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24 Honey Pay


El grito de sorpresa es tan fuerte que incluso sale del ascensor alarmando a los soldados de fuera — Señor ¿están bien? — preguntan nerviosos por el comunicador

— Si, no corremos peligro — responde Drilovsky siendo el más rápido en reaccionar

— Está todo bien — confirma Nueve a su equipo, aunque es un misterio su expresión

— No sucede nada, es solo... no importa sigan con sus órdenes — manda Chad a su grupo, claramente alterado, mirando a la menor confundido

— No, no entiendes tienes que volver ¿Estás bromeando? — pregunta Uno, ignorando a sus subordinados que siguen alarmados al comunicador

— No. no lo haré, voy a quedarme — asegura Abigail

— Sí — se emocionan Hoagie y Kuki —. será genial, ya puedo volver a casa, puedes venir si quieres — le sonríe la asiática con apoyo de Wally

— Tienes buenas técnicas, serías una gran instructora — la anima el revoltoso rubio ambos avanzan apartando a Uno

Alterado el joven calvo quiere retomar el control, pero Chad le toma el hombro, suavemente, Uno lo mira y exhalando levemente recobra la tranquilidad — Basta — pide llamando la atención del grupo —, no hay forma en que deje que lo hagas — insiste interponiendo el brazo ante los integrantes de la resistencia

— Hey — exige el robusto castaño

— Vamos, no seas terco — insiste Wally intentando alejarlo —, ella ya decidió —

— No lo entiendes, es peligroso — asegura el británico, es serio e intransigente en oponerse

— Dices que es peligroso, pero Chad ha estado aquí por años ¿verdad? Debe haber alguna una forma — exige la atrevida menor

Los chicos quedan confundidos, miran expectantes y extrañados al rubio, que aún carga a su desmayada prometida — No es lo mismo — niega Dickson sin dar mayor explicación, tenso por ser observado

— ¿Cómo no? — refuta Abigail rápidamente, sin intimidarse

— Eso no importa, tu familia está en tu mundo y tú sí puedes volver ¿Por qué no lo harías? — recalca Uno inusualmente exaltado

— Espera, tal vez su mundo es peligroso para ella — conjetura Tres, a la vez que el ascensor se detiene

— No es nada de eso — desestima Uno, dejando que la asiática ir cerca Cinco, puede que esperando esta le explique o que se la mayor procuré calmarla

Sin embargo, tan pronto se abren las puertas Kuki toma la mano de Abigail — Wally — llama al salir corriendo

Afuera apenas si logran dar unos pasos cuando se notan rodeados por un grueso grupo de niños que les apuntan fieramente — Whoa, tranquilos — suelta el australiano levantando las manos entre molesto y asombrado, los niños no retroceden

— No pasa ni una hora ¿y ya nos traicionas? — cuestiona Nueve viniendo tras Uno que serio y firme avanza a ellos

— ¿Son traidores, Señor? — pregunta un pequeño niño con el casco 404, malencarado se mantiene firme ante los jóvenes de la resistencia

— Imposible, yo te conozco, eres el líder supremo del KND — Abigail lo señala asombrada, tal vez debería ser difícil de reconocer porque los niños usan trajes rojos con cascos y guantes blancos, aunque para ella es fácil de reconocer porque está igual a como lo vio hace unos días, tan uniformados y alineados esos niños le recuerdan mucho a los agentes de destitución, aun así estos lucen mucho más agresivos, si eso es posible

— No se preocupen, Nueve solo bromea — Uno les ordena dispersarse y los menores aceptan, con cierta desconfianza a la resistencia —, lo siento Abigail, te equivocas, tú no conoces a ese niño, y aún es un candidato para ser el próximo líder supremo del KND — asegura llegando ante la adolescente, guiándola a la salida principal

Jared y Jennifer sobrepasan a los líderes de la resistencia, casi forzándolos a seguirlos — Creí que aquí no había chicos del barrio — cuestiona Abigail, inconforme de ser escoltada por esos chicos que hasta hace unos minutos reían con ella en el ascensor

— Ahora habrá — sonríe un pequeño niño de claro cabello pelirrojo —, ellos son la primera generación después de décadas — que al parecer los esperaba en el camino rumbo a la salida

El pequeño usa bata de laboratorio y su actitud es muy relajada, además que con sus frenos y notorias pecas es inconfundible para Abigail — ¡ Número 74.239 ! — se sorprende junto con Uno — ¿Lo conoces?— se preguntan uno al otro —, si, él es un galáctico — responde ella notando que tal vez ha dicho de más

— ¿Galáctico? — duda el joven calvo mirando al alegre niño —, no, él es uno de los científicos cautivos por Grandfather — asegura

Ella lo ve con dudas y decide guardar silencio ante las posibilidades

— Nueve nos liberó hace unas horas — asevera el pequeño, acompañándolos en su camino a la tercera torre, desinteresado de la versión de la chica

Los amplios jardines entre los edificios aún están húmedos del roció matinal, las ciudadas plantas van más allá de lo decorativo, parecen seguir un patrón o forma difícil de descifrar pues los rayos del sol apenas los toca

Igual Abigail no se detiene a analizarlo, le preocupa más entender qué pasa — Creí que tú eras o serías el líder del KND o algo así, si existiera — duda cuestionando al británico, le resulta raro decirlo ya que todo este tiempo lo considero la cabeza de este lío

Tres lo medita mientras Wally vigila a Drilovsky, molesto de sentirse escoltado

— Solo los niños pueden ser KND ¿no es así? — suelta Uno, casi sonriente al recalcar

— Bueno... sí, pero... — Abigail vacila sabiéndose un agente encubierto

— ¿Y para que los necesitamos? Si Grandfather ya no está y no habrá más tiranía ¿Para qué los quieres? tú los entrenaste ¿cierto? — hay algo en el tono de Hoagie que es casi acusatorio, tal vez molesto de ver a los pequeños niños cargando armas casi iguales a las que ellos usaron hoy

Expectantes el grupo observa a Uno detenerse y voltear a verlos — Tristemente hay más adultos tiranos de lo que crees, y yo no puedo estar en todos lados, no quiero ser como mi abuelo o mi padre, usar las sombras deseando controlar a todos o depender totalmente de mi poder... perdiéndome en él — suena decidido con ese aspecto serio que todos conocen, en su voz suena el agobio de confesarles su preocupación, la impresión de Abigail es que les está pidiendo su apoyo, y al parecer ellos son tan conscientes de ese hecho como ella — Y sí Hoagie, yo los entrené porque necesito que puedan detenerme si hace falta — Nigel dice lo último tomando de la muñeca a la menor antes de avanzar a la última torre

Ella lo sigue o mejor dicho se deja llevar mirándolo incrédula, siente su cálida mano sujetarle y aun así lo nota lejano. El robusto castaño solo observa a los pequeños niños de nuevo, claramente lo han oído, en sus rostros se muestra el temor y la desesperanza que la idea les produce

Pero Tres ríe llamando su atención — Eso nunca va a pasar — exclama al correr junto al británico

Jen también lo hace llegando cerca Abigail, abrazándola con todo y el chico

— Nigel es demasiado cariñoso para eso — bromea alegremente Nueve yendo al final del grupo

Wally está por negarlo cuando nota la alegría de los niños al oírlo — Eso no importa — grita corriendo hacia Tres —, Kuki y yo no te dejaremos intentar nada raro — sonríe al fin abrazándola, ella devuelve alegremente el afecto mientras llegan a la puerta trasera del actual centro de investigación

— Sí, cuento con ustedes — Nigel sonríe ampliamente para la pareja, con un tono de voz relajado y dulce, realmente cariñoso

Wally se ruboriza al notarlo y juguetona Kuki le acaricia su oreja — Tal vez nos casemos este año — declara o confiesa ante los presentes, mostrando la cadena de donde cuelga el pequeño anillo dorado, sobre ruborizado él chico no sabe a dónde mirar

— Genial — ríe Nueve —, entonces por eso les urgía tanto esta... ¿Revuelta? — parece concluir

— No, de hecho hoy me lo entregó — confiesa la asiática, una corta mirada que comparte con ella le dice todo a Abigail —, pero creo que pudimos organizarla hace años — dice mientras suben las pocas escaleras a la entrada del edificio —, debiste confiar en mí — susurra para el joven calvo, entristecida

— ¿Hace años? Imposible, apenas hoy terminamos esos guantes, tomó mucho tiempo crear las piezas, reducir los planos a una versión portátil y diseñar un generador capaz de aguantar la activación costó años de investigación — Número 74.239 aún los acompaña tan tranquilo y confiado con los mayores que impresiona a la adolescente —, de hecho es impresionante como se alinearon las cosas — asevera siguiendo al británico, aunque su mirada está en la escoltada morena

— Pues hubiéramos ayudado si alguien nos lo decía — suelta Hoagie, Kuki y Wally lo apoyan junto Nueve que ríe

Uno por otro lado no se detiene, avanza con Abigail hasta el ascensor, con los escandalosos chicos detrás, y a ella le queda el mal sabor de boca por su silencio, aun así no insiste.

Este edificio también está custodiado por niños, que miran extrañados a los mayores mientras pasan, siendo únicamente Nueve y Uno reconocibles para ellos

Abigail también lo nota, pasando de los problemas de confianza entre ellos cuando se da cuenta del rumbo que están tomando — Espera — pide parando o eso intenta —, no voy a volver ¿no entiendes? Quiero quedarme aquí— insiste sin poder detener su avance

— Ah... es cierto, espérenme — recuerda el pequeño pelirrojo de frenos corriendo a la recepción del lugar

El joven calvo no la suelta, Abigail tampoco se separa e incluso continúa resistiéndose — Es en serio, no voy a volver — reclama, mas su captor ya no se altera ante sus quejas

— Dejaré a Rachel en su cuarto — dice Chad activando las puertas, inesperadamente e ignorando el conflicto de la menor

A la vez el pequeño de pecas vuelve con una mochila escolar que la morena reconoce de inmediato — Mi mochila — ella la pide de vuelta

Y el niño se la entrega — Si, lo siento... tenía demasiadas cosas... interesantes — ríe 74.239 algo avergonzado

Abigail no entiende, no está enfadada aunque igual no sabe a que se refiere o que tanto toco. las puertas del elevador se abren y el rubio ex oficial entra primero, llevando a su prometida

— Cierto, necesita un cambio de ropa para volver — comenta el joven calvo mirando a Jenny (Fanny)

— Tal vez Rachel tenga algo — propone el apiñonada, Abigail está por negarse cuando esta la empuja dentro con todo y el joven calvo

Nueve, 74.239 y Drilovsky entran enseguida, dejando a los chicos de la resistencia al último — Piso 6 — pide el alto rubio, medio serio

Hoagie entra desganadamente y aprieta el botón, resignado — Dime ¿recordara algo? — le pregunta al pequeño niño pecoso, considerando que es el "creador" del guante

74.239 mira levemente a Nueve, como si ya supiera que fue él quien la uso sobre la rubia e increíblemente para Abigail como si también supiera porque le pregunta, aunque considerándolo mejor tal vez medio mundo sepa quién es Rachel, entonces se aclara la garganta con demasiada seriedad — El resultado varía según la persona, la mayoría de recuerdos son sobre escritos, es decir Sí lo recuerda, mas podría ser solo como un mal sueño ¿entiendes? No queremos torturarlos como para que sepan quienes fueron y que hicieron, reescribimos su memoria para que las mejores versiones de ellos tengan otra oportunidad ¿No estás de acuerdo? — el pequeño mira al cabizbajo científico, casi esperando una respuesta, al igual que el resto

— Ella dijo que Fanny no estaba muerta — murmura Hoagie levantando al fin el rostro, para confrontar al británico

— Lo dijo porque el viejo la convenció de eso, solo quería que la consumiera su desesperación — responde Uno con la mirada fija en él

Abigail sigue entre el robusto castaño y Fanny, e incluso puede sentirla temblar — ¿La vas a buscar? — cuestiona la apiñonada de corto cabello negro y difusas pecas, su voz clara es casi indiferente mientras sujeta a la menor, afirmándose de ella como si suplicara por su silencio

— Sí, claro, yo... necesito verla — murmura el castaño incómodo por su actitud

— Deberías dejarla ir, ella... si está viva tiene derecho a otra vida, una que ella decida — insiste Jenny con una tranquilidad que abruma a la menor, los ojos de la joven están claros, sin una pizca de vacilación, en cambio su pulso se cuela fuertemente por su piel

— Es fácil para ti decirlo, tu no la conociste, tú no la amabas — responde él dándole la espalda

— Tú tampoco — suelta la apiñonada, su voz se quiebra un poco al final, Abigail puede notarlo

— ¿Qué? — Hoagie se voltea indignado, furioso, exigiendo una explicación

— ¡ Ya me oíste! — le insiste la pecosa avanzando y apartando a la menor del camino — ¡¡¿Acaso sabías que le gustaba? ¿Conocías sus sueños? No, solo te importa no estar solo, amar a alguien no es esperar que cumpla todas tus expectativas, de seguro ni siquiera sabías su color de ojos !! —

— ¡¡ A ti que te importa, solo eres una amargada y envidiosa que sabe que nadie la amara por esa horrenda personalidad !!— refuta el robusto castaño agresivo aproximándose, encarándose fiera y amargamente, ambos se provocan mirándose a los ojos

Repentinamente Uno se interpone entre ambos — Basta — pide a la chica, mirándola estricto, ella aprieta sus labios apartándose, desviando la mirada

— Ya viste, incluso él detesta tu carácter — ríe Hoagie, aun enfadado, queriendo hostigarla e insistiendo en que a ella le gusta el otro

— Hey, eso es demasiado — lo regaña Drilovsky, frenando al robusto castaño —, ambos — concluye buscando pararse entre ellos, algo que dificulta la falta de espacio

Incluso si el elevador es tan amplio como el de la torre principal, se sienten algo apretados, tal vez son las armas u otra cosa, pero el espacio no parece suficiente, y de alguna manera todos están demasiado pendientes de los demás. Eso sin mencionar a 74.239, que siendo más pequeño que el resto está al frente y algo apartado del grupo, para evitar accidentes, se mantiene atento a los conflictivos mayores muy interesado en especial sobre la adolescente, que parece demasiado involucrada en el asunto

Abigail permanece atenta a la apiñonada pecosa, quiere verla a la cara ya que esta la evita, del otro lado, Wally mira a los demás sin comprender o comentar mientras Kuki afirma fuertemente su mano, en silencio. El elevador llega al sexto piso brindándoles un poco de calma al detenerse, ellos se apartan levemente de las puertas dejando a Chad avanzar, Jenny (Fanny) lo sigue con total desinterés al robusto castaño entonces Abigail intenta ir con ellos

— Alto — ordena Uno dispuesto a sujetarla

— Quiero hablar con ella — responde la menor suavemente

— Claro, como no — el chico de lentes obscuros sigue incrédulo

Hasta que uno de los chicos interviene — Yo iré, si te hace sentir más seguro — le sonríe Drilovsky

El británico alza su ceja intrigado — De hecho eso me preocupa más — responde algo bromista, tal vez considerando que Chad estará ahí los deja seguir —. tardaremos un poco en ponerla en marcha, no huyas, la brecha es inestable y no estará abierta mucho tiempo — pide demasiado estricto para la menor, ella asiente levemente aunque es algo que ya había considerado

Abigail sale con el grupo dándole un leve vistazo al consternado rostro de Hoagie, las puertas del ascensor se cierran y el mismo Uno aprieta el botón al piso 10

— ¿Seguro? Ella luce indecisa — cuestiona Nueve

— Lo entenderá, tomare el riesgo — musita el británico claramente agotado

— ¿Quieres otra pastilla? — susurra el rebelde aproximándose sonriente, cuando las leves risitas de Tres le recuerdan que no van solos —, creí que irían con ellos, ya sabes para escaparse — cuestiona a la estorbosa pareja

— No — responde Kuki con resignación —, creo que es cierto, ella no pertenece aquí, solo está huyendo y... este mundo es muy complicado para una adolescente en duelo — concluye con cierta seguridad, Hoagie permanece pasmado por sus palabras e intenta cuestionarla sin embargo parece pensárselo al verla mirarlo fijamente

— Los próximos meses no serán fáciles — recalca Wally abriendo el uniforme de soldado que trae puesto — No pienso volver a usar algo así — exclama quitándose la chaqueta, develando su ligera playera anaranjada con un símbolo japonés pintado a mano

— ¿Amor? — cuestionan los ex oficiales, descifrando el kanji y viéndolo ruborizarse

— Sí — responde el tempestivo chico cruzando los brazos osado, Kuki ríe abrazándolo

Nueve pasa su brazo sobre los hombros de Nigel

— ¿Realmente puedes regresarla a salvo? — los interrumpe Hoagie aún inconforme con la decisión del grupo, tal vez

74.239 también luce interesado

— Sí, los generadores están alineados, y solo debo calibrar las pulsaciones, ya tengo las coordenadas guardadas pero debe ser hoy — el tono del británico no da espacio a dudas

Aun así el robusto castaño es aferrado — ¿Por qué? la brecha puede recrearse con el pulsador de protones ¿no es cierto? —

— Sí, pero... una vez que la regrese desmantelamos el laboratorio — afirma el joven calvo dejando atónitos a los científicos, Wally también se embrolla e intenta darle sentido a todo en su mente

— Será más seguro así — lo apoya el revolucionario.

En el piso 6 el grupo de Chad atraviesa el estrecho pasillo, pasando de largo las pocas puertas y caminando directamente al fondo del corredor — ¿Estas son las habitaciones de los altos mandos? — pregunta Drilovsky siendo el último de la fila, extrañado mira a ambos lados notando la corta separación entre cada puerta

— Sí, Rachel vive al fondo, es el cuarto más amplio — responde el rubio activando la puerta tan pronto llegan a ella

— Oh ¿y tú? — cuestiona el pelinegro, haciendo platica

— Enfrente — Dickson señala su puerta, que justo tras ellos no presenta ninguna particularidad

— Jenny ¿puedes acompañar a la chica para que se bañe? No queremos que vuelva así ¿cierto? Sólo preocupará a sus padres — Jared parece sinceramente preocupado por la menor y la apiñonada asiente en silencio — Eres un ángel — le sonríe él

La pelinegra se voltea al instante, confundida, ruborizada y asombrosamente para la menor en silencio, Abigail atónita se deja guiar al cuarto de la rubia

Aun sonriente Drilovsky observa al ex general, extendiendo sus brazos para que le pase a la chica, aun así este vuelve a rehusarse — ¿Eres celoso? Eso no lo sabía — bromea el pelinegro

— No es eso, solo no quiero que se altere si despierta junto un desconocido — responde Chad acomodándola en el sillón de la sala

El lugar es sencillo, tiene sólo los muebles más básicos, sin decoraciones u objetos que sobresalgan — Todo el apartamento de un digno oficial — musita el pelinegro con algo de tristeza al ver el frío e impersonal sitio, casi vacío

— Sí — responde el mayor checando el pulso de la joven, hasta hace unos minutos parecía medio despierta, pero ahora duerme pesadamente

— Estará bien, el guante no afecta su organismo, bueno... no los órganos y eso — comenta Drilovsky paseándose por la habitación, medio atento al cuarto

— Claro — el rubio exhala más relajado de oírlo, separándose por primera vez de la chica

— No soy un desconocido ¿sabes? Fuimos compañeros en la academia, ella me conoce — asegura Drilovsky comiéndoselo con calma

— ¿Sí? ¿Que pasara si despierta y no reconoce a nadie? — cuestiona Chad, consternado

— Steve luce bien, incluso parece feliz olvidando — sonríe Jared tratando de tranquilizarlo —, estará bien, aunque algo me dice que lo que realmente te preocupa es que te recuerde — dice menos indulgente, el rubio lo mira con incredulidad, deseando poder negarlo —. Ahora ya no existe "el sistema", el resto podrá casarse libremente o divorciarse si lo quieren, ESO es más complejo ¿no? aceptar que te gusta alguien, ser rechazado o amado — deteniéndose frente la puerta al dormitorio de Rachel mira de reojo al callado rubio

El silencio entre ambos es corto, pesado, solo alterado por los leves murmullos de las chicas del otro lado de la puerta, que se cuelan incomprensibles y alegres

— ¿Tu amas a alguien? — cuestiona Chad caminando lentamente a él, susurra casi como si fuera un tabú preguntarlo

Bueno... por años lo fue

Sin embargo Jared sonríe ampliamente — Sí, el sistema nunca me la asignó. Y eso es una pena, porque es perfecta para mí — es sincero, efusivo incluso, se abre la chaqueta del uniforme descansando un poco de su tensa guardia, Dickson lo mira sin comprender su repentino cambio — Hey — le llama — Solo díselo "Perdón, no me casaré contigo" o "Te amo" no lo sé ¿Cuál es la correcta? — le pregunta algo amistoso — Nos conocemos desde el centro de formación Chad, siempre te he considerado un amigo, pero ya hace mucho que no hablamos — le sonríe palmeándole el brazo

— No es tan fácil — murmura el rubio, evitando mirarlo

— Bueno, por eso es especial — ríe el pelinegro.

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