LXVI
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Fue sólo cuestión de dos días para que los cuatro chicos aparecieran en la puerta de la casa de la tía Loon.
— Somos amigos de Jimin— dijo el pelinegro, ante la confundida mirada de la rubia frente a esos muchachos.
— Y de Jungkook— añadió un chico de pelo rojo en una silla de ruedas, un poco más atrás.
— Nop, sólo tú eres amigo de ese coneji— dijo el rubio a su lado, en una sonrisa falsa.
— ¿Ellos se encuentran? — preguntó el cuarto chico, que se veía tan serio y adulto como el pelinegro.
Loon rió por lo extraño de aquella conversación.
— Están arriba— dijo—. Pasen, les diré que bajen— añadió, esperó a que los cuatro pasaran, antes de cerrar la puerta y subir las escaleras.
Jimin apareció corriendo desde las escaleras, para recibir abrazos, unos cuantos besos y palabras de cariño de sus amigos.
Apenas podía disimular las lágrimas en sus ojos, quería llorar y reír al mismo tiempo.
Por más que había hecho mal al no decirle nada a sus amigos ellos seguían allí para él, lo seguían queriendo y habían viajado desde Seúl sólo por él.
— Oh, Jiminie— Seokjin fue el primero en reaccionar al ver al pelirosa fruncir el ceño y sorber su nariz constantemente, fue de nuevo hacia él para abrazarlo, dejando que el rostro del chico se escondiera en su pecho, acarició su cabello, sonriendo tranquilamente—. Puedes llorar, Jiminie, estaremos para limpiar tus lágrimas y consolarte. También para hacerte reír y que olvides todo.
Los hombros de Jimin temblaron cuando comenzó a llorar, humedeciendo la camisa de Seokjin, aunque todavía quería dejar sus sollozos en silencio.
El mayor no dejó sus caricias, sintiendo al menor abrazarlo con fuerza.
— Estamos para llorar contigo si quieres, Jimin— murmuró, con un ligero nudo en la garganta—. Estaremos para tí siempre.
Escuchó un sollozo pero se volteó al notar que era de Taehyung, quien rápidamente se giró para agacharse hacia Hoseok, el chico de la silla lo abrazó y rió un poco por lo sensible que estaba su novio.
— No empecemos a llorar todos, por favor.
— ¡Jungkook~~! — Tae se separó de Hoseok para ir hacia él.
— Oh, no, no, no ven- Aish— se quejó cuando Taehyung los abrazó con fuerza, escondiendo su rostro en el hombro del pelinegro, lo rodeó torpemente y dió unas estúpidas palmaditas en su espalda mientras el rubio seguía llorando.
Hoseok, Seokjin y Namjoon rieron un poco por lo arisco de Jungkook.
— Nos preocupamos mucho por ustedes— murmuró Taehyung, haciendo que la sala quedara en silencio para escuchar sus palabras, algo tapadas por el abrazo—. No nos vuelvan a dejar así.
Jungkook se sintió mal un segundo, dejando las palmaditas para sólo rodear a su amigo con sus brazos, en una forma mucho más floja de la que el rubio hacía con él.
A veces sólo pensaba en Jimin y en él, y se olvidaba que había otras personas que también sufrían por la situación.
Un pensamiento bastante egoísta que estaba dignado a evitar.
Nunca había sido él sólo con Jimin.
Siempre fueron todos a su lado, ese momento no era la excepción, pero sí la muestra más clara de eso.
No sufrían uno, o dos, afectaba a todos. Y con ese sufrimiento venía el apoyo.
Y sabía que ese apoyo no era sólo para Jimin, también era para él.
Eran todos el uno para el otro, todos para uno y uno para todos, él no estaba sólo, nunca caminaba solo.
Eran un equipo y después de sufrir tanto estaban todos juntos.
Ese pensamiento lo hizo llorar, al igual que Taehyung, abrazándolo con ganas esta vez, agradeciendo con todo su corazón su simple presencia, al igual que la de los demás.
Sólo esperaba que sus reuniones, en el futuro, no sean llenas de lágrimas como era esta.
🐾
¡No me maten!
Lamento la demora, en compensación publicaré 2 capítulos.
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