Resumir todo lo que ha pasado es revivir la experiencia más cercana a estar en el infierno que he tenido. Esto es el infierno casi de forma literal, aun así mis ánimos no han terminado de morir o bueno quizás solo quiero morir de la manera más guerrera posible.
Me importa una mierda lo que pase conmigo pero no moriré como un puto cobarde, no podría permitírmelo. El juego de hoy está a punto de comenzar, una carrera de furgonetas con bombas adentro, la cereza del pastel literalmente, me encargaré de recrear las escenas de toda la saga de Rápidos y Furiosos, porque pase lo que pase haré lo imposible para que mis compañeros sobrevivan.
Eso lo aprendí del mejor, de... Palme...
Estamos solo a minutos de que comiencen en grupos a punto de tomar los uniformes, pues sí, nos han hecho usar uniformes unicolor que más bien parecen trajes de mecánicos, a punto de subirnos a la furgonetas. Cada equipo tiene un lado para acomodarse por lo que estamos separados de los contrarios por cierta distancia.
Además estamos vigilados por cinco guardias que están pendiente a lo que hace cada uno, todos hemos estado callados desde que nos trajeron, más que pena es concentración no hay nada que perder.
La furgoneta es de color vinotinto tiene el número exacto de puestos para el equipo completo, con su lado del copiloto, literalmente es un modelo normal de este tipo de auto. Estamos en un estilo de pista de carreras de Fórmula 1 con ocho carriles para cada grupo, sin embargo supongo que podremos altérnanos en el transcurso del juego, aunque aún no sabemos cuáles serán los obstáculos, además ni siquiera he visto al malnacido de Oliver Williams.
Nosotros nos ubicamos en el tercer carril izquierdo.
— ¡Súbanse! —. Grita una voz desde los altavoces puestos en la pista. Todos lo hacemos y tomo el mando del asiento del conductor aunque es la primera vez que manejo una furgoneta no estoy nervioso.
Los chicos están batallando para decidir al copiloto, quien termina sentándose en ese lado es Rocci. Mason, Violeta y Valeria están en los asientos traseros en ese orden de derecha a izquierda.
— ¡Chicos, escúchenme! —. Me ha salido del alma tomar las palabras de liderazgo—. No importa lo que pase hoy...—hago, una pausa para calmarme y mirarlos pues tenía la mirada fija al frente en dirección a la carretera—, hemos sufrido, hemos luchado, han muerto compañeros —, los ojos están aguados ninguno de los que estamos puede mantener la calma, la impotencia, el dolor—, pero tenemos que luchar hasta el final y si hoy, de alguna u otra manera termina este infierno me iría tranquilo porque sé que encontré personas maravillosas, a pesar de todo lo que ha pasado, los quiero chicos —, finalizo y Mason y Violeta terminan de romper en llanto quitándose los audífonos, uniéndonos todos en un inesperado pero necesario abrazo grupal.
— ¡Yaaaaaa! —. El grito resuena por la pista y los demás arrancan, por lo que nos soltamos del abrazo.
Enciendo— ¡Sujétense! —. Les grito y doy a todo lo que da sin siquiera a ver calentado un poco.
Estos son autos pesados y poco veloces lo máximo que pueden alcanzar es 120 k/h por tanto sería mejor, apurar en todo lo posible en las primeras líneas. Estamos de quintos entre ocho, el camino por el momento es recto y no hay nada distinto.
Ahora se aproxima la primera curva, la tomare con calma si acelero a todo lo que da sería muy peligroso. Hay algunos que lo hacen y puedo ver que en este momento sueltan lo que parecen ser pelotas de goma como las que se usan en el tenis.
Nos hemos retrasado pero tres de los cuatro que aceleraron están sufriendo las consecuencias, voy a velocidad baja acercándome a donde comienzan a entrar las pelotas.
— ¿Qué vas a hacer? —. Pregunta Mason un poco nervioso ahora que quedan menos de tres metros para entrar en peligro.
—Esto...
Acelero, voy cambiando de carril en cada momento esquivando las pelotas, recuerdo que hay bombas y no sé si puedan ser activadas por algunas de estas, la intensidad aumenta y comienzan a salir más, no podré evitar que alguna pegue del carro pero sí que lo hagan las menos posibles.
Vamos a todo lo que da, la curva es suave y ahora esquivado ese obstáculo volvemos a una recta, ningún equipo parece haber sido eliminado pues se escuchan claramente los demás autos y no se ha sentido ninguna explosión.
—Ha corrido un minuto y medio —, aclara Valeria quien no sé porque tiene en la muñeca derecha un reloj cronometrado.
— ¿Dé donde sacaste eso? —. Pregunta Mason mirándola fijamente.
—Me lo dieron antes de que entrara aquí, me toman como la líder, y este sería el cronometro oficial para cada equipo —. Aclara y yo vuelvo a mirar a la carretera no es momento para perder la concentración, son metros muy tranquilos y me preocupa.
Un horroroso estruendo se escucha en el techo, observando por delante y lanzan lo que al parecer son trozos de hielo.
— ¡Son trozos de hielo! —. Grita Rocci confirmándome las sospechas y alterándome un poco.
Estoy tratando de esquivar como puedo pero como vienen desde arriba se me hará muy difícil, decirle a alguno de los chicos que abra alguna de las puertas y se asome es demasiado peligroso.
Hay un maldito trozo que rompe parte del vidrio delantero, por suerte el cristal no se quebró completamente, ni saltó a ningún lado por lo tanto no ha salido nadie lastimado, voy cambiando de carril y ha bajado la intensidad de la caída del hielo.
Ya no importa de qué posición vamos, lo importante será sobrevivir, porque ese hielo si le caía a alguien en la cabeza pudo haberlo matado o si hubiera roto todo el cristal estuviéramos lamentándolo. Ha cesado la caída, tampoco parece que han eliminado a nadie pero no puedo saberlo con certeza pues desde mi posición no podría mirar hacia atrás y saber si todos pasaron la prueba.
Se escucha una explosión y se siente el temblor.
—Va uno —, dice Valeria con voz quebrada, ahora son siete equipos en la lucha por sobrevivir.
Siento una pequeña punzada en la muñeca derecha y pierdo un poco el control del volante pero puedo retomarlo. Seguimos en medio de una recta, a unos siete metros hay un aviso que dice lo siguiente: (Arma Williams al siguiente paso). Bajo la velocidad y dejo que las demás furgonetas nos pasen por lo que estamos de últimos. Mientras nos acercamos vemos de que se trata...
Es Oliver quien está en una esquina, a eso se referían con el último aviso que vimos en carretera están todas las demás furgonetas tratando de pasar pero Williams está disparando a diestra y siniestra lo que parecen ser balas de goma.
A los que están en la furgoneta que esta de primera los está masacrando, vemos como sale una chica de ese auto desesperada y llorando. Esta mal herida les sangra la cabeza y parece tener atravesado un vidrio en uno de los brazos, no puedo distinguir bien por la distancia en la que estamos.
El auto se prende en llamas e inmediatamente explota, el cuerpo de la chica se divide en dos por la explosión, ahora tengo ganas de vomitar, parece que los de los demás equipos están paralizados por lo que están viendo, no puedo voltear a ver a mis compañeros el corazón no me da.
Williams que está lo suficientemente lejos para estar a salvo les dispara a los demás grupos y parece ser el inicio de una masacre.
No sé en qué momento Vicktor bajó del auto, pero ahora la atención de Oliver pasa a él y deja de disparar. Por un momento se miran fijamente como si estuvieran a punto de tener un duelo en el viejo oeste, tengo miedo pero no puedo moverme. Veo como Williams parece ponerse algo.
— ¡Maldito hijo de puta! ¡Asesino de mierda! —. Grita Vicktor tan fuerte que puedo asegurar que se escuchó, en toda la pista de carreras.
Oliver al parecer sonríe—. ¡Eres patético! —. Grita en ingles pero como siempre debemos llevar los audífonos traducen para todos.
— ¡Patético eres tú, un ser asqueroso maldito infeliz! —. Responde con otro grito Vicktor caminando hacia donde esta él como sí lo quisiese enfrentar.
— ¡Hey, hey quédate ahí donde estas! —. Replica Williams y tomando su arma de nuevo—. Sabes que puedo matarte y a los infelices de Lost con todas estas armas, no me interesaría dejar pasar a los demás, solo para matarlos a ustedes.
— ¡Este pelotudo mal nacido! —. Dice Valeria y volteo por fin a ver a los chicos que están igual de expectantes que yo.
— ¡No debiste decir eso Valeria! —. Contesta directamente nuestro ex compañero, al ver sus intenciones Vicktor comienza a correr hacia la furgoneta.
— ¡Bájense todos! —. Grita y no logramos entender nada— ¡Bájense coño! —. Ahora me voy desabrochando el cinturón de seguridad, no creo que sea lo que estoy pensando que hacer.
— ¡¿Qué pretendes hacer?! —. Le grito a Vicktor pero no me responde y sube al auto mientras, corremos a la parte trasera para cubrirnos.
Acelera la furgonetay veo como los demás equipos aprovechan para seguir la carrera, Oliver nisiquiera se molesta en mirarlos y solo sigue disparando a la furgoneta.
Esto es lo que me dará más satisfacción, este maldito esta tan desesperado que no le da bien a ninguna parte del auto, acelero lo que más da, o muero yo o muere él pero ninguno puede salir vivo. Voy en dirección a donde está el por lo que veo está atado a un poste que pusieron junto a las armas, hasta a su "arma secreta" le tendieron una trampa y ahora está desesperando lanza bombas lacrimógenas, que me están afectando y no creo que pueda resistir mucho más.
Esto es por Palme, Ambár, Adán, Ivana, Bill, Eliezer y Antone.
Por ustedes chicos...
Nota de autor: Holis falta poco para finalizar el añooooo. ¡Ojalá haya sido lo más fructífero posible! Hoy habrá doble actualización y nos quedaría un solo capítulo, el final de este hermoso libro.
¿Se esperaban esto? ¿Creen que Vicktor ha tomado una buena decisión? Espero que le guste y como siempre gracias por leerme :)
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