Sase
Llega un día en el que todos te muestran su idea del amor y te das cuenta de que existen demasiadas maneras, infinidad que son correctas, miles que son cuestionables, pero ¿por qué...? ¿Por qué la nuestra debía ser tan duramente juzgada por nosotros mismos?
¿Acaso no era suficiente con el resto de personas a nuestro alrededor? ¿Era tan malo quererte, buscarte, anhelarte solo una vez más?
No intentaba justificar mis vacíos, solo quería aparentar que podía ser la persona más feliz del mundo, aunque por dentro me estuviera destruyendo, estaba herido, solitario, sufriendo por algo que me arrebataron con tanto odio y a pesar de eso debía aparentar ser funcional para el resto de personas.
¿Por qué no puedo tenerte? ¿Por qué es tan difícil respirar? ¿Por qué duele? ¿Por qué nadie responde? ¿Por qué nadie escucha? ¿Acaso solo yo escucho mis gritos? O es que ¿la perfecta máscara que construí asfixia todo para que nadie se dé cuenta?
Aparcó su motocicleta en su espacio de estacionamiento, quitando de inmediato el casco, el cual mantenía prisionero, su cabello algo largo y rubio, se había hecho una coleta pequeña y ahora parecía que las hebras estaban decididas a mantener la forma quebrada; lo alborotó unas cuantas veces mientras veía su reflejo en el retrovisor, logrando divisar a lo lejos a cierto mayor que iba acompañado de una pareja demasiado acaramelada.
Jungkook se recostó un poco sobre el tanque de gasolina, con el fin de seguir observando la escena del mayor y sus acompañantes, parecían estar metidos en una discusión divertida porque el rostro de Taehyung decía a gritos estar desesperado por lo que estaban mencionando en especial aquella persona baja, con cabello plateado.
Observó por algunos segundos más, no perdiendo de vista el recorrido que realizaban hacia los ascensores del estacionamiento, le pareció gracioso todo el entorno hasta que Taehyung tomó de la barbilla al más bajito, sacándole un quejido, mientras que el más alto de los tres los apartaba.
Su corazón se había apretado de manera extraña, aunque no pudo permitirse seguir sintiendo aquello o siquiera ponerle un nombre porque la notificación de un mensaje llegó a su teléfono. Se trataba de la escuela de entrenamiento de Bam, preguntando si pasaría por él, se sintió un mal padre por abandonarlo durante un fin de semana, quizá era tiempo de comprar una silla especial para la moto y pedir que le enseñaran a hacer ese tipo de cosas de quedarse quieto mientras viajaban.
Aún estaba sonriendo, imaginando a Bam con lentes de motociclista cuando otra notificación más llegó a su teléfono, esta vez haciendo que su sonrisa se borrara un poco, notando el mensaje.
"¿Aún no has llegado?"
"Por favor llámame..."
Pudo ver que estaba escribiendo y de pronto dejó de hacerlo, como si se arrepintiera de lo que estaba a punto de enviar, ¿sería alguna cursilería?
Era muy fácil imaginar a Taehyung abultando el labio mientras esperaba una respuesta, quizá estaría frente a su puerta pensando en él, ¿qué mierda estaba pensando? Estar leyendo ese diario le daba ideas demasiado raras.
Tocó su lado izquierdo donde había guardado el diario dentro de su chaqueta, estaba bien protegido de todo, justo como él deseaba mantenerse a sí mismo, escondido de ser lastimado.
"¿qué te parece si hacemos algo?
O si prefieres no hacemos nada
Solo... avísame ¿puedes?"
Con agilidad y elegancia, pasó su pierna por sobre la motocicleta para bajarse de una buena vez, pensando en lo que haría con aquel mensaje, él ya estaba ahí, Taehyung posiblemente quería verlo, si no fuera así no habría razón para escribir ¿cierto? ¿Por qué de pronto estaba dando tantas vueltas a algo tan simple como un mensaje?
Aunque, sin razón aparente, sus propios pensamientos lo llevaron a llamarle al mayor, esperando con mucha impaciencia el que le respondiera, no se sentía celoso de ver a Taehyung entrando con aquella pareja, estaba más bien desesperado por encontrar una manera de no pensar en él y el encontrarlo justo ahí fue la gota que derramó el vaso.
— Hey – la voz de Taehyung inspiraba paz, en especial cuando le respondía de esa manera como si con eso expresara que ahora todo volvía a su lugar, donde debía estar – ¿todo está bien? No has regresado. ¿Sucedió algo?
Joder se sentía extraño que alguien preguntara todo ese tipo de cosas, en especial cuando no era alguno de sus padres indagando si estaba vivo o no.
— Estoy bien, acabo de llegar.
— ¿En serio?
— Sí, aún estoy en el estacionamiento, pero no subiré.
— ¿Por qué? Si es por Yoongi-ssi te prometo que no ha aparecido de nuevo por aquí – eso hizo sonreír a Jeon, ¿Taehyung se estaba preocupando por él? Verdaderamente, era adorable y lindo.
— No es por eso, debo ir por Bamie antes de que cierren la escuela de entrenamiento.
— ¿Quieres que te acompañe? Es la hora de pasear de Tanie, podríamos ir juntos.
Era la peor excusa jamás inventada, porque Yeontan no tenía una hora de paseo, al contrario, no podía tener caminatas largas debido a su enfermedad, cosa que no le permitía correr demasiado, caminar por largos periodos y todo lo que involucrara que el cachorro se agitara de más.
Lindo... adorable mentiroso...
— Entonces esto sería como una cita de perros.
— ¿Eso es un sí a mi propuesta?
— Es más, un, si no vienes en cinco minutos me voy del estacionamiento.
— Llego en tres... ¡Tanie!
Jungkook sonrió divertido, atrapando su labio inferior entre sus dientes, se sentía muy bien poder compartir cosas tan triviales como un paseo con Bam, de hecho era algo que haría sin importar que Taehyung le acompañara o no, había pasado alejado tanto tiempo lejos de casa que un paseo por la tarde le vendría bien.
Sus recuerdos lo llevaron a todas esas veces en las que Yoongi mencionó que él lo acompañaría a pasear con Bam, en todas obteniendo una negativa por su parte, ya que siempre se excusaba en mencionar que el entrenador le había mencionado que solamente su amo debía hacerlo, cuando en realidad era una manera de evitar que el mayor invadiera su espacio.
¿Por cuánto tiempo hizo ese tipo de cosas? Él ni siquiera fue consciente de todo eso hasta ahora que compartía este tipo de cosas con Taehyung, posiblemente su hyung sí se dio cuenta de su manera tan vil de huir, y aun así decidió quedarse a su lado. En verdad, el amor podía volverte ciego ante los tratos más crueles.
— ¡Jungkook! – Taehyung parecía agitado, como si en vez de utilizar los elevadores hubiera bajado por las escaleras de emergencia, ¿quién haría algo como eso? —. Joder, sigues aquí. Gracias. Pensé que no te encontraría.
— ¿Por qué?
— Dijiste que cinco minutos y pasaron exactamente ocho minutos, tuve que tomar las escaleras de emergencia cuando los ascensores no subieron, casi muero al intentar bajar lo más rápido que podía – Taehyung llevó su cabeza hacia atrás, mientras jadeaba por un poco de aire, para luego regresar la mirada hacia Jungkook, que lo veía incrédulo de su estado – ¿qué?
— Tomas muy literal las cosas que digo.
— Te estás relacionando con un abogado, ¿tienes una idea de lo que sucede si llegas tarde a una audiencia...?
Jungkook negó ante aquella manera de quejarse, pareciéndole tierno, verdaderamente adorable, la manera en la que su ansiedad se canalizaba en tener todo estricta y meticulosamente planificado, siguiendo al pie de la letra lo que haría, cuál sería su siguiente paso, con quienes estaría y dónde debía estar, siempre cinco pasos adelante, persiguiendo un futuro que nunca llegaba.
De ahí la razón por la que su interacción era tan chocante para el mayor, porque Jungkook lo regresaba al aquí, al ahora, al minuto que debía estar viviendo. Lo confirmó una vez más en el segundo que tuvo tacto sobre su piel, Jeon acunó las mejillas contrarias con gentileza, haciendo que dejara de hablar, para acercarse lentamente hacia su rostro, mirándolo fijamente.
Era como si esa galaxia le hipnotizara, devolviéndolo a la vida, donde debía tener los pies sobre la tierra y no corriendo constantemente, Jungkook bajó la mirada hacia los labios rosas, bastante apetecibles, luego subió hacia los ojos contrarios, marcando un ritmo de lo que deseaba. Sus manos cálidas delineaban perfectamente el rostro ajeno hasta que sus dedos se perdieron en el río profundo y negro de las hebras largas del cabello de Taehyung.
— Hyungie, respira... estoy aquí – murmuró sobre los labios contrarios, provocando que las manos de Taehyung se amoldaran en el cuerpo de Jungkook solo para asegurarse que no era un espejismo de su mente cansada – sigo estando aquí, no me he ido.
— Te fuiste por varios días – reclamó al mismo tiempo que casi ronroneó gustoso por el masaje en su cabello gracias a los dedos de Jungkook, enredándose con cada hebra, halando solo un poco – me hiciste... yo...
— ¿Sí?
— Quería verte.
— ¿Me extrañaste hyungie? – susurró con coquetería, dejando una suave lamida en los labios ajenos – ¿te hice mucha falta?
— S-sí.
— ¿Cuánta?
— Demasiada, por favor, no te vuelvas a ir... te necesito – Taehyung se dejó vencer por esta vez, llevando su frente hacia el hombro de Jungkook, quien no esperó aquella declaración – lo siento, es solo que... de pronto no estabas y todo comenzaba a ser un caos. Debía tener todo planificado, pensado y controlado.
— Está bien, ya estamos juntos, ¿de acuerdo? No tienes que controlar nada con nosotros, solo déjate de llevar – el mayor murmuró una afirmación mientras que de manera descarada rozaba sus labios sobre la piel del cuello de Jungkook.
— Tu piel tiene sabor a viaje en carretera – una risa escandalosa no se hizo esperar, provocando que esas cosquillas seductoras se convirtieran en otro tipo de sensibilidad, una que le hacía reír.
— ¿Cómo es eso?
— Sí, ya sabes, como cuando viajas por horas en carretera y tienes ese aroma en la nariz que te cosquillea, como a polvo, naturaleza, autos, quizá el humo de un motor, ¿cuántas horas viajaste para ver a tu familia?
Jungkook sonrió de manera nerviosa, ¿qué era toda esa comunicación extraña? Aunque le parecía algo no propio del mayor, le emocionaba de cierta manera el notarlo más relajado, así que como si no hubiera otra escapatoria, lo tomó por la nuca, atrayéndolo hacia él, atrapando los labios ajenos con los propios amoldándolos de manera que Taehyung se derritió ahí mismo.
Afianzó su agarre en la cintura contraria, tan pequeña, definida, marcada, tan perfecta para que sus manos se hicieran uno con la anatomía de Jungkook.
— ¿Interesa cuántas horas viajé? ¿Te molesta de alguna manera mi aroma? ¿Debo hacer algo para que te sientas a gusto? – Taehyung negó, para luego jadear cuando sintió el acto atrevido de Jungkook, quien atrapó su labio inferior con sus dientes, mordisqueando un poco la tierna carne, paseando la punta de su lengua por la parte interna —. Que lastima, iba a decir que podríamos tomar un baño juntos.
Jungkook se alejó haciendo quejarse al mayor, quien no dejó de agarrar con posesión el cuerpo ajeno entre sus manos, mientras que él sonreía de manera coqueta.
— ¿Lo arruiné de nuevo? – Jungkook se acercó hacia su oído.
— Aún puedes enmendarlo – Taehyung intentó tomar de nuevo el elixir de la vida de esos belfos rosas, pero no le fue permitido, no cuando Jungkook dejó un recorrido húmedo detrás de la oreja del mayor para luego susurrar —. Tenemos que ir por Bam.
Jugaba muy sucio porque no solo lo desestabilizaba en mente, también alteraba su cuerpo causando que la sangre circulara para hinchar cierta zona que podría comenzar a doler si Jungkook no se separaba.
Era un experto en alterar cada espacio de su ser y al mismo tiempo darle paz, ¿cómo era eso posible? Una persona no podía ser dos cosas al mismo tiempo, pero Jungkook lo lograba, porque hacía un segundo atrás estaba seduciéndolo con su lengua y ahora sonreía de manera inocente, con sus ojos brillando con dulzura.
— ¿No podemos ir después? – cuestionó intentando que aquel encuentro no terminara obteniendo un ceño fruncido y el gesto de Jungkook empujando su mejilla interna con la lengua, podía parecer molesto para cualquiera, mas no a él, ese gesto le parecía lo más caliente – ¿cinco minutos más?
— ¿Tú dejarías a Yeontan solo por tanto tiempo? Ya fui un mal padre durante estos días, debo ir por él.
— De acuerdo tú ganas – Jungkook sonrió satisfecho, tomando la mano del mayor para comenzar a caminar fuera del estacionamiento, pero Taehyung aún quería algo, así que haló de su mano para atraerlo de nuevo – solo un beso más, uno más y prometo...
— ¿Qué? Cuidado con lo que prometes hyungie, puedo tomarlo muy literal y no volver a besarte...
— Un beso antes de ir por Bamie.
Jungkook sonrió satisfecho dejando un beso más en los labios ajenos, no dejando que se alargara por más tiempo, pues ya habían tardado demasiado, pronto no lo recibirían en la escuela y tendría que pagar por una noche más de hospedaje; prefería tener a Bam en casa, no deseaba pagar aquel monto extra, no porque le faltara dinero para hacerlo, más bien era porque se trataba de su hijo al que estaría dejando de lado cuando él mismo se encontraba ya en su apartamento.
— Tus besos saben a... deseo.
— ¿Sí? – una afirmación fue murmurada como respuesta – los tuyos me saben a placer, uno que no puedo tener ahora, así que es frustrante.
— Puedo solucionar eso.
— Oh, claro que puedes. Ahora andando – dio un paso apenas, sintiendo que aquellas palabras no eran suficientes, regresó la mirada hacia el mayor, tomándole la mano, notando la pequeña ausencia de un cachorro – ¿no mencionaste que Tanie necesitaba un paseo?
— Sobre eso... — Jungkook besó las mejillas de Taehyung sorprendiéndolo.
— Amo tus excusas.
Él amaba sus excusas, qué santa locura era eso que había mencionado Jungkook, hablaba como si cada aspecto malo de Taehyung fuera la octava maravilla del mundo, no importaba cuan desesperante podía parecer con sus actitudes cursis, Jungkook siempre se lo reconocía adulándolo de maneras inexplicables.
Tomar su mano era como responder a una promesa antigua, andando a su lado, sin temores al qué dirán, sin voltear a ver a los lados, buscando miradas, sin esconderse, porque aunque la sociedad los señalara, ellos estaban unidos.
Joder, el mayor estaba más que extasiado con la sencillez que Jungkook admiraba cada pequeño detalle, caminar por las calles al anochecer, atravesando mundos de personas ajenas a lo que hacían, jamás se sintió tan bien el ser ignorado y al mismo tiempo tener toda la atención del mundo.
Porque él era eso, se estaba convirtiendo en su pequeño mundo, en su gran universo, en sus miles de galaxias para apreciar y estaba jodidamente aterrado por dar el siguiente paso y no encontrar un suelo estable, no hallar la mano de Jungkook sujetando la suya, más eso nunca sucedía, porque antes de dudar, Taehyung obtenía respuestas claras, su hermoso pervertido siempre le aseguraba que su existencia no era efímera.
Avanzaron por las calles hasta llegar al lugar donde estaría Bam, no fue de extrañar que el mismo Taehyung se perdiera en sus emociones, sintiendo el corazón apretando dentro de su pecho cuando miró fijamente a Jungkook, dejando caricias en su amado compañero, jugueteando con él y escuchando apenas lo que el entrenador mencionaba respecto a su estadía.
Un ligero paseo junto con Bam los hizo sentirse demasiado cálidos, tomados de la mano, sin decir palabra alguna, simplemente dejándose llevar. El teléfono de Jungkook comenzó a sonar, provocándole un puchero porque, por una parte, mantenía su mano ocupada en la comodidad del agarre con la mano contraria y en su contraparte tenía la correa de Bam.
— ¿Necesitas responder? – con un puchero asintió, esperaba la llamada de sus padres para saber si su viaje estuvo bien, no podía ignorarlos – puedes darme la correa de Bam mientras lo haces.
— Sujétalo bien, intenta mantenerte firme para que no sienta que eres fácil de dominar, aunque pensándolo bien – Jungkook le dio un guiño mientras que dejaba la correa en la mano ajena, obteniendo las mejillas de Taehyung tornándose en un bonito rosado.
— Responde tu llamada, pequeño, pervertido. Yo me encargaré de tu hijo.
Jungkook sacó el aparato aun con una sonrisa amplia en sus labios, la cual decayó cuando notó el número desconocido, alzando una ceja al no reconocer la llamada.
— ¿Hola?
— Hola, hablo con Jeon Jungkook.
— Él habla.
— Un gusto, mi nombre es Kim Namjoon mi secretaria me informó que está enterado de nuestra reunión el día de mañana, quería confirmar con su persona el lugar y el horario, estoy en Busan actualmente, así que no tengo problema.
