—¿Qué pasa? —fue lo primero que pudo decir Jimin al subir al auto.

La señora Min encendió el coche y comenzó a ver nerviosamente por los espejos para poder salir.

—Yoongi está teniendo un ataque de pánico, o de ansiedad, o como quieras decirle —dijo, de forma rápida, mientras manejaba intentando no acelerar tanto como quería—. De pequeño también solía tenerlos —añadió por lo bajo. 

Jimin recordó en su cumpleaños, cuando Yoongi se había puesto bastante raro y habían tenido que salir afuera para calmarlo un poco.

De alguna forma, creyó que su novio estaría así de nuevo, sin entender muy bien toda la preocupación.

Minutos después ya estaban de regreso frente al consultorio de la fonoaudióloga, la señora Min estacionó de forma brusca, bajando del auto rápidamente, seguida de Jimin.

Tocaron la puerta hasta que se abrió, dejando ver a la misma joven mujer pero con una expresión de gratitud en el rostro, comenzó a hablar aunque apenas la escucharon.

—Se encerró en el baño y no logro que quiera salir —fue todo lo que Jimin pudo retener, al escuchar sollozos provenientes del baño.

Entró apresurado, esquivando a la chica.

Se agachó frente a la puerta, probó girar la perilla pero estaba cerrado desde adentro.

Escuchó a Yoongi llorar y quiso tirar esa puerta a patadas.

La señora Min llegó a su lado, se había quedado unos segundos calmando a la fonoaudióloga, quien se veía asustada por lo que había pasado.

La mujer tocó la puerta suavemente, hablando de forma calmada.

—Yoonie, soy yo, todo está bien, querido —su tono cariñoso hizo que el llanto se calmara un poco—. Yoonie, ¿me abres, por favor?

Por un momento Yoongi pareció pensarlo, ambos escucharon unos bajos intentos para hablar del otro lado, pero que no formaron ninguna palabra y sólo hicieron el llanto volver.

La señora Min ahogó un sollozo, le destrozaba imaginar lo mal que podía estar su hijo, se mordió su labio inferior, que había comenzado a temblar.

Jimin tomó aire, antes de hablar lo suficientemente alto para que Yoongi pudiera escucharlo claramente.

—Bebé, soy Jimin, ¿estás bien?

Pasó un segundo antes de escuchar que Yoongi se había acercado a la puerta, aunque no dijo nada, escuchó la agitada respiración de su novio que intentaba calmar el llanto.

—Yoonie, quiero verte, ¿me abres, bebé?

Escuchó el chasquido de la traba al ser quitada, el picaporte se movió un poco, aunque apenas tembló, escuchando el llanto de Yoongi crecer un poco.

—Está bien, Yoonie —se apresuró a hablar Jimin—, abre, por favor.

Con el corazón acelerado, Jimin esperó con miedo hasta que la puerta se abrió.