4. Adán e Ivana.
Wam me ha invitado a cenar, sorpresivamente ha tenido la valentía para proponérmelo, créanme que hasta yo me doy miedo a mí misma. Aunque.
¿Quién no quisiera tener al menos un minuto con una reina como yo? ¡Exacto solo un idiota y veo que Adán no lo es!
Me coloque un vestido corto negro, he dejado mi pelo suelto y no me maquille. No lo necesito. No sé dónde está Eliezer pero son las 8: 23 Pm, así que estoy abajo esperando un taxi que pedí.
El cual inmediatamente llega y a los pocos minutos me deja en la tienda. Está cerrada y no parece haber nadie en la cercanía.
Dudó y busco con la mirada al menos algo que me indique que hay alguien por aquí.
Seguidamente veo una figura conocida acercarse a mí y cuando puedo divisar bien, me doy cuenta de que es el idiota de su amigo, ese tal Bill.
—Acompáñame —, dice al llegar a donde estoy, se da la vuelta y vuelve a caminar por donde había venido, solo lo sigo y no digo nada. Parece que estamos rodeando la tienda, abre una puerta y ante mis ojos se da un pequeño espacio al aire libre. Inmediatamente aparece allí Adán con una hermosa franela polo roja con un diseño a cuadros y os digo que estoy asombrada se ve tan lindo, tan varonil, bueno no sé qué decir y sé que él tampoco.
—Sabes que lo hice por ti, sabes que no cae esta tía —, dice Bill apagando el momento y entra directamente a la tienda.
—Hola, no creí que llegarías tan temprano, pasa —. Me dice para después besarme la mejilla.
¡Ese beso no me lo esperaba! Y esa seguridad al hablarme tampoco.
Al entrar completamente me fascino, su alrededor esta tan bellamente adornado con petunias, rosas y orquídeas tan finamente colocadas alrededor de una mesa con dos velas moradas. Estamos parados en frente de todo eso sin decirnos una sola palabra y no es incómodo.
Es tan lindo poder admirar algo que está hecho para mí y me hace sentir tan querida. Y vale, que sí soy un ser oscuro pero esto me ha cautivado.
Él se acerca a las rosas y del medio de un ramillete rosado de ellas que está del lado derecho de la mesa saca una de color azul finamente colocada allí, se vuelve hacia mí y me la da.
¡Vale, me ha sorprendido lo bien planeado que ha tenido esto!
—Ven por acá —, me indica y nos acercamos a la mesa.
Estira su mano indicándome que debo sentarme en el asiento del lado izquierdo, un poco nerviosa me aproximo a la silla, él me agarra de la muñeca derecha y me asiste para sentarme. Al instante sale Bill y Eliezer sorprendiéndome.
Cada uno trae una bandeja en mano, una con comida y otra con bebidas los colocan en la mesa, que siendo sincera es muy extensa y Adán se levanta.
— ¡Gracias por todo Eliezer y a ti Bill, sin ustedes no hubiera hecho posible esto! —. Expresa en agradecimiento y luego los abraza.
— ¡Vale, vale con gusto hicimos todo esto tío! Pero ya nos vamos, espero que disfrutéis la noche como se debe —. Dice Eliezer guiñándole a Adán quien solo sonríe.
Los dos se van y quedamos solos, a decir verdad estoy nerviosa, ninguno de los dos se puede mirar al menos por dos minutos sin bajar la mirada, el silencio se hace presente por varios segundos que parecen horas.
— ¿Cómo estás? —. Pregunto rompiendo el silencio.
—Bien y ¿tú? —. Responde sonriéndome.
—Bien. ¿Cómo te fue en el trabajo?
—Bien, relativamente —, contesta ladeando la cara.
— ¿Porque dices relativamente? —. Pregunto curiosa.
—Bueno las ventas no han ido muy bien.
—Sabes que puedes contar conmigo. ¿Vale? —. Digo inesperadamente y tome su mano derecha.
No puedo creer que yo esté tomando la iniciativa, nunca creí que lo haría al final de todo el privilegiado es él, pero su determinación me gusta. Al principio pensé que no habría nada de malo en aceptar su invitación a cenar porque no me gusta ni nada de eso.
O eso era lo que yo pensaba, pero por alguna razón estoy nerviosa y todo esto que hace por mí, simplemente me sorprende cada vez más.
—Vale, solo son problemas en la tienda. Ya vendrán más ventas.
— ¿Quieres hablar de eso? —. Pregunto sonriéndole cálidamente.
—Prefiero no hablarlo.
—Vale comprendo—, digo al soltarnos las manos.
— ¿Qué quieres hacer? —. Pregunta inmediatamente.
—Lo que tú digas —, respondo.
— Espérame aquí un momento —. Me pide y entra a la tienda.
No tarda mucho y vuelve con una guitarra en mano, se sienta y parece que va a tocar algo para mí.
—Bueno yo. Quisiera saber si te gustaría que cantase algo para ti —, expresa nervioso y con voz tenue.
—Vale, claro que sí —, replico nerviosa.
— Vale, te cantaré una canción de una banda mexicana llamada Reik, que se llama tu mirada —, expresa y comienza a cantarme.
No buscaba nada
Caminaba sin pensar
Pero cuando vi tu cara
No me pude alejar
No me lo esperaba
Y no supe reaccionar
No encontraba las palabras
Ni un momento para hablar
Y tu mirada
Me corta la respiración
Me quema el alma
Y me acelera el corazón
Pierdo el control
Tengo todo para arriesgar
Siento que no puedo esperar
Llévame en tus sueños
Y no me dejes hasta el final
Tu mirada cae en mi piel
Y me va quemando otra vez
Cuando te desatas
Ya no sé qué viene después
Siempre dices tanto
Cuando vuelves a mirar
Pero eres como el aire
Imposible de atrapar
Es una estrategia
Una intriga nada más
Voy haciendo que el misterio
Te descubra más y más
Creo que la letra de la canción os ha dejado como a mí y en ella ha dicho todo. No sé qué decirle sinceramente creo que esto va muy rápido y actualmente no quiero caer en confusiones.
Además el no mueve una fibra de atracción en mí, mi principal razón para estar cerca de él es la idea de crear una banda.
—Vale, que me ha gustado mucho la canción pero...
—La letra de la canción ¿Cierto? —. Se adelanta a mis palabras.
—Yo...—. Hago una pausa y voy a decirle la verdad pero no puedo y él sigue por mí.
—Sé que es por la letra, no tienes que esconderme que te incomoda un poco el tema, así que te diré que yo avanzare hasta donde tú me dejes —, me expresa, reflejando en sus ojos sinceridad, toma mi mano derecha, me sonrojo y sigue hablando—. Vale, yo iré a tu paso no tengas miedo.
—No es miedo es solo que —, pienso decirle la verdad pero dudó y no digo nada.
—Claro que puedo entenderte y ya te lo he dicho iremos a tu paso, cambiando de tema. ¿Quieres cenar?
—Vale, cenemos.
Ivana acepto salir conmigo y con la ayuda de Bill y el primo de ella, Eliezer, hice la cena. Estuve toda la tarde preparando todo lo que haré esta noche, que sinceramente se ve de maravilla.
Aunque ingenuamente pensé que ella no vendría, pero lo hizo, esta tan hermosa, lleva puesto un vestido negro que le queda hermoso, su pelo ondulado suelto, estoy vestido con una camiseta polo a cuadros y un jean.
Todo ha pasado muy rápido, le he cantado una canción de Reik que aunque ese tipo de música no es mi estilo, me arriesgue tratando de ser romántico y hemos tenido un momento un poco incómodo por el contenido de la letra, que dice prácticamente todo lo que siento por ella.
Ya he comido y ahora estoy esperando que termine con su plato para ofrecerle que bailemos.
Estoy un poco nervioso, he realizado proposiciones que nunca pensé que haría en toda la noche, he sido yo quien ha tenido la iniciativa y eso me enorgullece pero a la vez me da miedo.
—Vale, después de que digieras la comida te propongo hacer algo —, digo levantándome para llevarme su plato al ver que ha terminado.
— ¿Qué propones? —. Pregunta sonriéndome.
— ¡Bailemos! —. Pido con entusiasmo.
—Vale, pero te advierto que tengo dos pies izquierdos —. Menciona y sorpresivamente acepta mi propuesta.
—Pero al menos debes saber bailar algo —, respondo riéndome.
—No tío, no molo mucho bailando —, replica riéndose también y dándome un suave golpe en el hombro derecho.
—Yo te enseño —, afirmo sonriendo.
— ¡Tío estoy flipando, no sabía que eras tan interesante!
—Porque sea un chico que pase desapercibido, no significa que no sepa hacer algunas cosas —, contesto mirándole a los ojos.
— ¡No te conozco! ¡¿Dónde está el Adán tímido que he conocido?! —. Pregunta sorprendida, alzando las cejas.
—Hoy he decidido dejarlo encerrado —, respondo guiñándole con el ojo derecho.
¡Qué mierdas estoy diciendo!
Ni siquiera sé cómo he sido tan espontaneo de verdad fue algo que me propuse, pero no creí que me saldría tan de maravilla.
Me encanta esta versión de mí mismo ojala no se esfume mañana.
—Ven acompáñame —. Le digo y le agarró del brazo derecho.
— ¿A dónde vamos? —. Me pregunta y sus hermosos ojos están vacilantes y desconcertados.
—Solo sígueme—. Nos adentramos en un pequeño salón oculto que hay en el lugar y que hoy lo he adornado para la ocasión, hay una pequeña mesilla de un lado con dos silla de frente cada una—. Espera un momento aquí, siéntate—. Le indico. Ella solo asiente con la cabeza y voy al depósito, lo abro y saco de un rincón una altoparlante portátil, lo cargo y lo llevo a donde está.
— ¿Para qué ese parlante? —. Pregunta y parece estar desconcertada.
—He dicho que bailaríamos —, le recuerdo.
—Vaya que tenías todo bien preparado, eso sí que me gusta.
—Claro que sí —, replico, hago una pausa colocando la bocina en el piso en un rincón, me siento y sigo hablando—. Sabes me encantan los ritmos latinos, bailaremos un poco de lo que llaman merengue un estilo musical muy único. ¿Lo has escuchado? —. Pregunto sonriéndole.
—Sí. ¿Y dónde has aprendido a bailar eso? —. Pregunta un poco desconcertada.
—Oh, no te lo había dicho tengo raíces venezolanas —, comento y tomo un poco de aire—, vine acá cuando tenía 15, mi madre es nació aquí y yo nací en Venezuela pero obviamente tengo la nacionalidad española.
—Vale, debes contarme un poco más —, dice con entusiasmo—, pero no me has respondido. ¿Cómo sabes bailar merengue?
—A bueno porque nosotros estilizamos a nuestra manera el generó y allá es muy común bailarlo —, explico y me levanto.
Enciendo el parlante, me dirijo hacia ella y le tomo de la mano para levantarla.
—Aprendes rápido, no tienes dos pies izquierdos como decías —. Le expreso ahora que me ha seguido el paso rápidamente.
—Vale, no sé cómo he podido seguirte al pie de la letra, porque sinceramente no bailo ni de coña —, responde mientras nos movemos.
Estamos tan cerca que nuestras respiraciones se aceleran y se puede sentir la buena vibra del momento en cada paso, al parecer iremos más rápido de lo que esperamos, nos aproximamos poco a poco, puedo decir que nuestros rostros tienen una separación no mayor a seis centímetros, esta sonrojada y yo dudando en acercarme. Este es el momento no dudo en besarla. El beso es correspondido, cada roce, cada mordida, cada caricia va extendiendo el momento.
—No puedo, esto no está bien —, dice empujándome suavemente para alejarme—, simplemente...
— ¿Simplemente qué? Ivana pude sentirlo en tus labios, debes sentir algo por mí —, digo interrumpiéndole, agarrando su cara suavemente y acariciando su mejilla derecha.
—Es solo que no estoy preparada, quizás sea verdad lo que dices de que siento una atracción por ti —, hace una pausa y aleja mis manos de su rostro—, pero no me gustas Adán, lo siento —, concluye y sale del lugar.
No la sigo, no digo nada, no intento buscarla solo me quedo aquí parado con la música sonando, busco un trago y me voy a sentar afuera cuando me aseguro de que se ha ido.
‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡
Han pasado varios días desde que Ivana me dejo solo aquí en la tienda después de haber preparado aquella cita.
He preferido no llamarle y solo he estado de la tienda al apartamento, así sucesivamente, no apetece salir a hacer otra cosa.
—Vale tío, que hoy deberíamos salir, has estado muy apagado desde que esa pelmaza te dejo aquí, no ha sabido valorar lo que hiciste por ella —, dice Bill mientras se acerca al mostrador que es donde estoy.
—Prefiero no hablar mal de ella Bill, supongo que ha tenido sus razones y sabes que no quiero salir —, hago una pausa y saco mi teléfono para mirar la hora—, a menos de que me quieras invitar a un museo.
—Vale, si quieres vamos hoy —, dice mientras busca algo—. Cuando salgamos. ¿Va?
—Vale —, respondo aceptando y seguidamente vemos llegar en un taxi a Eliezer.
—Hola chicos. ¿Cómo estáis? —. Pregunta en el mismo instante en el que entra.
— ¡¿Que hay Eliezer como has estado?! Y respondiéndote yo muy bien pero Adán la está pasando mal, desde, bueno tú debes saber —, responde Bill de manera agradable, al parecer se han caído muy bien.
—Sí —, replica él y me mira—, por eso he venido acá, para hablar con Adán del tema —, mis ojos se desorbitan.
— ¿De qué hablas? —. Pregunto desconcertado.
—Ya te explico. ¿No puedes dejar solos Bill?
—Claro hablen con calma —, responde y se va a la parte de atrás de la tienda.
—Ahora sí, Adán tú le gustas a Ivana —, me dice y despierta más mi interés—, tú le haces bien eso lo he notado, por eso te ayude el día aquel para prepararle la cena y todo eso. Pero hay algo de ella que debes saber, además te voy avisando que no será nada fácil conquistarle —, comenta dejándome aún más intrigado.
—Ve al punto Eliezer, no estoy entendiendo —, respondo más confundido.
—No soy yo quien debe decirte esto —, contesta sacando de sus bolsillo un papel—, anda a esta dirección allí encontraras las respuestas que no te puedo dar, no diré más—, expresa estirándome el papel y lo agarro—, con tú permiso voy a hablar un rato con Bill —, agrega y se va hacia la parte de atrás de la tienda dejándome confundido e intrigado.
10:03 PM mismo día de la cita con Adán.
Un taxi me ha traído a la residencia, por primera vez me siento mal por haber rechazado a alguien.
Es una sensación extraña pues alguien puede gustarme mucho pero nunca me ha afectado rechazarle, todavía nadie había sido completamente digno para una chica tan perfecta como yo.
Sin embargo con Adán es diferente, quizás solo sean por las circunstancias en las cuales lo he dejado allí, también por el hecho de que ni siquiera evito que saliera, no me rogó, no dijo nada, solo se quedó ahí. Eso hiere un poco mi orgullo pues he sido quien ha controlado las reglas de este juego en todo momento y no verlo actuar como quería me da a entender que no tengo el control completo.
Abro la puerta de mi apartamento, enciendo las luces principales y veo en un mueble acostado a Eliezer con su teléfono en mano.
—Has llegado temprano —, dice al sentir mi presencia.
—Sí es que...
—Es que has escapado de allí. ¿Cierto? —. Pregunta dejándome sorprendida y nerviosa.
— ¿Como los has sabido, te lo ha dicho el idiota de su amigo? —. Pregunto irritada.
—No —, afirma quitando su mirada del teléfono y dirigiendo su vista hacia mí, mientras camino al mueble de enfrente a él—, supuse; te conozco Ivana, me pareció raro que aceptarás, tu eres muy narcisista y no aceptas la invitación de alguien que no sea "digno"—, asegura haciendo comillas con las manos.
—Claro no cualquiera tiene la dicha de compartir mesa conmigo, siendo yo tan bella pero... —, hago una pausa y ladeo la cabeza—, Adán parece ser buen chico.
— ¡Venga! ¡¿Es real lo que estoy escuchando?! —. Dice con una estúpida sonrisa de oreja a oreja—, la gran Ivana Domes diciendo eso de un chico. ¡Vaya que me haces flipar! —. Añade y suelta una risilla.
—Sí, lo acabo de decir. ¡Ahora cállate idiota! —. Contesto haciéndole mala cara.
—Vale, Ivana yo de verdad que estoy sorprendido —, expresa y se levanta de donde esta—, pero sabes que al final de todo somos familia, así que puedes decirme lo que ha pasado —, agrega sentándose a mi lado.
—Eh, hemos comido, bebido, me ha cantado una canción, luego bailamos y mientras estábamos en eso nos besamos. Eso es todo —, digo resumiéndole.
— ¿Eso es todo? A otro engañaras con eso —, comenta.
—Vale, desde que lo vi así vestido me puse nerviosa, verlo tomando la iniciativa, luego observar todo lo que había preparado la comida, la bebida, me ha cantado una canción. Todo la verdad que ha sido muy bonito y luego corresponderle ese beso. Me ha confundido —, respondo hablando rápido y nerviosa.
—Sí lo he entendido. ¿Te sientes atraída por él? —. Pregunta directamente, solo asiento con la cabeza—, lo habías tratado antes solo para conseguir algo de él. ¿Verdad?
—Sí —, respondo luego de dar un largo suspiro.
—Seré sincero. Lo que veo es que, has ido hacia él con malas intenciones, en el juego has perdido el control de tus sentimientos y ahora no sabes que hacer —. Explica y tiene razón pero no lo aceptaré, al menos no se lo diré a Eliezer.
—Hasta mañana —, digo levantándome del mueble, camino hacia mi habitación, entro y cierro la puerta.
¡No puedo dejar que mis sentimientos se muestren o perderé!
Nota de autor: Buenas, buenitas.
Ok, la verdad esto no lo esperaba, como que vamos muy rápido. Una Ivana nerviosa, un Adán directo y atrevido, quién diría.
Y ese beso, ese beso como me lo he gozado porque quería ver a Ivana caer pero bueno no salió como esperaba, pobre Adán. Ya vemos que Eliezer conoce muy bien a Ivana, pero ahora ya sabemos que al menos él tiene una esperanza.
¿Y ese papel que significara? ¿A donde llevará a nuestro atrevido?
Gracias por leer.
La canción que le canta Adán a Ivana:
https://youtu.be/CP9HY6NOp6o
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro