Chapter One: Busca pleitos
Capítulo Uno: Busca pleitos.
La fémina terminó de acomodar su cabello negro frente al espejo. Odiaba dar una mala primera impresión a las personas, es por eso que se había esforzado en elegir la vestimenta correcta y el maquillaje adecuado para salir a cantar. Porque sí, para eso la contrataron. Desde que llegó un mes atrás a Shells Town lo primero que hizo fue conseguir un empleo y los únicos en requerir personal fue un pequeño bar que frecuentaban marinos; no necesitaban mesera o alguien en la cocina pero tenían la idea de implementar un medio de entretenimiento, y qué mejor que música.
Roxanne estaba encantada de poder trabajar de algo decente y por más que ya tenía un poco de tiempo en el lugar siempre se aseguraba de que su vestimenta y presencia estuvieran en buena sintonía; bien presentable pues, a lo mejor, eso junto a su gran voz haría que los clientes siguieran regresando al bar.
Había decidido dejarse el nombre de Roxanne porque pensó que si en algún momento su antiguo jefe la llegaba a buscar lo haría por el nombre de Alexa -al ser su nombre de nacimiento-, era probable que pensara que la pelinegra se había hartado del nombre con el que la llamaban dentro de aquel local. Pero ella quiso hacer lo contrario. Por más que no le agradaba el nombre, era el único aparte del suyo propio que pegaba con ella -o así lo veía-.
Dejando todos los malos recuerdos de lado salió por la puerta hacia la sala principal del bar donde estaban todas las mesas con los clientes aguardando su comida, meneó sus caderas de manera natural hasta llegar a la pequeña tarima de madera que estaba cerca de la puerta, en dónde la esperaba la pequeña banda. Envolvió su mano izquierda alrededor del micrófono con seguridad y sintió el peso de una mirada en ella, cuando buscó se dió cuenta de que era Rika, una niña morena que le gustaba colaborar en el bar. Roxy le sonrió de vuelta al ver las perlas blancas de Rika asomarse en la sonrisa. Era una niña adorable y la mayor estaba fascinada con ella.
Giró su cabeza por sobre su hombro y con un movimiento de cabeza le indicó a la banda que empezaran a tocar. Una suave melodía de jazz se hizo escuchar en todo el bar atrayendo miradas curiosas e interesadas; algunos iban por primera vez, otros ya conocían la dinámica pero siempre estaban felices de escuchar a Roxanne cantar.
Roxy esperó el tiempo correcto y entró:- I was walking along, minding my business when out of an orange colored sky~ -alargó la última palabra con ritmo, con su mano derecha sacudió su cabello hacia su espalda con elegancia- Flash, bam, Alakazam. Wonderful you came by~
Un chico de rulos negros y sombrero de paja la observaba atento desde su mesa junto a un muchacho de cabello rosa, el primero empezó a alzar las comisuras de sus labios en una sonrisa abierta emocionada al escucharla cantar y cuando Roxy se dió cuenta le pareció que su rostro era bonito y adorable.
-I was humming a tune drinking in sunshine when out of an orange colored view~ Flash, bam, Alakazam. I got a look at you -la pelinegra sacó el micrófono del soporte con la intención de bajar del escenario y, junto en ese momento, por la puerta principal entró un muchacho que daba la impresión de ser temible y estoico, con un resaltante cabello verde. El jóven entró con una bolsa en la mano que parecía tener cargamento sospechoso, eso hizo que Roxy tragara grueso pero se encargó de disimularlo- One look and i yelled Timber. Watch out for flying glass~ 'Cause the ceiling fell in and the bottom fell out i went in a spin and i started to shout, I've been hit this is it, this is it -cantó cambiando a un tono más grueso para suavizarlo al final, eso llamó la atención de varios.
El muchacho de cabello verde se había sentado en la barra para pedir cualquier cosa sin importarle mucho la presencia o encantadora voz de Roxanne, algunos de los presentes lo llamarían loco por no escucharla pero solo tenía interés por cobrar la recompensa a la marina.
-I was walking along minding my business when love come to hit me in the eye -se paseó entre las mesas cantando dulce, llamando la atención de los clientes, notaba la satisfacción en su cara al estar acompañando una buena comida con música de fondo- Flash, bam, Alakazam. Out of an orange colored purple striped. Pretty green polka dot sky~ -alejó el micrófono un poco de sus labios para hacer la nota alta de sky y varios hicieron sonidos de asombro, incluso por un momento se ganó la mirada del nuevo cliente pero fue de una manera casi efímera. Ella no se dió cuenta- Flash, bam, Alakazam~ -ni siquiera pudo terminar de hacer su nota alta cuando escuchó un plato caer al suelo estrepitosamente.
Roxanne se sobresaltó y todo el bar quedó en silencio de repente; cerca suyo estaba Rika con una mirada apenada mientras un hombre alto y rubio de corte raro -a quien la pelinegra reconoció como Helmeppo, hijo del capitán Morgan- le gritaba lo tonta que había sido por chocarlo, la niña llevaba un plato de bolas de arroz con chocolate que ahora estaban arruinadas por la suciedad del piso y porque el rubio aplastó una con su zapato molesto.
-Tiraste mi comida -informó el jóven peliverde, calmado. Todos le prestaron atención incluyendo Roxy, que se mantuvo atenta a cada movimiento suyo. El jóven se agachó despacio al suelo y recogió con su mano un trozo de la bola de arroz que había sido pisoteada por el rubio prepotente, sin ningún tipo de asco masticó el trozo para luego tragarlo. La verdad no causó ninguna impresión en Roxanne puesto que no era lo más desagradable que había visto. El de las tres espadas tomó el plato donde quedaba una bola de arroz y lo colocó delante de Helmeppo- Cómetela y discúlpate con la niña.
Roxanne debía admitir que la voz gruesa del peliverde era atractiva, una cualidad que a ella le encantaba en los hombres.
El rubio se rió sarcástico y se acercó un par de pasos tratando de lucir amenazante al jóven espadachín, pero Roxanne no iba a permitir que se desatara una pelea en el bar con Rika delante, no iba a dejar que saliera herida solo por el orgullo y egocentrismo de un hombre.
-¡Hey, tú! -ambos voltearon hacia ella con una mirada de intriga y fastidio, Roxy le entregó el micrófono a uno de los de la banda y caminó hasta el par busca pleitos-. Sí, tú, el rubio de corte espantoso -pudo jurar que por el rabillo del ojo vió como el peliverde asomaba una sonrisa ladina mientras que Helmeppo la miraba totalmente ofendido-, ¿Quién te crees que eres para comportarte así con una niña? Te pidió disculpas, imbécil -la veinteañera estaba molesta y no lo disimuló para nada.
-¿Yo? ¿Quién te crees tú para hablarme así? ¿No sabes quién soy? -se acercó peligrosamente a Roxanne, pero él no sabía en qué terreno se estaba metiendo; ella era más peligrosa.
-¡Todos aquí lo sabemos! -exclamó con alegría fingida abriendo los brazos para señalar al bar entero- Eres un niño de papi, con una actitud de mierda y un espantoso corte -bajó su tono a uno más grave para que solo lo pudieran escuchar los pocos que la rodeaban.
Los ojos de Helmeppo demostraban lo colérico que el comentario de la cantante lo había puesto, en un movimiento relativamente rápido desenvainó su espada y la apuntó al pecho de la jóven.
-Eres muy valiente para decir esas cosas.
Ella se encogió de hombros:- Si quieres intentar apuñalarme con esa espada, ¡Adelante! Hazlo. Prueba que me equivoco -Roxanne lo miró desafiante, entonces cayó en cuenta de que estaba actuando sin pensar y que sus acciones siempre le traían problemas. Podían arrestarla por confrontar al hijo del capitán Morgan.
-Yo no lo haría si fuera tú -por un momento la pelinegra pensó que la advertencia era para ella así que giró su cabeza lista para replicar pero se consiguió con el peliverde mirando a Helmeppo, no sabía cómo describir su mirada pero era de todo menos agradable.
Helmeppo lo miró:- Oh vamos, ¿Tres espadas? -soltó una carcajada por su propio comentario, quería burlarse del otro-. Solo necesito una.
El jóven de nombre desconocido en un movimiento veloz apartó la espada del rubio del pecho de Roxanne y empujó a su dueño en el proceso, desatando una pelea en el bar junto a otros marinos.
