Noua
¿Cuándo inició a correr este reloj que en vez de ser agobiante parecer solo llenarse con las arenas de nuestros preciosos recuerdos? ¿Podemos darle una fecha exacta al nacimiento de estos sentimientos? ¿Cuándo comencé a sentir así? ¿Puedo darle una hora? ¿Acaso sabes el minuto? ¿Fue en segundos? Me enloquecí de amor, esperando que tú también te encuentres en la misma sintonía, en el mismo paralelo para siquiera poder verte frente a frente, y así enloquecer junto a mí.
Pronto comenzaste a formar parte de mis días. Te volviste tan indispensable en mi vida que me es imposible el sobrevivir sin pensarte, en cada plan estas, en cada frase te encuentras implicado.
¿Qué hiciste conmigo ladrón del tiempo? ¿Acaso solo fue que detuviste el tiempo para mí y así poder robar mi corazón? No debías ser tan sigiloso para hurtar de esa manera, no cuando a quien intentaste hacer víctima de tus estafas estaba tan vacío y ahora tan lleno de amor.
Con el correr de los días comenzaban a aprender lo que significaba estar en compañía, aunque la lección más importante de lo que conllevaba estar juntos o al menos mantener una relación de pareja, aún no la aprendían y eso era el saber estar lejos del otro. Era completamente difícil, en especial para Taehyung, el no tener esa sensación de inseguridad cada vez que Jungkook decidía hacer algo por su cuenta le agobiaba.
Estarían bien, su terapeuta le había mencionado que eso sería parte del proceso de empezar algo sano, sin embargo, aún no le podía dar una explicación a la sensación de vacío cuando Jungkook se alejaba. No todo podía ser color de rosa, tampoco rojo pasión, como ocurría por las noches. Era asfixiante el pensar que aquella felicidad se filtraría entre sus manos mientras le sostenía el rostro, aunque la sensación siempre se desvanecía cuando él le besaba, acariciaba o con un simple susurro.
Las noches anteriores había tenido ciertos sueños extraños de ellos mismos andando por jardines extensos, en ocasiones eran muy amenos, en otras parecían ser que se escondían constantemente de alguien, como si estuvieran siendo perseguidos.
Recuerdos reprimidos...
Necesidades no cumplidas...
Miedos...
Todas eran frases que daban vueltas en su cabeza, quizá tendrían lógica, si no fuera porque todo había nacido del momento en el que descubrió cierto diario viejo entre las cosas de Jungkook, algo que últimamente se volvió su lectura predilecta. La sola visión del libro le daba escalofríos y un dolor en el pecho incontrolable.
—Taehyung, ¿me estás escuchando? – la voz de su madre hizo eco en el espacio reducido, haciéndolo regresar a su realidad donde la mujer solo había preguntado qué tal le había ido – ¿hijo?
— Sí, ma. Está todo bien.
— Me alegro, tu padre dijo que aceptaste hacer trabajos esporádicos de asesorías pequeñas – Taehyung murmuró una afirmación mientras su vista intentaba ver a cierto alguien entre las personas del exterior, no logrando nada —. Creo que esto es bueno para ti, te escuchas más tranquilo.
— Lo estoy – si había sido idea de Jungkook que realizara algunos trabajos, aunque no era esa la razón de que volviera a hacer aquellas asesorías, sino más bien porque eso le relajaba, le mantenía distraído y le recordaba quién era él – prometo que los visitaré pronto.
— Eso me encantaría, tu padre está feliz porque todo te está yendo bien. No esperábamos que al dejar todo te refirieras a absolutamente todo, incluso Yuna...
— Madre, no quiero ser grosero, pero... — mordió su labio un tanto más fuerte, halando de la piel suelta hasta tirar lo suficiente para arrancarla y sacar sangre – ella ya no es tema de conversación, ¿de acuerdo? Lamento haberlos decepcionado. No seré un padre de familia, tampoco tendré una bonita esposa con la que salgas de compras y compartas los fines de semana.
— Hijo, no nos decepciones. Prefiero que seas feliz, de hecho Joonie nos dijo que te ves verdaderamente feliz – la escuchó dudar por algunos segundos, cosa que le hizo ponerse nervioso – sabes que si necesitas hablar estaré para ti... cuando estés listo.
— Gracias, Ma.
— Te amo Taehyungie, no lo olvides – el silencio de su hijo le hizo saber que no estaba completamente concentrado en aquella llamada, quizá necesitaba más espacio – trata de divertirte con lo que sea que estés haciendo. Si necesitas algo sabes que estaremos para ti.
— Lo sé... también te amo. Debo colgar.
La llamada terminó con un ambiente un tanto extraño para Taehyung, quien en todo ese tiempo sintió que su madre quería tocar cierto tema imposible de hablar, esperaba que no fuera algo serio, aunque todo giraba alrededor de él. Eso le hacía recordar por qué siempre se sentía asfixiado en casa de sus padres, siempre era el centro de atención. Muchos amarían serlo, él por su parte lo detestaba. Las expectativas nunca eran dirigidas a otro, solo a él.
Así que sí, escapar de Seúl no solo se trataba de su aburrida vida rutinaria, sino también de la asfixiante expectativa de hacer lo que se espera de él sin que se lo haya mencionado ni una sola vez, pero que él se había esforzado en crear. Por eso era tan refrescante estar Jungkook, con su precioso pervertido no existía nada de esperar algo. Se sentía bien estar mal con él, sin embargo, justo en ese instante quizá prefería no depender tanto de su adorado novio.
Últimamente, Jeon debía estar ocupándose de algunas citaciones con Namjoon a las cuales el mayor le había pedido no participar, ya que el juez que llevaba el caso les conocía, era incorrecto pensar que Taehyung asesoraría de cierta forma incorrecta a Jungkook. Se consideraría antitético, le revocarían su colegiado como abogado, sería despreciado entre la comunidad de colegas, pero eso no le podía importar tanto como alejarse de ese hombre, aunque el mismo fue quien tomó la decisión de no involucrarlo tanto.
"No quiero que mi novio se manche con leyes, a menos que yo lo pida ¿okay?"
¿Era difícil mantenerse alejado? Por supuesto que sí, aunque siempre era muy fácil encontrar una excusa para involucrarse en aquel caso. Quizá Jungkook se daba cuenta y le dejaba hablar u opinar porque lo veía tan feliz de hacer y probablemente por esa misma razón le había mencionado que debía seguir trabajando con cosas legales. Fuera lo que fuera, Taehyung siempre terminaría sacando provecho de hasta la más mínima oportunidad de estar cerca de su novio.
Razón por la que ahora se encontraba con un vaso grande de ice americano, con el auto estacionado a las afueras del juzgado, encendiendo y apagando cada cierto tiempo el aire acondicionado; comenzaba a tener actitudes poco sanas por la ansiedad, casi muerde todas sus uñas hasta sacarse sangre, pero encontró una distracción en activar y apagar el frío en el interior, no porque él estuviera sufriendo de calor, sino más bien se trataba de un triste intento de que la bebida se mantuviera lo más fresca posible, quizá ahora sería solo un líquido diluido.
¿Debería comprar otra bebida? No, el ser precipitado lo llevó a esa situación, si tan solo le hubiera obedecido a Namjoon no estaría en esa situación, quizá si hubiera escuchado a Jungkook no se sentiría tan ansioso al punto de estar mordiendo sus labios, arrancando la piel seca de estos, masticándola para seguido fruncir su ceño ante lo desagradable que se sentía.
Estaba seguro de que su madre también pudo notar el cambio de actitud en él cuando cortaron la llamada, pero se le hacía casi imposible no sentirse ansioso por encontrarse con Jungkook. Lo había visto esa misma mañana joder, eso se estaba saliendo de control. O quizá solo se trataba de que habían disparado los correctos interruptores para que Taehyung se encontrará ahí mismo.
— Relájate – se regañó a sí mismo, alborotó un poco su cabello haciendo que se esponjara aún más de lo que ya estaba – ¿por qué tarda tanto? ¿Debería buscarlo dentro? No, quieto, Kim Taehyung, quédate en el auto.
Entre su arrebato, para buscar algo más con lo que poder distraerse, tomó la bebida que había cuidado todo ese tiempo solo para beber un pequeño trago de la misma, encontrando el característico sabor amargo del café, haciendo que su rostro se arrugara en una mueca de desagrado. Definitivamente, había perdido el gusto por la bebida, la extrañaría tan solo un poco. Quizá el problema radicaba que el sabor le hacía remover recuerdos de él pasando mañanas enteras, fumando sin parar, estresado y agobiado. Quiso dejar de nuevo la bebida en su sitio, pero terminó derramándola por todo el asiento del copiloto.
— Mierda, por qué a mí – el líquido se esparció con facilidad por todo el asiento y mientras aquella mancha oscura amenazaba con derramarse por todas partes, la poca cordura que mantenía Taehyung se iba desvaneciendo.
Había utilizado las dos insulsas servilletas de papel que le habían dado con el café, pero solo terminó en un desastre. Buscó entre la guantera donde siempre colocaba pañuelos en caso de emergencias, como era ese preciso instante. Conocía demasiado bien su torpeza cuando su ansiedad crecía, ese tipo de accidentes siempre ocurrían, lo que no espero fue que luego de colocar varios trozos de papel ahora no encontrara la manera de desaparecer todo ese desastre.
Notó que algunas personas comenzaban a salir del gran edificio, era casi hora de que Jungkook apareciera, no tendría oportunidad de reemplazar la bebida a tiempo, no podría mantener su triste excusa cursi de esperar a su adorno novio con la bebida que amaba después de un largo día ¿y si huía? Jungkook jamás se enteraría del desastre que causó.
Aunque, ¿qué tal si Jeon sí esperaba que Taehyung le estuviera esperando fuera del lugar? ¿Qué sucedería si al encontrarse Jungkook se disgustaba? ¿Qué pasaría si aquella amenaza de quedarse en casa y esperarlo solo se trataba de una prueba para él? ¿Qué ocurriría si se daba cuenta de que intentó hacer un acto cursi y terminaba siendo el peor error por estar haciendo ese tipo de actos?
Mierda. Mierda. Mierda.
— Cálmate piensa en frío. No te alteres – se dio unas cuantas palmadas en la cara para hacerse reaccionar, sintiendo el frío del líquido en sus manos, haciendo que ahora sus mejillas se sintieran pegajosas y muy posiblemente con aroma a café – joder, ¿por qué a mí?
Bajó del auto de inmediato, específicamente hacia el baúl donde llevaba dos maletas listas para un viaje, uno que aún no estaba seguro de si se llegaría a concretar, pues era una sorpresa no tan sorpresa para Jungkook. Todo dependía de si el otro aceptaba la idea, si en dado caso salía de la corte con un buen aspecto o si era el caso contrario, quizá podría convencerlo de que aquella idea era la mejor para solucionar su mal día.
Se suponía que no debería estar en ese lugar y mucho menos estar en esa situación, pero luego de la llamada que recibió de la madre de Jungkook, invitándolo a llegar a casa, no pudo evitar aceptar. Por amor a todo, la mujer insistía en que sería bonito tener a su hijo menor en casa mientras su hermano mayor regresaba de su viaje y él, quizá o quizá no abrió de más su enorme boca para mencionar que Jungkook ahora convivía con él, así que le resultó un tanto difícil el negarse a convencerlo, o al menos lo intentaría.
Taehyung no fue consciente de que su propia ansiedad por complacer a otros lo terminó llevando a tener dos maletas listas con la ropa necesaria de ambos para quedarse una noche. Ni siquiera fue consciente de las llamadas que realizó para llevar a Bam y Yeontan a una guardería, mientras él intentaba no aparentar haber caído en la locura de una nueva crisis comprándole un café a Jungkook, esperándolo fuera de aquel lugar cuando claramente no debería estar ahí.
Incluso en ese instante su mente estaba en automático, tanto así que no fue consciente de que ya se encontraba limpiando el asiento del copiloto como si estuviera en una completa persecución con una de sus toallas. Tampoco fue capaz de escuchar cuando lo llamaron en dos ocasiones y mucho menos el momento en el que tuvo tan cerca el cuerpo de otra persona, hasta que sintió un leve toque en su espalda, haciendo que se sobresaltara, casi dando un leve grito de susto. Quizá su conciencia no estaba presente, pero su cuerpo se encontraba siempre alerta, quitando el tacto ajeno de inmediato.
— Tae... hey, tranquilo – la voz suave y delicada de Yuna le invadió los oídos, la visión de la chica fue un tanto inesperada, casi como una alucinación, pero no, verdaderamente, se encontraba ahí, de pie a unos cuantos pasos de distancia, alzando sus manos, usando uno de sus elegantes trajes oscuros – Hola, oppa.
Yuna acarició su cabello en un movimiento nervioso, sus mejillas se sonrojaron al notar que su exnovio no le quitaba la mirada de encima, una muy confusa, con el ceño fruncido y los labios entreabiertos, pero al fin de cuentas le observaba, cosa que no había hecho en meses.
— ¿Qué haces aquí? – cuestionó Taehyung como primeras palabras hacia ella, haciendo que la chica abultara sus labios en un puchero extraño, el cual el mayor consideraba adorable en ella cuando estaban juntos, ahora le parecía un acto un tanto infantil – quiero decir, estás aquí en Busan y no en tu casa en Seúl.
— A mí también me da gusto encontrarnos de nuevo, Kim Taehyung – el mencionado intentó hablar una vez más, pero la chica colocó su mano frente a él, interrumpiendo cualquier cosa que fuera a decir – quieto ahí. Iniciemos de nuevo, ¿sí? – Yuna cerró los ojos, pasando su mano frente a su rostro, haciendo que el mayor sonriera apenas cuando la vio volver a sonreír amplio —. Hola Taehyung, ¿cómo estás? Tanto tiempo sin verte o hablarte...
— Hola Yuna. Es bueno verte de nuevo
— Lo ves, eso está mucho mejor, ese es el frío y osco Kim Taehyung que conozco – la leve sonrisa del mayor fue lo que necesitaba Yuna para saber que ya se encontraba más relajado – ¿qué estabas haciendo con esa toalla?
— Derramé café en el asiento.
— ¿Café?, pero sí, tú ya no tomas eso. Una vez, antes de irte y mandar todo al carajo, me dijiste que si llegara el momento en el que quisieras morir por una taquicardia sería la única razón por la que lo tomarías – la chica amplió sus ojos y seguido lo tomó por los hombros para alejarlo del auto y así ver rápidamente el interior – ¿te quieres morir?
— No, nada de eso. Estaba esperando a una persona, creí que sería buena idea sorprenderlo con una bebida luego de que saliera de su citación, pero lo arruiné – los labios delicados de Yuna hicieron una O, desvió la mirada hacia otra parte, encogiéndose de hombros como si aquello no le interesara, al menos trataba de aparentar que era así – ¿tú qué haces aquí?
— Estoy llevando uno de mis primeros casos fuera de la ciudad – alzó la carpeta con papeles de manera orgullosa, sonriendo amplio para recibir algún halago por parte del mayor, tan solo recibiendo un asentimiento – está siendo un tema difícil de llevar.
— ¿Por qué?
— Es de esos casos donde sabes que está perdido, es imposible que logre obtener que el juez me dé la razón, el otro lado tiene todas las de ganar.
— Yuna – esa mirada de desaprobación invadieron los ojos amables del mayor, haciendo que la chica se encogiera apenas ante el llamado – sabes perfectamente que eres capaz de llevar cualquier caso si te lo propones, incluso si parece complicado.
— Créeme oppa, esto es más complicado de lo que pensaba – la vio desanimarse completamente, Taehyung desvió la mirada hacia las gradas del lugar para asegurarse de que Jungkook aún no salía, para así darle su completa atención a Yuna —. Al principio pensé que este caso sería sencillo, pero con las pruebas que presentaron es imposible no-
Llevado por su propio impulso y quizá por la influencia de actuar de cierta manera con Jungkook, Taehyung terminó abrazando a Yuna, dando consuelo de inmediato, sorprendiéndola debido a que jamás haría eso de manera tan improvisada a menos que estuvieran en un caso demasiado extremo como lo era las veces en las que la chica comenzaba a llorar sin control.
Pudo sentir el pequeño cuerpo destensándose poco a poco mientras que sus manos iban haciendo puños con la ropa que llevaba en esos momentos. Le frotó la espalda de una forma poco delicada, eran más como palmadas las cuales le causaban cierta diversión a la chica. Taehyung apoyó su barbilla sobre la cabeza de Yuna, relajándose en ese instante, no porque aquel abrazo le agradara o porque la compañía le fuera reconfortante, era porque él mismo estaba drenando la energía en aquellos actos.
— Esto es...
— Solo un poco más – murmuró, más como una respuesta para él que para Yuna, ahora comprendiendo a lo que se refería su terapeuta en los mini ejercicios de estímulos.
Así que eso era limitar sus estímulos, definitivamente lo intentaría con Jungkook, o probablemente le pediría que le abrazara tan fuerte como le fuera posible, ¿aceptaría? Su nariz fue a parar hasta olfatear en el cabello ajeno, encontrando un aroma a miel, no el característico aroma a frutas que utilizaba siempre su novio en el shampoo, cayendo así en cuenta de que a quien tenía entre sus brazos no era Jungkook, no se trataba de su adorado pervertido.
El rubor en las mejillas de Yuna fue evidente, estaba avergonzada por la muestra de afecto repentina y al mismo tiempo pueda que haya removido ciertos sentimientos debido al reencuentro.
— Y-yo...
— Está bien, oppa, se sintió muy bien, aunque parecía que necesitabas ese abrazo más que yo. — sonrió de lado aun sin separarse del cuerpo ajeno, dándole tiempo al mayor de ser él quien se alejara, estaba acostumbrada a eso, la lejanía de Taehyung, la distancia entre ambos, el abismo creado por el mayor era gigantesco y no fue capaz de notarlo hasta que terminaron – ¿te sientes mejor ahora?
— Mucho, te lo agradezco.
— Supongo que debería alegrarme de que mi desgracia y agobio fueran de ayuda para que tú sacaras toda esa enfermiza ansiedad – la risa de Taehyung denotaba que estaba avergonzado, sin embargo, ya se veía relajado – ahora que está mejor, ¿me dejarías a mí abrazarte? Te he extrañado mucho – el mayor asintió apenas, ni siquiera dándole tiempo de arrepentirse, Yuna enredó sus brazos alrededor del cuello contrario para aferrarse.
Nuevamente, las palmadas en la espalda de Yuna le parecieron divertidas, pero esta vez sabía muy bien que estaban completamente dirigidas a ella. Se sentía tan bien saber que a pesar de estar separados, que sin importar el corto tiempo que llevaban alejados, todo eso había sido suficiente para comenzar a sanar.
Se había dado cuenta de que no estaba tan enamorada de Taehyung como lo pensó, la codependencia o bien dependencia que tenía con el mayor era algo dañino y en el momento que no compartieron nada más que simples conversaciones que fueron desapareciendo con el correr de los días, ahora era más consciente de que su relación se había vuelto una cuestión de costumbre.
Por unos pocos segundos, Taehyung fue capaz de olvidar dónde estaba, por qué se encontraba ahí y la idea de que toda su presencia en el lugar era un completo error, fue así hasta que ocurrió algo o más bien alguien.
— ¿Hyung? – la voz de Jungkook hizo que abriera los ojos de inmediato borrando la sonrisa que apenas se extendía en sus labios, sacándose de encima el contacto de Yuna quien se quejó por el arrebato del mayor.
— Jungkookie, estás aquí – mencionó en tono nervioso, frotando sus manos en su pantalón, acto que no pasó desapercibido por el mencionado, quien lo veía completamente confundido, pues segundos antes estaba completamente tranquilo, ¿acaso esa ansiedad era debido a él?
— Por supuesto que estaría aquí, ¿dónde más esperabas que estuviera? ¿Acaso dudaste de mí? – Taehyung comenzó a negar de inmediato, intentó excusarse, regresando la mirada hacia Yuna y luego a Jungkook quien sonrió de lado, no dudando en abalanzarse hacia el mayor, aferrándolo en un abrazo que lo tranquilizó en segundos – no sé qué te trajo a estar en este lugar, pero me alegro de verte.
— ¿De verdad?
— Claro. No podría estar más feliz que mi novio me espere como un acto improvisado y romántico – Jungkook frotó la punta de su nariz con la contraria en un tierno beso esquimal, poniendo nervioso a Taehyung – lindo y bonito, pero empalagoso hyungie.
— ¿Novio? – el cuestionamiento por parte de Yuna iba dirigido hacia Taehyung, pero fue Jungkook quien respondió con una murmuración afirmativa.
— Sí, eso dije. Mi novio, Kim Taehyung.
La palabra Novio hizo reacción en las dos personas presentes. Yuna pensaba que había escuchado mal porque no creía posible el hecho de que en tan poco tiempo Taehyung encontrara a alguien más, aunque pronto el nombre le hizo ruido en sus recuerdos, esas noches donde el mayor llamaba a alguien entre sueños como si sufriera por su culpa; la situación era verdaderamente hilarante si se ponía pensarlo con detenimiento.
Jungkook... Jungkook... Jungkook...
Lo había encontrado. Qué caprichosa podía ser la vida cuando se trataba de unir o separar a las personas. Debía admitir que el chico que veía frente a ella no se parecía en lo absoluto a la imagen que tuvo previamente, este Jungkook era más descarado, con toques llenos de inocencia falsa, con una sonrisa socarrona que daba de gritos... Gané.
Taehyung, por su parte, se encontraba como en las nubes. Los brazos de Jungkook eran como un refugio, sentir su calor, su cuerpo, sus manos encontrando su hogar en la cintura pequeña, con el otro colocando su barbilla en su hombro y como cereza del pastel, lo había llamado novio en voz alta, frente a otra persona que no solo fueran ellos mismos.
Aquel acto lo estaba disfrutando tanto Jungkook, sonriendo de lado, regocijándose en el desconcierto que se mantenía en el rostro de Yuna quien se abrazaba a su portafolio. Pequeños flashes llegaron a la mente de Jeon de una mujer vestida con ropa victoriana, observándolos con odio y rencor mientras sostenía un abultado vientre. A pesar de sentir cierta incomodidad en esas imágenes, no se privó de aferrarse más al cuerpo de su mayor, quien gustoso le estaba repartiendo caricias y uno que otro beso en su cabello. Nadie se lo robaría, por supuesto que no. Comenzaba a pensar que la historia de aquel diario se volvía cada vez más personal de lo que esperaba.
— Me alegro de que te haya hecho feliz mi presencia – murmuró contra el cabello ajeno, dejando unos cuantos besos, Jungkook se removió entre el abrazo, no para salir de él, si no más bien para esconder su rostro de la vista de Yuna – ¿qué tal te fue?
— Op- Taehyung – la voz de Yuna hizo efecto en el mayor, quien regresó la mirada hacia ella – ¿él es tu pareja actual? Quiero decir es... ya sabes.
Tanto Jungkook como Taehyung no comprendieron lo que estaba cuestionando Yuna, hasta que el mayor cayó en cuenta de que se estaba refiriendo a un él como su pareja. El desconcierto no solo caía en el hecho de tener una nueva persona a su lado, era más bien que se trataba de un hombre, un chico, aunque siendo sincero Taehyung no estaría con alguien de su mismo sexo, a menos que fuera, un Jungkook.
Lo había intentado, pensar si el gusto por los hombres era en general o simplemente era por su bonito pervertido, quizá no era tan gay como llegó a imaginar en un inicio, quizá solo era Kooksexual. Un aura casi brillante invadió el rostro de Taehyung, iluminándola por completo, reaccionando en que Yuna esperaba aún una respuesta de su parte cuando notó cierto ambiente tenso.
— Oh, cierto – la sonrisa amplia que le brindó Taehyung no tenía comparación con ninguna que Yuna misma fuera capaz de recordar. Jungkook se abrazó más al mayor mientras encaraban nuevamente a la chica – este pequeño de aquí es mi Jungkookie... Amor, te presento a Yuna.
Había iniciado presentando a Jungkook, eso le daba una idea a la chica de su posición en todo aquello. Cuando perteneces a un círculo cercano eres el primero en ser presentado, la persona que hace aquellas formalidades siempre toma en cuenta a quien más es afecto y en esa ocasión fue ese nuevo ser extraño el ganador. No era Taehyung, presentando a Yuna con Jungkook, era al revés y para rematar como golpe final, le había llamado amor.
— Ya nos conocíamos – hablaron ambos con cierto tono de disgusto, haciendo que Taehyung se sorprendiera.
— ¿Ah, sí?
— Es la abogada de la otra familia.
— Es el implicado del caso.
De nuevo hablaban al mismo tiempo, era difícil poner atención solo a uno o al otro, era fácil de comprender por qué de pronto el ambiente se había vuelto tan tenso entre ambos. En un inicio llegó a pensar que se debía a él mismo, sería muy egocéntrico de su parte decir que el mundo que ambos menores se limitaba a pelear por él. ¿Por qué se sentía tan bien no ser él quien provocaba aquello? Y ¿por qué también dolía en su orgullo que no fuera lo principal? ¿Acaso estaba equivocado?
Pronto la actitud de Jungkook le hizo saber que quizá solo quizá sí era él la causa de la actitud de su novio, pues las cosas ajenas no eran completamente el problema.
No estaba del todo alejado de acertar en aquella alocada idea, pues quizá el disgusto no iniciaba con Taehyung, porque el conflicto que habían mantenido en la citación fue demasiado evidente donde Yuna trató de defender su punto para obtener, si no en su totalidad, una parte de lo que reclamaba su cliente, mientras que el Kim mayor no le dio oportunidad para convencer al juez.
Presentar argumentos como el cuidado y cambio de apellido de su cliente pareció un patético intento de robar lo que claramente no era de ellos, terminando con la decisión de presentar los papeles de registro de ambos hijos y así obtener una apuesta segura. Por supuesto que era una batalla fallida y la mirada fulminante del chico expresaba claramente que no dudaría en enfrentarla si se metía con su familia.
Yuna había sido limitada en cada uno de sus muchos intentos de arreglar la situación, sin embargo, el pequeño detalle de ser un hijo de una desertora del norte los ponía en desventaja, algo que claramente era una desventaja. Jungkook fue capaz de notar la tensión al mencionar la procedencia y vínculo entre el abuelo de la familia Jeon con la madre de su cliente.
— Deberíamos dejar de lado nuestras diferencias – habló de pronto Jungkook, mientras giraba entre los brazos del mayor, haciendo que no se despegará de él mientras extendió su mano hacia el frente, hacia Yuna – yo no tengo nada contra ti estando aquí afuera.
— Yo tampoco, lo que ocurra entre mi cliente y tú no debe afectarme, pero lo mejor será que no tengamos mayor acercamiento, para evitar malos entendidos.
— Yuna – la voz ronca de Taehyung hizo estremecer a ambos menores, Jungkook se sentía como un niño protegido por alguien, mientras que Yuna sintió una leve punzada de vergüenza – agradezco que seas tan profesional, porque no tenemos una conversación en otro momento y otro día. Debes estar sumamente llena de trabajo.
Yuna avanzó con duda los pasos que los separaba, alzando su propia mano para tomar la que se le extendía. La sonrisa inocente de Jungkook se borró en el segundo que hicieron contacto de piel con piel, acercándola apenas, haciendo que sus pies tropezaran con él para estar lo suficientemente cerca.
— Conoce tu lugar aquí y frente al juez – susurró bastante quedito, soltando la mano de Yuna lentamente mientras disfrutaba el tacto y caricias de Taehyung.
— Me alegro de que seas así de maduro, Kook – sí, existía cierto reproche en el tono que había utilizado el mayor y quizá aquel apretón en sus hombros eran para llamarle la atención, pero era Jungkook quien más disfrutaba de tener toda clase de atención – sé cortés, por favor.
— Puedo saber la diferencia entre estar enfrentados frente a un juez y estando aquí fuera, pero hyung, aún no me has dicho, ¿Qué es ella de ti?
— Ah, bueno... es una historia muy graciosa... ella fue...
— Una buena amiga – interrumpió Yuna – Taehyung oppa es una persona excepcional como amigo, espero que como pareja sea aún mejor – el mencionado apenas asintió con la cabeza, recibiendo una reverencia rápida por parte de Yuna – es un gusto poder conocerte fuera de tribunales. Ahora, si me permiten debo retirarme, tengo trabajo por hacer.
Taehyung intentó soltarse del agarre de Jungkook como un simple impulso inconsciente ante la despedida de Yuna, siéndole casi imposible cuando las manos de Jungkook se aferraron a no dejarlo ir, apretando más, dejando en claro que no estaba del todo de acuerdo con aquella interacción. Así que él no era el único que se ponía celoso en una relación debido a un ex.
Se limitó a hacer una reverencia hacia Yuna quien parecía no salir de un trance en el cual su mirada iba de Taehyung a Jungkook quien se encogía entre los brazos del mayor como si buscara sentirse protegido o bien como si en su inconsciente no permitiera que aquello que estaba reclamando como suyo no le fuera arrebatado. La mirada de Jungkook era tan fría que le hacía entender a Yuna que el acercarse no era una opción.
— Fue lindo encontrarte, Kim Taehyung-ssi – mencionó, sorprendiendo al mayor por la formalidad con la que lo estaba tratando, él también limitándose en solo asentir en una leve reverencia – nos estaremos viendo Jungkook-ssi.
— Buen día, abogada Kim.
El tono ácido con el que había pronunciado el apellido de Yuna fue imposible de ocultar, aunque jamás se esperó que entre aquel abrazo Jungkook comenzara a frotar su trasero contra su entrepierna, empezando a despertar cierta zona peligrosa. Taehyung supo cómo calmar a su pequeño e inquieto pervertido, aferrándolo más a su cuerpo, pegándolo tanto que el movimiento era casi imposible de mantener.
Mala idea, muy mala idea. La desventaja perseguía al mayor y Jungkook solo pudo morder su labio inferior de solo pensar cómo haría caer en sus juegos a Taehyung.
— Parece que no quedaron en muy buenos términos con Yuna.
— Se esforzó en mencionar que su cliente tenía la razón, pero el juez desestimó su apelación, tenemos que presentar la partida de nacimiento de mi padre para asegurar que es verídico el reconocimiento – llevó su cabeza hacia atrás hasta recostarla en el hombro de Taehyung quien se dedicó en repartir besos en su sien y mordiendo delicadamente su oreja, relajándolo de inmediato – por suerte Namjoon-ssi, es muy bueno en su trabajo.
— Yo también soy muy bueno – susurró contra su oído, pasando su lengua por el lóbulo de Jungkook, quien tarareó gustoso.
— Me temo que no puedo asegurar eso ante un juez.
— No me refería a ser bueno en la corte.
Era excitante el hecho de sentir la respiración contraria en su cuello, creando la perfecta reacción en su cuerpo, con un delicioso escalofrío que le hizo doler cierta parte sensible y otra la cual había estado un tanto estimulada la noche anterior; sin embargo, no pudo disfrutar completamente de la sensación gracias a que las palabras del mayor resonaron en su mente. ¿Acaso estaba insinuando que sabe que era bueno en la cama? ¿Se lo estaba confirmando?
Los celos lo invadieron al pensar que quizá y esperaba que no, esa abogada fuera una de las que podría confirmar eso. ¿Debería afectarle el hecho de que Taehyung haya tenido más parejas sexuales? Por supuesto que no, de hecho, no le importaba, pero esa abogada, ella le provocaba sentir celos en el caso de que ella deseara a su novio de esa manera.
— ¿Qué ocurre? ¿Por qué de pronto estás tan tenso? ¿Es por lo que dije? No todo el tiempo tienes que ganar Jungkookie, debes admitir que también soy bueno en eso.
— Lo eres, si no, no dejaría que me folles constantemente.
— Entonces... ¿Acaso mi lindo novio tiene celos?
— Sí, no quiero saber si le metiste el pene a esa abogada, no me interesa si lo hiciste...
— No lo hice.
— Bien, entonces no te dejaré a solas con ella, te ve con ojos de hambre.
— Jungkookie – el mencionado se abrazó más a él como si fuera un niño caprichoso – ella fue mi expareja, terminamos un poco antes de que me mudara aquí – silencio fue lo único que recibió, sumado a la leve brisa que removió el cabello rubio, dejando una estela del leve aroma a frutos rojos – descuida nunca pude hacer algo así con ella no me provocaba esos deseos y este encuentro solo me demostró que, mis sentimientos solo responden a ti... mi pene también – susurró mientras fingía una embestida.
— Mío – casi gruñó Jungkook entre los brazos del mayor, quien rio bajo ante la forma en la que estaba siendo reclamado, sintiendo los leves rebotes del trasero ajeno en su casi despierta erección.
Piensa en otra cosa Taehyung...
Estaban completamente inmersos en su propio mundo, tratando de no sucumbir ante las provocaciones de Jungkook hasta que Taehyung pudo ver a su hyung con un muy emocionado Park Jimin al otro lado del estacionamiento, el semblante serio del mayor se borraba siempre que se encontraba frente a su novio, solo él siendo capaz de ver una nueva faceta del Kim mayor.
Desde la distancia, recibieron una reverencia a la cual respondieron apenas. Taehyung sabía que su hyung regresaría a Seúl esa misma tarde, no debía pasar más días ahí, por lo que entendía la felicidad de Jimin al volver a su pequeño hogar. Kim Taehyung comenzaba a comprender el significado de esa pequeña palabra de cinco letras, ahora representada en un nombre Jeon Jungkook.
Hogar... casa... refugio...
Un suspiro le precedió al final de la burbuja de amor en la cual se habían refugiado, siendo, Jungkook quien dio unos últimos besos en las manos contrarias, como si se tratara de un adiós, uno al cual Taehyung estaba renuente. Le encantaba tener entre sus brazos a ese pervertido ser, quería seguir así, solo un poco más.
— Hyung, ¿por qué estabas aquí? Pensé que esperarías en casa – esta vez se soltó de su agarre, rodeando el cuello ajeno con sus manos, comenzando a juguetear con el cabello, enredándolo entre sus dedos, dejando besos delicados en la barbilla de Taehyung quien casi ronroneó satisfecho con las muestras de afecto – acaso ¿hyungie no puede vivir sin mí? ¿Es eso?
— Estaba muy aburrido en casa – sus ojos se mantenían cerrados mientras que disfrutaba cada roce de labios, sintiendo estremecer cuando los dientes de Jungkook apenas rasparon, lo tomó por los hombros para alejarlo y así no seguir con aquel espectáculo en el medio de un aparcamiento – aunque esa no es la razón principal.
— ¿No?
— Nuh uh – negó el mayor haciendo reír a Jungkook, pues últimamente tendía a copiarle en ciertas actitudes, ¿eso era lo que se conocía como efectos de la convivencia? – sucede que... dejaste tu teléfono en casa...
— ¿Sí? Así que te diste cuenta y decidiste usar eso como excusa – estaba disfrutando la forma en la que las manos del mayor apretaban su cuerpo, con posesividad, con desesperación, paseando por toda su espalda, absteniéndose de tocar su redondez. Quería más de eso, que se dejara llevar a pesar de estar en un lugar público, fue así que terminó por hacer un recorrido con sus labios, a escasos milímetros de tocar la piel contraria, sorprendiéndose al percibir algo – ¿por qué hueles a café? ¿Es algún nuevo perfume? ¿Querías atraerme con eso?
— Y-yo...
— Incluso tu piel tiene sabor a eso – la punta de la lengua de Jungkook paseó por la mandíbula del mayor, quien se estremeció por completo – ¿alguna especie de gusto nuevo para que tu cuerpo tenga un sabor específico? Hyung no sabía que había despertado esos fetiches en ti.
— Basta, no es nada de eso – murmuró con una voz ronca debido a la excitación, sonriendo avergonzado al darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, el lugar en el que estaban – no es ninguna clase de fetiche extraño, sucedió un pequeño accidente.
— ¿Derramaste café por toda tu cara?
— De hecho, fue en el asiento del auto – Jungkook se dio cuenta de la puerta abierta, la toalla manchada con el característico color de la bebida y un vaso de café casi vacío en el portavaso – me puse ansioso de esperarte y terminó así.
La risa de Jungkook fue estruendosa, haciendo que su rostro se llenara de pequeñas líneas de expresión debido al ataque de risa. Imaginar a Taehyung entrando en pánico por algo era fácil, podría recrear una imagen del mayor sobrepensando cosas y cuando eso ocurría tendía a ser más torpe, pues no controlaba sus movimientos, haciéndolos bastante bruscos cuando debían ser suaves o incluso no logrando sostener un simple vaso o taza. Su coordinación de espacio no era la mejor en esos momentos de crisis.
Taehyung abultó sus labios en un puchero luego de cierto tiempo, escuchando la risa de Jungkook, cruzándose de brazos, esperando de manera impaciente el momento en el que las carcajadas terminaran y así su novio recobrara el aliento para regresar a su conversación.
— ¿Ya?
— S-sí – jadeó por aire antes de limpiar sus lágrimas, para luego acercarse nuevamente al mayor y depositar un beso en los labios, el cual no fue devuelto – eres tan lindo cuando haces cosas torpes – Taehyung se alejó apenas para no ser víctima de aquellos movimientos seductores, obteniendo que Jungkook hiciera puños con su cabello para dejarlo quieto, casi sacándole un jadeo gustoso – hey, esos labios son míos, no los alejes hyung.
— Se me bajaron las ganas.
— Yo puedo hacer que suba sin problema – la mano traviesa de Jungkook rozó la entrepierna sensible del mayor obteniendo una especie de quejido – tus ganas también las puedo subir.
— Detente ahí, pequeño pervertido – le sostuvo la muñeca con fuerza para no permitir más movimientos, pero el gemido de Jungkook lo hizo entrar nuevamente en pánico, tapándole la boca —. Calla, alguien nos escuchará – le escuchó quejarse y apenas murmurar algunas palabras —. No te entiendo – rodó los ojos señalando la mano que le evitaba poder articular de manera correcta – prometes que si te suelto no harás nada vergonzoso – asintió de inmediato – bien.
— Dije que apretaras más fuerte.
— ¡Jungkook-ah!
— Yah, no te alteres – sonrió una vez más mientras el mayor seguía intentando mantener su semblante serio, algo que por supuesto era imposible tomando en cuenta de que Jungkook se estaba esforzando por dejar pequeños picos —. Ahora regresando un poco al pasado, ¿me dirás la verdadera razón que te trajo aquí y por qué mi teléfono es tan importante?
— Oh, cierto.
La torpeza decidió hacer una entrada triunfal, alterando al mayor al intentar sacar el teléfono ajeno de su bolsillo el cual parecía estar atorado debido a la humedad de la tela, recordando su pequeño incidente en el auto con el café, esperando que solo se tratara de humedad por sostener por tanto tiempo el vaso y no porque en sus pantalones hiciera presencia una enorme mancha de la bebida. Jungkook parecía estar demasiado distraído con Taehyung, quien agradecía que así fuera, pues la sonrisa divertida contraria le hacía saber que se encontraba de buen humor. Alzó el aparato, obteniendo unas cejas enarcadas.
— Este pequeño de aquí recibió una llamada...
— ¿Ah, sí? Se supone que para eso se inventaron hyung, para recibir llamadas.
— Ja. Ja. Ja. Muy gracioso, pero esta llamada es diferente – Jungkook hizo silencio, cruzando los brazos sobre su pecho, dejando que el mayor siguiera con su discurso —. Recuerdas que estábamos pensando en un pequeño viaje a casa de tus padres luego de esta citación – lo vio asentir a secas, borrando la diversión de su rostro – bien, pues mientras estabas fuera, tu madre llamó unas cuantas veces, casi piensa lo peor cuando respondí.
— ¿Qué te dijo?
— Bueno, comenzó gritando que si te encontrabas con vida y si no le respondías podría morir de ...
— Eso no, hyung, me refiero a lo que quería.
— Oh, dijo que Nana encontró más papeles del tiempo en el que tu abuelo se hizo cargo de esa familia. Me ofrecí para revisarlos sin problema, luego de presentarme como un abogado – Jungkook bajó sus brazos, perdiendo toda la tensión del momento, pareciendo que entraba en una especie de encrucijada, lo cual provocó un poco de nerviosismo en Taehyung – ella aceptó para que lleguemos a tu casa. Prometo que no le mencioné nada de nosotros, solo dije que éramos muy buenos amigos y que no tendría problema en ver esto.
— Hyung.
— Si no estás de acuerdo, podemos regresar a casa. Tú puedes llamarles y decir que se presentó algo o que fue mi culpa porque no controlo muy bien mis tiempos, justo hoy que esto salió de improvisto...
— Aguarda, ¿quieres decir que aceptaste ir ahora? – la sonrisa incómoda junto con los hombros encogidos del mayor casi le hicieron entrar en pánico – ¿por eso estás aquí? – lo vio asentir casi encogiéndose.
¿Cómo explicaría que Taehyung era más que un amigo? Jamás estuvo interesado en aclarar ciertas cosas de sus gustos, no es como que su madre no se imaginara algo como eso, pero era muy diferente que lo conozcan a que solo especulen, ¿Qué diría Nana? ¿Lo aceptaría sin problema? Quizá si tenía suerte podría refugiarse en la historia de aquel mozo y su duque, el cual parecía haberle robado suspiros por el amor de esos dos.
¿Qué dirían sus padres? Su padre en específico. Esta era una situación difícil de explicar, no quería presentar a Taehyung como su amigo cercano, no era eso, ni siquiera con Yoongi tardó tanto en aclarar que no eran novios, al mayor le había dolido, pero comprendía que no estaba listo. Si lo pensaba muy bien, ahora definitivamente era diferente.
El mayor notó la incomodidad de Jungkook, algo muy impropio en él y lo mejor que pudo hacer para calmar aquella sensación en su novio fue acunar su rostro para mirarse fijamente antes de juntar frentes.
— Está bien Jungkookie, si no estás listo para algo como esto puedo esperar, yo estaría igual que tú de asustado porque mis padres esperaban todo el tiempo que formara una familia.
— No es eso hyung, no me preocupa tanto como se sentirán mis padres, temo por lo que dirán, que hieran tus sentimientos con alguna palabra fuera de lugar.
— Si eso ocurre, no pasa nada – Jungkook negó de inmediato – amor... Si no quieres...
— Sí, quiero, pero tendrás que prometer que me dejarás hablar a mí si en dado caso dicen algo fuera de lugar.
— Okay.
— Bien – soltó el aire que se encontraba atrapado entre su garganta y sus pulmones, soltando por fin ese nudo que le aprisionaba – debemos ir al apartamento.
— El equipaje está en el auto, quiero decir solo por si llegamos a necesitarlo, aunque si partimos ahora podremos volver antes – aquella frase hizo reír bajo a Jungkook, haciendo que el mayor bajara apenas la mirada, sintiéndose avergonzado por lo que diría ¿reaccionaría bien? ¿Lo trataría de exagerado? —. También me encargué de todo en el caso de que nos demoremos, así que los niños se encuentran en la guardería.
— Pensaste en todo, ¿no es así? – el mayor murmuró una afirmación, encarando finalmente a Jungkook – ¿qué sucedía si me negaba?
— Cargaría con la vergüenza de tu rechazo.
— Tonto – con un beso y un gesto leve fue más que suficiente para que Taehyung lo invitara a subir, no sin antes asegurarse de que todo encontraba en orden, sin un rastro de la bebida derramada – me gusta el nuevo ambientador.
La mirada del mayor se oscureció de cierta manera provocadora para Jungkook, en especial cuando de pronto las manos de Taehyung tomaron el cinturón de seguridad para colocárselo de una manera brusca, quizá buscando hacerle entender que estaba molesto por la situación del accidente con el café, pero para Jeon le fue imposible no imaginar que aquellas ataduras las realizaba de otra manera.
El gemido que provino de su boca detuvo los movimientos de Taehyung, quien conectó miradas con su pervertido novio, alzándole una ceja mientras observaba cómo este mordía su labio inferior. Negó ante el descaro de las actitudes contrarias, no dándole más paso a que siguiera cuando cerró la puerta con cuidado, rodeó el auto entre pasos rápidos para seguidamente subirse sin perder mucho tiempo.
La burbuja de las actitudes domésticas los envolvió, haciendo que Jungkook colocara su mano sobre la del mayor una vez estuvieron en marcha, Taehyung sin dudarlo elevó ambas manos entrelazadas, llevándola hacia sus labios donde comenzó a dejar pequeños picos. Primero fueron tiernos, suaves y delicados, se sentían como pequeñas cosquillas en la piel delicada contraria; aunque aquello no podía quedar ahí menos entre los dos.
Antes de darse cuenta, una leve risa nerviosa salía de los labios de Jungkook, cosa que llamó la atención de Taehyung, quien por primera vez, en lo que parecía haber sido varios minutos, se había mantenido en completo silencio. Ahora se daba cuenta de que se encontraba manejando como en modo automático, sin poner atención al camino al cual se dirigía y mucho menos a lo que su boca hacía con la mano contraria.
Los besos que iniciaron tiernos se fueron convirtiendo en leves mordidas en los nudillos de Jungkook, con sus dientes se aseguraba de tomar un poco de piel, estirarla, raspar con el filo, escuchando el siseo contrario como indicativo de ahora pasar a lamer con la punta de su lengua.
— Pensé que eras tú el que tenías sabor a café, debería ser yo quien esté haciendo eso con tus manos – el sonrojo pintó de inmediato las mejillas de Taehyung, quien dejó un último beso en la mano, a la cual se había encargado de mimar durante todo ese tiempo, dándose cuenta de que ahora era portadora de pequeñas marcas rojizas – ¿por qué te detienes? Me gusta.
— Lo lamento, te lastimé – dejó un beso sonoro en el dorso de la mano para por fin colocarla de nuevo en la pierna de su dueño, haciendo sonreír aun más amplio a Jungkook – también lamento haberme perdido en mis pensamientos.
— Está bien, eres guapo cuando piensas y también cuando no lo haces. Eres un deleite a la vista hyung, algo digno de mirar – Jungkook se inclinó solo un poco para alcanzar la mejilla sonrojada de Taehyung, dejando un beso con el cual esperaba saborear el café en él, y efectivamente tuvo apenas el atisbo de eso – también eres un deleite de probar. No me molesta que el auto tenga olor a café mientras yo pueda saborearlo de ti.
— Lavaré el auto cuanto antes, lo haré a fondo... — Jungkook posó su mano sobre la pierna del mayor, comenzando a acariciar lentamente, apretando de manera poco inocente – ¿te me estás insinuando? Jeon Jungkook estamos hablando del auto, no de tus perversidades, ni siquiera sé qué significa esa cara tuya.
— Tómalo como quieras hyung – rio divertido al notar cómo el mayor intentaba mantener un semblante serio. Tomó lo poco que quedaba de la bebida para beber un sorbo, suspirando satisfecho por lo bien que sabía, no porque fuera la mejor bebida del mundo, no, el café tenía un exquisito sabor gracias a la situación que estaba viviendo.
— ¿Está bebible? Debiste dejarme comprar uno, ese debe estar terrible...
— Es delicioso.
Ver cómo el rostro del mayor se iluminaba con una gran sonrisa mejoraba su día. El café estaba delicioso porque era la representación de Taehyung intentando agradarlo, una excusa para que no se molestara por tratar de llevarlo con su familia después de aceptar ir. Podía imaginar a su madre agobiándolo con tantas preguntas y a él poniéndose nervioso por no saber cómo responder correctamente sin que se dieran cuenta de lo que verdaderamente eran ellos.
El aire en su cabello hizo de las suyas una vez Taehyung bajó el vidrio de la ventana con el fin de hacer que el aroma a café desapareciera. Conversaban sobre lo que podrían hacer al llegar, pues faltaban algunas horas y quizá si todo iba bien, acorde al plan imaginario del mayor, podrían regresar para el final de la tarde, estarían en casa por la noche, todo siendo más que perfecto.
Jungkook veía varias fallas en ese plan, empezando porque sus padres, en especial Nana, no los dejarían ir a ninguna parte, a pesar de estar en Busan el viajar de noche no era una opción para ella. Se divertía con la idea de saber cómo actuaría Taehyung con lo poco convencional que podían ser su familia.
— Por cierto, tu madre mencionó que tu hermano mayor estaría en casa con su familia, no me habías dicho que tenías un hermano.
— ¿Mi hermano?
— Sí, dijo algo de querer a sus dos hijos juntos después de tanto tiempo, ¿no comparten días en familia?
— Desde que mi hermano se fue de casa y se mudó no tenemos ese tipo de relación. Esto complica las cosas...
— Hey. Todo estará bien – tomó la mano de Jungkook dejando un beso corto antes de soltarlo para maniobrar el volante – dime si debo fingir ser alguien. ¿Soy tu abogado? ¿Asesor? Yo mencioné que era un buen amigo con experiencia en lo legal, pero si quieres podemos decir que...
La aglomeración de recuerdos llegó a él como una avalancha gigante que no lo estaba dejando respirar, no podía decir que Taehyung era un simple alguien al cual se cruzó por la calle. ¿Dónde quedaban todas esas mañanas despertando al lado del otro o bien solos, pero sabiendo que pronto escucharían la puerta de sus apartamentos porque se trataría del contrario iniciando un nuevo día a su lado? No era correcto hacer que el mayor mintiera solo porque él no había presentado a nadie en casa.
Tampoco es como que fuera la mejor manera de salir de las sombras mencionando, "Hey familia, siempre he sido gay. Me gustan los hombres desde que besé a uno en la escuela y Taehyung es mi actual pareja" era exponerlos a ambos, podía cargar con eso, sabía que era un poco más fuerte para resistir miradas, pero ¿su Taehyung lo estaría?
Lo veía parloteando acerca de los planes posibles de cómo presentarse, haciendo caras extrañas, voces profundas, agudas, creando escenarios imaginarios donde ellos se encontraban en la corte, con ellos conociéndose en una galería de arte o siendo presentados por amigos. No era correcto mentir de esa manera, pero se preguntaba si todo aquello solo lo usaba para protegerse a sí mismo.
— Hyung, ¿estás seguro de que tú quieres hacer esto? – Taehyung ladeó la cabeza, dándole un vistazo rápido, manteniendo su ceño fruncido y sus labios abultados, una expresión que siempre ponía cuando estaba confundido – me refiero a querer conocer a mis padres. Hasta donde sé, ni siquiera los tuyos saben que estás con un hombre.
— Bueno, creo que si trato lo nuestro desde el exterior, estaré bien cuando lo haga con mi familia.
— ¿Quieres crear una red de apoyo con mi familia? – el mayor asintió sin más, soltando una sonrisa nerviosa – me siento halagado que hagas esto, pero ni siquiera mis padres saben que yo... bueno, supongo que lo pueden imaginar, aunque puede ser un poco chocante que llegue así sin más.
— Entonces seré tu propia red, y no estás solo, sabes que tienes a Seokjin y Hobi hyung – Jungkook alzó una ceja esperando la mención de cierto exiliado en esa oración – me tienes a mí... — la sonrisa divertida y casi llena de nerviosismo no se hizo esperar – también lo tienes a él, pero en especial a mí.
— Por supuesto que sí.
— También te puedo asegurar que tienes el apoyo de Jiminie.
— ¿Tu amigo al cual casi besas? – una murmuración afirmativa fue su respuesta – no sé si lo quiero como una red de apoyo, aunque tampoco lo quiero como enemigo – Taehyung intentó mencionar algo respecto a eso, pero Jungkook le interrumpió – si te llego a romper el corazón él se encargaría de hacerme la vida imposible, es lo que hacen los mejores amigos. Así que por ahora será mejor solo concentrarnos en nosotros y mis padres, luego lidiamos con nuestros amigos.
— Okay – suspiró apenas, no sabiendo muy bien cómo seguir con aquella conversación, ¿lo había arruinado?
— Hyung, todo está bien. No porque tu mejor amigo me quiera arrancar la garganta en el caso hipotético que yo te rompa el corazón, no quiere decir que justo eso está pasando – ¿acaso sabía que estaba sobrepensando? – posiblemente Jimin esté divirtiéndose con Kim Namjoon en estos momentos, ignorando que lo estamos trayendo a la conversación. Todo estará bien, cómo tú lo dijiste.
Siguieron avanzando, escuchando música que iba desde la clásica, el Jazz, el R&B que cumplían los gustos del mayor, para luego pasar un poco al rock, pop y un poco de rap a pedido de Jungkook, quien se sentía libre de colocar sus propios gustos en el auto de Taehyung. Dos polos completamente opuestos complementándose perfectamente.
A vista de todos parecía raro, una interacción entre dos personas completamente diferentes, como el negro y blanco. Taehyung tan sobrio y Jungkook tan fresco como el propio viento que hacía revolver su cabello. Ambos disfrutaban de los gustos del otro, poco a poco la fina capa de hielo se iba rompiendo para Taehyung, quien comprendía que podía hablar sobre sus gustos u opinar de lo que le parecía algo.
— Entonces, ¿qué diremos que somos? Al menos quiero saber que soy para poder meterme en el papel apropiado.
Jungkook lo pensó por unos segundos, miró fijamente al mayor para luego sentirse seguro o quizá convencido de lo que diría.
— Empecemos con que eres mío.
— ¿Tuyo?
— Sí, eres mío. Y eso lo puedo desglosar en mil cosas... Eres mi amigo, mi alumno, mi vecino, mi asesor legal, mi artista favorito, mi inspiración para crear... mi novio – aquello fue murmurado con un tono bajo, casi como si fuera un secreto susurrado a voces. Se sentía raro el hecho de escuchar de que podría ser tantas cosas para una persona, cuando usualmente solo era una de esas muchas – lo ves al final eres mío.
— Y ¿tú? – Jungkook ladeó la cabeza al escuchar la pregunta, con aquella voz titubeante – es decir... ¿Eres mío?
— Depende, ¿soy tan tuyo como tú mío?
— Sí.
Era tan refrescante poder ser asertivo en sus respuestas como si Jungkook le alentara hablar sin antes pensar; con él no había paso para pensar dos veces lo que diría en ocasiones después de hablar siempre entraría en pánico por los silencios prolongados, pensado que había arruinado el buen humor de su adorado pervertido, pero con el pasar de los días podía darse cuenta de que el ser gruñón solo venía en el paquete de no cumplir sus necesidades.
Un Jungkook alimentado, follado y relajado era un Jungkook feliz.
¿El hacer feliz a una persona podía ser tan fácil? Jungkook le mostraría una sonrisa amplia junto con alguna muestras de afecto luego de quedar satisfecho, ya fuera componiendo la pieza musical donde su corazón siempre se abría para crear nuevas notas; la creación e inspiración de ambos eran ellos mismos, la complicidad, la conexión era innegable y Taehyung amaba que Jungkook lo amara a su manera, mientras que le permitiera desbocarse de amor por él, muy a su estilo, demasiado a su ritmo y con toda la pasión que se encontraba dando gritos por salir.
— Hyung, llegamos – ¿de nuevo había estado conduciendo en automático? Debía dejar de perderse tanto, la disociación era mala, Jimin se lo mencionaba constantemente – ¿listo?
No. No estaba listo, sin embargo, tomó el valor para asentir como única respuesta, sin soltar el volante, apretando con tanta fuerza que sus nudillos se comenzaron a tornarse rojos, algo completamente inconsciente, pero bastó con un toque suave en su muslo para hacerlo caer en la realidad, una sonrisa, un beso delicado y un susurro.
Te amo...
Lo amaba, verdaderamente ese chico lo amaba, podía notar el brillo en su mirada cada vez que lo mencionaba. Taehyung podía ser testigo fiel de ese amor con el que Jungkook siempre se dirigía a él. Las palabras podían mentir, siendo vacías y sin valor, pero los ojos, esas ventanas del alma, jamás podrían engañarlo, y si aquello no era real, no le molestaba ser el pobre diablo en caer en las mentiras de aquel divino ser.
— ¿Juntos? – mencionó Jungkook, quien por primera vez se notaba nervioso al tomar la mano contraria, ya no siendo un gesto para consolar o calmar a Taehyung, esta vez lo hacía para sí mismo.
— Siempre, Jungkookie – se sentía bien al saber que su novio encontraba cierta tranquilidad en él. Que con un gesto tan simple como juntar frentes bastaría para que Jungkook cerrara los ojos, inhalara profundo, sosteniendo la respiración para luego soltarla lentamente.
Asintieron al mismo tiempo, mirándose fijamente, dándose ánimos al bajar del auto, sus manos se entrelazaron ni bien estuvieron el uno al lado del otro, Jungkook sintió el temblor en su mano al tocar el timbre de la casa de sus padres, temiendo por no saber quién abriría esa puerta ¿qué reacción tendrían? ¿Estaría bien? ¿Se llevarían de una manera medianamente civilizada? ¿Su hermano mencionaría algo?
Las preguntas aglomeradas en su cabeza se detuvieron al escuchar el ruido de una risa infantil, la voz de alguien llamando al pequeño que estaba jugando por ahí, pasos que se acercaron hasta que el seguro de la puerta fue quitado, dejando ver aquella persona.
Definitivamente se estaba arrepintiendo. No estaba listo, irrevocablemente no lo estaba. ¿Por qué nadie lo detuvo?
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