chapter two ◈ (UN)FORGETTABLE NIGHT
NOCHE (IN)OLVIDABLE ꧁꧂ Capítulo dos
TW: Narración sexual explícita
from a ALTERNATIVE UNIVERSE
OUTER BANKS, NORTH CAROLINA
[ THE CUT ] / [ FIGURE EIGHT ]
A pesar que los separaba un puente y muchos niveles socio-económicos, los pogues sabían perfectamente quién era Rafe Cameron.
Pero por si tú no lo sabes, ¿quién es Rafe Cameron?
Hijo mayor de Ward Cameron, el pez más gordo de Figure Eight con una empresa multimillonaria dedicada a principalmente a bienes raíces. Su familia se componía por su madrastra y dos hermanas menores, todos perfilados como los ciudadanos ejemplares de Outer Banks y el retrato perfecto de una familia feliz pero la verdad es que Rafe era la oveja negra, eso no era ningún secreto y llegó hasta el otro extremo de la isla. Su vida estaba dominada por excesos como las drogas, fiestas, alcohol y chicas, muchas chicas.
¿Pero qué se podía hacer? Tenía toneladas de dinero.
De por sí, cualquier kook de Figure Eight podría hacer lo que se le cantara la gana y jamás resultarían heridos. Ahora, imagínate las consecuencias que podrían caer en Rafe, parte de la familia más grande de la isla y básicamente quien encabezaba la cadena alimenticia.
Exacto, era aprueba de cualquier tipo de bala. Saldría intacto de cualquier cosa.
Toda esa bola de privilegios y acceso a dinero ilimitado, aumentó sus niveles natos de kook como la arrogancia, egocentrismo, narcisismo y cualquier tipo de comportamiento en el que trate mal a las personas inferiores a él. Simplemente nadie podía llegar a su altura, él lo era todo y no veía a nadie como una amenaza, algún tipo de rival que pudiera llegarle a los ojos. ¿Dios? Esas eran mierdas, Rafe Cameron era el maldito creador de todo el universo... al menos así se veía a sí mismo cada vez que se miraba al espejo o caminaba entre las personas.
Era él y solamente él, el resto era su patio de juegos y las personas sus juguetes para utilizar y desechar a su antojo.
Y a todo eso, Meghan se encontraba siguiéndolo por los pasillos luego de haber aceptado su propuesta de alejarse de la fiesta por un momento.
Rafe la agarró de la mano mientras se movían entre la multitud de asistentes a la fiesta y comenzó a guiarla hacia las escaleras, ansioso por estar a solas con ella. Mientras subían, Rafe no pudo evitar admirar la vista de su trasero en ese vestido que ondeaba por cada movimiento. Joder, ella realmente era perfecta.
Esto va a ser divertido. Rafe pensó mientras una sonrisa divertida se deslizaba por sus labios.
Meghan se encontraba en un dilema mental e incluso una parte suya se encontraba arrepintiéndose de haber aceptado su propuesta, era meterse directamente a la boca de un lobo. ¿Qué clase de problemas podría traer tener un acostón con él? Puede ser que él se lo diga a alguien, encontrar la manera de humillarla por eso... hasta pescar alguna ETS por simplemente besarlo. Todo aquello era como una bola de nieve que bajaba a una rapidez impresionante, haciéndose cada vez más grande mientras los segundos pasaban.
Una vez que llegaron al segundo piso, Rafe la llevó a su dormitorio y cerró la puerta detrás de ellos. La cerró con llave por si acaso. No querría interrupciones.
A esas alturas, ella ya se estaba arrepintiendo bastante y ambos lados de sus cinco sentidos se encontraba en una disputa feroz por actuar.
Girándose para mirarla, Rafe la apoyó contra la pared, enjaulándola con sus brazos. Se inclinó más cerca, sus labios rozando su oreja mientras Meghan se aferraba a la pared detrás suyo y su corazón latía con fuerza aunque por fuera ella se mostraba impasible, tratando de hacerse ver como que no sucedía un torbellino de pensamientos y emociones en su interior.
—No tienes idea en lo que te estás metiendo, cariño. Voy a deshacerte.
En cualquier otra situación, Meghan se habría reído si algún chico le decía aquello pero viniendo de Rafe y conociendo sus antecedentes de excesos junto a ciertos rumores de inestabilidad mental, lo tomaba como una verdadera advertencia y no como un juego.
Ya desearía ella que fuera un juego.
Antes de que Meghan pudiera decir algo, las manos de Rafe se deslizaron hacia abajo para agarrar sus caderas, atrayéndola contra él. Él se apretó lo suficiente contra su estómago, dejándola sentir cuánto la deseaba.
Un ligero jadeo escapó de ella mientras lo miraba ligeramente sorprendida por el efecto inmediato que tuvo en él, algo inesperado que le tomaría muchos minutos poder asimilar de tener de esa manera a Rafe Cameron. La boca de Rafe se estrelló contra la de ella en un beso intenso, su lengua se abrió paso más allá de sus labios para reclamar cada centímetro de ella. La besó como si fuera su dueño, como si estuviera reclamando su derecho.
Y Meghan se entregó a eso.
Sus sentidos se tardaron en reaccionar pero finalmente cerró sus ojos mientras sus manos lo tocaron por primera vez, tomándolo por el cuello de su camiseta acercándolo a ella como si fuera posible aunque no existía ni un solo milímetro de separación entre ellos. Le siguió el beso que se estaba volviendo desesperador, hambriento. Rafe suelta un leve gruñido en medio del beso pero fue un tipo de advertencia ante la igualdad del hambre, era él quién quería tener cualquier tipo de control aunque fuera en ese beso desordenado.
Cuando finalmente se apartó, Rafe respiraba con dificultad. Sus ojos estaban oscuros por la lujuria mientras miraba los labios de Meghan hinchados por el beso y sus ojos abiertos mientras lo miraba a través de sus pestañas. Era una vista única para él en ese momento que solamente encendió más chispas en su interior, añadió más leña a un fuego que amenazaba con consumirlo.
—Desnúdate -Ordenó con rudeza, su voz salió profunda y ronca por el deseo que fluía en sus venas combinados con un fuego sofocante–. Quiero ver ese pequeño cuerpo caliente tuyo.
Dio un paso atrás para darle espacio, sus ojos nunca la dejaron mientras esperaba que obedeciera. Rafe sabía que estaba siendo un idiota, pero no le importaba. Todo lo que le importaba era mojar su pene y mostrarle a esta pogue un buen momento. Y si ella era lo suficientemente estúpida como para aceptar esto, entonces se merecía lo que recibiera.
Sus piernas temblaban como gelatina mientras su corazón estaba totalmente descontrolado y sus cinco sentidos se activaron en alerta cuando escuchó su orden, aquella que marcaría un antes y un después si tan solo acataba sus palabras. Ella tragó saliva mientras sus manos tiraban del dobladillo del vestido dejando que la tela cayera a un lado en el suelo, exponiendo su torso y pecho cubiertos por el sujetador y el resto de su cuerpo. No le quitó los ojos de encima ni por un momento, dejándose en ropa interior frente a él.
—El resto lo puedes quitar tú mismo -Meghan le dice atreviéndose a dejar un momento su nerviosismo y paranoia de lo que podría ocurrir luego de eso.
Ella aceptó llegar hasta ahí, maldita sea. Lo último que podía hacer es dar un paso al costado.
Los ojos de Rafe recorrieron su cuerpo con avidez, absorbiendo cada centímetro de piel expuesta. Joder, estaba incluso más caliente de lo que él pensaba. Esos senos pedían a gritos que las tocara, esas caderas hechas para agarrar mientras la follaría duro y profundo. Toda su cabeza daba vueltas en ese instante, bebiendo de la imagen de ella.
Extendió la mano y le acarició el pecho con rudeza, con el pulgar rozando su pezón a través de la fina tela de su sujetador. Podía sentirlo endurecerse bajo su toque y sonrió.
—Bonitos pechos, cariño. No puedo esperar a poner mi boca sobre ellas -Comentó sin un gramo de decoro, lo que ocasionó que una rápida y ligera descarga de electricidad recorriera la columna de Meghan.
¿Por qué esas palabras explicitas y sucias sonaban bien en él? No estaba acostumbrada a eso. De hecho, siempre le ocasionó gracia que otros chicos tomaran ese papel durante el sexo pero, ¿en ese momento? Le estaba ocasionando mareo y calor corporal, mucho calor corporal.
La otra mano de Rafe se deslizó por su estómago, los dedos se deslizaron por la cinturilla de sus bragas. La frotó a través de la tela húmeda, sintiendo su calor ocasionando un jadeo involuntario por parte de ella ante el toque sin rodeos aunque sea por encima de la tela.
—Joder, ya estás mojada para mí, ¿no? -Le empujó las bragas a un lado y deslizó un dedo dentro de ella, gimiendo por lo apretada y húmeda que estaba. Él introdujo y sacó el dedo varias veces antes de añadir un segundo, abriéndola.
Meghan jadeó por el toque de Rafe entre sus piernas, echó la cabeza hacia atrás apoyándola contra la pared mientras sus respiraciones se hacían pesadas y sus piernas luchaban por sostenerla. Rafe capturó sus labios en otro beso abrasador, su lengua saqueando su boca mientras la follaba con los dedos. Podía sentir sus paredes revoloteando alrededor de sus dedos, y sabía que ella se estaba acercando.
Él rompió el beso y dio un paso atrás, quitándose la ropa con movimientos rápidos y eficientes. Meghan también absorbió cada parte de él mientras se deshacía de las barreras de tela, dejando a su vista su torso definido y sus hombros anchos, definitivamente resultados de constantes rutinas en el gimnasio y no pudo evitar que su boca se hiciera agua. No iba a negarlo, él estaba como quería y ella no iba a quitar la vista de ese gran privilegio que tenía frente suyo.
Agradecía a todo ser omnipotente que pudiera escuchar sus pensamientos en ese momento.
Agarrándola de las caderas, Rafe la levantó y envolvió sus piernas alrededor de su cintura. Las piernas de Meghan rodearon su cadera por inercia mientras él la sostenía, caminó a pasos largos y precisos hasta llegar a la cama donde la acostó sobre el colchón. Volvió a hacer a un lado la tela de sus bragas, se alineó con su entrada y empujó dentro con fuerza, sin darle tiempo para adaptarse. Gimió ante la sensación de su calor apretado envolviéndolo.
—Te sientes tan bien -Gruñó, comenzando a moverse. La embistió con fuerza, la cabecera se estrelló contra la pared con cada poderosa embestida.
Ella jadeó cuando él entró en ella y comenzó a moverse sin descanso. Sus manos agarraron su espalda mientras sus uñas se clavaban en su ancha espalda.
—Mierda, mierda, mierda -Gimotea mientras él continúa embistiéndola profundamente en el lugar perfecto–. Joder, sí -Se arquea contra él mientras echa la cabeza hacia atrás contra el colchón inmersa en el intenso placer.
Sus gemidos y jadeos flotaron en la habitación mientras su mente una vez más se inundó de blanco sin ningún pensamiento más allá de que él la estaba volviendo loca.
—Eso es, tómalo -Gruñó, levantando una mano para rodear su garganta. Apretó ligeramente, no lo suficiente para cortarle el aire por completo, pero lo suficiente para que ella lo sintiera.
Se inclinó y le mordió el cuello, chupando un chupetón oscuro en su piel. Marcándola como suya. Sus caderas nunca detuvieron su ritmo brutal, empujándola dentro de ella como un hombre poseído. Rafe gruñó, embistiéndola más fuerte, más rápido. Podía sentir ella se apretaba a él como un torno, empujándolo hasta el límite. Joder, se sentía bien. Demasiado bien.
Él no estaba haciendo nada específicamente particular ni nuevo pero en ese momento, para Meghan, se sentía en el puto paraíso. Había pasado un poco desde que se acostó con alguien pero un tiempo desde que tuvo un buen acostón hasta ahora, donde sus niveles de extasis solo incrementaban conforme los segundos transcurrían. Sus uñas se enterraban levemente en la piel de la espalda de Rafe dejando medias lunas pero también arañaba marcando en rojo.
Con una última embestida brutal, se enterró hasta la empuñadura y se soltó, derramando su semilla profundamente dentro de ella. Rafe se desplomó levemente, su peso la inmovilizó mientras recuperaba el aliento. Se acurrucó contra su cuello, inhalando su aroma mezclado con el almizcle del sexo. Joder, olía bien.
Respira con dificultad después de su liberación, lo que le hace jadear mientras sus paredes se tensan alrededor de Rafe. Se queda allí en la cama mientras mira fijamente al techo tratando de despejar su cabeza de los pensamientos sobre lo que acaba de suceder.
—No está mal para un pogue -Murmuró, dándole un beso perezoso en la mandíbula–. Tal vez te quede por aquí un rato, para ver qué otros trucos tienes bajo la manga -Él se retiró lentamente mientras veía como Meghan trataba de regular su respiración y eso provocó una sonrisa satisfecha–. Límpiate -Indicó, dándole una toalla que se encontraba cerca–. Y no olvides, lo que pasa en esta casa de se queda aquí, ¿entendido?
Acaba de acostarse con Rafe Cameron. Es difícil de creer.
—Mierda -Exhala mientras se pasa ambas manos por la cara. Agarra la toalla que él dejó a un lado y se limpia los rastros de Rafe que había goteado por sus muslos.
Rafe la miró con los ojos entornados mientras se limpiaba, su mente ya daba vueltas con posibilidades. Esa pogue era un petardo entre las sábanas, eso era seguro. Definitivamente podía verse a sí mismo manteniéndola cerca por un tiempo, usándola como su juguete sexual personal cada vez que tuviera la necesidad.
Pero sabía que necesitaba jugar con inteligencia. No podía dejar que ella pensara que tenía algún poder real aquí. Rafe era el que tenía el control, y necesitaba asegurarse de que nunca lo olvidara.
Se acercó a ella, desnudo y sin vergüenza. Rafe la agarró del mentón con brusquedad, obligándola a mirarlo y Meghan no tuvo más remedio que hacerlo, dejando de limpiarse para dirigir sus ojos hacia él bastante confundida por el repentino movimiento.
—Dejemos algo en claro, cariño -Gruñó, sus ojos azules clavados en los de ella–. Puede que hayas irrumpido en mi fiesta y me hayas dejado follarte, pero no te hagas ilusiones. No eres nada para mí, solo un agujero cálido en el que meter mi pene cuando lo necesito -Rafe se inclinó hacia ella y sus labios rozaron su oreja mientras le susurraba–. Ahora te tengo, pogue. Tu cuerpo me pertenece, cuando yo lo desee. Y si piensas siquiera en contárselo a alguien, me aseguraré de que te arrepientas. Tengo formas de callar a la gente.
Le dio un mordisco en el lóbulo de la oreja antes de apartarse, con una sonrisa cruel en el rostro. Rafe sabía que estaba siendo un maldito imbécil, pero no le importaba. Este era el juego y jugaba para ganar. Siempre lo había hecho y siempre lo haría.
—Ahora vístete y sal de mi habitación. Y si alguna vez te vuelvo a pillar merodeando por mi propiedad, haré que te arresten por allanamiento, ¿entiendes?
Meghan lo mira escuchando cada una de sus palabras.
Y ahí estaba él, el Rafe arrogante e idiota que siempre fue. Ella piensa.
Ella exhala levemente, por un estúpido segundo pensó que le iba a decir que quería volver a verla o que le gustaba pero definitivamente tenía demasiadas expectativas para alguien con su reputación. Se levanta de la cama y recoge su vestido poniéndoselo con calma no sin antes estirar ligeramente su cuerpo mostrándose bajo control cuando en su interior quería gritarle un par de insultos, mandarlo a la mierda y salir de ahí.
—Bueno, fue un buen polvo, no lo voy a negar -Comenta mientras se arregla el cabello–. Pero soy alguien que solo tiene acostones de una sola noche así que ya usaste tu única y última oportunidad -Camina hacia la puerta del dormitorio, la destraba y abre–. Buena suerte encontrando a otra chica para satisfacer tus necesidades o con el dinero que tienes puedes alquilar un agujero por unas horas.
Lo mira por encima de su hombro y ríe levemente antes de salir de la habitación pero una idea relámpago atraviesa por su resentido cerebro y regresa al segundo que se asoma por la puerta.
—¡Ah cierto! La cerveza en esta pequeña fiesta tuya estaba buena y puede que hayamos roto algunos jarrones, ups.
Sale completamente de la habitación y corre por el pasillo esquivando a varias personas, baja las escaleras rápidamente mientras se mueve por la casa buscando a sus amigos con la cabeza dando vueltas en millones de pensamientos pero todos malos, nada negativo. Los encuentra en el patio trasero cerca de la piscina mientras están fumando, les hace una señal para que se vayan y que dejen lo que están haciendo para comenzar el plan de escape.
Rafe la miró irse con el ceño fruncido, con el ego herido por su despreocupada desestimación. ¿Quién coño se creía que era esa pogue, hablándole así? Era Rafe Cameron, dominaba Outer Banks a su antojo. Se suponía que las chicas debían estar desviviéndose por conseguir un pedazo de él, no alejándose como si no fuera nada especial.
Salió furioso de su habitación, con la intención de encontrarla y ponerla en su lugar. Pero cuando llegó al final de las escaleras, pudo verla saliendo por la parte de atrás con sus amiguitos pogues a pesar de que había toda una multitud de invitados frente suyo. El labio de Rafe se curvó con disgusto. Debería haber sabido que no debía perder el tiempo con esa basura.
Olvídala, decidió. Había muchos más peces en el mar, y encontraría uno que supiera cuál era su lugar. Rafe regresó a la fiesta, decidido a ahogar su irritación en alcohol y otros muslos en los cuales meterse.
Tomó una cerveza de una bandeja que pasaba y tomó un largo trago, sintiendo que su humor mejoraba. La vida era buena, especialmente cuando eras Rafe Cameron. Era joven, rico y muy sexy. ¿Qué más podrían querer en un hombre?
Rafe vio a sus amigos al otro lado de la habitación y se dirigió hacia ellos, pasando un brazo sobre sus hombros. Lo saludaron chocando las manos y dándoles palmadas en la espalda, ansiosos por escuchar acerca de su conquista. Rafe sonrió y se lanzó a una exagerada historia de la destreza sexual que tuvo con Meghan hacia unos segundos, embelleciendo los detalles hasta que todos estuvieron pendientes de cada una de sus palabras.
Mientras hablaba, los ojos de Rafe escudriñaban a la multitud, buscando su próximo objetivo. Había una rubia en la esquina, mirándolo. Tal vez iría a saludarla, a ver si estaba dispuesta a tener sexo. Una pogue se olvidaba fácilmente cuando había muchos más peces en el mar.
Meghan logra escapar de Tannehill, la residencia de la familia Cameron, junto a sus amigos con gran dificultad. Corrieron por algunas calles hasta que estuvieron seguros de que nadie los seguía y que no había policías cerca.
De regreso a The Cut, el lado de la isla de los Pogues, los chicos no dudaron en compartir su experiencia de lo ocurrido en la fiesta, hablando de la gente tensa que conocieron o vieron mientras daban vueltas por toda la enorme residencia. Se burlaron de los kooks sin parar, diciendo que el alcohol de allí compensaba todo el problema de pasar tiempo con esa gente despreciable y que también decidieron interactuar con algunos de ellos molestándolos e incluso JJ comentó que robó algunas billeteras pero que lo utilizarían para celebrar con unas buenas cervezas.
—Tengo unos billetes para celebrar esta misión exitosa como se debe -JJ sacó varios billetes arrugados que había guardado en diferentes bolsillos de su vestimenta–. Pero no los gastaremos hasta que se lo hayamos mostrado a John B, solo así nos creerá que salimos victoriosos en esta misión.
—Yo no pude completar el plan -Pope confiesa mientras mira a sus amigos con un ligero nerviosismo por como puedan reaccionar ante el hecho de su fallo–. Quiero decir, habían cosas muy valiosas allá dentro, si tan solo alguien pudo verme...
—Al menos dime que rompiste alguna ventana o measte alguna planta -Maybank lo mira mientras exhala, ligeramente cansado o aburrido del cuidado de Pope sobre mantenerse a raya de las cosas a pesar de las injusticias.
—Le tiré vino a una pintura, ¿eso cuenta?
JJ encoge sus hombros y menea la cabeza en negación pero finalmente asiente dándose por vencido y palmea el hombro de su amigo en señal de apoyo renuente.
Por otro lado, Meghan estaba enojada con Rafe o al menos un poco decepcionada pero también se culpaba a sí misma por ser tan idiota, por crear expectativas sabiendo la reputación que tenía pero al menos no se lo permitió y nunca más lo volvería a ver ni vivir lo que pasó.
Ella llegó a casa después de pasar unas horas caminando con sus amigos solo hablando y fumando un porro, lo necesitaba para quitarse el sabor amargo de la noche que Rafe arruinó. A pesar de la influencia de la marihuana junto al terrible sentimiento del enojo fluyendo en su sangre, se mordió la lengua evitando contarles a sus amigos sobre lo que había sucedido con Rafe, simplemente les inventó una historia de que alguien la encontró rompiendo una de las pinturas y por eso puso en pie el plan de abandonar Tannehill.
Por otro lado, Rafe se pasó la noche de fiesta, decidido a olvidarse de esa estúpida pogue y de su boca descarada. Bebió hasta emborracharse, besándose con cualquier chica dispuesta que se cruzara en su camino.
Un acostón más para los dos, algo que querían olvidar por completo pero la verdad es que era el inicio de algo peor de lo que esperaban o creían porque la isla podría ser grande para albergar dos lados opuestos aunque siempre estarían entrelazados, de una manera u otra, para bien o para mal.
pay attention 'cause
५🦁★ ASLAN SPEAKS . . .
la primera vez q subo algo
que tiene smut explícito
me siento impura JAANKJ
no volverán a saber de mí
en las próximas dos semanas
hasta que logre recuperarme de
este evento traumático.
no se olviden de comentar y votar<3
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