Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Doi

La soledad se había convertido en solo un escudo para escapar de mi realidad, porque se me hacía más fácil huir del resto, esconderme de todo para que nada me hiciera daño. El problema fue que me acostumbre a estar solo, tanto así que nada me llenaba.

No importaba si el resto de personas se quedaban a mi lado, porque de cierta manera yo ya no me encontraba ahí. No importaba si perdía a alguien, porque nunca los sentía como míos.

Quién diría que llegaría al punto en el que puede irse una persona o pueden irse todas y aun así seguiría sintiéndome vacío. Ahora soy yo quien se va, recuperando cada trozo de mi alma o al menos eso sentí al perderme a mí mismo.

Encontré paz en mi caos...

Recuerdos, la base principal de la receta para la melancolía, una buena base para cualquier momento depresivo que siempre terminaban con él en alguna crisis ansiosa o depresiva porque al final sus emociones lo ahogarían hasta llegar al punto de no retorno. Sumergiéndose en un agujero gigante de donde nadie lo podría sacar, no existía una orilla la cual tomar, porque él mismo se negaba a recibir cualquier ayuda.

Estoy bien... vil mentira...

Tomó una larga inhalación guardando las últimas cosas dentro de sus bolsillos, cosas que ahora pesaban siendo una carga, objetos que le acompañaban como fieles sombras, los cuales debía dejar. Por supuesto que el encendedor y la cajetilla de cigarrillos habían sido un buen canalizador de sus frustraciones, pero ahora sentía que aquello ya no encajaba.

Todas esas veces en las que había mencionado que no deseaba realizar planes porque se encontraba verdaderamente ocupado, cuando sus únicos planes eran estar solo. ¿Quién podría culparlo por escoger una mentira creíble como esa? Porque era más fácil decir eso a explicar que en ese preciso instante se encontraba en el borde de la asfixia y aquel pequeño placebo que se consumía con el fuego lo hacía sentir mejor, como una representación de su propia existencia.

Maldita ansiedad. Jodidos problemas de autocontrol. Estúpidos miedos irracionales.

Cuenta en tu mente para relajarte... 1... 2... 3... 4... 5...

No, eso no funcionaba, porque ya lo había hecho cientos de veces y jamás llegaba la calma. Tampoco podía simplemente cerrar los ojos esperando dormir una noche más porque a pesar de tener oscuridad no conseguía el descanso que anhelaba. Quizá un día dejaba de tener aire en sus pulmones, posiblemente si alcanzaba el último aliento de vida, por fin alcanzaría... podría ser esa la respuesta para por fin darse un poco de paz.

— Oppa, el camión de mudanzas está abajo – la voz de Yuna se hizo escuchar en todo el apartamento, era mucho más fácil que el llamado llenara el silencio debido al eco chocando en las paredes vacías —. Los chicos también están aquí para comenzar su trabajo, ¿les pido que lleven las cosas?

— Sí.

Su corazón se aceleró con aquel simple monosílabo que salió de sus labios sin poder creer lo que estaba por hacer, pero no solamente era el apretón en su pecho lo que le anunciaba un nuevo paso hacia algo diferente; sus dedos temblaban en anticipación, en su cabeza se formaban decenas y cientos de conversaciones donde todos parecían rechazar sus deseos, pero él por primera vez en muchos años, no se sentía culpable de no complacer al resto de personas.

Nunca más tendría que cargar con una responsabilidad por herir los sentimientos de alguien debido a hacer lo que quería y en ese preciso instante lo único que deseaba era ser él mismo, si es que así podía nombrar lo que sucedía.

— Oppa, ¿estás ocupado? Los chicos necesitan tu aprobación y unas firmas – la imagen de Yuna se hizo presente en la habitación. Tenía una mirada confundida al no saber lo que ocurría con Taehyung, era extraño verlo tan tranquilo – si estás muy ocupado les puedo decir que esperen unos minutos. ¿Quieres unos minutos?

— Estoy bien, Yuna ahora salgo.

— Okay – la chica dudó un poco antes de salir de la vieja habitación de Taehyung, quedándose a mitad del pasillo – señores, necesito unos minutos para llenar las formas, el dueño está ocupado y saldrá en unos minutos.

¿Cuántas veces había mencionado estar ocupado que su niña se había acostumbrado a preguntarlo? O lo que era peor, ya sabía cómo actuar en esos momentos. Era demasiado fácil decir aquella excusa para no explicar por qué se encontraba tan distraído, para no mencionar su falta de comunicación, la ausencia de su risa, ¿cuál era la razón de ya no divertirse y bailar con cualquier melodía?

Todo se había reducido a él como una simple figura muerta, vacía, la cual no esperaba instrucciones, solo se quedaba ahí mirando un punto fijo, sin tener una emoción en su rostro, porque de pronto ni siquiera él mismo las podía sentir ¿Cuánto tiempo había pasado desde que dejó de percibir el mundo como en esas últimas semanas?

— Taehyung, ¿todo bien? Sabes que no tienes que hacer esto si no lo deseas o si te arrepientes, no te sientas triste o enfadado porque no lo lograste.

— Yuna, basta... — hizo una breve pausa porque de pronto todas esas palabras que había encerrado en algún lugar se arremolinaban para salir —. No digas que no debo sentir, yo quiero sentir, ¿comprendes? No quiero decir que no pasa nada cuando pasa todo. Tengo demasiadas cosas qué pensar que bloquean lo que pienso o lo que quiero decir, pero me cansé de quedarme callado.

— Oppa... — Yuna le abrazó en un intento de reconfortar, cosa que sorprendió a Taehyung y un poco más a la chica cuando fue abrazada con tanto fervor que parecía que se fundirían en uno mismo – está bien sentir todo... solo no temas a decir que tienes miedo. Porque lo tienes, ¿cierto?

— Estoy por colapsar – la risa de Taehyung no se hizo esperar – siento que todo el peso que cargaba de pronto ya no está y quiero volver a sentirme así, pero al mismo tiempo...

— Lo sé, al mismo tiempo te sientes bien. Aún no comprendo la razón de tu cambio, qué tiene que ver este chico Jungkook al cual dices no conocer...

— Yuna.

— Ya sé, pero debes admitir que él tiene algo de culpa en todo esto.

Taehyung debía darle crédito por aquella deducción en que quizá y solo quizá Yuna tenía algo de razón, porque ahora su vida se había llenado de ruido, melodías, notas, recuerdos de risas. Ahora quería vestirse, salir a la calle sin un rumbo fijo para buscar ¿algo? ¿Alguien? No quería ser sordo a lo que le estaba llamando, no más silencio.

Ya no estaba ocupado para no salir de casa, al contrario, ahora estaba dejando lo conocido para ir a otro espacio diferente y eso era algo que incluso su propia terapeuta le sorprendía.

Entonces, ¿es oficial?

La mujer frente a él alzó una de sus finas cejas, esperando una respuesta por parte de Taehyung, a quien había tratado durante los últimos tres años, era un paciente recurrente, tenían dos sesiones a la semana gracias a los ataques de pánico y los episodios depresivos. No era un paciente problemático, al contrario, era uno muy constante con sus problemáticas, pero ahora le desconcertaba lo que escuchaba.

Lo es. Me mudaré la siguiente semana, tengo un apartamento el cual tengo un contrato de seis meses, si eso no funciona, pues al menos diré que lo intenté.

Taehyung, esto es más de lo que has manejado en todos estos años, los cambios son buenos, pero no cuando son así de abruptos, pueden ser chocantes e incluso abrumadores, en especial para ti.

