Lágrima de una estrella; perdidos en una galaxia ❐1
゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚
┊ ┊ ┊ ┊ ┊ ┊
┊ ┊ ┊ ┊ ˚✩ ⋆。˚ ✩
┊ ┊ ┊ ✫
┊ ┊ ☪⋆
┊ ⊹
✯ ⋆ ┊ . ˚
˚✩
╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴
¿Te dije antes que eres la persona más brillante que he conocido? Bueno, mis palabras nunca serán suficientes para describir lo fascinante que fue pasar cada día a tu lado... Cariño, solo tú con tu hermosa sonrisa haces danzar en melodías vibrantes el latir de mi corazón...
╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴
Todavía puedo recordar la primera vez que tu grata presencia hizo aparición en mi vida. ¡Oh, Dios! ¡Éramos tan pequeños!
Fue un día de primavera, cuando el cielo se pintaba de los tonos azules más hermosos y llamativos, cuando el señor sol iluminaba el cielo con sus dorados polvos brillantes. Ese día las aves contaban bonito, como una dulce y sutil melodía que alegraba la mañana, los árboles se pintaban de fuertes verdes y las flores nos deleitaban con sus armoniosos colores y sus sublimes fragancias.
Era una mañana bastante cálida, soleada y animada. Más para mí no lo era del todo, siendo sincero aún me avergüenza decirlo y si me lo llegaran a preguntar estoy lo suficientemente seguro de que lo negaría por completo, pero ese día tenía miedo. Mucho miedo. Me aterraba el hecho de ser nuevo en un lugar que no conocía, tenía miedo de hacer amigos, de no caerles bien a las personas, pues soy bastante distraído y mi torpeza muchas veces llega a ser muy molesta. Temía ser juzgado, burlado y menospreciado como ya estaba acostumbrado a que me trataran.
Lloré tanto ese día manchando la falda floreada -favorita de mamá- con mis saladas lágrimas, mamá decía que todo estaría bien mientras me miraba con esa hermosa sonrisa formada en su rostro, esa que volvía dos finas líneas sus azulados orbes. Yo no le creía en lo absoluto hasta que te vi.
Tú viniste a mí con esa preciosa sonrisa y con tu salvaje melena azabache tapando de la manera más tierna las gemas preciosas que son tus orbes color miel. Dulces, brillantes y profundos como un buen tazón de miel, esa es la comparación perfecta de lo hermosos que son tus castaños redondeles y las pobladas pestaña que a ellos con infinita gracia arropa. Mientras tus rojizos belfos se alzaban en un divino gesto juntaste nuestras manitas y mientras tus abultadas mejillas se pintaban de carmesí, me dijiste:
"Juega conmigo". Ni siquiera me diste el tiempo para contestar, simplemente jalaste mi mano y entre melodiosas carcajadas me arrastraste hasta el tobogán.
Esa noche al llegar a casa, cuando la oscuridad abrigaba mi sueño y mi cabeza se hundía en la esponjosa almohada, me dije a mi mismo que tu sonrisa de ensueño era lo más hermoso que había visto en toda mi vida. Y aún lo sigo creyendo Jungkookie, todavía no he encontrado nada que se le compare a lo bella que es tu sonrisa.
A los doce años me di cuenta por primera vez que eran los celos. Nunca antes había experimentado ese sentimiento tan egoísta, pues normalmente todo lo que podría llamarse 'mío' me gustaba compartirlo. Pero ese día, cuando en la salida te vi hablando con ese chico SeokJin, un extraño ardor se formó en mi pecho, y mis puños se cerraron llenos de molestia cuando tus finos labios se posaron sutilmente en su mejilla. Ese chico no me agradaba en lo absoluto, tenía cara de casanova y su actitud frívola me sacaba de quicio.
¿Por qué él? Me pregunté tantas veces cuando de nuevo ese fuego quemaba en mi pecho al verte salir todos los días con ese muchacho de dorados rizos. Taehyung me veía como un bufón, se mofaba de mí diciendo que el humo ya salía por mis orejas de lo celoso que estaba, y yo sin negarme acepté por fin. Contigo me permitía ser egoísta, no quería que nadie -que no fuera yo- se deleitara con la suavidad de tus labiales.
