Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1. Adán e Ivana

La puerta de la tienda suena y a lo lejos mí mirada solo la busca a ella, sin embargo no entra quien espero; han pasado días desde su llegada y aún tengo la esperanza de que vuelva a pasar por aquí. Bill atiende al chico que ha llegado mientras yo acomodo algunas cosas.

Él después de atender al joven, vuelve a lo que estaba que era a acomodar las cosas y yo regreso a la caja. Ha sido un día pésimo, han venido muy pocas personas, la mayoría solo a curiosear.

Veo por la transparencia de la puerta de entrada que es de vidrió llegar a Ivana, trae un pequeño bolso de mano y viene vestida de forma similar a la primera vez, antes de ingresar me mira aunque de forma punzante y diferente a cuando nos conocimos.

Errante y con gestos desafiantes abre la puerta, se acerca a la caja.

— ¿Puedes enseñarme la batería que dijiste aquella vez? —. Pregunta de una forma muy poco agradable y me sorprende que si quiera un hola haya dicho, supongo que mis gestos lo hacen notar pues la miro de reojo.

—Claro —. Respondo desganadamente.

Sin decirnos nada caminamos hacia la parte de atrás de la tienda en donde coloque las baterías.

—Estas son todas —. Digo mientras ella mira cada una y parece estar despistada.

— ¡Esta es muy bonita! —. Exclama con un cambio repentino en su cara que ahora refleja alegría además de una sonrisa que me deja embelesado por unos segundos. Señala una extensa batería de color rojo con varios tambores, platos, herrajes, y pedales—. ¿Puedo tocarla? —. Pregunta mientras detalla las demás. Afirmo con la cabeza e iré a buscar las baquetas.

Ahora que las tengo vuelvo a donde está, se las doy, se sienta y empieza a tocar, no puedo explicar lo que sentí estos primeros minutos, simplemente es sublime la pasión con la que lo hace, cada movimiento, su cabello ondulado de un lado a otro mientras al mismo tiempo este tapa su cara, la potencia y afinación que da a cada golpe, por si fuera poco tiene los ojos cerrados por lo que aprovecharé, buscaré mi guitarra eléctrica e intentaré tocar al tono en que lo hace.

A la primera no puedo pero después me adapto; esta tan inspirada que no se da cuenta que la batería aún es de la tienda y la verdad no quiero decirle que pare, así que sigo tocando.

Después de unos diez minutos, ella se detiene.

—Ay, lo siento no recordaba que la batería aun es de la tienda, abuse del tiempo —, me dice con la cara medio gacha mientras refleja una sonrisa apenada.

—Tranquila, creo que los dos nos inspiramos —, reconozco y ella sonríe ahora con más fulgor.

—Bueno gracias. ¿Cuánto por ella?

—800 euros ya que es gama media, además trae más accesorios, pero llevarla a tu casa no cuesta nada eso es gratis.

—Bueno. ¿Puedo hacerte una trasferencia?

—Claro —, afirmo, ella saca una hoja y un lápiz de su bolso, anota los datos, me enseña el papel para que confirme que son los correctos y asiento con la cabeza.

—Bueno, ya tengo tus datos cuando pasé el dinero te mando la captura. Porque en este momento no poseo toda la plata —, alega y luego me da una sonrisa que no es del todo sincera procediendo a caminar a la salida.

—Oye yo... —. Digo impulsivamente cuando ella está ya en la puerta y a punto de salir.

—Dime. ¿Qué pasa? —. Pregunta volviéndose hacía mí.

—No, nada olvídalo —, comento y puedo asegurar que me sonroje.

—Bueno —, dice ella extrañada y sigue caminando.

¡Ivana, Ivana, Ivana!

Aun puedo recordar aquellos gritos de mi padre pronunciando mí nombre para que no me acercara a él. Las balas resonaban en mis oídos mientras lo miraba caer y un primo me sostenía para que no estuviera en peligro, pero solo quería salvarlo, hubiera deseado que esos disparos llegaran a mí. Sin embargo no sucedió, han pasado 10 años de aquella noche pero aún sigo aquí recordando como si hubiera sido ayer.

Estoy sentada en el mueble más extenso del apartamento que rente, pensando en que haré ahora.

¿Qué pasará con mi vida?

Recuerdo que debo alistarme porque le prometí a Lei mi mejor amiga que saldría con ella.

Después de darme un baño y vestirme como casi siempre lo hago (camisas o franelas y jeans holgados), además de un pequeño bolso de mano que quise llevar por esta vez. Veo la hora son las 6:30 pm, ella debería haber estado aquí hace 20 minutos por eso prefiero no esperar e iré a la tienda de instrumentos por la que pase días atrás.

El camino está poblado, hay buena afluencia de gente, muchos me miran sin disimulo alguno quisiera decirles: — ¡Sé que soy linda pero ya dejen de babosear! —. Pero tendría que decírselo a cada tres de cuatro hombres que pasa a mi lado por lo cual me abstengo.

—Uy, ¿Y esa ropa? Devuélvesela a los 80 que han llamado pidiéndola —, dice mirándome despectivamente una mujer adulta de tez blanca, cabello enmarañado y ojos negros, que ni conozco y ni siquiera había visto antes—. Un viento y comienzas a volar —. Comenta, estando ahora parada detrás de mí y la gente que pasa se nos queda mirando, pues detengo el paso.

—Primero no sé quién eres y segundo esto me queda espectacular, ya quisieras tú que te quedara así de asombrosa este tipo de ropa —. Afirmo y sigo caminando, luego de unos segundos me toman por el brazo derecho, es la mujer, me gira hacia ella y alzando su mano izquierda intenta darme una bofetada.

Le agarro la mano izquierda y evito que lo haga, aprieto su brazo con tanta rabia que comienza a gritar.

La gente nos ve mientras le doblo el brazo a la mujer, de la nada aparece un policía y tengo que soltarla.

— ¡¿Qué pasa aquí?!

— ¡Oficial esta mujer está loca me quería partir el brazo! —Alega la aún desconocida victimizándose.

—Eso es mentira ella comenzó si quiere pregúntele a cualquier transeúnte —, digo mientras la gente se amontona para ver lo que pasa.

— ¡Hey todos, aquí no pasa nada por favor retírense! —. Grita el oficial al ver que la gente se acerca. Pero con lo que él dice se alejan —, chicas por favor, no sé qué ha pasado pero no quiero que se arme un escándalo y tampoco voy a multarlas. Así que retírense antes de que me arrepienta —. El policía dice estas palabras e inmediatamente sigo caminando.

Llego a la tienda disgustada y al estar a pocos pasos de la puerta vi al chico que me había atendido días antes, me da congoja al verlo con su estúpida sonrisa esperar a que yo pase.

— ¿Puedes enseñarme la batería que dijiste aquella vez? —Pregunto de forma inmediata. Él parece sorprendido, un poco molesto y me mira de reojo.

—Claro —. Responde desganadamente y comienza a caminar a la parte de atrás de la tienda—. Estas son todas —, dice mirando cada una, sin embargo estoy centrada en una bien extensa de color rojo.

— ¿Puedo tocarla? —. Pregunto sin pena alguna, al fin y al cabo él la primera vez había dicho que me dejaría tocarla si quisiera.

Afirma y asiente con la cabeza, mientras busca las baquetas yo voy mirando las demás, ahora me las entrega y comienzo a tocar.

They say we've lost our minds, we've just gained control

Search endlessly, fight till we're free

Fly past the edge of the sea

No bended knee, no mockery

Somehow we still carry on

El coro de la canción Carry On de Avenged Sevenfold resuena en mí cabeza así que comienzo a tocar; la molestia acumulada se desahoga con cada golpe, mis manos vibran al ritmo de la batería y mis ojos los mantengo cerrados para mejor concentración, mientras solo pienso en cuanto desearía poder cumplir mi sueño de tener una banda de Hard rock.