Lo sé, pero yo... — Taehyung comenzó a sentirse nervioso, empezando a morder su labio y seguido sus uñas iniciaron a rascar la piel de sus brazos, teniendo la mirada de su terapeuta casi al instante.

Taehyung, enfócate, no pierdas la visión de lo que quieres, solo estamos conversando, ¿de acuerdo? Solo quiero saber que estás seguro de hacer este gran cambio.

Quiero hacerlo... es decir... Lo haré.

De acuerdo, solo no te fuerces a algo solo porque es nuevo y entra en todo este nuevo tú, me agrada saber que hace unas semanas esto solo era una idea y ahora lo harás, pero dime qué te llevó a esa decisión.

Taehyung se sintió atrapado en ese espacio, el cual durante años fue como un refugio, donde en más de una ocasión utilizó como lugar seguro; su terapeuta lo esperó pacientemente como siempre, mas esta vez, solo por esta, le fue prácticamente imposible no admitir eso.

No puedo estar en un lugar que tiene lo que no quiero.

Elabora.

Esa palabra causaba niveles demasiados altos de ansiedad en Taehyung, porque verdaderamente necesitaba expresar todo aquello, pero se le hacía demasiado difícil. Su piel comenzó a tener comezón debido a la ansiedad, su respiración se volvió pesada y dificultosa, reacciones que dispararon todas las alertas de su terapeuta.

¿De nuevo tienes problemas con tus padres?

No son ellos.

¿Entonces se trata de Yuna? ¿Ella no está dispuesta a seguirte hasta Busan?

Al contrario, me ha suplicado que la lleve conmigo, es solo que no puedo – dijo entre dientes, cerrando los ojos, empuñando sus manos, sintiendo sus uñas, incrustándose en su piel – es difícil de explicar.

Taehyung sabes que eres libre de decir lo que quieras aquí.

Ese es el problema, quiero decirlo, pero es demasiado complicado para mí – el ceño fruncido de su terapeuta fue como un poema para Taehyung, quien se armó de valor – por favor dígame si es posible que alguien comiencen a gustarle las personas de su mismo sexo de un día para el otro.

¿Cómo dices? Taehyung, eso es algo imposible, el gusto o una atracción no surge de la noche a la mañana y por lo que hemos hablado en sesiones anteriores tú no eres afecto a gustar de alguien así.

Yo...

¿Qué es lo que intentas decir Taehyung?

Creo que estoy pasando por una fase adolescente extraña donde no sé cuál es mi orientación sexual – su terapeuta no podía creer lo que escuchaba y Taehyung no se detuvo en seguir hablando – verá, nunca tuve problema con saber mis gustos, incluso mi mejor amigo y mi primo son... son...

¿Son pareja? – la mujer comprendió que la relación de aquellas dos personas no era lo que estaba creando ese conflicto en Taehyung, así que siguiendo su instinto decidió presionar apenas un poco —. O te refieres a que son ¿Gay?

Joder... — se quejó Taehyung cubriéndose el rostro de manera exasperada – nunca me vi afectado por eso, es decir... sé que Jimin es abierto en todos los sentidos respecto a su sexualidad, yo mismo le ayude a que se sintiera libre de hacerlo, sé de todas sus aventuras y eso no me provocaba absolutamente nada, pero últimamente...

¿Sí?

Me ha sido imposible tener algo con Yuna, es bonita y todo, pero no me provoca nada.

Esto es algo nuevo, jamás habías mencionado un tema sexual en terapia.

Jamás había sido necesario porque su sexualidad no era un problema hasta hace unas semanas, cuando Yuna intentó hacer algo diferente para llamar su atención mientras se besaban, pasando de tiernos besos a unos un tanto más ¿exigentes? La situación había sido completamente extraña para Taehyung, quien no pudo soportar demasiado tiempo el hecho de tener a su propia novia frotándose contra su entrepierna, la cual jamás endureció.

¿Taehyung sucedió algo con Yuna que te hizo darte cuenta de esto?

No sucedió nada, ese es el problema, no sentí nada y ella estaba ahí mismo – señaló su entrepierna como si aquello le causara algo para nada agradable – solo quería alejarla. Quizá tengo algo o soy asexual o una especie de...

Y si mejor hacemos algo – la mujer cerró su libreta, colocándola a un lado y poniendo toda su atención en Taehyung – cierra los ojos, ahora imagina ese momento en el que Yuna estaba sobre ti – el rostro de Taehyung se contorsionó en desagradado – solo imagina no te cierres.

Okay.

Visualiza el cuerpo, la silueta, la piel, el calor que emana de eso... y deja que tu mente te muestre eso que tanto te niegas a ver.

Taehyung tenía sus manos al frente como si verdaderamente estuviera sosteniendo a alguien, cada palabra se volvía vivida en su mente, encontrando músculos donde antes eran delicadas extremidades, un cuerpo diferente, menos femenino, un tanto marcado en ciertas zonas, carente de voluptuosidad en el pecho.

Taehyung... que ves...

Joder aún tenía demasiado presente esa conversación con su terapeuta, en especial porque ahora era más consciente de la situación al ver a Yuna ir y venir de un lado al otro con su vestimenta que la hacía ver tierna. Tenía puesta una falda un poco corta y un enorme suéter rosa, una imagen que no le provocaba absolutamente nada.

¿Por qué nunca se dio cuenta de eso?

Quizá las bromas de Jimin mencionando que de alguna manera gustaba de él, no estaba tan alejado de la verdad, aunque ni siquiera él mismo podría asegurar cuáles eran sus gustos, estuvo con Yuna porque su familia le convenció de que era una chica linda, dejándose llevar por habladurías donde siempre mencionaban lo buena pareja que hacían.

Sería un poco difícil decir que no intentaría todo lo que tenía en mente. Su padre le insistió que no le daría más de seis meses para hacer toda esa locura de cambio, algo como una apuesta entre ellos. Taehyung renunciaba a su vida por ese tiempo y a cambio, en el término de esos meses le demostraría que eso había funcionado o no.

Aún no sabía qué haría al llegar a Busan, quizá era demasiado sencillo decir que intentaría sacar su lado artístico, ese que por años fue inexistente y ahora parecía ser algo verídico, como si toda la vida hubiera estado ahí. De pronto podía tocar el piano, pintar, hacer fotografía, incluso componer música, aunque esto último solo fuera para terminar aquella melodía que no salía de su mente.

Sus pensamientos se interrumpieron por unos brazos rodeando su cuerpo, despertando de aquella ensoñación. Bajó la mirada levemente para encontrarse a Yuna, frotando su rostro contra su pecho, podía sentir la humedad de las lágrimas que rodaban por las mejillas rosadas de su ahora exnovia.

— ¿Qué sucede mi niña?

— Cuando dijiste que querías un cambio pensé que te referías a cosas como vivir solo por un tiempo.

— Bueno, eso es lo que haré, ¿no?

—Te mudarás a kilómetros de aquí —mencionó Yuna, saliendo de su refugio, mostrando su rostro sonrojado debido al llanto – es decir, ¿por qué tienes que irte a Busan?

— No lo sé, siempre quise estar cerca del mar, creo que es el lugar perfecto para hacer eso.

— Y qué me dices de la bola de pelo, esa nunca estuvo en tus planes y un día apareces con eso diciendo que es lo más adorable que has visto, ¿también es parte de esto? – cuestionó la chica. Yuna no podía creer la facilidad con la que la cosa se había adueñado de todo, no le parecía justo y lo demostró abultando los labios cuando aquel animal peludo se robó la atención de Taehyung, haciendo que fuera a su encuentro, cargándolo y comenzando a besarlo —. Esa cosa recibe más afecto de lo que yo tuve en todos estos años de relación contigo.

Taehyung rio bajo, frotando su rostro contra la cabeza de Yeontan, alias la bola de pelo. Se trataba de su nuevo perro o compañía de aventuras. Un pequeño pomerania que se había robado su corazón después de enterarse de que sería sacrificado por tener una enfermedad. Era imposible no morir de ternura por esa cara peluda y Taehyung tenía demasiado dinero que no llenaba el vacío en su interior, pero al menos podría brindarle una mejor vida.

Apenas comenzaba su aventura y ya se encontraba con un perro, un apartamento nuevo y muchas actividades más esperándolo en Busan, en otro momento su ansiedad le habría jugado en contra, pero ahora, el saber que todo eso le esperaba en su nuevo destino solo le daba tranquilidad.

— Osito, deja de besar a esa cosa.

— No sabía que serías así de celosa con un pobre e indefenso animal, solo míralo es muy tierno.

— ¿Tierno? Esto es tierno – se quejó la chica, comenzando a hacer caras graciosas, abultando sus labios, inflando las mejillas y haciendo sonidos bastante agudos que la hacían parecer verdaderamente adorable, ganándose un beso en la frente por parte de Taehyung – ugh, ¡asco! Me besas con las babas de esa cosa.

— No tienes que ser malhumorada Yuna.

— Quizá ahora seré yo quien se quede vacía en lugar de ti.

Taehyung la miró con reproche, bajando Yeontan, para luego tomar de los hombros a Yuna, abrazándola contra su pecho, dejando un beso más en su cabello, aspirando el aroma a flores que emanaba de ella. Nunca le había agradado eso, pero ahora, siendo la última vez que la tendría tan de cerca, quizá no sería tan malo el grabarse la sensación de desagrado.

— Yunie – la mencionada murmuró una respuesta, sintiéndose muy cómoda en ese espacio que nunca fue suyo o al menos no de la manera en la cual estaba siendo recibida –. Detesto ese aroma tuyo.

— ¡Oye! Eso es grosero de tu parte, nunca te quejaste de mi aroma – Yuna intentó zafarse del agarre del mayor, mientras que este reía de manera burlona ante los pequeños golpes que le propinaba la chica.

— Siempre lo odié.

— Nunca lo mencionaste.

— Porque, creía que mi opinión no valía, ¿sí? – Taehyung la alejó solo un poco de su cuerpo, lo suficiente para encararla y notar la confusión en su mirada –. Por favor vive, hazlo por mí, no tienes que ser una versión gruñona de Yuna, eso no te hará ver tierna y quiero recordarte como la adorable chica que se atrevió a soportar a un ser vacío.

— Parecen palabras que dirías en tus últimos días, ¿acaso estás muriendo y por eso haces toda esta locura?

— No estoy muriendo Yunie, estoy más que dispuesto a vivir, créeme, solo no quiero que tú te conviertas en esa versión fría de mí, ¿comprendes?

— Bien, espero recibir una llamada cada tres horas cuando te mudes a Busan.

— ¿Qué? No haré eso.

— ¿Una cada cinco?

— No.

— Una diaria.

— Tendrás una a la semana con suerte y deberás conformarte con eso – Yuna intentó reprochar aquello, pero Taehyung la tomó de las mejillas, abultando tanto que sus labios parecían no poder separarse correctamente, impidiéndole hablar – sin apelaciones, no es una opción es una estipulación.

— Odio cuando hablas como abogado, siempre te me has hecho muy sexi cuando lo haces.

El mayor no pudo evitar reír ante la ocurrencia de Yuna, de hecho era algo que siempre mencionaba la chica cuando eran pareja. En muchas ocasiones esa era la respuesta para que la chica dejara de discutir, el escucharlo, hablar con términos de abogado parecían ser su punto débil y Taehyung no veía tanto problema en hacerlo porque era algo que hacía diariamente.

— Te extrañaré demasiado. ¿De verdad no puedo convencerte de que te quedes? Podrías mudarte a otro edificio y no me verías, es más, ni siquiera tendrías que decirme donde vives.

— Yuna, tú no eres el problema...

— Lo sé, eres tú – mencionó con ese tono de voz molesto que tanto irritaba a Taehyung y que ahora le divertía, incluso esas muecas extrañas se le hacían diferentes – al menos te hago reír.

— Me siento mejor estando así.

— ¿Conmigo?

— Sin ti – los ojos de Yuna se llenaron de lágrimas tan rápido que ni siquiera se dio cuenta hasta que la visión se le puso borrosa – no llores por favor, es solo que me siento menos culpable de arrastrarte conmigo en el vacío.

— Tonto, yo podía soportar el vacío contigo.

— Pero yo no quiero eso para ti.

La puerta de su departamento se abrió, acompañado de un ruidoso Jimin junto con Namjoon quien le seguía de cerca para que no tropezara con nada, sin importar cuán vació se encontrara el espacio, él conocía muy bien a su novio, lo torpe que podía llegar a ser y lo malhumorado que se ponía si llegaba a pasar una vergüenza como caerse.

— Miren qué escena tan romántica – mencionó Jimin de cierta manera sarcástica, avanzando decidido en el interior del apartamento de su mejor amigo, apenas dio unos cuantos pasos cuando fue recibido en un abrazo compartido entre los brazos de Taehyung y una muy malhumorada Yuna.

— Siempre tan oportuno, Jimin oppa.

— Ríndete, pequeña garrapata, quien llegó primero a la vida de Taehyung fui yo.

Yuna se sentía indignada, más de lo usual, pues al tener el título de novia podría reclamar la preferencia de Taehyung, pero esta vez se encontraba en desventaja. Ahora podría parecer una exnovia obsesiva y negada ante la situación de la ruptura de su relación, era doloroso el pensar que incluso ella no se sentía tan afectada con la decisión del mayor.

Namjoon se sentía confundido ante la escena que tenía frente a él, pues de nuevo encontraba la discusión entre esos dos, quienes siempre tendrían riñas por el favoritismo con su primo, quien incluso abrazó a Yuna, dejando un beso en su cabello en el momento que la chica escondió su rostro en su pecho, ¿acaso se había perdido de algo?

— Oh, parece que se han reconciliado – agregó Namjoon a la conversación, ganándose un semblante serio por parte de Jimin, a quien abrazó, rodeando la pequeña cintura de su novio, dejando un beso en la sien izquierda – es decir, ustedes hacen una bonita pareja, me parece extraño que después de varios años de relación tan de pronto todo termine.

— Nam.

— Oppa, no es lo que estás pensando.

— No tienes de qué excusarte Yuna, sé que eres una buena novia para mi primo, confío en que esto solo fue un impulso tonto de Taehyung, ¿no es así?

— Namjoon hyung, por qué no me acompañas a la habitación – conocía ese tono de voz en su novio y no era uno que trajera como resultado muestras de afecto.

Jimin lo tomó de la mano para llevarlo consigo hasta la habitación, dejando a solas de nuevo a un muy incómodo Taehyung y una avergonzada Yuna quienes decidieron tomar las últimas pertenencias del mayor para llevarlas al auto que lo esperaba en la entrada del edificio siendo seguidos por la bola peluda de la cual la chica se sentía celosa.

En la habitación se estaba librando una discusión un tanto extraña, donde Jimin reprendía una y otra vez a su adorado tonto novio, quien no había dejado de disculparse por sus palabras.

— Hyung, hablo en serio, tienes que ser más cuidadoso con tus palabras. Taehyung está pasando por un mal momento.

— No es mi culpa que de pronto hayamos entrado y los encontráramos así, sabes muy bien que Tae no es así de afectuoso.

— Por eso debemos apoyarlo, no estoy seguro si esto se trate de un episodio raro de depresión o que su misma ansiedad lo está orillando a hacer esto – Jimin acunó el rostro de Namjoon quien suspiró al sentir las manos pequeñas y regordetas apretando sus mejillas lo que era una clara señal de hacer silencio —, por favor solo sé paciente con él.

— Aún no me quieres decir qué oculta Taehyung. Dime, ¿tiene algo que ver con ese día?

Jimin no necesitaba que su novio elaborara más aquello, sabía muy bien a qué se refería con ese día y es que Namjoon podía llegar a ser torpe, mas nunca sería lo suficientemente distraído como para no saber que algo ocurría. La situación era difícil, aún más porque Taehyung estaba atravesando un momento de descubriendo.

Es decir, Kim Taehyung nunca le habría pedido que lo besara estando sobrio, y Jimin se vio obligado a propinarle un golpe en el rostro para evitar cualquier contacto afectivo. Eran mejores amigos, pero el hecho de siquiera tener una muestra afectuosa sería como una traición hacia Namjoon, mas eso fue suficiente para que se revelara la razón de aquel comportamiento repentino.

Existía alguien que estaba quitándole la cordura a Taehyung y ni siquiera le conocía, pero sabía perfectamente cómo era, podía describirlo a detalle, cosa que asustaba a Jimin. ¿Le asustaba que su mejor amigo fuera a Busan con la idea de encontrar a alguien que posiblemente no existía? Sí ¿lo detendría? Aunque quisiera, no podía.

— Namjoon hyung, prometo que cuando llegue el momento él mismo hablará, por ahora respetemos lo que está ocurriendo.

— De acuerdo, pero esto es tan extraño de Taehyung. Raras veces cambia de rutina, siempre toma el mismo café, en el mismo lugar y si puede en la misma mesa, ¿por qué ahora todo este cambio? Estará en un lugar que no conoce, sin nadie a recurrir si pasa algo.

— Mis padres saben que estará en Busan, así que podremos visitarlo a menudo con la excusa de una reunión familiar.

— No lo sé Minie, me da miedo que haga una locura estando solo.

— Tiene a Yeontan con él para hacerle compañía.

— Hablas de esa cosa que apenas se mueve, ladra y respira.

— Será un buen perro guardián de tu primo, además lo ha animado mucho el tener su compañía en estos últimos días, será perfecto para él.

La conversación quedó suspendida en el momento que el código de la puerta principal se pudo escuchar, dejando en claro que quien había entrado al apartamento era Taehyung y Yuna, quienes seguían discutiendo por el extraño afecto que tenía el mayor de la pareja por el nuevo compañero.

— Ni una sola palabra sobre lo que hablamos, dejaremos que Taehyung esté una semana a solas en Busan y luego podría viajar para visitarlo.

— Okay, supongo que esto será bueno para él.

— Jiminie, ¿está todo bien? – cuestionó Taehyung mientras llamaba a la puerta, siendo sorprendido por la sonrisa de su mejor amigo, el rostro de su primo le decía que aquello había sido una reprimenda rápida – ¿tan rápido terminaron de discutir?

— ¿Quién dijo que era una discusión? Andando se nos hace tarde para que firmes la culminación de tu contrato.

— Parece que quieres que me vaya.

— Oppa, Jimin solo está siendo cortés contigo para que cumplas con tus horarios, ya que ahora todo el tiempo llegas tarde a todo. Aish ¿cómo harás viviendo solo? Ni siquiera sabes cocinar un huevo cocido – Yuna tomó la mano de Taehyung para hacerlo salir del apartamento mientras seguía murmurando cosas – morirás en la primera semana que estés allá.

— No lo haré, existe el delivery.

— Eres imposible – se quejó Yuna obteniendo una risa divertida por parte de Taehyung, quien observaba a Jimin con esa mirada de la cual su mejor amigo llevaba mucho tiempo sin ver.

Todo parecía bien en su nuevo inicio, Taehyung colocó a Yeontan en el asiento del copiloto y una vez se despidió de todos, emprendió su viaje hacia lo desconocido, hacia eso que le llamaba a seguir adelante y no detenerse, esa silueta que tanto le acosaba en sus sueños durante las últimas semanas era lo que le llamaba a buscarlo.

El viaje a Busan fue cansado, pero no se arrepentía de nada, ni siquiera el dolor en su trasero después de tantas horas de viaje; aún, sin importar cuán desorientado se sentía al llegar al edificio en el cual ahora viviría, no poniendo atención al hambre que estaba, por fin podría decir que su nueva vida daba inicio con de buena manera.

Afortunadamente, la arrendataria no puso objeción ante su retraso en la hora de llegada y no tardó mucho para terminar de firmar los papeles, ya que se vio obligado a utilizar sus conocimientos como abogado, junto con algunos trucos sucios que siempre funcionaban estando en la defensa de sus clientes. Al final de una pequeña discusión había obtenido cierto beneficio en su contrato, donde le daban un tiempo de hospedaje de un año.

Quizá decepcionaría a sus padres al no regresar en el tiempo estimado, pero mientras se sintiera perdido en ese lugar prefería tener el tiempo de su lado para hacer lo que sea que le tuviera preparada su nueva aventura.

— El apartamento está completamente amueblado y equipado, también tiene una pequeña terraza donde podrá tener a su mascota, el servicio de lavandería queda en los niveles comunes y a unas cuantas calles hay un parque donde puede pasear a su pequeño compañero.

— Gracias, señora – mencionó Taehyung haciendo una reverencia de noventa grados, teniendo a Yeontan a su lado pidiendo por su atención.

— Espero disfrutes tu estadía.

La puerta del apartamento se cerró, quedándose completamente solo en aquel espacio libre de todo lo que podría atarlo a su vida anterior. Sus maletas seguían en el medio de la sala, las cosas de Yeontan aún estaban en su bolso, las cuales debía desempacar, cosa que se encargó de hacer primero. Para su sorpresa, el estar en un lugar completamente nuevo lo hacía sentirse bien, nada de ansiedad, no más crisis o cuestionamientos y quién sabe, quizá podría dejar de tomar esas molestas pastillas.

Los ladridos de un perro se hicieron escuchar en el pasillo y Yeontan fue curioso al salir corriendo hacia la puerta para comenzar a olfatear por debajo de ella, rascando un poco cuando el otro animal también se acercó a oler.

— Bam, andando. Tengo que tomar un baño – la voz al otro lado de la puerta sonó un tanto amortiguada debido a que el apartamento tenía recubrimiento contra el ruido.

— Tan, es hora de comer – Taehyung se acercó hasta la puerta del apartamento, tomando en brazos a la pequeña bola de pelos, sintiéndose curioso de la manera en la que seguía olfateando –. Ya no hay nadie afuera – murmuró más para sí mismo cuando a través de la mirilla no notó a nadie – andando, tenemos que cenar, darnos un baño y dormir.

Taehyung alzó a Yeontan, sacudiéndolo un poco hasta acercarlo a su rostro, terminando con varias lamidas en su nariz, definitivamente en otro momento de su vida aquello habría sido completamente desagradable, pero ahora eso le parecía lo más bonito que podía recibir de su mascota.

Dejó al pequeño animal en el suelo, luego de una sesión de besos, decidiendo que era momento de pedir su primera comida en Busan, quizá debería salir a comprar algunas cosas como arroz, carnes, sopas y una buena botella de vino, pero por ahora tendría que conformarse con un delivery.

Su sonrisa se ensanchó al notar el mensaje en su pantalla, Yuna le había llamado en dos ocasiones y los mensajes eran bastante divertidos, le recordaban a una pequeña niña caprichosa necesitada de atención, una que por supuesto él no podía brindarle.

No era como si la chica fuera una mala novia, al contrario, era todo lo que alguien desearía de una buena mujer para hacerla su esposa, era perfectamente a la medida de los estándares, pero joder Taehyung no quería alguien fuera a su medida, deseaba alguien que estuviera a la altura de su amor, uno muy, pero muy bajo; debía ser alguien que en la más oscura de las noches lograra ver lo brillante que podía llegar a ser.

¿Estaba pidiendo demasiado? Ni siquiera necesitaba de alguien que dependiera de él todo el tiempo, ya tenía a Yeontan para cumplir con ese rol y mucho menos quería a alguien que le dedicara todo su tiempo dejando de vivir por él, justo como lo había hecho Yuna al abandonar demasiadas cosas solo por amoldarse a su vida.

Necesitaba libertad, aun estando unido, quería saber que podía compartir privacidad, espacio, tiempo, ser abierto sin temor a obtener esa mirada de confusión ante sus cambios repentinos de humor, ¿era él el problema? Simplemente, quería a ese alguien que se dejara amar de la manera en la que solo él podía hacerlo.

Era la quinta vez en esa semana que llegaba al mismo lugar, sentándose en la misma mesa y pidiendo el mismo batido de fresa, ¿la razón?, pues fue el descubrir que a unas cuantas calles de su nuevo apartamento se encontraba una cafetería con concepto abierto para llevar a Yeontan junto a él de paseo.

No es como que estuviera de nuevo replicando sus viejos hábitos, no cambiando de lugar, bebida o bien de rutina, no, mas bien esto tenía que ver con sentirse perdido en una familiaridad tan extraña. Le era tan fácil tomar esos breves descansos que podía perderse horas admirando todo a su alrededor.

La emoción le duró mucho más de lo que imaginó cuando se adentró al lugar, encontrando en el medio un enorme piano de cola, el cual a menudo era tocado por una persona; demostraba tener mucha práctica al tocar el instrumento, incluso llegaba a cerrar los ojos mientras sus dedos acariciaban las teclas como si fuera uno mismo con ellas.

Qué no daría por hacer que su pequeño piano sonara de esa manera. Quizá podría hablar con aquel pianista talentoso para que le enseñara o probablemente debería seguir practicando con videos de internet para no arriesgarse a un rechazo. ¡Por qué debía ser tan inseguro en esos momentos!

— Yoongi hyung, llegas tarde, ¿qué ocurrió?

Min Yoongi, ese era el nombre de aquella persona, parecía que era bastante allegado al dueño del lugar, quien siempre lo recibía con una radiante sonrisa que haría a cualquiera sonreír de solo ver los pronunciados hoyuelos.

— ¿Quieres hacer silencio? Hoy no es mi día de acuerdo.

— ¿Qué de nuevo te dejaron en abstinencia? – Yoongi frunció su ceño y simuló un golpe que solo obtuvo una reacción, una muy diferente a la que esperaba. Quizá la expresión de susto por parte del dueño del lugar era predecible, pero la preocupación hizo que actuara diferente – Hyung, ¿que es eso?

— Me lastimé, el doctor dijo que no podría tocar hasta que termine el tratamiento – Yoongi mostró su muñeca inmovilizada, haciendo que el otro se quejara.

— Hyung, te dije que debías revisar ese dolor mucho antes, ¿ahora que haremos?

— No lo sé, Hoba, se supone que debo tener reposo o terminaré con un desgarre – el rostro de Hoseok se contorsionó en una mueca de desagrado al escuchar aquello – ¿por qué haces esa cara? Soy yo quien está en esta situación.

— Eso no lo hace menos desagradable hyung, al menos no tienes que preocuparte por... Joder, ¡por qué tenías que descuidarte de esta amanera! ¡Aish! ¿Qué pasará con todo el público? Estarán decepcionados, incluso había convencido a tu novio para que viniera a escucharte tocar.

— ¿Que hiciste qué? ¿Por qué harías algo así? Además, ya lo habíamos hablado, no es mi novio, es... complicado.

Yoongi frotó su rostro con desesperación, ignorando completamente que aquel movimiento brusco le había hecho doler de nuevo la muñeca. Estúpido ligamento, al carajo, con todo lo relacionado con la operación y sus síntomas. Aún podía escuchar de Jungkook mencionando sobre lo irresponsable que era al ignorar todas esas molestias.

— Dijiste que ha estado raro y que solo querías arreglar las cosas con él, no lo sé, me pareció una buena idea – Hoseok sonrió nervioso al notar el semblante molesto de su hyung quien no dejaba de asesinarlo con la mirada mientras que con sus manos hacía gestos que querer ahorcarlo —, oye, pero mira el lado positivo si él viene podrá tocar.

— No le pedirás algo como eso. Además, dudo mucho que venga, en especial si le dijiste que yo estaría aquí.

— De hecho, esa sería la sorpresa... No le dije que estarías aquí, aquí... solo mencioné que habría alguien muy bueno tocando ¡Oh! Vamos hyung si no es él entonces ¿quién?

Taehyung se armó de valor, uno que lo abandonó al dar el primer paso hacia el frente, aunque para su mala suerte su silla había hecho demasiado ruido al ponerse de pie, llamando la atención de ambos hombres que lo observaban con el ceño fruncido al notar su semblante culpable.

No había vuelta atrás, era ahora o nunca. Debía hacerlo, al menos intentarlo solo una vez, ¿qué podría pasar? No pasaría nada si lo rechazaban.

— Disculpen – carraspeó un poco su garganta mientras se acercaba lentamente, frotando sus manos contra sus pantalones de pinza, una vestimenta que lo hacía ver aburrido, pero con la cual se sentía demasiado cómodo – no pude evitar escuchar su discusión y me preguntaba si es posible que necesiten un reemplazo.

— Oh, ¿eres el cliente nuevo que habitualmente pide ese batido de fresa con tarta de frutas?

— Sí, ese soy yo – tan aburrido y predecible como siempre, apenas llevaba unas semanas viviendo ahí y ya le conocían por ser rutinario. Taehyung sacudió esas ideas de su cabeza obteniendo dos miradas confusas ante su actuar –. Debo admitir que tienen un excelente batido y tarta de frutas, pero eso no es lo importante. La verdad no pude evitar el no escuchar su conversación sobre necesitar a alguien para que toque el piano durante la hora del café. Y bueno... me preguntaba si...

— ¿Por qué tartamudeas tanto? – cuestionó Yoongi un tanto cansado de ver aquel gesto nervioso en Taehyung, quien no dejaba de frotar sus manos, lamer sus labios, sonreír y encogerse de hombros cada tanto.

— Hyung, no seas grosero, es un cliente que quiere ayudar, ¿cierto? – mencionó Hoseok, regresando la mirada hacia Taehyung, quien sonrió de manera tímida mientras asentía – perfecto, porque de verdad lo necesitamos, hyung fue descuidado y ahora está lesionado, ¿conoces a alguien que pueda tocar el piano?

— Algo así, es decir, no es una persona que tenga grandes habilidades como lo es Yoongi-ssi, él verdaderamente es muy bueno en lo que hace y he venido las últimas tardes para escucharlo tocar...

Yoongi seguía detallando al hombre frente a él que parecía tener una verborrea producida por la ansiedad que era completamente parte de sí, quizá habría seguido pensando en lo cansado que era escuchar a Taehyung si tan solo no hubiera escuchado la campanilla de la cafetería sonando para seguido reconocer un saludo en particular que le hizo erizar la piel.

Aquel saludo que le siguió al tintineo lo hizo tensarse, regresando apenas la mirada hacia un ruidoso hyung que abrazaba a la persona que recién entraba al lugar. Yoongi no tuvo más opción que tomar por los hombros a Taehyung, cortando de tajo aquel argumento sin fin, obteniendo la atención del contrario.

— No tenemos tiempo para halagos, ¿Conoces a alguien si o no? – cuestionó Yoongi alzando un poco la mirada, Taehyung notó la diferencia de altura entre ambos y a pesar de que él era un tanto más alto, se sintió demasiado pequeño al lado de aquel hombre pálido que lo escrutaba con la mirada.

— Yo... – la mirada de confusión fue imposible de ignorar y solo provocó que la ansiedad en Taehyung incrementara, mas no se dejó vencer –, quiero decir que yo podría hacerlo. Podría tocar una canción y luego decidir si me dejan quedarme el resto de la tarde.

Hoseok observó a su hyung quien parecía nervioso, encontrando a unos cuantos pasos la razón de su actitud intranquila. Aquella cabellera rubia había sido la provocadora de la molestia de Yoongi y Taehyung estaba más que dispuesto para tocar.

Tenía esa mirada suplicante, esperando tener una oportunidad, no perdería nada con darle ese tiempo, además ¿qué más podía hacer?

— De acuerdo, adelante.

Taehyung sonrío amplio, haciendo que Hoseok también le devolviera aquel gesto con su radiante sonrisa, mientras que lo invitaba a apresurarse para que tomara asiento en el banquillo. La emoción le ganó, haciéndolo mover sus pies para llegar en unos cuantos pasos y ni bien tomó asiento frente al instrumento comenzó a sentir una extraña conexión.

De nuevo estaba ahí, en ese momento donde solo eran el piano y él, las teclas debajo de sus dedos, el pedal listo para hacer que aquellas notas captaran la atención de todos los presentes, aunque tan pronto como el sonido de una risa llegó a sus oídos todo su mundo se detuvo.

— ¡Jungkook-ah! – la voz de Hoseok hizo mucho más eco en los oídos de Taehyung, quien se tensó completamente, causando un ruido estridente con las teclas.

El mencionado había volcado su atención en aquello que hizo que la cafetería quedara en silencio, observando a la persona en el banquillo del piano central. Se veía bastante nervioso frotando sus manos en sus pantalones. Incluso la postura en la que estaba era completamente rígida.

Jungkook lo detalló mejor, pareciéndole un tanto ¿extraño?, quizá el motivo por el que su ceño se frunció no se debía a la molestia que le causó en sus oídos aquel ruido, mas bien todo provenía de notar esa aura diferente en el hombre.

Estaba vestido con unos pantalones color beige, una camisa blanca, un chaleco a juego y una corbata de color café, parecía que desentonaba de cualquier persona de su edad, quizá un poco aburrido, pero eso no le quitaba esa aura atrayente que hacía al rubio seguir observando cada facción contraria.

— Kook, ¿me estás escuchando? – cuestionó Yoongi un tanto fastidiado al no obtener la atención del rubio.

— ¿Quién es el pianista, hyung? – cuestionó Jungkook, dirigiéndose completamente hacia Hoseok quien se sintió nervioso –. Dijiste que era una persona muy buena, pero parece que está por tener un ataque de pánico.

— Ah, bueno, él es... ¿Jungkook?

Hoseok no supo el porqué del actuar de Jungkook, pero era demasiado tarde para detenerlo cuando avanzó hasta donde se encontraba aquel cliente extraño que se había ofrecido a salvar la tarde, aunque quizá a ese paso sería un completo desastre.

La curiosidad invadió a Jungkook, quien se acercó hasta el lugar donde un muy nervioso Kim Taehyung trataba de no colapsar por un ataque de pánico al no comprender por qué escuchar ese nombre, esa risa, esa voz lo había ¿descompuesto?, de aquella manera.

— Hey – de nuevo esas alucinaciones, Taehyung presionó aún más sus ojos, intentando no caer bajo aquel efecto extraño – ¿todo está bien?

— ¿Uh? – pudo sentir cómo su corazón casi se detenía en el instante que cruzó miradas con esos ojos grandes, oscuros y brillantes.

— No debe tener miedo, ¿esta es su primera vez tocando en público? – Taehyung asintió como respuesta, sintiéndose tonto cuando no pudo articular una sola palabra, ¿que ocurría con él? –. No tiene nada que temer, intente no pensar en su ansiedad.

¿Era tan obvio lo que ocurría con él? Taehyung regresó la mirada hacia abajo cuando aquel chico le señaló con la mirada hacia sus manos que seguían siendo frotadas en su pantalón. Con que a eso se debía aquel calor en sus piernas.

— Yo también tenía pánico cuando me enfrentaba a cosas así. Le puedo ayudar a superar esto con algo simple. ¿Qué le parece si cuenta conmigo? Prometo que se sentirá mejor, ¿de acuerdo? – el mayor asintió, sintiéndose ajeno a todo lo que le rodeaba.

— Contar nunca me ha funcionado – esa voz aterciopelada hizo estremecer al menor, incluso pudo sentir un escalofrío, era imposible que esa fuera la misma voz que había creado su imaginación.

— Esta vez funcionará, solo confié. Bien, primero encuentre primero 5 cosas que pueda ver.

— ¿Qué?

— Confíe y cuente. Deben ser 5 cosas que llamen su atención y dígalas en voz alta.

Taehyung se obligó a sí mismo para buscar algo a su alrededor que no fuera el chico frente a él. Su mirada paseó por todo el lugar, notando que todo estaba borroso, no porque su vista fallara, sino más bien porque eso era efecto de su mente nublada en el pánico. Solo debía concentrarse en encontrar cinco cosas que llamaran su atención.

Cinco cosas... Cinco cosas.... ¡Por qué era tan difícil algo como eso!


El tacto cálido en su mano lo hizo estremecer, mas no se atrevió a bajar la mirada, concentrando su atención en que su vista funcionara.

— Veo autos en la calle, a los meseros tomando órdenes, flores en todas las mesas, a los dueños del lugar – Taehyung se atrevió a regresar la mirada hacia el chico quien esperaba que mencionara el último objeto – veo estrellas.

— ¿Estrellas? – murmuró Jungkook con una sonrisa burlona, haciendo que su hoyuelo se pronunciara aún más cuando Taehyung asintió como respuesta a su pregunta –. Tendrá que mostrarme dónde están esas estrellas. Ahora diga 4 cosas que pueda tocar ahora mismo.

— Mi rostro... – mencionó un tanto nervioso luego de rascar su barbilla – mi ropa, las teclas del piano – Jungkook sonreía satisfecho al notar que estaba funcionando aquello, aunque no del todo, pues parecía que el hombre frente a él se sentía perdido al no puede encontrar otra cosa que podía tocar, mas grande fue su sorpresa cuando Taehyung entrelazó sus manos – a ti.

— Eso va muy bien.

La escena que estaban haciendo ese par dejaba a más de uno con un ceño fruncido, en especial porque Yoongi y Hoseok, observaban aquel comportamiento extraño por parte de Jungkook, ¿acaso estaba coqueteando sin ser descarado? ¿Eso que veían era un sonrojo en las mejillas contrarias?

— ¿Seguimos? – Jungkook le animó a seguir con aquel ejercicio, Taehyung estaba más que perdido en toda esa situación, aunque no le agradó el hecho que el rubio se soltara de su agarre, pero debía admitir que comenzaba a sentirse mejor –. Ahora tres cosas que pueda escuchar.

Taehyung inconscientemente comenzó a tocar el piano, como si sus dedos tuvieran mente propia, resbalando sobre las teclas del instrumento, sacándole una sonrisa a Jungkook, quien disfrutó del sonido de la melodía.

— Las notas del piano, el ruido de los autos – Jungkook murmuró una afirmación, sonriendo cuando notó que había comenzado a tocar el piano con un ritmo muy diferente, obteniendo la atención de todos presentes –... Tu voz – Taehyung no pudo evitar sonreír después de mencionar aquello, pero es un gesto que no dura mucho, dejando de tocar como antes al notar que el chico comenzó a levantarse – ¿A dónde vas? Aún no terminamos de contar.

— Aún no se ha dado cuenta de que comenzó a tocar – Jungkook le sonrió amplio cuando Taehyung se dio cuenta de que tenía todas las miradas en él – siga tocando, lo hace muy hermoso.

— ¿Te quedarás? – se atrevió a cuestionar, tomando la mano de Jungkook, quien por primera vez dejó que su nerviosismo lo atacara, haciendo que un leve color rosa pintara sus mejillas –. Ni siquiera me has dicho tu nombre.

— ¿Qué le parece si hacemos un trato? Me quedaré a escucharlo, solo prometa que seguirá tocando y quizá solo si me sorprende le diré mi nombre ¿okay?

Taehyung sonrió tímidamente, volviendo a colocar sus dedos sobre las teclas, haciéndolas sonar con su melodía, esa que salía desde lo más profundo de su corazón, ignorando cualquier partitura escrita por alguien más que por él mismo. Provenía desde el fondo de sus pensamientos, desde la oscuridad que encarcelaba su alma, dejándola libre en ese minúsculo momento de luz.

Veía estrellas en una noche oscura, iluminada por una sonrisa tierna y descarada, por gestos atrevidos y murmullos escondidos en las paredes de un castillo del cual él ni siquiera tenía idea que existía, pero ahí mismo estaba, en aquel salón a media noche, con la única audiencia que llenaba sus más locos pensamientos y hacía que su corazón se agitara.

Jungkook no podía evitar mirar aquel hombre que tocaba con tanta pasión sin mirar un solo segundo o que sus manos creaban, mantenía los ojos cerrados con una expresión de paz. Los dedos se deslizaban por cada tecla haciendo estremecer a Jungkook, sentía su respiración agitada, llevaba semanas sintiéndose extraño en su propio hogar y justo en ese preciso instante volvía a sentir eso.

No pudo evitar abrazarse a sí mismo cuando un escalofrío le invadió por completo, sus manos abrazaron su torso, encajando sus dedos en los espacios entre sus costillas; lugares vacíos que aún no tenían dueño, pero parecía que aquellos largos dígitos podrían ser perfectos para cualquier espacio de su cuerpo.

"Tóqueme... majestad, tómeme entre sus manos, porque solo entre ellas se escapan todos mis miedos"

Jungkook no pudo soportar aquella sensación de calidez al lado de alguien que nunca había visto en su vida, pero algo en su interior le daba de gritos que todo estaba bien, que ese era su lugar. Sentía su corazón latiendo, su piel ardiendo en una sensación extraña de deseo y terror a no ser acariciada de nuevo por un fantasma de algo que ni siquiera había percibido antes.

— Kook ¿estás bien? – cuestionó Yoongi después de un tiempo largo de silencio observando la reacción contraria. Jungkook no pudo evitar sobresaltarse cuando el mayor posó su mano en su hombro, alejándose de inmediato, obteniendo un ceño fruncido y una mirada llena de confusión – ¿que sucede?

— No es nada, debo irme.

— ¿Tan rápido? Pensé que podríamos beber un poco después de que cierre la cafetería – mencionó Seokjin, sintiéndose intrigado ante la actitud del menor.

— Gracias, hyung, pero olvidé que debo recoger a Bam de la escuela de entrenamiento y siempre se pone triste cuando no llego a tiempo. Además, está el tema de eso ¿recuerdas? – Jungkook comenzó a alejarse de sus hyung, sintiéndose atrapado entre la melodía que no dejaba de sonar en todo el eco del lugar.

Taehyung pudo percibir cierta aura inquieta en todo aquello, abriendo por fin sus ojos, dirigiéndolos hacia el chico rubio que lo veía fijamente de manera nerviosa. Su semblante se llenó de confusión al notar como poco a poco sus pasos lo llevaban hacia la salida, mientras que con una leve reverencia se despidió de él para por fin hacer tintinear la campanilla de la puerta.

La melodía que estaban componiendo sus dedos comenzó a ser más lenta, sintiendo como si ese espacio entre las teclas y su piel fuera completamente erróneo, deseando que en vez de una superficie lisa y dura se tratará de algo más cálido.

Se detuvo en el momento que alguien colocó su mano sobre su hombro, sobresaltándolo, notando que el dueño del lugar le sonreía ampliamente.

— Oye, eso fue verdaderamente hermoso.

— Gracias, aunque solamente soy un amateur en esto.

— Bromeas, fue fantástico, ¿cierto hyung? – Yoongi se acercó hasta ellos, sintiéndose confundido cuando escuchó los aplausos dirigidos hacia quien había interpretado tan bonita pieza de música.

— Debo admitir que fue muy bueno, se robó la atención de todos.

— Viniendo que usted, Yoongi-ssi es un completo halago.

— ¿Te gustaría tocar por las tardes mientras Yoongi hyung se recupera?

— ¿De verdad? – mencionó completamente emocionado Taehyung, sacándole una sonrisa amplia y nerviosa debido a la felicidad que lo invadía, ignorando lo que minutos antes estaba confundiéndolo – es decir, me encantaría, pero me temo que no sé tocar más que esta melodía.

— ¿Es en serio? – Taehyung asintió mientras tenía un semblante culpable ante la incredulidad plasmada en el rostro de Yoongi, ¿quién podría creerle que nunca había tocado el piano, pero sabía tocar perfectamente aquella pieza? –, pero ¿puedes leer las partituras?

— Sí... bueno algo así, de hecho apenas estoy empezando a aprender a leer las notas.

Los tres mayores no podían creer aquello, alguien que tocaba perfectamente una melodía como lo había hecho Taehyung era simplemente imposible que no fuera un experto.

— Te propongo algo, si aprendes cómo leer partituras te dejaré practicar aquí todas las tardes hasta que hyung se recupere – Taehyung se sintió verdaderamente conmovido por aquella oportunidad, la sonrisa que le regaló el dueño del lugar le llenaba de paz, mientras que los otros dos parecían estar de acuerdo con lo mencionado – ¿aceptas? Tienes un gran talento, podríamos incluso llegar a un acuerdo para que toques siempre aquí.

— Me encantaría.

— Entonces es un hecho, tenemos un trato... ¿Cuál dijiste que era tu nombre? – mencionó Hoseok extendió su mano, la cual fue tomada de inmediato.

— Kim Taehyung.

— Jung Hoseok, este es Yoongi hyung y él es Seokjin hyung, mi socio en este lugar.

— Gracias por esta oportunidad, no les fallaré – mencionó Taehyung haciendo una reverencia de noventa grados – comenzaré esta misma tarde a aprender mucho más.

Taehyung siguió reverenciando ante los mayores, quienes sonreían divertidos al notar la emoción desbordante de quien ahora parecía ser el nuevo pianista suplente, quien entre pasos torpes y tropezando con algunos meseros se dirigió hasta su mesa, tomando su saco, el último sorbo de su batido y saliendo prácticamente corriendo.

La sensación en su cuerpo era como si todo hormigueara, extrañamente se sentía bien, no lo aprisionaba y eso era un avance para él. El sonido de una motocicleta siendo acelerada lo hizo regresar su atención hacia la calle llena de autos y personas.

— Taehyung-ssi – la voz de Seokjin lo sorprendió y fue aún más grande su sorpresa cuando notó que se veía agitado, ¿lo había perseguido hasta la salida? – si necesitas clases, conozco a alguien que puede ayudarte – el mayor le extendió un papel con el nombre de una persona y un número de teléfono –. Jungkook es muy bueno en lo que hace y creo que se comprenderán muy bien, por lo que pude ver ahí dentro, estoy seguro de que te ayudará.

— Gracias Seokjin-ssi.

Una reverencia más por parte de Taehyung fue suficiente para que Seokjin se retirara, no sin antes desearle suerte, alzando sus pulgares y sonriendo de una manera un tanto cómplice como si escondiera algo.

Taehyung leyó detenidamente el papel, era más como un volante de esos que se encuentran pegados con información.


Clases de piano, guitarra, batería, fotografía y pintura.

¿Necesitas o quieres aprender?

Se imparten clases personalizadas y en casa.

Jeon Jungkook

Tel. xxx-xxx-xxx


Jungkook, ese nombre le provocaba cosquillas en su lengua cada vez que lo pronunciaba. ¿Tan cruel o tan buena era la vida con él? ¿Cuántas coincidencias más podía tener su vida?

La falsedad de encuentros casuales fue algo que descubrió Taehyung como la peor mentira, un engaño y lo peor de todo era saber que él mismo provocaba aquello, pero joder, quien le podía obligar a no ver aquel chico con otros ojos que no fueran de deseo. Su aura gentil, provocadora y traviesa le hacía ser demasiado atrayente, lo tuvo más que claro cuando se vio a sí mismo espiando al chico en lo que parecía una exposición de arte después de andar por unos minutos.

El volante entre sus manos se arrugó en el momento que notó la hermosa sonrisa del chico, joder tenía algo magnético que hizo a Taehyung quedarse ahí de pie, a unas cuantas calles de su edificio, observando la escena que tenía a unos cuantos metros.

Sus pies intentaron avanzar hasta donde se encontraba, pero antes de siquiera mover un músculo se detuvo, ¿qué le diría? ¿Gracias por ayudarme en mi ataque de pánico? ¿Enséñame a tocar el piano? No, debía ser algo más natural, como si se tratara de un ¿amigo? No, eso no. Quizá debía ser un tanto informal para romper el hielo.

— Hey Jungkook... no, no, no. Ni siquiera te dio su nombre, ¿en qué estás pensando Kim Taehyung? – se regañó a sí mismo cuando intentó crear una conversación falsa o al menos practicar lo que diría, la cual estaba destinada al fracaso – Oh, hey eres tú... Obviamente que es él, ¿que eres una especie de adolescente en un dorama?

En serio debía dejar de ver tanta televisión por las noches, eso estaba arruinando sus pocas habilidades sociales.

Taehyung se sintió tonto, ¿por qué era tan difícil comenzar una conversación con alguien a quien no conocía? Muy fácil, porque verdaderamente era una persona a quien no conocía verdaderamente, él nunca hablaba con extraños, a menos que fuera forzosamente obligatorio debido a su trabajo como abogado.

Se armó una vez más de valor para dar un paso adelante, comenzando a andar en dirección a Jungkook, quien parecía muy entretenido explicando cómo realizar una técnica de pintura.

Tú puedes...

No podía ser tan difícil hablar con él, ¿cierto? Sería como hablar con un cliente, que no es su cliente. Quería engañar a su mente que aquello sería fácil, casi lo logra, en serio que sí, pero su corazón se detuvo cuando vio a una persona acercándose hasta Jungkook. No, no podía ser verdad.

Cruel... la vida era demasiado cruel con él.

— ¡Hyung! No hagas eso cuando estoy concentrado – Jungkook quitó lentamente el brazo que rodeaba su cintura, sin ser muy brusco, pero sin una pizca de delicadeza.

— Quería sorprenderte, no esperaba que desaparecieras como si fueras cenicienta, aunque debería estar acostumbrado con todas tus huidas a media noche – Yoongi se acercó al oído de su expareja como lo hizo muchas veces en el pasado – ¿podemos hablar?

— Hyung, no aquí – murmuró Jungkook entre dientes, observando a su alrededor, notando que todos los participantes de su taller de pintura estaban muy concentrados en sus creaciones – por favor, ya lo hemos hablado.

Yoongi delineó el rostro de ese bonito descarado con cierta nostalgia, sabiendo muy bien que aquello era más que una despedida para lo que un día existió entre ellos. Quizá Jungkook no fue la persona más entregada en su corta relación, pero ahora parecía ser mucho más arisco ante su tacto, incluso a sus muestras de afecto.

— Recuerda nada de muestras raras, ya no podemos hacer eso, lo hemos hablado, así que no entiendo por qué quieres insistir en discutir algo que ambos ya sabemos...

— ¿A qué te refieres con haber hablado? Mi operación es algo nuevo – el mayor alzó su brazo con aquel vendaje inmovilizador, causando un ceño fruncido en el menor – tenías razón sobre ir al médico, ahora tendrán que operarme.

— Yoongi hyung, lo lamento.

— Está bien, solo quería que lo supieras.

— Podías haber enviado un mensaje, no era necesario que me buscaras o hicieras una escena como esta.

— Raras veces respondes los mensajes Jungkook-ah. De igual manera solo quiero saber, ¿irás a verme?

— ¿Verte?

— Al hospital Jungkook.

— Ah.

Jungkook no pudo dejar de sentirse observado, con un escalofrío recorriendo su cuerpo sacudió cualquier sensación extraña, era verdaderamente inusual ese tipo de paranoia. Quería convencerse a sí mismo que se debía solamente a la presencia de Yoongi, mas eso no era algo diferente porque podía percibir una mirada penetrante sobre él y estaba muy seguro que no se trataba de los ojos cansados de su hyung.

— Entonces, ¿irás? – Yoongi tomó ambas mejillas rosadas y poco rellenas entre sus manos, como solía hacer cuando necesitaba que Jungkook volcara toda su atención en él, provocando que este se alejara de inmediato.

— Claro que iré a verte hyung – Yoongi podía notar ese tono de voz desinteresado en Jungkook, ese que solía utilizar con el resto de personas, ya no existía algo entre ellos – ¿quieres quedarte o tienes algo más por hacer?

— Y perderme al gran Jungkook creando cosas.

Yoongi le regaló una de esas sonrisas que le hacían esconder sus ojos, mientras mostraba sus encías, un gesto que por mucho tiempo le traía felicidad, mas ahora solo era un simple gesto tierno para Jungkook. No, definitivamente no había nada más ahí.

Jungkook regresó la mirada hacia el frente, notando una silueta moviéndose entre los árboles, algo que le causó curiosidad.

— ¿Ocurre algo niño? – mencionó con gracia Yoongi al notar la mirada perdida del contrario, alzando una de sus cejas junto con una sonrisa a medias al sentirse frustrado por no obtener la atención que quería – parece que viste un fantasma.

— No es nada, hyung.

Por supuesto que no era nada, porque el mismo Taehyung se había arriesgado demasiado al acercarse para intentar escuchar lo que conversaban, ¿por qué había hecho algo como eso? Ahora podía sentir la garganta seca y su corazón latiendo tan rápido que era imposible no sentir que tendría un ataque.

Jeon Jungkook... muéstrame de lo que eres capaz de enseñarme...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro