visita inesperada
Narrador omnisciente:
Minho no había podido descansar como era debido en las últimas dos semanas, desde que era conocedor del hecho de su reducción completa del volumen de sus senos, su mente le impedía el poder conciliar el sueño como correspondía, aunque no podían culparle, estaba extasiado al ser consciente que estaba a punto de lograr tener pectorales, y realmente el muchacho esperaba que con eso su disforia disminuyera gradualmente. Era Domingo, y su tía había permitido que Irene durmiera con él ya que sabía que estaba completamente nervioso por la operación de mañana, Minho estaba agradecido porque era consciente que, con su novia presente sería más fácil el poder estar tranquilo y lograr descansar. El castaño tragó saliva observando como la muchacha se adentraba en la habitación con un pequeño pijama de tela ceñido a su cuerpo, la pelinegra apagó la luz para luego simplemente acercarse donde él recostándose en la parte vacía del colchón, realmente no tardó en girar su cuerpo sobre la cama queriendo ver con con esos bonitos ojos que poseía el rostro asustado de su novio.
—Todo saldrá bien—aclaró la muchacha estirando su brazo para tocar el rostro recién rasurado del menor sintiendo como, a pesar de que visiblemente no se notaba sus vellos estos aun estaban ahí presente—intenta dormir.
—¿Y si no es así?—cuestionó el japonés aterrado a la vez que tomaba entre sus dedos la muñeca de la chica intentando sentir su calor—¿Y si la operación no sale como debería? no puedo tener estas cosas en mi—admitió mientras que llevaba su palma libre contra su pecho sintiéndose asqueado por notar la forma de sus senos.
—No las tendrás—aclaró Irene acercándose al cuerpo del muchacho para tocar su torso, sintiendo como su mejilla lograba hacer contacto con el pecho del contrario escuchando de forma atenta su acelerado corazón—van a desaparecer, y nosotros podremos ir a la piscina, para que todos vean tu sexy cuerpo—comentó con ánimo a la vez que cerraba sus párpados ante la manera en que el castaño acariciaba su cabello sintiéndose visiblemente más tranquilo ante la emoción de la contraria.
—Gracias por quererme—y él estaba siendo sincero en el instante que ella alzó su mentón topándose con sus bonitos ojos oscuros, manteniéndose en silencio completamente atenta a sus palabras—me gustas mucho...—soltó causando que la pelinegra se ruborizara por completo mientras que él no podía realmente evitar estrujar sus dedos alrededor de sus mejillas.
Irene se deslizó sobre el cuerpo ajeno colocando sus muslos a cada lado del torso del muchacho provocando que este dejara de tocar su rostro para apoyar sus codos sobre la almohada queriendo tener una mayor cercanía con la pelinegra.
—Me gusta cada parte de ti—aclaró la muchacha presionando su dedo sobre su pecho—desde esto...—comentó deslizando su extremidad logrando tocar el borde de su bóxer—hasta esto—admitió sonriendo con ternura al ver que ahora era él quien estaba sonrojado—y me seguirá gustando porque me fascinas en todos los aspectos—susurró inclinándose lo suficiente para besar su cuello sintiendo como el contrario se tensaba por completo.
—¿Sin excepciones?—cuestionó el japonés permitiendo que la contraria deslizara sus palmas en el interior de su camiseta tocando su abdomen.
La pelinegra alzó su rostro alejándose de su cómodo escondite para besar con suavidad los labios del castaño sintiendo como este simplemente acariciaba su espalda haciendo pequeños círculos con las yemas de sus dedos.
—Sin excepciones—afirmó Irene sintiendo como el japonés envolvía sus brazos alrededor de su cintura aferrándose a su cuerpo de una manera desesperada—te despertaré temprano—avisó la chica besando su cuello para luego simplemente arroparse sobre su torso sintiendo como el contrario no quería soltarla.
Minho había logrado conciliar el sueño sintiéndose calmado consigo mismo mientras que su novia continuaba haciendo suaves caricias sobre la piel de su torso. A la mañana siguiente el chico no pudo evitar el girarse sobre el colchón al sentir como alguien tocaba su rostro, en un principio no le tomó gran importancia porque realmente no le molestaba lo suficiente como para tomarse la molestia de quejarse, pero luego, cuando sintió como le presionaban constantemente el hombro quizás con más fuerza de la necesaria no pudo evitar el entreabrir su párpados sintiéndose de mal humor. En un principio no supo como reaccionar, se quedó paralizado mientras que sus músculos se contraría de la sola sorpresa que le había causado aquella presencia en cuestión. Minho tragó saliva sintiendo como su corazón intentaba huir por su tráquea causando que, cuando el contrario había visto como su manzana de Adán se movía con fuerza no tardó en deducir que estaba sorprendido, provocando que simplemente sonriera queriendo relajarlo.
—¿No piensas saludarme hermanito?—cuestionó Kai causando que el mencionado lograse salir de su pequeño estado de shock abalanzándose contra su torso mientras que las lágrimas no habían tardado realmente en deslizarse por sus mejillas humedeciendo la camiseta del peligris—oh... eres más fuerte—comentó divertido sintiendo como era envuelto por las sábanas y la anatomía del menor—espero que este llorando de felicidad por ver mi atractivo rostro.
Minho rió animado por su comentario a la vez que limpiaba sus mejillas sintiéndose extremadamente contento por su presencia. El castaño tomó grandes bocanadas de aire alejándose del torso del mayor mientras que sus ojos seguían estando fijos en su persona sintiéndose abrumado por su mera presencia.
—¿Realmente eres tú?—cuestionó sin poder creer que fuese cierto.
—Para tu suerte lo soy—comentó sintiendo como su hermano menor estiraba sus manos tocando su rostro queriendo asegurarse que él realmente estaba ahí presente—tu novia es genial, ni siquiera sé como lo hizo con Jihyo para traerme—admitió causando que el castaño frunciera su ceño inclinando su torso hacía aun lado para ver a una sonrojada pelinegra en el umbral de la puerta intentando ocultar sus mejillas.
—Su segundo nombre es intensidad—aclaró el japonés sonriendo con ternura al notar como Irene giraba su torso queriendo que él en particular no notara como su rostro ahora estaba a un rojo vivo—y su tercer nombre es determinación, así que te puedes hacer una idea.
Kai sonrió enternecido por la manera en que su hermano estaba observando a la pelinegra; él solo una vez en la vida había visto ese brillo en su mirada, y realmente no pudo evitar sentirse mal al saber que esas orbes no volverían a mirar de esa forma a Nayeon.
—¿Alguien más vino?—preguntó nuevamente el castaño teniendo la esperanza de que alguien de la familia Im lo hubiese acompañado, sintiéndose sorprendido de que ni siquiera hubiese pensado en su padre o Sachiko.
—Jackson se coló—comentó Kai mientras se encogía de hombros, como si ya estuviese acostumbrado de que su mejor amigo estuviese en todas partes con él—y ahora mismo debe estar devorando todo lo comestible de tu cocina—aclaró causando que el japonés simplemente riera, recordando cuantas veces Nayeon se solía quejar porque su hermano menor arrasaba con la comida sin importarle si ella o sus padres tenían hambre—Somin y Matthew querían venir, pero sus trabajos no le dieron permiso...—admitió queriendo que su hermano fuese consciente que los padres de Nayeon aun estaban atento a todo el desarrollo de su felicidad—y Nayeon se fue de viaje con su novia—comentó preocupado por la reaccionar de su hermano.
—¿Nayeon tiene novia?—cuestionó Minho sintiéndose sorprendido de no estar afectado por la noticia; en realidad todo lo contrario, estaba feliz por ella—me alegro que alguien hubiese notado lo espectacular que es—admitió a la vez que se intentaba levantar de la cama observando como su hermano hacía lo mismo arreglando su camiseta.
—Pensé que te afectaría—admitió Kai sintiéndose ligeramente avergonzado e incómodo por la presencia de Irene, la chica mordisqueó el interior de su mejilla queriendo huir de esa habitación, pero su subconsciente no se lo permitía; ella quería escuchar como su novio se sentía.
—¿Por qué me afectaría?—cuestionó el japonés con calma acercándose a la pelinegra para besar su mejilla—ya pasaron años... yo construí mi felicidad, Nayeon tenía todo el derecho de hacer lo mismo—admitió observando como su novia simplemente tragaba saliva nerviosa por la forma en que él le veía.
