XVIII
Narrador Omnisciente
La semana transcurrió lentamente para nuestros protagonistas. Marissa y Katherine intentaron mantenerse lo más alejadas posible la una de la otra, pero al tener los mismos horarios era bastante complicado. Menos mal que solo les quedaban unas pocas semanas de curso. Michelle y Alexei sabían de la situación en la que estaba metida Kat y la habían ayudado en todo lo posible para que la situación de la mansión de los Thyson no se volviera a repetir. En cuanto a los padres del italiano, Carlo, le seguían presionando para que encontrara a su alma gemela para poder salvarles de la bancarrota. Sí, exacto, la familia más rica de Italia había caído en la bancarrota y habían usado sus últimos ahorros en descubrir quién era la afortunada que les sacaría de aquel problema. Pero, lo que ellos no sabían es que Carlo ya la había encontrado. Sabía exactamente quién era y dónde estaba. Entonces, cuál es el problema, os preguntareis. El problema es que ella tiene novio; el problema es que ella es Katherine Morgan. El italiano tenía serias dudas en la cabeza porque estaba empezando a tener ciertos sentimientos por la morena y no tenía idea de si era buena o mala señal.
Pero esa no es la parte en la que nos vamos a centrar en este capítulo. Nosotros nos vamos al Olimpo de los dioses, allá por Grecia. Está lejos, sí, pero los dioses que vivían allí eran capaces de saber todo lo que pasaba alrededor del mundo. Zeus y Hera estaban en sus aposentos discutiendo el problema que había con la joven Morgan.
-Pero, Zeus- decía la diosa de la familia- No entiendo que tiene esta pequeña mortal tan importante que os tiene a tus hermanos y a ti tan preocupados-
-Sigues sin entenderlo, mi amor- respondió Zeus dando vueltas a la habitación- Nos desafía; y justo es ella la que no puede desafiarnos-
-¿Por qué?- preguntó confundida- ¿Qué tiene de especial que tanto os asusta?-
-Ella es diferente- dijo Zeus mirando por una de las ventanas- Ella no es una mortal corriente-
-¿Qué me estás ocultando Zeus?-
-Hace unos años- comenzó a relatar bajo la atenta mirada de su esposa- Antes de estar juntos y jurarte mi fidelidad, hubo una mortal en mi vida con la que todo fue diferente que con el resto-
-¿Qué ocurrió Zeus?-
-Nos enamoramos, Hera- contestó algo más alto de lo normal- Me enamoré de esa mortal y tuvimos una hija-
-¿Katherine es tu hija?- preguntó incrédula la diosa.
-Es una mestiza- respondió cabizbajo- Y es la única hija medio humana que aún sigue con vida. No te haces una idea del poder que tendría si encontrara a su alma gemela-
-No entiendo-
-Al ser una mestiza- comenzó a explicar- Katherine, al encontrar a su alma gemela, se uniría completamente a ella y se convertiría en una de esos seres tan poderosos que destruimos hace milenios-
-¿Se convertirían en aquellos gigantes que casi nos destruyen?- preguntó asustada- ¡Cómo se te ocurre, Zeus!
-Lo siento, Hera- contestó mirándola fijamente- Me enamoré de aquella mortal, era preciosa y amable y no pude evitarlo. Pasé con ella 10 años de mi larga existencia. No creí que fuera posible dejarla embarazada, pero ocurrió. Cuando Katherine nació decidimos darla a otra familia ya que ninguno de nosotros estaba preparado y yo debía volver al Olimpo-
-Hicisteis lo correcto- dijo Hera- La he estado observando desde que Hermes nos dio el aviso y tiene una vida casi perfecta-
-Lo sé, me he asegurado de ello desde el día en que volví-
-Zeus- le llamó- ¿Qué fue de la madre?-
Zeus bajó la mirada y tardó en contestar ya que la respuesta a aquella pregunta era bastante complicada y dura para el dios de dioses.
-Ella murió a los pocos meses- respondió mientras se secaba una lágrima- Se ve que tenía cáncer desde el principio pero no quería que yo hiciera nada-
-Lo siento, mi amor- respondió Hera abrazando a su esposo por la espalda- Debió ser duro-
-Lo importante es que ahora debemos asegurarnos de que mi hija no encuentre a su alma gemela- dijo él sin darle más importancia al asunto- O, al menos, si la encuentra que no acaben juntos-
Hera y Zeus salieron de sus aposentos para informar al resto de dioses que habitaban allí de las últimas y más importantes noticias. El dios del rayo sabía perfectamente que si las cosas se iban de mano tendría que bajar a la tierra a hacerle una visita a su hija; pero eso sería un último recurso.
Después de esta visita inesperada a ambos dioses, vamos a dirigirnos hasta la casa de los Smith; la casa de Carlo. Como siempre, él estaba encerrado en su habitación mientras sus padres discutían. Sí, la verdad es que tal vez tu mitad perdida no te caiga bien o directamente no sea la persona adecuada para ti. Sus padres tuvieron que casarse a la fuerza y tener un hijo por la misma razón. Carlo estaba tumbado en su cama con los cascos de último modelo que le habían regalado sus padres como disculpa; cosa que nunca funcionaba. La música sonaba tan alta que se escuchaba un ligero susurro incluso fuera de la habitación. Carlo odiaba cuando sus padres se peleaban y la manera más común que tenía para escapar de aquello, incluso estando dentro de la casa, era escuchar música; tal vez leer o relatar historias. Le sacaba de la realidad bastante a menudo y lo agradecía. De repente, el característico tono de mensaje de iPhone sonó en medio de aquella melodía despejándole de su sueño despierto. Era Alexei, quien se había convertido en su mejor amigo en los últimos meses.
Alexeii😎🤙: Vengo a sacarte del gran aburrimiento que seguro que tienes :)
Yo: Qué es lo que ocurre?
Alexeii😎🤙: Hemos quedado las chicas y yo en el Jugg's para hablar un rato.
Alexeii😎🤙: Te apuntas?
Yo: Of course!
Alexeii😎🤙: Genial!
Alexeii😎🤙: En 15 minutos en el Jugg's
Yo: Allí nos vemos
Después de ver el doble check azul indicando que la conversación había finalizado, Carlo se levantó de la cama para cambiarse de su pijama de seda a unos vaqueros medio rotos negros y una camiseta blanca que le quedaba un talla más grande de lo normal. Se aseó debidamente, se peinó y se puso sus "ConverseⒸ" favoritas y salió de casa. Aún faltaban unos 7 minutos hasta la hora que Alexei le había indicado, pero él vivía a las afueras y el Jugg's estaba a un paseo largo de su casa. No tenía pinta de que sus padres le fueran a llevar así que salió sin hacer ruido. Se puso sus cascos y continuó con la música que estaba escuchando momentos antes.
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