6. Palme y Vicktor.
Palme me ha dicho la verdad del porque aun estando aquí vendía drogas, sin embargo también me ha mostrado la única y aparentemente verdadera opción para salvarnos de la deportación. Nos han contactado directamente con la asesora que han designado para nosotros, según ella es una empresaria colombiana dispuesta a permitirnos trabajar en lo que podamos.
Al final de todo hemos terminado acordando tener una reunión en la cafetería 506 acá en Madrid, un lugar muy bonito y famoso.
•
Voy con Palme estamos llegando a la cafetería, hemos venido caminando, son las 6:30 PM tuve el día libre y como saben mi primo ni siquiera trabaja.
Por obvias razones voy a renunciar. Claramente si obtenemos los puestos.
Entramos en el 506, el show que tienen habitualmente está a punto de comenzar. Siempre ha traído invitados musicales o comediantes para animar el local por las tardes-noches. Pero se ha hecho famosa por la ciudad una banda naciente que se llama Broken Souls no la he escuchado, sin embargo han ganado popularidad por esta zona madrileña.
— ¿Será que hoy tocan esos tal Broken Souls? —. Pregunta Palme al sentarnos en una de las mesas del medio.
—No sé, solo quiero que llegue la empresaria —, contesto e inmediatamente mi teléfono suena. Lo tomo y es el número de la empresaria.
—Hola, ¿están en la cafetería? —. Es lo primero que dice y solo busco con la mirada a alguna mujer sentada sola.
—Eh sí, en las mesas de en medio —, informo e inmediatamente ella corta la llamada.
— ¿Quién era? —. Pregunta Palme al instante.
—La empresaria.
— ¿Ha llegado? —, solo asiento con la cabeza—. ¿Dónde está?
—Buenas tardes, soy Ámbar Miller —, la chica informa apareciendo enfrente de nosotros.
Es alta, de piel morena, cabello rizado de color castaño, labios carnosos, delgada aunque curvilínea pero no es voluptuosa. Trae un jean y una blusa mostrando el ombligo, en su mano derecha un pequeño bolso, botas de tacón y un poco maquillada. Debo confesar que estoy un poco vislumbrado, esta mujer es muy bonita.
—Buenas tardes, siéntese —, dice Palme devolviéndome a la realidad. Ella lo hace y queda frente a frente con mi primo y yo—, soy Palme y él es Vicktor ambos de apellido Urbano —, aclara él y cada uno le estrecha la mano en forma de saludo.
—Un gusto chicos —, la mujer hace una pausa y saca su teléfono del bolso— ¿Podría hacerles unas preguntas?
— ¿Cómo en una entrevista de trabajo? —. Pregunto.
—Sí, así mismo —, aclara y me sonríe, le miro la cara a mi primo y asentimos—. Por cierto anotare todo en mi celular. ¿De dónde son?
—Bueno, vivimos acá pero nacimos y estuvimos gran parte de nuestras vidas en Venezuela —, informa Palme.
—La empresa ya sabe los problemas que tuvieron allá en su país y los que tienen acá en España —, mi primo y yo nos miramos preocupados—, pero tranquilos eso no influirá en la decisión de darle el puesto, claramente si cumplen con los requisitos —, al escuchar eso me siento aliviado.
—Bueno continúe —, pido y llega un mesero trayendo la lista de bebidas.
—Capuchinos para todos, además un helado de fresa con chocolate para mí —, indica Ámbar al hombre— ¿Ustedes chicos que pedirán? —. Pregunta y estoy un poco incómodo pues lo que pidió es carísimo.
—Yo quiero un helado también de lo que sea pero su sabor principal sea coco —, dice Palme y lo miro con molestia.
— ¿Y tú, Vicktor? —. Pregunta ella.
—Solo el capuchino, gracias —. Indico y el mesero se va.
—Tranquilo yo pagare todo —, dice ella, dándome otra sonrisa y la verdad me siento un poco incómodo con esta situación—. ¿Podemos continuar? —. Pregunta y sigue hablado—. ¿Qué saben hacer chicos?
—Yo soy experto en ventas —, informa Palme sonriéndole descaradamente.
Experto en venta pero de drogas, que arrecho el primo mío.
— ¿Y tú? —. Me pregunta ella.
