Familia
Estoy acostumbrada a leer lo que comentan en cada una de mis historias, y soy consciente que jamás en mi vida he pedido votos o que comenten, pero se siente bien saber que la gente le gusta lo que haces.
A mi en lo personal me gusta leerlos, me gusta responder, o reírme de las cosas que dicen, por fa, no pierdan la costumbre de dar su opinión, porque para mi, esa es la gracia de escribir en wattpad.
Pésimo servicio.
Narrador omnisciente:
Irene se las arregló para llevar al sollozante castaño hasta su habitación, la chica tragó saliva recostándose junto al japonés mientras que sentía como su piel se erizaba por la agradable sensación que causaba la respiración ajena acariciando su cuello desnudo. La pelimorada relamió sus labios para luego simplemente sacudir su cabeza en negación abrumada por los recuerdos que tenía de esa habitación y ese colchón en particular, se sintió pequeña en el instante que el castaño subió su pierna contra sus muslos manteniéndose como un gran koala aferrándose al último árbol en pie mientras que su suave palma se deslizaba por el interior de su camiseta haciendo el contacto directo, causando que los nervios la carcomieran por el contraste de aquella fría palma con el calor que emanaba su abdomen.
Minho se mantuvo en silencio observando la pared mientras que sentía la forma en que su ex novia se había quedado quieta, en un principio se sintió culpable, y avergonzado de estar incomodando a la muchacha, por inercia se intentó alejar, pero ella lo sostuvo con fuerza, aferrando su palma contra su muñeca para que no se fuese de su lado, mientras que el suave "No me dejes" inundaba los oídos del japonés provocando el rojo vivo en sus mejillas. El castaño tragó saliva, se sintió nervioso por la cercanía que estaban manteniendo, no pudo evitar el cuestionarse en sus pensamientos por cuanto tiempo se iban a mantener en esa posición, y no es que le molestase, para nada, le encantaba sentir a Irene, pero le daba miedo que no estuviesen así para toda la vida.
El japonés suspiró presionando su mejilla sobre el hombro de su ex pareja. El chico mordió el interior de su mejilla al percatarse que llevaba tiempo sin llorar,-cuando antes era casi día por medio en que las lágrimas lo atacaban-, se cuestionó si aquello tenía relación con la hormonización, su endocrinólogo se lo había comentado "cabía la posibilidad" pero no pensó que realmente sería así, de todas formas se sentía feliz de poder retener con mayor facilidad lo que sentía o pensaba sin que sus lágrimas lo delataran. Irene acarició el cabello de Minho mientras que sus labios se presionaban contra la coronilla del muchacho, el castaño sonrió cerrando sus párpados envolviéndose en la agradable sensación que ella le brindaba sin pedir nada a cambio.
—Esta bien sino quieres hablar sobre eso...—le aclaró la pelimorada con suavidad causando que el japonés apoyara su mentón sobre su hombro observando lo cerca que estaba de su perfil—s~solo, solo no permitas que te atormente—suplicó intentando con todas sus fuerzas no girar su rostro, porque era consciente que cometería una locura.
Minho mordió sus labios de forma ansiosa, se cuestionó si era una táctica de la muchacha para que él terminara por ceder, pero no parecía como si tuviese intenciones de querer saber lo que había desatado su llanto, solo estaba ahí, ofreciendo el calor de su cuerpo como una agradable compañía, sin cuestionar sus decisiones ni mucho menos su silencio. El japonés no quería hablar del tema, en realidad quería hablar de todo menos de eso, por muy estúpido que sonase se sentía culpable por lo que había sucedido con Solar, a pesar que era consciente que ellos habían terminando mucho antes de que ocurrieran esos acontecimientos.
—Conocí una chica—soltó el japonés, quizás demasiado tosco para la pelimorada quien guardo silencio intentando no quebrarse por lo que sus pensamientos estaban a punto de deducir, dándole la oportunidad de que continuase hablando, sin importar que, lo que sucediera en los siguientes minutos terminaran por romper su corazón—su nombre es Yongsun—susurró alejando su palma del abdomen de la chica para tocar su mano libre intentando entrelazar sus dedos—me acosté con ella.
—¿L~La amas?—susurró Irene sintiendo como la primera lágrima caía por su mejilla perdiéndose entre su cabello y la almohada. Ella intentó mantenerse fuerte porque lo amaba, y si él era feliz con aquella chica, entonces ella estaría bien—¿La amas Minho?—volvió a preguntar siendo valiente al girar su rostro observando como el muchacho simplemente sacudía su cabeza en negación—¿E~Entonces por qué me lo cuentas?—cuestionó afligida sintiéndose vulnerable al sentir las yemas de los dedos del menor deslizándose por debajo de sus ojos limpiando el rastro húmedo que los cubría.
—Porque eso me atormenta—confesó manteniendo su palma sobre su pómulo obligando a la mayor que lo viese a los ojos—porque me sentí culpable a pesar que tu y yo no estuviésemos juntos—estaba siendo valiente notando como ella se mantenía en silencio intentando asimilar lo que estaba sucediendo—...—relamió sus labios sintiendo como su corazón bombeaba con fuerza, y ella lo sorprendió al inclinarse, presionando de forma efímero sus labios—volveré a corea, Irene no quiero lastimarte.
Minho se sintió abrumado al sentir como la pelimorada se subía ahorcada sobre su abdomen tomando su nuca para tirar de él en otro de esos agradables y necesitados besos que ambos habían estado soñando por sentir durante mucho tiempo. El castaño por instinto presionó sus palmas sobre los muslos de la contraria entreabriendo sus labios para permitir que ella lo atacara de la manera más sexual y salvaje como nunca en su vida había sentido, mientras que, con fuerza atraía el cuerpo de su ex novia sintiendo como ella no tardaba en moverse creando una suave fricción que logró arrebatarles el aliento. El japonés gruñó al sentir como ella rompía el beso presionando su frente contra la de él a la vez que sus calientes respiraciones no tardaban en mezclarse.
—Te amo—admitió Irene siendo consciente que estaba siendo egoísta al querer retener de esa manera al bonito castaño. Rápidamente deslizó sus palmas por la quijada del menor besando nuevamente los labios del chico sin llegar a lo obsceno, sintiendo como el contrario alejaba sus palmas de sus muslos para deslizarla de su trasero hasta su espalda—no puedes marcharte sin saber eso.
—También te amo—confesó Minho presionando sus palmas a cada lado de las caderas de la contraria tirando de ella para mantenerla lo más unida a su anatomía—no quiero volver... no quiero estar ahí, no me siento cómodo—admitió permitiendo que Irene se acomodara sobre su abdomen dejando de lado la evidente tensión sexual que ambos estaban emanando. Ella lo observó en silencio queriendo escuchar como se sentía, y Minho lo notó, provocando que sus mejillas se pintaran de ese bonito rubor que ella tanto conocía—no se siente como mi hogar... no tengo esas ganas de conversar, de reír, o de siquiera salir—soltó su frustración mientras que la contraria acariciaba su cabello despejando por completo su atractivo rostro masculino—Kai pasa todo el maldito día borracho, y Akira no hace nada más que llevarme con sus estúpidos abogados...
Suspiró, Minho no estaba a costumbrado a hablar de lo que sentía, ni siquiera a Jihyo le contaba lo que sucedía constantemente en aquel departamento que solían compartir con su hermano mayor. Prefería callarlo y actuar como si su hermano no terminaba borracho sobre la alfombra o gritando a viva voz lo mucho que odiaba a su ex novia, no le gustaba confesar que él había enfermado; psicológicamente hablando, Kai estaba hecho mierda, pero le dolía el saber que era cierto.
—A veces converso con Jackson, pero son muy pocas veces porque termino creando conflictos entre Nayeon y su pareja... y no me gusta que ellas discutan, porque se nota que se quieren—murmuró manteniendo sus ojos fijos en la manera en que la pelimorada le estaba observando; tan atenta, tan linda como siempre—la mayoría del tiempo hablo con Yongsun... en realidad somos muy buenos amigos—aclaró al ver esa pequeña pizca de celos brillando en las orbes de su ex pareja—ella me comentó la idea de volver contigo.
—¿Y quieres volver conmigo?—cuestionó Irene abrumada por el repentino silencio del menor, observando como este simplemente se encogía de hombros—ah... ¿No quieres?—estaba jugando con él, tomando el borde de su camiseta para levantarla deslizando la yema de sus dedos por sus formados oblicuos, observando como los músculos del contrario se contraían bajo su tacto—deberías retenerme de alguna manera... digo, quizás llega alguien más y me conquista.
Minho frunció su ceño, rapidamente el chico giró sobre el colchón dejando a la pelimorada debajo de su cuerpo. El chico presionó sus palmas a cada lado de la cama observando la sonrisa juguetona de su ex novia.
—T~Tu—y estaba nervioso, cada vez que Irene le veía de esa forma la torpeza emanaba de él como si fuese algo característico de su personalidad. Se sintió avergonzado mordiendo su labio inferior, perdiendo toda valentía que en algún momento había aflorado ante la insinuación de la muchacha—no podría vivir sabiendo que estas con alguien más—admitió.
—Entonces utiliza las palabras mágicas... mi amor—canturreó la pelimorada estirando sus manos para tocar la barbilla del contrario observando con cariño como él entreabría sus labios y enrojecía siendo incapaz de hacer la bendita pregunta. Ella sonrió tirando del muchacho para juntar sus labios con los ajenos perdiéndose por un par de segundos en aquel agradable sabor a menta que emanaba la boca del muchacho—si quiero, nunca lo dudes, siempre querré ser todo de ti—le aclaró volviendo a presionar sus cerezos mordisqueando el labio inferior del japonés hasta arrancarle un suave jadeo—sabes...—susurró acariciando con la punta de su nariz la del contrario causando que Minho simplemente riera avergonzado—tu tío me comentó que necesitabas ayuda con una tarea... fue muy extraño, o sea, él estaba prácticamente desesperado para que te ayudara.
Minho se levantó del cuerpo de su novia sintiendo el vivo color de la sangre envolviendo hasta la punta de sus orejas; dejando en evidencia lo nervioso y avergonzado que estaba por sus palabras. El chico intentó huir colocando los pies sobre la madera mientras que observaba como Irene se sentaba sobre el colchón. Minho se perdió por un par de segundos en la imagen que la chica había dejado en exhibición; su cabello desordenado le daba una apariencia más sexy de lo habitual.
—Él no hablaba en serio—murmuró el muchacho dando otro paso hacía atrás, buscando con su mirada la bendita caja que su tío había dejado en el interior de su habitación.
Irene frunció el ceño para luego simplemente sonreír. El japonés debió tragar saliva y girar su rostro ante la forma en que se había perdido viendo a la muchacha, se sintió intimidado al percatarse como ella se había levantado del colchón acercándose peligrosamente hacía su dirección, provocando que tuviese que retroceder hasta sentir su espalda tocando la pared.
—Se veía muy serio—replicó la chica presionando sus dedos sobre el abdomen de su novio observando con diversión como este tragaba saliva y apegaba su cabeza contra el muro queriendo fundirse en el—¿Por qué tan nervioso?—cuestionó de repente, al notar como el chico posaba sus ojos por sobre su cabeza observando el paquete sobre su escritorio, por instinto le siguió la vista sintiendo como el castaño tomaba su cintura impidiendo que se acercara al escritorio—¿Qué estas escondiendo?
—N~Nada—murmuró el japonés envolviendo sus brazos por el torso de la pelimorada manteniendola apresada contra su cuerpo—¿Qué hiciste con la Irene de la que me enamoré?—cuestionó inclinándose para besar la mejilla de chica volviendo a su posición inicial para verle a los ojos— ¿Dónde quedó la chica tierna y avergonzada que no podía siquiera mirarme?—indagó alejando una de sus manos de su cintura para tomar aquel rebelde mechón de cabello dejándolo detrás de su oreja.
Irene sonrió estirando su mano para acariciar su mentón, observando como el muchacho simplemente le devolvía el gesto.
—Conoció el verdadero acto sexual, y luego la dejaron cruelmente en abstinencia por más de ocho meses—le aclaró escuchándolo reír de esa forma que lograba hacerla suspirar—solo te echo de menos—murmuró inclinándose lo suficiente para colgarse del cuello del contrario sintiendo sus dedos hundiéndose por debajo de sus senos.
Minho mordió su lengua al sentir su teléfono vibrar sobre su bolsillo delantero causando que el fuerte sonrojo se instalara en sus mejillas al ver como Irene abría sus párpados sorprendida por la vibración cerca de sus muslos. El chico di un pequeño salto agitado por los dedos de la pelimorada adentrándose en su bolsillo tocando más de la cuenta, logrando que el muchacho simplemente apretara sus párpados intentando no pensar en el calor que se había instalo en su pecho.
—Es Daniel—comentó la chica al ver la pantalla. Rápidamente se lo entregó observando como su novio respondía la llamada llevando el teléfono hacía su oreja.
—¿S~Sí?—preguntó el chico nervioso al sentir como la pelimorada se aprovechaba de su despiste al inclinarse entreabriendo sus labios para comenzar a lamer y mordisquear la piel expuesta de su cuello—¿Y~Yo?, no,no... estoy bien...—intentaba mantener la compostura, pero Irene estaba jugando sucio al levantar su camiseta arañando su abdomen—¿A~Agitado yo? ¡No! o sea, si... estaba haciendo ejercicio por eso—mintió escuchando a su novia reír por lo bajo succionando su piel con maldad, pero sin llegar a dejar una marca, mientras que su tío continuaba haciendo preguntas demasiado incomodas y comprometedoras como para responderlas en esos instantes—¿P~Para qué quiere que vaya?—preguntó confundido causando que sus palabras alejaran a la pelimorada liberándolo de esa exquisita tortura—oh... sí, claro, estaré ahí..., no, no llegaré tarde, adiós.
Minho suspiró observando de mala forma a su novia mientras que la chica simplemente mordía su labio inferior encogiéndose de hombros en señal de inocencia.
—¿Todo bien?—se burló la muchacha dando un paso hacía atrás al ver como el contrario reaccionaba dejando su teléfono sobre la mesita de noche. Con fuerza el japonés la asustó tomándola desde los muslos para alzarla obligandola a que tuviese que envolver sus piernas sobre sus caderas—¡Minho!—chilló sorprendía sintiendo como este la dejaba sobre el colchón posicionándose entre sus piernas—¿Q~Qué haces?—cuestionó confundida escuchándolo reír logrando avergonzarla.
—Pensé que querías terminar con tu abstinencia—comentó siendo él quien se burlaba de ella en esos momentos—aunque... lamentablemente nos tenemos que ir—aclaró apoyando sus palmas sobre el colchón a la vez que veía la forma en que ella hacía un adorable mohín—mi madre quiere que conozca a Chaeyoung—admitió ignorando por completo la forma en como se había expresado de Jihyo, centrándose plenamente en el hecho de que quería ir con la muchacha—¿Me acompañaras?
—Es un asunto familiar, no creo que sea lo correcto—admitió Irene mientras que observaba como el japonés se levantaba de su cama caminando hacía su pequeño closet abriendo las puertas de madera para buscar algo más cómodo para salir.
—Pero eres parte de mi familia, te corresponde—replicó el castaño quitándose su camiseta dejándola sobre la silla que mantenía en el interior de su habitación sintiendo la mirada de la pelimorada fija en su espalda—no quiero ir solo—agregó girando sobre sus talones para encontrarse con su mirada.
—Esta bien—respondió la muchacha sintiendo como su corazón galopaba con fuerza en el interior de su caja torácica al ver como, de forma imprevista un semidesnudo japonés estaba ya sobre su torso besando su rostro haciéndola reír—llegaremos tarde por tu culpa—se quejó intentando no pensar en lo agradable que era tener al muchacho de esa forma; tan despreocupado, tan feliz.
