Yugyeom terminó dándole la espalda a Tae, quién lo había molestado un rato intentando abrazarlo, tocandole el pelo o bajando sus manos por su espalda hasta estar peligrosamente cerca de sus nalgas, aunque luego de unos cuantos golpes se había detenido, cruzándose de brazos con un exagerado puchero en los labios.

—Maldito homofóbico, Kim, no quieres que te toque un hombre gay solo porque es gay.
—También soy gay, marica.
—Marica tu madre.
—La que no es marica es la tuya, yo te lo confirmo.
—¡Yugyyyeom!
—Ya era momento de que te enterarás... Soy tu padre.
—¡Noooo~!

Mark arrojó la almohada con fuerza esperando que golpeará a Taehyung, aunque la había lanzado a la suerte, le había dado, haciendo que el castaño comenzará a quejarse.

—Cierren el hocico los dos, parecen unos mosquitos molestos.

Jungkook asintió, aunque no pudieron ver el gesto por la oscuridad de la habitación.

— Jungkookie, ¿Te levantas y me pasas la almohada, porfavor?—. Pidió Mark en tono educado, como si fuera un niño.

El pelinegro salió de la cama, obedeciendo a Mark, quién le sonrió con un pequeño "Gracias" en cuanto se la alcanzo.

Al volver a entrar en la cama, Jungkook golpeó sin querer las piernas de Mark y el castaño frunció un momento el ceño, como una pequeña mueca de dolor.

Jungkook tardó un momento en entender que el chico si sentía sus piernas.

Sonrió, riendo ligeramente.

—Mentiroso—. Le dijo, recibiendo una mirada ladina por parte de Mark, quién sonrió un poco, el chico se encogió de hombros.
—Sip, no te voy a mentir—. Dijo, se giró un poco para verlo frente a frente, hablando bajo para que solo él pudiera escucharlo, con una pequeña sonrisa. —Te dije hace un tiempo que podía mover los dedos... Lo sigo haciendo, pero de a poco comence a sentir lo demás, empezó a tener cosquillas en la planta del pie, y ahora puedo sentir todas las piernas.

Jungkook sonrió ampliamente, aplaudió bajo.

—Sigo sin poder moverlas, dijeron que es por los músculos débiles... Más o menos así—. Hizo un gesto con la mano, para restarle importancia. —Lo malo es que ya no puedo hacer chistes negros, ya no tienen tanta gracia.

Jungkook frunció el ceño al escuchar eso, lo golpeó un poco, para que se diera cuenta que decía una estupidez.

—La terapia está ayudando—. Dijo el castaño, con algo de vergüenza en el rostro. —No pensé que lo haría.
—Creí que ha-bías dejado—. Murmuró Jungkook.

Mark se encogió de hombros.

—Me di cuenta que no tengo nada que perder si hago la terapia—. Dijo. —Además es lindo nadar un rato.

Hablaron un rato más, aunque Mark fue el que más dijo, mientras su amigo escuchaba atentamente todos sus avances, con una sonrisa orgullosa en el rostro.

No fue si no hasta que escucharon los ronquidos de Tae que se dieron cuenta que habían hablado bastante tiempo, así que solo se acurrucaron un poco más para dedicarse unas buenas noches antes de dormirse.