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Capítulo 77


Observando el auto perderse en la oscura calle, Yoongi se quedó ahí parado hasta que lo perdió completamente de vista.

—Hay que entrar —anunció Namjoon, colocando una mano en su hombro—. No te preocupes por los chicos, sabes que no estarán en mejores manos que con mis omegas —indicó.

—En el hospital querrán saber lo que ocurrió y podrían hablar a la policía —expresó, aun observando en la oscuridad, casi como si pudiera ver los ojos asustados de su omega observándole en lo que el auto se iba.

—Si las heridas son demasiado graves, los llevará, si no, los tratará el mismo —aseguró—. Entremos —anunció, volviendo a la tienda.

Dejando escapar un largo suspiro, Yoongi ignoró el dolor que sintió en su costado al meter las manos en los bolsillos de su chaqueta y entró en la tienda también.

—Grotesco —pronunció Hoseok, arrugando su nariz mientras contemplaba lo que quedaba de la cabeza del tío de Jimin.

Y eso no era lo peor realmente, salpicaduras de sangre pintaban desde el suelo, las paredes, e increíblemente, el techo. Un ojo ocular yacía reventado y abandonado, otro seguía enterrado en el cuchillo.

—Había visto cosas malas, pero esto... —pronunció el beta, torciendo sus labios con desagrado—. ¿Qué intentabas hacer? Apuñalaste su cabeza hasta convertir su rostro en papilla de carne —comentó, observando con curiosidad a Yoongi, quien solo se limitó a observar a su víctima con el mismo resentimiento de antes.

Soltando un profundo suspiro, Namjoon presionó el puente de su nariz por varios segundos antes de contemplar a Yoongi.

—¿Es en serio? —exclamó y señaló el cuerpo—. ¿De qué sirvieron todos esos años en ejército practicando tu control si terminaste en algo como esto? —reprochó, observando como un padre lo haría con su hijo que se metió en problemas.

—Le lanzó un cuchillo a Jimin —respondió, observándole sin emoción alguna—. No pensé nada más luego de ello. Bueno, sí, lo hice y por eso terminó así —señaló el cuerpo sin vida.

—Tú —gruñó y masajeó ambos lados de su cabeza.

—No te enojes, que aún faltan los cuerpos que están en el callejón —anunció como si no fuera de gran importancia.

—¿Qué cuerpos? —preguntaron tanto Hoseok como Namjoon.

—Son cuatro idiotas para ser exactos, en un callejón a una cuadra de aquí, ocultos detrás de un contenedor de basura —informó no muy interesado—. Este idiota pensó que era un alfa corriente y los envió a deshacerse de mí, pero solo me retrasaron —explicó con un bufido.

—Bien, después me darás todos los detalles de esta mierda —anunció su jefe—. Como ya ha anochecido, aprovechemos para deshacernos ahora de todas las pruebas —decretó y observó a Hoseok—. Sal y llama por ayuda para encargarte de los tipos en el callejón, no puedes llevarte esos cuerpos sin ser sospechoso, sin contar que alguien podría haberlos visto ya, así que hace que se vea como si hubiesen peleado entre ellos y revisa por cámaras de seguridad cuando termines —ordenó—. No quiero errores en esto.

—Si señor —asintió y se retiró sin hacer más preguntas.

—Tú, ve a mi auto y en la maletera trae mi equipo de limpieza —ordenó observando al otro alfa, quien permaneció quieto, observándole reticente—. Sé que quieres ir con tu omega y asegurarte de que está bien, pero si no nos encargamos de esto de la forma correcta, estarás en problemas —le recordó—. Con Jinnie estará en buenas manos, todos ellos —aseguró.

—Bien —respondió, todavía no muy feliz de obedecer.

Volviendo con una maleta mediana con aspectos de portar herramientas, Min se la entregó a su amigo.

—Primero metamos el cuerpo dentro de la bolsa, no quiero que la dueña de este negocio aparezca en algún momento y lo primero que vea sea un cuerpo sin rostro —declaró, entregándole un par de guantes nuevos a Yoongi.

Sacando otra bolsa de plástico, ambos la desdoblaron y observaron el cuerpo.

—Será obvio lo que estamos cargando si alguien nos ve —indicó el alfa Min.

—Lo sé —asintió y observó el cuerpo—. Abre la bolsa, primero lo meteremos adentro y luego le romperemos sus extremidades —planeó.

—¿Con cuchillo? —preguntó.

—No, no quiero más sangre en la escena, suficiente esparciste ya por tu cuenta, solo le dislocaremos los huesos —declaró Namjoon lanzándole una mirada dura al verle con más detalle—. Tendremos que deshacernos de tu ropa también cuando terminemos aquí.

—Y la de Jimin —asintió y se dispuso a trabajar en silencio, moviéndose sin la necesidad de que su amigo le dijera lo que debía de hacer.

Min Yoongi perfectamente habría podido lidiar con su propia basura, pero como Jimin y sus amigos estaba ahí, lastimados y traumados, sabía que debía de sacarlos cuanto antes, por lo que su solución había sido llamar a su amigo, a pesar de que sabía que tendría que soportar su sermón con ello.

No importaba, su prioridad era que atendieran a su chico y llevarlo a un lugar mejor.

Terminando de limpiar la cocina, quitando cada rastro de sangre en el suelo, las paredes y el techo, ambos alfas tomaron las bolsas reunidas con el cadáver y las armas antes de irse al auto.

—Bien, ahora dime, ¿cómo terminaste con esta mierda hasta el cuello? —ordenó Namjoon, comenzando a conducir.

—Sabía que el idiota se iba a mover pronto, sus movimientos se estaban volviendo más hostiles y seguidos hasta el punto en que estaba desesperando a mi omega. El único lugar en el que Jimin se estaba sintiendo seguro, era dentro de nuestro departamento, en su nido —anunció—. Lo sabía, pero aun así, nunca me imaginé que podría ser tan cobarde como para enviar a esos idiotas por mí mientras él iba por mi chico —chasqueó su lengua.

—Y eso explica los tipos en el callejón —comprendió—. ¿Y tu desorden?

—Cuando llegué estaba desnudado a Jimin —dijo y sus manos se volvieron puños de solo volver a recordarlo—. Todos estaban caídos, peleamos e ignoré sus provocaciones, hasta que... Mi omega despertó y le tiró un cuchillo. Si Minnie no hubiera levantado sus brazos, sería su cabeza quien habría recibido el impacto, no su antebrazo —contó y observó sombríamente a través de la ventana—. Me perdí un momento ahí, solo sentí la furia de mi lobo y su instinto de matar, para cuando volví en mí, Jimin me llamaba mientras me abrazaba por detrás, si no fuera por él, habría seguido.

—Estás molesto —anunció observándole brevemente—. ¿Es porque tu chico presencio este lado tuyo?

—No fue el único —resopló, aunque no le importaba tanto la opinión de Jungkook—. Sigo sintiendo como mi pareja está alterada y aterrada, mi duda es si se trata por mí o está en shock por todo —explicó—. Y me sigue molestando como la mierda no haber hecho sufrir más al idiota de su tío luego de todo este tiempo que le atormentó —confesó chasqueando su lengua.

—Si Jimin realmente estuviera aterrado por ti, lo sentirías —indicó su amigo—. No te preocupes por ello, cuando todo pase, estará feliz con que todo haya terminado y debes de concentrarte en eso.

—Lo haré, tan pronto como pueda volver con él —anunció y observó por la ventana como cada vez se alejaban más y más de Seúl.

Para cuando ambos alfas dominantes volvieron a la ciudad y a la casa de Namjoon, faltaba solo un par de horas para el amanecer.

—Debes dejar que Jin trate tu herida —anunció Namjoon, cerrando la maletera de su auto tras guardar su equipo de limpieza en su lugar nuevamente.

—Estoy bien —espetó Yoongi, solo un poco irritado por la insistencia de su amigo.

—Tienes cinta adhesiva sobre un feo corte que hasta hace poco te dejó de sangrar, perdóname si no te creo —bufó, dirigiéndose a su casa—. Siento que la mayoría de la sangre en tu ropa era tuya que de ese bastardo —indicó.

—Quiero ver cómo está Jimin, necesito saber si se encuentra bien —expresó.

—Si, y podrás hacerlo tan pronto como mi omega te vea —declaró, sin permitir ninguna discusión al respecto.

Abriendo la puerta, lo primero que observó Namjoon, fue la pequeña figura pelirosa acurrucada en el sofá de su sala de estar.

—Llegaste —pronunció su pareja, apareciendo desde la cocina con una taza de café entre sus manos.

Mientras a su mentor iba con su pareja, Yoongi fue directamente con su chico que estaba durmiendo en el sofá.

Dejando que sus rodillas tocaran el suelo frente a el, una de sus manos se alzó para acariciar su cabello, contemplando con preocupación la palidez de su rostro que destacaban más los hematomas e hinchazón en algunas áreas.

—Él está bien —anunció SeokJin, llamando su atención—. No fue necesario ir al hospital, el corte fue algo profundo pero no muy grande, tampoco se vio que dañó algo importante más que el músculo —tranquilizó—. Tiene unos hematomas visibles y otros no, junto a una protuberancia en la cabeza producto de un golpe fuerte, lo mantuve despierto hasta hace poco por posible conmoción, afortunadamente no hubo nada de eso —explicó.

—¿Sus amigos? —recordó, volviendo a concentrarse en el rostro de su pareja dormida.

—Están en la habitación de invitados —respondió—. Ambos lastimados, pero ninguno de forma grave —informó—. Intenté convencer a Minnie que tomara mi habitación, pero se negó queriendo esperarte aquí —comentó.

—Entonces...

—Ahora, deja que Jinnie te revise —ordenó Namjoon—. Tiene un corte en su costado, creo que necesita puntos y el idiota solo tiene cinta adhesiva sobre la herida —informó.

—Iré por el botiquín —anunció el omega, alejándose rápidamente tras entregarle su taza a su pareja.

—Podría simplemente irme a mi departamento —anunció el alfa Min, observando a su amigo.

—Si, y preocupar a tu chico al verte herido —resopló—. Como si ya no tuviera suficiente habiendo soportado todo esto —negó y corrió una silla del comedor—. Aquí —ordenó.

No muy feliz de dejar el lado de su omega, Yoongi besó su frente y acarició su cabello un poco más antes de finalmente dirigirse a la silla cuando SeokJin volvió.

—Sácale la camiseta —ordenó el omega mientras se colocaba sus guantes quirúrgicos.

Haciendo una mueca cuando su amigo sacó su camiseta sobre su cabeza, Yoongi observó a su pareja al otro lado de la habitación, ignorando el dolor que provocó Jin al tirar de la cinta adhesiva que se había colocado.

—¿Querías morir desangrado? —reprochó el omega limpiando la sangre y la herida.

—No.

—Bueno, eso es exactamente lo que te habría pasado si mi alfa no hubiera mencionado que estás herido —resopló—. En serio, ¿cómo pudiste colocarle cinta a este corte? Obviamente necesitas puntos —refunfuñó.

—Guarda silencio —ordenó Namjoon al otro alfa dominante, colocando ambas manos en sus hombros, impidiendo que se levantara—. Tú te buscaste esto, ahora te aguantas.

—Claro, porque buscar que me acuchillen es lo que andaba buscando desesperadamente —respondió sarcásticamente.

—No me importa cómo saliste herido, solo que lo estás y no lo trataste inmediatamente —resopló el omega, buscando aguja e hilo—. Dale algo fuerte, cariño —pidió observando a su pareja—. Esto le dolerá y ya no tengo algo para aliviarlo, lo usé en los demás —expresó.

—No, así está bien —gruñó Yoongi.

—Te dolerá —le advirtió, observándolo.

—No importa, necesito estar ahí para Jimin si me necesita —explicó, observando a su pareja.

—Ay, no sabía que podías ser tan romántico —sonrió suave—. Bien, no te daremos nada, pero que conste que te va a doler y no puedes quejarte o terminarás despertando a todos —advirtió.

Yoongi asintió con firmeza y observó a su pareja nuevamente. Cuando sintió la primera puntada atravesando su piel, cerró sus ojos brevemente y tomó una profunda respiración que exhaló con lentitud.

Quemaba. Dolía.