Kai estaba sorprendido mientras que la novia de su hermano intentaba ocultar la vergüenza que emanaba su cuerpo ante la forma en que Minho le solía observar sintiéndose intimidada de una buena manera. Jihyo se acercó a la habitación asomando su cabeza logrando llamar la atención de los tres muchachos.
—Minho, en diez minutos nos vamos, así que vístete—pidió la mujer a la vez que observaba como su sobrino asentía con su cabeza alejándose de la pelinegra para caminar en dirección de su ropero—ustedes dos, necesito que coman algo, no permitiré que suban a mi auto con el estómago vacío—aclaró causando que Kai y la pelinegra no tardaran en salir de la habitación siguiendo en silencio a la mujer.
El peligris mantuvo sus ojos fijos en la forma en que la novia de su hermano se había mantenido en silencio jugueteando con sus dedos mientras que Jackson comenzaban a dejar mucho que desear de sus modales manchando su rostro y cuello con la salsa de chocolate. El japonés suspiró siendo consciente que no había forma de remediar la manera en que su amigo se solía emocionar cuando había comida de por medio tomando una actitud cavernícola sin importar que estuviese presente, y quizás esa era una de las razones del por qué sus novias no le solían durar por mucho tiempo. Kai se inclinó en dirección de la pelinegra envolviendo su palma alrededor del brazo de la contraria provocando que esta diese un brinco del susto a causa de su cercanía; él no era consciente que a ella le aterraban los hombres a excepción de su novio.
—Lo siento—comentó apenado el japonés haciendo una suave reverencia, rápidamente la chica asintió con su cabeza abrazándose así misma aun lo suficientemente incomoda por lo que había pasado—solo quería decirte que Minho realmente te quiere—admitió logrando tener toda la atención de la muchacha—y jamás tendrá intenciones de lastimarte.
Irene era consciente que su novio jamás le haría daño, pero escuchar como el hermano mayor del muchacho lo afirmaba sin ningún tipo de duda la hacía sentirse más tranquila. La pelinegra volvió a dar otro salto sobre el taburete ante el grito que pegó el invitado del peligris, la chica sintió su cuerpo tensarse ante el vivido recuerdo de su ex novio cuando enfurecía, pero al girar su torso y observar como su novio estaba en el aire siendo estrujado por unos brazos ajenos ella simplemente se relajó sacudiendo su cabeza en un vano intento por dejar de pensar que todo el mundo-masculino en particular-tenía intensiones de herirla.
Jackson estaba contento por ver nuevamente a su ex cuñado, y se sintió feliz de notar como este había cambiado.
—Joder, eres mas guapo que yo—y se escuchaba ofendido causando la risa de la familia Kang. Jackson no podía dejar de observar como el castaño había cambiado; desde su rostro mas cuadrado y su espalda más ancha, permitiendo que sus rasgos masculinos se llevasen todas las atenciones.
Luego de un par de horas Minho se encontraba dentro de un quirófano anestesiado y con su torso al descubierto para un par de doctores y enfermeros que estaban listo para comenzar a operar. El resto de su familia se quedó en la sala de espera sintiéndose preocupados por la operación; Jihyo estaba sentada acariciando el cabello de su somnoliento hijo, a la vez que Irene mantenía su cabeza apoyada sobre el hombro de su hermana sintiendo como Seulgi que estaba a su lado no dejaba de brindarle suaves caricias a su espalda, Kai y Jackson se encontraban en el pasillo luchando con una máquina expendedoras frustrados ante el robo que este le hizo, mientras que Daniel mecía a su hija sobre sus brazos observando con ternura como esta había logrado quedarse dormida. Las horas pasaron demasiado lento para el gusto de la pelinegra y de Jihyo quienes, parecían estar más preocupadas por el estado del japonés.
—Jackson eso es mío—se quejó Kai observando como el muchacho se llevaba la barra de su cereal a la boca mascando el contenido sin pensar en que el peligris también quería comer—¿Por qué eres así?—cuestionó apoyando su espalda contra el respaldo de su asiento a la vez que notaba como su mejor amigo se levantaba de repente caminando en dirección de una enfermera bastante guapa ahora que le prestaba atención.
Daniel frunció su ceño tomando asiento en el lugar que el coreano había estado con anterioridad, el hombre acarició la espalda de su hija aun dormida observando con confusión como la enfermera intentaba no prestarle atención al muchacho.
—¿Él es consciente que tiene el rostro con resto de cereal?—cuestionó el hombre observando como Kai simplemente se reía sacudiendo su cabeza en negación—pobre chico—comentó sin poder evitar sonreír divertido al notar como el pelinegro volvía donde ellos con su rostro completamente enrojecido.
Un doctor apareció en la sala de espera causando que la vergüenza de Jackson pasara a segundo plano. Kai sintió sus hombros tensarse al escuchar como el hombre nombraba a su hermano con el nombre que anteriormente el poseía, y no pudo evitar el suspirar recordando que, para el estado Minho seguía siendo Mina. El cirujano se disculpó apenado por la forma en que tuvo que llamar a los familiares de su paciente, pero eran reglas del hospital el tener que seguir el régimen, así que él, no tenía mucho que hacer ante eso. El hombre explicó con calma lo que había sucedido en la operación, indicó que Minho no tendría cicatrices visibles como las que tenía la mayoría de los chicos que se sometían a esa operación de reducción de pecho ya que su forma de operar había sido una incisión alrededor de la areola, y no por debajo de sus senos.
Jihyo e Irene fueron las primeras en pasar observando como Minho estaba en la camilla completamente sedado y con unos pequeños tubos que sobresalían de su torso siendo los que el doctor había explicado como los drenajes para evitar un posible hematoma en esa zona. La pelinegra se acercó a uno de los lados del muchacho tomando su fría mano derecha deslizando su pulgar por sobre el parche que mantenía en el dorso de esta, a ella le daba pena ver que su novio mantenía casi toda la parte superior de su cuerpo con pequeños tubos que lo ayudaban a tener una mejor recuperación, mientras que la mitad de su bonito torso estaba siendo envuelto entre gasas y vendas. Irene era consciente que, por lo que le había comentado el doctor Minho no despertaría hasta mañana, pero ella de todas formas tenía que asegurarse que él estuviese bien.
La mitad del día el hermano del castaño e Irene se habían quedado con él, mientras que Jackson, Joy y Seulgi aparecían de vez en cuando para distraerlos. Jihyo y su familia habían vuelto a la casa ante la forma en que Wonyoung se había fastidiado comenzando a llorar por lo agobiada que estaba en ese lugar.
Era casi el cuarto día en que Minho estaba hospitalizado, ahora el muchacho era consciente de lo que estaba sucediendo sintiendo como su novia besaba su frente queriendo hacerlo sentir mejor; el doctor del japonés le había puesto una camiseta compresora para que la cicatrización se efectuara con mayor facilidad, pero el muchacho no estaba cómodo, lógicamente le dolía, y los medicamento que le habían dado con la intravenosa ya no estaban haciendo el efecto que él necesitaba, aunque no dijo nada al respecto. Cuando escuchó que lo iban a dar de alta simplemente se llenó de felicidad e ignoro el malestar de la operación.
Irene estuvo durante todo el proceso, Minho estaba agradecido de las innumerables de veces en que ella le hizo compañía, ni siquiera hablaron ante lo cansado que estaba el japonés, y a pesar de que la mayoría de las personas se terminarían aburriendo del prolongado silencio en la habitación, Irene simplemente le brindaba cariño abrazando su silencio como una agradable muestra de amor hacía su persona. El japonés se acomodó sobre el sofá sintiendo como su novia mantenía su brazo apoyado sobre su desnudo abdomen a la vez que la zona de su pecho aun estaba cubierto por el compresor, ambos estaban observando como Jackson discutía con Wonyoung mientras que Kai y Sehun observaban con confusión como el mayor se rebajaba al nivel del pequeño demonio.
Los chicos rieron mientras que Minho simplemente sonrió orgulloso al ver que Wonyoung se había llevado la última rebanada de pastel causando que Jackson intentara perseguirla con intenciones de arrebatarle aquella preciada comida. El japonés se quedó en silencio pensando en la manera en que su vida había cambiado, sus ojos dejaran de prestarle atención a la discusión del coreano con su prima para centrarse en la forma en que Irene sonreía, y se percató realmente que no le daba miedo el enamorarse de ella.
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