—Yo, puedo hacer cualquier trabajo sin importar lo que sea —, indico y le sonrío, realmente necesitamos el dinero.
—Bueno estarán dos semanas de pruebas y capacitación, trabajaran para una compañía internacional de traslados de todo tipo de material artístico de valor, de montaje de escenarios, entre otras cosas —, informa sacando de su bolso ahora una carpeta con papeles—, solo lean y firmen el contrato —, indica colocándola en la mesa y dándonos un bolígrafo.
No puedo creer que sea así de simple, debe haber alguna trampa.
— ¿Así de simple? —. Pregunta Palme tomando la pluma y lo noto tan desconcertado como yo.
—Sí, así de simple —, aclara ella tranquilamente y llega el mesero con los pedidos, luego de darle las gracias continua hablando—, lean el contrato y verán que no hay ninguna trampa —, dice rodando los papeles hacia nosotros.
Comienzo a leer, el contrato estipula todos los servicios que nos serán garantizados, todos los privilegios que gozaremos, el dinero que ganaremos y otras cosas normales en los contratos vainas sin importancia, Palme está decidido a firmar pero algo me dice que hay que pesarlo.
—Denos un momento ya volvemos —, le pido a la mujer. Palme se levanta conmigo y nos alejamos de la mesa—, aquí debe haber un tipo de trampa —, digo ahora que estamos él y yo solos.
—Yo también lo veo muy raro —, expresa y toma aire—, pero hemos leído el mismo contrato y no dice nada raro todo parece ir normal.
— ¿Y si no es así? —. Pregunto desesperado.
—Hay que intentarlo Vicktor, es nuestra última esperanza y si algo anda mal sé que podremos salir de ello —, hace una pausa y sus ojos se aguan—, hemos pasado por muchas cosas desde la muerte de Miguel... —, por primera vez lo veo tan afectado y sentimental—...sé que la cague y esta parece ser la única forma de poder quedarnos en Europa, solo intentemos —, su voz al decir eso último es quebradiza.
—Está bien —, es lo único que puedo decirle y volvemos a la mesa. Ahí está Ámbar comiendo su helado.
Nos sentamos y al instante Palme que en todo momento tenía el bolígrafo en mano firma el contrato.
—Es un gusto que hayan decidido aceptar —, expresa ella con una sonrisa, doy un sorbo a mi capuchino—, pasado mañana comenzaran, como en el registro han dado la ubicación de sus casa un taxi pasara buscándoles—, inmediatamente nos entrega un sobre a cada uno—. Acá esta su paga inicial, tómenlo como un bono.
No lo puedo creer, esto es real.
— ¡Buenas noches gente! —. Grita el animador robándose nuestra atención antes de que Palme o yo podamos decirle algo a Ámbar— ¡¿Están preparados para escuchar a la banda sensación de Madrid?! —. Pregunta y el bullicio se hace sentir, no sé cómo el lugar se ha llenado tan rápido.
—Supongo que presentarán a los de Broken Souls —, dice Palme.
—Yo he venido varias veces y la verdad esos chicos son muy buenos, además el cantante es muy lindo y tienen muy buen estilo —, comenta ella y nos sonríe de nuevo.
— ¡Denle la bienvenida a los chicos de Broken Souls! —. El animador vuelve a intervenir, el telón del escenario cae, comienzan a hacer un juego de luces.
Cuando vuelven a iluminarnos abren el telón y los jóvenes de la banda empiezan a tocar.
We're leavin' together
But still it's farewell
And maybe we'll come back
To Earth, who can tell?
I guess there is no one to blame
We're leavin' ground (leaving ground)
Will things ever be the same again?
It's the final countdown
The final countdown
Oh
We're headin' for Venus (Venus)
And still we stand tall
'Cause maybe they've seen us
And welcome us all, yeah
With so many light years to go
And things to be found (to be found)
I'm sure that we all miss her so
It's the final countdown
The final countdown
The final countdown (final countdown)
(Oh)
(Oh)
The final countdown, oh
It's the final countdown
The final countdown
The final countdown (final countdown)
(Oh)
It's the final countdown
We're leavin' together
(The final countdown)
We'll all miss her so
It's the final countdown (final countdown)
(Oh)
It's the final countdown
Yeah
Después de coincidir con aquella empresaria en esa cafetería y firmar el contrato estuvimos viendo el show que ofrecía el lugar, Vicktor ha renunciado a su trabajo y hoy es el día en que iremos a donde comenzaremos nuestro nuevo empleo.
Ya hemos desayunado estamos vestidos afuera en silencio, esperando el taxi que pasara por nosotros. Estos días se ha sentido más la calma entre los dos, ya no estamos peleados y por alguna razón se sienten los aires de esperanza, la sensación de que podremos salir de esto.
El taxi ha llegado y nos miramos las caras.
— ¿Listo para trabajar y quedarnos acá? —. Pregunta Vicktor dándome una sonrisa alegre.
—Listo —, digo devolviéndole la sonrisa y subimos al auto.
•
Hemos llegado al lugar de guardado artístico de todo tipo, es como un almacén pero de arte, todo está bien ordenado en su sitio, hay un sitio donde los camioneros dejan el auto y los trabajadores van subiendo las cosas para trasladarlas, todo se ve normal.
—Oh, chicos un gusto —, dice Ámbar caminando hacia nosotros—. ¿Están listos para comenzar?
—Claro que sí —, expresa Vicktor con entusiasmo.
—He decidido que no trabajaran aquí, sino directamente para mí, como mis propios transportistas —, informa ella y nos miramos confundidos—, ah, es que esa vez no les comente, soy la dueña de esta empresa, además pintora y bailarina.
— ¡Que impresionante! —. Vicktor está embobado con esta mujer.
—Bueno no es para tanto —, responde ella—, su primer trabajo será llevarme y escoltarme a Mallorca —, agrega y comienza a caminar—, Palme tú iras en se camión que ya está cargado con uno de los muchachos —, indica apuntando uno al que nos estamos acercando—, Vicktor vendrás en mi auto conmigo —, dice y camina hacia donde esta una Toyota Fortuner estacionada.
Ellos se van hacia ese auto y un joven se me acerca e indica que es será me acompañante. Me subo y él comienza a manejar.
— ¿Ellos vendrán atrás? —. Pregunto directamente, el solo asiente con la cabeza y sigue mirando el camino.
Mi primer trabajo será acompañar a la señorita Ámbar en su auto para escoltarle, ya hemos salido de aquel lugar donde nos llevó el taxi. Ahora estamos rumbo a Mallorca vamos por detrás de un camión de carga en el que va mi primo y otro trabajador.
No he hablado, me he sentido intimidado por la presencia de esta hermosa mujer y también por este auto tan imponente.
— ¿Por qué tan silencioso? —. Cuestiona ella rompiendo el silencio pero no respondo—, no como gente —, dice soltando una risilla coqueta.
Señor, tres horas más así y muero.
—Vale di algo —, agrega pero solo me mantengo en silencio—, ¿Por qué salieron de Venezuela?
—Prefiero no hablar de eso señorita Ámbar —, contesto rompiendo mi silencio.
—Ok —, responde mientras mira el camino— ¿Te intimido? —. La pregunta hace que me sonroje y la mire de arriba abajo.
Esas hermosas piernas morenas, esos labios carnosos, realmente es imponente esta mujer. Pero debo comportarme pues ahora es mi jefa.
—Eso es obvio —, dice mirándome—, te has pasado todo el rato mirándome de una manera poco profesional —, su comentario me hace tragar grueso—, debo aceptar que tú también eres muy lindo —, esta aun mirando la carretera pero noto que se está desviando un poco del camino.
— ¿A dónde va señorita? —. Me siento cada vez más nervioso.
—Pararé un momento debo hacer algo —, comenta y estaciona el auto a un lado de la carretera.
Da un largo suspiro y me mira.
—Sabes lo que quieres, no lo niegues —. Explica y estoy aún más confundido.
— ¿Dé que habla? No le entiendo.
—De esto —, dice y se abalanza hacia mí besándome y sigo el juego.
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Han pasado dos semanas trabajando acá, hemos logrado reunir 51 euros para poder pagar la fianza, sin embargo a ese paso no lograríamos nada. Pero apelamos y nos dieron un mes más para reunir todo el dinero.