Los minutos pasan mientras mi cabello se mueve de lado a lado y con cada golpe puedo sentir la paz de mi ser. Por un momento bajo la intensidad, puedo escuchar que alguien al parecer está tocando una guitarra eléctrica y trata de acoplarse al sonido que hago. Aunque al principio le cuesta lo logra, quiero ver quien es, pero sé que si abro los ojos no seguiré tocando por lo cual continuo.

Al sentirme cansada paro y abro los ojos. Era el chico que me atendió si mal no recuerdo llamado Adán, quien estuvo tocando.

Me mira fascinado y al parecer un poco sorprendido porque he parado.

—Ay lo siento no recordaba que la batería aun es de la tienda, abuse del tiempo —, digo con la cara gacha y una sonrisa apenada cuando recuerdo que estoy en una tienda y la batería no es mía.

—Tranquila, creo que los dos nos inspiramos —, confiesa devolviéndome la sonrisa.

—Bueno gracias. ¿Cuánto por ella? —. Pregunto después de unos incomodos segundos de silencio.

—800 euros ya que es gama media, además trae más accesorios, pero llevarla a tu casa no cuesta nada eso es gratis —, responde.

¡Joder que costosa!

—Bueno. ¿Puedo hacerte una trasferencia?

—Claro —, afirma y saco una hoja y un lápiz del bolso, anoto los datos, luego le enseño el papel para que confirme que son los correctos, él asiente con la cabeza.

—Bueno, ya tengo tus datos cuando pasé el dinero te mando la captura. Porque en este momento no poseo toda la plata —, expreso con una sonrisa y me volteo para irme, pues ya no quiero perder más el tiempo.

—Oye yo... —. Dice Adán de una forma no muy segura y más como palabras que hubiera querido no decir, estoy en la puerta a punto de salir.

—Dime ¿Qué pasa? —. Pregunto volviéndome hacía él.

—No, nada olvídalo —, comenta sonrojándose.

«Tranquilo todos se ponen excitables con mí presencia» —aseguro en mi cabeza antes de responderle:

—Bueno —. Sigo con mi camino, mientras voy riéndome.

‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡‡

Estoy a punto de llegar a casa, el día ha sido horrible, solo quiero tirarme a la cama y dormir un poco. Me acerco a la puerta de entrada al apartamento, ahora que he sacado las llaves para abrir, noto que ya está abierta.

Siempre estoy preparada para lo peor, así que sin mucho miedo pero con cautelo paso tratando de no hacer ruido. Camino hacia la sala con sigilo y veo a mi mamá sentada en sillón esperándome.

— ¡¿Qué mierdas haces aquí?! —. Es lo único que puedo decir.

—He estado esperándote, y no me hables de esa manera soy tú madre —, replica ella pasando su mano de un lado a otro a los costados del sillón—, qué bonito sillón, parece ser muy caro, por cierto ¿Cómo lo compraste? Ah, ya sé con los 100 mil pavos que me robaste —, añade enfureciéndome más.

— ¡¿Te puedes largar de aquí?! ¡Te dije que no te quería volver a ver en mí vida! —. Respondo quedándome aquí parada, apretando los puchos y con la mirada al suelo, pues no quiero mirarle a la cara.

—No, vine aquí para pelear contigo y mucho menos por el dinero —, dice levantándose del sillón.

— ¿Para qué has venido entonces? —. Pregunto más calmada, pero aun mirando al suelo.

—He venido a ver cómo estas —, hace una pausa y camina hacia mí, estando lo suficientemente cerca intenta abrazarme pero la empujo alejándola—. ¿Has tomado tus pastillas?

—No, no las he tomado y estoy bien, ¡¿Puedes irte?! —, replico mientras camino para irme a mí habitación.

—Sabes que necesitas esas pastillas...

— ¡¿Y qué?! —. Pregunto alterada e interrumpiéndola, pero aun estando de espaldas.

— ¡Sabes que tienes una enfermedad Ivana, y es peligroso ir por ahí sin haber tomado tu medicamento!

— ¡A la mierda tú y los putos medicamentos, no los necesito ni a ellos, ni a ti! —. Replico en un grito girando hacia ella, dándole una mirada punzante y amenazadora—, ahora por favor vete que voy a dormir, buenas noches —, añado girándome de nuevo para ir a la habitación.

— ¿Al menos puedo quedarme esta noche?

—Sí, duerme en la habitación que está al lado del baño —, le indico calmada y entro a mí habitación, conecto unos audífonos a mí laptop y me instalo a ver una película.

Llevo cuarenta minutos viendo La masacre de Texas, me encanta esa película, se me hace tan atrapante y macabra. Me ha dado hambre así que decido ir a la cocina, al abrir la puerta inmediatamente un olor dulce penetra mí nariz, mientras voy caminando se hace más intenso y gustoso.

Sin embargo, al ver que mamá está cocinando me siento un poco apenada y me quedo estática viendo lo que hace. Sonrío al instante, no puedo odiarla. Al sentir mi presencia voltea hacia donde estoy.

—Quería sorprenderte. ¿Llevas mucho tiempo allí parada? —. Inquiere sonriéndome como si nada hubiese pasado.

—Eh, no mucho —, hago una pausa y pienso en disculparme pero no puedo—, lo suficiente para curiosear un rato. ¿Qué preparas?

—Patatas dulces con crema pastelera y queso —, replica mientras sirve la comida—, como a ti te gusta —. Sonrío sin que ella se dé cuenta y vuelvo a sentirme apenada.

Acomoda lo que estaba sucio, mientras yo ya estoy en la mesa, trae los platos me da el mío y se sienta a mi lado.

—Deberías tener más cuidado con donde dejas la llave —, comenta para luego llevarse un cucharada a la boca.

—Siempre las dejo bajo la alfombra para cuando Lei se quede. ¿Cómo supiste que estaban allí? —. Pregunto confundida.

—Te conozco, soy tu madre, eres muy predecible o al menos para mí —, responde y aunque dudo de la respuesta prefiero no seguir preguntando—. ¿Compraste la batería que querías comprar?

—No, aun no la he comprado. ¿Cómo sabes de eso?

—Lo tenías anotado en un papel que le dejaste a Lei, lo leí al entrar —, explica, hace una pausa para masticar y continua hablando—, yo te puedo ayudar con eso.

—No, gracias pero no voy a aceptar, tú dinero después de lo que hice —, respondo con firmeza.

— ¿Por qué? ¡Venga va! ¡Déjame ayudarte, se cuánto quieres ese instrumento! —. Responde entusiasmada.

—Mamá sé que lo que hice estuvo mal, así que no voy a aceptar tu pasta, aunque tampoco sienta arrepentimiento.

— ¿Y si no sientes arrepentimiento porque no lo aceptas?

—Cuestiones morales.

—Puff¸ no me vengas con eso ahora —, pausa para dar otro bocado y de nuevo habla—, he visto como que tienes muy pocas cosas, así que posiblemente estas ahorrando más de lo normal la pasta. ¿Verdad?

—Gozo de lo esencial...

—Sé nota —, expresa con arrogancia—, venga va, déjame darte el dinero —, pide mientras yo soplo la cuchara porque la comida está aún caliente.

—No, mamá yo tengo el dinero.

—Vamos toma por favor —, pide nuevamente mientras se levanta de su asiento y busca su bolso, hurga en el al parecer tratando de hallar algo, lo encuentra, es un sobre que luego me entrega—. Acá están 800 euros en efectivo, no sé cuánto valga el instrumento pero creo que con eso es suficiente.

—Gracias —, es lo único que puedo responder y la abrazo. Luego seguimos cenando.



Nota del autor: 

A partir de este cap iré dejando las notas de autor,  espero y podemos interactuar, den consejos u alguna opinión sobre cada cosa que lean y que le vaya gustando o no.

Este sería realmente el primer capitulo de los personajes, espero que acorde al paso de cada parte les guste. 

Ahora irán conociendo desde la perspectiva de cada uno. Así que espero y os guste :)  

Gracias por leer.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro