Hoseok vivía junto con su abuela, y cuando sus padres se iban por algún viaje de trabajo quedaban a cargo de la señora.

Ese día era una de esas ocasiones, y la abuela Jung insistió tanto de que se había hecho tan tarde (ya eran pasadas las diez de la noche) y que deberían quedarse a dormir que terminaron por aceptar, con la condición de obtener el permiso de la señora Park.

Así que terminaron los cuatro apiñados en el cuarto de Hoseok , con el colchón tamaño matrimonial de los padres del castaño en el suelo para que Jimin, Jungkook y Taehyung se apretujaran y pudieran dormir los tres, mientras Hoseok estaba cómodo en su cama, usando el celular.

— Auch— se quejó Jimin, con una mueca molesta.

— ¡Taehyung deja de patear!

— ¡Me estoy acomodando! — se objetó revolviendose en la cama demasiado, haciendo que las sábanas se corrieran y Jungkook quedara con medio cuerpo destapado, lo que hizo que comenzaran a tironear por abrigo.

Jimin enfrentaba hacerce pequeño entre los dos, que ya habían llevado la pelea a un punto absurdo.

— Tae~~ — se quejó el pelinegro, agitando su mano en señas para que parara.

— ¡Estás molestando a mí novio! — Jungkook soltó las sábanas, deteniendo la pelea inmediatamente, para abrazar a Jimin como si fuera a protegerlo de un monstruo—. ¿Estás bien, bebé? ¿Te pateó muy fuerte el idiota ese? Dime y se las devuelvo...

— ¡Que no pateo! — se quejó Taehyung—. Hoseok diles la verdad, sólo son unos quejosos, tú no te quejas  de nada cuando dormimos.

— Yo no siento tus patadas, Tae— dijo el castaño, sin quitar la vista de su celular.

— Si son novios, ¿Por qué no duermen juntos? — preguntó Jungkook , señalando a ambos.

— Ya no somos novios, Jungkook , ¿No lo recuerdas? Ahora soy tu novio y el de Jimin.

— Entonces ¿Por qué no vienes a dormir con nosotros?

— Porque no voy a abandonar mí cama— dijo, en tono obvio—. Pero si están muy apretados puede venir uno aquí, le hago espacio— ofreció, dejó el celular para correrse hacia un lado de la cama.

Taehyung amagó a levantarse pero Hoseok lo detuvo.

— Tú no, Jiminie, que es más pequeño y no me robará sábanas.

Jimin hizo un puchero molesto al ser llamado pequeño, aunque sólo fue adorable a ojos de los demás.

Sin pensarlo dos veces, se levantó para subir a la cama de Jung, ignorando las súplicas de su novio para que no lo dejara con el rarito de Taehyung.