XXXIV
(1/?)
— ¿Y Seokjin? — preguntó Jungkook cuando fue hacia el comedor, viendo que seguían siendo ellos tres.
Taehyung parecía ofendido, y se encogió de hombros como si no tuviera importancia.
— Se fue con Namjoon— respondió Hoseok sin más.
Jungkook iba a comentar algo, pero notó a Jimin negar y permaneció en silencio.
— ¡Niños! — la señora Park apareció desde a cocina, con una sonrisa alegre, mientras secaba sus manos con un trapo—. Las pizzas están listas, ¿Alguno quiere ayudarme a traerlas? Kook ya hizo bastante.
El pelinegro sonrió con suficiencia, y volteó para mirar a Taehyung, quien se dió cuenta de que todas las miradas habían caído en él, sin decir nada, se levantó para ir a la cocina siguiendo a la señora Park.
Jungkook se sentó junto a Jimin, tomando su mano con cariño.
— ¿La estás pasando bien? — le preguntó.
Jimin hizo una mueca.
— Casi no estuviste con-migo— murmuró el pelirosa.
Jungkook dejó un pequeño beso en su mejilla.
— Lo sé, bebé, pero no quiero que hagas nada en tu cumpleaños, por eso lo estuve haciendo yo— sonrió un poco.
Jimin quiso decirle que no era necesario, que podía hacerlo él mismo, o que lo podían hacer juntos, pero su novio no lo dejaría, Jungkook siempre quería hacer todo por él.
— Jimin, ¿Recuerdas que te comenté que estaba buscando trabajo, no?
Jimin tardó un momento en recordar esa conversación, una de las tantas que tenían antes de dormir, cuando lo hizo, asintió.
— Pues, cuando consiga uno, voy a estar menos tiempo contigo, o en casa, puede que incluso vuelva muy tarde— dijo, notó a Jimin abrir sus ojos un poco de más, con lo que parecía preocupación—. Lo que quiero decir, es que no siempre vamos a estar tan juntos como estamos ahora, y te pido que no te sientas mal por no estar en todo momento contigo.
Jimin sólo asintió, Jungkook notó su vista bajar, mirando su regazo, un pequeño puchero se marcó en sus labios.
La idea de estar lejos de Jungkook por ocho horas, horario promedio de trabajo, no le gustaba, y en parte le asustaba por si volvía a tener algún ataque de pánico y Jungkook no estaba para consolarlo.
— ¡Dejen los cariñitos! — gritó Taehyung, volviendo de la cocina, haciendo que Jungkook saltará un poco por el sorpresivo grito, lo vió cargando una bandeja con la pizza ya cortada, dejándola en la mesa sin mucho cuidado—. Coman algo que no sea sus labios por una vez en el día.
Jungkook frunció el ceño, molesto por esa clase de comentarios de su amigo.
Notó al rubio reír por su expresión, el chico se acercó a él para tomar su mentón y alzar su rostro un poco, Jungkook pensó en gruñirle, pero una mueca molesta le reemplazó.
— A menos que quieras comerme a mí, lindo— Taehyung le guiñó un ojo.
Escucharon risas y Jungkook apartó a Taehyung a manotazos.
— Ni con Hobie eres tan cariñoso, idiota— dijo el pelinegro, a lo que Tae se encogió de hombros con una sonrisa, tomando una porción de pizza antes de sentarse.
— Es que nunca puedo competir contra tí, Jungkook— dijo Hoseok, acercando su silla hacia la mesa—. Yo dejaría a Tae por ti, eres más lindo— añadió, sólo para molestarlo.
Jimin rió cuando vió el rubor subir a las mejillas de Jungkook.
— Qué amigos más molestos. Me disgustan— murmuró el mayor, antes de morder generosamente una porción de pizza, esperando que con la comida los demás se callaran.
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