
Capítulo 54
Bajo el molesto ruido de la música, cierto alfa dominante apreciaba a su pareja bailar libremente en la pista de baile junto a sus amigos.
Y a pesar de haber tantos cuerpos tentadores y atractivos, sus ojos solo perseguían a su hermoso omega de cabello rosa.
Pero cómo no hacerlo cuando su chico se había colocado una camiseta casi transparente y apretada a su torso que se ajustaba a esas sutiles curvas junto a unos jeans ajustados que abrazaban sus muslos y alzaban su trasero perfecto, aquel que tantas veces había mordido, lamido y maltratado con sus manos.
No es que le importara realmente al alfa estar solo, en vez de ir a meterse a ese grupo de jóvenes alocados que disfrutaban de su noche de fiesta, prefería quedarse en la mesa, observando a su pareja divertirse y cuidarlo de los idiotas que creían que podían pasarse de listos con su chico solo por ser un omega.
—Hey, hyung —exclamó con una gran sonrisa su hermano, luchando un poco con los cuerpos para llegar hasta él y su mesa—. ¿Por qué no estás bailando más con Minnie-ah? —preguntó tomando de su vaso para beber su cerveza.
—Ya bailé lo suficiente —respondió tranquilamente, observando a su chico.
—Pero, Jimin-ah se ve muy sexy esta noche —comentó y soltó una risa boba que anunciaba cuánto había bebido ya—. Y baila, uff, ¿seguro de que no te preocupa que otro alfa baile con él?
—Minnie sabe lo que pasará si permite que alguien que no sea ustedes dos lo toque —respondió, bebiendo un trago de su botella de agua, ya que era el conductor designado—. Y te sugiero que le ayudes a mantener esa promesa si no quieres que un alma desaparezca esta noche —comentó casualmente, con una sonrisa dulce e inocente.
Dejando su vaso, Taehyung frunció el ceño como si intentara comprender las palabras del alfa, cuando lo hizo, sus ojos se abrieron enormemente en sorpresa e inmediatamente se volteó para buscar con la mirada a su amigo.
—Tick-tack, tick-tack... —pronunció el alfa dominante.
Al contemplar como un idiota se acercaba a Jimin por detrás, colocando sus asquerosas manos en su cintura a pesar de los obvios intentos del pelirosa por alejarlo, el beta inmediatamente fue hacia ellos e intervino al mismo tiempo que Jungkook.
Sonriendo agradecido, Jimin mantuvo sus movimientos sensuales mientras bailaba entre Taehyung y Jungkook, alejándose así de las manos indeseadas.
Buscando con la mirada a su pareja, el pelirosa omega le sonrió alegremente cuando sus ojos se encontraron y alzó una mano, llamándolo.
Sonriéndole de vuelta, Yoongi negó despacio y su mirada recorrió inevitablemente todo el lugar en busca de algún peligro para su pareja y amigos, su ceño automáticamente se frunció cuando un rostro conocido se movió entre la multitud.
Un rostro, que no auguraba nada bueno.
Levantándose de su lugar, se estrelló contra un joven omega que se interpuso en su camino, impidiéndole ir al lado de su pareja.
No quería que este estuviera solo mientras Na-rim estaba por ahí, ese bar no era la clase de lugar que la molesta omega mimada pasaría su tiempo, por lo que nada bueno estaba haciendo ahí.
—Hola, encanto, ¿en qué te puedo ayudar? —preguntó joven omega, empujándole para sentarle nuevamente, pero al no lograr su propósito, se apegó a su cuerpo, no dejando ni un centímetro entre ellos.
—Soltándome y largándote —respondió fríamente, buscando a su pareja con la mirada, pero otras parejas se cruzaron en su camino, impidiendo verlo, lo cual ya estaba irritando a su lobo.
El joven desconocido soltó una risita como si hubiera contado un gran chiste, un sonido que era demasiado agudo para su gusto, y su aroma se estaba volviendo desagradable ante las feromonas que soltaba.
—Qué cosas dices —exclamó tomándose la libertad para rodearle el cuello con uno de sus brazos, mientras que el otro viajaba por su abdomen, con la clara intención de llegar a su entrepierna.
Pero antes de que Yoongi pudiera quitárselo de encima, el chico fue jalado y tirado al suelo de forma brusca.
—Búscate a tu propio alfa, idiota, este es mío —gruñó Jimin, y entonces lo abrazó de forma posesiva antes de besarle reclamándolo como suyo, lo que por supuesto que no molestó para nada al mayor.
Ya tenía a su chico entre sus brazos, y eso era todo lo que le interesaba.
Enfurruñado, el joven en el suelo se levantó de un salto con todas las intenciones grabadas en su rostro.
—Ni lo pienses —espetó el alfa, dejando de besar a su pareja, utilizando un dulce tono desalmado que asustó al joven desconocido al contemplar un reflejo amarillo en sus ojos.
Bajando su mano que iba en dirección hacia el pelirosa omega, este retrocedió y se perdió entre la multitud mientras tiraba insultos por lo bajo.
—Genial, te dejo solo un segundo y ya estás atrayendo a omegas tontos —refunfuñó su pareja contra su cuello.
—Puedo decir lo mismo de ti, ¿no? —expresó apretándolo más contra su cuerpo, colocando sus manos sobre su trasero para apretarlo.
Jimin gimió bajito y luego comenzó a removerse, restregando su mejilla por el cuello y mandíbula de su alfa mientras dejaba fluir su aroma.
—¿Me estás marcando con tu aroma? —preguntó Yoongi, con una sonrisa ladina satisfecha.
—Bueno, entre tantas personas por aquí, obviamente mi aroma se perdió en ti o ese idiota lo habría sentido —refunfuñó restregándose y acariciando a su pareja.
—¿Has bebido lo suficiente como para perder toda tu timidez? —preguntó divertido, arrastrando sus labios por su sien transpirada.
—Lo suficiente como para divertirme sin preocuparme —respondió felizmente, alejándose y atrapando el rostro de su alfa entre sus manos—. Aunque salía con los chicos, siempre teníamos que estar atentos para que ningún idiota intentara pararse de listo con cualquiera de nosotros, pero contigo aquí hoy, realmente nos estamos divirtiendo sin preocuparnos de nada —expresó con una sonrisa boba donde sus ojos desaparecían.
—Confía en mí, nene, no permitiría ni que una mosca se detuviera en tu cabello si eso te molestara —prometió rozando sus labios.
—Lo sé —sonrió.
Pero Yoongi sabía que, en realidad, Jimin no le estaba prestando atención a la verdad detrás de sus palabras.
—¿No seguirás bailando con tus amigos? —preguntó, respirando su aliento mientras el delicioso aroma de su omega permanecía en su nariz.
—Ven conmigo, Hyung —pidió—. Quiero bailar contigo una vez más, quiero sentirte contra mí —expresó.
—Perfectamente podrías sentirme completamente desnudo si vamos al departamento —prometió, restregando sus narices juntas.
—Pero no me quiero ir aún —hizo un infantil puchero—. Vamos, Yoonie, solo bailamos juntos cuando llegamos y entonces te quedaste aquí sentado —expresó y comenzó a plantar dulces besos en todo su rostro para convencerlo—. Un baile y podemos irnos —susurró en su oído, empujando su cadera para demostrarle su notable erección—. ¿Qué piensas, alfa?
—Que si sigues así, ni siquiera llegaremos al departamento —gruñó abofeteando una de las nalgas que había estado atrapada entre sus manos.
Jimin inclinó su cabeza hacia atrás mientras soltaba una sonora carcajada alegre, exponiendo todo su perfecto cuello marcado con sus besos que había hecho antes de salir.
—Promesas, promesas —canturreo mientras observaba a su pareja.
—No presiones, nene —gruñó Yoongi, colocando algo de distancia no deseada para tomar su mano, arrastrándolo nuevamente a la pista de baile.
Deteniéndose, el alfa dominante inevitablemente observó a su alrededor buscando aquella persona, pero por supuesto que a su pareja no le gustó que no le prestara atención e inmediatamente rodeó su cuello con sus brazos y apegó su cuerpo metiendo una pierna entre las suyas antes de comenzar a bailar.
—Mírame —susurró sobre su mejilla.
Pero más que bailar, Jimin comenzó una danza de seducción especialmente para él, realizando movimientos sucios destinados meramente a excitarlo hasta la desesperación.
Lo cual... No era muy común en su chico.
Si bien nunca había estado cuando el pelirosa bebía hasta perder el conocimiento, estaba seguro de que no sería tan descarado hasta el punto de comenzar a liberar sus feromonas a pesar de estar rodeado de personas, alfas entre ellos, que podría actuar solo por instinto.
—Hyung, por favor —susurró sobre sus labios, casi sin aliento mientras empujaba más y más sus entrepiernas.
—¿Qué sucede, nene? —preguntó frunciendo el ceño, deteniendo el baile para observarlo fijamente.
—Yo... Me siento extraño —respondió agitado, empujando su cadera en busca de más fricción.
—Jimin, estás liberando feromonas —gruñó e inmediatamente dejó salir el suyo para cubrirlo.
—Sí, huele tan bien —gimoteó el menor, enterrando su rostro en el cuello de su pareja—. Todavía falta para mi celo, Hyung —exclamó desesperado—. ¿Por qué me siento entonces con esa necesidad? —expresó apretándose más contra él.
Maldiciendo por lo bajo al ver qué estaban comenzando a atraer la atención de las demás personas, alfas entre ellos que no estaban admirando precisamente bien a su pareja, Yoongi gruñó y levantó a Jimin sosteniéndolo en su trasero.
—Alfa —gimoteó el menor, saliendo de su escondite.
—No. —espetó con firmeza Min, volviendo a empujar su rostro a su cuello—. Concéntrate en mi aroma —ordenó.
Su omega jadeó y se quejó, más no desobedeció y comenzó a distraerse lamiendo, besando y mordiendo la piel expuesta ante sus ojos.
—¿Qué ocurre? —preguntaron los amigos de su pareja, deteniéndose frente a él.
—Necesito usar el auto, no salgan de aquí hasta que vuelva por ustedes —ordenó observándolos con seriedad.
—¿Es su celo, cierto? Cómo lograron que se adelantara si cuidaste nuestros tragos —exclamó Jungkook, preocupado.
—Los tragos no son la única forma de drogar a alguien —respondió simplemente, antes de alejarse a paso apresurado.
—Hyung, te necesito —jadeó el pelirosa, removiéndose.
—Lo sé, nene, aguanta un poco más —respondió saliendo del club.
Caminando por el costado de la larga fila, Min sé dirigió al estacionamiento y chasqueó su lengua al encontrar su auto estacionado en un lugar tan visible y expuesto.
Gimiendo roncamente cuando su chico mordió con fuerza y una de sus manos apretó su pezón, rápidamente observó a su alrededor, detectando un oscuro callejón abandonado donde el auto perfectamente encajaría.
Tomando la decisión, buscó las llaves en su bolsillo y le quitó el seguro. Abriendo la puerta trasera, colocó delicadamente a su pareja, o al menos eso intentó.
—Nene, tienes que soltarme —pidió intentando soltar los brazos y piernas que se aferraban a su cuerpo.
—Pero... Te necesito tanto —exclamó observándole con ojitos perdidos, su rostro sonrojado y su frente brillando en sudor.
—Lo sé, bebé, solo serán unos segundos —prometió besándole la comisura de sus labios—. Quítate los pantalones mientras estamos en eso, ¿bien?
—Está bien —pronunció desganado—. Tengo calor de todas formas —expresó, finalmente soltándolo no muy feliz.
Cerrando la puerta mientras su pareja trabajaba en su pantalón con dedos torpes, el alfa se sentó detrás del volante y encendió el auto, saliendo rápidamente del estacionamiento para ocultarse en las profundidades del callejón.
Jimin se rió bobamente cuando su cuerpo se balanceó ante un giro descuidado de su pareja y luego empujó sus zapatos fuera, finalmente logrando quitarse su pantalón con ello.
—¿Sin ropa interior? —gruñó su alfa, observándolo por el espejo retrovisor, y el menor soltó una risita traviesa y sin aliento.
—Digamos que tenía algunos planes en mente cuando salimos del departamento —respondió y mordisqueó su labio inferior cuando su cuerpo se estremeció y su erecto pene palpitó en dolor—. ¿Por qué me siento así? —expresó, preocupado.
—Tengo una idea en mente —respondió apagando el motor y corriendo el asiento hacia atrás una vez estuvo en un lugar discreto—. Ahora, nene, ven aquí —gruñó buscando su billetera.
Soltando quejidos necesitados, Jimin maniobró su cuerpo pasando hacia adelante y rápidamente se sentó a horcajadas sobre el cuerpo de su pareja, gimiendo agudamente cuando su trasero desnudo se apoyó en la curvatura del pantalón de su alfa.
—Hyung —jadeó, colocando sus manos en sus hombros.
—Ya voy, nene —prometió sacando un condón y un pequeño paquetito de lubricante—. Levanta este trasero mío —ordenó y su omega ansiosamente obedeció, quejándose un poco cuando chocó contra el molesto volante.
—Es tan extraño, te necesito tanto, pero sé que aún no es mi celo, puedo pensar correctamente a pesar de mi necesidad —expresó enterrando sus dedos en el hombro de su pareja.
—Ten, ponlo en su lugar —ordenó Yoongi, sintiéndose embriagado del dulce aroma que estaba liberando su chico.
Mientras Jimin desabrochaba sus pantalones para colocarle el condón, el alfa inclinó el asiento un poco hacia atrás y luego abrió el paquetito de lubricante, vertiendo un poco en sus dedos antes de sondear en la entrada de su pareja.
El pelirosa omega gimoteó gustoso ante la invasión e inclinó su cuerpo en busca de más mientras con manos temblorosas sostenía el erecto miembro de su alfa, terminando de colocarle el condón.
—Mira cuán apretado estás, y aun así, liberas lubricante natural ansiosamente para mí —ronroneó el mayor, admirando las facciones de su pareja variando entre el placer y la desesperación.
—Ahora, por favor —rogó alzando sus manos, arrastrando con ellas la camiseta de su pareja.
—Aún estás apretado —respondió Yoongi, volviendo a penetrarle con dos dedos una vez la camiseta estuvo fuera.
—Joder, te necesito, alfa —gruñó restregando su erección en el abdomen marcado de su pareja, dejando un camino húmedo de pre-semen.
Abofeteando una nalga, el mayor contempló como su pareja se estremecía en placer, su pene se agitó liberando un poco más de pre-semen y sus muslos se apretaron a su alrededor a la vez que arqueaba su espalda.
Metiendo un tercer dedo en el estrecho canal húmedo, Yoongi colocó una mano en su nuca y unió sus labios en un beso desordenado y apasionado, uno dominante que buscaba tomar todo de su chico hasta dejarle sin aliento.
Cuando estuvo satisfecho con el estiramiento, empujó su pene en la húmeda abertura, comiéndose el gemido de su pareja al atormentarle rozando el exterior.
—Ahora —gimoteó el menor, llevando una mano hacia atrás para sostener la erección de su pareja.
Enderezándose lo más que pudo en el estrecho espacio incómodo, Jimin comenzó a bajar hasta que la punta del eje de su pareja desapareció en su interior.
Soltando un suspiro tembloroso, abrió sus ojos y contempló a su alfa observándole fijamente mientras le ayudaba a bajar en un firme agarre en su cadera que decía tener todo el control.
—Se siente tan bien~... —gimió deslizando sus manos por el torso y pecho de su pareja, deteniéndose en sus hombros, donde sus dedos se enterraron cuando el ardor superó por un momento el placer.
—Sigues tan malditamente apretado y húmedo —gruñó Min, siguiendo empujando al sentir el desesperado deseo de su pareja a través de su lazo.
—Tan lleno —balbuceó el pelirosa omega, arqueando su espalda para luego inclinarse y cubrir a su pareja.
Con su respiración agitada, Jimin deslizó sus manos por esos firmes hombros, hacia el cuello de su pareja para finalmente terminar en su rostro, capturándolo entre ellas.
Con desesperación, sus labios buscaron los de su alfa, besándolo intensamente entre gemido, hasta que finalmente su pareja estuvo profundamente enterrado.
—Joder... —exclamó sin aliento, apretando todo su interior para sentir la quemazón de estar lleno.
—Nene, sigue así y no llegaremos muy lejos —advirtió Yoongi en un gruñido, apretando con fuerza las nalgas de su omega.
—Es que... Te sientes taaan bien —gimió, sintiendo como cada terminación nerviosa se erizaba y estremecía, y entonces, una punzada de excitación atravesó todo su cuerpo transpirado.
Sin soportarlo más, el pelirosa omega comenzó a mover sus caderas de adelante hacia atrás, deslizando su miembro en el abdomen de su pareja.
Maldiciendo, el alfa se inclinó hacia adelante y capturó el labio inferior de su pareja, mordisqueándolo y succionándolo mientras comenzaba a mover sus caderas de forma corta, sin desear salir de aquel cálido lugar apretado que provocaba sonidos perversos.
—Más —jadeó su chico, rodeando su cuello con un brazo mientras que su otra mano se enredaba en el cabello de su pareja, tirando ligeramente del.
Gruñendo, Yoongi enterró el rostro en el cuello de su pareja y succionó la piel expuesta mientras aumentaba la fuerza en sus embestidas, logrando que el auto comenzara a quejarse y moverse.
Cruzando un brazo por la espalda baja de su omega, se apoderó de una nalga, apretando con fuerza mientras su otra mano rodeaba el miembro húmedo del menor entre sus cuerpos.
—Si, si, ¡más! —exigió su chico, saltando para ir al encuentro de sus embestidas mientras tiraba de su cabello—. Muérdeme alfa, por favor —sollozó.
Y por supuesto que Yoongi no se pudo contener ante tan linda petición.
Abriendo su boca, enterró sus dientes en la marca de su omega y gimió sobre esta cuando Jimin se estremeció, apretó todo su interior y gritó antes de venirse en su mano, manchando ambos cuerpos con su esencia.
Gruñendo, el alfa empujó un par de veces más y se vino llenando el condón, obteniendo un gemidito descontento y cansado de su pareja por ello.
—Quería sentir tu semilla —se quejó el menor, con su respiración agitada mientras sentía a su pareja seguir llenándolo.
Desenterrando sus dientes, Yoongi lamió la piel resentida y besó con ternura antes de alejarse, buscando los labios de su pareja.
—En otra oportunidad —murmuró, casi ronroneando a gusto cuando su nudo comenzó a crecer en el interior de su pareja.
Y siendo que su erección seguía dura entre ellos, muy bien podría divertirse y atormentarlo un poco más en lo que este bajaba.
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