Roxanne tomó a Rika de los hombros y la metió a la cocina para que no sufriera ningún daño por accidente, ella volvió al bar encontrando la pelea en dónde el espadachín llevaba la ventaja, ninguno era capaz de hacerle frente lo cual le parecía ligeramente gracioso puesto que esos marinos pasaban de los veinticinco y el muchacho apenas lucía de diecinueve. La pelea terminó cuando el de las tres espadas acorraló al rubio y le exigió que lo llevara con su padre.
-¿¡Quién de ustedes es Alexa!?
La pelinegra se congeló en su sitio. Esto no podía estar pasando, no podía ser verdad...
Al mirar hacia la puerta se encontró con un par de hombres grandes en cuanto a músculos se refería que conocía muy bien. Sus manos temblaron y comenzó a hiperventilar, en su mente gritaba por correr y salir por la puerta trasera del bar pero sus piernas no le respondían. Todo fue muy tarde cuando los dos dieron con ella ahí parada. Uno de ellos sonrió complacido.
-Ahí estás -extendió los brazos hacia ella sonriente-. Pequeña perra, creímos que habías muerto cuando te fuiste -gruñó cambiando su expresión a una molesta.
Y sin poder controlar su boca comentó:- Ya saben lo que dicen... Hierba mala nunca muere.
Lo intentó.
Peleó contra esos tipos con uñas y dientes -además de su espada- pero no fué suficiente.
Tal vez bajó la guardia, tal vez se desconcentró... No sabía cómo pero había fallado y ahora la llevaban de ambos brazos hacia la base de la marina junto al muchacho del bar. Posiblemente su arresto se debía a los disturbios causados pero... ¿Por qué sus atacantes no estaban bajo arresto también?
No entendía nada. ¿Cómo habían dado con ella? No podía creer que había sido encontrada, ¡había viajado lo más lejos posible de su lugar de nacimiento!
Si tan solo hubiese podido ahogarse en el mar aquella vez en cuanto pudo...
No. No podía pensar eso. Shanks la había salvado, la había sacado de esa vida para que disfrutara de todo lo que el mundo tenía para ofrecer. Pero fue en vano, porque ahora la habían encontrado y, de paso, llevándola a su próxima celda.
Fue cuando la voz del capitán Morgan retumbó entre las cuatro paredes que se dió cuenta de en dónde estaba. Habían entrado y ambos, Roxanne y el peliverde busca pleitos, estaban ante Mano de Hacha Morgan para ser juzgados y encarcelados.
No le importó la conversación entre el hombre de la mano de hacha y el que ahora conocia que se llamaba Zoro, no escuchó nada de su intercambio de palabras. Solo salió de sus pensamientos cuando Morgan se paró en frente suyo.
-A tí no te conozco -debatió mentalmente si la había visto, pero no, nunca. Ni siquiera en el bar, porque él nunca lo pisaba-. Pero tengo entendido que eres tú a quienes ellos buscan -señaló con su hacha al par de hombres magullados- Estos hombres están bajo la protección de la marina. Ellos y su jefe.
La presión se le bajó a la muchacha en cuanto ese conjunto de palabras salió de la boca del mayor. No podía ser cierto. No. No.
Ahora no serviría de nada exponer su caso, si su antiguo jefe tenía inmunidad de la marina entonces no había nada por hacer. Ellos eran intocables. En ese momento deseó haberse quedado con el pelirrojo.
-¡Rasguñaste mi cara, perra! Te irá muy mal por eso -amenazó con furia uno de los hombres tocando superficialmente su rostro sintiendo la herida abierta.
Pero aún con el miedo y decepción Roxanne no se iba a dejar:- Es mi marca personal -se burló elevando la barbilla sintiéndose orgullosa de su obra de arte.
Ella no lo vió pero Zoro prestó atención a lo que sucedía alrededor de ella, cuando la vió pelear en el bar se sintió fascinado por sus movimientos tan naturales y ligeros pero a la vez fuertes y certeros.
No todos los días encuentras a una mujer así.
Pero Zoro no era tonto, tal vez confundía las direcciones pero jamás las expresiones en la cara de las personas, sabía que algo fuerte estaba pasando detrás del intento de rostro calmado de Roxanne que tenía que ver con su pasado.
Al final, Mano de Hacha Morgan los "castigó" a que pasarán siete días en el patio expuestos bajo el sol; todo el día y toda la noche sin derecho a replicar, sin comida ni agua.
«Esto tiene que ser una broma» pensó con hastío Roxy.
°•°
Canción que canta Roxy en multimedia.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro