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02 Jelly Beans


Tras abrirse las puertas Abigail no llega a ver dentro pues la rápida rubia se voltea a verla tan bruscamente que la chica retrocede, aún así la otra logró atraparle la trenza, tirando de su cabello para detenerla, la chica aparta bruscamente su mano liberando su maltratada trenza en cambio la rubia ríe enseñándole la pequeña liga que le acaba de quitar, y que termina usando para atar su propio cabello, trenzádolo en cuatro gruesos mechones, al terminar lo pasa sobre su hombro mirando fijamente a la chica

El auto avanza suavemente entrando bajo la luz de aquel amplio cuarto blanco, algo que de alguna forma calma a la adolescente y tal vez también a la rubia que sonríe viendo afuera, el tipo baja de la camioneta sin darle más explicaciones, la morena intenta detenerlo aunque se cohíbe al verlo de pie junto el auto, su extraña máscara y el fuerte contraste entre la iluminada habitación blanca contra el oscuro uniforme del tipo le resulta espeluznante, además de las cargadas protecciones y guantes que usa, que le dan un aire perturbador

La rubia por otro lado no parece preocuparse por volver a ocultar su rostro — Vamos — le llama pasando al asiento trasero, abriendo la puerta para que salga —, sé que te has soltado — sonríe mirándola sagaz, ya que ella pretendía seguir con las manos atadas —, como quieras — suelta con hartazgo al verla renuente, saliendo antes

Abigail duda pero la sigue, realmente le intriga lo que él dijo, sabe que es imposible que esa sea su amiga Rachel incluso si el parecido es asombroso, excepto porque esta chica tiene el cabello más largo y una horrenda actitud, fuera de la van negra mira el cuarto, este es demasiado amplio para calcular sus dimensiones, luce más profundo que seis o siete metros y de alto seguramente pase de los tres metros, el mobiliario en cambio parece reducirse a algunos gabinetes o alacenas blancas en el fondo, que le dan mala espina porque le recuerdan a los laboratorios o clínicas que ha visitado

Aun con todo lo más llamativo del lugar es la metálica mesa al frente de ella, donde alguien parece esperarlos, apoyado de espaldas a ellos cabizbajo o mirando algo entre sus manos, ella se aproxima interesada, viste un uniforme negro que parece de alto mando militar, hasta el estetico gorro de gruesa y lustrosa visera negra la desconcierta, entonces cuando el tipo en la mesa se lo quita puede reconocerlo al fin — ¿Chad? ¿Chad Dickson? — pregunta sorprendida avanzando a él

Ya ha aceptado que ese no es su mundo no obstante esto es demasiado, ESE Chad Dickson no solo es mayor al que ella conoce también la impacta verlo con ese estricto uniforme de imponente apariencia, donde lo único que resalta es la gruesa banda emblemada en su brazo derecho, totalmente amarilla grabada con un símbolo triangular

— Espera ¿También lo conoces? ¿Quién diablos eres? — le asusta Rachel al llegar tras ella, molesta o exigente la mira agresiva

El alto y fornido rubio va a un gabinete sobre el que pone su gorra, desinteresado de ambas

— ¿Pueden decirme dónde estoy? ¿Por qué estoy aquí? — cuestiona Abigail, sería, sin dejarse sobrepasar por los rubios

Sin embargo "McKenzie" pasa de ella — No es mi culpa que esté despierta — se excusa yendo al que parece ser su superior, deteniéndose repentinamente al verle el rostro —, ¿dónde está tu protector? Dijiste que no debía ver nuestras caras — le pregunta nerviosa

— No lo encontré ¿Qué pasó con el tuyo? — el rubio explica y pregunta mientras saca una pequeña mochila negra, llevándola a la mesa , sin mayor interés en la chica morena

— ¿No lo encontraste? — se extraña la rubia, siguiéndolo con cierta diversión

— No, tiene mucho que no lo uso y no puedo solo ir a pedir otro así como si nada— responde él, dejando lo que hace para acariciar el rostro de la rubia — Ya no importa — suspiró con cierta aceptación

Rachel sonríe cariñosa reteniendo su mano — Pude prestarte el mío — susurra al acercarse a besarle

El suave beso entre ambos desconcierta a Abigail ya que no parecen preocupados de que huya, ella misma no sabe si debería, las palabras del otro tipo aun mellan su decisión

