
Capítulo 46
Jimin soltó una risita cuándo la pantalla de su teléfono se encendió anunciando una llamada entrante de su pareja.
—¿Quién es ese? —preguntó LuHan, intentando observar sobre su hombro.
—Mi alfa —respondió sin dar más explicaciones y echó una rápida mirada por la tienda—. Vuelvo en seguida —anunció cuando confirmó que no había la suficiente clientela cómo para alterar a su perezoso compañero de trabajo.
Sin detenerse a escuchar las protestas del otro omega, inmediatamente se alejó y fue a la parte trasera de la tienda, donde estaban los cambiadores, antes de contestar la llamada.
—Lamento la tardanza, estaba buscando un lugar donde hablar —explicó cuando contestó.
—¿Soy inoportuno? Podemos hablar después —aseguró—. Solo deseaba escuchar tu voz un momento —expresó cómo si esa simple frase no alterara el débil corazón del menor.
—Está bien, tengo unos segundos —prometió con una tonta sonrisa—. Yo también quería escuchar tu voz —reveló.
—Este día ha sido un infierno de largo —se quejó el mayor—. Solo quiero tenerte entre mis brazos y sostenerte mientras te beso, con mis manos acariciando esas preciosas marcas en tu suave piel y sentir todo tu aroma.
—Eso suena bien —suspiró a gusto—. Podríamos hacer precisamente eso al terminar el trabajo —pensó—. Solo quedan un par de horas —le recordó—. ¿A menos que hayas tomado un trabajo? —preguntó inseguro.
—No, Namjoon tuvo que reemplazarme en mi otro trabajo y me dijo que no era necesario que volviera, por lo que simplemente he estado en mi oficina, recordando los maravillosos recuerdos de estos tres días, cuatro si contamos el que te mime fuera del celo —expresó con una sonrisa.
El pelirosa omega se removió, observando por el pasillo antes de hablar en voz baja.
—Así que por tu culpa he tenido también esos fragmentos de recuerdos y momentáneos destellos de excitación, Hyung —acusó bajito.
—Uhm, me alegra que esto del lazo funcione en el doble sentido —ronroneó para nada culpable—. Ahora estás en la tienda de café, ¿no? —preguntó repentinamente.
—Sí, lo estoy —asintió a pesar de que no lo pudieran ver.
—Perfecto, quiero que te quites el suéter con cuello y te quedes solamente con la camiseta blanca y el abrigo abierto con botones que te llevaste por si sentías frío —ordenó.
—¿Q-qué? —balbuceo, con sorpresa.
—Creo que me escuchaste, nene.
—Pero... Entonces verán todas las marcas en mi cuello —pronunció preocupado.
—Exactamente lo que quiero —anunció con firmeza—. Estuviste en celo hacía un par de días atrás, bebé, con suerte descansaste uno y a pesar de que estás cubierto con mi aroma, sé que algunas feromonas del calor persisten porque yo mismo las sentí, y si otros lo hacen también pensarán estúpidamente en coquetearte al no mostrar mi marca —explicó.
—Pero yo los rechacé —informó, lo que solo confirmaba su teoría.
—Hay imbéciles cómo Taemin en todos lados que no aceptaran un no cómo respuesta, nene, y esos idiotas pueden esperar a que termine tu turno para intentar algo —expresó—. Para ellos, el sentir tu aroma con esas feromonas ya es una invitación a hacer lo que quieran.
—Uh... Comprendo —aceptó estremeciéndose de solo pensar en toparse con alguien parecido a Taemin otra vez—. Me lo sacaré ahora, y para tu información, me encontraré en la salida con Tae y Kook, ellos me acompañarán hasta tu lugar de trabajo —anunció.
—No es necesario que vengas a buscarme, nene, si deseas pasar un rato con tus amigos puedes ir —comentó.
—Tal vez lo haga otro día, en este momento lo único que queremos mi lobo y yo es estar contigo, más de lo usual —reconoció—. Busqué en internet y resulta que es normal para las parejas recién enlazadas.
—Solo para que conste, estoy muy bien con que seas pegajoso conmigo, estemos o no recién emparejados —indicó.
—Lo sé —sonrió y observó el pasillo cuándo escuchó movimiento—. Tengo que irme, parece que llegaron clientes —anunció.
—Está bien, nene, nos vemos después y envíame un mensaje cuando vengas en camino —se despidió.
—Lo haré —prometió.
—Y, Jimin-ah. Te amo —anunció y cortó la llamada sin darle ninguna oportunidad al menor de responderle.
Negando con una sonrisa enamorada, el pelirosa omega guardó su celular en su bolsillo y luego siguió el consejo de su pareja, sacándose el suéter para reemplazarlo por el abrigo rojo y delgado con capucha que llevaba hasta un poco más arriba de sus rodillas.
Guardando la prenda, observó su reflejo en el pequeño espejo de la puerta de su casillero, apreciando todas las marcas en la tierna piel y luego la cerró.
Yoongi tenía razón, lo mejor era mostrarles a aquellos idiotas directamente que tenía un perfecto alfa con quien compartir su ciclo de calor y que sabía darle exactamente todo lo que deseaba.
Volviendo al frente con una confianza que le hacía sentirse feliz, ayudó a LuHan atendiendo a algunos clientes, ignorando desde las miradas curiosas, sorprendidas y por supuesto, porque nunca podía faltar, las de completo desagrado.
—Hey —llamó el otro omega, apartándolo una vez terminaron de atender a las personas que se habían juntado—. ¿Quién fue el que te dio tremenda paliza? —cuestionó observando su cuello.
—Te dije que tenía un alfa —rió suave.
—¿En serio? ¿Quién? —indagó.
—El alfa que vino la otra vez, ya sabes, Yoongi, el hermano de uno de mis amigos —anunció—. Alto, pálido, pelinegro, fuerte y con sonrisa encantadora —describió y finalmente hubo señal de reconocimiento en el contrario.
—¿Ese alfa? —cuestionó.
—Sí, él —asintió feliz.
—No, eso es mentira —negó inmediatamente—. Ese hombre es demasiado para alguien como tú. Seguramente te tocó un abusador y lo estás cubriendo —se burló cruzando los brazos—. Sé que somos omegas y por instintos sumisos, pero mentir y dejarse llevar por eso —señaló su cuello—, ya va a otro nivel.
—No sabes de qué estás hablando —negó fervientemente.
—Amigo, prácticamente lo que te hicieron ahí fue lo mismo que cuándo los animales marcan orinando sobre las cosas y ese alfa no haría algo como eso —indicó—. Tú solo estás ocultando y guardando todo porque el idiota que te mordió te lo ordenó. En serio, cuán estúpido tienes que ser para cometer el error de ser mordido —negó.
—No soy realmente una persona que es desagradable con los demás —anunció Jimin, con su semblante serio—. Pero, así como te gusta observar, criticar a los demás y meterte en sus asuntos, lo mejor sería que te vieras a ti mismo. En cualquier momento la señora Song te despedirá por tus constantes faltas y permisos, a todos les pides que cambien de turno contigo y rara vez aceptas cuando uno te lo pide —reveló sorprendiendo al contrario—. Yo sí estoy saliendo con Yoongi hyung y no es mi culpa que él no te hubiera aceptado cuando le coqueteaste.
—Las tartas de limón están listas, chicos —anunció su jefa, dejando una bandeja sobre el mesón antes de retirarse para ir por la otra tirada.
Alejándose de su compañero de trabajo, el pelirosa omega tomó una y la colocó en una bandeja antes de salir para llevársela a uno de sus clientes que la había pedido para servir.
Ignorando a LuHan, Jimin colocó una gran sonrisa en su rostro mientras entregaba el pedido y solo forzó más su sonrisa cuándo percibió que la mujer mayor observaba no muy bien las marcas de amor en su cuello.
—Espero que disfrute su pedido —anunció e ignoró como la omega chasqueaba su lengua con molestia mientras se retiraba.
Cuando volvió detrás del mesón, no se sorprendió para nada al no encontrar a LuHan en su lugar, por lo que solo prosiguió a guardar las otras tartas antes de que el nombrado apareciera, y no precisamente solo.
—Jimin, necesito hablar contigo —anunció la señora Song, sin revelar mucho en su rostro, pero con sus ojos demostrando preocupación.
—Por supuesto —asintió fácilmente—. Tendrás que terminar de ordenar, LuHan —indicó mientras seguía a su jefa hacia la parte trasera, yendo directamente a su oficina.
Cerrando la puerta detrás de él, el omega se sorprendió cuando su jefa le tomó de los hombros y le observó con preocupación expresada en cada rasgo de su rostro.
—¿Alguien está abusando de ti? —cuestionó.
—No, no lo están —negó.
—Mira, si lo estás defendiendo porque te mordió no es necesario que le seas fiel, ese lazo fácilmente podríamos romperlo logrando que otro alfa te mordiera —aseguró.
Jimin bufó sin poder contenerse.
—No quiero borrar la marca de mi pareja, señora Song, quiero a mi alfa, es un buen hombre que me cuida y me quiere —juró—. Estas marcas que aprecia son debido a que entré en celo, pero él aun así se aseguró de seguir mis deseos y no anudarme ni venirse en mi interior. Cualquier cosa que le haya dicho LuHan es mentira, y está hablando solamente porque mi pareja es un alfa que lo rechazó abiertamente cuando le coqueteó —explicó y eso pareció ser suficiente como para calmar las cosas.
—Aisha, ese niño —negó bajando sus manos—. Juro por Dios que realmente llegué a pensar que estabas relacionado con un abusador, por la forma en que me contó todo —expresó.
—Le juro que las marcas son por mi celo... Fuimos algo intensos los dos esos tres días —reconoció un poco avergonzado.
—La juventud en estos días —dijo simplemente, moviendo su mano como si no fuera nada—. Te creo si me dices que fue solo eso, pero... Estás en el trabajo y algunos clientes podrían pensar mal las cosas también si te ven así —expresó.
—Lo siento, con mi alfa pensamos que sería buena idea para ahuyentar a los otros que pensaban que podían ignorar mi no —explicó.
—Creo que su aroma más la marca sería más que suficiente para ello, pero lo demás... —negó suave—. Te lo dejaré pasar desde que es la primera vez que podría decirse que "causas" Un problema, pero algo más de consideración para la próxima, ¿bien?
—Está bien —asintió.
—De acuerdo, ya puedes volver —anunció y se dirigió hacia su escritorio—. Pueden vender lo que quedan en los mostradores, la cocina ya ha cerrado hasta mañana —ordenó.
—Sí, señora —respondió y salió de la oficina, recorriendo el pasillo hasta volver al frente de la tienda.
—¿Y? ¿Qué fue lo que te dijo ella? ¿Lo reconociste? ¿Te ofreció su ayuda? —cuestionó LuHan inmediatamente atrapándolo.
—No ocurrió nada, y si insistes en seguir entrometiéndote se lo diré a Jungkook y a mi alfa —amenazó y se alejó rápidamente con molestia.
Para cuando sus amigos finalmente llegaron a buscarlo a su salida, inmediatamente captaron que algo le molestaba por la expresión de su rostro.
—¿Qué te pasa, Minnie? —cuestionó Taehyung alzando su mano libre para tocar el hombro de su mejor amigo.
—No es nada —torció sus labios—. LuHan llegó demasiado lejos esta vez —explicó.
—¿Qué hizo ese idiota ahora? —gruñó Jungkook, observando al otro omega que estaba en el otro extremo.
—Hizo ver a Yoongi como si fuera un abusador por esto —señaló su cuello—. E incluso habló con la señora Song al respecto y todo porque no aceptó que "alguien como yo" estuviera saliendo con Yoongi —refunfuñó.
—Sostenme Kookie, esta vez yo lo golpearé —anunció el beta, lanzándose hacia adelante cuando el joven omega paso rápidamente cerca de ellos.
Soltando un chillido asustado, LuHan inmediatamente se apartó perdiéndose en el pasillo.
—Deja esa basura, ya me tocará un turno con él —expresó el omega dominante, tirando de la mano a su pareja—. ¿Estás listo? —preguntó observando al pelirosa, quién asintió.
Dejando que el otro empleado terminara de ordenar todo, Jimin recogió sus cosas, le envió un mensaje a su alfa y salió de la tienda con sus amigos, con la puesta de sol iluminando las calles.
—Dejando de lado el tema de LuHan, realmente es sorprendente las marcas en tu cuello —observó Kook.
—No tan sorprendente como el que lo haya mordido —resopló Tae—. Dime Minnie-ah, ¿cuándo tenías pensado decirnos que ya habías sido reclamado y que ahora eres parte de la familia Min oficialmente? —refunfuñó.
—Uh... Supongo que estaba tan feliz que olvidé contarles esa parte —expresó soltando una ligera risa avergonzada.
—Lo importante aquí es cómo están los dos con eso —anunció el otro omega—. ¿Realmente lo querían o fue la emoción del momento? Porque será realmente doloroso si tienes que llegar a romper el lazo —le recordó.
—Los dos estamos bastantes felices por cómo sucedió —aseguró sonriente, pero firme—. Tal vez fue apresurado y sin pensar, pero ya está hecho y ninguno de los dos nos arrepentimos —prometió.
—Uhm, mis padres van a flipar cuándo se enteren de esto —comentó el beta, aunque no tenía precisamente una expresión feliz por ello.
—Qué...
—Se enteraron de qué Taemin ya no va a nuestra universidad —interrumpió Taehyung, tirando de sus manos para cruzar la calle rápidamente ante la luz parpadeante de verde.
—¿Taemin? ¿Por qué? —exclamó Jimin con sorpresa, olvidando su pregunta.
—Yo también escuché algo —asintió Kook—. Resulta que lo que te hizo a ti no era exactamente el único escándalo que tenía y luego de que intentara demandar a tu alfa salió la luz toda su basura —comentó.
—Dicen que su padre estaba tan furioso que lo mandó a estudiar a Estados Unidos —añadió el beta—. No cuán real sea todo, porque otros dicen simplemente que se está tomando el año después de la vergüenza que pasó —se encogió de hombros.
—No importa cuál sea la razón, al menos ya no tenemos que tratar con él, lo cual es bueno considerando que nuestras vacaciones ya se están por acabar —expresó Jungkook y el pelirosa omega asintió de acuerdo con él.
Pero, aunque apareciera, Jimin sabía que no tenía nada que temer teniendo a su alfa con él.
—¿Ese es Yoongi? —preguntó Tae al contemplar a su hermano fuera del edificio, hablando con otras personas vestidas de traje.
—Tal vez no use el mismo traje, pero siempre usa el negro —comentó Jungkook—. ¿Quién será esa mujer? —preguntó.
—Tal vez es un cliente —pronunció Jimin y sonrió automáticamente cuándo sus ojos se encontraron con los de su alfa—. ¡Hyung! —gritó agitando su mano a modo de saludo.
Yoongi le sonrió pareciendo ignorar abiertamente a la mujer que se le acercaba, deteniéndose frente a él.
El pelirosa omega le observó intentar rodearla para ir con él, pero de un momento a otro, se escuchó el chillido de llantas derrapando y luego un fuerte ¡bam! ¡Bam! ¡Bam!
Y el caos estalló con ese sonido.
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