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Capítulo 49


El pelirosa omega gimió ruidosamente y sus dedos se curvaron sobre la dura superficie, intentando aferrarse a esta sin éxito mientras su cuerpo era burlado de forma cruelmente seductora.

—Hyung —exclamó, empujando su desnudo trasero hacia atrás, sintiendo como el duro miembro de su alfa se deslizó por ambos glúteos, rozando su ansiosa entrada y burlándose de él.

Los pantalones de Jimin yacían desordenados cerca de sus rodillas, sus piernas separadas lo mantenían ahí mientras su cuerpo se inclinaba ligeramente hacia adelante. Incluso su camiseta había desaparecido en un momento, pero su pareja había mantenido el delantal en su lugar.

—¿Qué sucede cariño? ¿Necesitas algo? —se burló su alfa, manteniendo la distancia.

Observándolo sobre su hombro, el menor contempló a su alfa completamente vestido, con su camiseta gris ajustada y sus pantalones abiertos.

—Por favor —rogó volviendo su cabeza al frente—. No hay mucho tiempo —le recordó.

Yoongi frunció sus labios y contempló la deliciosa comida que su pareja había preparado para él.

Sabiendo que pronto tendrían que ir al médico, soltó un suspiro con pesar y deslizó sus manos por el cuerpo esbelto de su chico, agarrando con ambas manos cada nalga, observó con placer pervertido como su pene se deslizaba entre los glúteos, liberando gotas de pre-semen que caía en la parte baja de la espalda de su omega.

—Tienes razón, no deberíamos de jugar tanto —concedió y se inclinó para cubrir el cuerpo de su omega—. ¿Serás un buen chico de ahora en adelante? —susurró en su oído, arrastrando sus manos hacia el frente para apretar entre sus dedos aquellos pequeños pezones duros.

—¿Buen chico? —balbuceó el joven omega, estremeciéndose suavemente ante el placer que recorrió todo su cuerpo cuando su pareja simuló una embestida y tiró de uno de sus pezones.

—Sí —sopló en su oído y bajó, dejando rastros de besos por su mandíbula.

Soltando un pezón, agarró el rostro de su pareja y le obligó a observarle.

—¿Volverás a olvidar enviarme un mensaje cuando salgas? —gruñó sobre sus labios.

Jimin gimoteó y negó mientras murmuraba un "no". Recompensándolo con un beso algo duro pero apasionado, el mayor se alejó enderezado su cuerpo y buscó en sus bolsillos traseros un condón.

—Comprueba si necesitaremos lubricante, nene —ronroneó retrocediendo un paso.

Abriendo el paquete del condón, Yoongi dejó caer la envoltura al suelo y se detuvo para contemplar a su omega, penetrarse a sí mismo con dos dedos, soltando eróticos murmullos mientras comprobaba estar estirado y haber liberado suficiente lubricante natural por su propia cuenta.

—Hyung, necesito, ahm~... —gimoteó y dejó que su pecho se recargara en el mesón del mueble—. Lubricante, más —balbuceó mientras enterraba más sus dedos.

—Maldición —gimió roncamente y se colocó apresuradamente el condón antes de caer sobre sus rodillas.

Atrapando cada nalga entre sus manos, las separó y empujó su lengua entre los dedos de su pareja.

Las piernas de Jimin temblaron y su mente se quedó en blanco por unos segundos, mientras su boca balbuceó sin poder emitir nada, sintiendo esa dulce humedad luchar con sus dedos para poder lamer su interior, empujando más su rostro hasta el punto en que tuvo que sacar su mano del camino.

—Mierda, alfa... Sí —jadeó sintiendo como su cuerpo se volvía más caliente.

—Eso bebé, suelta más para mí —alabó lamiendo su pequeño orificio por fuera, obteniendo pequeñas muestras del lubricante natural que estaba soltando su pareja.

—Yoongi, por favor —sollozó, sintiendo que en cualquier momento sus piernas se doblarían del puro placer que sentía.

Besando el centro de aquel brillante agujero ansioso, el alfa succionó cerca de la entrada, dejando una rojiza marca antes de volver a enderezarse y tomar la base de su pene enfundado.

—Ahí voy, bebé —advirtió y observó con lujuria como la cabeza de su miembro presionaba lentamente en el pequeño orificio, abriéndose camino para ser devorado.

Jimin gimoteó y sus uñas rasguñaron la dura superficie firme mientras sentía como su pareja empujaba, pasando la leve resistencia sin detenerse, provocando una ligera quemadura placentera.

—¿Ya está? —preguntó en una temblorosa exhalación cuando lo sintió detenerse.

—Falta poco, bebé —prometió inclinándose, plantando suaves besos a lo largo de sus hombros—. Estás tan jodidamente apretado —jadeó sobre su piel.

—Tú eres muy grande —bufó el menor y exclamó con sorpresa cuando su pareja empujó de una el resto—. Dios —gimió largamente, retorciéndose bajo el cuerpo del mayor.

—Devoraste mi polla completamente —se rió sin fuerza el alfa.

Jimin lamió sus labios y respiró profundamente hasta que finalmente se adaptó al grosor de su pareja.

—Listo, empuja, Hyung —pidió y se enderezó al igual que su alfa.

Colocando sus manos sobre las de su pareja que descansaban en el mesón, Yoongi entrelazó sus dedos y comenzó a mover sus caderas con movimientos cortos pero fuertes, sacudiendo a su omega con ello.

—Sí, así —balbuceó el menor, girando su rostro para buscar los labios de su pareja.

Acercando su rostro, Yoongi besó de forma desordenada y casi sin sentido a su chico, sintiendo placer nada más del roce de sus labios y sus respiraciones entrelazándose.

—Necesito tocarme —sollozó Jimin, sintiendo como el roce del delantal se convertía en uno placentero y desesperante con cada empuje.

—No —gruñó el alfa, girando su rostro para enterrar su nariz en su nuca, tomando una profunda respiración—. Te vendrás así.

—Hyung — se quejó, pero obviamente no fue escuchado.

Manteniendo sus manos unidas, el mayor rodeó el cuerpo de su pareja, cruzando uno de los brazos por el pecho y el otro por la cintura mientras movía sus caderas con más fuerza.

—Por favor, estoy tan cerca —jadeó el menor de forma desesperada cuando su alfa comenzó a maltratar su punto dulce una y otra vez.

En respuesta, Yoongi abrió su boca y mordió el cuello de su pareja.

Jimin gritó en sorpresa y todo su cuerpo se estremeció mientras llegaba a su anhelado clímax, manchando todo el delantal.

Gruñendo sobre la suave piel, el mayor golpeó profundamente un par de veces más y entonces llenó el molesto condón con su corrida.

Y tan pronto como terminó, se empujó aún más adentro para tocar ese punto, dulce justo en el momento en que su nudo crecía, presionando en aquel lugar.

Ambos gimieron ruidosamente con ello, disfrutando la sensación de ser llenado y el otro de la estrechez que le rodeaba.

—S-se siente bien —balbuceó el menor, gimiendo cuando el más mínimo movimiento provocaba una presión exquisita en su punto dulce.

—Lo sé —pronunció Yoongi, arrastrando su nariz por el esbelto cuello de su pareja.

Con sus cuerpos calientes y envueltos en sudor, ambos se quedaron en la misma posición por unos largos minutos, calmando sus respiraciones.

Cuando el nudo comenzó a retroceder lamentablemente, el pelirosa omega giró su cabeza y compartió un beso lento y dulce con su alfa, soltando un gemido entre medio cuando este empujó suavemente su interior antes de deslizarse fuera.

Dando vuelta a su pareja, Yoongi le quitó el delantal y limpió cualquier rastro de semen de su cuerpo antes de subirle los pantalones, sabiendo mejor que nadie como de tembloroso había quedado su chico.

—Ve a la mesa, cariño, yo serviré la comida —ordenó besando su sien con dulzura antes de empujarlo suavemente, entregándole su camiseta.

Con una exhalación inestable, Jimin se apartó del camino y tomó asiento en la mesa, colocándose su camiseta con movimientos lentos y algo torpes.

—Nota mental, no volver a hacerlo en la cocina —murmuró y pasó sus manos por su cabello.

—Nota mental, sacar la cocina de la lista de lugares por hacerlo —corrigió Yoongi luego de reír abiertamente.

—Pensé que durante mi celo probamos todos los lugares —comentó, con sus mejillas levemente sonrojadas aún por el ejercicio.

—Me reservé algunos lugares para probar durante mi celo —explicó y apareció con dos platos en la mano, dejándolos sobre la mesa—. Y una que otra fantasía también —le guiñó un ojo antes de volver a la cocina.

—¿Fantasía? —repitió indudablemente interesado—. ¿Cómo cuál?

—Uhm, una que está relacionada con un espejo y tu cuerpo desnudo, expuesto y abierto para que puedas ver todas las cosas que te hago, que me ruegas para que te las haga —expresó llevando todos los otros platos a la mesa.

El menor tragó y se removió en la silla apretando sus muslos.

—Dios, hyung, no le puedes decir eso a un omega en toda su juventud cachonda —se quejó observándolo sentarse frente a él.

—Cariño, tengo planeado disfrutar de toda tu fuerza de juventud, incluido tu rápida recuperación dentro y fuera de un celo —juró tomando los palillos para comenzar a comer.

—Joder —murmuró Jimin, con una sonrisa que simplemente no pudo borrar de sus labios maltratados—. Por cierto, tengo que ir a la casa de mi abuela —comentó antes de comenzar a comer.

—¿Por qué? ¿Qué te exigió hacer ahora? —cuestionó.

—No, no es nada —prometió y soltó una ligera risa cuando su pareja alzó una ceja en silencio—. Bueno, si me ha exigido cosas sacando la carta de todo lo que ha hecho por mí, pero quiero ir más por las cosas que dejamos —explicó—. Pronto volveré a la universidad y necesito mis libros, cuadernos, entre otras cosas.

—De acuerdo, si uno de tus amigos no te puede acompañar, avísame y voy contigo, pero no vayas solo —advirtió.

—Está bien —asintió feliz.

—¿Cuánto dinero te falta para la matrícula? —preguntó de pronto, y Jimin automáticamente torció sus labios.

—Sigo sin sentirme muy a gusto con que la pagues —murmuró bajando la mirada a su comida.

—Somos pareja, nene, y en toda la palabra, según la marca en tu cuello —le recordó—. Y no estaré pagando toda tu matrícula, solo pondré el dinero que te falta.

—Aun así, ni siquiera estoy ayudando a pagar los gastos de la casa —refunfuñó.

—El departamento es mío, de nosotros, por lo que no hay que pagar nada más que cuentas comunes y comestibles, de los cuales ya quedamos en que tú ibas a comprar —le recordó.

—Sí, quedamos en eso luego de que me quejara —resopló y le observó—. Y hablando de comestibles, pronto habrá que ir a reponerlos —le observó.

—Solo dime cuando quieras ir.

—¡Oh Dios! —exclamó repentinamente el menor.

—¿Qué? ¿Qué sucede? —preguntó Yoongi, observando a su alrededor.

—Tienes manchas de sangre en tu brazo —exclamó levantándose de la mesa para observarle preocupado—. ¿Te duele?

—No, bebé, estoy bien —prometió tomando sus manos y observó su brazo vendando—. Esto no es nada, seguramente cuando te abracé estaré demasiado la piel y eso es todo —explicó.

—Uh... Tal vez debimos seguir conteniéndonos hasta que el médico dijera algo —murmuró volviendo a su puesto.

—Fue una herida en el brazo, no algo de vida o muerte —indicó.

—En tu brazo y hombro —corrigió.

—La del hombro ya sanó —le recordó—. Termina de comer, nene, iremos al médico para que nos vea a ambos y luego me dirás cuánto dinero te falta para la universidad —indicó con seriedad.

Asintiendo, Jimin observó la herida de su pareja antes de seguir comiendo, prometiéndose a sí mismo tener más cuidado y preguntarle al médico de todas formas.

El pelirosa omega agradeció a la enfermera cuando esta le entregó los medicamentos que le había recetado el médico de su alfa tras revisarlo y se alejó para volver a la consulta con su pareja.

Yoongi no se había visto muy feliz cuando anunció que iría a retirar los medicamentos tras verificar que la farmacia del hospital pronto cerraría, pero el menor no le encontraba el sentido a salir a comprarlos cuando los podía conseguir gratis, ese era un rasgo que permanecería en él sin importar que estuviera o no viviendo con su abuela, siempre era bueno ahorrar dinero.

Caminando devuelta por el pasillo, se detuvo abruptamente en una esquina cuando casi chocó con una mujer.

—Lo siento —murmuró e intentó esquivarla, siendo seguido de igual forma.

Retrocediendo un paso, contempló a la mujer con abrigo de marca y lentes de sol, luego al hombre vestido de negro detrás de ella, cuyo rostro se le hacia conocido, pero no podía recordar de donde.

—¿Puedo ayudarles en algo? —preguntó.

—¿Cuánto?

—¿Perdón? —parpadeo y observó a su alrededor, confundido.

—¿Cuánto dinero quieres por dejar que otro alfa muerda tu cuello y dejes a Yoongi? —exclamó quitándose los lentes de sol con dramatismo.

—Ah, eres tú —pronunció sin entusiasmo al reconocer a la molesta omega del día del tiroteo.

—No es tú, es señorita Young para ti —reprochó con sus labios curvados en disgusto—. Mejor dime cuánto dinero quieres para terminar con esto pronto —anunció con arrogancia, abriendo el bolso de manos para sacar su chequera.

—Es bastante desagradable ofrecer dinero para conseguir algo —comentó—. Y no importa cuánto dinero me ofrezcas, no terminaré con Yoongi ni permitiré que nuestra marca sea borrada —anunció con decisión.

—Por favor, es obvio que solo te has juntado con él para quitarle todo su dinero —espetó con desdén—. Un omega sin padres como tú, con una abuela que no le presta ni el más mínimo interés y que trabajó como una puta por dinero en un club es obvio que lo único que te interesa es el dinero —se burló.

—Trabajé en un club como camarero y nada más —corrigió con sus labios fruncidos en una mueca.

—¿Es lo único que argumentaras? —resopló con una sonrisa desagradable—. Terminemos esto rápido, obviamente un don nadie como tú no merece estar al lado de Yoongi, mucho menos recibir el honor de recibir esa marca —espetó observando con algo de resentimiento su cuello.

—Wow, vaya —exclamó con una risa—. Realmente eres una persona desagradable, no me sorprende entonces que mi alfa le hubiera pedido a su jefe que te pusiera otro guardia —expresó.

Cuando la omega frente a él alzó su mano, Jimin instintivamente levantó su brazo para detenerla, pero no fue necesario ni siquiera moverse.

Una sonrisa presumida se posó sobre los labios del pelirosa omega cuando sintió de un brazo que se colocaba alrededor de su cintura de forma posesiva y tiraba de él hacia atrás, presionándolo contra un firme cuerpo.

—Te tardaste demasiado, nene —musitó Yoongi, besando la sien de su pareja mientras sostenía en lo alto la mano de Na-rim.

—Lo siento, me topé con algo desagradable en el camino —explicó y se acurrucó en los brazos de su pareja—. Me estaban ofreciendo dinero para alejarnos y no estaba recibiendo bien mi respuesta negativa.

—Eso es mentira —chilló Na-rim, tirando de su brazo—. Oppa, no le creas —pidió.

—¿Me estás pidiendo creer a una mujer tan caprichosa, mimada y desagradable como tú antes que a mi propia pareja? —expresó, alzando una ceja—. Uhm, no esperaba que tu mente estuviera tan mal —comentó y Jimin soltó una risita que intentó cubrir con su mano.

—¿Cómo te atreves? —exclamó luchando por liberar su mano—. Suéltame, me estás lastimando —lloriqueó.

Lo que inevitablemente, hizo entrar en acción al guardia que le seguía.

—Suelte a la señorita —ordenó el alfa.

—Vaya, WonHo, pensé que solo estabas ahí parado como decoración desde que ni siquiera pestañeaste cuando esta chica intentó lastimar a mi pareja —expresó con sorpresa, liberando su mano fácilmente.

—Mi trabajo solo es proteger a la señorita Young —argumento amargamente.

—Pésimo trabajo, déjame decirte —murmuró Jimin y sonrió de forma inocente cuando la mujer le observó asesinamente.

—Vamos, nene, adelántate un poco mientras comparto unas palabras con estas personas —pidió el alfa y tomó el rostro de su pareja con su mano libre tras percibir la renuencia del menor—. No queremos perder la hora con el médico, quiero leer ese examen que diga sobre nuestro cachorro —indicó y picoteó sus labios—. ¿Bien?

—¿Cachorro? —jadeó Na-rim, dejando de lado toda expresión de superioridad que había mostrado en un momento cuando pensó que se iba a quedar a solas con Yoongi.

La expresión de sorpresa y desagrado de Na-rim casi hizo reír a Jimin, pero aguantó lo más que pudo mientras le seguía el juego a su alfa.

—No tardes mucho, quiero que los dos escuchemos la gran noticia —pidió con puchero que fue besado y mordido.

—No tardaré mucho —prometió y finalmente lo soltó.

Observando a su pareja alejarse, Yoongi perdió toda sonrisa amable de su rostro e ignoró a la molesta omega para pararse frente a WonHo.

—Poco me importa que estés en medio del trabajo, si mi pareja resulta lastimado y tú estás involucrado, solo recuerda lo que hacía en el ejército cuando me lo ordenaban, ahora imagina lo que haría por diversión y venganza —amenazó y sonrió alegremente.

Cuando el alfa contrario abrió su boca, Yoongi colocó su mano sobre su hombro, dándole unas ligeras palmadas mientras permitía que su aroma fluyera libremente, concentrándose únicamente para atormentar a WonHo.

—Estás advertido —pronunció observando sin emoción alguna como este caía al suelo sobre sus rodillas mientras sus manos rodeaban su garganta, siendo ahogado y asfixiado por las feromonas intimidantes que liberaba.

A su lado, la molesta omega cayó desmayada sin poder soportar la presión de su aroma lleno de feromonas amenazantes.

Ah, realmente se sentía bien poner en su lugar a personas desagradables y aunque le gustaría seguir atormentado a ambos, su chico le estaba esperando.

—Creo que tu cliente se ha desmayado —comentó y se alejó volviendo a controlar su aroma.

Caminando por el pasillo, sonrió de forma auténtica cuando contempló a su pelirosa omega balanceándose de la punta de sus pies a sus talones mientras le esperaba frente a una puerta.

—Hyung —pronunció con una hermosa sonrisa tras verle—. ¿Todo bien? —pregunto observándole todo curioso.

—Todo bien, creo que entendieron el mensaje —expresó.

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