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Promesa

Narrador omnisciente:

Minho se había quedado en el hogar de los Im luego de la insistencia de Somin para aquello sucediese, el chico durante el transcurso de la tarde se mantuvo en silencio asimilando lo que sus acciones habían provocado; la madre de Nayeon lo había protegido sin importarle que saliera afectada a manos de su progenitora, aún estaba conmocionado por el vivo recuerdo de la palma ajena girando con fuerza la mejilla de su madre logrando que aquellas orbes frías se centrarán en su persona. Él la conocía, sabía que no mentía al decir que se iba a arrepentir, porque aquel sentimiento comenzaba lentamente a apoderarse de sus pensamientos; estaba aterrado.

Minho posó su mirada en la forma en que Nayeon estaba riendo apoyando su torso contra el cuerpo de su hermano, el castaño dio un paso hacia atrás tomando asiento sobre el escalón observando de manera atenta como la chica escuchaba a su hermano y a Kai como si aquello fuese la mayor entretención de su día. Minho suspiró ante la belleza que poseía la muchacha cuando sonreía, la pelinegra arrugó el puente de su nariz mientras que mordisqueaba su labio inferior causando que el bonito color de su mirada se perdía entre sus largas pestañas. El japonés juró perder el aliento ante aquella imagen, sintió como su corazón se apretaba mientras que el sonido de la risa de Nayeon acompañada por los dos muchachos lograban inundar la silenciosa habitación.

El castaño giró su rostro al oír las voces de los señores Im, el chico observó de manera atenta como ambos estaban charlando en el interior de la cocina; Matthew se veía nervioso deslizando su palma por su cuero cabelludo de manera repetida mientras que Somin tan solo se mantenía de brazos cruzados intentando adoptar una actitud serena.

El muchacho no le prestó mayor intención en el instante que su teléfono vibró, con rapidez tomó el aparato que había estado ocultado en el interior de su bolsillo observando cómo la pantalla se iluminaba con un nuevo mensaje.

Hyunjin

¿Crees que esa puta barata podrá cuidarte de mi?
18:43 PM
✓✓

¿Eres estúpida Mina, o aún crees que eres hombre?
18:43 PM
✓✓

No puedes escaparte de mi, me perteneces.
18:43 PM
✓✓

Minho mordió su labio inferior sintiéndose ansioso mientras que el sudor y la adrenalina se deslizaba por sobre su piel. Con rapidez y sin saber muy bien el por qué estaba deslizando sus pulgares sobre la pantalla, el chico comenzó a escribir siendo lo suficientemente ingenuo para creer que el contrario lo dejaría en paz ante sus palabras.

Déjame en paz.
18:44 PM
✓✓

¿Dejarte en paz? ¿Tu no comprendes lo que esta sucediendo, verdad?
18:45 PM
✓✓

Te aclaro que eres mía, no puedo dejar en paz algo que me corresponde por ley.
18:45 PM
✓✓

El castaño frunció el ceño, ¿Corresponderle por ley? Cuestionó en sus pensamientos confundido sintiéndose rápidamente abrumado de una posibilidad de que su madre hubiese hecho de las suyas para atarlo de alguna forma al contrario. Minho iba a responder preguntando a que se refería, pero la señora Im se acercó hacía él tomando asiento a su lado, por instinto el chico bloqueó la pantalla girando su rostro al sentir como la mujer acariciaba su corto cabello de una manera dulce, logrando sacar una sonrisa en el contrario.

—¿Tienes hambre?—cuestionó la mujer siendo completamente inevitable para ella el no tratarlo como si fuese un hijo más. El castaño rapidamente sacudió su cabeza en negación apretando entre sus palmas su teléfono el instante que sintió como este vibraba—...—ella guardó silencio por un par de segundos analizando el comportamiento del contrario intentando averiguar si, realmente estaba bien—bueno... si llegas a tener hambre me avisas—comentó levantándose de su lugar para darle un poco de privacidad.

—Gracias, señora Im—habló el japonés observando como ella simplemente sonreía volviendo a desordenar su corto cabello, para luego alejarse caminando nuevamente donde se encontraba su esposo. 

El muchacho relamió sus labios agachando su mirada para deslizar su pulgar sobre la oscura pantalla desbloqueando el aparato, sus ojos observaron con sorpresa y un palpable terror el contenido de los nuevos mensajes que su ex novio se había encargado en enviarles advirtiendo y amenazando lo que él más amaba causando que el odio y el miedo lo dejaran completamente silencioso con sus músculos contraídos.

Hyunjin

Esa falsa felicidad que tienes no durará mucho.
18:49 PM
✓✓

Me encargaré de que vuelvas a mi lado, sin importar a quien mierda tenga que herir para conseguirlo.
18:52 PM
✓✓

Recuerda que todo lo que tocas termina dañado, así que, que no te sorprenda lo que va a suceder, porque nadie más que tu tendrá la culpa.
18:53 PM
✓✓

Minho no fue capaz de responder, su corazón se había disparado a la vez que sus impulsos lo obligaban alzar su mentón observando como los ojos de Nayeon se encontraban con los suyos, el castaño no dijo anda al respecto, solo la miró intentando memorizar cada parte de sus facciones impregnando su rostro entre sus recuerdos más importantes. La coreana hizo un movimiento con sus manos para que se acercara, pero el japones no era capaz de moverse, en sus pensamientos se repetían las palabras; no quería perderla, y realmente no deseaba eso, pero era consciente que él solo causaría que saliera lastimada.

El castaño guardó su teléfono en el interior de su bolsillo delantero observando como la pelinegra se acercaba hacía su dirección, sus bonitos ojos nuevamente se encontraron mientras que su atractiva sonrisa lograba arrebatarle el aliento. Minho tembló ante la repentino acercamiento que Nayeon ejerció al quedar sentada a su lado, rapidamente el contrario giró su rostro encontrándose con el ajeno, sintiéndose afortunado de tener tan bella mujer a su lado.

—Hola, tú—saludó Nayeon acomodándose lo suficiente para colocar una de sus pierna sobre los muslos ajeno quedando de lado, para ver con mayor comodidad el rostro del castaño—¿Estás bien?—cuestionó al sentir como la mano del japonés se presionaba sobre su muslo manteniendo sus ojos fijos en su persona.

Minho no fue capaz de contarle lo que estaba sucediendo; él sabía que Nayeon enloquecería si se enteraba de las insinuaciones de su ex novio, y no quería que entrara en pánico antes de tiempo, necesitaba aunque fuese egoísta el disfrutar aquellos momentos con la chica, antes de perderlos por completo.

—Lo estoy—respondió el muchacho inclinándose para presionar sus labios sobre los ajenos sorprendiendo por completo a la coreana quien, no pudo evitar el jadear conmocionada por el repentino acercamiento del contrario—te amo, ¿Lo sabes, no?—lo preguntó con tanta sinceridad mientras que sus ojos seguían inspeccionando el rostro enrojecido de la mayor.

Nayeon relamió sus labios asintiendo con su cabeza. La chica estiró su mano deslizando las yemas de sus dedos por la quijada del contrario observando como aun, era evidente las marcas de los golpes que alguien nuevamente había osado en propinarle. La coreana nunca le preguntó quien lo había herido de esa forma, y aquello Minho era más que consciente, así que no le sorprendió el ver como la muchacha estaba observando sus hematomas. 

—Te amo—respondió la chica con sinceridad inclinándose lo suficiente para besar la marca evidente que se ocultaba por debajo del mentón del muchacho—no quiero que te lastimen—susurró sintiendo su pecho comprimirse ante las ganas de llorar. Por impulso escondió su rostro en el cuello del castaño logrando erizar los vellos del contrario ante la caliente respiración que chocaba contra su cuello—¿Te defenderás la próxima vez?

Como le hubiese gustado a Nayeon no pensar en una próxima vez, pero ella no era tonta, sabía que aquellas marcas no dejarían de formarse en la piel del castaño, a pesar de sus esfuerzos por cuidarlo. Minho guardó silencio sin saber como debía responder; no era capaz de prometer, ni afirmar a su pregunta, porque no sabía realmente como iba a reaccionar ante ese inevitable suceso.

El japonés simplemente atinó a deslizar su mano libre por sobre el hombro de la contraria besando su coronilla mientras que sentía como la muchacha empuñaba su camiseta intentando mantenerlo a su lado. Minho acarició la espalda de la coreana a la vez que ella besaba su cuello susurrando suaves "te quiero" ante los cortos espacios de separación de su piel con la boca ajena. 

—Hey—Jackson alzó al voz interrumpiendo el agradable momento que estaba viviendo su hermana con el invitado, rapidamente Nayeon gruñó ante la frustración alejando su rostro del cuello del castaño para ver con irritación la sonrisa divertida del muchacho—con Kai y papá saldremos a comprar algo para ver la serie, ¿Ustedes quieren algo en particular?

Nayeon giró su rostro para ver al castaño observando como este sacudía su cabeza.

—Estamos bien así—aclaró la pelinegra siendo consciente que, de todas formas le robarían comida. 

Jackson salió acompañado de su padre y  Kai provocando que, la pelinegra junto con el japonés quedarán a solas en la habitación. La coreana continuó acariciando la mejilla del contrario a la vez que, lentamente comenzaba a inclinar su torso atrapando con suavidad el labio inferior del castaño escuchando y sintiendo el cálido suspiro del contrario chocando contra su boca. Minho no tocó mas de la cuenta porque le incomodaba el hecho de que la señora Im apareciera en cualquier instantes y se molestará con él por toquetear a su hija.

El chico entreabrió sus labios permitiendo que la coreana invadiera el interior de su boca mientras que sus palmas no dejaban de deslizarse por los hombros del japonés intentando adherir su cuerpo contra el suyo. Minho deslizó la mano que había estado descansado sobre el muslo de la coreana para presionar aquella extremidad contra la cadera de la chica, sintiendo como Nayeon sonreía a mitad del beso entreabriendo un poco sus labios para mordisquear el labio inferior del castaño. El pulso de Minho se disparó por completo sintiendo como el oxigeno escapaba de sus pulmones, a regañadientes el muchacho debió alejarse sintiendo como Nayeon aun intentaba mantener sus labios juntos. 

La chica suspiró soltando la boca del menor para presionar su frente sobre su hombro derecho, Nayeon mordisqueó sus hinchados labios emocionada de escuchar el alocado bombeo del corazón de Minho acompañado por su respiración irregular; a ella le gustaba saber que podía causar eso en el muchacho. Mientras tanto el japonés se mantuvo en sus pensamientos sintiéndose ansioso por las palabras de su ex novio y el hecho de que los chicos habían salidos, ¿Y si les pasaba algo? se cuestionó asustado siendo consciente que, si alguien lastimaba a Jackson, Nayeon sufriría demasiado. 

El chico alejó su palmas del cuerpo de la contraria para presionar aquellas extremidades sobre las mejillas de la chica. Nayeon observó con confusión la forma en que sus ojos se habían encontrados con las del japonés causando que sus mejillas nuevamente tomaran ese característico tono carmesí ante aquella sutil sonrisa que logró asomarse en el rostro de Minho. 

—Daría mi vida con tal de que tu estuvieses a salvo—y era una gran confesión que logró descolocar a la coreana quien, sintió como su garganta se secaba provocando que tragara saliva para poder responder. El chico no mentía; él realmente sería capaz de ofrecer su vida con tal de que Nayeon o Kai estuviesen a salvo—...—se armó de valor presionando dos de sus dedos sobre los labios de la chica impidiendo que esta fuese capaz de interrumpirlo—me siento muy afortunado de tenerte, y no puedo dejar de agradecer el hecho de que me quieras a pesar de todos los errores que he cometido. 

Nayeon parpadeó con rapidez sintiendo como su mirada se aguaba; ella no sabía como debía reaccionar ante el grado de sinceridad que Minho había comenzado a desbordar abriendo su corazón de la manera más pura y única posible, entregando aquel órgano sin decir realmente que lo estaba dando, pero la chica lo notó; por la forma en que su ojos le veían, la suavidad con la que se expresaba, y las caricias que le brindaban sus pulgares sobre sus mejillas le indicaban que, realmente él estaba dando su corazón sin pedir realmente algo a cambio.

—Voy a cuidarte—susurró Minho sintiendo su pecho estrujarse ante las lágrimas que se deslizaban humedeciendo sus manos y las mejillas de Nayeon—oh no... por favor no llores, lo siento, lo siento mucho—habló con rapidez disculpándose por hacerla llorar, a la vez que la contraria tan solo sacudía su cabeza en negación alejando las manos del muchacho para ser ella, ahora quien estaba acariciando las mejillas del castaño.

—¿Cómo alguien puede pensar el siquiera en herirte?—cuestionó la coreana con un hilo de voz sintiéndose molesta por todo el daño que él había vivido a manos de personas que, realmente no deberían tener el derecho de llamarse humanos—eres tan bueno y puro que no comprendo la posibilidad de que merezcas tanto dolor—admitió inclinándose para presionar sus labios sobre los ajenos de la manera más cariñosa posible, queriendo transmitirle lo mucho que le quería. 

Fue un beso simple, ni siquiera tuvieron la necesidad de tener que profundizarlo para aclarar el hecho de que se querían, se mantuvieron quietos sintiendo cada parte del contrario como una necesidad básica para que estuviesen completos. Nayeon deslizó sus palmas por las mejillas del menor hasta llegar a su nuca, acarició con las yemas de sus dedos aquella zona sintiendo como el contrario simplemente apoyaba su palma contra el escalón superior teniendo mayor comodidad para poder inclinarse. 

Cuando se separaron simplemente se miraron, el castaño relamió sus enrojecidos labios queriendo hacer la bendita pregunta, pero le acobardaba; irónicamente le daba miedo, a pesar que estaba más que clara cual sería la respuesta de la contraria. Nayeon entrecerró sus párpados observando la incertidumbre en las facciones del japonés, la chica tardó un par de segundos el hacerse una idea de que estaba pensando en realidad el muchacho, y realmente no pudo evitar el sonreír como tonta enamorada al comprender que Minho verdaderamente quería hacer la pregunta.

El japonés tragó saliva nervioso, con torpeza intentó acomodarse sosteniendo entre sus manos las ajenas.

—Nayeon...—la llamó sintiendo como su voz salia temblorosa. La chica en cambio simplemente sonrió queriendo transmitirle calma—mmh bueno—intentaba prolongar lo más posible la pregunta causando que la chica simplemente mantuviera sus comisuras elevadas sintiendo ternura por aquellas mejillas enrojecidas—tu y yo nos besamos, y ya nos comentamos el hecho que nos amamos, así que... d~debo, ¿Yo debo deducir que somos pareja?

La coreana en otros instantes hubiese mandado a volar sin siquiera pensarlo a la persona que le hubiese pedido noviazgo de aquella manera, pero se trataba de Minho, y todo con él era completamente diferente, así que realmente no tuvo más opciones que derretirse de la ternura que le causaba el nerviosismo en el contrario. La chica se acercó al rostro del menor rozando sus labios con los ajenos mientras que sus bonitos ojos se hallaban fijos en la manera en que Minho se le había quedado viendo.

—Lo somos, bebé—susurró sintiéndose feliz de notar como el rostro del muchacho se iluminaba ante la emoción que le provocó su respuesta.

Minho besó su mejilla antes que la puerta principal hubiese sido abierta, el chico rapidamente giró su rostro observando como Kai ingresaba de manera animado junto con Jackson y el señor Im, los tres sostenían un par de bolsas a la vez que conversaban. Nayeon se levantó en el instante que su padre ingresó a la cocina, Minho no tardó realmente en seguirle el paso escuchando como la señora Im se unía a la conversación.

Cuando Somin se percató de la presencia de Minho no tardó en acercarse al muchacho colocándose justo a su lado. La mujer se cruzó de brazos observando como su esposo y los chicos comenzaban a ordenar la despensa dejando la fritura sobre la mesa de mármol.

—Cuídala bien, Minho—pidió la señora Im causando que el mencionado girara su rostro sorprendido. Con rapidez la mujer giró su perfil topándose con la mirada del muchacho—es frágil al igual que tu, así que no permitas que la lastimen.

—Jamás señora Im—respondió el chico con seguridad viendo como ella simplemente sonreía—nunca lo permitiré, lo prometo—susurró más para si mismo que para ella, a la vez que, agachaba su mirada para ver su teléfono. Nervioso y sin saber muy bien si era lo correcto desbloqueo la pantalla—debería leer esto—murmuró entregando su móvil a la madre de Nayeon con la conversación abierta de su ex novio.

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