Pero había tenido heridas peores antes, por lo que no era nada que no pudiera aguantar, el dolor después de todo solo estaba en la mente, y era algo que podía controlar.

—Bien, ya falta poco —anunció Jin—. Solo tres puntos más —prometió y el alfa Min asintió.

—¿Yoonie? —llamó de pronto una dulce voz.

Alzando la mirada, el alfa dominante contempló a su pareja sentada en el sofá, observándole. Cuando logró comprender qué es lo que estaba viendo, Jimin saltó fuera del sofá, tambaleándose un poco en el proceso antes de ir hacia él.

—Es-estás lastimado —exclamó con horror, deteniéndose frente a él.

—Estoy bien —aseguró, torciendo sus labios en una mueca cuando Jin tiró de su piel.

—Lo siento —se disculpó con una pequeña sonrisa—. Pero ya he terminado, ahora puedes descansar un poco —aseguró—. Solo lo vendaré y estás listo.

—Oh, Dios... ¿Cómo? ¿Cuándo? —preguntó el peligrosa omega, con sus piernas débiles cayó repentinamente sobre el suelo.

—Jimin —exclamaron tanto Jin como Yoongi.

—Creo que necesitas esperar en el sofá —indicó amablemente Namjoon, acercándose e intentando ayudarle a pararse.

—No, por favor no —pidió casi desesperado, apoyando su mano buena en la rodilla de Yoongi.

Ambos alfas dominantes compartieron una mirada, y luego Min asintió.

—Estoy bien, amor —prometió, apoyando su mano sobre la más pequeña de su pareja.

—Les daremos un tiempo a solas —anunció SeokJin una vez terminó con su trabajo.

Dejando a la pareja a solas, Yoongi contempló a su chico, quien observaba con culpa y preocupación la herida en su costado.

—¿Duele? —preguntó, alzando su mirada.

—No, nene, estoy bien —aseguró y observó su brazo igualmente vendado—. ¿Y tú?

—Jin hyung me dio algo para el dolor —respondió.

—Vamos, cariño, al sofá —ordenó, apretando suavemente su mano.

Asintiendo, el omega se levantó con la ayuda de su pareja y luego ambos se dirigieron hacia el sofá, donde tomaron asientos uno al lado del otro, con sus piernas tocándose y sus manos entrelazadas.

—¿Estás bien? —preguntó el mayor, observando sus manos—. Con lo que me viste hacer, ya sabes.

Jimin soltó un suspiro y se inclinó hacia el costado, presionando su cabeza en el hombro de su alfa.

—Él estaba a punto de violarme —susurró—. Y no sólo eso, hirió a mis amigos que no habían hecho nada más que estar a mi lado —expresó y cerró sus ojos—. Costará un poco olvidar la forma en que... Se fue, pero no te culpo ni te odio, si no hubiese sido por ti... No quiero pensar en lo que nos habría pasado a todos.

—Lamento que me hayas visto de esa forma —apretó su mano—. Ver cómo te lastimaba hasta que derramabas sangre sacó lo peor de mí —explicó—. Prometo tener más control en un futuro.

—Está bien, dudo que este tipo de situaciones se vuelvan a presentar hasta el punto en que termines así —expresó solo un poco dudoso, pero no observó a Yoongi.

—No lo hará, pero si en un futuro hay una situación similar, tendré cuidado de que no lo presencies —prometió besando su cabello—. Ya has visto y vivido dentro del mal para que sigas con ello —expresó.

—Gracias —dijo con verdadero alivio, demostrándole a su pareja a través de sus emociones que realmente no lamentaba lo que le había sucedido a su tío.

—¿No te meterás en problemas por como sucedió todo en la tienda de café? —preguntó de pronto Jimin.

—No, nos encargamos de eso —anunció—. Quedó como si nunca hubiera ocurrido nada y nadie lamentará la pérdida de tu tío —prometió.

—Sé que yo no —bufó y se relajó contra su alfa.

—Duerme un poco más nene, aún es muy temprano —susurró rodeándole los hombros con un brazo y el pelirosa omega simplemente se dejó llevar acurrucándose contra su costado bueno.

—Gracias por salvarme —murmuró antes de caer dormido, sintiéndose a salvo entre los brazos de su alfa.  

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