— Ouh – Jungkook observó a Taehyung a su lado, quien ladeó la cabeza esperando algo – no estaba enterado que vendría precisamente ahora, bien... — tener al mayor con esa mirada tranquila, dejándole caricias en su mano, le hizo recordar a su abuela mencionando cosas del amor – le parece bien si le envió una ubicación y el horario por mensaje. Estoy un poco ocupado en estos momentos.
— Por supuesto, estaré esperando su mensaje. Tenga una buena tarde joven Jeon.
La llamada terminó haciendo que Jungkook se detuviera a mitad del paseo tranquilo, mordiendo de manera nerviosa su labio, teniendo a Taehyung a la expectativa de lo que diría. El mayor ya le había acompañado a muchos sitios y viceversa, además necesitaba ayuda en este aspecto legal.
— Taehyung hyung.
— ¿Qué pasa? ¿Algo malo? ¿Tus padres están bien? – Taehyung soltó el agarre de sus manos para acunar el rostro ajeno.
— Sí, bueno, es decir, espero que sí, pero no eran ellos, se trataba de... — lo pensó por unos segundos teniendo la mirada del mayor con un poco de preocupación – hyung dijiste que eres abogado cierto.
— Lo era en Seúl, estoy tomando un poco de tiempo para mí, pero ¿qué necesitas? Si puedo ayudar lo haré.
— Necesito que me acompañes a una cita con un abogado – el mayor ladeó aún más la cabeza, no comprendiendo el contexto de la situación —. Es un tema sobre mi familia que debo tratar con un abogado, el idiota ese no pudo verme cuando viaje en su oficina en Seúl y ahora llama como si nada diciendo que mañana tendremos una cita.
¿Un tema legal familiar? Por qué eso le sonaba tan conocido a Taehyung, sin embargo, Jungkook no dio mucho detalle respecto a la situación, no podía ser el mismo, ¿cierto? Además, ¿cuántos bufetes de abogados había en Seúl? Imposible que fuera ese caso en particular.
— ¿Aceptas venir conmigo?
— De acuerdo, ¿quieres que esté ahí como un apoyo moral o... algo más legal?
— No, solo quiero que escuches lo que tenga para decir y luego me lo expliques para no quedar como un idiota aceptando lo que diga. Por favor hyungie – el puchero pronunciado de Jungkook tenía dos fines, el primero convencer a Taehyung y el segundo lo obtuvo cuando el mayor lo besó – ¿eso es un sí?
— Es un, no permitiré que te vean la cara de tonto, así que sí, lo haré – Jungkook lo abrazó de inmediato, haciendo que Bam ladrara al no comprender la escena y mucho menos la emoción de su papá.
— Gracias, de verdad lo aprecio mucho – Jungkook comenzó a besar los labios ajenos, las mejillas, la barbilla, regresando por último a los labios, dejando uno más lento – no sabes lo importante que es esto para mí.
— Haría lo que fuera con tal de ver ese brillo en tus ojos – besó una vez más los bonitos labios de Jungkook y dejó un beso más en el cabello ajeno – ahora andando, está comenzando a hacer frío.
Regresaron a tomarse las manos, Jungkook tomó de nuevo el mando de Bam, obteniendo una sonrisa por parte de Taehyung. Se sintió a gusto al notar la tranquilidad con la que el mayor caminaba a su lado, parecía estar feliz con el hecho de la cita.
Quizá se debía a que Taehyung era quien siempre le buscaba y que ahora fuera Jungkook daba un plus a su relación, estaba siendo tomado en cuenta; el pensamiento de tener algo más con ese bonito pervertido le hizo eco en la mente, ¿estaba listo para tener una especie de relación, decir sus sentimientos? ¿Qué sentimientos? Ni siquiera él mismo sabía lo que eran.
— Deberíamos comer ramen cuando regresemos a casa – murmuró Jungkook, haciendo sonreír a Taehyung – hablo de comida, esta vez, no de una insinuación ¿okay? Aunque primero tomaré un baño para relajarme. ¿Tienes comida en la cocina, cierto?
— Creo que no – una queja fue su respuesta junto con Jungkook recostando su peso sobre su brazo – tengo visitas y no estoy muy seguro que podamos tener un momento tranquilo.
— Eso quiere decir que no tendré mi bienvenida, te cobraré con intereses – el mayor dejó un beso en la sien de Jungkook, sacándole un suspiro, mientras que se encogía aún más en aquel ambiente tranquilo.
— Parecemos una pareja, ¿no lo crees? – murmuró el mayor mientras acercaba aún más el cuerpo de Jungkook al suyo, sintiendo cierta dureza en el costado de la ropa, justo en la chaqueta de cuero.
— Define, parecer una pareja. Podríamos ser unos buenos amigos paseando por la noche, con mi perro después de una larga ausencia, tú estás locamente enamorado de mí, pero haré de cuenta que yo no lo sé...
— ¿Por qué debemos definir lo que es una pareja? Hay muchos tipos...
— Y cuál de todas somos según tú.
Ambos hicieron silencio, observándose fijamente, Jungkook sostenía con firmeza la correa de Bam quien comenzaba a halar de ella para seguir caminando, mas no lo permitiría, era un buen dueño acatando las órdenes del instructor al no ceder a los pedidos de su mascota, pero en esta ocasión no lo estaba haciendo para cumplir con aquello.
No esto era más por voluntad propia, por perderse una vez más en la mirada intensa de Taehyung, por sentir el calor de la palma ajena contra su mejilla fría, el roce de la punta de la nariz haciéndolos anhelar el que sus labios se toquen de nuevo.
Quizá la impaciencia de sus deseos provocó que cierto cachorro inquieto decidiera hacer que de una vez por todas se lamieran las caras, o bien solo fue una actitud normal ante la desesperación de seguir avanzando, lo cierto es que el hecho de que Bam enredara su correa en las piernas de ambos no era parte del plan de coqueteo.
Tampoco lo era perder el equilibrio, lo que sí fue casi sin pensar era tener a Jungkook cayendo sobre el cuerpo de Taehyung, haciendo que se quejara por el golpe en la espalda.
Todo habría terminado de manera romántica, de no ser porque cierto cachorro inquieto decidió ponerle fin a la lucha de quien debía lamer la cara del otro primero, haciendo reía a ambos chicos cuando fue la lengua de Bam la que dejó cierta humedad en el cabello y un poco en las manos.
— Bam-ah, detente – Jungkook, intentó ocultarse en el pecho de Taehyung, dejándolo solo contra la feroz lengua de Bam quien no dejó de olfatear, saltar alrededor y seguir lamiendo el rostro del mayor, así como intentar buscar hacer lo mismo con su papá – ya basta haces cosquillas con tu nariz.
— Debo admitir que esa sí es una bienvenida digna – mencionó el mayor, ayudando a Jungkook para que se pusiera de pie – al menos ya sabemos quién me podrá dar besos sin tardar tanto.
— Dices que mis besos no son suficientes.
— Digo que, amaría tener muchos más hasta volver hinchados esos preciosos labios rosas tuyos – Taehyung rozó apenas sus labios con los contrarios, obteniendo un buen recibimiento – ¿me dejarías robarte algunos besos?
— Que mal ladrón eres, solo tómalos y luego sal huyendo – el mayor alzó la ceja comenzando a acercarse, mas su intento de seducción se vio interrumpido por el fugaz beso que le dejó Jungkook – muy lento.
Con una sonrisa amplia, el aura llena de una luz traviesa, Jeon comenzó a correr, faltaban unos cuantos metros para llegar al edificio donde vivían, Taehyung tardó algunos segundos para reaccionar y darse cuenta de que Jungkook lo había distraído, lo suficiente para plantarlo al suelo, ¿acaso lo estaba invitando a seguirlo?
Solo vive Taehyung... no pienses.
Sus pasos lo llevaron hasta la entrada del edificio, donde encontraría a Bam perfectamente sentado esperando el ascensor junto a su dueño, quien no dejaba de morder su labio de manera nerviosa y abrió tanto los ojos cuando notó que el mayor estaba ahí mismo, sonriendo ¿había comprendido su llamado silencioso?
Taehyung se colocó al lado de Jungkook, las puertas del ascensor se abrieron, dejando el espacio solo para ellos, ni bien las puertas metálicas se cerraron, el mayor encerró a su adorado y precioso pervertido, quien no se quejó ante el trato repentino, mucho menos cuando las manos de Taehyung tomaron la orilla de la chaqueta de cuero para acercarlo más.
— Hazlo – susurró Jungkook ansiando el roce de labios – por favor... hazlo...
El mayor se acercó lentamente engañando a la nublada mente de Jungkook con un beso que nunca llegó a sus labios, en cambio, obtuvo humedad en su piel sensible, Taehyung se inmiscuyó en el cuello ajeno, besando, lamiendo, dejando pequeñas mordidas haciendo que el contrario se aferrara a la ropa ajena, haciendo puños con la tela.
La dureza contraria arremetió contra la despierta erección y eso le provocó querer maldecir a la maquinaria que tardaba tanto en llevarlos hacia su apartamento, quizá debía comenzar a tener un gusto voyerista porque solo deseaba que Taehyung lo tomara ahí mismo.
— Tu maldita chaqueta no me está haciendo el trabajo fácil – gruñó contra el cuello ajeno mientras dejaba una succión en la piel que se volvería rojiza y violeta – puedo quitarla... por favor... déjame quitarla.
— ¿Lo harás aquí?
— ¿Eso importa? – Taehyung había abierto el cierre de la chaqueta, adentrando su mano, buscando de inmediato el pecho ajeno, notando de inmediato la casi desnudez del cuerpo de Jungkook – ¿estás usando una red como camisa? – la mordida que recibió el mayor en sus labios le sacó un quejido – ¿fuiste con tus padres con eso puesto?
— No, salí de casa con esto puesto, deberías darme un premio por sufrir del frío en todo el camino – el mayor aferró su agarre en la cintura ajena, disfrutando el tacto, los jadeos de Jungkook eran un deleite – ¿de verdad lo harás aquí? No me emociones en vano.
— Puedo presionar el botón de emergencia y dejar atascado el mecanismo.
— Solo nos darían cuarenta minutos – Jungkook gimió alto cuando el mayor besó su cuello, acompañando con cálida humedad, succiones y mordiscos, no tuvo más elección que sostenerse de Taehyung cuando este paseó su tacto hasta su pecho – Joder, cómo extrañaba esto.
Taehyung tomó entre sus dedos el pezón de Jungkook, apretando un poco mientras que sus labios no dejaban de besar la fuente de sus delirios, recorriendo desde el cuello hasta la mandíbula donde mordió, lamió, besó y disfrutó llegar hasta los labios ajenos que lo invitaron a derretirse. Sus lenguas comenzaron a sincronizarse, a la vez que Jungkook tomaba la ajena entre sus belfos.
El mayor apretó finalmente el botón de emergencia, la maquinaria se detuvo, las luces parpadearon y junto a ellas sus caderas se movieron contra la dureza contraria, sacándole un gemido a Jungkook cuando levantó aquella extraña prenda transparente, dejando a la vista los apetecibles botones erectos; pudo sentir que su pene palpitó aún más cuando vio la blanquecina piel contrastando con esa zona, una de sus favoritas a decir verdad, llamándole la atención su nueva joyería en esa zona, ahora se trata de unos pequeños aros, los cuales estaba seguro de que amaría jugar con ellos.
— Son nuevos...
— Son los definitivos, las perforaciones ya sanaron – el jadeo que salió de Jungkook alertó a Bam quien había decidido echarse al suelo, pero aquel sonido lo había puesto en guardia de cualquier peligro que sufriera su dueño – Bam, quieto...
— Qué obediente – mencionó el mayor, volviendo a posar sus labios en el pezón, jugando con su lengua y la joyería, apretando el botón contrario con sus dedos hasta poner aún más duro.
— Te asombraría saber que no es el único que me obedece – Taehyung alzó la mirada mientras aún atendía la zona, encontrando la mirada de Jungkook, más oscura, con cierto ápice de lujuria —. Quiero que me folles tan duro, que me demuestres cuánto me extrañaste – el mayor sonrió, soltando por fin el pezón, intentó abalanzarse sobre los labios ajenos, mas este lo detuvo al enredar sus dedos en el cabello largo de Taehyung – en mi apartamento... ¿Puedes hacer eso hyungie?
Esa voz, el tacto paseando por su espalda hasta llegar de nuevo a su cabello, halando de él, le hacía sentir una corriente eléctrica que le cosquilleaba en toda la piel. Por supuesto que lo haría, sin duda alguna, no llevaría a Jungkook a su propio apartamento donde cierta pareja posiblemente se encontraban haciendo cosas pervertidas.
No, esto lo debía disfrutar él solo. Taehyung ronroneó una respuesta afirmativa en el cuello de Jungkook, dejando una última lamida en la zona, apretando de nuevo el cuerpo ajeno contra el suyo, volviendo a sentir eso, duro.
— Acepto tu oferta, solo responde algo que me ha tenido intrigado desde que comencé a tocarte – Jungkook respondió con un murmullo, disfrutando de los labios ajenos que profanaban su piel – ¿qué es eso duro en tu chaqueta?
— ¿Mis pezones?
— No estos, precioso – Taehyung apretó ambos botones erectos, sacándole un gemido placentero a su tierno y juguetón – me refiero a lo que ocultas en tu chaqueta.
— Ah, eso... es un regalo de mi abuela para que vuelva a creer en el amor.
El mayor ladeó la cabeza, confundido por lo que mencionaba Jungkook, quien comenzó a dejar caricias delicadas, enredando sus dedos en el cabello ajenos, masajeando un poco, haciéndole sentir cosquillas.
— No te preocupes, eso no pasará – ahí estaba de nuevo esa muralla tan alta que era imposible de penetrar, con esa mirada fría y falsa con la que quería convencer a cualquiera que no era un ser sensible, ¿cuántas veces le hizo lo mismo a Min Yoongi y el mayor cayó?
— Dejemos de pensar en eso, por ahora quiero que te aferres a mí mientras entro en ti.
— Joder, entonces estamos perdiendo el tiempo en el maldito ascensor – Taehyung le robó un último y casto beso, logrando lo que quería, quitar un poco esa muralla que se construía alrededor de Jungkook.
"Por favor demuéstrame cuánto me ama sin yo pedírselo"
Jeon podía sentir su corazón latiendo tan rápido al escucharse a sí mismo de cierta manera, era extraño porque sabía que se trataba de sí mismo y al mismo tiempo no.
No tuvo mucho tiempo para darle vueltas a sus pensamientos, porque de pronto el ascensor abrió sus puertas hacia el pasillo que lo llevaría a su apartamento, Taehyung tomó la mano de Jungkook, sintiendo de pronto una corriente extraña que llegó hasta remover el último rincón de su pecho.
— Vamos hermoso ser pervertido – la sonrisa de Jungkook fue genuinamente el mejor espectáculo, lo había logrado, su bonito pervertido regresaba a ser él mismo sin esos escudos extraños – Bam, espero no te moleste el ruido, prometo que si tu papá grita es por placer no porque lo está pasando mal.
El pasillo los recibió con una luz tenue, en completo silencio, con Bam siendo guía de ambos humanos que parecían no querer llegar a la puerta del apartamento porque ni bien dieron unos cuantos pasos alejados del ascensor, fue Jungkook quien atrajo al mayor, acorralados contra la pared, besándolo con ímpetu. No se trataban de tiernos roces de labios, esto era un frenesí de deseo.
Jungkook tenía en su memoria muchos recuerdos que no eran propios, algunas imágenes de él haciendo exactamente lo que ahora con el mayor, entre pasillos de una enorme mansión, entre escondites secretos donde nadie más se daría cuenta de su pasión.
Joder, estaba adorando sentirse de esa manera con el mayor, quien paseaba sus manos por todo el cuerpo contrario, recorriendo cada curva, reconociéndolo una vez más, cada espacio y pliegue, Taehyung se estaba dándose a la tarea de conocerlo completamente.
Comprendía sus reacciones, cuando gemía de placer, cuando jadeaba ante la sorpresa de ser tocado sin reparo en su trasero, le causaba un cosquilleo extraño en la piel con solo sentir su tacto. Los besos se volvieron demandantes, entre chasquidos e hilos de saliva que resbalaban por las comisuras de sus bocas.
Jungkook mismo se vio sorprendido al recoger el rastro con la punta de su lengua para luego juguetear con la contraria, separándose unos cuantos pasos, seduciéndolo a caer en su red de deseo, llamando silenciosamente a Taehyung para atravesar el pasillo, quien no fue difícil de convencer.
Parecía un depredador persiguiendo a su presa, con un paso firme, ágil, la mirada fija en su pobre presa que de inocente no tenía nada y por supuesto que no huiría, lo recibiría con los brazos abiertos, junto con una sonrisa socarrona que le hacía ver jodidamente caliente. Quería hacerlo suyo, que le perteneciera solamente a él.
Con un poco de prisa y utilizando la fuerza que la adrenalina le proporcionó, Taehyung alzó a Jungkook, haciendo que sus piernas rodearan sus caderas, aferrándose a los hombros ajenos, sacándole un gemido ruidoso cuando fingió una embestida que casi le supo a gloria a Jeon, jadeando para poder controlarse a mitad del pasillo.
— ¿Cuál es el código de la puerta? – cuestionó el mayor sin dejar de besar y morder los labios ajenos, teniendo a Jungkook hecho un desastre.
— Se abre con mi huella...
— Tu hermoso culo también se abre con mi dedo y con mi pene, pero no funciona ahora si no podemos ingresar, así que por favor la contraseña, hermoso – Jungkook, jadeó aún más alto, teniendo que recurrir a morder su labio para evitar ser tan ruidoso, los vecinos comenzarían a salir si no se callaban.
— Cero, seis... — su cuello fue atacado de nuevo, dejando sus labios libres para poder pronunciar palabra alguna, mientras que Taehyung digitaba el código – trece... veinte...
El característico sonido de la puerta aceptando el código de ingreso se escuchó y quien primero pasó fue Bam, subiéndose de inmediato en el sofá del apartamento mientras observaba cómo Jungkook y Taehyung seguían estando entretenidos, chocando sus cuerpos contra la pared.
Taehyung no fue consciente del lugar en el que estaban hasta que dentro del último beso entreabrió los ojos, notando la diferencia del interior del lugar.
— No veas a otra parte solo a mí – susurró en un solo hilo de voz, acunando el rostro ajeno, mientras que sus pies poco a poco volvían a tocar el suelo – por favor no rompas este momento.
La respiración de Taehyung era agitada, casi entrecortada entre tanto y tanto, no dejando de ver los orbes oscuros frente a él que le suplicaban no huir. Se sentía ansioso por alguna extraña razón, imaginando ese momento, en otro tiempo, con una alcoba grande, iluminada por el fuego de una vela, pero siempre con el mismo rostro frente a él, pidiendo a gritos silenciosos que no lo dejara ahí.
El mayor juntó frentes, deleitándose con la calidez que de pronto lo invadió como si estuviera volviendo a casa, como ese pequeño rayo de sol que cala en tus huesos mientras estás pasando el invierno más frío de tu existencia. Jungkook era su luz a seguir y se estaba perdiendo en lo bien que se sentía todo aquello.
Quería ponerle un freno a su corazón que parecía querer atacarlo con un fulminante infarto, mas las manos que se posaron en su rostro de pronto estaban en su pecho, tocando delicadamente, haciéndolo suspirar.
— ¿Cómo haces eso? – murmuró apenas, relajándose poco a poco.
— ¿Qué cosa? – incluso su tono bajo de voz le hacía la invitación a dejar de lado su nublado pensamiento, su ansiedad siendo apaciguada – mírame, por favor...
La súplica tuvo respuesta con Taehyung abriendo los ojos, siendo consciente por fin que desde hacía varios minutos la oscuridad en la que estaba solo se trataba de él mismo, obligándose a no ver a su alrededor.
Los ojos de Jungkook estaban completamente dilatados, la excitación se exudaba por cada parte de su cuerpo, sin embargo, Jeon parecía estarse conteniendo para hacerlo entrar un poco en razón, ¿lo estaba poniendo primero antes que el deseo?
— Adoro que me mires así, siempre expectante a lo que ocurrirá como si el miedo te invadiera. No vas a hacer algo malo, tampoco me molestaré porque digas cursilerías, comienzo a tomarles afecto, de hecho – Taehyung sonrió de lado sintiéndose halagado de pronto —. Tienes una manera muy peculiar de hacerme saber que me deseas todo el tiempo... lanzas un anzuelo esperando con temor. ¿Me equivoco? Dime que no me deseas como lo haces ver, dime que soy yo quien me hago miles de historias.
Taehyung llevó sus manos a la cintura ajena, acercando aún más el cuerpo de Jungkook, quien mantenía una sonrisa seductora que intentaba esconder el miedo de ser ¿rechazado? ¿Acaso eso era posible?
El beso que le siguió como respuesta del deseo fue enloquecedor, Jungkook mordía cada vez más fuerte cuando Taehyung se atrevió a desabrochar los pantalones ajenos, dándole paso libre a inmiscuir su mano por la erección palpitante de Jungkook.
— ¿Esa es tu respuesta a mis preguntas? – arrastró cada palabra mientras que sus labios se paseaban por el cuello ajeno, donde Taehyung le permitió andar, mientras seguía dejando delicados toques en la erección de Jungkook, quien comenzaba a sentirse desesperado por obtener más —. Dime si esto solo es deseo y nada más que eso... hazme entender que lo nuestro no se mueve nada más que por atracción, una simple química.
— No, esto no es nada de eso... Te deseo más de lo que nunca lo hice... es solo que hay más.
— ¿Más? A qué te refieres con eso, me tienes aquí a tu merced, con tus manos torturando delicadamente mi cuerpo y tú dices que no es solo deseo... dime de una vez por todas que solo juegas conmigo.
— Imposible... — Taehyung aferró su agarre en la dureza, sacándole un gemido alto al deleitarse con el toque, joder, eso era lo que quería.
— Yo te deseo demasiado, estoy literalmente ardiendo por ti – Jungkook enredó de nuevo sus dedos en el cabello ajeno para acercarlo hacia sus labios, comenzando a besarlo con pasión, con lujuria, con ferviente deseo, mientras que sus caderas comenzaron a moverse al mismo tiempo del vaivén que Taehyung tenía en su erección – solo tómame de una vez. Tócame, hazme explotar en maldito deseo.
El beso se hizo aún más profundo, sus lenguas no dejaban de tocarse la una a la otra invitando a pasar en la boca ajena, los gemidos de ambos eran el perfecto complemento, pues el mayor disfrutaba tanto la sensación de tener el control de las cosas con Jungkook y al mismo tiempo perderse a sí mismo.
Un sonido ronco salió de la boca de Taehyung cuando Jungkook se alejó apenas del beso, dejando a su paso un hilo de saliva, haciendo que lo buscara de inmediato, justo lo que quería Jungkook, provocarlo, ¿por qué tardaba tanto? Había sido tan jodidamente directo, ¿qué más esperaba que le dijera cómo llevarlo a la habitación?
No quería que fuera suave, tampoco esperaba que el mayor de pronto sacara su mano, dejándole el vacío y la necesidad de que siguiera con sus atenciones.
— ¿Por qué de repente esta explosión de sinceridad? – murmuró apenas el mayor, jadeando por aire.
— Porque quiero que me folles. ¿Qué parte no se entendió?
— Amo que seas así conmigo...
Por favor no arruines esto con esas palabras – el dolor se plasmó en los ojos ajenos – no digas esa palabra si lo que sientes no es amor. Sé que solo soy una diversión pasajera, por eso no desperdicies tus sentimientos conmigo.
— No eres pasajero, mi hermoso y bonito pervertido. Te deseo desde la primera vez que te tuve en mis manos, pero más que eso quiero conocerte, solo déjame cruzar esa fina línea – el mayor delineó con parsimonia el rostro ajeno – por favor, déjame sentir, nunca lo he hecho y siento que moriré si no lo hago contigo.
Jungkook lo observó por algunos segundos, esperando notar algo diferente en aquella mirada, quizá su Nana tenía razón, debía darse la oportunidad de sentir ¿esa era la razón para darle el diario?
— Alguna vez te han hecho el amor – volvió a susurrar el mayor, sin dejar de dar caricias en el rostro ajeno, Jungkook se perdió a sí mismo deleitándose en el toque ajeno, negando lentamente como respuesta – ¿puedo?
— Si este es un juego cruel... no lo hagas, sé cuán destructivo puedo ser...
— Hey, yo también lo soy, ¿de acuerdo?
— Entonces hazme el amor, como si estuvieras follándome.
— ¿Quieres que te folle con amor?
— Que me ames mientras me follas.
La habitación los recibió como si fuera la anfitriona del lugar, dejándoles la cama para que ellos se fundieran en uno mismo, uniendo sus cuerpos, Jungkook fue prácticamente lanzado sobre la superficie blanda, aunque eso no lo privó de apresurarse en quitar su chaqueta, rodear a Taehyung con sus piernas para atraerlo sobre él mientras se quitaba la camiseta.
Los labios finos del mayor atraparon el pezón de Jungkook, haciendo que ambos gimieran de placer al complacer lo que tanto deseaban sentir, el estremecimiento que causaba el tacto, robándoles la cordura, el placer convirtiéndose en fuego puro. Las manos ágiles de Jeon se escabulleron hacia los pantalones ajenos para quitarlos de una buena vez.
Taehyung seguía apretando, mordiendo, lamiendo esos botones duros que lo tenían loco, en especial porque Jungkook arqueaba la espalda cada vez que él tomaba la joya entre sus dientes, halando con un poco de fuerza, sacándole maldiciones y jadeos.
El equilibrio del mayor fue imposible de mantener cuando Jungkook comenzó a masturbarlo, haciéndolo morir de placer, con un vaivén lento, jugando con el líquido pre seminal, dando círculos en su glande, dejando aún más sensible la zona. Pronto fue Jungkook quien tuvo todo el control, haciendo que el cuerpo de Taehyung quedara bajo el propio, despojándolo de las pocas prendas que aún tenía encima.
— Me encanta que todo en ti sea grande... — el gemido del mayor resonó en la habitación, mientras que Jungkook apretaba su agarre en la dureza ajena, llevando sus labios al pecho del mayor, dejando un recorrido húmedo —. Tus manos, tus dedos, incluso eres un poco más alto – la voz de Jungkook era baja, el aliento cálido sobre la humedad que él mismo iba dejando hacía que Taehyung perdiera la razón —, pero especialmente amo que esto grande este dentro de mí.
— Déjame meterlo ya.
— ¿Dónde lo meterás?
Taehyung aún estaba con los ojos cerrados, intentando no perderse en el placer, sintiendo cómo poco a poco Jungkook dejaba un recorrido de besos por todo su esternón, llegando hasta su pelvis, en el inicio de su intimidad que era atendida por esa mano firme.
Pronto vio blanco, miró estrellas, el calor lo envolvió como las llamas del infierno, la humedad de la lengua de Jungkook era exquisita; lamía desde la base para luego meter la mitad del pene, jugando con su saliva, haciendo más fácil el que se deslice por la cavidad de Jungkook, sacándole gemidos ahogados al mayor, quien llevó su mano hacia el cabello ajeno, enredando ahí sus dedos buscando sostenerse, mientras que sus caderas se movían junto con cada succión.
— ¡Agh! Mierda – Taehyung bajó apenas la mirada, quizá invadido por el morbo, muy posiblemente porque no podía evitar sentir curiosidad de ver lo que estaban haciendo con su cuerpo, pero encontró mucho más; Jungkook estaba viéndolo directamente mientras deslizaba hacia el interior de su boca toda su extensión.
— ¿Te gusta lo que ves hyungie?
— S-sí – jadeó apenas, sintiendo un leve tirón en el músculo de su pierna cuando la lengua de Jungkook jugueteó con su glande.
— ¿Cuánto te gusta? ¿Mucho?
— Joder, Jungkook, solo sigue lamiéndolo.
El aliento se le estancó ni bien terminó aquella frase, Jungkook se encargaba de jugar con su lengua y el pene ajeno, mientras que con su mano rodeaba la base, siguiendo el propio vaivén. Era una doble sensación de placer, el calor, la humedad, el agarre firme y los sonidos sucios provenientes de esa boca que no dejaba de pregonar por él.
Podía escuchar perfectamente cómo degustaba con placer, incluso se atrevió a gemir de placer al sentir el líquido pre seminal al succionar un poco más en la ranura del glande.
Taehyung empujó más profundo, sosteniendo un tanto más en ese lugar, sintiendo que llegaba hasta cierta parte del interior, era tan diferente a estar profanando a Jungkook en esa entrada magnífica que lo succionaba y apretaba, este espacio era diferente, joder no podía escoger una preferencia, aunque quizá sí había algo que distaba de ambas experiencias.
— Mierda, Kook, me harás venirme.
Lo estaba haciendo tan bien, lo lamía con vehemencia, como si con eso quisiera llevarlo al borde de la locura, podía percibir la respiración cálida sobre la piel y su pelvis cada vez que tenía un encuentro cercano. Podía pasar de succionar ferozmente a lamerlo con ternura, acariciando con sus dedos lentamente, como si con eso esperara que su inminente orgasmo se detuviera.
Le apretaba tan fuerte entre cada succión, tragando toda la extensión como si el reflejo del vómito no fuera parte de él, el desborde de saliva era suficiente para provocar sonidos obscenos, mientras que Jungkook subía y bajaba la cabeza, halando de vez en cuando al llegar a la punta, haciendo que su lengua acariciara lentamente por encima, causando estremecimientos.
— ¿Lo lamo así?
Jodido Jeon Jungkook, cómo se atrevía a siquiera preguntar eso, con un tono inocente, con sus ojos vidriosos debido al esfuerzo que estaba realizando, regresando de inmediato a seguir con su travesura, robándole las ideas racionales a Taehyung.
Los gemidos altos del mayor eran un incentivo para Jungkook de seguir y no parar, amaba escuchar lo grave que podía ponerse la voz contraria cuando jadeaba de esa manera, soltando maldiciones junto con su nombre de vez en cuando. El movimiento de las caderas de Taehyung comenzó a ser inconsciente, cosa que Jungkook notó de inmediato, dándole rienda suelta a su deseo de escucharlo gemir al venirse en su boca.
— ¡Agh!... Mhm – las caderas del mayor se empujaron una vez más, sintiendo que la garganta de Jungkook se abría y se cerraba solo para él. Los dedos de Taehyung sostuvieron con fuerza el cabello rubio de Jungkook, dejándolo quieto, estando él mismo en el borde de su propio clímax – detente... no... te muevas.
Jungkook esperó, no, realmente ansió que se derramara en su boca, pero no ocurrió, intentó mover su lengua en el interior para provocar el orgasmo contrario, sin embargo, le fue imposible lograrlo en el momento que Taehyung sacó su pene, dejando en el eco de la habitación un delicioso sonido provocado por la fricción de los labios ajenos.
— Hey, yo estaba comiendo eso – se quejó con su ceño fruncido, intentando regresar a lo que estaba haciendo, aun notando el hilo de saliva que conectaba su boca con el pene grande y palpitante de Taehyung – ¿qué sucede? ¿Lo hice mal? ¿Te lastimé?
Le preocupó de pronto verlo jadeando, se veía extasiado y al mismo tiempo muy mal, Jungkook comenzó a dejar besos delicados sobre la piel ajena, buscando consolar al mayor. Su recorrido empezó desde la pelvis, subiendo hasta el ombligo donde dejó una lamida ahí, siguió hasta llegar a los pezones ajenos, los cuales succionó con sus labios, el derecho primero y luego el izquierdo, haciendo que Taehyung siseara.
— ¿Hyungie? ¿Estás bien?
— No mentías cuando dijiste que me harías la mejor mamada de mi puta vida – Taehyung tomó el rostro ajeno, comenzando un beso apasionado, teniendo a Jungkook rendido ante él siguiendo el beso, cada movimiento, su lengua introduciendo en la boca ajena. Joder hacía menos de un minuto, su pene estuvo en esa boquita —. Eso fue delicioso – murmuró sobre los labios ajenos, mordiendo un poco fuerte – quiero que lo vuelvas a hacer.
— ¿Me dejarás probarte esta vez?
— Lo harás, pero antes de eso, quiero follarte tan fuerte – una mordida más fue dejada en el labio inferior ajeno – te lo jodidamente mereces.
Taehyung lo atrajo al tomarlo por la nuca, haciendo que cayera sobre su cuerpo, eso le hizo más fácil el dejarlo debajo de él, devorando sus labios como si ahí se encontrara la fuente de la vida eterna. Comenzó un vaivén que creaba la perfecta fricción entre ambas erecciones, pronto tuvo a Jungkook aferrado a su espalda, gimiendo tan bonito, siguiendo sus movimientos.
— Tae... — el mayor gruñó contra el cuello contrario sin dejar de hacer movimientos con sus caderas – tienes que prepararme.
— ¿Más? – Jungkook no pudo quejarse por esa palabra, pues el mayor tomó su erección y quizá estaba perdido en placer, esperando que fuera lo que quería lo que hizo disfrutar aquella mezcla de placer y palabras —. Quiero estar dentro de ti – mordió el hombro derecho, dejando una succión más, mientras que bombeaba y masturbaba la dureza – no tienes una idea de cuanto deseo hacerte el amor.
Esas palabras no sonaban tan mal cuando el mayor lo estaba tocando tan lascivamente, ¿qué significaba hacer el amor? ¿Una manera elegante de decir que estarían follando por horas? ¿Qué implicaba el amor en algo tan carnal?
Un estremecimiento recorrió la columna de Jungkook junto a un jadeo, ahogando un gemido al sentir la delicadeza con la que Taehyung intentaba juguetear en su entrada, haciendo círculos con su dedo, tan suave que despertaba cada fibra sensible en ese lugar.
— Tan bonito, dócil y... mío – besó el cuello de Jungkook, escuchando claramente sus gemidos bajos contra su oído, lamió la piel mientras que realizaba el recorrido hasta los pezones sensibles, siendo vilmente atendidos por sus dientes y lengua mientras que con su índice jugueteaba con la cordura poco estable del contrario – te deseo tanto.
El dígito apenas adentraba la punta de la yema para sacarlo con rapidez, una, dos y tres veces, dejando sensible a Jungkook para luego casi retorcerse debajo del cuerpo del mayor al sentir las caricias circulares.
— Agh, joder, eso se siente demasiado bien – su mente estaba nublada en el placer – sigue así.
— Pero yo quiero entrar aquí – el tono de voz de Taehyung estaba cargado de coquetería, mientras que su dedo se introducía un poco más en Jungkook, haciéndolo sentir un escalofrío con el pequeño ardor de la intromisión haciéndolo aferrarse con todo y uñas a la espalda ajena – ¿estás bien?
— Sí, lo estoy, no te preocupes por mí. Me gusta rudo, ¿no lo recuerdas?
— Puede que sí, pero eso no quita que quiera cuidar de ti, ¿dónde está ese maravilloso líquido que sé que ocultas? – el rostro de indignación de Jungkook hizo sonreír al mayor y la risa que le siguió fue solo provocada gracias a que el dígito en el interior de Jungkook comenzó a moverse, sacándole un gemido —. Vamos, yo sé que quieres sentir más que solo esto.
— En la parte inferior de la mesa de noche – Taehyung sonrió, dejando un beso fugaz en los labios de Jungkook, sacándole un jadeo cuando sacó su dedo – hey, eso también es mío por qué lo sacas.
Taehyung se levantó de la cama aun sin responder, dejando a la vista su trasero redondo, el cual Jungkook, por supuesto que devoró con la mirada, llevando sus manos a su propia erección desatendida, mordiendo su labio ante el placer que se estaba dando con la imagen frente a él.
— ¿Disfrutando de la vista? – Jeon murmuró una afirmación, obteniendo toda la atención de Taehyung al escuchar el casi gemido que soltó, la visión de eso hizo que el mayor alzara una ceja – eso es mío, y tú te estás dando placer con mi cuerpo.
— Mejor que un pobre video pornográfico.
El mayor sonrió de lado, dejando de lado el hecho que Jungkook se estaba masturbando en su cara con él, aquello elevaba su ego, extrañamente era caliente el saber eso. Con la mirada buscó el lubricante encontrando más de uno, aunque le pareció extraño no encontrar nada como juguetes sexuales.
Taehyung regresó hasta la cama, donde su precioso pervertido seguía jugueteando con su entrada y su erección, tenía los ojos cerrados, su labio inferior atrapado entre sus dientes, una imagen más que provocadora para el mayor, quien dejó a un lado el lubricante, tomó ambas muñecas ajenas, alzándole los brazos por sobre la cabeza.
— Hey, me estaba divirtiendo.
— ¿Quién dijo que podías hacerlo sin mí? – el mayor sostuvo las manos de Jungkook con una sola de sus manos, la otra bajó lentamente por el cuerpo sudado hasta llegar a la erección ajena, la cual atrapó – pequeño travieso. Quiero probar cosas contigo y tú te masturbas.
— Te tardaste.
— Lamento que seas tan impaciente – murmuró contra los labios ajenos, besando con pasión, mordiendo cada tanto, introduciendo su lengua en la boca ajena, mientras que su mano comenzaba a masturbar a Jungkook – te dejaste tan sensible, mira como tiemblan tus piernas. ¿Debo ofenderme por no ser el que lo provocó?
— Lo fuiste – el gemido de Jungkook deleitó a Taehyung cuando este mismo introdujo su dedo, casi llegando al nudillo.
— Mira esto, incluso hiciste parte del trabajo – comenzó a moverse en el interior, casi dilatado, dejando rastros electrizantes con la yema de su dedo empujando de manera circular, tocando las paredes húmedas que se contrarían con cada jadeo de Jungkook – abre esos bonitos ojos para mí, precioso – su pedido fue atendido de inmediato – ayúdame, ¿quieres? Usa tus bellas manos para abrir el lubricante, ponlo donde siempre lo utilizas.
— ¿Qué estás pensando hacer?
— Hacerte delirar.
Jungkook mordió su labio mientras que buscaba el lubricante, sin dejar de mirar a Taehyung, quien seguía jugueteando en su interior, ¿estaba buscando lo que él creía? Su cuerpo se arqueó perfectamente hasta topar el pecho con el contrario. Sí, lo había encontrado y lo estaba tocando tan bien.
— Mierda... sí, ahí.
— El lubricante, Jungkook.
— A la mierda el lubricante – gruñó mientras que sus caderas buscaban encontrar los movimientos en su interior, pronto sintiéndose frustrado al sentirse vacío – No, no, no. ¡Por qué lo sacas!
— Porque quiero dilatarte – Jungkook hizo un puchero al sentir el cosquilleo en su cuerpo disminuyendo, pero no perdiendo el tiempo en destapar el bote, vertiendo sobre su erección el líquido, hasta hacerlo derramar cerca de su entrada —. Gracias, ahora creo que será más fácil.
Taehyung quería poder recorrer esa piel con su lengua, brindarle placer como Jungkook lo había hecho con él, sus deseos lo hicieron aferrarse a su espacio favorito, los pezones de Jungkook, mordiendo apenas mientras que introducía lentamente dos de sus dedos con el fin de dilatarlo, haciéndose espacio con movimientos lentos.
Lo estaba apretando tan bien que la propia erección de Taehyung palpitaba con ansia por introducirse de la misma manera con la que sus dedos arremetían en el interior de Jungkook, sacándole gemidos al encontrar de nuevo el punto dulce que lo llevó a un placer máximo, haciéndolo retorcerse, jadear y estremecerse.
— Tae... — Jungkook acunó el rostro ajeno haciendo que se alejara de su pezón – hazme el maldito amor... por favor... no sé qué significa, solo quiero que tú lo hagas...
El mayor sonrió divertido, era tan hermoso ahí pidiendo algo que se le había ofrecido sin obtenerlo.
— Demuéstrame lo que es, no me hagas suplicar más.
Los dedos en su interior dieron un último toque a ese lugar que lo hizo estremecerse para luego salir lentamente de él. Taehyung se alineó perfectamente, encerrando el cuerpo de Jungkook de bajo del propio, llevó su rostro hacia la curvatura del cuello, mientras que sus manos paseaban por la piel sudada hasta llegar a las perfectas piernas de su pervertido, quien las subió lentamente hasta atrapar la cadera del mayor.
— Jungkook – jadeó ese nombre que le hacía cosquillear la lengua, introduciendo tan lento que Jungkook se aferró a su espalda, mientras que la respiración se le estancó en la garganta – me gustas.
— Agh.
— Me gustas mucho – se empujó de nuevo en el interior cálido y húmedo, haciéndolo gemir más alto cuando tocó ese punto hinchado – me gustas, joder.
— Taehyung – parecía una súplica para pedir más y le fue concedido, teniendo al mayor embistiendo con lentitud y fuerza – creo... agh mierda... sí, sigue ahí.
Los labios de Jungkook fueron besados con algo diferente, no estaba el tinte salvaje de la pasión, era mucho más fuerte como si con eso Taehyung quisiera expresar todo y a la vez nada. Su interior se contraría tan delicioso recibiendo el pene del mayor, el cual dejaba una sensación cálida en sus paredes húmedas.
Más... más... no pare...
Como si su pensamiento fuera leído por el mayor, obtuvo algo diferente que lo hizo aferrarse al cuerpo contrario, porque Taehyung había agregado sus dos dedos a aquella penetración constante, haciendo que la entrada palpitante de Jungkook se apretara más en cada embiste, mientras que los dos dígitos presionaban su punto dulce.
No eran embistes rápidos, pero eran más que acertados, lo estaban volviendo loco, le estaban nublando los sentidos, quería ser profanado de esa manera una y otra vez. La combinación perfecta de ser penetrado y tocado, no tenía comparación, Jungkook sentía desfallecer, tanto así que por primera vez en mucho tiempo deseaba tener un respiro de sentir de esa manera intensa.
— E-espera – Taehyung empujó aún más mientras que sus dedos seguían haciendo lo suyo en la próstata ajena – agh jodido...
— ¿Quieres que me detenga? ¿Mhm?
— No te atrevas, hazme venir... por favor – suplicó arqueando más la espalda, haciendo más fácil el trabajo de Taehyung, quien se quedó quieto con su pene, siendo apretado deliciosamente en el interior ajeno, con sus dedos presionando ese lugar, provocando un grito – Taehyung.
— Vamos hermoso, ¿te vendrás así de fácil? – no le daba paz, seguía moviendo sus dedos sin parar, él también estaba sintiéndose muy bien con la fricción de su acción – si lo haces me seguiré moviendo tan duro hasta venirme contigo.
— Maldito, hazlo, no pares...
Lo siguió haciendo, moviéndose apenas entre los movimientos de sus dedos y su pene entrando y saliendo del interior que tan bien lo estaba recibiendo. Los gemidos se hicieron más altos, las manos de Jungkook encontraron su lugar en las sabanas de su cama, haciendo puños con ellas, podía sentir el calor invadiendo su vientre, causándole temblores en la pierna hasta que el orgasmo fue inminente.
Taehyung observó cómo el líquido comenzaba a brotar de la erección ajena, siendo eso más que suficiente para sacar sus dedos y comenzar a penetrarlo tan duro que el sonido de sus caderas chocando contra el trasero ajeno le hacía sentirse más deseoso.
Unas cuantas lágrimas resbalaron por las mejillas de Jungkook, quien seguía perdido en una nebulosa de placer, se estaba viniendo tan jodidamente bien, que no podía respirar correctamente; no quería que terminara y parecía que su cuerpo cooperaba con aquello porque el clímax no bajaba al contrario lo mantenía en lo alto, mientras más arremetían en su interior el calor aumentaba, lo que le siguió a aquello fue un orgasmo más fuerte que lo hizo temblar.
El mayor se quedó quieto en el interior de Jungkook jadeando por aire al derramarse dentro, siendo el invitado de honor de aquel segundo orgasmo, donde podía sentir pequeñas unas contracciones en las paredes húmedas, las manos de Jungkook buscaron el cuerpo ajeno, queriendo sostenerse de algo.
Taehyung acarició el rostro ajeno con delicadeza, quitando las lágrimas, besando lentamente los labios rosas que estaban en un puchero abultado, temblando.
— Eres hermoso – susurró el mayor, obteniendo estrellas en los ojos ajenos, tenía todo el rostro sonrojado, el flequillo rubio pegado a la frente, la respiración agitada y aun así era verdaderamente precioso – joder, ¿dónde habías estado toda mi vida?
— Posiblemente, follándome a algún otro – Taehyung gruñó mientras arremetía dentro, golpeando una y otra vez el punto dulce de Jungkook, quien jadeó y se contrajo ante el movimiento – está bien, lo siento.
— Quiero ser romántico contigo, no me interesa si te follaron, te acabo de hacer el amor. ¿Acaso no fue lo suficientemente claro?
— Fue perfecto.
Taehyung murmuró una respuesta satisfactoria intentando moverse de nuevo, cosa que Jungkook evitó, no quería que el mayor saliera de él, podía percibir cómo la dureza ajena bajaba lentamente, pero Jungkook solo buscaba prolongar un poco más esa conexión física.
— ¿Qué ocurre? ¿Te lastimé?
— No, estoy bien, es solo que no quiero que salgas – el mayor sonrió bonito, dejando un beso en la punta de la nariz de Jungkook – sé que soy un desastre y a comparación de ti soy un asco en el romance.
— Está bien, no tienes que forzarte a algo que no eres. Puedo sobrevivir a eso.
— Lo siento, es solo que...
— ¿Lo cursi no es lo tuyo? – Taehyung esperó pacientemente, mas Jungkook no respondió, no negando o afirmando nada – está bien, ya entendí, esto es como contrarrestar lo dulce con algo completamente contrario para protegerte, aunque no entiendo de qué, ¿es de mí? ¿Hice algo que te desagrade?
— No, por supuesto que no. Me encanta que seas así de romántico y cursi, solo tengo este pensamiento de que pronto te aburrirás de mí.
— Eso es completamente imposible Jungkook – dejó otro beso más en los labios ajenos, haciéndolo estremecer cuando se movió, teniendo las manos de Jungkook aferrándose a sus brazos, como si tuviera miedo de algo —. Tranquilo, está bien sentirte así, déjame ser a mí el romántico de todo esto, prometo que me esforzaré.
— ¿Por qué lo harías? – el escalofrío que le provocó sentir cómo Taehyung salía de él no le agradó a Jungkook, quien evitó que el mayor se alejara de él, apretando su agarre en sus manos, mientras que su pierna se enrollaba en la cadera ajena – ¿te enojaste?
— Por supuesto que no, solo me gustaría... — la angustia en la mirada ajena hizo que el mayor se decidiera a romper el silencio – de verdad me gustas Jungkook. No tienes una idea de lo loco que me tienes. Cuando dije que parecíamos una pareja fue por el simple hecho de que...
— ¿Me quieres como tu novio? No soy bueno como eso, de verdad llegarás a odiarme porque nunca sabré lo que quieres de mí, no podré darte más...
Taehyung se incorporó lentamente, acariciando la pierna de Jungkook, estirándola despacio para no lastimarlo, dejando besos en su tobillo, haciendo un delicado recorrido de besos por toda la extensión, mordiendo de vez en cuando hasta que la dejó sobre la superficie blanda, para él por fin caer a un lado de Jungkook quien lo observaba con lo que parecía ser angustia.
El mayor se acomodó mejor con las almohadas detrás de su cabeza e invitando al otro a recostarse sobre su pecho, algo que de inmediato acató Jungkook, pues ya estaba más que acostumbrado a esas actitudes.
Los dedos largos de Taehyung comenzaron a pasearse por la espalda desnuda, bajando hasta llegar a la redondez, apretando la carne, dejando una nalgada que le sacó un respingo a Jungkook, quien se aferró más al cuerpo ajeno, subiendo su pierna sobre la cadera ajena.
— Estás pegajoso – murmuró el mayor al sentir los fluidos contra su piel, mas Jungkook no respondió —. Jungkook.
— No quiero.
— ¿No quieres? Qué clase de respuesta es esa.
— Es la adecuada para cualquier opción que termine en ti yéndote de mi apartamento, regresando a tu aburrido apartamento lejos de mí, de mi cama, de mis brazos, de cualquiera de esas opciones que sean tú estando lejos.
— Y así dices que no eres romántico – dejó un beso en el cabello mojado de Jungkook, quien suspiró cansado – ¿te asusta el hecho de que seamos novios?
— No es eso.
— Entonces, ¿qué es?
— Si somos pareja ahora, arruinaremos todo, ¿sí? Quiero conocerte, poder enamorarme de ti mientras mantenemos esta extraña dinámica.
— No volveremos a tener sexo entonces.
— ¡Oye!
— Porque te haré el amor – Taehyung abrazó aún más a su no novio, sintiendo cálido en su pecho, estaba bien si empezaban conociéndose, de hecho lo habían empezado a hacer, solo que esta vez irían un poco en serio – entonces cómo podemos llamar a esto que tenemos. No es una relación.
— Nuh huh – negó de manera tierna, manteniendo una mirada brillante y llena de falsa inocencia – es más como una conexión, ¿te gusta más eso?
— Me gustas tú y si eso te implica a ti, acepto, porque Jungkook, estoy completamente perdido en ti.
Jungkook suspiró sintiendo extraño algo en su interior, esas palabras lo hacían estremecer, algo que solo mitigó al abrazarse más al cuerpo del mayor, quien lo abrazó aún más fuerte, dejando besos en su cabello.
— Solo pido una oportunidad. ¿Puedes darme eso? Quiero que nos conozcamos y seguir descubriendo esto que sentimos, o al menos lo que siento, ¿dime esto es unilateral?
— Te refieres a si solo tú sientes algo que no puedes explicar hacia mí, solo pensando constantemente en lo que hemos hecho, lo bien que se siente y esperando con impaciencia la próxima vez que nos encontraremos.
— ¿Sí?
— Es completamente tuyo – el mayor rio, algo en su interior, haciéndole ruido de que todas esas palabras nunca lo había dicho en voz alta frente a Jungkook, esta parte de su extraña dinámica, con el hombre que le había dado vuelta a su vida, admitiendo la verdad de una máscara le agradaba – eres contagioso, ¿lo sabías?
— ¿Como una enfermedad?
— Como una dependencia, me haces querer estar así contigo todo el tiempo.
— ¿Debo interpretar eso?
— Interprétalo como desees, saca tus conclusiones... solo... — Jungkook abrió los ojos apenas, siendo consciente en ese momento que todo ese tiempo los mantuvo cerrados, escuchó una murmuración por parte de Taehyung esperando por lo que diría – no me presiones por favor.
— ¿Eso es un sí? – no hubo respuesta más que la pierna de Jungkook subiendo más sobre su cuerpo, apenas pudo ver el rostro ajeno, tenía un puchero pronunciado – está bien, no presiono, lo siento – lo vio asentir lentamente, agradeciendo en silencio que fuera de esa manera – ¿por qué mejor no vamos a tomar una ducha? Estamos pegajosos, ¿no lo crees?
Podía entenderse en todas las connotaciones que esa simple frase englobaba. Sí, estaban siendo demasiado pegajosos para el gusto de Jungkook porque se sentía como una abeja a la miel, atraído por el dulce néctar, pero con el temor de quedar atrapado hasta el punto de ser asfixiado por eso mismo.
Aunque al mismo tiempo le agradaba escuchar que Taehyung hablaba de algo sucio al referirse a lo pegajoso de sus fluidos. Extrañamente, funcionaban, así como Jungkook lograba mitigar los miedos e inseguridades del mayor, este parecía tener el tacto perfecto para no hacerlo huir.
No pensaba en huir, como lo hacía con Yoongi cada vez que le mencionaba un futuro, que podrían avanzar más en su relación, cosa que asustaba en demasía a Jungkook, porque si ya eran pareja, ¿cuál era la razón de buscar más? ¿Qué era ese más que no tenían ya? Taehyung no se quedaba atrás porque ahora comprendía lo que tantas veces Yuna pedía. Ese algo que faltaba, debía nacer de lo más profundo, ahí donde el miedo oculta todo detrás de una fina capa de inseguridad.
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