Capítulo 33
Mientras esperaba que su posible futuro jefe terminara de revisar su expediente y así tomara una decisión, el joven pelirosa contemplaba con curiosidad al omega frente a él.
Kim SeokJin era un hombre alto, de hombros anchos y de buen rostro que tenía cierto aire elegante y amable que lo volvía inmediatamente en alguien accesible y de confianza.
Su cabello color negro estaba ligeramente más largo que el propio y sus ojos ámbar, casi de un dulce amarillo, resplandecían volviéndolo en un omega hermoso.
Jimin olfateó suavemente y percibió el aroma de fresas y crema del contrario, junto con un toque a pinos que lo envolvía protectoramente, anunciando que era un omega tomado.
Como si la reluciente marca expuesta para los ojos curiosos en el cuello del mayor no fuera suficiente prueba de ello.
Ciertamente, la mirada de Jimin había caído más de una vez en ella, imaginándose así mismo con la marca de su Hyung reluciendo en su cuello.
Ah, realmente esperaba que ese día no estuviera demasiado lejos.
—Muy bien, Jimin-ah —anunció SeokJin y le observó con una sonrisa amable—. Por lo que vi y me dijeron, eres un estudiante de veterinaria, pero en este momento lo que necesito es alguien que me ayude en la recepción verificando y anotando las citas, saludando a los clientes y por supuesto, que también me ayude con el cuidado de estas pequeñas criaturas —explicó.
—Puedo hacer eso —asintió felizmente—. ¿Sería un trabajo de horario fijo? Porque estoy trabajando también por turno en una cafetería cerca de mi universidad y no me conviene dejarlo —expresó.
—Es bueno que lo menciones —asintió y torció sus labios—. Seré sincero y te diré que no soy realmente una persona madrugadora —comentó un poco apenado.
—Está bien, ¿quién realmente se levanta por gusto tan temprano? —exclamó con una pequeña risita.
—Eso mismo me pregunto yo, y como mis clientes tampoco agendan una cita en la mañana temprano, a las nueve de la mañana yo estoy abriendo las puertas y las mantengo abiertas hasta las cinco o siete —explicó—. En realidad, mi horario de salida depende de las horas de mis citas, si un cliente solamente puede verme a tal hora, hasta esa hora yo le espero.
—Uh... No creo que pueda estar todo el día aquí y trabajar hasta tarde en la cafetería —negó mordisqueando su labio.
—Lo sé, y comprendo —asintió—. Tengo un ayudante que viene en las tardes, se trata del hijo de una vecina que se presenta luego de la escuela. Me gustaría que vinieras en las mañanas a verme y estuvieras hasta las una o dos, dependiendo de tu turno en la cafetería —explicó—. Tengo más movimiento entre ese momento de la mañana después de todo.
—Podría hablar con la señora Song para estar en el turno de tarde, que es de dos a siete —dijo luego de pensarlo.
—Yo podría dejarte trabajar entonces de nueve a una o una y media —asintió pensándolo—. Y como bonus, te dejaría estar presentes en algunas de las citas.
—¿En serio? —exclamó con alegría.
—Es lo menos que podría hacer considerando todo lo que harás por mí y la paga —se encogió de hombros—. Ahora, si quisieras trabajar a tiempo completo conmigo, la paga podría cambiar.
—No puedo dejar a la señora Song —negó—. El trabajo en la cafetería me queda cerca de la universidad para cuando vuelva y además, se adapta según mis clases.
—Si, no puedo luchar contra eso —reconoció con una pequeña carcajada—. Entonces, Jimin-ah, ¿te gustaría comenzar mañana? —preguntó alzando su mano.
—Me encantaría —contestó con entusiasmo, tomando la mano del omega mayor.
—Prefecto, te estaré esperando mañana a las nueve entonces —sonrió y soltó su mano—. Eres algo tierno, puedo ver como Yoongi pudo caer por ti —comentó.
—¿Lo sabe? —preguntó sonrojado.
—Tuve el agrado de conocerlo antes —asintió—. No sabía que estaba interesado en alguien, pero es muy obvio que te ha marcado con su aroma para que nadie se te acerque —se inclinó hacia adelante, apoyando sus codos sobre su escritorio mientras recargaba su sonriente rostro entre sus manos—. Mi Namie hacía lo mismo cuando estábamos saliendo y aún no me marcaba —recordó con cariño.
—Sí, estamos saliendo desde hace algunos días —aceptó sonriendo dulcemente.
—Considerando que nuestros alfas son amigos, siento que nos estaremos viendo dentro y fuera del trabajo —expresó sonriente—. Espero que nos llevemos bien.
—Yo también, estoy a su cuidado, Jin hyung —agradeció con una ligera inclinación de cabeza.
—Está bien, nos vemos mañana a las nueve —anunció despidiéndose.
—Gracias por todo —pronunció levantándose de su silla.
Despidiéndose con un movimiento de mano, el pelirosa omega salió de la pequeña oficina de su nuevo jefe y cruzó la salita de recepción donde estaría trabajando pronto.
Saliendo de la veterinaria particular, se detuvo al lado de su bicicleta y sacó su teléfono celular para enviarle un mensaje a su alfa, avisándole como le había ido en la entrevista y que se iría a la cafetería.
Mientras se colocaba el casco, su celular sonó con la respuesta de Yoongi, quien le felicitó y le pidió que le avisara una vez llegara a la cafetería.
Enviándole un pulgar hacia arriba, Jimin volvió a guardar su teléfono y se subió a su bicicleta para conducir por la vía de ciclistas junto a otras personas.
Estacionándose un poco después frente a la cafetería. El pelirosa omega se quitó su casco y entró por la parte trasera de la tienda, deteniéndose en la salita donde estaba los casilleros para guardar sus pertenencias.
—Hey, Jimin-ah —saludó Jungkook cuando entró también por la puerta trasera.
—Hola, Kookie —le sonrió y sacó su celular para enviarle un mensaje a su alfa como había prometido.
—¿Hablas con Tae? —preguntó su amigo, deteniéndose frente a su propio casillero para guardar sus cosas.
—Uh, nop —respondió distraídamente—. Le envío un mensaje a Yoongi-ah para decirle que llegué bien —explicó.
—¿Y haces eso cada vez que llegas? —preguntó alzando una ceja.
—Sip —sonrió guardando su celular una vez recibió una respuesta—. De hecho, le aviso cada vez que salgo a cualquier parte.
—¿Y no es eso algo molestoso? —cuestionó alzando una ceja.
—No, ¿por qué lo sería? —preguntó confundido—. Solo se preocupa por mí, algo que difícilmente alguien además de Tae y tú han hecho —bufó suavemente.
Y Jungkook no pudo argumentar aquello, por lo que simplemente dejó pasar el tema.
—¿Has hablado con Taehyung? —preguntó mientras se dirigían a la parte delantera de la tienda—. Creo que su teléfono tiene algún problema otra vez, porque no contesta mis llamadas o siempre sale que lo tiene apagado —chasqueó su lengua.
—Uh... —musitó el pelirosa omega, logrando capturar su atención rápidamente.
—¿Qué fue ese "uh"? —cuestionó frunciendo el ceño.
—Nada —respondió rápidamente, esquivando su mirada.
—Jimin-ah —pronunció siguiéndolo.
Saludando a sus otros compañeros que se retiraron ante su reemplazo, ambos omegas tomaron sus puestos y comenzaron a atender a los pocos clientes que entraron en sincronía.
—Ahora sí —anunció el omega dominante cuando estuvieron ambos desocupados—. ¿Qué fue ese "uh"? —exigió saber.
Jimin torció sus labios ligeramente—. El teléfono de Taehyung no está malo, estuve hablando con él esta mañana antes de ir a la entrevista de trabajo en la veterinaria —respondió.
Jungkook frunció el ceño.
—¿Está ignorando mis mensajes y mis llamadas? —preguntó con evidente dolor tanto en su rostro como en el tono de voz.
—No creo que...
—No digas nada —pidió su amigo, frunciendo las cejas ahora con enojo—. Ni siquiera entiendo qué pude haber hecho para que comenzara a ignorarme de esta forma, si no me lo dices habría seguido pensando estúpidamente que tiene su teléfono malo —refunfuñó.
—No creo realmente que esté enojado contigo o que hayas hecho algo mal —expresó Jimin—. Taehyung solo necesita tiempo.
Jungkook arqueó una ceja—. ¿Debido a que necesita tiempo tiene que evitarme de esta forma? —cuestionó.
—Él solo... —suspiró—. Lo siento, esto lo provocó Hyung porque le dijo a TaeTae que te vimos con otro chico cuando salimos a una cita —expresó culpable.
—¿Una cita? —preguntó alzando ambas cejas—. ¿Qué día?
—El domingo en el centro comercial, Yoongi hyung quería regalarme un teléfono nuevo por lo que usó de excusa la cita para regalármelo y entonces te vimos frente a la tienda de helado... Tomado de la mano con otro chico —respondió—. Y también presenciamos cuando te besó, aunque no sé si Hyung le contó esa parte también.
—¿Vieron eso? —preguntó un poco avergonzado, pasando una mano por su cuello.
—Sí —asintió—. Y mi alfa se lo contó a Taehyung cuando este se puso modo sobre protector conmigo —explicó.
—Fue solo una cita tonta, sabía que no debía de haber aceptado porque no me gustaba en realidad ese chico... Pero pensé que tal vez... —negó con un suspiro—. De todas formas, ¿por qué algo como eso molestaría a Taehyung? —cuestionó.
—¿Es en serio? —se quejó el pelirosa omega, arrugando su nariz.
—¿Qué? —preguntó, parpadeando con inocencia.
—Ugh, ustedes son tan obvios entre sí que es molestoso que no se den cuenta de cuánto se quieren entre sí —refunfuñó—. Le gustas a Tae, por eso se molestó y sintió celos cuando Yoongi-ah le dijo que te vimos en una cita con otro —anunció.
—¿Qué yo...? ¿Qué? —balbuceó con sorpresa.
Jimin blanqueó sus ojos y agitó sus manos.
—Tú le gustas, así como sé que él te gusta —anunció—. Ambos se tienen ganas desde hace tiempo y no han hecho nada al respecto usándome como escusa —gruñó—. Incluso los dos se confesaron aquella vez que estuvimos en tu departamento bebiendo tras salir de vacaciones y se comieron la boca, pero estúpidamente ninguno recordó nada —bufó.
—¿Fue real? —exclamó con sorpresa—. Pensé que lo había soñado todo —confesó.
—Con ustedes no puedo —negó alejándose cuando un cliente apareció.
—¿Le gusto a Taehyung? —preguntó con una gran sonrisa, siguiéndole sin importar que Jimin estuviera atendiendo un cliente.
—¿Es en serio? —le observó con el entrecejo fruncido.
—No puedes culparme por dudar —alzó sus manos con inocencia—. Desde que los conocí que Tae ha dejado claro que en primer, segundo y tercer lugar solo estás tú y nadie más —indicó—. ¿Cómo iba a saber yo que realmente le gustaba?
—Porque los celos de ambos eran bastante obvios cuando se juntaban con una persona que no era yo —respondió y se alejó para entregar el café.
—¿En serio? —le siguió con una gran sonrisa.
—Sí, lo eran —bufó divertido después de despedirse del cliente.
—Cool —sonrió aún más grande—. Espera... Pero ahora por culpa de tú novio cree que estoy saliendo con otra persona —frunció el ceño.
—No es culpa de hyung —defendió débilmente—. Él solo le dijo lo que vimos en nuestra cita, y tú si saliste con ese chico —acusó.
—Solo porque intentaba olvidar a Taehyung, no creía que yo realmente le gustara porque no me parezco en nada en ti —expresó.
Jimin le observó alzando una ceja.
—¿Qué? Es verdad —se encogió de hombros—. Tú eres como el prototipo de omega perfecto que todas las personas buscan, yo no.
—Y por eso le gustas tanto —indicó—. Yo soy la pequeña cosita que ambos deben de proteger, pero entre sí los dos se cuidan y se ven de igual manera. A pesar de ser un beta, no ves por menos a TaeTae y eso a él le encanta, así como sé que a Taehyung le gusta verte luchar tus propias peleas, pero saltaría en un latido para ayudarte cuando lo necesites —expresó.
—Eso también me gusta de él —reconoció un poco sonrojado—. ¿Pero cómo le puedo decir que me gusta si me está evitando tanto? —refunfuñó.
—Yo te ayudaré —prometió Jimin, sonriente—. He esperado mucho por este momento cómo marca quedarme sin hacer nada —expresó.
—¿Cuánto tiempo? —indagó curioso.
—Desde que fue bastante obvio que ambos comenzaron a observarse con otros ojos —indicó sonriendo dulce.
—Y creo que esta es mi señal para no preguntar más —murmuró alejándose—. Será mejor que tu plan funcione o estaré molestando a tu alfa y a ti por causar esto —advirtió.
—Si Yoongi hyung no hubiera dicho nada, lo más probable es que ambos seguirían igual sin saber nada —refunfuñó por lo bajo.
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