11 Lucky Charms
Ya ha pasado un buen tiempo y el suave calor de la habitación la tiene adormilada, se siente agotada, posiblemente por lo desgastante del día o por lo fatigoso que es oír sus murmullos, ellos siguen abrazados cariñosamente apoyados sobre un gabinete del fondo, conversando. Abigail no sabe cuánto pasó intentando descifrar algún código en sus palabras, sin embargo perdió el interés al ser que la rubia únicamente se quejaba de trivialidades del día
Se siente tan cansada que apenas si oye los pasos de alguien entrar, voltea somnolienta descubriendo a Nigel y sonríe, él va a ellos completamente enfocado en su móvil apenas mirándola al entrar, yendo directo a los chicos. Sin embargo a ella no le molesta, incluso usa ese tiempo para verlo mejor, sus frescos rasguños siguen ahí, aunque por la forma en que sujeta su "teléfono" puede notar que su mano no está tan herida como pensó, inclusive parece que el resto de las heridas no lo molestan tanto pues su andar es como al principio, apresurado y enérgico, hasta podría decirse que altivo
— Tendrá que ser más noche de lo que planeamos — anuncia el británico llamando la atención de la pareja
— ¿Qué? ¿Sigues con ese estúpido plan? La máquina está custodiada ahora mismo ¿no lo viste? — reclama Rachel separándose de su novio molesta —, mátala y la desapareceremos, no necesitamos correr más riesgos — exige yendo a la adolescente, claramente enfadada
Chad la sujeta a pocos pasos de Abigail pero es Uno quien interviene — Espera, esta es una gran oportunidad de saber si podemos estabilizar el portal un largo tiempo — tranquilo o in-emocional aun cuando la rubia lo mira furiosa
Incluso siendo un poco más baja que el británico no parece para nada apocada — Si quieres un conejillo de indias debe haber cientos de prisioneros disponibles, o puedes llevarla con Grandfather y programar la "prueba" en un horario razonable — propone cada vez más impaciente
— Ya, y decirle que a falta de una supervisión competente alguien robó una replicadora y ha traído a una KND — Uno lo dice casi con indiferencia — ¿Sabes cuánto odia su sola mención? — todavía con su monótono tono su analítica mirada esta en la reacción de la rubia
Mckenzie frunce el ceño claramente frustrada, apretando la mandíbula a punto de gritar, — Tú sabías quién se la llevó — interviene Chad, defendiendo a su novia, con un tono más agresivo
— Hoagie no es el problema — asevera el joven calvo
— ¿Cómo? él la robó ¿no? — reclama la exasperada rubia —, la llevó a los anarquistas ¿cierto? ¿Cómo no va ser el responsable de todo esto? Solo debimos encontrarlo y dispararle — exige harta
— Eso no importa ahora — suelta Uno totalmente indiferente a las amenazas de Rachel
La simple posibilidad cimbra a Abigail. que completamente despierta sigue con atención cada cosa que dicen, impactada con la frialdad del joven calvo, tanto su voz como la postura son las de la "máquina" que creyó que era esta mañana
— Esto es tú culpa, como siempre — Rachel lo señala, acusante y despectiva, rápidamente su pose cambia al ataque y su mirada es muy agresiva
Manteniendo su inexpresable expresión Uno se mantiene inmóvil ante la amenazante rubia, expectante Abigail se mantiene al margen, tal vez debería intervenir o intentar separarlos, pero tras verlos ser cariñosos hace poco no sabe qué tan real sea su riña
— ¿Cómo se supone que pasaremos la vigilancia? — interviene Chad, avanzando exigente, en claro apoyo a su novia, algo que no parece calmar a la rubia
— Eso no es un problema, en un par de horas solo quedaran los guardias usuales — explica Uno, pasando de la actitud de Mckenzie
— ¿Qué? La sala estaba llena cuando salí, Father está investigando con todo su equipo ¿No estás planeando que mi escuadrón te ayude o si? déjame decirte que no hay forma de que siga ayudando — notoriamente temerosa Rachel deja su ira atrás, alejándose de ambos chicos
Chad trata de sujetarla como si temiera que salga en ese instante, luce muy nerviosa
— Están haciendo pruebas, aunque no durarán mucho en ello, especialmente cuando ni siquiera encienda — suelta Uno con una decidida sonrisa, que pese a todo resulta muy atractiva
Impactados o confundidos la pareja de rubios miran al engreído veinteañero, sin comprender cómo puede tratar de animarlos después de lo que acaba de decir — Imposible ¿No enciende? Estaba bien esta mañana ¿cierto? ¿Qué haremos si no funciona? ¿Cómo dejaste que esto pasara? — Rachel es toda preguntas
Abigail misma está por estallar, ya no le importa interrumpir o las consecuencias de recordarles que sigue ahí, hasta que el británico saca una pieza de su traje, pequeña y de cristal parece un foquito con llamativas terminales metálicas —. ¿Un bulbo? — se extraña la impulsiva rubia
— Un transistor-receptor infrarrojo, tardarán meses para saber qué falta — la corta explicación que el serio chico da no convence a las chicas
— ¿En qué nos beneficia que le estés desmontando piezas? — crítica agresivamente la rubia mirando a su novio y esperando la apoye de nuevo
Por su parte Chad permanece expectante del chico, sus ojos brillan levemente bajo esa tensa expresión que intenta contener la sonrisa cómplice que tanto altera a Abigail, quien parece ser la única en notarlo
— Ya — sonríe Uno — Si no la hacen funcionar deducirán que los lectores no están bien calibrados ¿Cómo puede mostrar lecturas y datos si ni siquiera enciende? permitirán a mi equipo verificarlos, hoy en la noche — aclara casi divertido
— Entonces... los últimos registros y lecturas vienen de la replicadora ¿verdad? — expone Chad más interesado en el problema que en el plan
— Exacto, por eso necesito acceder a los lectores para rastrearla, además con la máquina apagada él no podrá crear otro portal, por ahora — la satisfacción se cuela en la voz del británico, iluminando el rostro frente el rubio
— Espera, Hoagie dijo que ustedes la inutilizaron, que no podía activarla de nuevo — impulsiva Abigail rompe esa interacción, extrañada sobre lo que ha oído olvida que debía permanecer en silencio
Los rubios la miran sorprendidos, como si hubieran olvidado que estaba ahí
— No, de hecho aún está rastreando entre universos, supongo que ya se enteró de que te atrapamos — le aclara Uno con cierta decepción, que no termina de convencerla
— No te creo, él dijo que su máquina fue quemada, que la inutilizaron y que por eso ya no podría volver ¿Porque mentiría? a diferencia de ustedes él trata de ayudarme — Abigail lo cuestiona preocupada, claro que lo está ¿Cómo podría creerles si desde el principio se han negado a contarle la verdad?
Mas el británico no pierde esa actitud lejana, pasando de ella — Tomará un par de horas — dice volviendo su atención a los rubios, y para la menor es frustrante que sus preocupaciones sean insignificantes para él —, iré a revisar algunos informes, vigílale — ordena a la rubia
— ¿Qué? No, nunca — Rachel se rehúsa — Llévala a tu cuarto, no sería la primera chica ahí ¿cierto? — dice mirándolo acusante —, tú la trajiste, ahora cuídala, no dispongas de nuestro tiempo caprichosamente, tenemos casi el mismo rango ¿sabes? — lo aparta bruscamente de su camino
— ¿En serio? — él lo pone en duda, suspicaz, crispando aún más a la militar
— Hoy es mi noche libre — Chad abraza a su novia por sobre los hombros, para calmarla —. y no voy a pasarla de niñera, mucho menos de ella.
La áspera mirada que el rubio le da Uno no pasa desapercibida para Abigail, que se cuestiona su veracidad, después de todo...
— Exacto — Rachel tampoco se guarda el desagrado que tiene por la menor — Además, iremos a un evento muy importante — sonríe presumida afirmando el brazo de su novio junto ella, tal vez alardeando ante el pálido joven
Abigail no podría asegurarlo, solo que es incomodo verlos
— ¿Importante? — se extraña el británico revisando su agenda en el móvil
— Sí, mi madre la organizo, es una cena familiar muy importante — ríe Rachel al verlo confundido, por otro lado Chad evita mirarlo y la menor lo nota
— Ah, comprendo — sonríe Uno con cierta dulzura que desconcierta a la rubia — A las tres de la mañana ¿podrán? — consulta, dejando bien en claro cuál es su prioridad
Hartando a Rachel — No, idiota, queremos pasar la noche juntos — recalca lista a irse
— A la una está bien — acuerda Chad sorprendiendo a las chicas
Aunque es la rubia la que peor se lo toma
— ¿Pero a ti qué te pasa? — le reclama más que incrédula
— Tenemos que sacarla de aquí lo más pronto posible, esa noche y esta mañana estaba tu escuadrón a cargo ¿No lo entiendes? si Grandfather se entera todos seremos ejecutados — Dickson es claro, y su tono cariñosamente suave parece ser lo que termina de convencer a su prometida
— No todos ¿cierto? — Mckenzie mira punzante y sisañosa al joven calvo
"Claro, siendo Nigel el único nieto, seguro sería perdonado" supone Abigail, ya que como dijo Wally "no solo se siente intocable, lo es"
— ¿En serio crees que eso les importa? Father estaría más que contento de deshacerse de mí — suelta Uno y es extraño porque luce casi animado al decirlo —. mas no lo olviden, no solo nos salvaremos — insiste a la pareja, con la misma actitud audaz —, sin duda esta es la oportunidad que esperábamos — afirma claramente emocionado
Rachel asiente alegre, incluso relucen sus brillantes ojos verdes, al contrario de Chad que solo lo mira resignado y con una sonrisa complaciente — Sí — responden ambos
— Debo arreglarme — sonríe la rubia más motivada, zafándose de su prometido —. a la una ¿cierto? — confirma yendo a la compuerta, esta se abre separándose del muro
— Sí — responden los chicos antes de que ella salga
— ¿Realmente funcionará? — duda el rubio volteando a verlo menos renuente
— Claro ¿Te estás preocupando? — bromea Uno, fraternalmente — No importa que pase, ya aclaramos eso ¿No? Vamos, ve a arreglarte, sus padres son muy exigentes — su profunda voz no contiene ni un poco de duda
Abigail puede notarlo y también el pesar que eso genera en Chad, que insatisfecho levita ver al chico yendo a la salida — Espéranos, no intentes nada solo — le pide al irse
El británico no llega a contestarle, y apenas logra ver a la compuerta cerrarse — Debí pedirle ropa a Rachel — murmura al verla
Y no importa cuantas veces lo vea, Abigail no termina de imaginar como funciona nada ahí, ni esa pared, ni este Nigel — No la necesito — espeta enfadada, pues al final no es insensible solo con ella, e incluso si no termina de entender cómo se siente le enfurece
— Nunca he cuidado niños ¿Te portaras bien? — le pide Uno, señalando que lo acompañe
Tiene esa actitud entre calma e indulgencia que desespera a la chica
— Nunca, yo no obedezco a los adultos — lo encara Abigail, renuente, no sólo ha sonado como uno de esos anfitriones falsamente amistosos, también es claro que se esfuerza mucho por ser impersonal, no es para nada agradable, sin detenerse él va a la salida, tomando la mochila que Tres le dio ella lo sigue — ¿Adónde vamos? — pregunta, puede que por ahora sea buena idea ir con él, siempre y cuando no intente encerrarla o algo así
— Arriba — él se quita la chaqueta para cubrirá
La cálida prenda arropa agradablemente a la intrigada menor — ¿Tu cuarto está aquí? — cuestiona buscando quitársela de encima
— Shh — indica él acomodando la prenda para pasar su brazo sobre los pequeños hombros de ella — Vamos — abre la compuerta guiándola
Nerviosa Abigail siente su corazón acelerarse, aferrándose al bolso ve el largo pasillo, parecen volver al ascensor, sin embargo le alarma oír unos leves pasos desde el corredor cercano y voltea de inmediato, buscando saber quién viene, Uno mismo acelera su paso resonando sus pisadas, deteniendo al par de soldados
— Buenas noches, general — lo saludan tensos y demasiado espantados
— Sigan con su ronda — responde el británico, llevándola al ascensor y dejando a los soldados atrás
La menor solo ve un segundo a los impresionados gemelos que pretenden no notarla, mas tan pronto llegan frente el elevador las puertas se abren, ambos esperan que alguien salga pero el elevador está vacío, la sospecha en el rostro de él no pasa desapercibida para la chica, que intrigada lo analiza atentamente mientras pasan, Uno presiona el botón del piso 38 entonces ella intenta salir de su abrazo hasta que recuerda las cámaras, así que se acerca
Avergonzada mira los números cambiar deseando salir pronto de ahí pues ese contacto la incómoda, no es que sea desagradable y es eso lo que más la perturba, lo cálido y reconfortante que es la sensación, e incluso que su fragancia le resulte relajante con todo y el ligero aroma de sangre — ¿Realmente estará todo bien? — musita temerosa acercándose más, mira atentamente su rostro aunque al notarlo se aleja ruborizada
La pesada mano del chico acaricia su cabeza, abrazándola mientras cubre su cara para la cámara — Lo estará, te lo prometo — susurra suavemente, su profunda voz rebosa de seguridad
Aun así para la Abigail hay un tenue dejo de dolor, ella misma está confundida, sabe que debe volver, que ahí no es su sitio, sin embargo le aterra, ya les falló a sus amigos en su mundo y volverlo ha hacer aquí le angustia, quiere hacer lo correcto sin estar segura de cómo, nunca titubeó tanto antes. Está hecha una maraña de sentimientos y aquellos que resurgen en la cercanía de este Nigel son los que más le inquietan, justo ahora ha oído una tristeza en él que se siente como la suya, un vacío del que anhela deshacerse
No está segura si ella lo provoca en él pero angustiada o temerosa lo mira buscando en sus ojos algo que se lo confirme, que Nigel tampoco quiere que vuelva, mas el rostro del mayor no refleja esa emoción, indiferente apenas si mira al frente, frustrada intenta apartarlo cuando su mano la afirma
— Ya estamos aquí — le sonríe Uno cariñosamente
"Finge para las cámaras" piensa Abigail disgustada, se siente estúpida por dejarse conmover tan fácilmente, en especial porque desde que llegó él ha insistido en regresarla, sin comprender que volver para ella sería como despertar de nuevo en esa pesadilla que no quiere enfrentar...
El ascensor se detiene y sus reflejantes puertas se abren, impresionada sale de su sombras, o mejor dicho Uno la hace avanzar fuera del cubículo, la iluminada estancia es un cambio total, sobre todo si la compara con el resto del oscuro edificio, es algo pequeña por lo que apenas si puede verla mientras van a la compuerta al fondo
La blanquecina placa parece hecha de un grueso cristal, él solo levanta su mano frente esta y entonces se abre, asombrada intenta analizar lo que pasó resultándole incomprensible hasta que ve el delgado brazalete negro en la muñeca del británico, pensándolo bien no lo podía notar ya que había traído sus guantes todo este tiempo, pero pensándolo mejor tal vez ha visto esas pulseras negras en los demás, no está segura, no llega a aclararse cuando él ya los lleva dentro del lujoso departamento
Ok, tal vez lujoso es una exageración, sin embargo es bastante grande e impresionante, sus minimalistas muebles de acabados negros o cromados definitivamente van con él, al contrario del inusual piso y techo, cubiertos con largas piezas de nacarado material que se parece demasiado al de la compuerta, mirando lo grueso que aquel es no le sorprende que este resista sus pesos. Le recuerdan alguno de esos pretenciosos clubs llenos de espejos o luces neón aunque aquí parece combinar bien con el resto de los muebles
Tan pronto se cierra la compuerta él la suelta separándose — ¿Ya cenaste? — pregunta secamente, casi con tono monótono mientras va la sala
— Si, bueno... algo así — Abigail se saca su chaqueta entregándosela
— Déjala ahí, me iré a bañar — despreocupado parece ir a su alcoba —. espera ¿algo así? — voltea serio alzando una ceja —, seguro solo fueron botanas ¿cierto? — la cuestiona cual regaño
— No, bueno... — ella duda, extrañamente avergonzada
Él pasa a su lado yendo a la cocina — Aún me pregunto ¿cómo no se desmaya? — comenta casi con preocupación
Y entre sorprendida o bromista ella pregunta — ¿Kuki? — ya que por un momento sonó como ese hermano mayor que parecía al tratar de hacerla recapacitar
— ¿Qué? — él se detiene repentinamente, volteando a verla, puede que no notara que lo dijo en voz alta o no esperaba que ella preguntara
— ¿En serio vives aquí? — nerviosamente ella intenta cambiar el tema, y relajar el ambiente
— Sí, soy más eficiente así — Uno reanuda su camino al cromado refrigerador, el que abre para buscar algo —. abajo está la cafetería, podría pedirte algo — ofrece mientras busca entre los sonoros frascos
— No, gracias — Abigail se encima sobre la barra para ver qué hace
Cuando él saca una caja blanca, como las de pastelería — No es la gran cosa, pero podría gustarte — aún si pretende ánimo o energía empieza a notarse su cansancio
O al menos así le parece a la chica — ¿Qué es? — pregunta sinceramente interesada, dándole un respiro a ambos
— Pastel de trufulla — responde Uno metiendo una pieza al microondas, o al menos eso le parece ese aparato a la menor, la pantalla de botones es muy similar
Aunque no termina de comprender qué tipo de pastel es — ¿Tiene carne? — insiste confundida
— Claro o sería demasiado dulce — él responde antes que el aparato suene —, ¿Has comido miel de abeja? — lo saca con cuidado del horno, el vapor aromático llega a la chica que asiente —. pues es un poco más especiada, ten cuidado está caliente — sirve la gruesa rebanada en un pequeño y elegante plato rojo poniendo un tenedor cerca —. hay jugos en la nevera — le señala al alejarse, ella lo sigue con la mirada, aunque el suave aroma de la comida abre su apetito —, no escapes — recalca Uno deteniéndose bajo el marco la puerta a su cuarto
Abigail se siente extraña porque todo él le recuerda a su amigo, serio y estricto, con una mirada firme y aun así casi dulcemente ingenuo espera su respuesta — No, no lo haré — sonríe acomodando su gorra, sin mayor reacción Uno entra a su cuarto cerrando la puerta tras él.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro