09 Milkshake
Mirando algo embelesada el camino Abigail acompaña silenciosamente al mayor, en su corazón brilla la esperanza de volver a su mundo sabiendo que sus amigos de alguna forma siguen vivos en este, aunque estén en bandos contrarios de alguna forma aún cabe la posibilidad de que se concilien, sin embargo rápidamente se llena de dudas "¿Si ese es Maurice Payton? Y está vivo ¿Por qué Hoagie dijo que había muerto? Y ¿A quién vio morir Kuki? Además ambos creen que Fanny también murió ¿Realmente no lo saben? ¿Maurice también tiene una cirugía? ¿Uno sabe que conoce a ambos? Todas sus dudas la alteran lo suficiente para ir a alcanzarlo
Uno va unos pasos adelante caminando algo lento, no se tambalea, de hecho va muy concentrado en su móvil
— Oye ¿Cómo sabes que yo conozco a Maurice? — le pregunta directa al acercarse
Él se extrañó — ¿De qué hablas? — cuestiona guardando su teléfono, mirándola fijamente, pronto esa mirada parece recorrerla
— ¿Qué? — pregunta nerviosa pasando su largo cabello tras su hombro, antes sedosamente ondulado ahora luce algo esponjado y estático, enredándose ligeramente en sus delgados dedos, disgustada intenta arreglarlo pero él toma suavemente su gorra, sorprendiéndola
— La mochila también — pide Uno extendiendo la mano y ella niega aferrándose a sus cosas, él la mira otro poco, sonriendo ligeramente, entonces la menor cree ver un atisbo de ternura en sus ojos e intrigada se acerca más, deseando asegurarse de que es así —, tienes razón, no funcionaría — responde él colocándole de nuevo su roja gorra, ahora un poco inclinada al frente
Con la visera le obstruye la vista a la chica — ¡Hey! — se ríe Abigail acomodando su gorra —, ten cuidado — lo voltea a verlo, mas él ya ha avanzado hasta el final de la calle —. ¡¡ Hey !! — lo llama, enfadada con su actitud aunque pensándolo bien ¿No es ella la que está mal? ¿Espera bromear con él? "¿Qué pasa conmigo?" piensa al seguirlo disgustada
De repente Uno se detiene en la esquina — No hables, lo que sea que pregunten yo contestare — le ordena serio, rodeándola con su brazo izquierdo para ir juntos, el suave calor cubre la espalda de Abigail enredándola aún más, atónita asiente caminando inexplicablemente tranquila
Cruzando la vacía avenida van el imponente edificio de inmensa entrada, es tan alto que la menor apenas puede contar algunos pisos, los enormes ventanales de espejo le dan una vista futurista que mezcla armoniosamente las cubiertas metálicas con el cristal sin embargo la amplia entrada de arcos cuadrados resulta algo siniestra
El grupo de robustos guardias voltean al instante, apuntando hasta que reconocen a Uno y bajan las armas, a diferencia del resto de protectores faciales que la menor ha visto ellos tienen la parte de los ojos de un tono amarillo claro permitiendo ver sus ojos y la sorpresa en ellos — Buenas noches, General Uno — al instante lo saludan alineados, en posición de firmes pretenden no reaccionar a la chica
— Llamaré a un especialista de inmediato, Señor — exclama el oficial de mayor rango separándose de la fila
— Son superficiales, no quiero perder más tiempo — responde Uno avanzando con Abigail bajo el brazo
— ¿Cómo te llamas Civil? Identifícate — exige el oficial yendo a la ventanilla, toma una Tablet de grueso protector para finalmente voltear a ellos de nuevo
— Es una visita fuera de registro — obvia Uno, incrédulo de su actitud alzando una ceja
La sorpresa o escepticismo del oficial es clara al ir a él — Señor...
— Invitada, apuntala así — interrumpe el británico casi condescendiente —. ¿Eres nuevo? — cuestiona, tomando el dispositivo de sus manos
— ¿Eh? No señor, fui transferido esta tarde por la comandante McKenzie — responde el grueso soldado, algo bajo en comparación con Uno, —. de todos modos necesito su huella digital — pide y por el movimiento constante de sus gruesas cejas o su nerviosa voz tampoco tiene mucho carácter
Por su parte el británico parece escribir en la Tablet — ¿Recibieron los informes de esta tarde? — cuestionó con tono estricto, llamando la atención del oficial
— Llegaron hace unos minutos Señor— responde rápidamente el grueso soldado — ¡Ah! Pero creí que usted fue al ataque en las ruinas en el limítrofe del Sector V, General.
— ¿Ataque? — lo interrumpe Uno, hasta para de escribir mirándolo fijamente, el oficial parece dudar nerviosamente, desviando la mirada —. eso fue el arresto de peligrosos anarquistas — explica fríamente, irritando a la menor, sin embargo los guardias se tensan por su respuesta y esa seria actitud —, estamos para proteger a los civiles, no para atacarlos, no lo olviden — les ordena más estricto, volviendo a su reporte
Lentamente los guardias regresaron a sus puestos evitando mirarlos, Abigail sigue molesta bajo el brazo del británico, mirando al oficial, que incomodo y en posición de firmes permanece esperando órdenes
— ¿Cómo ha vuelto Señor? ¿Ninguna patrulla ha regresado aún? — cuestiona el grueso soldado con la mirada fija en ella
— El equipo llevó a los arrestados ante el consejo, y yo he venido a relajarme un poco — suelta Uno desinteresadamente, mientras escribe
El oficial parece reaccionar a eso y Abigail le desvía la mirada comprendiendo lo que el mayor intenta insinuar sin embargo no está incómoda o molesta solo avergonzada
El corto e incómodo silencio es roto de nuevo por el oficial — ¿Los rebeldes serán interrogados, Señor? — pregunta atento a la reacción de la chica
— Eso lo decide el consejo ¿De qué división eras? — el británico pregunta inquisitivamente, parando de escribir, de nuevo
El hombre traga nervioso dejando en paz a la irritada menor y enfocándose en su superior — Inteligencia, Señor — responde cohibido
— Ah claro ¿Rachel eh? Haz sido degradado ¿cierto? — insiste el joven calvo en presionarlo —. si quieres tu puesto de vuelta deberías informarte más de cómo funcionan las cosas — le aconseja, mirándolo fríamente —. terminaré mis reportes arriba — dice al firmar con la pluma táctil en el dispositivo
— Sí, señor — responde el hombre, claramente nervioso tras el regaño
— Si necesita saber algo más Oficial Herbert puede leer los informes de los turnos previos — concluye Uno entregando el dispositivo al hombre
— Gracias, General, así lo haré — asiente el oficial, completamente atemorizado al tomarlo
El grupo se despide militarmente cuando Uno se aleja junto Abigail, yendo a la plateada puerta mecánica que se abre al instante. El inexpresivo rostro del joven calvo la inquieta mientras atraviesan la silenciosa planta baja del edificio, caminando al ascensor del fondo apenas mira el lugar intentando recabar la mayor información posible
Ahora está en las torres y aun si no vuelve a ver a los Tres y Cuatro de este mundo quiere saber qué pasa aquí, en su mundo este sitio lo ocupa la escuela con sus campos de juegos, sin embargo aquí están los tres enormes edificios del abuelo, por lo que oyó este edificio debe ser el centro de operaciones, oficinas, etc. Lo que significa que el edificio que está al lado de idéntica forma y apariencia es donde el consejo del abuelo trabaja, dejando al fondo la imponente torre que cierra el triángulo. Donde Grandfather vive y donde está la fuente de la eterna juventud.
El ascensor no tiene nada de especial, en cuanto a información, igual Cinco no pudo recabar gran cosa de muros grises o pasillos vacíos, son casi las ocho de la noche por lo que es extraño que el sitio esté tan solo "¿No se supone que es el centro de actividades?" se pregunta mientras mira los números del contador cambiar cada que pasan un piso. Al parecer este sitio tiene 40 pisos sin duda una cantidad extraña para cualquier oficina pero al ver la placa de botones nota el 10 presionado, claramente el sitio a donde van, sin embargo aún desconoce si es el piso donde la máquina se encuentra
Abigail sigue con el brazo del chico sobre ella mientras él revisa su móvil ligeramente apoyado en la pared trasera, desinteresado de en qué piso van — Oye — ella le llama la atención quitando bruscamente su brazo, sigue molesta por lo que dijo de Kuki y Wally
No obstante el mayor apenas si reacciona alejando su brazo, totalmente centrando en el aparato, ella está por quejarse cuando el elevador se detiene e instintivamente retrocede, las puertas se abren y consternada de que esto sea una trampa o algo así se mantiene alerta a su alrededor, sobresaltada ve a Chad Dickson entrar, tan asombrado como ella, el rostro del rubio se relaja tan pronto pasa y las puertas se cierran
— Buenas noches, General Dickson — lo saluda Uno tomándola de la cintura, y aunque ella no entiende la situación se deja "abrazar" ruborizada y nerviosa
— ¿Toma un descanso General Uno? — responde el rubio sonriéndole a la chica saludándola levemente, tan pronto ella lo mira él indica con un vistazo la esquina del techo, una seña que Cinco logra interpretar como "Hay cámaras" así que sonriendo tímidamente se acerca y cubre con Uno
— Sí, bueno, hoy tuvimos mucho trabajo y estas oportunidades son escasas — sonríe el británico, agazapando a la chica a su costado
— Claro, sin embargo tengo unos datos que quisiera que revises — comenta el rubio en tono más serio, deteniendo el ascensor en el siguiente piso
Las puertas se abren pero ninguno de los dos mayores baja, Abigail mira a ambos, insegura de sus intenciones
— Ahora estoy ocupado — exhala Uno con desagrado, guardando su móvil
— Lo veo, no obstante esto es para mañana, General — parece que al llamarlo por su rango Chad espera alguna respuesta favorable —, no tardará mucho — agrega más suavemente
Uno mira a la chica que lo voltea a ver nerviosa "¿Qué se supone que te diga?" piensa confundida — No quiero que te pierdas — susurra él, en un tono grave y profundamente seductor, que ella encuentra tan atractivo al punto de asentir bobamente —, vamos — sonríe él saliendo con ella del brazo y el rubio detrás
Completamente enredada en sus ideas Abigail los acompaña a una puerta a la cual no ha sabido cómo llegó, sin embargo lo que más le llama la atención en ese momento es la blancura del sitio, los muros de los pasillos tienen un acabado más fino que en el primer piso, en lugar de pintura parece una capa de resina o cristal mate. Al detenerse frente la puerta Dickson presiona el muro y su mano es escaneada, la compuerta mecánica se abre subiendo al instante
Abigail mira todo impresionada no solo por el singular mecanismo también por descubrir el interior del cuarto, que resulta ser el primer lugar a donde fue llevada — No es posible — se gira incrédula a ellos
Aunque el dúo no le presta atención, ya que recién se cierra la compuerta Chad sujeta a Nigel por bajo los brazos, llevándolo a la mesa — En ese gabinete hay un estuche médico — le señala a la menor, que corre a buscarlo volviendo veloz, el joven calvo sonríe sentado en la blanca mesa del centro, mirando al enfadado mayor —. demonios Uno, desapareciste por horas — lo regaña este mientras le ayuda a quitarse la parte superior del traje —, creí que estabas muerto, no tuvimos noticias ni nada — insiste sujetando su brazo, evitando que se saque bruscamente la playera negra
— Necesitaba que bajarán la guardia — sonríe Uno acariciando el rostro del preocupado Chad, exhausto este descansa su frente en el cálido hombro de su compañero, exhalando pesadamente —. perdóname — susurra el británico abrazándolo y pasando sus dedos entre el sedoso cabello del rubio, permaneciendo en silencio
Abigail sigue al costado de la mesa donde dejó el equipo, mirándolos intranquila, esa calidez entre ambos le resulta extrañamente dolorosa, desvía la mirada al resto de la habitación identificando el sitio donde esta mañana estuvo la van negra que la trajo, oye los murmullos de los chicos hablando mientras va al lugar y aun cuando no quiere voltear lo hace lentamente, atónita y ruborizada ve el intenso beso entre ambos. Chad pasa su mano del cuello a la nuca de Uno que se deja recostar suavemente, con el torso descubierto, el joven reacciona por la fría superficie de la blanca mesa
— Diablos — siseó el rubio, rompiendo el beso al ver las heridas que Nigel tiene en el costado — Deberían revisarte los doctores — recomienda al abrir el estuche medico, sacando un par de guantes de látex
— Tú fuiste de los servicios médicos — sonríe el británico recostado, respirando algo agitado
— Solo ponía gasas, nunca saque una bala — se queja el rubio con disgusto, preparando la jeringa de anestesia y aplicándola rápidamente —, ¿Quién te hizo esto? — cuestiona mirando demasiado serio al chico calvo, mientras abre el paquete de pinzas esterilizadas
— ¿Acaso importa? — responde Uno, intentando regular su respiración
— Claro, solo te han lastimado cuando bajas la guardia — medio molesto al recordar el mayor introduce las pinzas en la herida, el británico aprieta los dientes pegando su cabeza a la mesa resistiendo a levantarse, la anestesia parece no hacer efecto aún pero Chad luce presionado por el tiempo, escarba bruscamente en la piel abierta sacando toscamente la bala que deja a un lado antes de ir por la siguiente
— Ten más delicadeza — pide Abigail al ver el tupido sudor en el rostro del pálido chico, que casi en shock apenas si respira
— No tenemos tiempo — musita roncamente Nigel, insistiendo a que el rubio continúe
— Al menos espera que haga efecto la anestesia — exige la menor llamando la atención del más sensato
— ¿Podrías tomarle la mano? — le pide Chad, insegura ella asiente cuando nota como el rubio también tiembla levemente, nervioso exhala en un intento de controlarse —, la siguiente es difícil — intenta bromear, aunque claramente está muy preocupado al sujetar las pinzas
— Hazlo — Uno toma su mano animándolo, la corta mirada que intercambian parece convencer al mayor
El británico lo suelta para afirmarse en la mesa, sin embargo pronto se nota sujeto por las tibias manos de Abigail, que afirma su brazo suavemente, preocupada intenta ayudarlo con una leve sonrisa, Nigel sostiene su pequeña y nerviosa mano afirmándose de ella, es una sensación que sorprende a la chica, es cálida en la palma sin embargo la punta de sus dedos se mantiene fría por más que ella le rodea con las suyas
Las pinzas escarban dolorosamente la sangrienta e inflamada herida, Abigail se esfuerza en retener su mano mientras Nigel aprieta los dientes aguantando el dolor en lo que el anestésico actúa, respira demasiado rápido y su cuerpo se enfría aterrando a los otros dos pero Chad logra sacar la última, rápido prepara aguja e hilo presionando cuidadoso la piel y aguja al suturar los pequeños puntos, incluyendo un par para el corte que marca su mejilla. La leve sangre que brota de las heridas es limpiada por la menor que atónita mira la entereza de ambos, ella ha tenido que hacer un par de puntos a los agentes adolescentes y aguantar sus continuas quejas, sin embargo las batallas con los adultos jamás han llegado a tanto
Admira la seriedad con la que Chad trabaja e incluso se fija en las múltiples heridas que marcan la piel de Uno, algunas actuales y otras que aún no terminan de cicatrizar, nerviosa analiza cada una de las cicatrices demasiado enfocada en imaginar como o que pudo hacerlas, sin notar cuánto tiempo pasa, repentinamente la presión del agarre la libera y aunque ella no quiere soltarlo relaja levemente su mano al verlo sentarse en la mesa, lo mira dejando que él decida, siendo Uno quien rápidamente saca su mano de entre las de ella
— ¿Y bien? — cuestiona el rubio recogiendo las gasas y demás utensilios
— Sanban y su australiano estaban ahí — responde el británico revisando las curaciones
— ¿Ese niño? — con incredulidad Chad señala muy por debajo la estatura del chico, intrigando a Abigail
— Sí, y cada día es mejor — sonríe el joven calvo buscando su ropa
— Dijiste que no nos servía, y que era inútil para los planes — insiste el mayor tirando las cosas usadas y guardando su estuche medico
— ¿Eh? No es exactamente lo que dije, pero es claro que Sanban lo ha entrenado — contesta Uno, poniéndose su playera negra sin mangas mientras va a un gabinete y saca un paquete de lo que parecen ser toallitas húmedas — Cuando llegó no parecía tener un objetivo, solo atacaba con fuerza bruta... es raro, me pareció más astuto antes — conversando con el mayor le ofrece una a la chica
Abigail toma una para limpiarse el rostro — ¿Ha mejorado mucho? — pregunta sinceramente interesada
— No exactamente, ahora piensa más sus ataques, aunque necesita entrenar con otros aparte de Sanban — el británico limpia su brazos rápidamente pasando incluso sobre sus heridas
— Se quedaran sin munición si la desperdician así, este calibre no se fabrica desde los setentas — Chad le enseña al joven las balas que le ha sacado y puso en una pequeña bolsa hermética
— No lo creo, hay una pequeña fundidora en las afueras de Canberra, estoy seguro que por eso el koala está aquí — musita el joven calvo casi en confidencia con el rubio
— Ya veo, entonces será peligroso si son defectuosas — duda el mayor algo pensativo cuando el celular del otro suena
Este lo saca lentamente de su bolsillo y Chad le pide a la menor silencio, Uno cubre la cámara del móvil aceptando la llamada — ¿Estás ahí? Hey Uno... ¿Uno? — grita la estruendosa y grave voz de un enfadado hombre — Tu cámara no sirve ¿Estás ahí? — insiste
El britanico sostiene el celular con cuidado, cubriendo la cámara delantera con el pulgar y la trasera con el resto de la mano, de tal forma que Abigail no puede ver la pantalla, sin embargo la diversión del chico es clara y la contagia un poco
Ella sonríe divertida hasta que el joven contesta con un pequeño suspiro, demasiado insinuante — Si... te escucho... — gime suavemente, sorprendiendo y ruborizando a la chica que reteniendo su impacto cubre su boca —, ahora estoy... algo... ocupado... — jadea apasionadamente, demasiado sexy, su interlocutor queda en silencio mientras los pequeños gemidos del chico se intercalan con sus respuestas
Totalmente roja y nerviosa por lo candente que suena Abigail mira de reojo al rubio a su lado, que apoyado en un gabinete lejano sonríe igual de ruborizado — Ah — suspira dulcemente Chad, cubriéndose la boca al instante sonriendo avergonzado
— Diablos— murmura el hombre al teléfono — Tendremos una junta, deja eso y ven rápido, ¡¡ Maldición !! — gruñe pesadamente con su grave e imponente tono que resuena amenazante
— Claro... recién termine... — suspira intensamente Uno, su tono jadeante y el gruñido de esfuerzo calan en la morena, su corazón se acelera y su mente es un embrollo, en cambio él solo aleja un poco el teléfono, su rostro de diversión vigila que el otro cuelgue pero con clara incredulidad lo muestra a Chad
El rubio sonríe yendo a colgar sin darle tiempo a Abigail de ver al interlocutor, no obstante es testigo de esa mirada cómplice entre ambos, antes que rían — Sería más fácil si le dijeras que tu cámara falla o simplemente aceptaras donde estas — le comenta Dickson, yendo a él
— No, veras, me vieron entrar con ella y por eso me ha llamado ¿Aún no sabes cómo piensa? — Uno explica tranquilamente, sonriente al tomar su mano —, los guardias de la entrada suelen informarle — susurra íntimamente
Más calmado el rubio le acaricia el rostro — Dios, están muy rojos — comenta rozando sus magullones
— Desaparecerán para mañana — musita Nigel mirando detenidamente a Chad, de una forma tan calma y cálida que lía mucho a la menor
Entonces la compuerta se abre y el rubio se retira rápidamente alarmando a Cinco, que atenta a la entrada se pone en guardia, pero es Rachel quien entra con clara molestia al verla
— ¿Sigues aquí? — le pregunta con hartazgo, antes de pasar de ella, Uno sin embargo le señala a la menor que guarde silencio —, hey, tu padre me envió a buscarte— le comenta la rubia al calvo, que desinteresado seca sus dedos uno por uno —. están todos esperando arriba, incluso El General 100 está ahí — agrega atenta en su reacción
— ¿Steve está aquí? Pensé que seguía en su gira por Europa — cuestiona Uno revisando la chaqueta de su uniforme
— No iras con eso ¿verdad? — pregunta el rubio volviendo del fondo, con un par de botellas, la forma del envase le recuerda a la morena a las bebidas deportivas pero la transparencia del líquido es bastante... inusual —. bébelo despacio — le pide a la menor
— ¿Tienes una extra? — Rachel toma la otra bebida de mano de su novio, entregándosela a Uno
— Tengo una chamarra al fondo — le sonríe dulcemente Dickson a su novia
Mckenzie en cambio va cerca el británico — El General 100 volvió en cuanto no oímos de ti, no te reportaste por horas, estaba vuelto loco — sonríe atenta a las heridas de su rostro
— De gusto, supongo — Uno bebe del extraño líquido, despreocupadamente, intrigando más a Abigail sobre el mismo
— Claro, todos de hecho — ríe la rubia pendiente a que su novio traiga el cambio de chaqueta —, estuviste en el operativo de hoy ¿cierto? — le pica juguetona las puntadas de la mejilla
— No quiero que crean que pueden hacer lo que quieran — Uno mira sutilmente a la morena, serio e indiferente a los actos de la rubia
Nerviosa Abigail duda, y sin saber que decir desvía la mirada, mirando como Chad sigue buscando en el gabinete del fondo
— ¿Sanban escapó o la dejaste escapar? — cuestiona Rachel, presionando rudamente en la herida que el joven calvo tiene en el hombro, tensando los puntos de sutura —, estaba ahí ¿cierto? ¿Eh? dime — insiste, encimándose sobre su espalda agresivamente juguetona
— Mi misión es regresar a la niña a su casa — el británico bebe del transparente suero sin mayor muestra de dolor, ni una mueca o respingo
Irritada Abigail mira como la rubia lo hostiga, tensa e incómoda recuerda a la dulce chica de su mundo, sin embargo queda atónita al verla besarlo, Rachel le chupa intensamente los labios y Uno no se resiste o sorprende en cambio ella apenas si puede pasar el trago, y volteando nerviosa busca a Chad, pero el mayor sigue al fondo revisando en los gabinetes, completamente de espaldas a ellos
— Por cierto, la zorra de las Lincoln te estuvo marcando por horas, ingresó al hospital a las tres, segura de haberse intoxicado— ríe Rachel llamando la atención de la menor que voltea a verla incluso cuando está harta de oírla, mas la descubre con la vista fija en ella —, ya me la imagino, desesperada por que tú le contestes — suelta la rubia totalmente sonriente, besándolo constantemente
Abigail se enderezó de golpe, con el rostro rojo de ira — ¿Tú contestaste? — pregunta Uno volteando a verla, sorprendida por su repentina atención solo puede ver sus azules ojos fijos en ella, confundida por su propia agitación traga saliva esquivando su mirada en silencio
— No, nunca haría eso, prefiero dejarla en esa incertidumbre — ríe la rubia lamiendo sus labios jactándose ante la menor
— Le marcare después — responde el británico, indiferente
— ¿En serio? ¿También irás a tomarla la mano después de que fuiste tú quien la noqueo? — se burla Rachel aunque para Abigail suena más enojada, ella también se siente indignada de oírlo no obstante la pesadez en su pecho es otra cosa.
Uno se toma de golpe el resto del líquido recuperando algo de color — Claro, es más, justo por eso debería ir ¿no? — le responde audaz, desubicándolas —. iré así — decide levantándose
— Ya lo tengo — responde Chad volviendo —, creo que te puede quedar — se la lanza bruscamente
El británico la atrapa aun cuando Rachel se le encima pesadamente por sobre los hombros, Abigail sabe que sus heridas están en el abdomen por lo que el peso de la rubia podrían abrirlas sin embargo en este momento está muy enojada con él
Jugando su rubio cabello, McKenzie le sonríe a la chica — ¿Y cuándo nos desharemos de ella?— se queja hincando su codo en el hombro del joven
— Hoy en la noche — responde Dickson pendiente del más joven, que asiente extendiendo la prenda limpia
— La máquina está custodiada ¿saben? — sonríe la rubia, burlándose y soltando al joven calvo para que se ponga la ropa
— ¿Qué? ¿Cuándo? — verdaderamente sorprendido Chad saca su móvil para verificar su información
— Todos están ahí ahora — recalca su novia sacando su propio celular enseñándole la pantalla
— Lo sé, activó de nuevo la máquina hace unas horas y los lectores deben estar rebosando de datos — responde Uno arreglándose
— Entonces ¿no podré regresar? — cuestiona Abigail
— Si, no te preocupes — contesta él mirándola, de alguna forma ver su seguridad la tranquiliza, aunque aún no puede perdonarlo
— Tú eres una molestia para nosotros, no lo olvides, si fuera por mi...
— ¿Vamos ya? No quiero perder más tiempo — exige al joven calvo, interrumpiendo a la rubia — ¿Te la puedo encargar? — le pide al mayor, respetuosamente pues este luce bastante renuente
— Tengo cosas que hacer ¿sabes? — recalca, Chad serio y con un tono irritado, para la menor es muy real, claramente enfadado
— Vamos, volveré pronto — le sonríe Rachel, conciliatoria y cariñosa
Y solo así el rubio asiente, con desgano — Ok, no tardes — dice más afectuoso
El problemático par va a la compuerta, y antes que esta cierre la rubia se abraza de Nigel para disgusto de Abigail — Increíble — se queja ella, dándoles la espalda enfadada mientras toma otro trago del desconocido energetizante
— ¿Qué? — murmura Chad apoyado en la mesa, con la mirada fija en la pantalla de su móvil, obviamente sin haberlos visto
Para ella esto es muy raro, le dispara varias dudas "¿Será que él sabe? Realmente no sé si ellos lo engañan, Chad también beso a Uno ¿Serán una pareja abierta?" se pregunta mirando al rubio, a diferencia de la última vez que vio a Chad (el e su mundo) este chico luce muy serio, es bastante alto y fornido, no parece del tipo que le guste compartir, si es que puede llamarlo así, además está el "sistema de parejas" ¿no?. Pensar en todo esto le es incomodo, pues a decir verdad la molestia o enfado que siente poco tiene que ver con querer entender su relación, avergonzada frota su brazo, notando a la holgada manga de su revolcada blusa, ligeramente deshilachada y sucia es otra razón para sentirse mal, Kuki acababa de dársela y pareció muy feliz al ver que la usaba
— No tengo ropa para chicas — suelta Dickson, como si supiera su preocupación, aunque no
— ¿Qué? No... Solo... ¿En verdad Rachel es tu novia? — pregunta sin pensarlo
— Sí — responde escuetamente el rubio sin mirarla, atento a su celular
— ¿Y Nigel? — la inquietud puede más que Abigail, si, tal vez este mal pero realmente quiere oir una negativa, una explicación que desestime aquel beso que presenció, el simple hecho de recordarlo desata en ella una amarga emoción, incluso si no tiene prejuicios o contras con las parejas del mismo sexo lo detesta
La duda suena fácil de contestar, y aun así el sensato militar se toma su tiempo, en silencio la mira dejando el móvil de lado, visiblemente incómodo — ¿Porque preguntas? ¿Qué tiene que ver contigo? — cuestiona al fin, casi a la defensiva
— Bueno... los vi besarse y... yo... — titubea Abigail, enfadada sí, está enfadada y quisiera sólo estarlo con Nigel pero... Mira nerviosamente a los lados intentando encontrar las palabras para explicarse — Uno es mi amigo... en mi mundo y... yo... oí que él y Kuki... no lo sé ¿Puedes explicármelo? Quiero al menos saber que pasa aquí — está demasiado liada entre su cansancio y agitación, cualquier otra cosa le es inaceptable
Chad le da espacio, como si esperara a que se calme, para al final preguntar — ¿Tienes heridas? Puedo ponerte unas gazas — señala la mesa, su material sigue a la mano e intenta ser amable, así que ella asiente, incluso si solo trae algunos rasguños —. ¿Él no quiso contestar? — la increpa con cierto interés
Apoyándose en la mesa Abigail juega sus dedos cohibida — Yo... no le pregunte — responde, nerviosa pretende trenzar su cabello, sintiéndose extraña de su propia actitud
Chad sonríe y lo tomaría como una mofa, no obstante parece tan incómodo como ella — Impone bastante ¿verdad? — pregunta él con esa rara actitud que parece vergüenza o timidez, y es raro porque sonríe con una clase de satisfacción —, en todo caso no debo contarte nada.
Entonces Abigail se levanta impaciente — ¿Porque? yo necesito saberlo para sentirme tranquila, ¿No lo entiendes? Él... ellos son... son como mis amigos, y yo... solo quiero ayudarlos — a la mitad cambia sus palabras, tampoco es que pueda expresar todas sus inquietudes solo —, necesito saber la verdad, apenas si he oído una parte y yo solo quiero darle sentido.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro