— Algo le pasa a Jimin— declaró Jungkook, viendo a su novio abrazar a su madre, rota en llanto.

Loon lo miró con duda.

— ¿Cómo lo sabes?

— Siempre que la vi llorar fue por Jimin— dijo el pelinegro, su tono era lúgubre, un suspiro tembloroso surgió de sus labios—. Espero que no sea malo... Tan malo— se corrigió.

La rubia a su lado se mordió el labio con duda.

— Si me dice algo te contaré— dijo.

— Gracias— dijo Jungkook—. No sé si quiero saberlo, pero gracias.

Ambos cayeron en el silencio de nuevo, con su mirada perdida en la sala.

— Jimin me dijo que tiene miedo de morir— dijo Jungkook, su tono había sido bajo, triste.

Ni siquiera sabía porqué había contado eso, pero necesitaba que alguien más le hablara al respecto.

— Jimin sufrió mucho— dijo Loon—. Quizás crea que tiene lo suficiente para morir... — negó—. Está lejos de morir, Kook, y debes aclararlo bien, por más que su tumor no desaparezca, o empeore... Existen cirugías, y muchas cosas... Lo de Jimin no es mortal, no te preocupes. Dile que no se preocupe tampoco, que no se deje vencer por el miedo.... Tú tampoco debes tener miedo, Kook.

El pelinegro desvío la vista, para notar que Loon tenía los ojos puestos en él, y que seguramente lo había estado mirando directamente durante todo su discurso.

Jungkook asintió.

— Por más que lo sepa... Sigo teniendo miedo— confesó.

Duró dos segundos más viendo la escena, antes de darse vuelta, yendo hacia el dormitorio.

Con algo de fastidio, sacó el celular de su bolsillo, buscando en sus contactos a una persona en específico.

Estaba hartado de que las cosas empeoraran y ellos sólo escondieran todo.

— ¡Jeon Jungkook! Al fin te dignas a llamarme— reprochó Taehyung.

— Jimin tiene un tumor cerebral— dijo, sin ningún filtro, escuchó la línea en silencio del otro lado—. Lo llevamos escondiéndo unos meses, Jimin no quería decirles, no le gusta hablar al respecto— contó—. Pero las cosas se están llendo un poco a la mierda, creo que era justo que lo sepas, diles a los demás, ¿Sí?

Jungkook pensó en cortar en ese momento, pero esperó, el silencio lo acompañó unos cuantos segundos.

— ¿Dónde están ahora? Seokjin dijo que nos llevaría hast-

— Busán— lo interrumpió—. Estamos en casa de la tía de Jimin, luego te paso la dirección.

>> A Jimin le gusta estar sólo, pero sé que a ustedes no los gusta, tienen derecho a estar con él.

— Jungkook esto es muy rápido yo-

— Quiero que lo apoyen, Tae— dijo, cerró la puerta del cuarto, sintió un nudo crecer en su garganta—. Porque cada día siento que puedo apoyarlo menos— confesó.

— Siempre estamos para ustedes, Kook— dijo Taehyung—. Si necesitas nuestro apoyo también lo tienes, creo que lo mereces tanto como Jimin.

Jungkook sonrió un poco.

— Gracias, Tae— dijo.

— Yo... Necesito procesarlo, le diré a los demás, descansen bien— murmuró.

Jungkook apenas murmuró una inentendible despedida antes de cortar.

Sentía que comenzaba a romperse por dentro, esperaba que sus amigos puedan ayudarlo.

Los necesitaba, al igual que Jimin también.