Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XIX

Había quedado con Michelle en el Jugg's para contarle mi cita con Vixtor, la cual había sido bastante interesante sin tener en cuenta el hecho de que mi hermano creyó que había hecho algo "no apropiado" para mi edad. Ya estaba sentada en nuestra mesa de siempre dentro del Jugg's cuando vi a Carlo entrar por la puerta con sus cascos puestos. Me quedé observándolo un tiempo hasta que me miró y comenzó a acercarse a mí mientras se quitaba los cascos.

-Hola, Carlo- saludé levantándome de la silla- ¿Qué te trae por aquí?-

-Alexei me dijo que viniera- respondió con voz apagada- Supongo que ni él ni Elle han llegado aún-

-Carlo- dije al notar su voz más triste de lo normal- ¿Ocurre algo?-

No dijo nada, solo se quedó mirando al suelo con un semblante apagado y sin expresión. Le invité a sentarse conmigo, cosa a la que accedió. Tras pedirse un batido de chocolate como el mío le noté algo más tranquilo y comenzó a hablar.

-Verás- comenzó a relatar- Se supone que las almas gemelas se llevan genial y se quieren y se cuidan siempre y demás- asentí- Mis padres son almas gemelas y llevan toda la vida juntos. Lo que pasa es que fueron forzados por sus padres para casarse y tener descendencia; tenerme a mí-

Me quedé algo sorprendida. Él tomaba un trago de su batido mientras yo asimilaba la situación.

-Se pasan el día discutiendo y metiéndome en medio de sus riñas- continuó- Es horrible sentir que eres fruto del odio y  que eres el culpable de los problemas que tienen entre ellos-

-No eres el culpable de nada- respondí poniendo mi mano sobre la suya.

Él levantó la mirada de repente y fijó sus ojos en los míos. Inconscientemente hice lo mismo perdiéndome en el verde de sus ojos. En ese momento no hicieron falta las palabras para saber lo que él sentía. La cafetería había desaparecido a nuestro alrededor. Solo estábamos él y yo y lo que ambos teníamos que decirnos; aunque no fuera con palabras. Notaba como se acercaba a mí a través de la mesa. Inconscientemente, yo hacía lo mismo. Lenta y delicadamente. Podría jurar que había una especie de espacio o cielo ideal a nuestro alrededor. Nada importaba. Solo él y yo.

-¿Todo bien, chicos?-

La voz de Michelle nos sobresaltó a Carlo y a mí devolviéndonos a la cafetería de un golpe. La verdad es que lo de acercarnos solo fue mi imaginación ya que estábamos justo en las posiciones que yo recordaba cuando le toqué la mano. Dejé de mirar a Carlo y volví mi vista a Michelle y Alexei que aún miraban la escena perplejos. Quité mi mano de la de Carlo e inmediatamente les hice un hueco en la mesa a ambos.

-Emm- intenté responder sin ruborizarme- Sí sí, todo perfecto-

Ambos se sentaron en la mesa y pidieron sus respectivos batidos. Les conté todo sobre mi cita con Vixtor la noche anterior ya que Michelle había insistido en no saltarme ninguno de los detalles. No perdí de vista a Carlo en ningún momento por la situación en la que ambos habíamos estado involucrados. Yo sabía tan bien como él que algo había sido diferente al coger su mano. A las 2 horas tuvimos que marcharnos de allí ya que ese día el Jugg's cerraba algo más temprano de lo normal.

Caminamos por las calles del pequeño pueblo los cuatro juntos, sin ninguna otra preocupación que la de apartarnos cuando un coche apareciera por la solitaria carretera. Michelle y yo íbamos agarradas del brazo junto a Alexei y Carlo que conversaban animadamente con nosotras. El móvil de Michelle comenzó a sonar y a los pocos minutos nos comentó que tenía que irse a casa ya que sus padres tenían problemas de pareja otra vez. Seguimos caminando los tres sin un rumbo fijado; simplemente dando vueltas por el pequeño pueblo cuando Alexei informó de que también tenía que volver a casa ya que sus padres eran muy estrictos con su hora de llegada.

Me quedé de nuevo a solas con Carlo. No sabía si debía sacar el tema o dejarlo estar, pero la verdad es que tenía demasiada curiosidad por saber qué había ocurrido hacía tan solo unas horas. Antes de que pudiera pensarlo más, Carlo habló.

-¿Tú también lo sentiste?- preguntó dejándome helada- En la cafetería, cuando me tocaste la mano, lo sentiste ¿verdad?-

No sabía qué responder ya que en ese momento tenía una serie de sentimientos encontrados. Amaba a Vixtor con toda mi alma, pero no podía negar que también sentía algo por el italiano. Y, claramente, era algo más que amistad.

-Lo sentí- confesé a los pocos segundos- Pero eso no debería cambiar nada entre nosotros, ¿no?-

-No lo sé- dijo rascándose la nuca- Ya sabes que esta situación es complicada debido a mi familia-

-Lo entiendo- respondí mientras nos sentábamos en la hierba de un parque para ver el atardecer- Mi familia también me presiona para que encuentre a mi alma gemela, pero no es algo que priorice en mi vida- Carlo me miró confundido- Mi familia es importante para mi, pero al final la que está viviendo mi vida soy yo y debería ser yo la que decida cómo vivirla; no ellos-

Carlo asintió con la cabeza varias veces asimilando lo que acababa de decir. Estuvimos un tiempo en un silencio que no era para nada incómodo. Disfrutamos de la brisa y del canto de algunos pájaros.

-Me gustó esa sensación- confesó Carlo haciendo que me sobresaltara- Siempre había pensado que no sería nada del otro mundo pero literalmente fue como...-

-Si estuvieras en el espacio- completé mirándole- Yo jamás creí en las almas gemelas. Me parecía un control sobre nosotros que no debíamos permitir, pero tal vez no esté tan mal como yo pensaba-

Hicimos contacto visual de nuevo; como en la cafetería. Ambos sabíamos que, aún estando uno al lado del otro, no era la cercanía suficiente que necesitábamos. Me acerqué un poco a él rozando nuestras manos. La aparté de inmediato ya que tenía miedo de volver a ese espacio zen en el que estaba cuando le tocaba. Carlo se acercó lentamente a mi, con cuidado, como si yo fuera una fiera a punto de atacar. Pero él lo único que quería era entenderme y cuidarme. Dejé que se acercara un poco más a mi y poco a poco fue dejando su mano sobre la mía. Una a una, sus células conocieron a las mías en un intenso roce que no tenía por qué ser así. Era delicado y suave. Cuando por fin nuestras manos estuvieron unidas, levanté mi mirada, que hasta ahora había estado fija en nuestras manos, viendo sus penetrantes ojos verdes de nuevo. Esta vez no esperábamos a nadie, nadie nos esperaba a nosotros. Noté como se acercaba a mí, y lo más increíble de todo es que yo no me aparté. No hice ni la intención de hacerlo. Siguió acercándose. Lentamente mientras cerraba sus ojos para disfrutar más del momento. A mi alrededor, el tiempo frenó. ¿Qué estaba haciendo? ¿En qué momento había decidido cambiar mis expectativas y me había dejado llevar por aquella tontería de las almas gemelas? El tiempo volvió a seguir su curso y Carlo continuó acercándose a mi. Levanté la mano del suelo, la que estaba entrelazada con la suya, y se la puse en el pecho para frenarlo.

-No puedo- dije mientras me levantaba y me iba de allí; dejándole sentado, solo y confundido.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro