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Cinci

Rendirse... ¿Cuántas veces lo pensé? ¿Es la misma cantidad de veces que tuve esas pastillas en mis manos para terminar con mi vida?

Ahora me veo en el reflejo de mi pasado y noto que tengo demasiado tiempo, aún tengo el suficiente para alcanzar... alcanzar, ¿qué cosa quiero lograr? ¿Aceptarme? ¿Abrazar mis demonios? ¿Hacerle una tumba a mis miedos? ¿Sacudirme el polvo de la tierra debajo de mí?

Supongo que de eso trata la vida, ahora comprendo que el significado de seguir no solo es ver hacia un mañana que nunca llega; es verdaderamente disfrutar el viaje, perseguir sueños que sean alcanzables o que estallen en mi cara para despertarme y busque uno nuevo. Quizá también es no tener nada, porque está bien ir a mi propio tiempo.

Quizá solo no debo ceder ante los otros... quizá solo debo buscar otra estrella que me guie y no abrumarme porque en el manto oscuro se muera la única estrella con la que toda mi pobre existencia se obsesionó... no solo existe una luz, hay galaxias llenas de esas...

¿Es egoísta querer tener entre mis manos una galaxia completa llena de posibilidades...?

Jimin se encontraba contra la superficie blanda que en otras circunstancias amaría estar acorralado, pero en esa no tanto en especial cuando tenía a Taehyung sosteniendo sus muñecas, jadeando, con el flequillo sudado y pegado a su frente, junto con esa mirada filosa.

Jodido Kim Taehyung... si no fuera su mejor amigo, si quizá el idiota no se hubiera declarado "Algo gay" a esa edad y él no tuviera un novio que estaba jodidamente bueno, quizá y solo quizá pensaría en hacer cosas pervertidas con la persona que estaba encima de él.

El agarre en sus muñecas y en sus caderas no fue para nada agradable, haciendo que Jimin se removiera debajo para intentar soltarse de la trampa humana que se aferraba a él, fallando de nuevo, soltando por fin el aparato que con tanta terquedad había protegido, obteniendo una respuesta diferente por parte de Taehyung.

Mantenía esa sonrisa de satisfacción que siempre hacía cuando le ganaba en los videojuegos o esa que hacía cuando simplemente obtenía lo que quería por capricho.

Mil veces jodido Kim Taehyung...

— ¿Te rindes?

Un gemido fue lo que obtuvo como respuesta por parte de su mejor amigo, Taehyung no sabía si aquello era apropósito o bien provocado por sus propias caderas haciendo presión sobre la pelvis contraria. Quizá debía dejar de hacer esos vaivenes que ahora comenzaban a gustarle, ¿se debía a que su lado gay se estaba despertando o solo era la abstinencia?

— Suéltame, maldito adolescente hormonal. Puedo sentir que te estás poniendo duro, cochino pervertido.

— ¿Te rindes Jiminie? – Taehyung lo susurró con voz grave, haciéndole erizar todos los vellos de la nuca, cosa que Jimin estaba muy seguro que ni siquiera existían ¿qué mierda? —. Te han dicho que eres muy bonito cuando estás así de sudado y jadeando... no luches más Minie... ríndete ante mí.

— Si me lo dices así, quizá lo piense – mencionó de manera coqueta, ganándose la visión más tentadora de la vida. El rostro de su mejor amigo a escasos centímetros del suyo casi rozando sus labios. Jimin cerró los ojos con fuerza, no queriendo perderse en su mirada, girando la cara hacia el lado contrario –. De acuerdo me rindo, ¡aléjate de mí, incubo del infierno! Soy papa casada y tú pareces un puto adolescente con las hormonas alteradas, ¡quítate!

Taehyung rodó en la cama, quedando a un lado de Jimin quien también tenía la respiración entrecortada, agitada y con algunas gotas de sudor en su rostro, cualquiera diría que estuvieron a punto de tener un encuentro sexual o bien que estarían en una especie de momento incómodo y no en una estúpida pelea por recuperar el teléfono de Taehyung después que Jimin se ofreciera a ayudarle con su pequeño asunto relacionado con un rubio del cual se había vuelto jodidamente adicto.

Taehyung tomó entre sus largos dedos el aparato, esperando que Jungkook no haya visto el mensaje, para su suerte no fue así, o al menos no salía ninguna marca mostrando de que siquiera haya abierto el mensaje, lo cual le dio la oportunidad para borrar el bochornoso intento de ayuda de su mejor amigo.

— Te odio... – se quejó, cubriendo su rostro con ambas manos, restregando un poco la piel, haciendo unos ruidos poco fáciles de no interpretar en doble sentido.

Jimin se recostó de lado para tener una mejor visión de su mejor amigo, quien parecía un niño quejándose porque alguien lo encontró haciéndose una paja, viendo porno o teniendo sexo, lo cual no había ocurrido, solamente estaba exagerando. Incluso hacía menos de unos minutos lo tenía bajo su merced, coqueteándole descaradamente, frotándose...

¿Quién era Jeon Jungkook y qué había hecho con su tímido y sumiso amigo? El único temblor que había visto de Taehyung era en sus momentos de crisis ansiosa, y justo en ese instante parecía que se estaba hundiendo en la peor de todas por un completo desconocido.

— No entiendo por qué de la nada te molestas.

— Porque le enviaste un mensaje a Jungkook diciendo "Sabes el significado de: ¿quieres ir a ver mi gato?" ¿Qué mierda significa eso?, ni siquiera tengo gato Jimin-ah. Tengo un jodido perro el cual él ya conoce – la risa de Jimin fue escandalosa, exagerada y con demasiados tintes de burla cuando terminó rodeando su estómago – eres un idiota.

— Hey más respeto a tus mayores, solo quería ayudar a mi mejor amigo para que su chico regrese a él. Ni siquiera sabes en dónde está y eso te tiene desesperado, pero no lo buscas, no le hablas o preguntas si está bien.

— Es porque nuestra relación no está en esos términos.

— Entonces qué hacen todo el tiempo, tienen sexo salvaje cada vez que pueden, se sonríen de manera nerviosa cuando termina y cada uno se limita a existir.

— Si lo dices así, suena a que lo estoy prostituyendo.

— Como yo lo veo, eres tú quien se prostituye con él.

El golpe que recibió Jimin en el rostro no fue tan fuerte, mas si le dejó una molestia en la nariz al sentir la almohada estampándose contra él, mientras que sentía el cuerpo ajeno levantándose de su sitio.

— Vamos TaeTae, tú eras quien no quería una relación seria y ahora que encuentras a alguien con quien divertirte pareces un novio tóxico y necesitado.

— Yo no soy tóxico y tampoco quiero una relación con nadie.

— Solo con Jungkook...

— ¡Jimin!

— Ya, está bien, ya entendí... ¿En serio es tan malo que vea un mensaje inocente de ti tomando la iniciativa?

No, verdaderamente no era malo que él insinuara algo sexual en un mensaje cuando sus textos siempre eran relacionados con la música, galerías de arte, paseos nocturnos por la playa, salidas de media noche para comer. La mayoría de sus planes siempre terminaba con ellos dos a altas horas de la madrugada yendo hacia algún destino, Taehyung así lo prefería, no quería estar con tantas personas alrededor y Jungkook parecía ser muy complaciente en ese sentido.

Bueno, casi siempre... a decir verdad, la mayoría de las veces debía convencer a Jungkook para que lo acompañara a algún sitio nuevo, en otras ocasiones se trataba de Taehyung pidiendo que lo llevara a sus clases de pintura o fotografía; los talleres con su bonito pervertido eran divertidos, en especial si terminaba con ellos en otras circunstancias donde descubrían el arte en sus cuerpos.

Se había hecho adicto a escucharlo reír cada vez que olfateaba en el cuello de Jungkook, sus manos aferrándose a sus hombros o brazos, buscando de donde sostenerse cuando encontraba algún punto sensible de piel y comenzaba a mimarlo, y esos gemidos, joder los jadeos ahogados de ese precioso ser descarado eran como una droga que le ayudaban a saber que lo estaba haciendo bien o al menos que lo disfrutaba.

— Tae... Hey, Mochi llamando a TaeTae – mencionó Jimin colando su mano frente a la vista de Taehyung, quien parecía perdido en un espacio muy diferente en el que se encontraban – ¡Despierta! Más te vale bajar esa calentura que cargas o terminarás con una tienda de campaña en tus pantalones y créeme que me reiré mucho cuando mis padres se den cuenta.

Taehyung desvió su vista hacia sus pantalones, encontrando todo medianamente controlado, para seguido escuchar las carcajadas sonoras de Jimin a quien de nuevo atacó con otra almohada.

— Esto es vergonzoso, ni siquiera está cerca para que sucedan estas cosas.

— Podrá no estar cerca, pero lo tienes metido aquí – mencionó con descaro Jimin, picando la frente de Taehyung, quien arrugó su ceño de inmediato al sentir un poco de dolor.

— Eso qué tiene que ver.

— Que lo tienes metido en tu mente cuando el que quiere estar metido en él eres tú y no precisamente en sus pensamientos.

Dos toques en la puerta dieron pausa a la discusión entre ambos, dejando ver a Namjoon en la entrada de la habitación de Jimin, sonriendo divertido, mostrando sus hoyuelos, se veía jodidamente sexy a ojos de su adorado novio, con esa playera blanca pegada a su torso mostrando el buen trabajo en el gimnasio, con ese abrigo amplio, pantalones sueltos y semblante despreocupado.

Jimin no tardó en echarse a correr hacia los brazos de su novio, quien lo recibió entre besos y risas. Namjoon se sentía como en el paraíso, disfrutando de los afectos de Park, quien dejaba castos besos sobre los labios ajenos, mientras le sostenía el rostro para que no se alejara de él; tres días alejados era mucho tiempo, sus labios encajaban perfectamente con los otros, las manos del mayor eran expertas en recorrer cada curva, bajando desde su espalda hacia el inicio de su redondez hasta tomarlo desprevenido, sacándole un jadeo.

— ¿Me extrañaste bebé?

— Mucho, pensé que nunca llegarías, ahora te tengo a ti para cuidarme de las fauces del demonio hormonal – Namjoon alzó una ceja mientras que su novio se colgaba de su cuello sonriendo de manera traviesa al ver por sobre el hombro a Taehyung.

— ¿Demonio hormonal?

— Parece que tu primo ha encontrado a alguien que despierta cosas – susurró Jimin contra la piel sensible del cuello de su novio – he sufrido acoso sexual de su parte todos estos días.

— ¿Tae?

— ¿Le crees con lo dramático que es?

— Con lo raro que has estado estas últimas semanas, sí, le creo.

— Familia, el principal pilar de la sociedad y son quienes primero te clavan el puñal por la espalda.

Hacer mención de aquello le hizo estremecer, sintiendo una punzada de dolor extraño en su cuerpo, algo que pasó desapercibido por la pareja, que parecía estar en un momento de secretos y confidencias mientras que Taehyung intentaba encontrarle, explicación a su pequeña molestia.

Tae...

Era un susurro en su mente, como si lo llamara a estar pensando constantemente en él, podía hacer una imagen de Jungkook con facilidad, detallar su sonrisa amplia, la risa ruidosa, los sonidos divertidos que solía hacer cuando se encontraba aburrido, ansioso, pensativo o simplemente por el mero gusto de hacer una melodía con su voz.

Joder, el niño era bonito por donde lo mirara, tenía unos ojos que lo inspiraban a nunca quitarle la vista de encima, lo marcado del cuerpo contrario era algo que quizá no atraería a cualquiera, pero notar lo definido del abdomen, los músculos y demás atributos eran sin duda algo con lo que se deleitaba en cada ocasión.

Tae...

— ¡Kim Taehyung! De nuevo estás haciendo esa cosa de la asociación – se quejó Jimin al no obtener respuesta de Taehyung, obteniendo un beso en su cabello, junto con una risa por parte de su novio.

— Disociación, bebé – le corrigió Namjoon, dejando otro beso en la sien de su adorado Mochi, quien se soltó de su agarre para sacudir a su mejor amigo y al fin despertarlo de su ensoñación.

— ¿Uh? – Taehyung notó la mirada de ambos, como si estuvieran sorprendidos de algo, ¿acaso dijo algo mientras su mente lo mantenía perdido en la nebulosa de un caliente recuerdo? – ¿Qué?

— Te aprietan los pantalones, Tae – murmuró Jimin sin más, logrando que Taehyung saliera de la habitación de su mejor amigo con dirección al baño, cerrando de golpe.

— Así que, domador del demonio hormonal, me quieres explicar lo que está ocurriendo.

— Demasiado emocional para que un cerebro hermoso y analítico como el tuyo lo entienda.

— Jimin.

— ¿Qué? Hablo en serio, ni siquiera Tae sabe lo que le ocurre con Jungkook, quiere estar con él todo el tiempo, pero dice que no busca una relación y al parecer el chico también acepta el trato.

— Ya habíamos hablado de no meternos en la vida de Tae – Namjoon lo atrajo de la cintura hacia su cuerpo, teniendo un agarre firme en la espalda baja contraria y pellizcando las costillas de Jimin quien se quejó y abultó sus labios, acto que fue recompensado por un beso – por favor bebé, sé que es tu mejor amigo, pero creo que por esta vez será mejor no agobiarlo.

Por su parte, Taehyung intentaba respirar de manera profunda, visualizando cualquiera otra cosa para que aquello que verdaderamente apretaba sus pantalones no molestara tanto, debían viajar por cuarenta minutos hacia su apartamento, debía ser paciente y no hacerse escenarios, con cierto cuerpo, tocando perfectos pectorales firmes, que llegaban a rebotar cuando su...

No. No. No.

Lo estaba haciendo de nuevo, quizá era mejor no pensar en nada, claro, eso siempre funcionaba, en especial cuando se sentía nervioso y Jungkook le ayudaba a sobrellevar sus momentos de crisis mientras que recibía contención al acunarle el rostro o en ocasiones siendo paciente esperando a la distancia bebiendo ya fuera cerveza, agua fría o lo que encontrar en el refrigerador de su apartamento.

¿Debería comprar la leche de plátano que tanto le gustaba a Jungkook tomar por las mañanas? No, basta. Eso no era correcto, su relación ni siquiera se trataba de una relación, solo era una convivencia con beneficios.

Taehyung drenaba su ansiedad al experimentar nuevos lugares y Jungkook obtenía ¿su cuerpo? Mierda si se estaba prostituyendo bajo los encantos de ese bonito pervertido. Patético, aunque por más deplorable que pareciera aquello, se sentía muy bien.

— Taehyung-ah, ¿todo bien ahí dentro?

— Todo en orden, hyung.

— ¿Quién dice, todo en orden en estos tiempos? – cuestionó el mayor frunciendo el ceño y volviendo a tocar la puerta del baño –. Tae abre la puerta.

— Dije que estoy bien, solo necesito...

— ¿Bajarlo?

— ¡Hyung!

— Piensa en algo que te cause lo contrario de lo que lo provocó como cuando eras adolescente y debías disimular la erección de la mañana.

Pensar en algo que no le provocara una erección como si eso fuera fácil en ese momento, se sentía tan descarado el hecho de que ni siquiera sintiera vergüenza el haber sido descubierto en algo así. De hecho, sabía perfectamente lo que sería efectivo para hacer bajar su problema. Se dio una bofetada, intentando imaginarlo... ¿Qué podía provocarle algo diferente?

Si Jungkook era libertad, lujuria, pasión, descubrimiento, éxtasis puro... ¿Qué era lo contrario?

¿Juicios? ¿Clientes hostigantes? ¿Su secretaria tratando de insinuarse a él mostrándole su pecho? Eso sí, le causó un escalofrío porque aquellas elevaciones no le parecían en lo absoluto atractivas, no como los firmes pectorales de Jungkook, con esos bonitos piercing adornando sus pezones o esa cintura pequeña y marcada.

Joder, era hacer que se le bajara, no provocar que su pene explotara por todo el flujo sanguíneo concentrándose en su glande. Mierda...

— Piensa Taehyung... Taehyung piensa...

— Sabes que me fue entregado tu último caso, ese que rechazaste a última hora cuando tuviste la crisis – mencionó sin más Namjoon, sintiéndose aburrido de esperar, además del hecho de que Jimin le había dado una mala mirada para apresurarse – ¿estás escuchando?

— Sí, sí, el caso... ¿El familiar? ¿No?

— Sí, casi perdemos un cliente por tu manera tan grosera de cancelar, ni siquiera le diste una razón.

— No sería el primer cliente que el bufete pierde.

— Sería de los pocos que lo hacen por capricho del propio abogado al ni siquiera comunicarse con él.

Taehyung aún recordaba esa semana agobiante, fue de pesadillas constantes por las noches, no podía dormir y cuando lo hacía siempre despertaba empapado de sudor porque sus sueños siempre lo asfixiaban.

Yuna no era de ayuda quedándose a dormir con él, ella siempre insistía en hablar las cosas, en que debía decir lo que le molestaba, quizá no estaba tan equivocada, es solo que no era la persona indicada con la cual hablar.

Sus clientes se comportaban insoportables y comenzaba a creer en lo que su terapeuta mencionaba que atraía a las personas con sus mismos problemas, esos que no estaban resueltos o que creía enterrados en un pozo profundo; todas las similitudes de sus casos se trataban de aspectos que él debía solventar de una u otra manera.

Un divorcio... Taehyung quería terminar su relación no solo con Yuna, también con todo el que le rodeaba.

Manutenciones... sus padres creían tener poder sobre él aun siendo un adulto completamente independiente, ni siquiera se había comprado un apartamento porque estaba constantemente mudándose para salir huyendo de una u otra manera.

Disputas familiares... Su padre desacreditaba todo lo que hacía hasta el punto de minimizar todo lo que sucedía con él.

Acuerdos matrimoniales inconclusos... Yuna quería más de la relación... Taehyung quería dejar de vivir.

Cuando aquel caso llegó ni siquiera pudo responder la llamada telefónica para acordar una cita porque de pronto todo lo que le agobiaba se aglomeró para hacerlo un adulto disfuncional, haciendo que su asistente cancelara todo ese día e incluso que hablara con el cliente con el cual se reuniría.

El cual días después le canceló la segunda cita de encuentro por algo personal, le pareció irónico que el cliente ni siquiera se explicara, aunque ni el mismo Taehyung podría exigir una razón.

— La asistente le llamó hace un par de días, estaba molesto.

— No sería la primera vez que un cliente se molesta, Namjoon hyung. Además, qué pretendes con todo esto, ¿que me disculpe con él después de tanto tiempo?

— La pregunta aquí es ¿aceptará tus disculpas ahora? Creo que habría sido bueno decirle algo en su momento, ¿no lo crees?

— ¿Qué mierda le iba a decir? Lo siento, venga en otro día que no me esté dando una crisis nerviosa donde siento que me va a estallar el corazón – Taehyung abrió la puerta del baño encontrando a su primo sonriéndole con esos hoyuelos marcados. Su enojo llevó a querer borrarle ese gesto de un golpe.

— Es mejor que te explote el corazón metafóricamente a que la polla se te hinche ahora, pero veo que se ha resuelto el problema con nuestra conversación, ¿te ayudó? Habría sido más fácil que te masturbaras para liberar presión.

— No molestes.

— Se te pondrán las bolas azules o es que buscas esperarte para romperle...

— Basta, quiero ir a casa ¡Tanie!

El cachorro salió al encuentro de su dueño ni bien fue llamado, adentrándose de inmediato en el bolso de viaje donde Taehyung se había esmerado a enseñarle a utilizar cada vez que lo ponía frente a él, recibiendo un premio por lo buen chico que había sido.

Taehyung tomó su bolso y su pequeño equipaje, despidiéndose brevemente de los padres de su mejor amigo con la mejor cara que pudo poner, solo necesitaba irse, volver a la raíz y eso era en su apartamento, o entre los brazos de Jungkook, cualquiera le vendría muy bien.

Basta. Basta. ¡Basta!

Quería dejar de pensarlo, pero mientras más se encaprichaba en no hacerlo, su mente le jugaba sucio, sacando imágenes de Jungkook, haciendo que las memorias se proyectaran como un cortometraje.

Uno que su mente no se privó de hacerle ver en formato de sueños de nuevo, sus ojos pesaban mientras que escuchaba la discusión de la pareja en el auto, algo sobre tener trabajo y que tendría que pasar unos días en Busan y Jimin insistiendo en que sería bueno compartir. Taehyung ignoró todo aquello gracias a que la suave brisa que entraba por la ventana lo estaba adormeciendo.

— Tae, ¿qué opinas? ¿Nos dejarías estar unos días en tu apartamento?

Quizá necesitaba un poco de compañía diferente para sacarse de la cabeza a Jungkook y dejarlo en paz, la distancia era buena, en especial cuando ninguno de los dos estaba proyectándose estar en una relación.

— Prometemos no hacer mucho ruido.

Comenzaba a arrepentirse de aquella idea, ¿era momento de aceptar ese desayuno en el apartamento de Jungkook?

— Esta es la historia de un duque y su mozo.... Un amor prohibido que libró muchas batallas... – Nana le mostró aquel diario a Jungkook, parecía bastante antiguo, con una letra sofisticada, haciéndolo leer la historia, pues ella no comprendía mucho el inglés, pero quién necesitaba saber otra lengua cuando se sabía el relato de memoria – ahora es tu turno de contar a Nana una historia de amor.

Jungkook tomó el diario suspirando cuando notó que iniciaba como un pequeño relato, mas las páginas iban enumeradas por fechas, en la primera página se podía observar una letra diferente a la del resto, le pareció gracioso, era como una nota adicional en la contraportada.

Se acomodó en una posición erguida, se aclaró la garganta y comenzó a narrar.

Hace muchos años existió un joven heredero al ducado de su padre, era jovial, obstinado, engreído, prepotente, como todo buen noble de familia rica, la cual enseñaba a sus hijos a tratar como menos a quienes estaban por debajo de ellos... quizá esto último fue lo que más fue de su gusto... tenerme debajo, ahí y en todas partes...

Septiembre 22

Era una tarde de otoño, cuando surgió todo el alboroto por las temporadas de cacería, sería la primera en la que participaría, había estado practicando durante semanas para que mi puntería no fallara y así, al final de la tarde, llevar algo como trofeo para poder decirle a la cocinera.

"Cocínalo para la cena de esta noche"

Quizá había sido mi orgullo o demasiada confianza, pero cuando padre me llamó para mencionar que era hora no me detuve de correr hacia el jardín, entraríamos en el bosque colindante a nuestras tierras y cazaríamos liebres. Que según todos los mayores era algo fácil de atrapar.

Puras mentiras... (No cazó liebres... fue otro tipo de roedor el que terminó en sus fauces, escurridizo y no tan recatado como todas esas doncellas.)

Aquello divirtió a Jungkook, pues se notaba que eran cosas agregadas después de mucho tiempo, como si estuvieran contando dos versiones unificadas, dando detalles ocultos. Su Nana sonrió cuando él alzó la mirada hacia ella, era una historia completamente diferente a lo que una vez escuchó.

No había finas damas repudiando a criadas o bien muchachos de familias ricas con un amor prohibido con sirvientas, quizá se trataba de lo mismo, pero el hecho de que fuera con un toque diferente le agregaba cierto grado de interés.

— Sigue, Jungkookie, aún no has leído casi nada y asumo que te irás.

— ¿Te irás tan rápido? – cuestionó su madre, mientras sostenía un utensilio de cocina y con un delantal amarillo, el cual estaba lleno de manchas –. Estoy preparando Japchae.

— Mm, huele muy bien – la voz de su padre se unió a la conversación mientras que se despojaba del saco, los zapatos y con una enorme sonrisa se acercaba a su esposa para dejarle un casto beso en los labios – ¿estás cocinando... tú? – la señora Jeon asintió frenéticamente.

— Estoy preparando Japchae, para que Kookie cene con nosotros.

— Solo espero que no dejes blandos los fideos.

— ¡Aish! – el primer golpe llegó al hombro de su esposo para seguir con otros dos en la espalda, sacándole quejidos y unas risas a su hijo menor –. Cómo te atreves a hablar de mi comida, soy una experta cocinando

— Sí, cocinando mal – el hombre sonrió más cuando miró a su mujer inflando sus mejillas, comenzando a ponerse en un tono carmesí, con las cejas enarcadas y cruzándose de brazos –, pero aun así me encanta tu comida.

El señor Jeon frotó un poco los brazos de su esposa, haciendo que la tensión en sus hombros disminuyera, obteniendo una mueca de desagrado por parte de esas bonitas facciones que tanto adoraba.

— ¿En serio te encanta mi comida?

— Claro, aunque la de Nana es mejor.

— Ahora sí me has hecho enojar, ¡Youngjae! ¡Ven aquí!

Ambos padres terminaron la discusión en la cocina, una muy divertida a decir verdad, Jungkook se divertía con aquella dinámica extraña de los mayores donde su padre parecía disfrutar de hacer enojar a su madre con su comida, mientras que esta mencionaba que envenenaría su plato la próxima vez.

Cosa que nunca sucedía, simplemente eran amenazas falsas, como dos niños peleando por el dulce preferido de ambos, mencionando cuál es mejor.

— Pero qué sonriente estas, es por tus padres o porque te recordó algo.

Jungkook no pudo evitar soltar una risa baja, joder, su Nana lo conocía muy bien porque la escena de sus padres discutiendo por la comida le recordaba las mañanas con Taehyung quien siempre lo buscaba en su puerta con el pelo alborotado, la cara hinchada, los ojos medio cerrados y su voz... ese tono bajo, ronco, casi rasposo cuando le pedía que le hiciera el desayuno porque él cocinaba mucho mejor.

Jodido Kim Taehyung.

En ocasiones el descaro llegaba a más cuando lo llamaba para decirle que necesitaba de él en su apartamento, Jungkook ya conocía el código de entrada, no había necesidad de tocar el timbre, pero siempre le fascinaba hacerlo levantar su trasero de donde sea que lo tuviera para que abriera la puerta.

La petición variaba, ya fuera pedir sexo, acurrucarse en su cama, comer juntos, volver a tener sexo, darse un baño, tener sexo en la ducha... ¿Ya había mencionado que lo hacían después de alguna actividad banal?

Un ardor en su mejilla le hizo quejarse alto, su Nana le estaba pellizcando con un poco de fuerza, aunque más era su dramatismo por la acción que realmente lo que dolía.

— Niño, deja de estar soñando despierto y termina de leer al menos hasta que esté lista la cena – la mujer mayor le apretujó las mejillas, estirándoselas una y otra vez.

— S-suelta... N-nana...

— Sigue leyendo.

Esa media tarde de jueves nunca espere que mi vida cambiara de dos formas diferentes. La primera aprendí que era un asco cazando los malditos roedores, escurridizos e imposibles de apuntar, porque siempre se movían segundos antes de que disparara, y la segunda... fue que la inocencia junto con lo inexplorable venía en forma de un muchacho.

Un chico de quince años, con ojos saltones, mejillas regordetas (aun conteniendo la grasa de infante en ellas), labios finos, cuerpo delgado y bastante pequeño, la ropa enorme no ayudaba, pero vaya que pasar la tarde con él me cambió la vida.

"Hijo, este es Jungkook, tu sirviente de caza, él cargará tus municiones, las liebres cazadas, tu abrigo, todo lo que necesites que carguen por ti, él se encargará"

Eso dijo mi padre antes de dar la orden de dispersarse por todo el terreno, querían demostrar lo hábil que era, no estaba completamente solo, conocía las tierras en las que estaríamos, pero el hecho de estar sin el cuidado de padre me hacía dudar de mis habilidades (para mí siempre se vio valiente durante esa tarde)

Estuvimos andando por el sendero durante varias horas hasta que dejamos de escuchar los disparos lejanos del otro grupo. Jungkook cargaba con dos rifles cargados, mientras que yo intentaba que el propio no cayera de mis manos por el sudor. Tanta fue mi necedad de irnos por otro sendero que terminé lastimando mi orgullo de la peor manera.

Me caí. Tropecé con una raíz, la cual no vi, el rifle cayó y mientras que intenté no soltarlo terminó disparándose. Asusté a Jungkook, quien al ayudarme mi orgullo herido fue más para tirar pataletas emocionando que se alejara; aun así ignoró mis mandatos, fue muy valiente, pero fue un completo desastre cuando él también cayó, lastimándose el tobillo. Demasiado dramatismo para un golpe ligero, pero el cuerpo del chico no quería cooperar con la situación porque pronto la sangre comenzó a brotar a borbotones.

(Aún recuerdo el ser tomado en brazos, cuál dama en apuros, su padre no lo tomó muy bien, dijo que un noble debe llevar orgullo a su apellido y en cuanto a mí me amenazó con olvidarme de poner un pie de nuevo en la residencia. Era mi primer día de trabajo)

Me siento culpable de que se haya herido por mi culpa. Padre quería despedirlo por su error, pero evité que lo hiciera y creo que lo terminé convirtiendo en mi sirviente personal al decir que todo se debió a un enfrentamiento con un venado al cual asustamos por mi mala puntería. Por supuesto que no me creyeron, aunque qué más daba, lo importante era que Jungkook siguiera con su trabajo, además debía ser tratado por un médico.

No comprendí muy bien a lo que padre se refería al decir que me haría cargo de él, pero tuve que quedarme mientras le suturaban la herida, le tomé la mano porque estaba muy asustado. Después de la intervención la medicina lo hizo quedarse dormido y padre dijo que este sería mi primera responsabilidad como heredero a duque.

Supongo que eso también incluye estar esta noche cuidando de él. El doctor dijo que su cuerpo estaba en muy mal estado, pude ver que sus huesos, me preocupa su estado, nunca había visto a alguien en estas condiciones, sin embargo, me parece adorable, podría acostumbrarme a cuidar de él.

(¡¿Acaso era una mascota para usted?!)

Jungkook no pudo evitar reír a carcajadas con aquello último era divertido ver como la otra persona agregaba notas al final de lo que estaba hablando.

— ¿De dónde sacaste este diario Nana? ¿Estás segura de que no lo escribiste tú?

— ¿Cómo puedes acusar de esa manera a tu abuela?

— En el diario está escrito mi nombre – alzó la página, señalando específicamente donde se encontraba escrito aquello.

— Así estaba cuando me lo dieron, yo no alteré nada, no es mi culpa que tu nombre sea tan bonito, como para ser un descendiente noble.

— El chico era un mozo de carga.

— ¿Quién te dice a ti que no es un noble? No has terminado la historia, tienes que descubrirlo y para eso debes seguir leyendo.

— ¿Si prometo seguir leyendo, me dirás de dónde sacaste el diario?

Nana pareció pensarlo algunos segundos, considerando cuánta importancia estaba colocando su nieto hacia el diario que con tanto amor había resguardado por años, esperando el momento perfecto para revelarlo. Jungkook se veía ansioso por obtener una respuesta y ella era demasiado débil hacia esos ojos con constelaciones.

— De acuerdo te lo diré. Tu abuelo lo compró para mí, estaba en una de las colecciones de novelas románticas, creo que no era parte del paquete original, pero se ganó mi corazón ese par de muchachos.

— Esto no parece una historia de amor a decir verdad.

— ¿Y qué historia de amor inicia estando enamorados desde el primer segundo?

Resultó frustrante y una tanto conveniente la pregunta, pero no pudo debatir aquello, comprendía lo que su Nana intentaba decirle. Ninguna historia de amor inicia con el flechazo de un amor incondicional y desenfrenado. En su caso era más que frenético todo lo que estaba viviendo, era más una atracción física hacia el otro, como dos imanes que se atraen constantemente a estar juntos de una u otra manera.

— ¿Puedo quedármelo?

— Por supuesto, – Jungkook sonrió de lado mientras que con sus dientes atrapaba su labio inferior intentando ocultar lo que ya era obvio. Se veía feliz y eso trajo paz a su abuela.

— Iré a ayudar a mamá con la cena, creo que me quedaré a dormir es muy tarde para salir – dejó el diario en el lugar donde segundos antes estaba sentado, se estiró unas cuantas veces y sonrió hacia su abuela una vez regresó la mira a ella – ¿no vienes Nana?

— Esperaré aquí – lo vio asentir, desapareciendo por fin de la vista de su Nana, quien tomó entre sus manos el diario, pasando la yema de sus dedos delicadamente por la portada del mismo – sé que ustedes dos le ayudaran a darse cuenta, me lo dirá cuando se sienta listo.

La cena pasó como de costumbre con los señores Jeon disfrutando de hacer bromas entre ellos, una comida casera con el toque de su madre, verdaderamente el fideo estaba blando y todo estaba pasado de sal, aun así disfrutaba compartir con ellos.

Su madre se alegró al escuchar que se quedaría a dormir, haciendo que su padre fuera a sacar las cosas que tenían en la habitación y ella de inmediato fue a sacar mantas nuevas. Lavar los platos quedó a cargo de Jungkook, al igual que ayudarle a su abuela a regresar a su habitación, quien una vez estuvo cómoda, sacó el diario entregándoselo a su adorado nieto.

— Creí que lo había dejado en el sofá.

— Lo hiciste, eres un desconsiderado con las cosas que te dan. Ahora lee...

Septiembre 30

Nunca pensé llegar a escribir sobre esto, pero cuidar de una persona es difícil, en especial cuando se trata de alguien que parece no estar interesado en tener ninguna interacción con mi persona, ¿es tan complicado mencionar algo más que monosílabos? (Estaba asustado en una casa ajena, con el próximo heredero a duque, curando mi herida, ¿¡cómo quería que actuara!?)

Se resiste a hablar conmigo respecto a todo o nada. (Solo estaba nervioso por no saber cómo actuar, usted era tan educado y letrado, mientras que yo era un simple niño pobre)

Octubre 05

¡Me ha hablado!, por fin lo he convencido de que hable conmigo, bueno, aunque creo que lo obligué a hacerlo, pero a quien no desesperaría que su timidez fuera tan grande como para no dejarse bañar. (¡No estaba acostumbrado a que alguien lo hiciera! El que usted de pronto tomara la esponja me sorprendió)

"Me siento incómodo que alguien me vea"

Esas fueron sus palabras, después de que mi sermón sobre dejar de lado sus actitudes infantiles lo agobiarán, me sentí un poco mal por la situación, pero se sintió muy bien escucharlo. Su voz es... tan inocente como él mismo. Tiene ojos de ciervo recién nacido... Asustadizo y siempre está mordiendo su labio. (Me ponía nervioso estar en su presencia)

Le pregunté por sus modales o la educación que le faltaba y mencionó que no tenía nada de eso. Me sentí aún peor por sacarle en cara algo que ni siquiera conocía, pero es muy inteligente, sabe leer un poco, le llama la atención aprender matemáticas y para ser sincero creo que tendría más futuro si llega a tener el apoyo necesario, así que me he propuesto pedirle a padre que se quede para enseñarle yo mismo. (Mi caballero de brillante armadura)

Enero 20

Jungkook se irá a la ciudad para estudiar, he hecho un acto demasiado cruel con él... le dije que debía irse porque no tenía tiempo para interesarme en seguir enseñándole.

Prometo que todo tiene una explicación a mi comportamiento, quisiera decirle la verdad a Jungkook, pero ¿cómo? Es difícil no querer pasar con él las tardes enteras, es divertido, curioso, pregunta todo y me hace investigar respecto a nuevos temas para enseñarle.

Esto no le gustó a padre, dijo que estoy dejando de lado mis responsabilidades para convertirme en duque,

"Te estoy educando para ser el próximo duque, no para ser el profesor de tu sirviente"

Llevaba semanas evitando a Jungkook e incluso llegué a tratarlo mal para que se alejara de mí cuando me buscaba para tomar alguna lección. Tengo grabada la imagen de sus ojos brillando con enormes lágrimas.

"Está bien comprendo su señoría, pensé que estaba con Taehyung, pero he olvidado mi lugar en esta casa"

¿Cómo le explico que padre me quiere lejos de él porque se ve mal para mi imagen social? Él apenas comprende de modales, no comprendería que es él el problema cuando, realmente, creo que no lo es. Le pedí a mi mentor que lo lleve a la ciudad a estudiar, que lo vigile y me mantenga al tanto de todo. (Sus palabras fueron hirientes. Lo llegué a despreciar...)

— Definitivamente, el drama es muy de su época, ¿no es así? – mencionó sin más Jungkook al sentirse extraño, le dolía el pecho, como si algo se presionara contra él, como si estuviera viviendo el relato.

— Eran dos chicos muy impulsivos e inmaduros, pero eso solo fue la semilla para que su amor germinara años después – Nana acunó el rostro de su nieto, dejando un beso en la frente de este – hora de dormir, mi niño. Espero verte pronto, ¿partirás en la mañana cierto? – Jungkook asintió lentamente recibiendo más besos en sus mejillas.

— Te quiero Nana – murmuró Jungkook dejando un beso en la mejilla de su abuela.

Al llegar a su propia habitación comenzó a desvestirse, no necesitaba tener puesto un pijama, estaba bien solo en ropa interior, así que dejó su ropa preparada para la mañana siguiente donde partiría de regreso a su hogar.

Dio un vistazo a su teléfono el cual parecía no tener más notificaciones o mensajes, le resultó extraño conociendo a cierto hombre desesperado por su compañía, ¿se había olvidado de él tan rápido? Qué fácil era el ya no llamarle, desaparecía solo unos días y de pronto ya no era importante.

¿Por qué estaba pensando en eso? ¿Por qué le estaba poniendo tanta atención a la falta de interés de Taehyung? ¿Podía tratarse de la recepción de señal, su falta de llamadas o mensajes? No, si fuera esa la razón, aquella insinuación sexual no habría llegado a su bandeja de notificaciones. Decidió entrar al chat de ellos dos, descubriendo que había borrado su mensaje, ¡lo había borrado! En un acto impulsivo y antes de pensarlo mucho le llamó, escuchando sonar una y otra vez el teléfono, estuvo a punto de terminar la llamada...

¿Hola? – se escuchaba, ¿nervioso? – ¿Jungkook?

— No, usted acaba de responder a la línea más caliente de Busan – la risa de Taehyung fue imposible de ocultar, fue una carcajada que le agregó minutos de aliento a su vida, lo podía imaginar con esa sonrisa cuadrada, pero debía mostrar seriedad – ¿Te ríes porque de verdad te causó gracia o solo te burlas de mí?

En realidad me rio porque hay demasiada verdad en esa frase.

— ¿Dices que soy caliente?

Y-yo diría que es un insulto para referirme a ti.

— Entonces, ¿cómo lo harías? Dime, quiero saber... Dilo con esa voz tuya que haces cuando quieres convencerme para llegar a tu apartamento.

El mayor conocía a lo que se refería Jungkook, era ese tono de voz con el que lo llamaba por las mañanas o después de una siesta porque se sentía solo y anhelaba tenerlo a su lado porque aunque se quejara sobre lo cursi que era siempre se dejaba abrazar.

Para la mala suerte de Jeon, que esperaba pacientemente su respuesta, Taehyung no se encontraba en el mejor de los momentos, en especial porque tenía la mirada de Jimin sobre él.

No es el momento.

Eso lo decepcionó un poco, haciéndolo abultar su labio mientras que se envolvía entre las sábanas, sintiendo la frescura de la tela sobre su piel. Comenzando a hacer ruidos, entre quejidos y un gracioso berrinche porque Taehyung no respondía.

Acaso estás ¿haciendo un berrinche?

— Puede ser.

Apuesto que estás haciendo eso con tus labios – Jungkook no podía verlo, pero podía apostar que no se encontraba del todo solo, pues cuando se hallaba en la privacidad de su apartamento el mayor tomaba más confianza al hablar con él, en especial si no lo estaba viendo.

— ¿Eso con mis labios? – preguntó en un tono caprichoso, colocando en altavoz el teléfono, escuchando claramente la respiración pesada del otro lado – Dime a qué te refieres con que estoy haciendo eso...

Ya sabes...

— No lo sé.

Siempre haces lo de poner así tus labios.

— Ah, te refieres a abultarlos – un, ajá se escuchó al otro lado de la línea, definitivamente no estaba solo o en un lugar privado –, pero si te encanta que lo haga, siempre terminas viéndome en modo depredador, a mí me gusta que muerdas mi labio y luego pases la punta de tu lengua para que puedas besarme.

Jungkook... no es momento...

— Lo dice el que insinúa cosas a estas horas de la noche después de abandonarme por días – mencionó de manera dramática, sacándole otra risa al mayor –. Además, tengo mucha curiosidad sobre el mensaje que borraste por la tarde.

Ah, sobre eso, no es lo que piensas que es... bueno, ni siquiera sé si piensas que me refería a algo, ¿comprendes?

Jungkook se regocijó de la manera en la que el mayor se ponía nervioso por algo tan tonto como una frase para invitar a alguien a follar. Taehyung divagó una y otra vez hasta que pareció desesperarse por su falta de respuesta.

¿Jungkook? Sigues ahí.

— Sí, solo quería escucharte, no pensé que un mensaje eliminado lograra hacerte hablar tanto, ni siquiera sé qué decía el contenido.

¿No lo sabes?

— Lo eliminaste cómo sabría lo que decía – la mentira era más que descarada, pero deseaba saber lo que diría – ¿qué decía? ¿Era importante?

No. Solo fue un error...

— ¿Fue un error escribirme?

Sí... ¡No! Quiero decir, fue un error enviar ese mensaje a ti.

— Ah, entonces tienes a alguien más para mensajear de manera caliente.

— ¡Dijiste que no leíste el mensaje!

— No lo hice, pero tu actitud lo deja en evidencia – la queja del mayor le causó gracia, verdaderamente era un hombre adorable, lo obligaba a ser lo más serio posible en esas circunstancias –. Entonces, si se trataba de una insinuación sexual y te atreves a decir que fue un error enviármelo, ¿debo sentirme ofendido o preocupado porque ya encontraste a alguien más para llevar a la cama?

El quejido del mayor lo hizo reír alto, de verdad se estaba divirtiendo con aquella llamada. Joder lo había extrañado tanto, habían tenido comunicación cero en estos últimos días, era divertido compartir tanto tiempo, no era tan malo tener a alguien con quien compartir, que te comprendiera o que siquiera te escuchara.

Por favor no tomes a mal eso, yo... yo... ¿Por qué tengo que arruinar todo?

— Taehyung-ssi, deja de quejarte el que debería estar así debería ser yo, mejor deberíamos pensar, ¿cómo me compensarás esto?

Por unos largos segundos hubo silencio, uno muy extraño, tanto así que Jungkook no pudo evitar revisar si la llamada seguía en curso, efectivamente lo hacía, pero parecía que el otro lado de la línea había sido silenciada.

— ¿Taehyung? ¿Estás? ¿Acaso fue demasiado para ti? – comenzaba a sentirse ansioso, de repente le importaba demasiado los sentimientos del otro y eso era algo nuevo para Jungkook – ¿Taehyung-ssi? Sabes muy bien que puedes decirme cuando quieres que me detenga, ¿cierto? Te puedes alejar si no te sientes cómodo o cortar la llamada...

Sigo aquí... prometo que al regresar te recompensaré, no estoy con nadie más lo juro.

— Eres lindo.

Tan de repente sueltas algo así.

— Mhm. ¿No puedo decirte eso? Me pareces lindo cuando haces ese tipo de cosas... el recompensarme cuando no me debes nada – Taehyung al otro lado de la línea se sintió nervioso, en especial cuando en el auto hubo silenció y dos miradas expectantes sobre él –. La próxima vez que envíes un mensaje insinuador, no lo borres, me gusta que tomes la iniciativa a tu manera, quizá la próxima vez como respuesta te invite a comer ramen.

Me encantaría.

— Por supuesto que te encantará.

Silencio fue lo que acompañó aquella declaración, Jungkook comenzaba a acostumbrarse a que su lindo mayor no comprendiera ni una sola de sus insinuaciones para luego explicarle de la manera más sucia. Le divertía que Taehyung se sonrojara cada vez que él mencionaba que se lo comería completo, porque ahora comprendía muy bien a lo que se refería.

¿Eso fue una insinuación? No es así

— No lo sé, ¿tú qué crees?

¿Estás en tu apartamento? – joder, Jungkook deseaba que fuera así, una sonrisa amplia invadió su rostro mientras que el cosquilleo en su piel le hacía alterar sus sentidos.

— No.

¿No?

— Sigo en casa de mis padres, ¿no te lo mencioné? Oh cierto, el señor comunicación cero y borrador de mensajes ni siquiera tuvo la cortesía de escribirme.

Pensé que...

Taehyung guardó silencio, no porque dudara en lo que iba a mencionar, sino porque el auto se detuvo en el estacionamiento, Namjoon se encontraba fuera mientras que Jimin le observaba con el ceño fruncido.

— ¿Tae? ¿Todo bien?

Llama cuando regreses, ¿sí?

— ¿Alguna razón en específico para reportarme contigo?

Te extraño – soltó sin más, haciendo que el corazón de Jungkook fuera aún más rápido, su respiración estancándose en un jadeo que no permitió salir – debo irme, por favor ten cuidado en el regreso.

— Eso suena muy protector de tu parte, pero me has convencido. Por cierto, el significado de ver a tu gato es el mismo que el de comerlo completo. Buenas noches, Taehyung-ssi.

Sin más, su bonito pervertido cortó la llamada, dejando a Taehyung con el rostro sonrojado, el corazón yendo a mil por hora, sus manos sudaban y su garganta se secó de solo pensar en que verdaderamente había leído el mensaje; lo peor de todo eso era que sentía que algo de nuevo apretaba sus pantalones.

— Tae, ¿estás bien? ¿Tienes otra crisis? ¿Quieres tus medicamentos? – en qué momento Jimin se había pasado para la parte de atrás junto a él, Yeontan seguía ladrando desde su bolso y Taehyung solo podía avergonzarse cada vez más.

— Estoy bien Jiminie.

— Pero estar casi temblando y estás sudando, ¿seguro que te encuentras bien?

— S-sí.

— Estás raro desde que respondiste esa llamada, ¿quién era?

— Jungkook – lo dijo sin pensar, incluso Jimin se sorprendió.

— Oh, ahora entiendo tu comportamiento extraño. ¿De qué hablaban? ¿Acaso tuvieron una conversación indecente?

— ¡Por supuesto que no! Por quién me tomas.

— Oye, no tienes que gritar, lo haces más obvio – Taehyung ocultó su rostro con sus manos, mientras que recargaba el peso sobre sus rodillas, encorvándose y quejándose –. Hey, no tienes que avergonzarte, es interesante que alguien te provoque esto.

— Es vergonzoso.

— Yo creo que es extrañamente romántico de tu parte, solo debes ser tú mismo y no temer, déjate llevar ¿okay?

La puerta del lado del copiloto se abrió dejando ver a un confundido Namjoon quien esperaba encontrar a su novio en ese lugar, mas se llevó la sorpresa de encontrar a ambos menores en la parte trasera.

— ¿Qué haces ahí?

— Dando consejos.

— ¿De qué?

— Cosas, no molestes ahora Joonie.

— De acuerdo, pero será mejor que entremos, el guardia piensa que estamos siendo muy sospechosos.

— Esperemos a que Tae se sienta mejor – murmuró Jimin intentando hacer entender a su novio que no era buen momento.

— Salgamos de aquí, estoy cansado por el viaje y ustedes también.

En ocasiones como esas donde Taehyung se sentía atrapado, tendía a regresar a sus viejos hábitos frívolos donde ignoraba su propio sentir para que el resto no lo asfixiara con preguntas, quería sentir su propio dolor a solas y en esos momentos, lo único que deseaba era no dar explicaciones de lo que le ocurría con Jungkook.

Ingresaron al edificio en silencio, la pareja solo dedicándose algunas miradas, mientras que Taehyung se aferraba al bolso donde llevaba a Yeontan de manera aprensiva. Las puertas del ascensor les abrieron paso hacia el pasillo de su apartamento y el de Jungkook... el mayor se preguntaba qué habría sucedido si fuera más valiente.

Quizá Jungkook no estaría en casa de sus padres, quizá él mismo estaría compartiendo ese tiempo con Jungkook en casa de sus padres.

No era momento de pensar en los quizá o los hubiera, solo eran una perdida de tiempo, al menos podía estar tranquilo que Jungkook no se sentía molesto por su manera extraña de poner un límite estúpido a su no relación.

— ¿Quién visita a esta hora? – Namjoon fue quien rompió el hilo de pensamientos de Taehyung señalando a alguien en el pasillo tocando la puerta del apartamento de Jungkook.

Taehyung se detuvo, reconocía perfectamente a la persona que insistía para que abriera la puerta.

— Jungkook-ah, es hyung por favor abre la puerta, solo quiero saber si estás bien. No respondes las llamadas, no es propio de ti – murmuró el mayor con una nostalgia plantada en el tono de su voz, porque quizá se estaba convirtiendo en uno más de la lista de Jungkook a los cuales no respondía.

— ¿Yoongi hyung? – susurró Jimin al escuchar la voz tan reconocida para él.

— ¿Conoces al loco ese? – cuestionó Namjoon con su ceño fruncido, obteniendo una mueca de su novio cuando evitó que avanzara hacia Yoongi.

— Sí, lo conozco – Jimin avanzó hasta Yoongi con un poco de duda, pero con el corazón latiendo hasta hacerle retumbar los oídos – Yoongi hyung.

El mencionado regresó la mirada hacia la persona que le había hablado, quitando por fin su atención de aquella puerta cerrada que parecía no querer abrirse para él, mas grande fue su sorpresa al ver a Jimin frente a él. Tenía el cabello pintado en un tono platinado, un tanto más largo de lo que recordaba, pero definitivamente era él.

— Jimin-ah.

— Hyung.

Ambos Kim se quedaron estáticos en medio del pasillo, ladeando la cabeza, uno sintiendo que una enorme piedra caía sobre su pecho al ver que su adorado novio se lanzaba sobre el cuerpo del otro hombre, siendo atrapado entre risas, mientras que el tal Yoongi se quejaba mencionando un dolor en su muñeca.

Namjoon sintió que su nervio ocular tembló cuando a pesar de la supuesta queja de Yoongi siguió abrazando una y otra vez a Jimin, pasando sus asquerosas manos por la espalda de su novio... pero ¿qué mierda estaba sucediendo?

Taehyung estaba confundido con la escena, Min Yoongi estaba fuera del departamento de Jungkook, llamándolo para que abriera la puerta, insistiendo como solo él podía hacer para convencer a Jungkook. En serio no comprendía que ya no estaban en una relación y mucho menos ahora que ellos dos... ellos dos...

— Tae, recuerdas que te comenté de hyung, estuve, ya sabes... eso... por años con él hasta que decidió mudarse para hacer su carrera de pianista.

— Luego regrese y tú te habías mudado – mencionó Yoongi con una gran sonrisa, sin soltar el cuerpo ajeno, haciendo reír a Jimin cuando le picó las costillas para hacerle cosquillas, Namjoon podía sentir que la vena en su cuello estallaría en cualquier momento –. No sabía que eres amigo de Taehyung-ssi.

— ¿Se conocen?

— No sabía que era tu Min Yoongi.

— ¿Su? – cuestionó en un tono tosco Namjoon haciendo que ambos menores se pusieran ansiosos, mientras que Yoongi veía de manera retadora a quien en unos cuantos pasos se acercó hasta ellos, tomando de la muñeca a Jimin para acercarlo a su cuerpo.

— ¿Cuál es tu problema?

— Soy su novio.

— ¿Y para decir eso tienes que comportarte como un idiota?

— Oigan, dejan de hacer ridiculeces – Jimin separó a ambos hombres que lo tenían acorralado en el medio – Yoongi hyung es un amigo de la infancia y Namjoon hyung es mi novio, el cual no debería ponerse celoso porque es el único en mi vida.

Jimin se encargó de abrazar a su novio, haciendo que el brazo de este lo rodeara, quien ni bien sintió la cercanía, lo aferró aún más a él, sin quitarle la mirada a Yoongi quien rio bajo por lo tonto que se veía aquel hombre celando de esa manera a su dongsaeng.

— Saluda – susurra Jimin obligando a Namjoon a ser cortés.

— Hola – Yoongi se limitó a asentir con la cabeza en un acto de desinterés, mientras que Namjoon intentaba controlar su impulso de borrarle ese semblante serio.

— Yoongi-ssi ¿que hace aquí tan tarde? – la pregunta estaba de más, pero Taehyung necesitaba escucharlo del propio Min Yoongi.

— Ah, bueno. Una persona muy querida vive en ese apartamento y estaba preocupado porque no responde los mensajes o llamadas.

— ¿De verdad? Puede ser grave, ¿te ayudamos hyung?

— No. – tanto Taehyung como Yoongi respondieron al mismo tiempo, dedicándose una mirada al otro, el mayor no comprendiendo la respuesta del otro.

— Por qué no, yo creo que si es importante para hyung buscar a esa persona...

— Porque se trata de Jeon Jungkook, a quien busca.

Fue suficiente para hacer que todos se tensaran, Taehyung no podía evitar sentir celos y un poco de pena por el mayor que seguía insistiendo con acercarse a Jungkook, ¿era tan difícil comprender aquello? ¿Qué tan enamorado debía estar una persona para que sucedieran ese tipo de cosas? ¿Le pasaría de igual manera?

— ¿Cómo sabes que le estoy buscando?

— Por si no lo ha notado Yoongi-ssi yo vivo al lado de Jungkook, somos vecinos, ¿a quién más podrías estar buscando a esta hora y en esa puerta?

— De acuerdo me has descubierto, sí, estoy buscando al mocoso arrogante, no contesta mis llamadas y...

— Está con su familia, no creo que responda. Por favor, Yoongi-ssi, no insista en buscarlo.

El ambiente en el pasillo se hizo aún más pesado, con aquella batalla de miradas entre ambos, en especial porque Yoongi comenzaba a recordar las actitudes extrañas de Jungkook, todas esas salidas, el hecho de que ya no le mencionara nada de sus talleres y cuando preguntó la razón, Jeon ni siquiera le respondió.

— Deberíamos entrar, ¿no lo creen? Yoongi-ssi debe retirarse y nosotros ir a descansar – mencionó Namjoon no sintiéndose a gusto, abrazando a Jimin para que no se separara de él – un gusto conocerle – hizo una reverencia aun teniendo a Jimin entre sus brazos sacándole un quejido – ¿Tae puedes darnos la llave?

— Espera aún no me despido como se debe de hyung – se quejó Jimin mientras que era arrastrado al interior del apartamento – hasta pronto hyung, fue un gusto verle de nuevo.

— Descansa Jiminie – alzó la voz el mayor.

— Yo también debo entrar. Que descanse, Yoongi-ssi.

— Taehyung... – Yoongi dudó unos segundos lo que diría, la mirada fría de Taehyung no parecía de la persona que semanas atrás había conocido – espero que hayas mejorado en el piano, pronto iré a la cafetería para que practiquemos ¿que dices?

— Seguro.

— Taehyung.

— ¿Sí?

— ¿Él está bien?

— Lo está, solo dele su propio espacio, sé que él mismo lo buscará – Taehyung hizo una reverencia porque a pesar de que era su rival, le admiraba demasiado, no podía evitar mostrar un poco de respeto – que descanse Yoongi-ssi.

Yoongi se alejó del lugar, dejando de lado a Taehyung, quien no tenía mayor interés en seguir conversando, mas los recuerdos invadieron al mayor todo lo que habían conversado, junto con las pocas menciones de Jungkook completaban el rompecabezas.

Taehyung era esa nueva persona con la que ahora iba a sus talleres y no es que lo acosara, era imposible no encontrarse con las personas que lo habían visto tantas veces acompañando a Jungkook, ahora diciendo que lo extrañaban, pero que su reemplazo parecía ser muy capaz de ayudar a su experto profesor.

Primero fueron las clases de pintura, luego los estudios de fotografía, donde debía recoger algunos trabajos realizados junto a Jungkook, encontrándose con la sorpresa de ver la imagen de ambos sonriendo, bromeando entre ellos, Taehyung parecía ser de apoyo con el trabajo que estaban haciendo, sosteniendo las luces y de paso jugueteando.