Pues solo para mí los dioses crearon esas esponjosas cerezas de vivo color carmín e hipnotizante sabor agridulce...
Mi ángel, nuestros labios siempre estarán destinados a juntarse. Fueron hechos el uno para el otro complementándose de una forma tan divina como el brillo de una estrella.
Solo éramos dos jóvenes mortales profesando un acto pecaminoso ante los divinos, cuando por primera vez te hice el amor. Recorrí tu tentativa piel con dulzura extasiándome de tu sutil aroma floral, gritabas mi nombre fuerte, tan alto que hacía mi corazón palpitar entre cantarines tamborileos llenos de agraciada felicidad. Besé tus labios lentamente, como aquella vez detrás de la escuela cuando debajo de un enorme árbol de cerezos te dije lo mucho que mi corazón danzaba al tenerte cerca, ese mismo día en el que asentiste con mejillas pintándose del mismo color de las hojas de aquel viejo árbol y respondiste un:
"Hyung, tú también me gustas. Mi corazón de igual manera se acelera cuando tu tacto recorre mi piel, late desembocado cuando tu voz clama mi nombre, mis latidos se vuelven dulces cuando tus ojos parecen desvestirme por completo".
Tales palabras hicieron a mi corazón pintarse de arcoíris, uní nuestros labios en un beso de caramelo, tranquilo y dulce. Tan exquisitos como lo fueron tus rojizos labios de cereza. Jungkookie, regresa esos toques de dulzura a mis agrios días.
Estoy cansado del sabor agrio que el limón deja en mi boca, regresa con tus dulces belfos y empalágame con su sabor.
Recuerdo perfectamente el día que llegaste a mi casa con tus hermosos luceros rebosando en lágrimas mientras tus labios se movían en lastimeros susurros que no hacían más que agrietar mi pecho.
"Ella me odia". Pronunciaste con tu dulce voz y tus rojizas mejillas se bañaron de ese salado líquido que tanto odie que derramaran tus ojos. Negando te tomé entre mis brazos pegándote a mi pecho como una barrera que te protegiera del pesar que atosigaba tu mente, a tus luceros te mire preguntándote inquieto:
"¿Qué es lo que aflige tu corazón, amor mío?". Con tu voz quebrada y con sentimientos de por medio me explicaste sollozando, que tu madre nos había visto aquel día que te lleve al parque por nuestro aniversario y te di un beso en los labios, dijiste también que ella había gritado que prefería mil veces que hubieses muerto en ese accidente a tener un hijo homosexual. Lloraste en mis brazos mientras yo besaba tu frente y susurraba que jamás te dejaría y que todo estaría bien.
¿Qué culpa tiene las almas de enamorarse? Los cuerpos son prestados, más las almas viven eternamente y mi amor te seguirá por siglos sin importar que tan cegada este la realidad.
El día que te mudaste conmigo fue uno de los mejores días de mi vida, ahora podía verte al amanecer cuando el alba pintaba tus facciones de sublime nobleza. Podía prepararte el desayuno -aunque la mayoría eran quemados- y comprarte todos los dulces que pidieras. Nos quedaríamos hasta la madrugada acurrucados en el mueble viendo maratones Marvel porque sabía perfectamente que eran tus favoritos, yo besaría tus mejillas con dulzura y tú reirías sonrojado mientras lloriqueabas para que te dejara ver la TV... Me prometí que nunca te faltaría cariño porque, por más que el mundo no aceptara nuestro amor, que nuestros padres y más queridos amigos se alejarán yo estaría para ti tomando tu mano y levantándote cuando cayeras.
❝ ¿Por qué nuestro amor tuvo que acabar tan pronto? ¿Por qué sabiendo que eras mi soporte tenías que desmoronarte? Dime flor marchita, ¿cuándo volveré a verte florecer?❞
Te vi ese día cuando frente a mis ojos caías y te fragmentabas cual cerámica de fina nobleza, mientras que yo, el desgraciado plebeyo, rápidamente tomaba entre mis brazos los pedazos de cristal que formaban tu delicada figura. Te llamé, grité tu nombre pero tus oídos eran sordos en ese momento. Llamé a una ambulancia, tenía tanto miedo de perderte, oh, amor mío nunca había sentido tanto temor.
Todos los recuerdos llegaron a mi mente como una secuencia de película cuando el hombre vestido de telas blancuzcas nos dijo a todos los presentes el estado en el que estabas, mis lágrimas no tardaron en aparecer cuando entre a tu habitación y te vi allí conectado a una máquina, la única cosa que te hacia permanecer a mi lado. Sostuve tu mano, susurrando un roto:
"No me dejes, dueño de mi corazón". Con la absurda esperanza de que tú lo escucharas, que despertaras y que regalaras aquélla sonrisa de conejito que tanto llenaba de amor mis días, pero nunca lo hiciste, no despertarte. Jamás volviste a mirarme...
Me negué a aceptar que ese día te habías ido, nuble mi mente en una ilusión, quería seguir creyendo la mentira de que tú despertarías. Grite con fuerza, desgarrando mi garganta, era solo una cruel pesadilla cuando la máquina dejo de sonar para dar solo un pitido, diciéndome -sin opción a aceptarlo- que desaparecías de mis manos... Que me habías dejado en este mundo completamente solo.
A mi mente llegaron los recuerdos de aquellos días que entre las blancas sabanas expresábamos el amor que sentíamos el uno por el otro, que con dulces besos, miradas coquetas, y alguno que otro sonrojo expresábamos tantos sentimientos.
También recuerdo el día que miraste diciéndome con timidez que querías un bebé para sostener entre tus brazos, como la joven madre que estaba frente a nosotros en el parque, yo emocionado te tome entre mis brazos y girándote sobre el suelo te respondí un:
"¡Tengamos un bebé!". Que llenó tus ojos miel de un bonito brillo, me abrazaste cariñosamente mientras mi corazón se llenaba de dicha, lástima que aquel día nunca llegó...
Viendo aquella caja marrón contigo dentro bajando hasta ese hoyo donde nunca jamás volvería a verte, maldije al destino por separar nuestros caminos de esa triste manera. Las promesas sin cumplir y las noches en las que solo los besos y caricias eran capaces de expresar todo sin necesidad de palabras retumbaron mi pecho haciéndome sollozar cubriendo con pesas mi moreno rostro.
Lloré cuando cubrieron con tierra el lugar donde el dueño de mi corazón yacía... Toqué mi pecho sintiendo una fuerte presión, había tantas cosas que hubiese querido decirte aquel día.
Saqué de mi bolsillo una pequeña caja roja y la abrí dando a ver las dos sortijas que con esfuerzo había comprado haces meses para ese mismo día pedirte matrimonio, una lágrima cayó de mi ojo cuando delineé tu nombre en una de ellas.
❝Gracias, mi ángel, por ser la melodía que hizo bailar mis sentidos. Gracias por ser la luz en mis noches más oscuras, gracias por ser el guardián de mis sentimientos❞
Y aunque quizás no puedas oírme, me acerqué a tu lápida y mis ojos delinearon tú nombre: "Jeon Jungkook" escrito en ella... Con el corazón hecho pedazos y lágrimas llenando mis ojos susurre:
"Gracias Jungkookie"
Y como me prometí el primer día que te vi jamás olvidare tu sonrisa...
"Jamás, Jamás dejaré de sentirte. Jamás dejare de amarte, sigue llenando de efímero confort los latidos de mi corazón".
╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴
❝Por favor, no veas. Sólo a un chico atrapado en sueños y fantasías... Por favor, mírame. Alcanzando a alguien que no puedo ver...❞
❝Estoy condenado, cupido pide a gritos que le devuelva sus flechas❞
❝Pero, somos estrellas perdidas... intentando dar luz en la oscuridad❞
╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴ ╴
Fin.
Heyyyy, ¿cómo están? ¿qué les pareció la historia?💕
Espero les haya gustado uwu
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro