Capítulo 11
Para cuando el partido finalmente terminó, tanto Jimin como Taehyung estaban saltando y gritando, al igual que el resto del público junto a ellos cuando su equipo ganó el partido gracias a la última canasta de Jungkook, ganándose el protagonismo nuevamente.
—Joder, ¡hay que ir a celebrar esto! —exclamó el beta rodeando por los hombros a Jimin, quien rió felizmente.
—Tal vez ustedes irán, yo debo de volver a casa —respondió.
—Oh, vamos. Bailar un poco, beber y relajarte una vez no te hará mal, Minnie. Además, ninguno tiene clases mañana —le recordó—. Es lo que necesitamos antes de entrar al infierno de los finales —aseguró.
—Tentador, pero me vendría bien ir a dormirme temprano, aunque sea una vez. Siento que será la última oportunidad que tendré entre el trabajo y los exámenes —comentó tomando su basura antes de comenzar a bajar las gradas con su amigo.
—Vamos, no seas así —insistió—. Hace tiempo que no nos vamos a divertir los tres juntos. Ya sabes, para sacudir el cuerpo y beber hasta que tus músculos se relajen.
—Si quieres salir a celebrar con Kook no hay problema, pueden ir ustedes dos y todos los otros que se le sumaran —indicó observándole sobre su hombro—. Por hoy yo paso —anunció arrojando su basura al contenedor.
Que Taemin no hubiera hecho ningún otro movimiento no significaba tampoco que no estuviera planeando nada, y desde que las fiestas eran sinónimo para asistir principalmente los jugadores y chicos populares, Jimin no tenía deseo alguno de encontrarse con el alfa en ese tipo de situación.
No iba a tentar a su suerte saliendo a divertirse en el mismo lugar donde Taemin estaría, y siendo que la mayoría se encontraría tomando y bailando, nadie se preocuparía de lo que sea que hiciera el alfa.
—Estás siendo un aburrido, Jimin-ah —se quejó arrojando también su basura al basurero—. Jungkook estará muy feliz si vienes a celebrar con nosotros, fue la jodida estrella del partido.
—Te quiero Tae, pero el chantaje emocional no servirá en esta ocasión —expresó divertido.
—Bueno, tenía que intentarlo —bufó cruzando sus brazos con resignación.
Taehyung no volvió a mencionar el tema de Yoongi y su amor no correspondido, cosa que el omega agradeció. Su amigo había tenido razón al dudar, pero pensar en el alfa con otra persona no era algo que deseaba hacer en ese momento Jimin, ni nunca.
Al contemplar como la masa de personas comenzaba a salir del gimnasio, el castaño omega se tensó ligeramente al observar al grupo de animadoras esperar al igual que ellos a que los jugadores salieran tras cambiarse de ropa.
—Sabes, creo que me iré ahora —anunció repentinamente, observando con atención la puerta donde saldrían los jugadores.
No tenía un muy buen presentimiento de lo que pasaría si se encontraba de frente con Taemin, aunque aparentemente era el Sunbae ejemplar y amable a pesar de ser popular, su horrible rostro podría salir a la luz ese momento considerando que no fue la estrella del partido como esperaba.
—¿Qué? ¿Por qué? —exclamó su amigo, observándole con el ceño fruncido.
—Porque te conozco y convencerás a Jungkook para que use el chantaje emocional conmigo y así convencerme de salir a festejar con ustedes —explicó rápidamente.
—Vamos, la última vez te gustó salir a la fiesta después del partido —le sonrió empujando su hombro.
Por supuesto que Jimin recordaba aquella fiesta, había sido en la cual cayó estúpidamente en los engaños de Taemin.
—Tal vez después de terminar los exámenes podríamos salir a festejar, ir a un bar o beber en el departamento de Kookie, hace tiempo que no nos reunimos así —le sonrió—. Pero por esta noche, paso.
—¿Estás seguro? —preguntó.
—Completamente —asintió distraídamente—. Dile a Kook que fue un gran juego.
—No me gusta la idea de que te vayas solo a tu casa en medio de la noche —expresó Tae, sosteniendo su mano antes de que se apartara.
—El paradero está fuera del campus, Tae —resopló—. Los autobuses todavía están pasando y estos me dejan en la misma cuadra de mi casa —le recordó.
—De todas formas, espera, te acompañaremos con Kook al paradero —decidió sosteniendo su mano y entrelazando sus dedos, obviamente no le dejaría ir a ningún lado solo.
Soltando un suspiro resignado, el omega contempló como finalmente los jugadores comenzaron a salir siendo aclamados por sus compañeros.
Cuando Taemin salió, Jimin se escondió parcialmente tras la espalda de su amigo y contempló a distancia como Yu-na se envolvía en el alfa como un pulpo, lo cual estaba perfectamente bien con él si eso significaba que lo estaba distrayendo.
—¡Kookie! ¡Aquí! —gritó Taehyung, alzando su otra mano para llamar la atención del menor.
—¿Qué les pareció el juego? —preguntó con una sonrisa tras acercarse, su rubio cabello se encontraba todavía algo húmedo, anunciando que había tomado una ducha antes de salir de los cambiadores.
—Bastante reñido, pero genial —respondió el beta.
—Fuiste la estrella hasta el último momento con esa última encesta —comentó Jimin e intentó soltar la mano de Tae, quien obviamente se negó.
—¿Sucede algo? —preguntó el dominante omega al percibir sus manos juntas luchando.
—Jimin-ah no quiere salir a celebrar con nosotros y le dije que esperara para que al menos lo acompañáramos al paradero —explicó el beta.
—Y yo le dije que era algo tonto desde que el paradero está fuera del campus —refunfuñó—. Dile Kookie.
—No, Tae tiene razón —anunció Jungkook, tomando su otra mano—. Yo también me sentiría mejor de aquella forma.
El omega observó a sus dos amigos y luego resopló con aparente fastidio.
—Ustedes son insoportables —refunfuñó entre pucheros y su nariz arrugada en disgusto. Sus amigos se rieron burlándose de lo tierno que se veía enojado antes de comenzar a caminar, tirando de él.
—¿Cuándo es el próximo juego? —preguntó Taehyung mientras atravesaban el campus.
—Para mí este fue el último —anunció—. La final está entre dos exámenes importantes y me importa una mierda lo que me diga el entrenador, entré al equipo solo porque me gusta jugar y me sirve para ejercitarme, pero mi prioridad es terminar mi estudio sin problemas —expresó.
—Esa fue la condición de tus padres para ayudarte a pagar el departamento en el que vives, ¿no? —preguntó Jimin, observándolo.
—Era el departamento o mi carrera y no es como si ellos tuvieran excelente de forma económica, pero entendieron que también necesitaba mi espacio —se encogió de hombros.
Soltando las manos de sus amigos, el castaño omega finalmente tomó asiento en la parada de autobuses.
—Bien, ya me trajeron, pueden irse —señaló.
—Minnie... —suspiró Tae, negando.
—No es que quiera ser malo, pero sabes que es peligroso que un omega esté solo tan tarde y en la calle —le recordó Jungkook—. Y no digas que no, porque soy un omega dominante y aun así hay idiotas que intentan algo estúpido cuando me ven solo —argumentó.
—Nunca nos dijiste eso —gruñó el beta, observándolo.
—Puedo defenderme —se encogió de hombros.
—Es tan injusto —negó Jimin—. Ser omega no se supone que es una invitación para que los estúpidos alfas hagan lo que quieran —susurró observando sus manos.
—Bueno, al menos no todos los alfas son así —comentó Tae, palmeando su hombro.
Alzando su cabeza, el omega asintió y observó como un auto se detenía junto a ellos.
—¡Kook! ¡Vamos a la fiesta, hombre! —exclamó una persona en el interior del auto.
—Nosotros...
—Está bien —interrumpió Jimin levantándose y empujando a sus amigos en su dirección—. Ahí viene mi autobús de todas formas, sería estúpido que perdieran un aventón.
Sus amigos observaron sobre su hombro para contemplar al automóvil acercarse lentamente.
—De acuerdo, nos vemos —se despidió inseguro Jungkook.
—Me llamas cualquier cosa —ordenó Tae mientras le seguía subiéndose al auto.
—¿La cosita linda no viene? —preguntó el chico que los había invitado a subir.
—Tú solo conduce —gruñó Kook, golpeando su nuca al mismo tiempo que Taehyung.
Riendo suave, el omega contempló el auto alejarse y se quedó donde mismo mientras esperaba el autobús.
Cuando este se detuvo frente a él, las puertas se abrieron y Jimin se detuvo a mitad del primer escalón cuando percibió que no había nadie más arriba.
—Uh... ¿Está trabajando? —preguntó al conductor.
—No, pero no es bueno que un omega tan lindo como tú esté afuera solo y de noche —expresó el hombre en el interior.
Un mal presentimiento corrió toda la columna de Jimin y su lobo gruñó advirtiéndole del peligro.
—Gracias, pero llamaré a un amigo de ser el caso —anunció con una sonrisa temblorosa antes de bajarse rápidamente, justo a tiempo para que las puertas se cerraran de golpe.
Si se hubiera tardado un segundo más en bajar, se habría quedado atrapado en el interior.
Las puertas se volvieron a abrir y Jimin no tardó ni un segundo en comenzar a caminar, alejándose a paso apresurado del paradero con los nervios de punta mientras sentía como el autobús le seguía lentamente.
Doblando en la esquina, el omega comenzó a correr en dirección a la cafetería, aún tenía la llave con él, por lo que podría entrar para refugiarse un momento, hasta que el peligro pasara.
Con su corazón agitándose dentro de su pecho, observó sobre su hombro y se relajó un poco cuando contempló que ya no le estaba siguiendo.
Aminorando un poco el paso, se escondió parcialmente en un callejón para recuperar el aliento. Observando la luz del poste pestañear como si se esforzara en mantenerse encendido, el omega se estremeció al encontrar el mismo autobús pasando lentamente por la calle, en el interior ya no estando solamente el conductor.
Escondiéndose un poco más en el callejón, Jimin no le quitó la vista hasta que este desapareció, y entonces tomó su celular y observó el número de Yoongi.
No debería de llamarlo, pero joder que estaba temblando de miedo en ese momento.
Tomando una respiración temblorosa, marcó el número mientras salía un poco del callejón para observar.
—Jimin-ah —saludó con entusiasmo la voz del alfa.
—Hyung... —musitó en un tono bajo, observando el autobús finalmente desaparecer.
—¿Jimin? —pronunció más alerta—. ¿Qué sucede? —cuestionó.
—No, no es nada —dijo con un suspiro, saliendo del callejón—. Solo me encontré con un bus extraño que me estaba persiguiendo —contó y soltó una risita como si intentara quitarle la importancia, pero la verdad es que sus rodillas seguían sintiéndose débiles.
—¿Dónde estás? —exigió saber.
—Voy caminando fuera de la cafetería donde trabajo en este momento —respondió—. No es necesario que vengas, Hyung, fue algo tonto —aseguró.
—Tú solo espérame ahí, no te muevas —ordenó—. ¿Puedes esperar en el interior? —preguntó.
—Yo... —sin alcanzar a responder, un chillido asustado escapó de los labios del omega cuando un auto pasó furioso por su lado.
—¿Jimin?
—Es-estoy bien —forzó, odiando lo asustado que se encontraba en ese momento.
Cuando el auto frenó con fuerza no muy lejos, el omega lo observó ignorando la voz en su oído, observando como este comenzaba a retroceder hasta detenerse.
—Un auto se detuvo ahora, Hyung —susurró observando lo cerca que estaba de la tienda, solo unos pasos más y estaría en un lugar seguro hasta que fueran por él.
Yoongi le dijo algo, pero Jimin realmente no pudo entender sus palabras cuando contempló la puerta del auto abrirse y a Taemin bajarse de este.
—Te has por todo muy mal, juguete —gruñó y Jimin corrió.
Desde que se había presentado como un omega, pocas veces había realmente odiado su estatus como uno.
Se había enojado con la sociedad por el trato injusto que tenían hacia ellos, le reclamó a la vida por haberle dado el estatus como uno, pero nunca había odiado tanto su naturaleza, hasta ese mismo momento, en el que Taemin finalmente lo atrapaba y lo empujaba en el frío y duro suelo de un oscuro callejón, dominándolo fácilmente a base de golpes y fuerza bruta mientras rompía su ropa.
Su fuerza siendo tan inútil como los lamentables quejidos y sollozos que escapaban de su garganta, rompiéndose al final, porque la diferencia entre un alfa y un omega, nunca la había sentido tanto hasta ese mismo momento.
Indefenso, su garganta dolía por sus gritos y ruegos, un llamado de auxilio que estaba siendo fríamente ignorado, perdiéndose en la oscuridad de aquella calle vacía.
Incluso si alguien pasara y se acercara, dudaba seriamente que lo ayudara si Taemin anunciaba que se lo había buscado o que eran pareja.
Así de arruinada estaba la sociedad.
Cuando el frío viento finalmente golpeó contra su torso, Jimin se revolvió en el suelo, lloró, suplicó y pateó sus piernas en un intento desesperado por sacárselo de encima.
—Taemin, por favor... —rogó, luchando.
—Así es, suenas tan encantador cuando ruegas tan bonito —gruñó el alfa con lujuria, pasando sus asquerosas manos por su vientre, subiendo por su pecho hasta sus pezones.
—¡Déjame! —gritó llevando sus manos al rostro del alfa, enterrando sus uñas mientras lo empujaba.
—Maldito omega —exclamó furioso Taemin cuando logró rasguñar profundamente su mejilla, dejando un rastro de sangre.
Jimin se estremeció e inmediatamente luchó por sentarse cuando el alfa se alejó, pero su intento quedó a medio camino cuando Taemin lanzó una fuerte golpe contra su estómago que le quitó todo el aire de sus pulmones, logrando que cayera nuevamente mientras sus brazos se curvaban alrededor de su abdomen.
—A estas alturas ya deberías de conocer tu lugar, Minnie —se burló levantándose y pisoteando su cadera como si no fuera más que basura.
Jimin sollozó de dolor y cerró sus ojos con fuerza cuando Taemin se agachó y agarró su cabello en un fuerte agarre, tirando de su cuero cabelludo de forma dolorosa.
—Se suponía que esto iba a ser divertido, que me entregarías tu culo después de ganar el partido —exclamó con furia, golpeando su rostro contra el suelo.
El omega parpadeó en medio del dolor, sintiendo como sus pensamientos se dispersaban y puntos negros se colocaban en su visión.
Uh, eso no era nada bueno.
—Pero ¿qué me encuentro cuando te llamo? Con un estúpido que cree ser mejor que yo. ¿A quién más le estás dando este trasero, Jimin? —exclamó soltando su cabello para deslizar una mano por su cuerpo—. Esto es mío —espetó apretando con fuerza uno de sus glúteos—. Y te lo demostraré.
Cuando el alfa se alejó, Jimin no sintió nada de alivio, en cambio, se horrorizó cuando lo volvió a sentir cerca, volteando su cuerpo sin cuidado hasta que quedó sobre su vientre y entonces...
—N-no... Taemin, ¡no! —gritó lleno de pánico cuando el alfa comenzó a trabajar desabrochando su pantalón, tirando de este hacia abajo.
—¡Cállate! —ordenó utilizando su voz de mando, colocando una mano sobre su nuca para apretar con fuerza—. Follaré tu culo donde quiera y cuantas veces quiera —exclamó sentándose a horcajadas en sus muslos—. Quédate quieto.
Jimin lloró y se estremeció cuando sintió el frío golpear su trasero, pequeñas súplicas abandonaban sus labios resecos mientras sentía al alfa toquetear sus nalgas, metiendo bruscamente dos dedos secos en su interior y él sin poder hacer estúpidamente nada.
—No estás liberando lubricante, pero está bien, te lo mereces rudo luego de cómo te has comportado —reprochó desabrochando sus pantalones.
El omega tembló con pavor, su aroma rápidamente volviéndose agrio en miedo y horror al saber que iba a ser violado más de una vez en un oscuro callejón.
—Deberías de agradecer que no traje a mis amigos conmigo para que probaran tu culo —se carcajeó separando las mejillas de su trasero mientras empujaba su miembro.
Cerrando sus ojos con fuerza, Jimin lloró esperando lo inevitable. Y cuando sintió a Taemin forzar su entrada, el dolor en su trasero solo se sumó al de su cuerpo y alma mientras el asco le invadía.
"Yoongi hyung" susurró, o tal vez solo lo pensó.
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