capítulo 6 pt.1
Sostenía mi celular de manera dudosa entre mis manos, el contacto de Suguru podía ser visto desde la pantalla. Sólo necesitaba presionar el botón y dentro de unos segundos estaríamos hablando. Era algo tan sencillo pero a la vez tan complicado que ya llevaba unos minutos debatiendo el si era buena idea o no lo que estaba a punto de hacer.
Suguru no había contestado mis mensajes desde hace ya un día, lo cual era inusual de su parte. Por lo general demoraba un poco o también podía responder enseguida, no me molestaba para nada pues entendía que tenía cosas que hacer y me respondía a cada momento que podía, además de que por mi parte, era de la misma forma y él demostraba la misma comprensión que yo.
Pero ya era un día y estaba realmente preocupada. Mi ansiedad estaba comenzando a dispararse con mil preguntas y mil maldiciones por nunca haber pedido el número de Satoru.
¿Y si le había pasado algo? ¿Le habrían robado? ¿Estaba ocupado? ¿Y si no era eso y más bien se había hartado de mí?... no, no podía ser eso, él no era así y yo sabía bien que me quería.
Me quería, ¿cierto?
-oye, ¿estás bien?.- la voz de Hiroshi me sacó de mis pensamientos. Despegué mi mirada de la pequeña pantalla que brillaba frenta a mi, para mirar a mi primo, quien tenía una expresión de confusión y debatí el si expresarle o no mi preocupación. Al final concluí que era la única persona a la que le podría decir.
-Bueno, es que Suguru no me ha contestado los mensajes desde ayer y nunca lo había hecho- a cada segundo que pasaba sentía el nudo en mi garganta hacerse más grande, la opresión en mi pecho más pesada y mi corazón acelerarse más y más. Podía sentir el ligero temblor de mi cuerpo y mis palmas sudaban.
- ¿no le has preguntado a Satoru si sabe algo?
-no tengo su número.- la desesperación se notaba en mi voz. Hiroshi suspiró y posó su mano en mi espalda.
-Siéntate, te traeré agua.- me guió hasta aquel sillón tan familiar y lo ví ir por una botella de agua del pequeño frigobar que estaba a un lado de la recepción. Al darme la botella, tomó asiento a mi lado.
-¿cuando le llamas suena directamente el buzón?- agaché la mirada por la vergüenza. Lo más lógico era haber llamado al ver su falta de respuesta, pero lo único que había hecho fue mandar unos cuantos mensajes preguntando sobre su bienestar. Me sentí apenada y tonta porque mi inseguridad evitó que hiciera algo tan simple como eso. No era que Suguru me hubiera hecho sentir como si fuera una molestia en algún momento. Al contrario, cada que respondía mis mensajes podía notar su buen ánimo al hablar conmigo, podía notar su sonrisa tan genuina cuando me veía, podía sentir cuánto le alegraba cuando lo abrazaba, cuando lo besaba y cuando le regalaba caricias sutiles. Suguru había dejado bien en claro sus sentimientos hacia mí y justo por esa misma razón me sentía tan estúpida. El problema estaba en mí y sólo en mí pero por más que lo supiera, no podía evitar el pensar que si llamaba y no era nada malo, parecería una loca.- no lo he llamado.- aquellas palabras salieron en un susurro.
-¿ y por qué no lo has llamado?- me cuestionó con obviedad. Lo miré y su confusión estaba plasmada en sus cejas. Esta vez decidí no compartir el motivo, así que sólo respondí sin dar detalles.
-eso iba a hacer.- antes de recibir una respuesta, presioné el botón verde. Entré en pánico pero me quedé en mi lugar, presionando la bocina contra mi oreja. Juraría que mi corazón se saldría de su sitio en cualquier momento.
Tres tonos pasaron para que la otra línea respondiera.
-¡kazumi, hola!- esa no era la voz de mi pareja, era la de su mejor amigo y eso provocó que mi ceño se frunciera en confusión.
-¿Satoru?
-¡el mismo! ¿Cómo estas?- las dudas aumentaron y mi impaciencia se hizo presente.
-bien, eh... sólo quería saber si Suguru está ahí.-Hiroshi me miró confundido, queriendo saber qué estaba pansando.
Nisiquiera yo sabía qué estaba pasando.
-oh sí, justo está...- su oración fue interrumpida de abrupto y pude escuchar una voz a lo lejos y enseguida un sonido extraño, como si hubieran rozado el micrófono con algo
-¿Kaz?- escuchar mi nombre proviniendo de sus labios quitó cualquier sentimiento de angustia de inmediato.
-suguru.- la felicidad y alivio emanando de mis labios.- perdón, es sólo que me preocupé un poco y quería asegurarme de que estuvieras bien.- expliqué rápidamente, sintiendo un pequeño bochorno al sentir la mirada inquisidora de mi primo.
-aguarda un momento.- escuché cómo cerraba una puerta y luego de unos segundos, volvió a hablar.- perdón, es que Satoru no me dejaba hablar tranquilo.- escuché una pequeña risa- lamento haberte preocupado. Tuve un pequeño inconveniente y estaba en la enfermería , pero me encuentro bien.- al escuchar eso, mi preocupación volvió.
-¿cómo? ¿Qué pasó?- Hiroshi comenzó a hacerme señas, queriendo saber qué pasaba, así que decidí ir al baño para tener una conversación más privada.