Diario ganamos unos dos mil euros, los gastos son todos pagos pero casi no dormimos y andamos de hotel en hotel. Seguimos trabajando cada uno en lo que comenzó.
Palme aprendió a manejar camiones y yo el auto de la señorita Miller. Desde aquel primer día ella y yo hemos sostenido un romance hasta cierto punto prohibido pues de alguna manera eso nos hace los trabajadores más privilegiados.
En el tiempo que hemos trabajado aquí nos han dado a mí y a Vicktor privilegios que en ningún otro lugar nos darían, pero comienzo a creer que mi primo sostiene una relación con la jefa.
Siempre se devuelven sonrisas, miradas, se hablan bonito y todo eso. Por mí no hay ningún problema, es mejor así pero si eso llegará a saberse entre otros trabajadores puede ocasionar un revuelo pues en este momento mucha gente duda del porque desde que entramos tenemos tanto poder.
Es verdad que trabajamos mucho, casi no dormimos, pero ganamos hasta tres mil euros más que los demás y ella siempre nos solicita.
Hoy tendremos el trabajo más importante que será escoltarla a una reunión que tiene con el magnate Luis Velásquez en Barcelona- Cataluña.
•
Hemos llegado a Cataluña es muy hermoso todo la verdad, me alegra tener el privilegio de viajar. Quien ha estado manejando ha sido la señorita Miller, nosotros hemos estado acompañándola mientras hablamos de todo un poco, pues además de tener una relación profesional somos amigos.
— ¿A dónde vamos? —. Pregunta Vicktor al ver que ella toma un camino de tierra.
—Vamos a la hacienda Per Ciut —, al escuchamos eso y nos sentimos confundidos—, más que una hacienda es una mansión rupestre en donde Luis mantiene las reuniones.
—Supongo que deber ser una vaina grandísima —, digo y ambos se ríen.
—Sí que lo es —, aclara ella.
— ¿Y por qué hace sus reuniones en un campo eso es raro? —. Pregunta Vicktor y comienzo a ver a unos metros un lugar que parece más bien un castillo.
—Él dice que es para desconectar —, informa Ámbar y acelera la velocidad del auto.
Nos adentramos en un pastizal verdoso, lleno de flores y árboles que se divisan a lo lejos.
Me lleno de una gran paz al mirar por la ventana, el silencio ahora impera mientras vamos camino al lugar.
Tenía tanto tiempo que no me sentía así, sinceramente a veces de verdad que hace falta desconectar un poco de la ajetreada vida cotidiana.
—Ya llegamos —, indica ella y se estaciona.
Inmediatamente nos bajamos, el lugar es amplio, bello e imponente parece un castillo, literalmente es una obra de arte.
— ¡Bienvenidos! —. Nos grita un señor de voz gruesa.
Es alto e intimidante, es un poco gordito, tiene un rostro ovalado y en la cabeza una boina pero se le notan las entradas. Puedo asegurar que la ropa que trae puesta es de marca, va vestido con un chaleco gris, una camisa blanca a botones y un pantalón formal, va fumando un tabaco.
Parece sacado de la serie Peaky Blinders.
—Pensé que no vendrías —, le dice a la jefa mientras se nos acerca.
—Sabes que tú eres el que manda —, dice ella dándole una sonrisa. Cuando llega donde esta se abrazan y él le da un beso en la mejilla.
— ¿Cómo te ha ido? —. Pregunta él al separarse.
—Todo bien —. Hace una pausa y ahora nos mira—, chicos él es el señor Luis Velásquez —. Nos revela y ambos le estrechamos la mano con respeto.
—Bueno pasen a lo que han venido —, dice y caminamos adentro de la mansión.
Es igual de hermosa por dentro, el piso es de mármol, en las paredes hay arte de todo tipo dándole un toque vivido, puertas por aquí y por allá. Una vista a lejanos pasillos que parecen ser enormes hasta que llegamos a un gran salón, con una gran mesa y varios cuadros.
Aquí están dos hombres sentados que parecen más bien escoltas, pero no creo que lo sean.
—Tomen asiento muchachos —, nosotros lo hacemos inmediatamente—, ellos son Pill y Jaden mis hombres de confianza —, son dos hombres de tez blanca, ambos son fornidos, traen puesto un traje, lentes y pistolas en el bolsillo de los pantalones, literalmente son intimidantes, parece que fueran parte de hombres de negro.
Uno tiene la cara ovalada, una nariz puntiaguda y un cabello lacio, de color marrón y largo, mide más o menos un metro ochenta.
El otro tiene una cara cuadrada, una nariz gruesa, un cabello liso y negro, mide un poco menos que el otro.
—Ustedes estarán aquí juntos mientras Ámbar y yo conversamos en catalán —, agrega el señor.
—Pero ninguno de los dos sabemos catalán —, digo confundido después de detallar a los dos tipos.
—Por eso hagan como si nosotros dos no existiéramos y sáquenle conversación a los muchachos de Luis —, dice Ámbar.
—Mejor nosotros salimos, permiso —, digo levantándome y Vicktor lo hace también.
•
Esta vaina es grandísima, tanto que comenzamos a detallarla con la mirada.
Ahora estamos detrás de la puerta pero vamos a escuchar todo.
—Que bé que hagis porta taques nois. Bona feita. (Que bien que hayas traído a estos chicos. Buen trabajo) —. Dice Luis al parecer en otro idioma.
Tenemos dudas de lo que pasa, pero debemos quedarnos aquí tranquilos.
—Qué farás amb ells? (¿Qué vas a hacer con ellos?) —. Escucho la voz de Ámbar, aunque no la entiendo pero me siento más aliviado.
—Aquest no és el teu problema. Ja t'has encarregat del que et vaig demanar ara truca'ls. (Ese no es tu problema. Ya te has encargado de lo que te pedí ahora llámalos) —. Vuelvo escuchar al señor responder y sé que la conversación fluirá en ese idioma que me suena como el catalán.
—No, em negó si no em reveles perqué els necessites. (No, me niego si no me revelas para que los necesites) —. Al parecer ella ha alzado la voz.
— ¡Nois portin-los! (Chicos llévenlos) —. Grita Luis y escucho varios pasos venir hacia nosotros.
— ¿Has escuchado eso? —. Me pregunta Vicktor.
—Sí, deberíamos entrar—, digo y pasamos de nuevo, pero todo esta calmado.
—No, no ¡¿qué farás?! (No, no que harás) —. Le grita ella a Luis sonando desesperada. Mientras tanto los hombres caminan hacia nosotros.
—No, t'incumbeix. Thas tornat tova Ambar ¡¿T'has enamorat d' alguno d'ells!? (¡No te incumbe, Ámbar te has vuelto blanda! ¡¿Te has enamorado de alguno de ellos?!) —. Dice el señor con voz fuerte y ahora estos dos tipos están parados frente a nosotros.
— ¡Sí, sí ho he fet i si te'ls vols emportar doncs porta'm a mi també! (Sí, sí lo he hecho y si te los quieres llevar, pues llévame a mí también) —. Grita y camina hacia nosotros.
—Com tu vulgis (Como quieras) —. Luis suena sereno pero mi ese no es el problema ahora, el problema es que estos hombres nos apuntan con sus armas.
Miro a Vicktor al parecer lee mi mente, intentaremos quitarles las armas.
Sí algo aprendes en las calles es a nunca dejarte intimidar.
Le doy otra mirada e inmediatamente actuamos, tiro un golpe al de cara cuadrada pero este lo esquiva, no tiene intenciones de usar la pistola. Por su lado Vicktor está tirándole golpes al otro que parece más bien estar divirtiéndose.
—Dejen de intentar zafarse o la mato —, dice Luis quien ahora está ahorcando a Ámbar.
Vicktor para en seco y yo también lo hago los hombres solo nos apuntan. Luis suelta a la chica.
— ¡Arrodíllense! —. Grita molesto y hacemos lo que pide, no tenemos otra opción.
Miro a Vicktor y está al otro lado también arrodillado, el hombre con quien peleaba le da de forma fugaz un cachazo dejándolo inconsciente.
— ¡No! —. Es lo único que me sale decir y siento una aguja entrar por la piel de mi pierna derecha.
Estoy empezando asentirme mareado y...
Nota de autor:
No tengo mucho que decir más que esto: ¡Ahora sí se viene lo bueno!
Les dejo esta icónica canción para el capitulo.
https://youtu.be/9jK-NcRmVcw
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