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Capítulo 2: ¿Que hacia antes?

Pov. Normal.

La semana paso rápido, Keith no dejaba a Lance por nada, y solo cuando él estaba en la habitación, el cubano se sentía seguro, pues desconfiaba de todo mundo menos de él, Keith era el único que lo calmaba en esos momentos. Los resultados de las pruebas aún no estaban listos, tenían la excusa de estar con un exceso de pacientes, y eso molestaba al coreano que pegaba de gritos por no saber que le pasará a su amigo, siendo contenido por su medio hermano. Por otro lado, ya era hora de que Lance fuera dado de alta, y eso lo asustaba, pero también lo contentaba al moreno.

Todo estaba listo, Keith le había traído un cambio de ropa limpio, lo ayudó a vestirse, Shiro le explico a ambos los cuidados que necesitaría el cubano y sus medicamentos, junto con su horario. Salieron con Lance en una silla de ruedas, pues su pierna seguía enyesada y aun tenía vendas en sus brazos y otra pierna.

-Bien, ya sabes Keith. Cualquier cosa que pase, traelo aquí o llámame y yo iré a ayudar. Que tome su medicina para el dolor, recuerda que tienes que ayudarlo en casi todo, y dile una que otra cosa que no recuerde. El psicólogo dijo que empiece con su familia, pero todo poco a poco.

-Que si Shiro, ya lo sé. Te llamare cuando lleguemos.

Shiro le dio la llave de su auto a Keith, pues este no tenia auto sólo una motocicleta y obviamente no iba a llevar a Lance en ese "objetivo de accidentes" como decía Shiro. Ambos ayudaron al cubano a subir y ya adentro, se fueron. En el camino, Lance veía por la ventana en un intento de recordar el lugar, pero nada, y eso lo molestaba, se notaba por su mueca de disgusto.

-Lance, tranquilo. No te enojes sólo porque no conoces el camino.-dijo sin quitar su mirada del frente.

-Es solo que no me dijeron nada. ¿Y si me quedo así para siempre?-contestó preocupado, no se quería quedar así para el resto de su vida. Nadie quiere.

-Pues tendrás que repetirlo todo de nuevo. Llame a tu mamá, ella dijo que todos vendrían en unas cuantas semanas para verte. Ella casi llora cuando le dije que despertaste.-le informo.

En verdad, cuando hablo con la señora esta se puso a llorar al otro lado del teléfono, normal, después de que los doctores le dijeran que era mejor desconectar a Lance y dejarlo ir, escuchar la voz del coreano diciéndole que su hijo había despertado era la mejor noticia del mundo para ella, no importaba su pérdida de memoria. Después se le unieron los demás de la familia, fueron tantas emociones que Keith casi lloraba también, pero se contuvo, y solo se limitó a informales todo y prometer que los llamaría después, para que pudieran hablar con Lance.

-¿En serio? Me siento mal por no poder recordar a mi propia madre.-se escuchaba desanimado, normal.

-Está bien Lance. Quizás cuando la veas en persona la recuerdes, y a tu familia también.

-Si...-guardo unos segundos de silencio.-¿y que haré en lo que se supone es mi casa?

-Bueno, yo solo me tendré que ir por unas horas a la universidad que esta cerca, así que estarás sólo por ese tiempo. Aunque podría pedirle más tiempo a mi profesor, si llegas a tener algún problema.

-Estaré bien.

-También hablé con tu profesor y me dijo que te tomarás tu tiempo para recuperarte. Estudiabas para ser profesor de preescolar, y por suerte tu profesor no es estricto y entiende tu situación. Así que poco a poco me dará los trabajos y cosas que te perdiste, no es mucho al parecer.

-¿Entonces crees que pueda hacerlo? No recuerdo nada, es como si empezará de cero otra vez.

Sigue siendo un Drama Queen. Algunas cosas nunca se olvidan, ¿no?

-Calmate, estarás bien. Mañana estarán tus resultados. Pero si no te sientes bien o capaz de volver a tu estudio, esta bien. Te ayudare con lo que pueda.

-Gracias...

Minutos después, llegaron a la pequeña casa. Era de un solo piso, algo bueno por la condición de Lance, Keith lo ayudó a bajar y entraron al lugar. El cubano pensó que estaría llena de polvo y suciedad por 6 meses de abandono, pero todo estaba limpio, y no apestaba con ese olor que tiene un lugar al estar mucho tiempo cerrado.

-Pensé que estaría más...sucio.-dijo viendo el lugar y moviéndose con la silla de ruedas.

-Ah, si...yo me tome la libertad de limpiar cada fin de semana. Espero no te moleste que haya usado tu llave.-contestó dejando las llaves del auto en la mesa del comedor.

-No, esta bien. Gracias Keith.-le sonrió para después volver su vista a todo el lugar.-En verdad no se ni donde estoy...¿cuanto tiempo pase aquí?

-Unos...2 años, desde que entramos a la universidad.

-¿Y dices que compartía este lugar con alguien?

-Si...con Katie pero ella...-miro al cubano unos segundos en silencio y después desvío su mirada.-...pero cuando tuviste tu accidente ella se fue.

-¿En serio? Eso es algo...egoísta.

-Si, bueno, eso no importa.-no quería tocar esos temas.-Mejor, ¿porque no pedimos algo de comer? Seguro debes estar harto de la comida del hospital.

-Claro. Esa cosa no tiene sabor alguno.

-Lo se, también comía allí.-saco su celular.-¿Que quieres comer?

-No lo se...ummm...¿pizza?

-Me lo imaginé. ¿de piña?-marco el numero de la pizzeria donde siempre llamaban.

Lance guardo un largo silencio mientras Keith hacia el pedido. El coreano ya sabia lo que pasaba, el cubano se estaba poniendo deprimido por quizás no saber ni sus propios gustos. Al terminar la llamada, Lance se movió hasta la sala de estar, con su mirada fija en el piso, Keith se acercó a él y puso una mano en su hombro.

-Lance...tranquilo.

-¿Cómo puedo estarlo? ¡Ni siquiera recuerdo mis propios gustos!-no quería gritar pero lo necesitaba.-¡no se nada de mi! Solo se mi nombre porque así me llamas. ¡No puedo recordar nada de mi, de ti, de ese otro chico, de mi familia, nada!  ¿¡Cómo puedo calmarme? ¿¡como Keith, como demonios?!-no pudo evitar que algunas lágrimas de impotencia salieran de sus ojos.

Keith no sabia que decir, solo sentía un dolor en su pecho por ver a Lance así. Así que sólo se limitó a abrazarlo, haciendo que el cubano recargará su cabeza sobre su hombro, seguro se hubiera molestando por sus mocos sobre su camisa negra, pero a la mierda, la situación era otra; con delicadeza puso una de sus manos sobre su cabello y otra en su espalda, mientas el cubano correspondía el abrazo entre sollozos.

-...lo siento Lance...pero es lo único que puedo decir. También para mi es difícil, verte asi...digo, no es la primera vez que te veo llorar y te tengo que consolar pero...ahora me duele más que antes.-decía aguantando sus ganas de romper el llanto, era fuerte después de todo.-créeme que si pudiera hacer que recordarás todo...lo haría. Pero lo único que puedo hacer para ayudarte es contarte todo lo que has pasado.

El cubano ya no dijo nada, solo dejo que el coreano lo abrazara fuerte. Estar con él, aunque no lo recordará, lo hacía sentir de algún modo seguro, como si solo él lo pudiera hacer sentir algo. Solo Keith, solo él.

Duraron unos minutos así, Lance había dejado de llorar pero no quería que Keith lo soltará; a la media hora se separaron, el moreno sólo daba unos sollozos.

-¿Ya estas mejor?-Keith estaba de rodillas frente al chico en silla de ruedas.

-...si...lo siento, siento que me alteró por cualquier cosa...

Keith soltó una pequeña risa.

-Siempre has sido así. No me molesta.

El moreno hizo una pequeña sonrisa

-Quizás...esto me haga cambiar un poco.

-No creo que eso sea necesario. Creo que el Lance molesto que conozco tanto pronto volverá.

El moreno no dijo nada, solo dio una ligera sonrisa, él también quisiera conocer a ese Lance para que volviera. Keith ayudó a Lance a sentarse en el sofa, le dio su medicina para el dolor, pues la pierna empezaba a doler un poco, estuvieron hablando un rato, de cosas varias, Lance hacia preguntas sobre sus gustos y hobbys que antes tenía, y Keith le contestaba todo. Después de un rato, la pizza llegó, y en cuento el moreno término de comer, mientras Keith lavaba los platos en la cocina, se quedó dormido en el sofá.

El coreano término de limpiar, y casi al instante su celular empezó a sonar. Al tomarlo, vio que era la hermana de Lance.

-¿Verónica?

-¡Keith! ¿ya salio Lance? ¿como esta?-la chica al otro lado se escuchaba preocupada.

-Si, ya salio y esta...-salió de la cocina y miró al cubano.-se ha quedado dormido.

-Oh, bien. ¿Y como esta? ¿aún no...

-No, lo siento. No recuerda absolutamente nada, los doctores dijeron que es una suerte que no tenga mentalidad de un infante.

-...Lance siempre fue afortunado.

-Si, siempre lo ha sido.-hubo un corto silencio.-Si quieres, puedo despertarlo para que hables con él.

-No, no, déjalo. Debe estar agotado, tanto tiempo en el hospital lo debió dejar sin energía. ¿Eh? Keith, mamá pregunta si comió algo.

-Si. Emm...ya sabes, pizza.

-Por dios Keith, debe comer algo mejor.

-Lo se, lo se Shiro. No me molestes.

-¿Ekiu mi? Yo solo digo. ¿ah? Espera, mi mamá quiere hablar contigo.-se escuchó el cambio de celular.-¿Keith?-se escuchó la voz de la señora.

-Hola señora...

-Hijo, gracias por estar cuidando de Lance ahora...

-No, no, no me agradezca señora. Usted sabe que siempre he estado para él, no sería capaz de dejarlo ahora.-miraba al moreno que dormía justo frente a él. Nunca lo dejaría, eso era obvio.

-Lo se, eres tan tierno Keff.-ese nombre ya se quedo para siempre con esa familia.-Cariño, Marco investigo un poco, y dijo que las cosas que le gustaban podrían ayudar a que su memoria regrese.

-Si, eso también me dijo el doctor.

-Bien, estaba pensando en que Verónica te podría mandar unas recetas de comidas que a Lance siempre le gustaron, son muy conocidas en Cuba, y quizás eso lo ayudaría un poco.

Keith pensó un poco, él no sabia cocinar para nada, ni su madre, ni su padre sabían, eran una familia que se mantuvo viva a base de comida rápida, congelada, sopas instantáneas, y frutas para algo saludable, se les podía quemar hasta el agua, una vez Keith hizo explotar el microondas, fue un accidente, el muy idiota había puesto una sopa instantánea que solo necesitaba 2 minutos, en lugar de 2 le puso 30 minutos, y esa cosa explotó.

Pero bueno, quizás si era por Lance...podría hacer un intento. Solo espera no incendiar la casa.

-Bien, puedo intentarlo.

-No te preocupes cariño. Son recetas fáciles, si tienes algún problema, llámame.

Después de eso, tuvo que hablar con el resto de la familia, todos estaban preocupados por el moreno después de todo, era una familia realmente unida.

Cuando la llamada término, casi al minuto recibió los mensajes de Verónica con las recetas, tendrá que ir mañana al supermercado por todas esas cosas.

-¿que demonios es yuca?-como sea, guardo el celular y luego miro a Lance. No quería, pero tenía que despertarlo para que fuera a su habitación.-Lance. Lance despierta. Tienes que ir a tu habitación.-decía mientras movía al chico.

-...¿eh? Oh...me quede dormido...-poco a poco se despertó. Al principio se sintió algo desorientado, pero al ver los ojos violetas de Keith se calmo un poco.-¿cuanto dormí?

-Sólo unas dos horas. Tu hermana me llamo y estuvimos hablando un poco.

-¿hermana? Oh...dijiste que tenia una familia grande.-se intento sentar por si mismo, pero al no poder recibió la ayuda de Keith.-Me hubieras despertado para hablar con ella...

-Si bueno. Ella no quiso que te despertará, así que te deje dormir hasta que terminamos de hablar. Ven, es mejor que te lleve a tu habitación.

Keith ayudó al moreno a volver a la silla de ruedas, luego lo llevo a su habitación, allí lo ayudó a ponerse el pijama, no fue incómodo para el coreano pues no era la primera vez que lo veía en ropa interior, y no piensen nada malo; por otro lado, Lance se sonrojaba cada vez que sentía las finas y frías manos del peli-negro, cuando terminó de vestirlo, lo ayudó a recostarse.

-Bien, si necesitas algo, o si te duele mucho, gritame. Estaré en la habitación de junto. Allí tienes agua y medicina para el dolor, pero si no aguantas llámame.-se dirigió a la puerta y apago las luces.-Mañana te despertaré temprano porque iré a la universidad. Hasta mañana Lance.-le dio una sonrisa sincera y salio.

Lance sólo se acomodo, mirando al techo lleno de estrellas que brillaban en la oscuridad, eran bonitas, sus ojos pasaron por toda la habitación, tenía muchas cosas, mañana tendría tiempo para ver todo y tal vez recordar algo, de repente se sintió abrumado, técnicamente estaba en una habitación desconocida y eso lo estaba alterando.

Intento dormir cerrando sus ojos y haciendo un intento por calmarse, pero era inútil. Quien sabe cuanto paso en ese silencio abrumador, pero cuando escucho un auto de afuera dar un fuerte frenon, se alteró demasiado y se levantó de golpe, dando un fuerte grito, su respiración estaba agitada y tenia un sudor frío.

-¿¡Lance?! ¿que paso? ¿que sucede? ¿te duele algo?-Keith entró casi al instante de escuchar el grito de Lance, se acercó al cubano y lo tomo del rostro.

Casi al momento de sentir la mano del coreano sobre su rostro, toda esa adrenalina del susto se fue, y su respiración se calmo un poco.

-...lo siento...es solo que...estar aquí sólo me...abruma demasiado....perdón si te asuste.-contestó apenado por haber gritado. Solo puso sus manos en los hombros de Keith.

-No importa. No te preocupes por eso.-intento separarse, pero Lance lo sujeto con fuerza.

-Keith...podrías...¿podrías quedarte conmigo? No quiero estar solo.-se escuchaba su miedo combinado con algo de vergüenza.

-Si...si claro. Me quedare hasta que te quedes dormido.-lo iba a ayudar a recostarse, mientras se quedaba a su lado de pie, pues se iría en cuanto el cubano se durmiera. Pero no contaba con que el moreno lo tomará para recostarse juntos.

-...gracias Keith...-se aferro al pecho bien formado del coreano, con cuidado de su pierna obviamente.

El coreano no dijo nada, solo se quedo quieto hasta que el moreno se quedo dormido, que mal que él apenas pudo dormir.

Esto no estaba bien...

Era lo único que Keith podía pensar...

Mientras que Lance pensaba...

Que solo Keith lo podía sentí seguro, a salvo de lo desconocido que ahora le parecía todo. Solo podía ser Keith y nadie más.

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