Es la canción que empieza a levantarse, la misma que ha hecho que Amón Ra haya abierto los ojos y agudizado su oído, tan pronto como había vuelto de aquel otro mundo un Canon se ha alzado.

El emblema ha aparecido debajo de la vieja caja musical, lo sabe, lo comprende y ante ello no puede evitar la emoción que causa dentro de él, y por ello una mueca se perfila en su rostro.

Esto es la voluntad del hombre hablando, la misma que le ha engatusado una vez más a pesar de las eras.

Un mundo está naciendo frente a sus ojos, mientras la música resuena, este mundo no es como los demás, realidades existentes que bailan oscilando entre el presente y el pasado, este es un mundo nuevo, uno que solo vivirá para ser visto una vez y después desaparecerá en el vacío.

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Aigami Diva ha pedido un deseo. Y el artefacto que porta hace acto de su poder fielmente para hacer realidad el mandato de su amo.

Retroceder el tiempo.

La luz envuelve su habitación, una puerta que le ha invitado a ser abierta. A pesar del miedo que se cierne ante él es más su rencor y odio. Por un momento había creído en Yugi Mutou, y entonces como si nada se había esfumado dejándolo como un hazmerreír al morir.

¿Dónde habían quedado sus palabras? ¿Su fuerza de voluntad?

Se ha mordido el labio inferior mientras se acerca a ella y se deja invadir por la luz que le envuelve. No puede ver nada, la luz le ha hecho cerrar los ojos aun así se mantiene firme. Entonces puede sentir la brisa caliente, como la arena golpea su rostro.

Ha vuelto al inicio de todo.

Comprende que debe darse prisa, extiende el cubo en su mano, observa la diferencia de tamaño, su mano es más pequeña, él ahora solo es un niño aun así advierte que eso no importa. Aún debe ir a un lugar.

La demanda fue hecha, —Llévame donde está él.

Pronto su cuerpo desaparece, una última mirada a su vieja aldea, una súplica por el perdón de su maestro; Shadi Shin.

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Domino, la ciudad sigue igual, no parece que haya cambiado demasiado desde que por primera vez había llegado con Sera, sin embargo no hay tiempo para ver los detalles que reconoce inútiles.

El camino ya lo sabe, había sido invitado por él la primera vez que habían hablado, pero en aquel entonces el rencor le había cegado y había tomado a Ryou Bakura antes de poder acercarse más al recipiente del faraón.

Solo una vuelta a la izquierda, y entonces le ve, afuera de la tienda jugando con el tren de madera, trae el uniforme de primaria.

Para cuando Yugi nota su presencia Aigami ya ha tomado una decisión, una que casi es mellada del todo al ver la sonrisa que le ofrece y su invitación inocente —¿Quieres jugar?

Más el remordimiento será para después, aún quiere creer que este será nada al ver su sueño vuelto realidad.

Es entonces que se agacha junto a él y ambos desaparecen.

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Amón Ra observa el fluir de ese extraño mundo, quiere soltarse a reír con descaro y lo hace mientras flota imperceptible a los ojos de los demás, él mismo ha salido del NUN para ver en primera fila el caos que se aproxima.

<<El cómo todo se vuelve a repetir>>

Sin embargo Aigami Diva no es el único con un sueño, entre las arenas del desierto que les han cubierto como lo que son; simples almas que no pueden descansar de su tarea que parece nunca terminar; proteger la tumba del faraón sin nombre se encuentra la única dinastía que aun sirve fiel a la monarquía a pesar de los años y de los daños; Los Isthar.

El tiempo corre, a veces más lento, a veces más rápido, ambos humanos tratan de alcanzar la salida de aquel ciclo sin fin, de aquella penitencia en forma de designio. Pero hasta ellos reconocen que lo que alguna vez se escribió en el árbol celestial por Sekhait es difícil de borrar. Aigami Diva y Malik Isthar lo reconocen en carne propia, el primero al ver como su maestro ha muerto ante uno de los artefactos del milenio, el segundo al haber matado a su propio padre.

Y las manecillas avanzan sin detenerse.

Yugi, quien ha perdido los recuerdos de quién es ha sido criado como uno de sus hermanos junto con los demás niños sin hogar, a pesar de su color distinto de piel ha creído las mentiras de Aigami.

"—Tus padres te abandonaron como a los demás, esta es tu nueva familia"

Sin embargo no solo ha creído en sus palabras sino también en sus sueños; abrir la siguiente puerta para un mundo mejor.

A pesar de ello, Aigami Diva no baja la guardia, al retroceder el tiempo ha tenido que vivir con aquel cuerpo hasta llegar a su edad actual, su fuerza ha mermado, su Ka no es capaz de usar el Cubo de Dominios Dimensionales por completo. Para poder usarlo adecuadamente debe esperar solo un poco más, pero aun en él se cierne la duda, en aquella ocasión que tomo a Yugi Mutou no pudo sentir la presencia del rompecabezas.

Comprende que sin el usuario aún tiene una oportunidad, pero si alguien lo encuentra antes...

Es en la duda que se cierne en él, la misma que se va al sentir una mano sobre la suya.

—Vamos Diva ¿Que te tiene tan meditabundo? Tal vez si nos dices que sucede podamos hacer algo —Y nuevamente le ve sonreír para él, entonces observa a su alrededor, los demás niños, que a pesar de no compartir su sangre se han convertido en su familia siguen creyendo en su sueño.

Es entonces que no puede evitar reír al verse en tal posición, por unos instantes se había perdido así mismo, Aigami niega mientras se levanta, ha recuperado el ánimo después de haber olvidado sus fines. Después de todo debe ser su guía.

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Más Aigami Diva no es el único que haría cualquier cosa por obtener lo que quiere, Malik Isthar ha movido mar y tierra solo por saber la ubicación del rompecabezas, el cual sigue en aquel cofre dorado, el mismo que mira con desdén, de nada sirve tenerlo si aún no logran encontrar a su portador, tantos años desperdiciados y cada que piensa tener la llave de la salida solo es una puerta que le lleva a la nada.

Ante la frustración que le aqueja ha vuelto sus manos en puños y golpeado la pared, la sangre brota de sus nudillos, la misma que le recuerda la sangre que alguna vez estampó la pared cuando había matado a su padre.

Es la ira, la misma que se convierte en locura la que le carcome, no sabe que ha hecho para merecer tal castigo. Vivir bajo la tierra como gusanos ¿Qué clase de vida es esa?

Ishizu observa con pena a su propio hermano siendo consumido por su oscuridad, ante ello ha tomado una decisión, tomar el Collar del Milenio para adivinar el futuro que les deparara, pero lo único que logra es caer en el suelo, lo que ha visto es la yuxtaposición de su mundo y del real.

Malik al verla en tal estado ha soltado el Cetro del Milenio. La ira sigue creciendo, maldice al faraón sin nombre y todo lo que tenga que ver con su prole.

Un juramento sin palabras es lanzado, sin importar qué; conseguirá la libertad de su familia.

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Le ha pedido a Odion llevarse a Ishizu, observa el collar en el suelo, por unos momentos teme en tocarlo, sin embargo una voz le insta a hacerlo, la misma que habita en el cetro del milenio.

Y entre la irradiación de energía logra ver la verdad, lo que tanto ansia tener; al portador del rompecabezas quien le dará la libertad que tanto desea.

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La plaza de Luxor, es donde nuevamente se han colocado en una de sus esquinas más concurridas del mercado principal.

El mensaje es el mismo, la nueva sociedad Prana llevara a los hombres arrepentidos de sus pecados al nuevo mundo.

Y como de costumbre Aigami es tachado como un loco religioso, suspira resignado, no creyó caer tan bajo, aun no comprende porque ha hecho caso a las palabras de Yugi cuando le pidió dar a conocer sus conocimientos a más gente para llevarles con ellos. Pero es la sonrisa que le ofrece entre el público lo que le hace creer en el corazón de la gente y con ello una vez empieza el mismo discurso.

Sin embargo entre la multitud una sombra llena de oscuridad se cierne, un hombre encapuchado ha tomado a Yugi del brazo y le ha llevado con él sin ser notado. En otra ocasión hubiese puesto resistencia, pero el arma no le ha dejado alternativa.

Mientras tanto Amón Ra sigue expectante ante la resolución, más el sonido del siseo de la cola de uno de los alacranes de Isis le hace volver al NUN. Su sonrisa se ancha, todo parece la voluntad queriéndose reír a su costa, sin embargo más que ello le ha dado el mejor espectáculo que ha tenido en siglos.

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—¿Donde esta Yugi? —es la pregunta llena de desesperación que lanza Diva al no verle con los demás. Más no hay respuesta alguna que puedan dar.

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Isthar Malik ha caminado al frente, se ha agachado ante el obsequio que le han traído sus subordinados. Con sus manos levanta su mentón solo para ver la mirada llena de odio del chico que tiene al frente.

Ishizu no puede evitar sentir el miedo dentro de sí, lo que ambos están haciendo, el transcurso de la historia ha cobrado una forma que ningún Dios pudo prever. Comprende la osadía que su hermano menor está cometiendo aun así una parte de sí reza porque este sea solo el camino para su felicidad.

—¿Qué piensas hacer conmigo? —exclama Yugi con furia, a pesar de estar rodeado.

Uno de los hombres de Malik gruñe.—Insolente —grita más se detiene ante la voz de su jefe.

—Vaya que tienes cojones a sabiendas de tu situación —fue la respuesta de Malik quien chasqueo los dedos. Yugi miró a los extremos, por unos minutos pensó en su muerte segura más abrió los ojos de par en par al ver lo que tenía al frente, un cofre dorado que su captor abrió, dentro cientos de piezas —vamos —la voz de Malik era fría y cortante— ármalo.

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<<Y las manecillas del tiempo siguen su camino solo dando paso al inició del final>>

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Había tomado el cubo de su bolsillo y como en aquel entonces, simple dejá–và repitiéndose una y otra vez entre la bifurcación espacio tiempo exclamo —Llévame dónde está él.

La demanda había sido hecha. La misma que el cubo cumplió ante el final que les deparaba.

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El lugar, las catacumbas que nadie debía pisar, aun así solo una familia era digna de ello, observo al grupo, el arma que apuntaba detrás de su cabeza mientras seguía en el piso colocando pieza tras pieza; pronto miró la forma que adquiría.

—¡Yugi! —le llamó, pero en sus ojos supo reconocer la verdad que ahora él también sabía ante las muestras de llanto.

"No. Yo no quería esto" "¿Acaso esto es inevitable?" fueron los pensamientos que cruzaron sus cabeza mientras en su rostro una mueca se formaba, Aigami Diva seguía reacio ante el destino. Entonces pudo verlo, aquella última batalla, como creyó en sus palabras, como torpemente había creído en él, y como le había dejado solo ante la obligación de morir por el Faraón.

Apretó con fuerza al cubo, esta vez no hubo palabras que decir, el cubo de Dominios Dimensionales lo sabía con claridad, el deseo de su amo, el deseo que había encubierto, no era el sueño, era la fe perdida, la misma luz que le había opacado cuando Zorc le había consumido, quería obtenerlo de regreso, solo a él.

Y entonces Aigami Diva se esfumo, una sonrisa altanera apareció en el rostro de Malik ante el asombro de sus hombres, quiso reír y lo hizo, las carcajadas resonaron en el lugar, las mismas que murieron al instante al ver como ahora Aigami Diva tenia sujetado de los hombros a Yugi, el mismo que seguía sin comprender como todo había tomado tal curso.

—No permitan que se lo lleve —exclamo con furia Malik.

Aigami aferro a Yugi, solo una vez más; pensó, si tan solo se teletransportase a otra parte podrían salir de esta, más no espero que el mismo Yugi le empujara lejos de él.

Quiso decir su nombre, pero al ver su mirada lo supo, "tal vez el destino no se podía cambiar"

Y Amón Ra quiso contestar a pesar de que sabía que no podría oírle. Muy a pesar de que solo era la distorsión hecha carne, la misma que llegaba a su fin.

Los hombres de Malik seguían apuntando sus armas, entre el caos que se había formado esperando las ordenes de su amo y señor quien se regodeaba ante la muestra que observaba ahora.

Fue el sonido del impacto que se escuchó en el lugar, el mismo que retumbó en los oídos de Amón Ra y le hizo cerrar los ojos.

Este mundo llegaba a su fin.