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Capítulo 57


Estacionándose frente al hospital, Yoongi se quitó su casco y contempló con cierto fastidio oculto la gran estructura ante él.

Realmente, no le interesaba entrar a dicho lugar que seguramente iba a ser mucho más lujoso que un propio hotel, pero lo que sí le fastidiaba, era las razones por la cuales debería de ir.

No, no razones, una razón mejor dicho.

Lee WonHo.

Ese molesto alfa creía que podría exponerlo al llevarle al hospital para encontrarse con Na-rim, con la tonta excusa de que la omega podría sentirse más calmada o en confianza al verle ahí, considerando el particular gusto que la mujer había tenido sobre él durante su tiempo de trabajo y que no había intentado esconder.

Ambos sabían perfectamente cómo reaccionaría Na-rim al verlo, pero lo que no sabía WonHo, es que no ocurriría lo que este había estado planeando, ya que se encargó de ello mucho antes de que a ese idiota se le ocurriera utilizar tan lamentable y predecible movimiento.

Aun así, no estaba de más encontrarse con el molesto hombre y demostrarle lo equivocado que estaba, además, tenía unas palabras que intercambiar con él después de todo.

Asegurando su casco en la motocicleta, Min Yoongi se dirigió al hospital sin sorprenderse al encontrarse con su compañero de trabajo esperándole en la entrada.

—No creí que vendrías —expresó de forma arrogante.

—Namjoon me pidió personalmente que lo hiciera, ¿por qué no iba a hacerlo? —respondió tranquilamente, dejando en claro con esas simples palabras que tenía una mejor posición en la empresa con ello.

—¿Ya ha llegado el señor Min? —cuestionó el padre de Na-rim, apareciendo con expresión preocupada.

—Señor Young —anunció y la atención del hombre mayor inmediatamente reparó en él.

—Gracias a Dios —exclamó ignorando a WonHo para concentrarse en él—. Muchas gracias por venir, sé que todo esto es inesperado, pero cuando su compañero aquí lo mencionó... No pude evitar considerarlo —expresó.

—Estamos para ayudarle, señor Young —aseguró con una pequeña sonrisa amable—. Si cree que mi presencia puede ayudar a calmar a la señorita, por supuesto que vendré.

—Muchas gracias —dijo con verdadero alivio el pobre hombre—. Por favor, sígame —pidió y comenzó a dirigir el camino.

En silencio, ambos comenzaron a seguir al señor Young por el hospital, hasta que llegaron a una zona privada y reservada.

—Le dieron sus medicamentos hace poco, por lo que debería de estar lo suficientemente calmada en este momento como para recibir visitas —explicó y observó indeciso la puerta—. Por favor, no se tome personal si mi hija reacciona mal, ella... Ha sufrido mucho —expresó.

—Comprendo —asintió Yoongi, tocando el hombro del señor Young—. Estoy aquí para ayudar de ser posible.

—Muchas gracias —asintió y observó a WonHo—. Deberíamos de dejarle su espacio.

—De hecho, me quedaré con ellos en caso de que la señorita reacciones mal —anunció.

—Gracias, sabes lo que me lastima verla así —suspiró y pasó una mano por su cabello—. Por favor —indicó señalando la puerta.

Adelantándose, WonHo abrió la puerta y le indicó a Yoongi que entrara primero.

En el interior de la acomodada habitación lujosa, el alfa dominante contempló a dicha mujer recostada en la cama, con su rostro hinchado por los golpes y los hematomas floreciendo por toda su piel que una vez fue tan suave y cuidada.

—¿Cómo te sientes, Yoongi? —cuestionó su compañero, cerrando la puerta tras de él.

¿Cómo se sentía? Claro que muy satisfecho con los resultados, a pesar de que no había actuado directamente en el dolor de la molesta omega.

Con tan solo verle así, tan frágil, rota... La satisfacción abordaba su cuerpo hasta el punto en que luchaba con contener su sonrisa.

Después de todo, había sido culpa de la misma omega que aquello le ocurriera, si no hubiera sido una perra malvada, el karma no habría caído sobre ella de tal forma, aunque si aceptaba un poco de mérito por ayudar en el proceso.

—Eso debería de ser una pregunta hacia la señorita, ¿no? —indicó señalando a la omega, quien observaba con ojos aterrados a Min.

Los mismos ojos, que le habían observado aquel día en el callejón, mientras suplicaba por ayuda, en lo que él y Namjoon simplemente observaban ocultos en la oscuridad, fumando tranquilamente y hablando de sus encantadores chicos.

—La señorita Na-rim dice no poder recordar nada de lo que le sucedió esa noche —anunció, comenzando a pasearse por la habitación—. Me imaginé que con tu presencia, podría sentirse lo suficientemente segura como para hacer el esfuerzo de intentar recordar —expresó.

—¿Segura? —repitió y luchó contra la esquina de su labio que deseaba alzarse—. No parece estar así en este momento —indicó, con su lobo aullando lleno de satisfacción al sentir el aroma de la mujer infestado por el miedo.

—Sí, y me pregunto ¿por qué? —cuestionó acercándose a Min—. Antes, eras el hombre en el que más confiaba independientemente si te conocía o no, y ahora... Parece aterrada de ti —expresó, estrechando sus ojos en él.

Avanzado cuando sintió la presencia del otro alfa a su espalda, Yoongi se acercó a la camilla.

—Bueno, creo que eso puede cambiar cuando fue violada entre cinco hombres durante toda la noche ¿no? —pronuncio tocando los pies de la camilla—. Sin poder decirle que no a cualquiera de esos alfas, estando obliga a escuchar su voz de mando, sin controlar su propio cuerpo —contó observándola fijamente—. Debió de haber dejado un trauma demasiado grande y severo, lo suficientemente como para no poder recordar a detalles lo que sucedió aquella noche en el bar —expresó.

El cuerpo en la camilla tembló de terror y la máquina conectada a la omega comenzó a volverse loca.

—Estás recordando algo, ¿cierto? —exclamó WonHo, acercándose rápidamente a Na-rim, dándole la espalda a Min—. No tengas miedo, te protegeré de cualquiera que te hizo esto —juro.

Observándola, Yoongi le regaló una gran sonrisa escalofriante cuando los ojos de la joven se posaron en él, la misma sonrisa que le proporcionó cuando la abandonó con aquellos hombres y observó como comenzaron a desnudarla.

"Cada acto lleva su consecuencia" Le recordó Min, moviendo sus labios sin pronunciar las palabras, pero Na-rim supo exactamente qué fue lo que le dijo.

—Hay que llamar a un médico, parece tener un ataque de pánico —anunció Yoongi con falsa preocupación.

—¡No! Ella quiere recordar —gruñó.

—Me parece más bien que es todo lo contrario, quiere olvidar y tú no le puedes obligar a hacer algo que no quiere —expresó y abrió la puerta para observar al grupo de doctores correr en su dirección—. Ayúdenla —pidió, saliendo al pasillo.

Observando al grupo trabajar en establecer y calmar nuevamente a Na-rim, Yoongi ignoró a WonHo y se concentró en el preocupado padre que volvía con ellos.

—¿Qué sucede? —exclamó con angustia.

—Me temo que la señorita Na-rim resentirá a la presencia de cualquier alfa por un tiempo, independientemente de quien se trate —expresó Yoongi, negando con compasión.

—Yo... No lo pensé —se lamentó, observando el suelo con derrota.

—Creo que de cierta forma la presencia de Yoongi la alteró más de lo esperado —anunció WonHo—. Extraño, pensé que lograrías un efecto contrario.

—No es de extrañar, fuimos dos alfas fuertes en una habitación cerrada con ella, esa fue razón suficiente como para que reaccionara de esa forma considerando lo que le pasó —argumentó.

—¿Y cómo es que sabes a detalle lo que le ocurrió? —le cuestionó.

—Porque Namjoon me explicó la situación antes de venir —respondió sin perder el ritmo.

—Lamento haberle hecho perder el tiempo, señor Min —expresó con cansancio el alfa mayor.

—Está bien, era una buena forma de probar —se encogió de hombros—. Lamento no haber sido de más ayuda, tal vez ir a un psicólogo le ayudaría a superar todo.

—No creo que pueda superar nada hasta que se capture al culpable —murmuró su compañero.

—Lo sé —dijo con dureza el señor Young—. Es por eso por lo que ya se ha abierto una investigación y hemos atrapado a tres de ellos —anunció y cerró sus puños con furia—. Todos aseguran que mi hija se ofreció a ellos, pero Na-rim nunca haría algo así. Hundiré en la cárcel a esos desgraciados que la violaron —gruñó.

—Bueno, creo que ya es hora de que me retire —anunció Yoongi cuando la puerta fue abierta.

—Muchas gracias por venir e intentarlo —pronunció el señor Young antes de internarse en la habitación para hablar con los médicos.

Alejándose, Min ignoró al otro alfa que lo seguía de cerca y se alejó por los pasillos. Esquivando el ascensor y tomando las escaleras de emergencia, esperó.

—Yo sé que reaccionó ante ti solamente —anunció WonHo tras cerrar la puerta—. Estuve con su padre en la misma habitación, con otros doctores y solo reaccionó ante ti —acusó.

—O probablemente estaba demasiado drogada en ese momento como para reaccionar a cualquier cosa —indicó.

—Yo sé que fuiste tú —le enfrentó, acercándose e invadiendo su espacio personal.

—¿Tienes alguna prueba?

—No la necesito para saber lo que yo sé —gruñó.

—Lamentablemente para ti, si la necesitas si tienes intenciones de culpar a cualquiera —descartó—. Y solo para tu información, aquella noche estuve con mi omega haciendo el amor hasta el amanecer, puedes preguntarle si gustas.

—Ese chico está tan desesperado por atención que no le importa si la consigue así sea de un monstruo —espetó con desprecio—. Tiene la verdad frente a sus ojos, y aún así, no la quiere ver.

—Yo creo que tú eres quien no quiere aceptar la verdad frente a sus ojos —anunció Min y en un rápido movimiento, intercambio de posiciones, colocando a WonHo contra la pared.

Alzando su mano, la colocó rápidamente sobre la garganta del otro alfa, presionando su pulgar en un lugar tan sensible como la yugular.

—No creas que no me di cuenta de que nos estuviste siguiendo el sábado desde el mismo momento en que salimos del departamento —expresó oscuramente, sin mostrar expresión alguna.

—Lo hice —aceptó WonHo, y tragó cuando el pulgar presionó con más fuerza en su cuello—. También le dije el verdadero monstruo que eras a ese chico, pero debí de haberme imaginado que ese omega no le interesaría, me siento satisfecho con al menos haber plantado el bicho de la duda.

—¿Duda? —repitió con gracia—. Jimin supo desde un principio en lo que se metía cuando comenzó a salir conmigo —anunció divertido.

—Si, pero siendo la víbora que eres, seguramente plantaste un camino ante él, llevándolo directamente a un callejón sin salida antes de alzar tu mano y sacarlo, ¿no? —se burló.

—En este momento, sin importar lo que intentes decirle tú o cualquier otro, no importará —expresó tranquilamente—. Ya es demasiado tarde para tenerme cualquier otro sentimiento que no sea amor —dijo, soltando lentamente su cuello—. En primer lugar, ¿por qué crees que Jimin es mi pareja? —se burló—. Yo no saldría con un omega cualquiera, él fue diseñado para ser mío, para amarme y necesitarme tanto como yo a él —anunció tomando un paso de distancia.

—Estás enfermo.

—No, a diferencia de ti sé lo que quiero y no me detengo hasta obtenerlo —respondió—. Ah, y será mejor que no te vuelvas a acercar a mi chico bajo ninguna otra excusa, o realmente descubrirás que hasta el momento, solo he estado siendo amable contigo —expresó y alzó su mano fingiendo un golpe antes de meterla en el bolsillo de WonHo, recuperando el celular de este.

Observando la pantalla encendida que había estado grabando toda su conversación, la borró y eliminó cualquier otro rastro.

—Realmente, tienes que hacer algo mejor que esto si un día planeas superarme —aconsejó, devolviéndole el celular—. Ah, y me llevo esto —anunció quitándole unos lentes de sol que habían estado acomodado en el bolsillo del frente de su traje.

Sin permitirle a WonHo decir alguna otra palabra, se retiró bajando las escaleras y saliendo en el siguiente piso.

Saliendo del hospital, se dirigió a su moto y arrojó los lentes al suelo antes de aplastarlo con su pie.

—Demasiado predecible —murmuró, observando los rastros de una pequeña cámara oculta en los marcos de los lentes.

Tomando su teléfono celular, le envió un mensaje a su jefe informándole que ya había solucionado el problema y luego revisó su chat con su pareja, sonriendo inevitablemente al leer sus mensajes siempre cariñosos expresando que ya lo extrañaba.

Lo que sea que WonHo le hubiera dicho, realmente no había salido como el idiota pensaba que saldría.

Después de todo, ¿quién dijo que su omega ere igual a los otros?

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