
LI
El celular de JungKook vibró en su bolsillo, lo sacó para ver el mensaje en la pantalla.
Yoon 🐱
Jungkooooook
11:03
Por qué faltaron a clases?
11:03
Seokjin dijo que quería ver a TaeHyungie y el baile
11:04
JungKook desbloqueó el teléfono para teclear una respuesta rápida.
Kook 🐰
Estamos en el hospital
11:04
Tae no irá a la escuela hoy
11:05
Yo tampoco
11:05
Guardó el teléfono antes de esperar a que YoonGi viera el mensaje.
Sabía que su amigo comenzaría a bombardear preguntas, pero era todo muy extenso y delicado para contar.
Además, seguía creyendo que TaeHyung debía decirlo por sí mismo, él no era nadie para contar ese tipo de cosas tan personales y graves.
El pelinegro notó la mirada triste de su novio, sentado junto a él en las sillas de la sala de espera del hospital de Seúl, pero aún así estaba bastante alejado de él, como de costumbre.
Desde el día anterior, luego de ese incidente, TaeHyung estaba más apartado de todos en general.
Habían ido al hospital después de lo ocurrido y lo habían revisado en varios aspectos, pero al enterarse del tumor, aconsejaron ir con el médico que siempre lo trataba, ya que él sabría toda la historia clínica del adolescente.
En el hospital no le dieron demasiado tratamiento, les dijeron que el sangrado nasal era algo normal entre los que presentaban un tumor cerebral, y que mientras sea sólo sangre, estaba bien.
Si el tumor era benigno no había nada de que preocuparse.
Cuando JungKook había preguntado el por qué no había reaccionado, no tuvieron otra respuesta además de que el sueño de TaeHyung debía ser muy pesado, cosa que el azabache no creía del todo.
No había nadie mejor que él para conocer que TaeHyung era capaz de despertarse porque una mosca había zumbado cerca de la cama.
Pero no había discutido.
Miró a su chico que se notaba totalmente decaído, y posó una mano en su hombro. TaeHyung apenas lo miró de reojo.
—Ven. — dijo JungKook palmeando su regazo para que el chico se sentara en el. TaeHyung lo hizo sin muchas ganas y el pelinegro lo agarró con firmeza de la cintura, mirando su rostro con una pequeña sonrisa que escondía su preocupación.
TaeHyung se sintió mal por él.
JungKook lo acunó mejor en sus brazos, dejando que recargara su cuerpo sobre el suyo. Acomodó su mentón sobre el hombro del castaño, mirando a sus ojos de cerca.
—¿Quieres decirme algo?— preguntó el azabache, TaeHyung pareció pensarlo un momento pero luego negó.
No lo diría en voz alta, pero una parte de él quería alejarse de todos para no lastimarlos.
Al ver a su novio tan destrozado el día anterior, tan mal sólo por su inconsistencia y el sangrado de su nariz, no pudo evitar imaginar lo que sufriría si llegara a morir.
No quería que JungKook sufriera por él.
JungKook dejó un tierno beso en su mejilla, haciendo que su corazón se estrujase un poco. El mayor continuó con los besos hasta llegar a sus esponjosos labios, tomando con suavidad la mejilla de TaeHyung, manteniéndolos unidos, acariciando los belfos del otro con los propios en un baile lento y totalmente amoroso.
Sintió el gusto salado de las lágrimas y se separó.
TaeHyung escondió su rostro rápidamente en el cuello de JungKook. Este último sintió la humedad de las lágrimas, mientras que el pequeño cuerpo del castaño temblaba entre sus brazos por el llanto.
—Siempre estaré a tu lado, TaeHyungie. — dijo JungKook cerca del oído de su novio. — En las buenas y en las malas, así que cuenta conmigo para hablar siempre. ¿Sí, bebé?
TaeHyung asintió, aún escondiendo su llanto en el cuello de JungKook.
El azabache lo abrazó un poco más fuerte, apretando su tembloroso cuerpo contra el de él.
—Te amo tanto. — murmuró, y TaeHyung intentó no sentirse peor por lo quebrada de su voz.
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