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IV

Desperté en casa de Michelle. Llegué al pueblo pasadas las 11 de la noche y no quería que mis padres me tomaran por ladrón, así que la escribí a ella y me ofreció un sitio en su habitación. Ambas bajamos a desayunar antes de que sus padres bajaran ya que, ellos, no sabían que estaba aquí. Un par de tostadas y un vaso de zumo fue lo que desayuné a la velocidad del rayo para que nadie, excepto Elle, supiera que había estado allí. Marché a mi casa donde mis padres ya me esperaban a la puerta de casa.

Tras dejar mi mochila en mi cuarto y cambiarme de ropa, ya que no lo había hecho en casi cuatro días; mis padres y yo nos sentamos en el salón para "hablar" de lo ocurrido.

-¡¿Cómo se te ocurre?!- gritaba mi madre una y otra vez dando vueltas por la sala.

Mi padre, después de un rato, se había levantado para intentar calmarla; pero lo único que estaba haciendo era dar vueltas detrás de ella. Yo había desistido de mi papel de hija malcriada que se escapa a la primera de cambio y había desconectado de aquella conversación al tercer "¡¿Cómo se te ocurre?!".

-¡Se acabó!- interrumpí cuando ya no aguantaba más a mi madre quejándose- Tengo que ir a ver a Alexei que también ha estado preocupado por mi. Así que, si no tienes nada más que añadir a este monólogo de una sola frase, me voy ya-

Mis padres dejaron de perseguirse y me miraron fijamente. Me levanté del sofá decidida de salir de casa en ese instante. Nadie me frenó. No miré atrás, pero supuse que mis padres se habían quedado mirándome mientras salía de la vivienda. Le mandé un mensaje a Alexei diciendo de quedar en el Jugg's para contarme que había averiguado sobre Carlo Smith.

Cuando ambos estuvimos sentados en una de nuestras mesas favoritas, acompañados de nuestros batidos de chocolate y nata; Alexei comenzó su relato.

-Pues veras- comenzó emocionado- Para empezar, el día que te llamé estaba, precisamente, huyendo de él ya que no quería que se enterara de que te había contado todo lo que sabes ahora-

-Ahora comprendo porque susurrabas de vez en cuando- interrumpí recordando.

-El caso- continuó un poco molesto por mi interrupción- Es que encontré el horario de la mitad perdida de Carlo- levanté una ceja haciéndole entender que no me creía ni una palabra- Bueno, tal vez lo robara de su mochila, pero lo interesante de esto es que solo dos personas en nuestra clase tienen ese mismo horario-

-Esto se pone interesante- susurré tomando un trago de mi batido.

Tras unos segundos de suspense, esperando a que mi amigo tomara un trago de su batido, al fin dijo los nombres de aquellas candidatas a novias del buenorro italiano.

-Una de ellas es Marissa Martin-

Marissa Martin. Según la sociedad de hoy en día, ella y yo deberíamos ser las mejores amigas del mundo ya que, somos las únicas con un linaje tan perfecto en lo referente a almas gemelas. Pero yo no quería ese mundo para mi, así que la tomó conmigo y, ahora, es más como mi archienemiga o algo así.

-¿Y quién es la otra?- pregunté desganada, ya que obviamente, ella sería la mitad perdida del italiano de pelo esponjoso.

-Te vas a quedar muerta- respondió ansioso- La otra persona... eres tú-

El sorbo de batido que había tomado en ese instante, salió por mi boca tan rápido como había entrado; puede que más. Cuando levanté la mirada, vi a un Alexei cubierto por una mezcla de batido de chocolate, nata y una pizca de mi saliva.

-Lo siento, lo siento, lo siento- me disculpé mientras cojía la mayor cantidad posible de servilletas para limpiarle la cara- Es solo que...- me volví a mi silla cuando acabé- Es imposible que ella y yo tengamos que ser las que "compitamos" por Carlo-

-Dime una sola razón para no hacerlo- respondió sonriente.

-Ella es popular y casi famosa en este pueblo- rebatí yo- Y él es rico, guapo y popular, aunque lleve menos de una semana en el instituto-

-Deberías intentar conocerle al menos- dijo comprensivo- Es más majo de lo que parece; he sido su guía durante el tiempo que ha estado aquí. Dentro y fuera del instituto-

-Lo haré- contesté terminando mi batido- Pero no te prometo nada-

-Con eso me vale- dijo terminando su batido también- ¿Te apetece ir a ver a Michelle? Seguro que se siente desplazada con todo esto-

-Sí- contesté mientras salíamos del Jugg's- Creo que deberíamos comentarlo con ella-

Ambos caminamos por las calles desiertas de LostTown; riendo y jugando como lo hacíamos con 7 años. Por un momento todas las preocupaciones desaparecieron, y eso fue lo mejor que me pudo haber pasado en todo el día. Estar con Alexei era como volver a mi infancia y eso me encantaba. Por esa razón era mi mejor amigo.

Un par de manzanas antes de llegar a la casa de Michelle descubrimos algo que nos dejó paralizados al instante. Justo en la acera de enfrente a su casa, Marissa y Carlo hablaban animadamente.

-Ves lo que te decía- dije refiriéndome a ambos en la distancia- Yo nunca podría llegar a estar con alguien como él estando Marissa cerca-

-Eso no lo sabes- rebatió Alexei- Se ven amistosos más que amorosos-

En ese momento, como si hubieran querido llevarle la contraria a mi amigo, Marissa y Carlo se dieron un abrazo que conllevaba más sentimientos que otra cosa.

-¿Decías?- pregunté sarcástica.

Seguimos caminando lo más alejados posible de ellos, pero no fue suficiente.

-¡Alexei!- gritó una voz grave con acento italiano desde la otra acera.

Alexei, al ser tan amable, no pudo hacer otra cosa sino que devolverle el saludo.

-¡Carlo!- gritó haciéndome ir con él para saludar a su nuevo amigo- Qué hay, tío-

Mientras ambos chicos hablaban como si nada, la tensión que había entre Marissa y yo era bastante notable; pero no para ellos.

-Conocéis a Maria, ¿verdad?- preguntó Carlo en algún momento de la conversación.

-Marissa- susurró ella molesta.

-Sí- dije yo de mala gana- Vamos juntas a todas las clases-

"Por desgracia" pensé en mi cabeza.

-¿A todas?- preguntó Carlo sorprendido al igual que curioso.

Hubo unos segundos de silencio en los que ninguno supo qué decir.

-Bueno- dije yo rompiendo el silencio- Debemos irnos, hemos quedado con una amiga y no queremos hacerla esperar más-

-Sí, sí- reaccionó al fin Alexei- Ya nos veremos por el insti, Carlo-

-Adiós, Alexei- se despidió para después hacer lo mismo conmigo- Kat-

-Nos vemos, Carlo- dije de la misma manera que él para luego girar mi cabeza a Marissa y hablarla de mala gana- Marissa-

-Katherine- dijo con el mismo tono.

Nos fuimos de allí dejando a Marissa y Carlo hablando de sus cosas. Entre ellas pude oir como Carlo le pedía una cita. Mi rostro se tornó triste y seguimos caminando hasta llegar a la puerta de Michelle. Íbamos a llamar a la puerta pero una voces en su interior nos detuvieron.





De nuevo les agradecería mucho que si les está gustando la historia voten en los capítulos y me recomienden por sus circulos sociales. Les quierooooo.

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