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♡I'm lost without you

"Y entonces, me perdí en ti, pero no del modo en que esperé"

*Pov Jennie*

Mi querida, mi Lili, mi chica, hoy estoy dejándote.
Me encuentro empacando mi segunda maleta, llena de mis pertenencias y recuerdos contigo.

Por fin, después de varias semanas en soledad, decidí que lo mejor para mi era seguir adelante, irme de aquí, lastimosamente, sin ti.
Porque aunque mi corazón continúa diciéndome que, si permanezco en éste lugar, eventualmente, tú regresarás... En lo profundo de mi ser, tengo muy claro que aquella es una posibilidad nula.

Lisa, tú decidiste irte, y yo no pude hacer nada para detenerte.
Lo intenté, sé que recuerdas cuanto te rogué para que no me abandonaras, poco me faltó para pedírtelo de rodillas en el suelo.
Y aún así, mira el resultado, sólo suspiraste y me miraste con lástima, antes de cruzar por última vez la puerta.

Puedo recordar perfecto la noche en que te fuiste, ¿y sabes qué?, el recuerdo hace que el dolor siga vivo dentro de mi.

*Flashback*

Habías regresado de un largo día de trabajo, a eso de las nueve de la noche.
Yo, como siempre, estaba en el sofá esperándote, con la intención de abrazarte y ofrecerte un café caliente, junto con una rica cena, para hacerte sentir mejor.

Siempre habíamos sido una pareja melosa, desbordando azúcar y amor en cualquier situación. Aunque alguna de las dos estuviera cansada, nunca pasábamos por alto nuestros momentos románticos. Tú subías mi ánimo con la más mínima acción, y yo me dedicaba a hacerte sonreír con una buena comida y muchos cariños.

Sin embargo, la gran sonrisa que te mostré al verte, se borró lentamente cuando tu expresión se tornó triste y pesada. No sabía que te pasaba, pero en definitiva, no me quedaría de brazos cruzados viéndote así.

—¿Cielo?, ¿qué te ocurre?—me acerqué a ti, con la intención de tomar tus manos. Pero, tú no me dejaste tocarte.

—Tengo algo que decirte, Jen.—por fin me miraste, en tus ojos ya no pude ver ese brillo tan especial que tanto me gustaba.

—¿Jen?, ¿desde cuándo me llamas por mi nombre?—solté una muy breve risa, llena de confusión, no de gracia.

—Sólo siéntate, necesito hablar de ésto contigo... Y no quisiera alargarlo más de lo debido.—te vi suspirar, y me comencé a preocupar bastante sobre lo que estaba pasando.

Caminé hasta el sofá, contigo siguiéndome, y me senté con lentitud, sin perderte de vista en ningún momento.
Mientras yo buscaba conectar mi mirada con la tuya, tú hacías de todo por evadir el contacto.

—Jennie... Lo lamento mucho.—y ahí, mi corazón dolió agudamente, pues sabía lo que vendría a continuación—Conocí a alguien...

—¿Conociste o estuviste con alguien?, porque son conceptos diferentes, Lisa.—te miré con decepción y tristeza.

Por un momento mínimo, creí que no era real lo que estaba sucediendo, pensé que despertaría de la pesadilla, y todo volvería a la normalidad.
Y, si era de verdad, entonces esperaba que tú, mi amor, no me hubieras engañado con alguien más.

Para mi mayor desgracia, ninguna de ambas opciones fue cierta.

—Estuve... Hace unas semanas comenzó a pasar... Pero no había tenido el valor para decírtelo.—largaste un suspiro, ya sin mirarme.

Justo ahí, pude sentir cuando mi corazón colapsó, juro que se detuvo por algunos segundos, y mi garganta se cerró por completo.
El habla se me olvidó, la respiración me fallaba, mi cuerpo tembló, todo bajo tu aura cargada de lástima.

¿Cuándo había ocurrido aquello?, ¿quién demonios era esa persona que te había alejado de mi?
Jamás quisiste decirme su nombre, sólo confesaste que era otra mujer. Tampoco diste más detalles sobre cuanto tiempo llevabas engañándome, no diste un número exacto.

Pero, así como aquellos datos nunca los supe, creo que también me hubiera gustado que conservaras en secreto tus motivos para herirme de ese modo. Porque el escuchar tu voz, pronunciando cosas tan dañinas, fue el peor cuchillo que pudiste enterrarme.

—Ya no siento nada por ti... No te odio, pero, tampoco te quiero, Jen.—respondiste cuando te pregunté, precisamente, tus razones para cometer una infidelidad.

Que idiota fui al cuestionar, sabiendo que la respuesta me iba a romper aún más.

_Y por favor, no te culpes por ésto, es sólo una decisión mía... Es mejor que me vaya de aquí.—continuaste, con un par de maletas en las manos—Nada de lo que hice tiene que ver con tus acciones, lo prometo...

—Debí haber hecho algo mal ¿o no?, porque si no... Si fui tan buena novia, ¿entonces porqué tuviste que buscar amor en otra persona?—susurré con las lágrimas nublando mi visión.

—Nadie controla al corazón, ni siquiera yo, ¿de acuerdo?... Y eso no es culpa tuya.—nuevamente, me miraste con toques de lástima.

Te rogué que te quedaras, me aferré a ti de todas las maneras posibles, te dije que cambiaría y sería diferente... Ni siquiera esperé una disculpa tuya, pues yo fui quien dijo "lo siento", aún cuando yo sabía que no debía pedirte ningún perdón.

Pero no funcionó, porque esa noche, justo a las doce, tu silueta salió por la puerta, dejándome atrás con el alma rota.
Me rompiste en mil pedazos, sin posibilidad de reparar mi ser algún día.

Renunciaste a quererme, así como así, te fuiste sin mirar atrás, sin darte cuenta de que yo aún salí por el corredor del edificio, siguiéndote.
O quizá, sí me viste, y no te importó.
Me costó mucho regresar a casa... Pues el cuerpo me pesaba y mi visión estaba casi por completo obstruida, debido a mi llanto.

Nunca sabrás cuanto sufrí a partir de aquella noche, y de hecho, creo que es mejor así. Porque estoy segura que, de saberlo, te daría igual mi estado... Y esa sería una carga más a mi corazón.

*Fin del flashback*

¿Pero sabes algo?, a pesar de todo lo que hiciste, sin importar que me hayas traicionado de la peor forma, y sin darle relevancia a tu indiferencia... Todavía te quiero, y muchos días, te necesito.

La mayoría de las noches, quisiera que estuvieras aquí, abrazándome como si jamás hubieras perdido la paciencia conmigo. Muchas mañanas, despierto deseando escuchar un "te amo" desde tu boca, esperando un beso tuyo, sólo uno más.

En ti perdí demasiadas partes de mi, tantas, que ya ni siquiera me reconozco.

Mi dignidad, mi orgullo, mi autoestima, mis esperanzas, mis ilusiones y sueños... Mi corazón y alma entera. Todo está perdido en ti, y sé que aquello no volverá pronto, porque sencillamente no sé cómo hacer que regrese.

Cada día me siento más estúpida estando aquí, esperando por ti, por una persona que jamás estará conmigo de nuevo, por una chica a la que no le interesó acabar con una relación de cuatro años, sólo por un capricho de su corazón.
Mientras más pienso en ti, y en lo que tuvimos, más me atormento.

¿Porqué me permití amarte, si iba a perderte después?, sé que el amor duele, pero yo simplemente no deseaba que me lastimara el quererte.

Me dueles Lisa, no tienes idea de cuánto.
Hoy se cumple exactamente un mes desde que te fuiste... Y aún no acepto el hecho de jamás volver a verte.
Es difícil dejar ir al amor de tu vida... Pero, aunque tú eras eso para mi, dejaste en claro que no siempre debe ser mutuo.

Yo no era el amor de tu vida, y lo entiendo... Sin embargo, no por comprender que el destino no es manejable al antojo personal, quiere decir que mi pecho no duele cada vez que te recuerdo.

Te perdí, y me perdí a mi, la misma noche.
Y tu jamás sabrás cuanto me quema por dentro el ahora ser una versión deprimente y gris de mi yo del pasado.

Por eso... Hoy dejaré éste lugar, me iré a un nuevo departamento, donde pueda empezar de cero. Sólo así lograré seguir adelante algún día, en un sitio que no me recuerde a cada segundo lo que pasó.

Cuando ya no vea tus pocas pertenencias que dejaste aquí, junto a las mías; cuando la habitación ya no tenga impregnado tu perfume de rosas en cada rincón; cuando la cama deje de ser tan grande y vacía, es entonces cuando yo empezaré a recuperarme.

Porque mientras siga aquí, mis ideas de esperar por ti jamás se irán, y el amor que aún conservo en mi corazón nunca se extinguirá.
Necesito irme lejos de ti, dejarte por fin, tal como tú lo hiciste hace un mes.

Te quiero, mi Lili, y en verdad espero que seas libre.
Que estés feliz con aquella nueva chica, que tus ojos brillen nuevamente... Te deseo el mayor amor imaginable.

Aguardaré por el día en que tú te vuelvas una completa extraña para mi, y pueda dejar ir el dolor de tu partida.
Porque cuando eso pase, alzaré una copa al cielo, brindando por todo lo que fuimos, y en ese líquido, se irá mi último sentimiento por ti.

"Todo lo que siempre quise fuiste tú"

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