Edaylis

Llegue a la tienda y vi a Harry que ya estaba haciendo la fila para ordenar. Cuando me miró me saludo y yo le sonreí para caminar hacia el.

— Creo que pediré una batida de Caramelo.— dijo.

— Entonces yo tendré una de Oreo.— dije y sonreí.

Cuando llegamos a la caja registradora ordenamos nuestras batidas y cuando vi que Harry iba a sacar su billetera para pagar lo detuve.

— Yo misma pagaré lo mío.— dije sacando mi billetera.

— Está bien.— dijo.

Asentí, me gustaba que estuviera bien con el que yo tomara mis propias decisiones y si quería yo misma pagar por mis cosas el no me iba a detener. Cuando el pago su batida yo pague la mía Y fuimos a sentarnos ya que nos la traerían a la mesa. Harry se sentó al frente de mi, y yo me dediqué a sacar mi libreta para comenzar a escribir nuestras ideas.

— Dejemos que nuestras ideas fluyan.— dije y Harry me dio una media risa.

¿Lo acabo de hacer reír?

— Entonces quedamos que será una historia de romance ¿Haz leído algunas historias? No se mucho de libros.— dijo.

— He leído suficiente, algún día me gustaría tener mi propia librería.— dije.

— Bueno entonces tú eres la experta aquí.— dijo.

— Permiso...aquí tienen sus batidas.— dijo un chico dejando las batidas en la mesa.

— Muchas Gracias.— dijimos ambos a la vez.

— Toda historia tiene un inicio, un climax que es donde pasa la mala parte en todas las películas e historias porque si no pasara algo malo no sería interesante y luego el final.— dije.

— Oye...es verdad...en todos los libros y películas algo malo siempre tiene que pasar.— dijo asombrado.

– Si no pasará imagínate.— dije para darle un sorbo a mi bebida.

— Okay ¿Quienes serán los protagonistas?— pregunto.

— Hay que pensar.— dije.

Harry tomó de su batida y puso cara pensativa, luego de una hora hablando, pensando y de escribir nos dimos un descanso.

— Me parece bien.— dijo cuando cerré la libreta.

— Hay que poner más detalle pero eso lo pensaremos mientras los días pasan.— dije.

— Si.— dijo cuando de repente su teléfono comenzó a sonar.

Busco su teléfono y vio a alguien que lo estaba llamando pero volvió a guardar su celular.

— Si quieres me voy para que tengas privacidad.— dije.

— Eda por favor no tienes que irte.— dijo mencionando mi apodo de cariño que el mismo me había puesto.

— Está...bien pensé que era una llamada importante.— dije.

— Vamos a hablar ¿Que te gusta hacer?— pregunto.

— Me gusta ver películas.— dije.

— Eso lo veo, haces muy buenos escenarios.— dijo.

— ¿Y a ti que te gusta?— pregunté.

— Me gusta mucho el football americano.— dijo.

— ¿Si?— pregunté aunque ya lo sabía.

— Aja, me gusta mucho.— dijo.

— Que bien.— dije sonriendo.

Luego de veinte minutos más ambos ya decidimos despedirnos.

— Bueno Eda ya tengo que ir a casa. Tengo algunas cosas que hacer.— dijo.

— Estoy de acuerdo contigo Yo también.— dije levantándome.

Ambos caminamos afuera de la tienda y nos detuvimos en frente de nuestros autos para mirarnos y despedirnos.

— Creo que la próxima vez que nos veamos tiene que ser por vídeo llamada para hacer un balance.— dije.

— Está bien ¿El martes?— pregunto.

— Martes no tengo nada que hacer, creo que será un buen día.— dije.

— Perfecto, adiós Edaylis.— dijo.

— Adiós Harry.— dije.

Subí a mi auto y comencé a manejar hasta mi casa. Cuando llegue me di un baño y tome mi computadora para escribir la historia y pasarla a un documento para guardarla.

Hoy fue un buen día.