Rompiendo el beso Chad le da una corta sonrisa a su compañera — Al final no serviría de nada — suelta volcando toda la atención en su desconcertada testigo, exhalando pesadamente — ¿Quién diablos eres? ¿Y cómo nos conoces? — cuestiona a la chica, abriendo la cuadrada mochila negra

Cinco no contesta, se mantiene más pendiente de lo que hacen, pues a la vez Rachel va al fondo de la habitación abriendo la puerta de un blanco y grande gabinete, el traqueteo de sonidos la alarma e intenta disponer un plan rápidamente — Hey — exclama el rubio, exigiendo la respuesta

— Ella es una KND — suena la grave voz a espaldas de la morena

Abigail se gira aterrada sin perder de vista a los rubios, deja la mesa a su espalda mirando donde el muro que ante su asombro se abre cual compuerta, de la cual sale el escalofriante tipo con máscara de cráneo, casi lo había olvidado, de hecho, cuando salió de la camioneta no lo vio en el cuarto, por su uniforme y voz debe ser el mismo que la trajo, no obstante tan pronto avanza la entrada se sella confundiéndose de nuevo con la lisa y blanca pared

— ¿Cómo? — duda Chad, sin mayor sorpresa por la extraña entrada

— Es de un universo donde Grandfather no ganó, donde los Kids Next Door existen — respondió el otro tan in-emocional que sus oyentes se sobresaltan, por razones diferentes

— Eso es imposible, nadie puede vencer a Grandfather — interrumpe abruptamente la rubia, con notorio disgusto, volviendo sin molestarse en ocultar el nuevo inyector en su mano

Cautelosa Abigail intenta retroceder, mas esta vez la fija mesa no la deja

— ¿Es en serio? — cuestiona Chad, casi intrigado va hacia la morena

— Sí, soy Número Cinco y... — acepta la chica, deteniéndose dudando si debería darles esa información, mirando a los tres frente ella se pone nerviosa

— Realmente no nos importa tu nombre — interviene la agresiva Rachel, entregando el inyector al desconocido, la mirada de hartazgo que le da a la menor es muy pesada —, ¿crees que te queremos aquí? te mandaremos fuera lo más pronto posible — agrega molesta, más interesada en ver como el enmascarado ajusta el aparato

Picada, la morena se recompone tomando una actitud más exigente — ¿En verdad no hay KND en este mundo? ¿Cómo puedo volver al mío? ¿"El abuelo" me trajo aquí? — pregunta, apresurada y con la defensa lista

— ¿"El abuelo"? Que irrespetuosa — reclama la rubia volteando a regañarla —, deberías disculparte, además ¿Cómo sabes mi nombre? Yo en mi vida te había visto ¿Me investigaste? o ¿Qué? — reclama menos paciente

— Entonces ¿Sí te llamas Rachel McKenzie? No lo puedo creer — Abigail la mira impactada, incluso ver esos claros ojos verdes llenos de tanto desprecio le parece imposible

— ¿Incluso sabes mi apellido? ¿Cómo demonios? no finjas más, tú no eres de otro mundo — la agresiva rubia también entra en guardia, lista a avanzar

— Pronto pasarán lista — dice el inexpresivo enmascarado, recordatorio que claramente es para la militar, ya que a la vez pega un código de barras en el inyector, todo a la vista de la morena

— Lo sé, pero quiero saber esto, seguro ella está mintiendo y trata de engañarnos, puede que incluso esté volviendo de otro mundo — replica Rachel molesta, manteniendo sus sospechas sobre la menor

— No es conveniente saber mucho de otros mundos, debía irse inconsciente — al fin interviene Chad, reclamante o autoritario con el par de soldados

— Todo es su culpa, él fastidió el plan, perdimos un inyector y causó un alboroto en la casa de los Lincoln— Rachel señala furiosa al enmascarado, que permanece inmóvil, a tal punto que Abigail se cuestiona si respira, hay algo aterrador en él más allá de ese raro protector facial, es como si la mirara fijamente, como si viera dentro de ella

De golpe la rubia cambia toda su agresividad por una agobiante fragilidad — Mi brazo duele, tendré que ir a la enfermería ¿Qué les diré? Esto no pasaría si tu hubieras venido — desabrochando los cintos se quita la parte superior de su traje, sacándola como una chamarra, descubriendo las gruesas protecciones alrededor de su cintura, son entre un chaleco antibalas y una faja metálica, que tan pronto se quita cae un pedazo roto

— Wow — suelta Chad, claramente preocupado al ir a revisarla cuidadosamente

— Fue esa maldita perra — con solo recordarlo Rachel se irrita, recuperando esa feroz mirada que tensa a la menor, incluso con los peores enemigos jamás ha oído a la mayor maldecir

— ¿Qué? ¿Con los Lincoln? — cuestiona el rubio, volteando rápidamente hacia el enmascarado, la consternación o nerviosismo se cuela en su voz

Consiguiendo que la misma Abigail reaccione — Cree ¿Dónde está Cree? — pregunta casi grita desesperada, como si despertara del shock

— Está bien, no tienes que preocuparte, ella no es tu hermana — contesta el desconocido, con esa calma insensible a la que tal vez ya debería haberse acostumbrado, no obstante le enfada aún más

— ¿Hicieron un escándalo en una casa de élite? — Dickson interrumpe cualquier reclamo de la morena, exigente y áspero encara al otro

Dejando a Abigail a su espalda es imposible para la chica ver su rostro, sin embargo no pasa de notar el parecido en sus alturas, su complexión fornida y esbelta, incluso la postura firme aunque a diferencia del rubio el otro se mantiene tan imperturbable que le desconcierta

— Sí — responde al fin el cornudo, su voz no suena tan tajante aunque claramente es formal, algo que no relaja al rubio, tenso toca su cuello listo a quejarse —, solo estaba ella, no tiene daños físicos y no recordará nada, cambie los vídeos de seguridad y cualquier registro acaba de ser cambiado — explica el desconocido muy por arriba

— ¿Y yo, no importo? ¿Qué más da si le rompíamos algunos huesos a esa bruja? — insiste la rubia alterándose al punto que Abigail pasa del enmascarado

Chad tampoco luce muy convencido, mas termina aceptando la situación — Buen trabajo — apenas si mira al enmascarado para volverse hacia la enfadada Rachel — Lamento que pasaras por esto, pero debes tener más cuidado, la prioridad es no dejar rastro — gentil calma en lo posible a su compañera

Rachel cae en la misma resignación que el rubio, aunque sin perder su agresividad — A ella ya podemos sacarla de aquí ¿Cierto? — señala casi con asco a la morena

Abigail también esta a un paso de la violencia, mas sin perder su famosa calma permanece expectante del mayor, que para pesar de ambas niega — Llegaron tarde, la sala está llena de guardias ahora, tendrán que esperar — explica con cierta molestia en su voz, aun si revisa con cuidado el brazo de su novia

— Verificaré las lecturas — dice el enmascarado, a punto de partir

— Tal vez en la noche — lo detiene el estricto rubio

— ¿De qué hablas? ¿Dónde se supone que la ocultemos? — cuestiona Rachel casi desesperada

— Pueden dejarla aquí — señala Dickson al cerciorarse que no son graves sus heridas

— ¿Cuándo diablos van a explicar que pasa? aun no entiendo nada y solo hablan sin siquiera tomarme en cuenta — exige Abigail avanzando a ellos menos paciente, su cabello se destrenza lentamente mientras y cada vez que se mueve

— Ya te lo dije, no te diré nada, es más seguro para ambos — Chad es tajante, marcando la distancia entre ambos

Rachel ríe divertida con solo ver la molestia de la morena, Cinco no espera más y se decide a atacarlos, les sacara las respuestas a golpes si es necesario, justo entonces es interceptada por el enmascarado que la ataja rápidamente, reteniéndola ante los rubios

Ella lo empuja y patea separándose lo suficiente para reafirmar su defensa, manteniendo su feroz mirada contra las negras cuencas de ese absurdo protector, tétrica mezcla entre máscara antigás y cornudo cráneo, entre más lo mira nota detalles raros como que parece estar tallado en hueso real o un material parecido, no quiere pensar en eso, de hecho cerrando un poco su defensa espera usar tanto su tamaño y fuerza en su contra, no es la primera vez que enfrenta a alguien más grande que ella en todos los sentidos, no obstante algo en esa falta de información la descoloca demasiado, es decir no puede calcular ni su edad o siquiera si es humano

Aquel extraño tipo mueve el brazo y es tan rápido que Abigail apenas si logra atraparlo, detiene su mano izquierda a centímetros de su cuello, tiene ambas manos en sujetarlo cuando nota que él ya tiene agarrada su medio deshecha trenza, la hala ligeramente alterando más a la morena que lo golpea en el brazo, pateando sus piernas, él en cambio cuela la otra mano entre el ataque de la chica — Solo queremos regresarte, este no es tu mundo y no te conviene saber más que eso, guarda silencio mientras preparamos todo — es muy serio al decirlo, soltando el cabello de la chica, sus manos siguen cubiertas por los gruesos e inusuales guantes que hacen lucir a las de la menor muy pequeñas

Al menos a Abigail le parece así, mas al soltarlo roza las suaves puntas de sus guantes sorprendida porque le parecían muy duras, metálicas y frías — ¿Cómo sabes quién soy? — retrocede mirándolo insegura

— Aquí yo hago las preguntas ¿Cómo sabes mi nombre? — exige Rachel, interviniendo y apartado de un empujón al fornido desconocido, no solo es brusca también la mira agresivamente

— En mi mundo somos amigas, bueno, la Rachel que conozco es mi amiga, desde niñas — afirma Abigail tocando nerviosa y afligida su cabello, entonces nota que ahora una liga negra ata su trenza, justo antes que se siga deshaciendo

— ¿Amigas? — se extraña la incrédula rubia —, ¿quién más? — cuestiona con cierto interés

— Para — la detiene el desconocido, solo entonces a la menor su voz le suena con cierta gentileza

Aun así Rachel se niega — No te das cuenta, es recopilar información, ella incluso podría decirnos nombres de los rebeldes — objeta confiada

— Ya no— refuta él —. y en todo caso serían los de su mundo, son datos innecesarios e interactuar demasiado es riesgoso — insiste, con el reacio apoyo del rubio, aunque sin mayor reacción va a la mesa a revisar el pequeño maletín que el otro ha sacado

Incluso con la mala actitud de la rubia parece conservar su calma o consideración por esta, algo que la menor parece reconocer de otro de sus compañeros — ¿Patton? Tú eres Patton ¿verdad? — cuestiona esperanzada, tiene bastante tiempo que no ve al pelinegro y no recuerda muy bien su voz, además dadas las circunstancias no le parece tan descabellado que él esté ahí

El desconocido se detiene, claramente sorprendido y por primera vez ella cree ver a través de su frialdad

— ¿Quién? — pregunta Rachel —, dinos el nombre completo — sonríe con falsa dulzura

— No toda la gente que conoces en tu mundo existe aquí — asegura el otro, sin remover su careta, y por el ligero movimiento de su cabeza parece considerar la reacción de Chad, que asiente seriamente

Crispando a Abigail — ¿Qué? Ya he viajado a un universo alterno y ahí todos mis amigos existían — suelta rápida e impulsiva, si algo detesta de los adultos es que se sientan más listos

El mayor en cambio está sorprendido y sin poder ocultar su turbación mira al inmóvil enmascarado, como esperando alguna explicación

— ¿Ya has viajado? ¿Cómo? — pregunta la rubia, manteniéndose frente la menor es la única que parece incrédula, además avanzando casi exige su atención sin permitir que Cinco siga analizando a los otros dos

— Atravesamos un portal cuando éramos niños, mis amigos y yo — responde la chica, cuidando no decir de más

— ¿Ustedes lo crearon? — cuestiona Dickson, pasando del desconcierto, deteniéndose tras su novia

— No, creo que alguien lo hizo desde el otro lado, pero fue por la piscina de Cuatro — explica Abigail, está segura de haber visto los planos aunque no podría recordar como aquellos chicos lo hicieron funcionar

— ¿Una piscina? — ríe Rachel burlándose — No niña, eso fue un sueño, es imposible, las ecuaciones son muy complejas para que cualquier niño las haga — desestima a la morena, abrazando a su novio

Abigail detesta su fanfarrona actitud, sin embargo le irrita más que subestimen a los niños — Fue real, hasta intentaron replicar su portal para conquistar nuestro mundo.

— No importa, cada universo es diferente en algún sentido — suelta el desconocido, volviendo a participar en la plática, dejando el maletín en la mesa a la vez que parece mirarla, no obstante el rubio lo detiene con una seña

Ella mira a ambos, la insensibilidad del enmascarado la tiene harta, pero mucho más ese juego de secretos, — ¿No importa? ¡¡Son mis amigos!! ¿Mi mundo estará bien? O ustedes también planean invadirlo ¿Es eso? — alterada considera la posibilidad, recordando que en su mundo sus amigos están solos, entonces su mente piensa en lo peor siendo arrastrada rápidamente por todos los recuerdos de los últimos días

— No te aceleres, el portal que atravesaste ya fue cerrado y en cuanto a la maquinaria la estamos buscando ¿ok? — inesperadamente es la brusquedad de esta Rachel lo que logra detenerla, no obstante —, además sí Grandfather quiere tu mundo solo lo tomaremos — sonríe amenazante

Cinco limpia sus lágrimas y — Inténtalo — la desafía, apretando los puños irritada, encarándola con la seguridad a la que se aferra

La rubia sonríe sintiéndose toreada, — ¡¡Hey!! Paren — ordena duramente el rubio, reteniendo a su novia

— Dejen que descanse — sugiere el desconocido pasando de ellos rumbo a su "salida" cuando Rachel lo impide

— Tu tendrás que cuidarla, yo iré a entregar el reporte — Chad se adelanta, manteniendo atrás al otro —, veré que más descubro mientras tanto mantenla en el edificio, no creo que se atrevan a entrar — sonríe al tomar el gorro de su uniforme yendo a la compuerta que se abre tan rápido él se acerca

— Espera, yo tengo que pasar revisión y...

— Yo te cubro — el rubio interrumpe al impactado cornudo, sin pasar de la dificultad este último mira a la pareja

— Todo estará bien, yo también debo pasar lista — sonríe burlonamente Rachel, recogiendo la parte superior de su uniforme para llevarla al hombro, el rubio detiene la compuerta esperando que ella entre

— No la pierdas de vista — sonríen juntos mientras se toman cariñosamente de las manos, el otro permanece inmóvil frente la puerta solo viendo como se cierra

Abigail aún limpia sus lágrimas, sin insistir mientras se van, no comprende porque no le explican nada, y aun así su mayor renuencia está en quedarse junto al indescifrable hombre frente ella, él se mantiene en su sitio un par de minutos, tanto así que ella llega a cuestionarse si será una máquina o algo similar

— ¿Tienes hambre? — pregunta repentinamente el tipo, notando que lo mira

Ella duda nerviosa — ¿Qué hora es? — dice, recordando que al salir de su casa eran casi las ocho, no está segura cuanto ha pasado porque ni siquiera sabe a qué hora llegó

— Son cuarto para las 12, te duele la cabeza ¿cierto? — él acierta, mas ella no va a aceptarlo, y tampoco hace falta pues el fornido hombre va al fondo de la habitación

Algo zumba desde su uniforme llamando la atención de la morena, que mira como este parece buscarlo en un bolsillo cerca su pecho sacando claramente un Smartphone, algo grande aunque por lo que puede ver es claramente igual a cualquiera que ella conozca, eso la hace reaccionar y busca el propio entre su ropa, extrañándose de no traerlo encima, a decir verdad con el mareo apenas si recuerda echarlo en su bolsillo

— Tus cosas están en la van — indica el tipo, preparando algo cerca una de esas alacenas, llevándolo a la mesa

Ensimismada Abigail apenas si le presta atención, camina hasta el auto subiendo con cuidado revisando en la parte trasera donde ve su mochila roja, bajo la lona, la jala pero esta se atasca con la tela plastificada tal vez por sus pines o figuritas, intenta removerla cuando la puerta de la camioneta se cierra detrás, alarmada voltea y la portezuela del conductor se abre entonces la mochila cuadrada cae sobre el sitio de pasajero — Saldremos — anuncia el enmascarado al subir lanzando otras cosas en el asiento trasero

— ¿Qué? Chad dijo que nos quedáramos aquí — ella intenta reclamar pero él le pide silencio mientras retrocede de vuelta al ascensor, cierra la puerta y teclea algo en la consola del auto

Por primera vez la chica ve el tablero de la van, dos pantallas con varios medidores, el teclado luce completamente diferente a que cualquier computadora que ella haya visto, tan pronto están en el oscuro cubículo este se activa, bajando — Cúbrete con la lona — ordena él cuando los seguros de las puertas suenan al cerrarse

— ¿A dónde vamos? — pregunta Abigail sin obedecer

— No importa, si quieres salir debes hacerlo — él insiste, como una orden y sin intención de explicar más

— Tal vez no quiero salir — contesta ella desafiante, dejando de lado su mochila e intentando pasarse al frente

— Si alguien de aquí te ve, te matarán — asegura él sin mirarla, solo teclea tan rápida y concentradamente que es difícil para Cinco decidir si es serio o no, lo mira fijamente, sintiendo una clase de nostalgia con solo ver su forma de moverse, como inclina la cabeza y tensa los hombros la llena de una extraña tristeza haciéndola lagrimear, apenada se voltea despejando sus ojos —, rápido — insiste él y ella se cubre con la fría tela sin pensarlo.




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