Jungkook reía a carcajadas con él, le parecía divertido las tonterías que hacía, mientras que con él todo era muy serio y profesional.

El golpe fatídico fue cuando esa misma tarde en la cafetería de su hyung y Hoseok todos hablaran de lo particular que era la pareja que tocaba el piano por las tardes, ambos sentados en el banquillo y haciendo que todos en el lugar disfrutaran de la música. Todos estaban extrañando a Jungkook y Taehyung porque se había tomado unos días de descanso.

Jungkook le había mencionado una infinidad de veces que él no caería en esa trampa mortal llamado amor, pero era tan inocente que no se daba cuenta de que estaba más que enredado en ese mundo. Sonriendo de manera nerviosa, haciendo que su mirada se iluminara con solo tenerlo frente a él, haciendo lo que fuera, teniendo contacto físico, Jungkook no dejaba de buscar cercanía con Taehyung, no importaba si fuera un simple roce de manos, parecían dos imanes atrayéndose.

El tono de llamada lo despertó de sus pensamientos, siendo por fin consciente de que ya se encontraba dentro de su auto, no tenía interés en responder, pero el leve vistazo lo hizo acelerar su pobre y tonto corazón.

— ¿Hola?

Hyung ¿qué estás haciendo? – se escuchaba decepcionado, podía imaginarlo perfectamente con ese rostro serio, empujando su mejilla interna – Taehyung dijo que estabas tocando a mi puerta.

— Claro... ¿Llamas porque él te lo dijo? Debí imaginar algo así...

Por supuesto que te iba a llamar, me preocupé cuando Taehyung mencionó que parecías un maldito acosador frente a mi puerta – el mayor soltó una risa nasal, extrañaba ese toque fresco de sinceridad por parte de Jungkook – ¿sucede algo?

— Estaba preocupado por ti mocoso, malagradecido, ni siquiera respondes las llamadas o mensajes. Prometiste que estarías conmigo en la recuperación de mi cirugía y no te he visto.

Hyung.

— Ya sé, tenemos que marcar distancia, pero al menos ten la decencia de decir, estoy vivo, solo no quiero hablar contigo.

No es eso, de verdad esta vez no estaba evitándote. He tenido días ocupados, también he estado visitando a mi familia, tengo tantas cosas por hacer que no he pensado en nada más que...

— ¿En Taehyung?

Silencio invadió el espacio reducido en el que se encontraba Yoongi, esperando una respuesta que ya sabía, algo que era demasiado obvio. ¿Por qué de pronto Jungkook hacía todo lo que quería? Estaba acudiendo a cada uno de sus talleres. Seokjin le había mencionado que ahora estaba dando más clases. Salía por las noches e incluso hacía planes para no hacer nada en casa.

— ¿Lo quieres?

Hyung.

— No hablo de una relación Jungkookie, estoy preguntando si le quieres, si sientes algo por él.

No lo sé – el mayor sonrió derrotado, sintiendo como su pecho dolía. Quería tener una respuesta clara de lo que había sucedido con ellos y ahora obtenía la revelación más dolorosa.

— Sí, lo sabes, es solo que aún no lo ves o prefieres hacer de cuenta que no existe para no sentirte acorralado – le estaba dando una oportunidad, Jungkook estaba ignorando sus propios límites para darle una ventaja a Taehyung de ganarse su corazón y él ni siquiera se estaba dando cuenta – esto de verdad está sucediendo – lo dijo más para sí mismo que para Jungkook.

— ¿A qué te refieres?

— ¿Te sientes bien estando a su lado? Quizá no te des cuenta, pero todos a tu alrededor notan que de pronto mejoras y te emocionas por hacer nuevas cosas.

Eso es porque...

— Porque él te inspira hacerlo – otro silencio más, asfixiante y doloroso silencio –. Estaba molesto contigo porque comenzaste a hacer cosas que deseabas con otra persona, pensé que era Taehyung el problema, porque se había metido entre nosotros, pero verdaderamente nunca lo hizo, ¿cierto?

Hyung, tú y yo... lo nuestro terminó.

— No como debía, jamás rompimos el lazo que nos unía. De un día para el otro decidiste que era mejor alejarnos y luego regresabas a mí, en cada una de esas ocasiones siempre pensé "esta vez sí funcionará"

Hyung, yo no puedo darte lo que tú quieres, no puedo amarte de la misma manera...

— Jungkookie, no tienes que justificar. Soy yo quien no te inspira a ese amor como lo hace Taehyung – Yoongi llevó su frente hacia el volante, cerrando los ojos con fuerza, evitando que sus lágrimas salieran porque sabía muy bien que si le daba la libertad no podría continuar –, mi Jungkookie, tú puedes amar tan intensamente como te lo permitas, no tienes que sacrificar tu libertad o tu paz para demostrar amor o hacer notar que tan leal eres hacia una persona. Yo jamás te pedí que dejaras de lado lo que eres, pero te sentiste atrapado porque quizá con mis actitudes te obligue a encerrarte a ti mismo.

Un conglomerado de preguntas invadieron la mente de Yoongi mientras que del otro lado de la línea solo se escuchaba una respiración pesada. ¿En qué latido de su acelerado corazón lo había perdido? ¿Cuándo fue que no se dio cuenta de que caminaba solo? ¿En qué parte de su corazón se perdieron y él se cegó a un amor unilateral?

O quizá solo fue que se negaba a soltar la venda frente a sus ojos, porque Yoongi moriría por seguir a la espera de esa llamada, ese toque en su puerta, ese último mensaje, ese desvelo cuidando el sueño contrario.

Tal vez la cirugía que necesitaba no era la de su estúpido túnel carpiano, sino que la solución de todo era una operación a corazón abierto, esa donde él mismo estaba siendo el cirujano, mientras que su Jungkook dejaba de serlo.

Hyung, jamás fue mi intención que salieras herido – entonces ¿por qué dolía tanto? ¿Por qué estaba sintiendo como si le arrancaran el corazón con cada palabra? – eres lo más hermoso que me pudo haber pasado, pero no me corresponde terminar a tu lado.

— ¿Lo decidiste? – una afirmación fue murmurada – y entonces qué se supone que haga yo con todo esto que siento.

Guárdalo para alguien que te ame como lo mereces – el mayor sollozó haciendo que Jungkook suspirara – hyung, nosotros no llegamos a un final de una historia de amor, pero... – balbuceó solo un poco y es que no podía evitar quedarse callado, no después de leer algunas páginas más de aquel diario – ten por seguro que tendré la esquina de nuestra página doblada porque ha sido de mis historias favoritas.

— Eres tan cruel... – mencionó el mayor con lágrimas enormes derramándose de sus ojos – te atreves a decirme algo así de cursi cuando me estás rompiendo el corazón, ¿cómo esperas que te odie así?

¿Me quieres odiar?

— Aunque lo quiera, no puedo, eres demasiado brillante para odiarte por amarte tanto.

¿Me amas?

— Es de mala educación preguntar lo que es obvio Jungkookie –el mayor sorbió su nariz, suspirando pesado.

¿Por qué sería de mala educación? ¿Estoy mal por querer saber de ti?

— Lo pregunta quien no quiere responder lo obvio y no hablo de tus sentimientos hacia mí. Estaré bien si eso es lo que quieres saber, pero la próxima vez que llegues borracho a mi apartamento...

No habrá una próxima.

— Por supuesto que no, porque no será mi puerta la que toques – no podía verlo, pero sabía que estaba haciendo esa cara, bajando la mirada, mordiendo su labio inferior – está bien Jungkookie, ya comprendí que en este juego de sube y baja soy el único que está aferrado a no soltar.

Estoy seguro de que fui yo el que te obligó a hacerlo.

— No te des tanto crédito, soy un adulto, que se enamoró del más loco amor. Descansa Jungkookie.

Descansa, hyung.

Entonces por ese primer instante el silencio dolió. Los segundos transcurrieron y aquello que se hizo real le quemaba el alma, para que con el correr de los minutos su corazón ardiera en sufrimiento. Qué difícil era arrancarse a alguien del corazón cuando la despedida sucedía en la peor de las calmas. Sin odios, sin rencores, solo dos almas separándose, como si fuera un hasta pronto, cuando en realidad era el adiós de todo. 

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