su mano, y empezar a caminar junto a su familia a su auto.

Finalmente Jimin acomoda a Byeol en el asiento para niños, y se sube al lugar del copiloto con tránquilidad y así es como inicia su camino a casa, en un extraño silencío.

—¿Pasa algo?

Pregunta con curiosidad al notar el claro nerviosismo que parece sentir Jungkook.

—Hablemos en casa, cuando ya sabes quíen este durmiendo.

Pide el mayor causando que Jimin asienta extrañado ¿Debían hablar de algo? Según él no había sucedido absolutamente nada.

Luego de un largo camino, que para Jimin fue eterno, finalmente llegan a sus casas, entrando juntos en la de Jungkook.

Jimin no dice ni una palabra, lleva a Byeol que estaba media dormida hacía la habitación de su padre, le coloca el pijama, la ayuda a lavarse los dientes, y finalmente la acuesta a dormir con delicadeza, la niña cae completamente dormida casi al instante, la rodea de almohadas para evitar que caiga de la cama al rodar o moverse, y finalmente sale de la habitación para bajar las escaleras.

Al llegar al primer piso, se encuentra con Jungkook mirando un punto fijo de la sala de estar, mientras uno de sus pies se mueve de arriba abajo con rapidez, causando un pequeño sonido que logra retumbar en todo el lugar.

Se acerca a él en silencío, pasa sus brazos por su cuello, acaricía su pelo largo y castaño con delicadeza y lo mira con una dulce sonrisa en los labios, siente como los brazos del mayor se enrriedan en su cintura sosteniéndolo con fuerza.

Le encanta eso, la forma en la que Jungkook lo abraza, cubriendo su cuerpo casí por completo, le fascina.

—¿De qué tenemos que hablar?

Pregunta con tránquilidad, sabiendo que nada malo paso.

—Tae, Sun y Jin, me mandaron mensajes preocupados, dicen que subiste un tweet diciendo que te ibas a quedar sin novio o algo así.

Jimin ríe a carcajadas ante esas palabras, ahora entiende la expresión de preocupación en el rostro de Jungkook.

—Ah, si, el tema es que Yoongi le conto al abuelo Song que estoy saliendo con un hombre mayor...y bueno, el señor viene el domingo a conocerte, a vos y a Byeol, si te mata me quedo sin novio.

Las palabras de Jimin causan que Jungkook se quede congelado en su lugar.

Si, el abuelo de su novio, ese que lo crío solo desde pequeño, quíen seguramente es super protector con él...viene a conocerlo a él, su novio, que tiene diez años más, viudo y con una hija.

jaja era hombre muerto.

—No me olvides, dejo a Byeol a tu cuidado.

Jimin se carcajea ante esas palabras para luego robarle un pequeño beso a Jungkook.

—Sí te portas bien le pido que tenga clemencia, siempre me hace caso a mi, soy su debilidad.

Asegura Jimin en un tono coqueto causando que Jungkook se muerda el labio inferior.

—Mmm, me parece que sos la debilidad de varios.

Jungkook dice esas palabras mientras levanta el cuerpo de Jimin, para sentarlo en la isla de la cocina, se mete entre sus piernas y lo abraza dejando sus rostros a pocos centímetros de distancia.

—Mi abuelo seguro me va a preguntar por qué de entre tantas opciones justos vos.

Afirma Jimin negando con la cabeza fingiendo tristeza, causando que Jungkook se acerque aún más a él.

—¿Y qué le vas a responder?

Pregunta en un susurro, a solo un suspito de distancia de los labios del contrario.

—Sigo pensando en ello.

Finalmente sus labios vuelven a unirse, pero esta vez con intensidad, las manos de Jungkook logran colarse debajo de la ropa de Jimin, delineando la línea de sus costillas lenta y tortuosamente.

Ambos sentían como la tensión sexual entre ellos crecían cada vez más y más, ya habían pasado varios días desde que empezaron una relación, son dos adultos, y aún así, no tuvieron ni siquiera un roce sexual desde el día que empezaron a salir.

Se sentían sofocados cada vez que se miraban, necesitaban saciar esa sed que sienten por el contrario.

Jimin escucha todas las alarmas de su cabeza disparándose en cuanto Jungkook empieza a besar su cuello, tratándo de hacerlo perder la cordura por completo.

—No...Byeol esta durmiendo arriba.

Le recuerda el niñero, causando que Jungkook detenga todos sus movimientos de inmediato y suspire con pesadez.

A ver, las probabilidades de que Byeoo despierte y los vea eran pocas pero no nulas, y no querían arriesgarse a ello.

—Mañana, le pedí a Tae que cuide de Byeol así puedo llevarte a cenar, sólo vos y yo ¿Qué te parece?

Pregunta Jungkook acariciando con delicadeza el rostro ajeno, sonriendo al mirarlo a los ojos, a pesar de la situación en la que se encontraban, Jimin seguía pensando en Byeol y en lo mejor para ella, eso es alguíen que nadie había hecho nunca, sólo él, y ahora Jimin.

—Despúes de la cena...¿Me vas a dar el postre en la cama?

Pregunta Jimin con un expresión graciosa, subiendo y bajando sus cejas, causando que Jungkook ría a carcajadas.

—Lo mires por donde lo mires el que recibe el postre soy yo.

Afirma Jungkook completamente seguro de sus palabras.

A ver, él se considera alguíen atractivo, varias mujeres lo habían invitado a salir y él las había rechazado a todas y cada una de ellas, sabía que los años le habían pasado bien, tenía un buen cuerpo, un buen trabajo, era un buen partido dejando de lado que es viudo y tiene una hija, cosas que a veces no son muy bien vistas.

Pero Park Jimin...joven, inteligente, gracioso, dueño del rostro de un mismísimo ángel, con un cuerpo que podría hacer suspirar a cualquiera, trabaja y tiene una casa propia con tan dolo veintitres años, si...definitivamente, en este caso, el postre era Park Jimin.

Ambos vuelven a besarse, y finalmente suben a la habitación del mayor, donde ambos se colocan el pijama, ya habían dejado ropa en casa del contrario, desde que habían empezado a salir no había un día en que no durmieran juntos, con Byeol en medio de ellos.

Se acuestan a dormir con tránquilidad, Jungkook se queda despierto un ratito más observando la tránquilidad con la que Jimin duerme abrazando a Byeol, y sólo es capaz de decir esas palabras que aún no se atreve a decirle despierto.

—Los amo.

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En unos minutos subo el siguiente de hoy 💛

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