Capítulo 39
Jimin se dio vuelta con un paño entre sus manos para ir a limpiar sus mesas cuando se encontró con el rostro de su mejor amigo repentinamente, logrando sobresaltarlo.
—Joder —exclamó con una mano en su pecho.
—¿Cómo es eso de que ahora estás viviendo con mi hermano? —cuestionó Taehyung.
El pelirosa omega frunció el ceño y observó a su costado, donde Jungkook fingía preparar un café.
—¿Es en serio? —se quejó.
—Es mi pareja y tu mejor amigo, ¿en verdad esperabas que no le contara esto? —se defendió el omega contrario.
Jimin resopló y retrocedió un paso.
—Bueno, debería de agradecer que aguantaste lo suficiente como para esperar hasta que terminaremos nuestro turno en la cafetería —refunfuñó.
—No lo hice, Tae recién vio el mensaje —se encogió de hombros, para nada culpable.
Jimin rodó sus ojos y negó mientras rodeaba a su amigo y se dirigía a sus mesas.
—Que ahora sean pareja no significa que deben de contarse todo —se quejó bajito.
—Sí, lo hace, y estoy seguro de que tú haces lo mismo con mi hermano —argumento el beta, y el pelirosa no hizo más que apretar sus rellenos labios juntos, dándole la razón con ello—. ¿Me vas a ignorar? —cuestionó Taehyung, tomando asiendo en la mesa que el omega limpiaba.
—Todavía estoy en medio del trabajo —argumentó.
—Es sábado, no hay muchas personas —indicó observando alrededor de la casi vacía tienda—. Y tu turno ya está por terminar —destacó.
—Bien, ¿qué quieres saber? —suspiró, observándole.
—Claramente cómo fue que terminaste viviendo con Yoongi —respondió obvio—. No sé cuántas veces nosotros intentamos sacarte de esa casa sin éxito, y llega él y te vas como si nada —resopló.
—No fue como si nada —suspiró—. Fue hace un par de días, estaba libre y me encontraba en la casa. Mi abuela... —torció sus labios—. Ella se encontraba más quisquillosa de lo normal y tuve que cancelar mi salida con él sin poder explicarle, entonces apareció en la casa y cuando me vio limpiando, simplemente me sacó y me pidió que me fuera a vivir con él —explicó, y se encogió de hombros.
—¿Y ese golpe qué? —preguntó, señalando su mejilla derecha.
—A mi abuela se le olvidó que tenía mi celular en su mano —murmuró tocándose suavemente su pómulo.
Aunque había intentado cubrir el hematoma con maquillaje, la ligera hinchazón que permanecía era algo difícil de ocultar.
—¿Y Yoongi solo te llevó lejos? —cuestionó alzando una ceja—. Me sorprende que solo hubiera hecho eso —resopló—. Ese día ya se había ido enojado de la casa debido a que discutió con nuestros padres con justa razón —refunfuñó.
—Espera, ¿tuvo una discusión con tus padres? —exclamó—. Sabía que estaba algo raro cuando llegamos al departamento, pero al preguntarle no me dijo nada y luego... —se sonrojó suavemente—. Bueno, me distraje un poco con sus besos.
—Y qué clase de besos debieron de haber sido —se mofó el beta, soltando una risa cómplice.
—Idiota —le empujó suavemente por el hombro—. Mejor dime por qué Yoongi hyung discutió con sus padres —exigió.
—Eso es algo que él te contará cuando esté listo —expresó sinceramente, no sabiendo si Jimin sabía o no lo que era en realidad su hermano.
—Bueno, lo que es por mí, me alegra saber que ya no estás atrapado con esa bruja manipuladora —comentó Jungkook acercándose.
—Ella aún no sabe que me he ido definitivamente —confeso pasando una mano por su nuca—. Yoongi hyung solo le dijo que volvería en unos días, pero solo fue para sacarme de ahí sin tanto drama —explicó.
—Entonces debe de estar muy contenta al ver que aún no vuelves —resopló el beta en una risa que no pudo ocultar.
—De momento solo me he llevado mi ropa, pero después tendré que ir por todo los demás, especialmente mis libros de la universidad —expresó.
—Hablando de ello, ¿cómo vas juntando dinero? —preguntó el rubio omega.
—Voy en camino —se encogió de hombros—. Tengo dos trabajos y Yoongi hyung me prometió que me ayudaría con el resto y que después vería una forma en que se lo devolviera —sonrió suave.
—Me huele a que no va a ser así —canturreó Taehyung y alzó su brazo rodeando la cintura de su pareja para tirarlo sobre su regazo.
—Tae —exclamó Jungkook, frunciendo el ceño—. ¿Quieres que la señora Song te eche de la tienda otra vez? —cuestionó, pero aun así no se movió de su posición.
—Oficialmente hace un minuto ustedes terminaron de trabajar, por lo que puedo hacer esto —sonrió orgullosamente—. Y también esto —anunció antes de juntar sus labios en un beso duradero.
Tomando algo de distancia de sus amigos, Jimin cambió el cartelito de la puerta a cerrado y luego sacó su teléfono enviándole un mensaje a su alfa, diciéndole que ya estaba listo.
Pasando a la parte trasera de la tienda, el omega tomó su mochila y se despidió de su jefa antes de ir al frente, donde sus amigos seguían comiéndose la boca.
—Siempre está disponible el departamento de Jungkook para que sigan con su sesión de besos —interrumpió divertido.
—Uhm, ¿vendrás con nosotros? —preguntó Taehyung, pero sus ojos solo estaban en el rostro de su pareja.
—No gracias, no quiero que me dejen solo viendo una película mientras se encierran en el baño a tener sexo —comentó traviesamente.
—Nosotros no haríamos eso —se quejó Jungkook, observándole con el ceño fruncido.
—Es cierto, ¿a caso piensas lo peor de nosotros, Minnie? —exclamó el beta.
El pelirosa omega alzó una ceja y cruzó los brazos sobre su pecho, esperando.
Finalmente, ambos esquivaron su mirada con un suspiro culpable.
—Solo vayan a jugar como conejitos, solo Dios sabe cuánto se han querido comer ustedes dos —bromeó.
—¿Quién dijo que ya no lo estamos haciendo así? —argumentó Tae, ganándose un golpe en la nuca de su pareja.
—Idiota —reprochó.
Jimin soltó una gran carcajada, inclinando ligeramente su cabeza hacia atrás.
—Por favor, como si mi hermano y Minnie no estuvieran follando a cada hora del día ahora que están juntos —resopló y el pelirosa omega dejó de reír para sonrojarse profundamente.
—Espera, ¿no lo están? —preguntó Jungkook con sorpresa.
—Yoongi hyung es diferente a todos los alfas con los que he salido, nos estamos tomando nuestro tiempo —explicó algo tímido.
—Entonces significa que has elegido bien esta vez —sonrió el omega contrario—. No te enojes, pero a tus antiguas parejas solo le interesaba una cosa y por eso duraban tan poco —comentó.
—Lo sé, todo con Yoongi es diferente, desde sus besos a sus caricias. No necesito contenerme tampoco a su alrededor, ya que le gusta lo pegajoso que puedo ser a veces y ciertamente él parece feliz de tenerme siempre al alcance de su mano —contó con una expresión llena de felicidad.
—Y parece que tu alfa ya ha llegado, Minnie-ah —indicó el beta señalando la ventana—. ¿Nos vemos después para ver una película? ¿Una cita de a cuatro?
—¿Qué tal mañana? Jin hyung nos ha invitado a su casa —explicó.
—No hay problema —le aseguró Jungkook y Jimin se despidió de sus amigos agitando su mano antes de salir de la tienda.
—Hola Hyung —saludó el pelirosa tras detenerse frente a la motocicleta de su pareja.
—Me debes un beso —anunció Yoongi mientras le colocaba el casco.
—Puedo darte más de uno —prometió con una dulce risa—. ¿Podemos pasar al departamento? Necesito tomar una ducha y cambiarme de ropa, no quiero que tus amigos y compañeros de trabajo me vean así —explicó mientras se subía detrás de él.
—Te ves hermoso tal cual como estás ahora —expresó el alfa.
El menor sonrió detrás del casco mientras enrollaba sus brazos en el cuerpo de su alfa.
—Siempre sabes decir las cosas correctas —suspiró felizmente.
—Eso es porque estoy con la persona correcta —anunció antes de encender la moto, lanzándose rápidamente en el tránsito.
Para cuando el alfa se estacionó en el aparcamiento de su departamento, no habían pasado más de unos minutos, pero aun así Jimin estaba moviéndose apresuradamente.
—Con cuidado —reprochó suavemente Yoongi cuando su pareja perdió el equilibrio tras bajarse de la moto, casi cayendo de rostro al suelo.
—Lo siento, solo no quiero que lleguemos tarde —se excusó, presionándose un poco más en el cuerpo de su alfa.
—Vamos bien de tiempo —prometió picoteando suavemente sus labios ahora que no había casco de por medio para ninguno de los dos.
Dejando de sostener el cuerpo de su omega, Yoongi le quitó la mochila colocándosela sobre un hombro y luego tomó ambos cascos con una mano.
Estirando su mano libre, Jimin no tardó ni un segundo en tomarla entrelazando sus dedos mientras se dirigían al edificio.
—¿Quieres bañarte tu primero? —preguntó el pelirosa mientras entraban al departamento.
—Ve tu primero, nene —indicó dejando los cascos en la mesita auxiliar en la entrada antes de colgar la mochila de su pareja.
Deteniéndose, Jimin mordisqueó su labio inferior mientras observaba a su alfa.
—Yo solo digo... Tal vez, ¿podríamos ahorrar algo de tiempo juntos? —expresó tímidamente y luego se apresuró en alejarse cuando aquellos intensos ojos azules se posaron sobre él.
Sonriendo mientras veía la figura de su pareja escapar, el alfa dominante se tomó su tiempo mientras se dirigía a su habitación.
Reconociendo la clara invitación de su chico, Yoongi se desnudó tranquilamente en su habitación hasta que escuchó como el agua de la ducha era encendida.
Jimin no había intentado hacer ningún otro movimiento desde que lo había sacado de las garras de esa bruja, y él le había dado su tiempo, pero si su omega estaba listo nuevamente, ¿quién era él para rechazarle cuando lo único que deseaba era poner sus manos en ese exquisito cuerpo?
Besando y marcándolo en todos los lugares posibles.
Abriendo la puerta del baño, el alfa prácticamente devoró con la mirada el cuerpo desnudo de su pareja a través de las puertas de vidrio.
El vapor del agua caliente se comenzaba a formar, difuminando la hermosa figura delgada y ligeramente curvilínea mientras esas gotas besaban cada rastro de piel, humedeciéndolo.
Lamiendo sus labios y admirando a su chico como un depredador a su presa, el alfa se acercó a paso lento, y para cuando Jimin finalmente se percató de su presencia, ya era demasiado tarde.
—Hyung —dijo en un suspiro con su dulce tono bajo—. Viniste —pronunció, lamiendo sus húmedos labios mientras sus bellos ojos admiraban todo el cuerpo de su alfa.
—Sería un completo idiota si no hubiera aceptado tan linda invitación —respondió, con una ladina sonrisa pequeña mientras cerraba la puerta detrás de ellos.
—Yo... —balbuceo, admirando el atractivo rostro de su alfa que se humedecía tras ponerse bajo el chorro de agua junto a él.
—Shh... —pronunció Yoongi, colocando una mano en su cintura mientras que la otra presionaba un dedo en sus regordetes labios—. No hay presiones, solo un baño y lo que pueda suceder —prometió y le besó dulcemente.
Soltando un suspiro en la boca de su pareja, el joven omega cerró sus ojos y entreabrió sus labios derritiéndose totalmente contra su alfa, alzando sus manos para colocarlas en el firme pectoral de su alfa.
Por supuesto que Yoongi no perdió oportunidad y saboreó lentamente la cavidad bucal de su omega, recorriendo con su lengua cada rincón de la exquisita boca, dejando su marca en cada paso mientras devoraba lentamente a Jimin.
Separándose solo unos centímetros, observó a su jadeante omega con sus ojos aún cerrados y sus bonitos labios entreabiertos, esperándole por más.
Gruñendo bajo, lamió el relleno labio inferior antes de atraparlo entre sus dientes, tirando suevamente de este para enseguida succionarlo y maltratarlo hasta conseguir un dulce gemidito desesperado de su pareja, quien presionó todo su desnudo cuerpo húmedo contra él.
—Llegaremos tarde —se quejó el menor, sus dedos enterrándose en la piel de su pecho mientras empujaba suavemente su cadera hacia adelante, presionando su semi erección en la de su alfa.
—Entonces, hay que comenzar a movernos —ronroneó el mayor, y sus manos se deslizaron por el perfecto cuerpo húmedo.
En un parpadeo, Jimin jadeó con sorpresa cuando fue repentinamente dado vuelta y su alfa se presionó en toda su espalda, no dejando ni un solo centímetro de separación.
—Hyung~... —gimió roncamente al sentir el miembro de su pareja presionar en la grieta de su trasero.
Con un solo empujón, esta podría deslizarse a su interior y llenarle.
—Shh, solo relájate contra mí, nene —ordenó en un tono bajo y ronco en su oído.
—Eso es un poco difícil —se quejó cerrando sus ojos y recargando su cabeza en el hombro de su pareja, permitiendo que el agua se deslizara por su rostro.
—¿Por qué? —preguntó el mayor, tomando algo de champú en sus manos.
—Porque no te había visto completamente desnudo desde aquel día que me rescataste en el bar —respondió soltando un suspiro al sentir los dedos de su pareja masajeando su cabeza—. Solo me has estado atormentado mostrándome tu torso desnudo.
—Uhm, no recuerdo que te quejaras mucho de ello mientras te acurrucabas a mi lado y me acariciabas en todos lados —resopló divertido, plantando un beso en su húmedo cuello.
—Tu cuerpo es tan diferente al mío —expresó—. Amo cada parte de él —pronunció dándose vuelta para enfrentarle—. Desde los músculos firmes y marcados, las cicatrices y tu tatuaje —murmuró observando la cabeza de la serpiente sobre la clavícula de su pareja.
—Tienes un serio problema con mi tatuaje —indicó Yoongi con una sonrisa de labios.
—Corrección, con todo tú —sonrió en una combinación adorable y sexy.
—Como yo contigo —decretó—. Cierra los ojos —ordenó y su omega obedeció sin dudar.
Cuando el agua se llevó la espuma de su cabeza, Jimin mantuvo sus ojos cerrados y fue recompensado con un apasionado beso que le quitó todo el aliento y le dejó con ganas de más.
—Yoongi —gimoteó colocando sus manos en su cintura—. Te necesito, Hyung —exclamó volviendo a capturar su boca en un beso desordenado y acalorado, casi desesperado.
Tomando el asunto entre sus manos, el alfa detuvo el beso y contempló los ojitos aturdidos y confundidos de su pareja, observándole a través del agua.
—No te joderé rápidamente en la ducha nuestra primera vez junto, nene —expresó capturando su rostro entre sus manos—. Cuando te haga el amor, me tomaré mi tiempo para conocer, adorar y devorar cada parte de tu cuerpo —juró y el pelirosa omega sollozo de gusto.
—Me duele —exclamó, llevando su mano hacia su dolorosa erección.
—Y nos encargaremos de eso —prometió, besándole algo duro antes de volver a darle vuelta.
Parpadeando confundido, Jimin observó sobre su hombro a su alfa y mordió su labio inferior al verle empujar su erección entre sus nalgas, separándolas para que esta se pudiera deslizar bien entre ellas, proporcionándole una vista obscenamente caliente.
—Casi perfecto —ronroneó Yoongi volviéndolo a empujar contra su cuerpo.
Apoyando su mentón en su hombro, cruzó un brazo sobre su abdomen, su mano subiendo y capturando entre sus dedos su pezón derecho, mientras que el otro bajaba rodeando su lloroso pene en un apretado agarre que le hizo temblar.
—¿Casi? —jadeó, sintiéndose completamente atrapado, sin ninguna posibilidad de escapar, y joder si no amaba eso.
—Sí —suspiro en su oído—. Será perfecto cuando esté profundamente enterrado en tu interior —gruñó y capturó entre sus dientes el lóbulo de su oreja.
Jimin jadeó y su cuerpo se arqueó contra el de su alfa, provocando que el pene de su pareja se deslizara por su trasero y aquella mano masajeara su miembro.
Cuando esos dedos apretaron su pezón, el menor gimoteó y llevó sus manos hacia atrás, capturando el trasero del mayor y enterrando sus uñas en este, empujándolo hacia adelante.
Luego de ello, todo encajó perfectamente y ambos se movieron en sincronía.
Mientras Jimin empujaba su trasero, siendo un desastre de murmullos inentendibles y gemidos ruidosos, Yoongi masajeaba su miembro y atacaba desde su cuello a la curvatura de su hombro con sus labios, mordiendo y besando con un afán que llevaba al omega al borde.
—Yo, hyung... —balbuceó, apretando sus manos, su cuerpo luchando por moverse desesperadamente en el pequeño rango de movimiento que le dejó su alfa.
Y joder, el sonido de sus pieles húmedas restregándose y chocando era intoxicante estando encerrados en la ducha.
—Vente, bebé, dame toda tu carga —ordenó oscuramente y el menor exclamó lleno de felicidad cuando alcanzó su anhelado clímax.
Tirando de la cabeza de su pareja en su dirección, Yoongi capturó su boca en un hambriento beso mientras judía el trasero de su chico con decisión, con golpes duros y ruidosos hasta que un ronco gruñido se le escapó y le manchó su espalda con su semilla.
Respirando agitadamente en la boca del otro, Jimin se relajó contra su alfa, sintiéndose totalmente débil y satisfecho.
—Vamos a llegar tarde... —susurró mientras cerraba sus ojos y permitía que la lluvia artificial se llevara los residuos de su semilla.
—Solo un poco —murmuró el mayor, llenando su rostro de besos tiernos y amorosos que tenían totalmente encantado al menor, así como esas manos que acariciaba cada parte de su cuerpo con tranquilidad y dulzura.
Realmente, Jimin amaba la necesidad de Yoongi por sostenerlo y marcarlo de cualquier forma posible.
Todo era tan perfecto, que ni siquiera podía imaginar el día en que realmente le llevara a la cama y le tomara como ambos deseaban.
El dolor en su trasero definitivamente valdría la pena aquel día, y los siguientes a este.
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