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03 Strawberry Jam




El ascensor se detiene bruscamente y el auto avanza despacio, Abigail puede escuchar que alguien habla afuera pero no logra comprender que dicen, no quiere moverse pues la sensación de la helada lona es muy desagradable, desearía traer un suéter o algo más grueso pero esta mañana solo tomó la ropa más cercana a ella

El auto se mueve de nuevo pasando un pequeño tope y su mochila choca a su lado, agradecida la toma con cuidado buscando su móvil, con mucho cuidado lo saca sigilosamente, evitando moverse demasiado no por el ruido sino por la detestable sensación, al prender su pantalla ve la hora cambiar constantemente, como si sufriera un glitch, no tiene ni señal telefónica, ni internet, la ubicación que se marca en la pantalla no tiene sentido, las letras se mezclan sin parar hasta detenerse en "desconectado" ella checa cualquier aplicación que pueda darle algún dato, sin embargo ninguna responde, es como si el teléfono se congelará o no pudiera funcionar, el auto va a gran velocidad mientras ella sujeta el móvil en cada tope, aferrada al aparato como el único medio de posible comunicación con su mundo

El largo silencio con las sacudidas del automóvil, la ponen nerviosa — Puedes salir — indica el tipo, tan repentinamente que el corazón de la menor da un vuelco

Ella se destapa rápidamente frotando su piel para quitarse la fría sensación, lo mira de espaldas mientras él conduce por una sobresaturada calle, la cantidad de autos no le sorprende tanto como los enormes edificios grises, aun con sus cuidadas fachadas lucen lúgubres, más como prisiones que otra cosa — ¿Dónde estamos? — pregunta afligida, sin soltar su móvil llevando su mano al pecho

— El sector V — contesta él, impactándola aún más

— ¿Qué? No, este no puede ser nuestro sector, mi barrio es un suburbio con una enorme mansión al final de la calle — incrédula avanza pasando sobre los asientos traseros para llegar al de acompañante

— No, sigues en nuestro mundo y este es el sector V de aquí, donde apareciste es el lado norte de la ciudad, las casas de los más cercanos a Grandfather — le aclara él, con un tono tan serio que llega a ser angustiante

— ¿A dónde vamos? — toda la inseguridad de Abigail se cuela en su voz, sin alguna certeza de que implica su duda

— A un escondite — responde él pidiendo que se siente bien, Abigail lo hace casi mecánicamente —, será útil tu ropa negra — comenta, dando vuelta en una concurrida calle que da a una zona más tranquila

Solo entonces ella reacciona mirando su atuendo, notándolo por primera vez, esta mañana tomó instintivamente la blusa negro jaspe de cuello alto y el pantalón de ayer — Sí — musita cabizbaja generando un largo silencio

— Tal vez no deba decirte esto... pero... lo lamento — comenta él, suavemente pero aun con su tétrico protector ella lo oye claramente, oye el pesar en su voz

— ¿Exactamente qué? — cuestiona Abigail, temiendo la respuesta y lista a atacar si es necesario, no debe bajar la guardia

— Que estés aquí es nuestra culpa, alguien te trajo por nuestra falta de atención y... ahora no puedo regresarte como planeamos — explica él, acelerando un poco para adelantarse a unos autos, entrando en un túnel

Atónita ya no presta más atención al camino, ni siquiera le importa calcular dónde estaría este inusual túnel en su ciudad solo lo mira atentamente mientras habla, oye la culpa en su voz y desea saber quién es, se siente arrastrada por una extraña mezcla de emociones, su terror inicial pasa a una intriga incesante, hay algo en esa intensa voz que le da no solo una fuerte nostalgia también una clase de serenidad, no puede reconocer ese tono de alguno de sus amigos o enemigos de su mundo por lo que ese "No toda la gente que conoces en tu mundo existe aquí" la consterna aún más.

Él no habló más después de eso, quedo un raro silencio que alargó más el camino, al parecer a las afueras de la ciudad, en donde terminaba el sector V, pero ella fue mirando el paisaje, completamente diferente al que conoce aunque incluso con las calles llenas de altos edificios grises puede distinguir las viejas carreteras y montañas, que ahí son minadas agresivamente

— No se ve el parque de diversiones — musita con tristeza, cuando cruzan el camino de la pequeña loma que permitía verlo desde lo lejos, en lugar de un enorme simio arcoíris ahí resalta un gran estadio o algo que se le parece

— No, eso nunca existió aquí, ese es el centro de entrenamiento — responde él sin voltear

Abigail se asombra porque por un segundo ella misma olvido con quien iba, además él le ha contestado casi humano, a diferencia de cuando estuvieron con el otro par ahora suelta información despreocupadamente, sin comprender ese cambio lo mira demasiado interesada, aun si no hay facciones a examinar lo observa detenidamente mientras él conduce extremadamente atento al camino, es como si algo en ella la forzará a descifrar quién es, mira sus manos fijas en el volante y la forma en que lo afirma se parece un poco a como lo hace Maurice, sus movimientos se lo recuerdan mucho, aún cubiertas por esos guantes, sin embargo la excesiva impetuosidad con la que toma las curvas no concuerda con el sensato chico que ella conoce

Pronto su atención se va al resto de autos en el camino, sus gruesos acabados asemejan a los vehículos militares incluso aquellos tripulados con familias son así, grandes Jeeps de colores opacos con notorias protecciones extra, las aceras en cambio lucen casi vacías puede que sea porque es pasado de mediodía aunque por extraño que parezca aun con toda esa luz hay un dejo de dolor o resquemor en los pocos transeúntes

Si es verdad que "el abuelo" ganó en este mundo " ¿Cómo podría contactar con mis amigos en este lugar?" se preguntó, incluso suponiendo que estos tipos digan la verdad no se imaginaba que el KND desapareciera tan fácilmente, han sobrevivido a cientos de enemigos

Va tan sumergida en sus preocupaciones que apenas si nota cuando él se orilla cerca la acera — Pararé un instante — aclara el enmascarado estacionándose

— ¿Para qué? — cuestiona Abigail rápidamente, nerviosa e inquieta al notar la extraña reacción de la gente que miran la van detenerse, la prisa y el temor de los pocos transeúntes la alarman más

— Comida, aún no desayunas ¿cierto? — responde él, casi despreocupado

No puede estar segura pero así suena — Espera, creí que teníamos prisa — intenta detenerlo pero el tipo guarda sus llaves girándolas en su mano, casi jugando, movimiento que a la morena le recuerda a Wally, él juega así sus llaves pero no, Cuatro no sería tan alto

— No tardó — él dice suavemente al cerrar la puerta, ella lo miró alejarse notando como los transeúntes se detuvieron firmes mientras entraba al local que posiblemente era una tienda, las caras de los mayores son casi de terror y ella lo entiende, el tipo lleva un dominante uniforme negro y es el único con esa aterradora máscara

Sin embargo, rápidamente intenta descifrar cómo funciona ese vehículo, aprieta las teclas mas solo se despliega es el mensaje de "ERROR" en ambas pantallas, para después volver al menú, incluso si lo intenta con las teclas de dirección no logra activar ninguna función, las teclas están dispuestas de forma muy diferente a la que ella conoce y le dificultan mucho la tarea, bruscamente la puerta se abre y pillada se aleja un poco

— No funciona así, necesitas una contraseña — explica el enmascarado, entrando y pasar la bolsa de papel blanco, que ella toma con ambas manos para volver a su lugar, dejándolo sentarse e introducir la llave del vehículo para arrancar

— Una contraseña ¿Eh? ¿Puedo saber cuál es? — ella bromea mirándolo avergonzada, manteniendo la cálida bolsa en su regazo

Él la observa unos instantes o eso piensa ella, por la forma que se detiene, le sonríe nerviosa por supuesto no es tan ingenua como para creer que se lo dirá pero este silencio es inquietante, así que distrayéndose revisa el contenido de la bolsa

— AXX617 — contesta el tipo al arrancar de vuelta a la carretera

Incrédula decide tomárselo a broma buscando en la bolsa algo más que aderezos — Genial — exclama con gusto al sacar una gran hamburguesa y encontrar las papas, tiene bastante hambre ya que estos últimos días no ha comido mucho, además que la presión de las últimas horas le pesan físicamente, casi se siente desfallecer al morder ávidamente la especiada carne, disfrutando cada bocado

Tiene años que no comía algo tan bueno, se recuerda a sí misma, no obstante si se trata de recuerdos su mente es imparable ahora y la llena de memorias que para nada son agradables, los días pasados junto los recuerdos de infancia se mezclan con el peso de la culpa, amargos le recriminan reiterando el porque perdió el apetito, la razón que amarga cada bocado, apenada lagrimea mientras pasa el alimento sin prestar atención al desconocido, él encamina el auto a una zona semi industrial y girando entre los edificios antiguos va hacia una enorme bodega, al fin

La puerta se abre automáticamente y tan pronto entra detiene el auto, ella sigue cabizbaja, inmersa en sus pensamientos e incluso cuando el motor se apaga ambos permanecen en silencio, Abigail le pasa la humedecida bolsa de papel llegando a rozar las suaves puntas del guante, sintiéndose confundida con la cálida sensación, aunque él solo toma la bolsa cuidadoso — ¿Hace cuánto murió? — cuestiona repentinamente, alarmándola

— ¿Cómo? — se asombra Abigail, intentando descifrar la emoción de su voz

— Tu amigo ¿Está muerto? ¿Cierto?— insiste dispuesto a tomar su hombro, pero se detiene

Ella lo nota e incluso siente alguna clase de compasión en él, en su actitud — ¿Quién eres? — le pregunta preocupada

En cambio él se aleja — Olvídalo, no es correcto que sepas tanto — contesta retomando su frialdad, bajando del auto con todo y las bolsas —, puedes bajar o quedarte ahí — concluye al dejar la puerta abierta

— Tú sabes muchas cosas y yo nada — replica Cinco, siguiéndolo y dejando su comida de lado —, no me dañara entender dónde estoy y mucho menos haré algo para dañarlos ¿Cómo podría? Volveré a mi mundo ¿cierto? Eso dijiste — agrega alterada

En ese enorme bodegón hay un par de oficinas a las que el enmascarado se dirige

— Sí, te irás en cuanto Dickson lo arregle pero si tienes muchos recuerdos al llegar sería problemático para ti — responde él, dándole la espalda llegando a la oficina y abriendo

— ¿Cómo? — cuestiona la morena apresurándose a alcanzarlo —, ya conozco a Chad y a Rachel, y he visto otro universo paralelo antes, además soy la antigua líder supremo del KND, se manejar situaciones difíciles, explícame que pasa — Cinco lo detiene del brazo, él apenas si voltea y tal vez es su nula expresividad, esa mascara que aún la inquieta demasiado, o incluso la extraña necesidad de retenerlo lo que le hace soltarlo rápida y nerviosamente

— Supongo que sí, aun así no te voy a contar más allá de lo necesario — entrando y dejando la puerta abierta él mantiene esa aura lejana

Que a Abigail le eriza la piel y sin embargo le insta a seguirlo — ¿Más allá de lo necesario? ¿Qué significa eso? ¡¡Dime!! ¿Por qué el KND no existe? y ¿Cómo sabes quién soy? Realmente necesito saber eso.

La morena para bruscamente sus reclamos tras entrar a la habitación, por un segundo siente un deja vu, como si de nuevo entrara en esa sala-laboratorio de hace rato, no obstante pronto nota en sus diferencias, ya que incluso si este sitio está pintado de blanco desde sus muros hasta el techo los muebles tienen un aspecto minimalista de acabados cromados, en especial el escritorio donde resaltan un par de pantallas

Él se abre la pesada chamarra negra y desabrochando las cintas deja la bolsa de papel en una mesa, inesperadamente bajo la gruesa prenda trae no solo el chaleco blindado también otra prenda negra que le cubre completamente hasta los guantes y cuello, de forma que ella no puede ver ni un poco de su piel — Tú se lo dijiste a la chica que te ataco, Cree Lincoln — responde dejando la mochila cuadrada en el escritorio, donde están los dos monitores que enseguida se activan, demostrando que son parte de una computadora

El sonido de inicio es totalmente desconocido para ella, ningún sistema operativo que conozca suena así al activarse, mas no va a distraerse de esa insatisfactoria respuesta — Sí, le dije mi nombre y número a Cree, pero no hay forma que sepas todo lo demás solo por eso ¿Quién me trajo aquí? ¿Cómo? Dijiste que ustedes tienen algo que ver ¿No es así? — reclama yendo a él, deteniéndose frente el escritorio atenta a los monitores

Aunque él teclea desinteresado a que ella observe su trabajo e insiste la chica golpea en el escritorio con la mano para recalcar su molestia, él ríe ligeramente y para Abigail es escalofriante, no sólo porque es la primera vez que oye su risa o por toda la situación que solo la perturba más, él pretende cubrirse la boca levemente como si olvidara que trae careta

Cinco no da más rodeos y al ver las llaves las toma veloz corriendo a la van, sube e introduce la llave, asegura la puerta mirando nerviosa afuera al mismo tiempo que teclea la supuesta contraseña, de inmediato se activa la van, un mapa se despliega en la primera pantalla y ella toma el volante, aún no tiene su licencia de conducir pero estuvo practicando un par de meses antes de... no, en este momento no tiene tiempo de llorar, da la vuelta a la van con cuidado notando que las compuertas no se han abierto, incluso cuando avanza nota que no se mueven, no obstante aprieta el volante y acelera, se llevará la puerta si es necesario

— Es acero reforzado — exclama él al salir, Abigail puede verlo llegar ante la compuerta, justo en su camino, aterrada frena presionando el pedal con toda su fuerza, oyendo el brusco rechinido de las llantas y como todo el auto se fuerza a parar, el auto se detiene bruscamente con un golpe

Horrorizada baja rápidamente, corriendo al frente de la van, encontrando al enmascarado ileso ahí — Maldito imbécil — grita harta a punto de golpearlo

Él le detiene la mano firmemente, al tiempo que con la otra le exige las llaves — Es demasiado gruesa, te ibas a lastimar ¿A dónde ibas? — cuestiona con un tono tan calmo que roza lo monótono

Exasperada y harta ella avienta las llaves bajo el vehículo — Al verdadero sector V, a la casa del árbol o la Base lunar ¿Qué importa? Solo quiero ver a mi familia y amigos — jala bruscamente su propio brazo, arrebatandoselo para ponerse en guardia

Exhalando pesadamente él mira a donde han caído las llaves — No te tenemos secuestrada, ni cautiva ¿sabes? — dice pasando de ella para agacharse y tomarlas —, pero te equivocas, salir corriendo sin sentido no te ayuda, preparar el portal es complejo y se corren varios riesgos — las guardarlas en su bolsillo

Abigail no baja su guardia, ya ha estado demasiado dócil — Explícate — exige harta de bailar a su ritmo

Él parece prestarle atención — Dices que ya has viajado a otro universo ¿cierto? — cuestiona casi intrigado

— Sí — replica ella de inmediato, toscamente

— Entonces sabes que se necesitan unas enormes máquinas ¿O no? — insiste él con esa calma que la impacienta, cada vez más

— ¿Cómo llegué aquí? ¿Fuiste tú? Dime — exige decidida, desearía sujetarlo y bajarle lo misterioso a golpes pero tampoco quiere acercarse mucho

— No, yo no haría tal... sin sentido — contesta cortante, tras una corta pausa pensativa — Existe, un proyecto para atravesar a los diferentes universos para...

De nuevo hace esa clase de pausa, y ella sospecha que él puede estar considerando demasiado lo que le responde — Para conquistarlos, eso lo entiendo pero ve a lo importante — ya ha asumido eso, ahora su prioridad es saber cómo volver

Por otro lado algo parece llamar la atención del tipo, de tal manera que voltea mirando hacia el muro que da al exterior ignorando a la chica, ella busca que mira u oír algo mas no percibe nada

— Alguien consiguió un equipo de... del proyecto, para traerte — él parece pensar cada palabra pasando rápido de aquello que vigilaba, generando más dudas en la morena

— ¿Para qué? — pregunta incrédula hasta que una idea llega a ella —, porque en mi mundo "El abuelo" no ganó — por un instante sus dudas no importan y lo mira, si fue traída por la resistencia entonces este hombre quiere detenerlos, él sirve al abuelo, al entenderlo retrocede —, si mis amigos no existen en este mundo es por culpa de él ¿verdad? — insiste atenta a sus movimientos

Bruscamente el muro trasero de la bodega sale volando en pedazos con un fuerte estallido que cimbra todo, asustada brinca hacia atrás entrando en guardia, por el contrario él se interpone ante ella — Abajo — le ordena, señalando el espacio entre la camioneta y el piso pero al instante un pesado blindado entra pasando sobre los restos del muro

Es algún tipo de camioneta de valores claramente modificada para llevar esas toscas llantas, totalmente pintado de un blanco brillante, esta se gira chirriante al frenar y él retrocede para proteger a la chica

No obstante Abigail se emociona cuando las puertas del blindado se abren, un delgado chico de alborotado cabello rubio sale, de baja estatura, usando una sudadera deportiva color naranja, los desgastes y marcas de las peleas anteriores la hacen dudar, mas esa amenazante sonrisa solo pertenece a un chico — Wally — lo llama alegre e ilusionada, apartando el brazo del tipo

El motor del blindado ruge y el joven rubio corre a ellos, ella sale de la "protección" del otro buscando llegar al revoltoso chico, este va a ella e intenta tomar su mano, entonces el enmascarado interviene pateándolo rudamente al mismo tiempo aparta a la morena tirándola al piso, a Wally le cuesta bloquear los fuertes ataques del otro resistiendo en lo que ella se levanta para ir al blindado

El rubio retrocede esquivando un golpe, y consiguiendo romper el ritmo del contrario se aparta sacando su arma, disparando continuamente, aun así el soldado avanza sin detenerse incluso cuando es impactado un par de veces, yendo por la morena tira de su brazo pasándola fácilmente tras él a la vez que con la otra mano le impacta un puñetazo en la cara a Wally, este no cae, por el contrario se lanza sobre el enmascarado atrapando su brazo usando su peso en un rápido giro, catapultándole contra el piso y levantándose ágilmente para apuntarle

Mas tan pronto el soldado cae se rueda a un costado, adolorido se alza contra el chico que dispara a su cabeza y tórax sin dudar, siendo esta vez que el enmascarado brinca cayendo ante su enemigo, que apenas apuntaba arriba, de un codazo en el rostro le tambalea lo suficiente para sacarle el arma, lanzándola lejos, golpea al rubio atrapándolo en una constante ráfaga de ganchos y jabs

Levantándose Abigail sigue la pelea buscando intervenir sin estorbarle a Wally, y justo cuando el soldado atrapa al rubio del hombro golpeándolo, ella corre por el arma que no cayó muy lejos, desde el otro lado resuena el motor del auto girando en claro intento de arremeter contra el enmascarado, Wally usa la distracción y atrapa el brazo del militar apoyándose en él para asestar un rodillazo en sus costillas, el enmascarado no reacciona a tiempo por lo que afirmándose de este el rubio se balancea tomando la mano del otro sobre su hombro, alineando hábilmente ambas rodillas para brincar y golpearle el mismo punto con ellas, el crujido en el traje del mayor o la repentina ligereza de su agarre confirman el daño

— Suéltalo — amenaza Cinco, apuntando el arma del rubio contra la nuca del cornudo, su voz es firme por lo que el desconocido libera lentamente al revoltoso rubio alzando las manos en señal de rendición, Wally sonríe y ella retrocede sin dejar de apuntarle

El acelerado blindado gira y frena cerca de ellos, el rubio patea con todo al tipo tirándolo dolorosamente al piso, momento que aprovechan para subir al vehículo cerrando veloces las puertas, al volante una sonriente chica asiática de largo cabello negro acciona la palanca de cambios — Abróchense el cinturón — les pide aunque no les da tiempo, girando salvajemente el volante, redirigiendo el blindado y acelerando para salir

Al instante un golpe suena sobre un costado y en seguida en el techo, una y otra vez suena, aterrados los chicos ven arriba, en cambio la pelinegra de enorme chaqueta verde aumenta la velocidad para brincar los escombros, el enmascarado cae sobre el parabrisas asustándolos, en especial cuando logra aferrarse de él y golpea insistentemente el vidrio para romperlo, así que la conductora gira y zigzaguea bruscamente para tirarlo

— Joder, qué hijo de...

— ¡Wally! — le interrumpe la asiática con voz aguda, no suena molesta, de hecho esa sonrisa se incrementa al tiempo que acelera aún más, para luego cambiar la velocidad y retroceder de un momento al otro, avanzando da una vuelta brusca, el tipo cae con un impresionante giro a un costado del blindado

Veloz la conductora retoma el rumbo, Abigail que ha estado con el corazón en la boca todo este tiempo, se aterra al verlo levantarse e intentar seguirlos, lleno de rasguños en su traje y máscara corre tras el auto, Wally ríe viéndolo desde las ventanas traseras, pero la asiática que lo ve por el espejo lateral está tan preocupada como la morena

Esta última se levanta del asiento al que se aferraba y yendo a las puertas traseras las abre totalmente, el tipo viene algo lejos aunque acelera al verla, Abigail le arrebata el arma al rubio para apuntarle al enmascarado mientras se sujeta del techo del auto, los chicos la miran incrédulos, y ella dispara sin titubear, solo lo quiere disuadir o eso cree hasta que ve las chispas de la bala al impactar contra el protector del tipo, tumbándolo

— ¡¡WOW!! EN TU CARA UNO — celebra Wally bullicioso

Cinco siente un terrorífico escalofrío volteando a ver al caído, sin notarlo el rubio cierra las puertas y la conductora acelera, desesperada ella va a la ventana para verlo, él se levanta lentamente sacándose la quebrada careta para lanzarla a un lado, al fin ella logra ver su rostro que aun mientras se alejan puede distinguir, su calva cabeza le recuerda un poco aquella vez que lo vio de adulto, ellos se alejan y él queda ahí respirando agitado, con sus inconfundibles azules ojos mirándola irse, aun con las heridas en el rostro es claramente Nigel Uno.




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