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VOL. I | LOUPBLANC
E1T1: EL REGRESO DEL LOBO
Desventajas de ser adolescente
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  Davina Rousseau no lograba recordar cuando habia sido la última vez que habia hecho un viaje, ni siquiera uno familiar, cuando su madre aún estaba con vida.

  Como consecuencia reprobó el ensayo de literatura de la profesora Martin, donde le habia ordenado, y a otros hormonales de su edad, escribir sus experiencias vacacionales de los últimos cinco años. Y si, mientras la mayoría de los estudiantes hablaban sobre excursiones por el antiguo Egipto, visitas al histórico palacio de Buckingham, aventuras con delfines en majestuosas islas del caribe y un sinfín de actividades fascinantes, Davina solo se limitó a narrar sobre la maravillosa actividad de quedarse en casa, pasear por los pasillos en pijama y mirar documentales educativos con una muy buena cantidad de chucherías en el regazo.

  Aun puede recordar la expresión de la profesora Martin y sus compañeros de salón como si hubiera sucedido ayer. Sorpresa; extrañeza, mezclado tal vez con algo de pena. Nada más terminar su ensayo y se habia vuelto una celebridad entre los fenómenos de toda su clase, tal vez incluso de toda la escuela. Está de más decir que, tras aquello, se ganó una visita con la orientadora de la escuela ese mismo día, además de algunas pocas burlas por parte de Samantha Lewis, su fastidiosa y encantadora prima con la que, además de sangre, compartía aula. Pero ni siquiera aquello le horrorizo tanto como el catastrófico evento que se estaba desarrollaba ante sus ojos:

—Espero que estés bromeando y que todo esto no sea más que un castigo por haber querido usar tu coche sin permiso, sin licencia y como consecuencia lo haya chocado contra un cubo de basura. —Tal vez no debió sacar aquel tema en cuestión, pero no veía otro motivo por el que estuviera pasando por aquella situación tan desastrosa— ¡Te dije que habia sido la ardilla! Te juro que pareció de la nada.

  Su padre, el único ser en este maldito planeta que admiraba desde que era una niña y que le habia enseñado las verdaderas fortalezas de la vida, le devolvió la mirada desde el final de las escaleras. Davina se encontraba quince escalones arriba, mirándolo como un pequeño cordero que estaba a punto de ser sacrificado. Pero si su padre lo noto, simplemente dijo:

—Vamos, Davina, o llegaremos tarde.

—Prefiero llegar tarde.

—No seas absurda.

  Sin poder evitarlo, Davina soltó una pequeña risa histérica.

—Dato curioso: Normalmente son los hijos quienes deciden irse de casa cuando se cansan de la sobreprotección de sus padres. Esto, padre... ¡Esto es maltrato infantil!

  De brazos cruzados y con una mirada iracunda en el rostro, Davina observaba las cuatro maletas de color pistacho con unas tremendas ganas de tirarlas por la ventana. Aun podía recordar cuando su madre las habia comprado, hacía muchos años, para hacer un viaje de vacaciones familiares que, al final, se canceló por el mal clima de esa época. No obstante, su madre, una mujer de actitudes peculiares y con una gran imaginación, habia comprado pegatinas con dibujos de todos monumentos turísticos más icónicos del mundo y las habia pegado alrededor de todo el equipaje. «Por si alguna vez preguntan, hemos viajado a todo estos lugares», habia dicho, con una sonrisa de lo más brillante y feliz. Era uno de los pocos recuerdos bonitos que Davina atesoraba. Y, sin embargo, ahora solo podía pensar en cubrir las dichosas maletas con un plástico, como su padre habia hecho con todas sus pertenencias desde que su madre habia muerto.

  ¿Sera posible que su padre quisiera deshacerse de ella del mismo modo? ¿Enviándola a vivir con un pariente desconocido en un país desconocido? De pronto, sintió nauseas.

— ¿Lista, cariño?

  Los pensamientos tortuosos de Davina no hicieron más que incrementarse ante la aparición de su progenitor que, para su desagrado, subía y bajaba las escaleras de su hogar tan despreocupado y apuesto con su camisa y chaqueta color caqui. Ni siquiera parecia afectado por sus anteriores palabras. Estaba tan ridículamente contento ante la idea de que su pequeña finalmente saliera del agujero negro que era su habitación que, una mala cara, no parecia afectarle en lo absoluto. No obstante, por mucho que no quisiera halagarlo, debía admitir que se veía ridículamente bien. En cambio, ella, con sus pantalones desgastados y un suéter de lana que le quedaba extra grande, parecia un mono de circo.

  Davina, desesperada, pensó cuanto tiempo le tomaría esquivar el cuerpo de su padre y encadenarse en el árbol trasero de su patio. Pero no queriendo dejarse en evidencia, solo soltó:

—En contra de mi voluntad, pero lista. —Luego agregó—: ¿Tengo permiso para decir unas últimas palabras antes de que me lleven a mi destino final?

  El señor Rousseau, bien conocido por ser un hombre de negocios muy exitoso, hombre de familia y muy paciente ante los extraños comportamientos de su única hija, soltó una pequeña carcajada divertida y, adivinando sus verdaderas intenciones, la empujo en dirección a la puerta.

—Vamos, pequeño monstruito. Debemos estar en la estación de tren en menos de una hora.

— ¡Solo quiero decir que, si me llega a pasar algo, lo que sea...! —Davina iba gritando cada palabra con exagerada dramatización, como quien grita sus últimas palabras en un juicio. Y es que verdaderamente se sentía como uno de esos personajes de sus libros, cuando es sentenciando injustamente a muerte y deben proceder a llevarlo a la horca— ¡...culpo a este estirado señor y en consecuencia, mi alma vagara por los pasillos de este hogar hasta el final de los tiempo y...!

—Davina Claire Lewis Rousseau. —La recién nombrada cerró la boca ante la mención de su nombre completo. Como lo detestaba. Y su padre lo sabía— ¿Podrías dejar de quejarte y disfrutar un poco de la experiencia que te traerá todo esto? Piénsalo: Nueva ciudad, nueva habitación, nueva escuela, nuevos amigos y...

—Nuevas oportunidades para ser la rarita de la familia Rousseau. —Interrumpió la adolescente, malhumorada, zafándose de las manos de su padre para tener un poco de espacio y mirarlo a la cara— Tienes que admitirlo: A nadie de la familia le caigo bien, ¿Por qué crees que con la tia Alice será diferente?

—Es mi hermana. —Respondió el señor Rousseau con simpleza, como si fuera la única respuesta. Se dentro de nuevo al hogar para sacar el equipaje de su hija y su voz se vio amortiguada cuando en su interior, agregó—: Y además, ella te adora; Fue quien, en primer lugar, pidió que te quedaras con ella en Paris.

Escuchar eso sorprendió a la castaña que, observando como su padre sacaba su equipaje, y sin pelos en la lengua soltó:

—Entonces, a ella le debo mi desgracia.

—Davina, es tu Tia, no tu verdugo.

—Tratándose de una persona que no he visto en, no sé, ¿ocho, nueve años? Yo creo que deberíamos reconsiderar el término para referirnos a ella como perfecto extraño.

—Estas dramatizando. —Soltó su padre, entre risas.

—Y tú tomándote todo a la ligera. —Replico la castaña, mirándolo con el ceño fruncido y los brazos cruzados por encima de su pecho.

—Oh, lo siento pero, ¿Quién es el adulto aquí?

—Típica constatación del adulto cuando se ve acorralado ante la razón de sus hijos.

  El señor Rousseau dejo de hacer lo que estaba haciendo para lanzar una irritante mirada a su hija, quien sonrió en respuesta como un angelito.

—Entra al auto. —Le ordenó su padre.

—Sobre mi cadáver.

—Davina. —Advirtió el señor Rousseau, a punto de perder la paciencia.

—Padre. —Davina sonreía como quien no quiere la cosa.

—No me hagas ir por ti y meterte a la fuerza.

—Hazlo. —Davina alzo su mano, señalando el vecindario ingles que los rodeaba— Los vecinos se darán cuenta y quedaras como un rapta menores. Consecuencia: Cárcel.

  El señor Rousseau, incrédulo por lo que su hija decía, se llevó ambas manos al rostro y soltó un suspiro pesado, totalmente cansado.

—Dios, ayúdame.

—Que me ayude a mí. —Soltó Davina, pues aunque su padre lo habia murmurado por lo bajo, habia logrado escucharlo— Yo soy la victima aquí.

—De acuerdo, se acabó. —El señor Rousseau, harto, cerró la puerta del maletero con un poco más de fuerza de la necesaria y en seguida fue a por su hija.

  Davina, al darse cuenta, corrió hacia el interior de la casa gritando:

— ¡Solo podrás sacarme de aquí sin vida!

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Publicado: 12/12/2022
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NA: ¡Hola de nuevo, querido lector!

━━━¡NO, ESTO NO ES UN SUEÑO! Finalmente, después de todo un año de espera, he publicado el primer capitulo de #LOUPBLANC. Así que si alguna vez pasaste por esta historia, con la idea errónea de que no volvería a ser actualizada ¡Te tengo malas noticias! Esta historia estará 100% activa y con mucho que contar para los fanáticos de Miraculous. Si la serie original te esta dejando sin estabilidad emocional con su quinta temporada (como a mi, en este caso) te invito a leer esta historia. Quizás te guste. Y, si es así, ¡Compártela con mas miraculers que creas que puedan llegar a gustarle! 

Ahora si, pongámonos serios, porque amo preguntarles: 

1. ¿Qué les ha parecido este capitulo? 

2. ¿Cuál fue tu primera impresión con Davina? 

3. ¿Quieres leer el siguiente capitulo? 

Para esto ultimo, si desean que actualice con mas prisa, solo deben acumular una cantidad de votos necesarios. El cual siempre se encontrara al final de cada capitulo. Ahora, nota importante:

━━━ESTARÉ RESUMIENTO LOS CAPITULOS LO MAXIMO POSIBLE, para no volver muy larga este acto. Me he dado cuenta que, mientras mas larga y complicada sea la trama, mas me tomaré mi tiempo actualizándola, así que esto lo hare super ligero, breve y claro. Todos conocemos lo que ocurren en las primeras dos temporadas de Miraculous, así que no será necesario describir cada acontecimiento como si no nos hubiéramos visto la serie. Narrare lo necesario, sin volverlo aburrido y contando solo lo esencial para entender la historia de Davina y su propósito en la historia. Así que mas o menos este primer acto contara con no mas de 10 capítulos. Incluso puedo dejarlo en 8 capítulos, pero no creo que me pase de los 10. En fin, solo era un pequeño aviso adicional, por si les daba pereza leer desde los primeros acontecimientos de la primera temporada. 

Ahora si, ¡Nos leemos en el siguiente capitulo!
Att: Lux. 💜