-tranquila, me caí y me di un buen golpe pero ya estoy perfectamente bien.- noté en su voz algo de preocupación
-¿puedo ir a verte?- fue lo primero que salió de mis labios
- de hecho me dieron unos días libres, mañana mismo iré a verte- su respuesta no me satisfizo. Siempre era él quien se escapaba para poder vernos, siempre era él quien daba el primer paso y en ese momento había decidido que no importaba mi temor o inseguridad, incluso aquellos pensamientos intrusivos que me atacaban a cada momento. No me quedaría de brazos cruzados esperando a que Suguru hiciera las cosas. Si él no era quien causaba aquellos problemas, entonces era algo en lo que debía trabajar yo misma. Quería ser mejor para poder estar con él, quería que mejoráramos juntos y quería dar lo mejor de mí, pues él lo valía. Él valía la pena.
-no.- hablé tajantemente. - si estuviste en la enfermería por tanto tiempo, es seguro que te hiciste daño. Prefiero ir a verte. Si no tienes permitidas las visitas, por lo menos deja que vaya a un lugar cercano al instituto.-no dí tiempo a que mi cerebro jugara en mi contra y solté las palabras sin pensar en ellas.- Kaz.-la voz de suguru sonaba titubeante y una vez más, lo interrumpí- o si prefieres descansar, también lo entenderé, es sólo que no quiero que te exijas demasiado. Si vienes a verme sería ir y regresar y no quiero que te canses,sólo esta vez, Suguru, sólo esta vez déjame ser quien vaya a tí -mi corazón estaba acelerado pues no sabía qué hacer. Estaba preocupada por él y las palabras brotaban sin cesar, una tras otra hasta que me quedé en silencio, intentando calmar mis nervios.
-Kaz, estás volviendo a tener un ataque. - sus palabras me sacaron de mis pensamientos con sorpresa ¿cómo lo sabía? Siempre intentaba disimularlo para no preocupar a los demás, de igual forma no había mucho que pudieran hacer.
- ¿cómo...-iba a preguntarle cómo lo sabía, pero esta vez, él me interrumpió
-te conozco.- rió por lo bajo- sé que cuando tienes un ataque te quedas absorta e inmóvil, aunque hay veces en las que te aceleras y comienzas a hablar más rápido, como ahora.- mi sorpresa me dejó sin palabras ¿desde cuándo lo había notado? Al no obtener respuesta de mi parte, prosiguió.- lo siento, kaz. No quería preocuparte, creí que no duraría mucho en la enfermería y te llamaría tan pronto saliera pero me quedé dormido y cuando desperté y busqué mi celular, Satoru ya estaba hablando contigo. Quiero verte más que otra cosa y si te hace sentir más tranquila, ahora me encuentro en perfecto estado, sólo me dieron un par de días libres para descansar, sólo eso.- por su tono pude deducir que estaba preocupado por mí y al momento de escuchar sobre su tiempo libre, se me ocurrió una idea.
-Suguru.- mi voz ahora era decidida
-¿sí?- preguntó, atento
-si te dieron un par de días libres ¿es obligatorio que te quedes en el instituto? Osea ¿puedes ir a descansar a otro lugar?
-supongo que podría ir a otro lugar ¿por qué?
-quédate conmigo.- lo dije tan rápido que no creí que me hubiera entendido
-¿lo dices enserio?- pude notar su asombro
-sí. claro, si tú quie...
-sí quiero.- nunca había recibido una respuesta tan rápidamente. Me causó ternura y reí.
-bien, entonces- sonreí al tiempo que sentí mis preocupaciones desvanecerse.
-bien- repitió. Nos quedamos unos segundos en silencio.
-¿te veo mañana cuando salga del trabajo?
- ahí estaré
-de acuerdo, me despides de Satoru.
-claro
-Suguru.- otra vez me aceleré.
-Kaz.- un aire de seriedad se apoderó del momento.
-te... te quiero.- estuve a un momento de decirle aquello, de confesarle aquel sentimiento que había descubierto, aquel sentimiento que él había despertado, aquel que le pertenecía sólo a él, al igual que yo. Pero mi valentía ya se había ido y supuse que tal vez sería mejor hacerlo en una situación más idónea, no por llamada. Un breve silencio estuvo del otro lado de la línea.
-te quiero.- su voz dulce y serena estaba de vuelta y sin decir más, cortamos la llamada.
Al terminar la llamada inhalé una gran bocanada de aire para luego expulsarlo y así, salir finalmente del baño. Cuando salí ví a mi primo, que estaba sentado mirando la pequeña pantalla de su celular. Cuando se percató de mi presencia guardó su celular y me miró a brazos cruzados y ceja alzada. Iba a contarle que todo estaba bien pero él se adelantó.
-así que Suguru y tú, ¿eh?- me encojí en mi lugar y con una sonrisa apenada asentí. Evitando el contacto visual.
-¡Ya era hora!- su alegría me confundió- Satoru y yo casi hacíamos una apuesta para ver cuánto tardaban en hacerlo oficial. Eran muy obvios
-¿qué?- ¿enserio era obvio? Al parecer sólo sirvo para engañarme a mí misma.
-me alegra, es un buen tipo. Sólo ten cuidado y no descuides tus metas ¿entendido?- Hiroshi ignoró mi cara de confusión y pasó de largo.- ahora, a trabajar- confundida lo seguí, pues aún faltaban varias horas para finalizar el día.
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A quienquiera que lea esto:
Hola!
Espero que les haya gustado el capítulo. Inicialmente iba a ser mas largo pero preferí dividirlo en dos partes, siento que se disfrutará mas si están un poco separadas las partes ya que la siguiente tendrá contenido picante (si saben a lo que me refiero ;) )
Sin más que agregar, espero que estén disfrutando la historia, tengan un buen día y ¡hasta la próxima!
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