XV
A pesar de que me sentía terriblemente fatal, Taehyung trataba de sacarme una sonrisa. Yo también hacía lo posible por olvidarme un poco del tema pero no podía hacerlo, se trataba del hombre que tanto amo, me había traicionado de la peor manera posible. Muchos años conociéndonos, siendo novios y de casados, desde la universidad nunca nos hemos separado tampoco había problemas con otras chicas hasta ahora. Soporté estar encerrada sin hacer absolutamente nada, solo recibiéndolo día con día con una gran sonrisa plasmada en mi rostro. Mi madre siempre me decía que debía atenderlo porque es mi esposo y por ende, es el que trabaja. Que no debía reprochar ni quejarme porque su esfuerzo no era en vano.
Sentía un coraje atorado en mi garganta cada que lo mencionaba, si, debía atenderlo pero no al punto de parecer su sirvienta en vez de su esposa. Lo siento pero no, mi ideología no es así. Cuando se lo dije a mi madre, se fue contra mí como una piraña al igual que mi suegra, diciéndome que debía respetarlo. Por Dios, esto no funcionaba así. Es por ello que no las quería cerca de nuestro matrimonio.
Innumerables veces les conté que deseaba ejercer mi carrera universitaria que me costó demasiado en cualquier aspecto posible. Tuve noches sin dormir bien por las tareas, no comía algunas veces por que era eso o pagar el pasaje. Pero después de todo, al terminar cada día, decía "Esto valdrá la pena". Y véanme, soy toda una ama de casa que no hace nada por superarse. Mi madre pensaba que ya lo había ganado todo por casarme con Yoongi que posee empresas, negocios y demás, para ella, mi futuro estaba asegurado y no debía trabajar. ¡Pero esto no es así! Yo quería trabajar, mantenerme ocupada y que así, todos me tomen en cuenta.
— Deja todo en mis manos, Sora. Me encargaré que te dejen más bonita de lo que ya eres — Taehyung me guiño el ojo de forma divertida, asentí riendo y nos dirigimos a un salón de belleza que era muy lindo, tan elegante. Como era de esperarse.
Kim hablo con algunas chicas, no tengo idea de que pero tardaron por lo menos tres minutos. Mientras tanto admiraba lo bonito que es por dentro.
— Bien, querida Sora, adelante que comenzaremos a trabajar en usted — Una de las chicas me realizó señas para que me acercara, ella era tan alta, cuerpo estupendo, su cabello se encontraba lacio tintado de caoba. Muy bonito.
Obedecí sus palabras mirando a Taehyung quien me sonreía y levantaba sus pulgares indicándome que todo estará bien. Cerré mis ojos y me deje llevar por las estilistas, de verdad esperaba terminar bien respecto a mi cabello o de verdad no sabría que hacer. Mencionó que es un asco, no uso productos para cuidarlo pero tampoco lo maltrato con tintura o algo más, solo era el simple shampoo.
Siempre he odiado el olor del tinte, no lo soportó tanto y esta vez tuve que llevar mis manos a la nariz para evitar consecuencias.
— Aún no puedo creer que tenga a la famosísima Min Sora en mi salón — Mencionó la chica mientras pasaba la brocha por mi cabello, mordí labio inferior por aquellas palabras. No estaba orgullosa de lo que hablaban de mí por las redes sociales o cualquier otro medio de comunicación.
— Oh, no es para tanto — Susurré.
— Pero por supuesto que si, eres la esposa del hombre más importante en el país. Siempre veía tus fotografías en las revistas, muy sencilla pero linda, eh — Mencionó, solté un suspiro y le agradecí. En verdad prefería no hablar de eso temas, mucho menos ahora que estaba tan sensible.
Pasaron los segundos, minutos y probablemente dos horas o más, cuando ya había terminado. Soltó el mechón de mi cabello por algunos segundos para colocar la secadora en otro lugar y después volvió a mi cabello para acomodarlo. Sentía sus movimientos, lo que realizaba.
— Hemos terminado, Sora — Anunció con mucha emoción, abrí mis ojos poco a poco hasta que mi cabello fue revelado.
Oh, vaya. Parecía ser otra mujer, ahora mi cabello era ondulado y de color rubio con algunas luces. No sabía como reaccionar ante esto, por primera vez aceptaba que me veía muy bien. Comenzaba a cambiar y tuve presente que esto debí hacerlo hace mucho tiempo.
— Oh, Dios mío. Es... maravilloso, perfecto. Nunca antes había probado otro color en mi cabello — Le sonreí a la chica a través del espejo, ella aplaudió un poco y llamó a Taehyung quien hizo presencia rápidamente.
— ¡Sora, quedaste muy bien! — Se acercó a mí para tocar mi cabello, sus ojos repasaron toda mi rostro y bueno... en realidad, toda mi cabeza. Lo cual me causó gracia.
Le agradecí a la chica cuyo nombre es Nia, trate de pagar el servicio pero Kim se adelantó diciéndome que estaba pagado desde que habíamos llegado, es por eso que desapareció de mi vista. Ahora me sentía un poco mejor, era como si estuviera completado pasos para rellenar la barra de autoestima que no tenía.
— ¿Crees que eso es todo? ¡Pues no! También iremos a un lugar donde te maquillarán y te enseñarán, después uñas postizas. Estos lugares los recuerdo porque mi madre viene constantemente, son muy buenos — Sonrió como un niño pequeño pero sin mirarme pues estaba concentrado en la carretera. También debía ir a comprar ropa, aunque dentro de poco tiempo tuviera un gran estómago.
— Gracias, Tae. Eres la única persona que me ha ayudado, ni siquiera mi madre me daba consejos. Te apuesto que al enterarse de esto, me dirá una completa tontería sobre qué Yoongi es hombre y por eso lo hizo.
— Siempre trató de comprender a las personas y de ser bueno, desde que Min te presento como su novia, ha habido tantos comentarios sobre ti que es mejor no decírtelos. Y defendía tu persona, porque nadie merece ser tratado así, seas rico o pobre. Y sobre Yoongi, debes entender que se trata de una traición, no es cualquier cosa por lo tanto no debe caer bajo, tienes que ser fuerte y no por que seamos hombres tenemos el derecho de faltarles el respeto a nuestras novias o esposas. Él se equivocó y demasiado, pero no hay excusas Sora.
Mentiría si dijera que no ame sus palabras, fueron tan... no, no tengo idea de como explicarlo pero me encanto que se expresara de esa manera. A pesar de ser un hombre que tiene veintiocho años y que ante el público es serio, fuera de las cámaras y negocios, había alguien que se quedó estancado en los diez años. Su personalidad era diferente a los demás, podía ser infantil pero en menos de un minuto se vuelvo un hombre serio que puede llegar a ser intimidante.
Trabajaba con Yoongi pero en realidad, tenía más negocios y empresas. Todo esto porque hace poco tiempo hubo un problema con el presidente de Sephora. Por lo tanto, Min le pidió de favor si podía encargarse de la empresa por un corto plazo.
— Lo sé, Taehyung. Me gusta tu manera de pensar, es casi como la mía. Me costará lidiar con esto pero haré lo posible, supongo.
— Debes hacerlo, si no es por ti ni por Yoongi debe ser por el bebé. Piensa que sentirá todo lo que tú sientas, tampoco discutan tanto, no es bueno — Recomendó, asentí y coloque mi mano izquierda en su hombre dándole un leve apretón.
— Gracias, Taehyung. No se donde estuviste todo este tiempo — Fruncí mis labios, Kim se detuvo en el establecimiento y me miró para mencionar alguna palabra pero seguí hablando —Por cierto, ¿no has tenido novia o no tienes planes de casarte? Digo, es que nunca te he visto con una mujer. Eres muy guapo y supongo que traes miles detrás de ti.
Taehyung comenzó a reír por lo bajo y negó — No, Sora. He estado soltero por muchísimo tiempo porque la mujer que yo quiero... está casada.
— Oh, lo siento tanto — Realicé una mueca con mis labios, él negó y suspiró.
— Tranquila, la conozco desde hace mucho tiempo. Íbamos en la misma universidad, pero nunca me notó porque era un completo nerd que se escondía, esa chica llamaba demasiado la atención, traía locos a cualquiera pero nunca tuve la oportunidad de acercarme y conversar un poco, así que decidí olvidarme de ella. Sin embargo, la veo constantemente, es famosa... algo así como modelo.
— Ah, así que eras muy inteligente en la universidad. Bueno, lo sigues siendo, has llegado a lo alto — Mi mirada estaba posada en las personas que caminaban de un lado a otro con total tranquilidad, satisfechos con sus compras — Pero estoy segura que podrías conquistar a esa mujer, ¡mírate Kim! Un total galán, eh.
Taehyung soltó una carcajada muy suave, me gustaba su compañía pues lograba hacerme olvidar por lo menos un poco a Yoongi. Ese hombre al que tanto amaba.
— Mis épocas de universidad no fueron las mejores, mucho menos las anteriores. Recibía bullying por ello y vestía como un tonto.
— Son personas que les gusta llamar la atención, sentirse superiores. No tiene absolutamente nada de malo, para mí es maravilloso que una persona sea tan inteligente. A alguien que no tiene ningún conocimiento, sería muy ignorante — Arrugue mi nariz, lleve las manos a mi vientre para acariciarlo un poco aunque este no se encuentre crecido.
— Estas en lo correcto... — Susurró como si estuviera sin ánimos, voltee a mirarlo y me percaté el porque. Su mirada estaba posada en mi vientre, parecía sonreír pero a la vez no. Algo sucedía con él, lo sentía.
— Tal vez no tengamos mucha confianza, había pasado tanto tiempo desde la última vez que nos vimos pero... si algo malo sucede o necesitas que alguien te escuche, estoy dispuesta a hacerlo y también ayudarte, aconsejarte.
— Desde que tengo veinte años, he querido un bebé, Sora. A esta edad, ya debería estar casado, sin embargo, nadie se acerca a mí. ¿Hay algo malo? ¿Tú ves algo malo en mi persona? — Solté un suspiro y apreté mis labios, se veía tan débil. Al parecer le dolía mucho ese tema, aunque no podía creer que nadie estuviera detrás de Kim, es decir, es un hombre maravilloso.
— No, no veo nada malo en ti. Al contrario, eres todo un complemento que cualquier mujer quisiera. Tal vez aún no has conocido a la indicada que te tratará bien y te amará.
— Las mujeres con las que he salido suelen llamarme infantil o niño de mamá. Tal vez es por eso, pero así soy... no puedo cambiar mi personalidad. No hay maldad en mí, soy un hombre que fue criado de manera inocente, por eso soy así. Y no me molesta pero me duele que no pueda tener una familia — Sus ojos comenzaban a cristalizarse, sentí como mi corazón se hizo en pedacitos por su confesión. Taehyung es un hombre que lo tiene todo y no hablo de lo material.
A pesar de tener veintiocho años, es demasiado inocente y suele ser infantil. Pero como ya he dicho, Kim sabe comportarse en los lugares donde es necesario. Sin embargo, no comprendía el porque las mujeres lo rechazaban, tendrían amor al cien por ciento, nunca sufrirían de alguna infidelidad o algo más complicado. Porque Tae era así, tan respetuoso con cualquier persona, fue educado muy bien y se lo agradecía a su madre y abuela. Lo único que odiaba era que Park Jimin, uno de los amigos de Min y también mejor amigo, lo trataba como si fuera un ser extraño o si estuviera retratado mental. No, él no merece ser tratado de esa manera, es mucho más inteligente que cualquier otra persona y si hablamos de la contabilidad en las empresas, sorprende a todos con lo rápido que es y casi nunca suele equivocarse en los números.
Así que Taehyung merecía que lo amaran tal y como es, no que lo hicieran cambiar al gusto de tal tipa.
— Hey, hey. Tranquilo. Tú no tienes la culpa, no hay nada de malo en ti. Mira, te prometo que cuando nazca el bebé, permitiré que estés el tiempo que gustes. Después, podemos intentar conseguirte a una nueva mujer — Se encogió de hombros, él sonrió en grande tanto que sus ojitos se hicieron pequeños.
— ¡Gracias, Sora! ¿Aún no sabes que es? Oh pero que pregunta es esa, es más que obvio que no es así porque aún tú vientre está en proceso de crecimiento, aunque... ya se ve un poco, casi nada pero si. Ah, que emoción ¿no crees? Es un bebé que está creciendo dentro de ti, ¿como te sientes al respecto saber que estás dándole vida a una cosita muy chiquita? — Habló tan rápido que me mareó, pero logró sacarme una carcajada. Esta vez decidimos bajar del auto para adentrarnos a las moles de tiendas que había para escoger ropa.
— Es algo maravilloso, algunas veces me siento tan melancólica. A estas alturas, tendría otro bebé de meses, casi el año. Pero las cosas no fueron así, todo pasa por algo.
— Así es Sora, también opinó que deberías tener una conversación con Yoongi. Es necesario y algo maduro de hacer en vez de evitarlo.
— Gracias Tae, es lo que debemos hacer. Quiera o no, debo pedirle explicaciones a Min sobre todo lo qué pasó. Tengo el derecho, supongo.
— No lo supongas, lo tienes. Eres su esposa — aclaró, asentí y llegamos a la primera tienda. Sería un día muy largo — ¿Lo has visto?
— No, pero al llegar a casa estará esperándome. Así que espero realmente no estar muy alterada, por el bienestar de mi bebé.
— Tranquila, eres muy madura. Sabes como lidiar con ello, si necesitas ayuda, no dudes en llamarme.
Justo como lo había pensado, Yoongi se encontraba en casa. Era demasiado tarde para mí, más o menos las once de la noche y apenas hacía presencia en el hogar. El auto estaba de Taehyung estaba lleno de bolsas pues nos habíamos emocionado un poco con eso de la ropa, maquillaje, productos de skincare y demás. Al parecer él sabía demasiado pues me ayudó a elegir también con la ayuda de las chicas que trabajaban en dichos lugares.
Taehyung amablemente me ayudó a bajar las bolsas que con mucho esfuerzo pudimos adentrar a casa. Yoongi se encontraba en el sofá con un cigarillo entre sus largos y pálidos dedos, su mirada automáticamente cayó en nosotros pero sin ninguna expresión en su rostro. Le agradecí a Kim susurrándole que prometía vernos pronto.
Me di la vuelta y quede frente a Min, me seguía con la mirada en cada movimiento que hacía. Solté un suspiro y me senté en el sofá, estaba sumamente cansada por haber caminado demasiado por todo el centro comercial que por cierto, era enorme.
— Me gusta, te ves muy bien — Refiriéndose a mi cabello, le dio una gran calada al cigarillo. Lo observé, de pies a cabeza. No llevaba su saco, las mangas de su camisa estaban a mitad de su brazo la cual también se encontraba un poco abierta dando una vista de su pecho pálido. Me centre en aquella gargantilla de oro, tan bonita que era.
— No estoy aquí para me hagas cumplidos, solo necesito que me expliques. O por lo menos me des tus razones — Me dolía verlo, porque a mi mente llegaban escenas de él con aquella mujer haciendo cosas indebidas. Traicionándome y olvidándose que en casa lo esperaba su esposa con muchas ansias.
— La conocí dos años antes que tú, pensé que sería la indicaba solo porque mi madre insistía en que debía casarme con ella. Pero estuve dudando demasiado, la hice esperar meses para una respuesta. Hasta que llegaste tú, desde que te había visto... cambio todo dentro de mí, te vi como la chica más preciosa que nunca he visto. A la actualidad sigue siendo así — Pausó para volver a darle una calada al cigarillo y expulsar el humo grisáceo, todo a su tiempo. Mis piernas y manos temblaban de los nervios, teniendo por sus palabras y que al último me dijera que no quería saber más de mí — Mientras tú te encontrabas realizando tus pendientes, tareas y todo lo demás, ella se encargó de hacer un gran espectáculo en mi casa dando el aviso que me había enamorado de otra chica que no era ella, me llamó infiel y se burló de ti. Fue donde estuve en contra de todos. Hasta la fecha, ella nunca ha dejado de seguirme, mandarme mensajes, hostigarme hasta que apareció en el departamento y... no se que sucedió, tal vez me drogo o no lo sé pero había despertado totalmente desconcertado.
— ¿Y porque fuiste a su departamento?
— Mi madre estuvo involucrada porque ella misma me mandó el mensaje diciéndome que era urgente estar en el departamento debido a que había algunos accionistas. Le llame para preguntarle porque en ese lugar y no en algún restaurante, ella me dijo que solo fuera rápido y después preguntara todo lo que quisiera. Fui engañado por ellas dos.
— ¿Se supone que debo creerte? Parece que lo has sacado de una típica película que pasan en Netflix.
— Esto es serio, Sora. Tengo pruebas sobre ello, mira — Del bolsillo izquierdo delantero de su pantalón sacó el teléfono móvil, estuvo algunos segundos buscando las pruebas. Fruncí mis labios esperando y analizando todo lo que me había dicho. Por alguna razón, no podía perdonarlo así de rápido.
Yoongi se levantó de su asiento y me extendió el artefacto, lo tomé entre mis manos observando de inmediato la conversación. No eran capturas de pantalla, era real. Así que no podía estar manipulado, aparecía la hora y fecha. Y era cierto, tal y como lo dijo, su madre lo había citado.
Alce mi mirada para mirarlo, había apagado el cigarro y lo lanzó al cenicero.
— Hay más. Al día siguiente, tuve una discusión con mi madre sobre lo que había sucedido, donde no recordaba nada — Deslicé mi dedo por la pantalla hasta llegar a los siguientes mensajes, sentí el peso de Yoongi a mi lado tan cerca de mí pero lo ignoré.
— ¿Porque no me habías dicho? No entiendo, Yoongi. No solo somos esposos, también mejores amigos y puedes contar conmigo para decirme lo que sucede. El peor error que hiciste fue ocultármelo, sabías que podría mal interpretarse — Le devolví el teléfono móvil, mirándolo fijamente a los pequeñitos ojos que tenía.
— Por eso mismo, Sora. Porque tal vez pensarías mal, solo fue un error, maneje las cosas totalmente mal — Llevó su mano derecha a mi vientre y acarició con lentitud sin perderme la mirada. El gran nudo en mi garganta estaba presente, así que me eche a llorar sin soportar más — Ese bebé debe nacer con sus dos padres juntos, cariño. Tú sabes del amor que te tengo desde que nos conocimos, eres mi princesa y traicionarte no está en mi vocabulario. Mi madre aún insiste en separarnos a pesar de que han pasado años y estamos a poco de ser padres. Pero ¿que puedo hacer con ella? He discutido miles de veces y lo hago con todo el respeto que haya en el mundo cuando mi madre no lo hace.
— No lo sé, Yoongi. Todo esto ha sido difícil y en estos momentos no puedo alterarme. Llevo un cuidado estricto, así que lo mejor sería irme por un tiempo. Podemos hablar por videollamadas o... — Me interrumpió soltando una risita falsa, de acuerdo, Yoongi comenzaba a darle temor. De verdad que cuando se molestaba demasiado, prefería ignorarlo.
— No, ¿que te sucede? No voy a perderme el embarazo de mi primer hijo, Sora. Si tanto gustas que nos vayamos, de acuerdo, vámonos. A donde tú quieras ir, pero sola no irás — Aclaró, trague saliva y mire al suelo. No sabía que hacer, ¿debía confiar en sus palabras?
— Yoongi, ¿porque esa mujer te reclamaba el puesto de Sephora?
— Debes conocerla, esta loca.
— ¿Y sobre tu hija? — Min se colocó tenso ante mi pregunta, dejo a un lado el toque de mi vientre y se levantó del sofá. Pasó sus grandes manos por su cabello donde adornaban algunos anillos plateados pero el que más destacaba era el de matrimonio. Brillaba muchísimo y también costaba más que todos los autos que Yoongi posee.
— Sora, ella.... — Sabía lo que se venía, me coloque frente a él para enfrentarlo como si fuera fuerte pero en realidad me estaba quebrando en mil pedazos, tal cosa que Yoongi no veía en mí.
— Es tú hija ¿no?
— Si.
— ¿Por que me haces esto? ¿Sabes como me siento ahora? Pensé que este bebé sería el primogénito, el bebé que llegaría a alegrarnos la vida — A este paso, las lágrimas caían por mis mejillas de manera desconsolada. Yoongi me abrazó mientras susurraba que lo sentía. Pero esas palabras no arreglarían nada.
— Preciosa, lo siento tanto.
— ¿Cuantos años tiene esa niña? — Me desprendí de su agarre con brusquedad, él seguía tomando mis antebrazos.
— Nueve, fue antes de conocerte pero ella había desaparecido con mi hija por mucho tiempo hasta que llegó de nuevo — Confesó. Lo miré mal y lo empujé con fuerza.
— Fue antes de conocernos, supongo que no hay problema. Es decir, no puedo reclamarte — Me encogí de hombros, Yoongi me tomo de la cintura acercándome a su anatomía. Se agachó un poco y besó mi vientre por algunos segundos causándome cosquillas y ternura.
— Amor, me duele que dudes de mi amor hacía ti — Comenzaba a creer que adoraba acariciar mi vientre por que sus manos se encontraban en dicho lugar.
— Es solo que tienes ganas mujeres detrás de ti y... no soy la más hermosa, por lo cual es una gran competencia.
— Oh, vamos, cariño. Te ves demasiado preciosa con ese nuevo look, me encanta. Siempre has sido una mujer muy hermosa y si antes te tenían envidia. Ahora es mucho más. No voy a permitir que te sientas menos, tienes todo lo que una mujer quisiera, ¿acaso te has visto en un espejo? No me canso de mirarte, ni lo haré. Eres preciosa con o sin maquillaje, así te amo Sora. — Tomó mis mejillas entre sus manos y me besó con lentitud, disfrutando el momento entre nosotros dos después de muchas horas alejados.
Después de cada discusión, lograba perdonarlo porque solo eran malentendidos.
¿O no?
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