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Primera parte del gran juicio.

(nunca he estado en un juicio, he visto programas Cofcof la ley y el orden cofcof así que se el mínimo, espero que les guste el capítulo porque para mí es uno de los mejores que he escrito)

Narrador omnisciente:

Lamentablemente para Minho su tiempo en Texas se agotó, el chico ingresó en silencio en su departamento observando con sorpresa como todo estaba en un completo orden, caminó dejando la maleta en la entrada, con curiosidad inspeccionó el lugar a la vez que mantenía el vivido recuerdo de aquel llanto silencioso con que su novia se despidió de él; aún era capaz de sentir su cálido cuerpo aferrándose a su torso mientras que sus saladas lágrimas cubrían su camiseta, y ese audible "no te vayas" quedaban impregnado en su mente como una caricia a su lastimado corazón. El japonés tragó saliva llevando sus dos manos hacía su rostro, era algo inevitable para él, el no llorar cada vez que el rostro de su novia circulaba en sus pensamiento, la vio romperse, fue testigo como ella trataba de sonreír a pesar que le dolía el dejarlo marcharse. Jihyo fue la segunda en estar aferrada a su cuerpo, ella lo intentó retener por un par de segundos más cuando su vuelo anunció su próxima salida, él personalmente quería quedarse, deseó tanto el decir que no se iría, que se quedaría con ellas, pero sabía que eso sería una gran mentira.

Minho dejó las llaves sobre el mármol de la cocina, mantuvo sus pensamientos ocupados siendo inconsciente de aquel chico que le veía desde el marco de la entrada. Su cuerpo reaccionó en el instante que escuchó el toque de la madera con sus nudillos, asustado por el repentino sonido se giró observando con sorpresa como Kai estaba de pie con sus brazos cruzados pareciendo nuevamente ese chico que alguna vez lo protegió, pero sus ojos seguían fríos y sin vida; como lo que estaba acostumbrado a ver desde su transición. El castaño tragó saliva mordiendo el interior de su mejilla sintiéndose nervioso por el repentino silencio del mayor. Kai sonrió dando un paso en el interior a la vez que el japonés retrocedía, el peligris alzó su ceja sorprendido mientras que estiraba su mano abriendo el refrigerador para dejar en exhibición el interior, demostrando como parecía una nevera un poco más normal; a simple viste no se apreciaba aquellas conocidas bebidas alcohólicas que su hermano solía consumir. Minho lo vio entre sorprendido y confundido, ¿Qué había pasado con su hermano mayor? se cuestionó en sus pensamientos por el repentino cambio de actitud de muchacho, ¿A qué se debía ese cambio?

—Me comporté como un idiota—y ahí estaba, el verdadero Kai saliendo a relucir. Avergonzado el peligris agachó su mirada posando sus ojos en sus pies siendo incapaz de ver los ojos incrédulos del menor—me refugié en el alcohol creyendo que las cosas mejorarían de esa forma—y hablaba con sinceridad soltando la puerta del refrigerador para que esta se cerrase—soy consciente que no merezco tu perdón, y entenderé perfectamente si decides marcharte luego del juicio, pero quiero que sepas que estoy tratando de cambiar.

Minho se cruzó de brazos; quizás el japonés era de un corazón muy noble, o Kai estaba demostrando un verdadero arrepentimiento, pero era visible como el menor estaba dejando en exhibición la forma en que su mirada se ablandaba dispuesto en escuchar sus palabras, y lo que tanto deseaba confesar. El castaño relamió sus labios.

—¿Qué sucedió?—cuestionó Minho referente a la forma en que su hermano cambio; tan agresivo, tan idiota, tan poco usual a su verdadera personalidad que, al castaño aun le dolía la forma en que él se comportó—¿Por qué mi hermano cambió para mal?

El peligris relamió sus labios haciendo una señal de que lo siguiera, el chico rápidamente giró sobre sus talones caminando en dirección de su habitación mientras que Minho en silencio le seguía el paso. Kai ingresó en su cuarto dejando la puerta abierta para que el menor también fuese capaz de entrar. Minho se quedó de pie en el umbral de la puerta viendo con una clara sorpresa la forma en que el lugar estaba impecable, y no pudo evitar el pensar que todo eso era producto de su imaginación. El mayor tomó asiento sobre su colchón, con calma se inclinó buscando a tientas algo debajo de su cama, cuando lo encontró no tardó en arrastrarla hacia el exterior dejándolo justo a su lado.

—Ven—le pidió abriendo el contenido mientras que escuchaba los pasos del menor—¿Quieres la verdad? Aquí está—susurró sintiendo el colchón hundirse por culpa del peso del castaño, nervioso giró su torso estirando la caja para que Minho fuese capaz de ver el interior—siempre quise la atención de nuestros padres, antes de que comenzaras con tu tratamiento ellos pensaban que yo era un idiota... y quizás sí, lo soy en ciertos aspectos, pero eso no significaba que no quisiera escuchar algo bueno brotando de sus labios—murmuró llevando su mano hacia su mejilla acariciando el vello en crecimiento de su quijada—cuando te marchaste intenté cuidarte desde acá, tuve diferentes juntas con Akira para ver la forma en que tu estuvieses a salvo—confesó estirando su mano libre para tomar un par de contratos que había manteniendo en su poder—hice diferentes contratos para que fueses capaz de seguir en Texas, me junte con gente de poder, y ellos me metieron en el mundo del alcohol mientras que papá por una vez en su vida me miraba con orgullo—agregó siendo incapaz de ver el rostro incrédulo del castaño—Los contratos que hice fueron en relación a tu anulación de matrimonio con Hyunjin... se qué debes estar confundido, pero Sachiko tenía muy buenos abogados así que era difícil el poder mantenerte lejos, cada cosa que hice con papá, ella lo anulaba dejándonos en la nada misma... y comenzaba a volverse frustrante.

—Eso no explica la forma en que trataste a mi novia... ella sufrió por tu culpa—aclaró Minho alzando su mentón para ver cómo el muchacho mordía su labio inferior—ni el por qué golpeaste a Sana... sinceramente nunca voy a poder perdonarte eso.

Kai asintió con su cabeza para luego simplemente llevar sus manos hacia sus muslos.

—Hyunjin y Sachiko iban a viajar a Texas antes de tu operación—confesó el peligris girando su rostro para verle a los ojos—ellos querían traerte de vuelta a corea, y por lo que supe iban a usar a Irene para manipularte—y él sabía que no era una razón suficiente para su comportamiento, pero deseaba que su hermano entendiera sus acciones—solo hice lo que consideré correcto... pensé que si hacía que ustedes terminaran y volvieras antes de que Sachiko llegara, ella no tendría tiempo de amenazarte—susurró—y respecto a Sana... no tengo excusa para mi comportamiento, jamás debí golpearla, me dejé llevar por las palabras de los demás.

—¿Cómo sé que dices la verdad?—cuestionó el castaño empuñando el borde de la caja de zapatos mientras que observaba como Kai suspiraba—que me afirma que no me estas mintiendo.

El pelinegro estiró su mano tomando las hojas que se encontraban dentro de la caja.

—Ahí está todo escrito, los movimiento financieros de Sachiko, los contratos que hice, las compras de Sachiko y Hyunjin... en realidad está todo lo que hice el tiempo en que estuviste fuera de corea—admitió levantándose del colchón abrumado por el hecho de saber que había dejado todo en exhibición—sé que es difícil de aceptar y asimilar... y el tema de mi alcoholismo busqué ayuda, voy a terapia todos los miércoles y viernes, aún es temprano para decir que he cambiado, pero me estoy esforzando.

Minho lo observó caminar hacia la salida, pero antes de abandonar la habitación él se detuvo; parecía estar indeciso, como si estuviese asustado de hablar otra vez, pero de todas formas lo hizo, se giró relamiendo sus labios a la vez que su mirada asustada se posaba en las facciones del menor.

—En dos días más es el juicio... no te dejaré solo, lo prometo—habló con suavidad para luego caminar hacía salida dejando al castaño solo en el interior de la habitación.

El japonés suspiró agachando su mirada para ver el papeleo que Kai dejó a su disposición, se mantuvo en silencio hojeando el material intentando comprender y aceptar el hecho de que su hermano en parte había cambiado por su culpa, no pudo evitar el sentirse mal, el pensar que el mayor solo trataba de cuidarlo, aunque sus actitudes no lo hubiesen demostrado en un principio, se avergonzó por completo al odiarlo en silencio, lo lastimó en sus arranques de ira, aunque claro, Kai también lo golpeó, así que de cierta forma estaban a mano. Su mente se deslizó hacía lo que pasaría en un poco más de 48 horas, ahora si que estaba asustado, aterrado por el tener que afrontar a Sachiko.

El tiempo pasó con tanta rapidez que Minho recién se había dado cuenta que estaba vestido con unos pantalones negros y una camiseta de botones color blanco. El castaño fue uno de los primeros en llegar junto con su padre y los abogados, Kai llegó un rato después junto con los padres de Jackson, su mejor amigo, Nayeon y la novia de la chica. El castaño se sintió agradecido de ver a su hermano mayor, incómodo en gran parte por sentir la mirada de Momo fija en su cuerpo, y como el odio que ella desprendía aumentaba cuando sus ojos se encontraron con los de Nayeon, él por costumbre y amabilidad la saludó viendo como esta simplemente le respondía con una suave sonrisa. Akira y el resto de la gente no tardaron en ingresaron en el salón dejando al castaño atrás-como era testigo no podía ingresar a la habitación hasta que lo llamaran-, el castaño pasó sus palmas por su muslos sintiendo su piel sudar, aun podía sentir la mirada de odio que Sachiko le regaló cuando pasó por su lado junto con un par de abogados; era evidente el hecho de que trataba intimidarlo, pero él se mantuvo fuerte.

Los minutos fueron una completa tortura para el japonés, esperó alrededor de una hora sentado cuando el abogado de su padre abrió la gran puerta de madera que dividía la habitación de la zona donde él estaba, el hombre le hizo una seña para que se acercara; ahora si que estaba aterrado. Minho tragó saliva levantándose de su sitio para comenzar a caminar sintiendo lo fuerte en que latía su corazón en el interior de su caja torácica, se mantuvo con su cabeza alta intentando no demostrar lo asustado que estaba por todas las miradas puestas en su cuerpo, pero el temblor de sus manos lo delataban. Kai enderezó su espalda preocupado por la forma en que Minho fuese a reaccionar por los ataques del abogado de su madre, mientras que Nayeon no podía evitar el mordisquear su labio inferior nerviosa por la cantidad de cosas que había escuchado a lo largo del juicio. El japonés mordió el interior de su mejilla tomando asiento al lado del juez. Rápidamente un hombre se acercó estirando la biblia mientras que el castaño nervioso estiraba su mano derecha.

—¿Jura decir la verdad a nombre de Dios?—preguntó el juez con una voz tan gruesa que logró erizar los vellos del menor.

—Lo juro—admitió el castaño observando cómo el hombre que anteriormente había estado sosteniendo la biblia se alejaba.

Minho tomó grandes bocanadas de aire observando como Sachiko le observaba. El japonés estaba completamente asustado sintiendo que en cualquier momento iba a vomitar producto de los nervios, intentó mantenerse relajado observando con sorpresa como la puerta nuevamente se abría dejando en exhibición a Jihyo sosteniendo a su bebé mientras que Daniel e Irene le seguían el paso. Minho intentó no saltar de su asiento y correr en dirección de su novia, se mantuvo quieto, fingiendo estar sereno.

—Diga usted su nombre, apellido y que relación tiene con la acusada—habló nuevamente el juez causando que el castaño asintió con su cabeza alejando su mirada del rostro de su pareja.

—Myoui Minho—respondió el japones observando la forma en que el anciano hombre lo había visto confundido inclinándose para ver su rostro—soy su hijo menor... transgénero—agregó siendo más que consciente que debía decir su "condición" para no tomarlo como mentiroso cuando continuará el juicio, rápidamente jugueteó con sus dedos por sobre sus muslos notando la manera en que el juez simplemente asentía con su cabeza anotando los datos en una hoja.

—Abogados pueden preguntar—dio la autorización causando que el primero en levantarse fuera el abogado de su padre, el hombre se acercó al castaño mostrándose confiable y amable dándole la oportunidad al menor para que se relajara.

—Minho... ¿Qué te llevó a declarar en contra de tu madre?—hizo la primera pregunta caminando por el espacio que tenía a completa libertad sosteniendo entre sus dedos un pequeño control.

El castaño relamió sus labios intentando pensar con claridad.

—...—entreabrió sus labios angustiado escuchando atentamente cómo el juez prácticamente lo obligaba a responder—yo no la llamaría madre, porque una madre debe cuidarte y protegerte... no debería ser la causante de tu sufrimiento—fue lo primero que soltó manteniendo sus ojos fijos en el rostro del abogado siendo consciente que si miraba a otra persona terminaría por romperse—¿Quiere saber el por qué declaró en su contra? no hay palabras suficiente para explicar y entender sus acciones, solo puedo decir que el daño que me hizo, tanto psicologico como fisico fueron el dotante para estar ahora sentado aquí—respondió con una valentía que dejó prácticamente toda la audiencia en silencio.

—¿Te refieres a los golpes que recibiste?—cuestionó el abogado girando su torso para mirar al gran jurado que escuchaba atentamente sus palabras—¿O las marcas que cubren tu piel?—agregó presionando el control remoto para encender la pantalla dejando en exhibición el torso desnudo del japonés. Minho se avergonzó girando su rostro para no ver lo que se estaba exponiendo—¿Cómo se creó la marca más visible que recorre desde un poco más arriba de su ombligo hasta tus pectorales?

Minho suspiró.

—Fue un fin de semana... Sachiko y yo estábamos solos, en ese tiempo aún no comenzaba mi transición y se molestó porque me negué a salir con Hyunjin—admitió cerrando sus párpados llevando su palma hacia su mentón intentando no llorar—ella me abofeteó, luego me empujó contra la mesa de madera... recuerdo que lo hizo con tanta agresividad que mi abdomen estuvo resentido por un par de semana—era difícil explicarlo, el hablarlo a viva voz porque todos te miraban; lo hacían sentirse pequeño—al final e terminó por romper su florero favorito contra mi piel...

El abogado al ver que Minho se había quedado en silencio no dudo en proseguir.

—¿Fue la última vez?—cuestionó metiendo sus dedos en una herida que aun no terminaba por curarse.

—No—respondió el castaño alzando su mentón para verlo a los ojos.

—¿Entonces te golpeó? ¿Te insultó? ¿Te humilló? ¿Te hizo ver que no valias nada?—cuestionó escuchando como el abogado de su madre no tardó en levantarse de su asiento dispuesto en proteger a su cliente por la cantidad de suposiciones que había hecho en su contrincante.

—¡Objeción Señoría, está especulando!—habló el hombre con rabia.

—Ha lugar—respondió el Juez posando sus ojos en el hombre que seguía estando de pie viendo al castaño—abogado limítese a hacer preguntas concretas.

—Sí, Señoría—respondió relamiendo sus labios para luego mover la fotografía que estaba en la pantalla para apagar el televisor—Minho... me podrías decir si estoy en lo correcto por favor—pidió girando sobre sus talones para caminar hacía su escritorio tomando un par de archivos que no tardó en entregar al juez, y al abogado de Sachiko—es el testimonio de Myoui Minho la tarde en que su madre permitió que Hyunjin lo violara—habló con fuerza mientras que el castaño tragaba nuevamente saliva—cito textual "Kai y mi padre no estaban, mi madre estaba en la cocina y yo encerrado en mi habitación... ella estaba enojada porque me había llevado el auto de papá la noche que estuvimos de fiesta, fue agresiva conmigo, me gritó detrás de la puerta y se lamentó el no haberme abortado cuando tuvo la oportunidad... —hizo una pausa, para luego tomar de su botella de agua bebiendo un poco de este observando como el japonés asentía con su cabeza en señal de que lo que llevaba comentando estaba en lo correcto. El abogado sonrió dejando la botella sobre la mesa retomando la lectura— ella me avisó que él vendría, me asusté tanto que solo atiné a correr y esconderme en mi baño. Hyunjin me gritó que le pertenecía mientras que golpeaba con fuerza mi puerta, en un principio pensé que se terminaría por aburrir y me dejaría en paz, pero de todas formas él se las arregló para entrar, le grité que me soltara, pero eso solo hizo enfurecer, me golpeó en el rostro y las costillas, me pateó con tantas fuerzas que me quedé sin aliento mientras que era capaz de sentir como rasgaba la poca ropa que llevaba encima... sollocé el nombre de mi madre cuando logró penetrarme, pero ella no me escuchó" ¿Qué te dijo tu madre cuando te vio?

El castaño respiraba de forma agitada mientras que sus puños estaban firmemente apretados.

—Cuando me vio... e~ella solo me dijo que sacaba de quicio a cualquiera—admitió posando sus palmas enrojecidas sobre la madera posando sus ojos esta vez en el rostro serio de su madre—mírame—le ordenó en el momento que ella trató de esquivar su mirada—dime mamá... al final ¿Él me arregló?—cuestionó referente a lo que había sucedido meses atrás, cuando perdió el control luego de la violación, la forma en que ella lo observó y como soltó ese tan claro "Si no puedo arreglarte, tu novio lo hará".

El abogado de su madre no pudo replicar nada referente a lo dicho por el abogado de Akira, el hombre se quedó quieto observando como el contrario arreglaba su traje y tragaba saliva intentando pensar en qué más preguntar; sus palabras lo habían conmocionado lo suficiente para quedarse mudo. La audiencia se quedó en un completo silencio, Jihyo, Irene y hasta Nayeon no habían podido retener las lágrimas, causando que el castaño esquivara esa imagen siendo más que consciente que también terminaría por romperse.

—Señoría, no hay más preguntas—admitió el abogado volviendo a su puesto observando como su contrincante se levantaba arreglando su traje.

—Se ve que estas molesto... y el enojo suele causar que uno cometa errores—habló caminando por la habitación mientras que el japonés lo veía sin ningún tipo de emoción—¿No haz pensado que tu odio por lo que Hyunjin te hizo lo estas cargando con tu madre?—cuestionó notando como el castaño apretaba sus dientes haciendo un gran esfuerzo por no gritarle—buscas un culpable, y que mejor que Sachiko—seguía hablando dejando a la mujer como víctima—pero no estás pensando que ella solo quería lo mejor para ti—comentó en dirección del jurado que no le quitaba los ojos de encima—tu mismo lo escribiste, Hyunjin lo hizo, no tu madre.

El castaño tomó grandes bocanadas de aire intentando realmente no abalanzarse contra su rostro y molerlo a golpes, intentando el pensar que era su trabajo el desequilibrar su salud mental para que, sin ningún tipo de remordimiento cometiese una estupidez lo suficientemente grande para ganar el juicio, pero no le daría esa oportunidad; Minho no dejaría que Sachiko ganara.

—Ella es tan culpable como él—replicó Minho intentando hablar con normalidad—fue su cómplice al callarse cuando le dije que él me había violado... no le importó, ni siquiera que hubiese tenido casi quince años, solo me dijo que lo aceptara, como si fuese lo más normal de mundo—escupió la información como si le quemara la garganta sintiendo el sudor deslizándose por su columna vertebral—ella lo llamaba, buscaba la forma de dejarme a solas con él...—aclaró echando su espalda contra el respaldo del asiento cruzándose de brazos para mirar de forma fija el rostro de la mujer que lo trajo al mundo—¿Qué clase de mujer eres qué dejas que un chico viole a tu hija solo para tener una vida mas comoda?—cuestionó con amargura notando como ella por una vez en su vida fingía el llorar. Minho suspiró posando sus ojos en el silencioso abogado—en vez de estar preguntando cosas tan innecesaria, ¿Por qué no le pregunta las razones que tuvo para tratarme así?.

El abogado apretó sus labios, el hombre quiso responder, pero el juez rápidamente silencio su posible respuesta golpeando con su martillo de madera la mesa.

—Tendremos un receso de media hora... al regreso vendrán los demás testigos y la respuesta del jurado—avisó causando que Minho fuese el primero en levantarse, el chico prácticamente corrió hacía la salida desabotonando los primeros botones de su camiseta ignorando por completo la forma en que lo llamaban.

El castaño jadeó entrando en el baño de varones, el pobre se había sofocado por completo llevando sus temblorosas manos hacía el lavamanos, intentó refrescar su rostro sintiendo como su corazón continuaba galopando con fuerza en el interior de su caja torácica. Por un par de segundos creyó que terminaría por vomitar su desayuno a causa de los nervios y el estrés que le había provocado el juicio, pero al final solo terminó por quebrarse sollozando por lo bajo mientras que sus hombros se encorvan. Lloró por unos minutos dejando que el miedo y la frustración se deslizara a través de sus lágrimas.

De repente, alguien lo abrazó por detrás, lo sostuvo con fuerza, como si fuese un cristal, demasiado frágil para dejarlo en cualquier sitio. Minho tragó saliva girando su torso permitiendo que ese cuerpo desconocido lo cuidara.

—Estoy orgulloso de ti, muchacho—y Daniel habló con suavidad causando que Minho soltara todo lo que no había sido capaz de soltar en su soledad, el chico se aferró a sus prendas sintiéndose seguro en su cuerpo, mientras que sus pensamientos seguían fijos en el hecho de que había sido él quien lo había ido a buscar y no su padre.

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