Luego de una hora y media después, Minho se encontraba caminando por el largo pasillo del hospital manteniendo su mano entrelazada con la de la pelimorada. El chico estaba ansioso; a cada pocos segundos llevaba su dedo índice hacía su labios mordisqueando el borde de este hasta que Irene se quejaba golpeando su antebrazo en forma de regaño. EL japonés tragó saliva deteniéndose frente a la puerta que lo separaba de su madre-se suponía que Jihyo podía tener visitas al día siguiente del parto, pero se las ingenió para traer al castaño-. Su novia acarició el dorso de su mano en señal de apoyo observando como el alto muchacho inflaba sus mejillas estirando su brazo libre para abrir la puerta sintiendo como las emociones golpeaban bruscamente su sistema dejándolo paralizado mientras que veía como Daniel mecía al nuevo integrante de la familia.
—¡Minho!—la pequeña Wonyoung saltó de las piernas de su abuela para correr donde el castaño siendo la única que se emocionaba de esa forma por su aparición. Rápidamente la pequeña se colgó del muslo del mencionado escuchando la forma en que reía avergonzado por las miradas puestas en él y en la mano que tenía entrelazada con la pelimorada—Oh—exclamó al notar la unión entre ambos jóvenes—¿Volvieron a ser esos novios que se besan en la boca?—cuestionó sorprendida a la vez que Minho entre avergonzado y confundido posaba su mirada en su pareja.
—Sí—respondió Irene por él, adentrándose en la habitación mientras que saludaba a todos los presentes dejando aun atontado japonés en el marco de la puerta—es preciosa—murmuró al estar al lado de Daniel observando a la pequeña criatura descansando sobre los brazos de su progenitor.
Los señores Myoui observaron con recelo al japones al notar como cargaba a Wonyoung; ninguno de los dos tuvo la decencia de saludar al muchacho a pesar que este se les acercó haciendo una reverencia, demostrando su falta de educación. Jihyo obviamente se percató de la manera tosca en que sus padres estaban actuando, así que rapidamente interfirió llamando al japonés.
—Minho, cariño, ven—lo llamó golpeando la parte libre de su colchón observando la manera insegura en que el castaño se había quedado de pie—¿Qué sucede? no me harás daño, quiero abrazarte —le aclaró notando como él, a pesar de no estar muy seguro terminaba por ceder sentándose justo a su lado sintiendo rápidamente como ella apoyaba su mejilla sobre su hombro y estiraba su mano para tocar el cabello de su hija que seguía estando en los brazos del muchacho—¿Haz visto a tu hermana?
—Ella no es tu hija—habló su padre causando que Minho se removiera incomodo mientras que Irene apretaba sus labios intentando no perder el control—y los niños no deberían relacionarse con nada que tenga que ver con Akira.
Se había vuelto un tenso momento en aquella sofocante habitación, el japonés permitió que Wonyoung se bajara de su muslo observando como la pequeña caminaba donde su abuelo sorprendiendo a todos los presentes al golpear con su puño el brazo del mayor.
—No le hables así—ordenó la castaña cruzándose de brazos tomando una actitud madura a pesar que, para todos los presentes les llenara de ternura su reacción—mamá dice que es un niño, y ella no miente, ¿Verdad mami?—afirmó alzando su mentón para mostrar lo diva que era provocando que Minho mordiera el interior de su mejilla avergonzado mientras que Jihyo sonreía orgullosa.
—Verdad, cariño—respondió Jihyo posando sus ojos en su padre notando la vergüenza que envolvía su mirada—su nombre es Minho, y si no eres capaz de respetarlo entonces no deberías tener contacto con mis demás hijos—lo amenazó de forma sutil logrando desequilibrarlo por completo.
Como era de esperarse el hombre enrojeció completamente molesto, rapidamente se puso de pie mientras que tomaba con fuerza el brazo de su esposa sin importarle si ella quería o no irse con él. Le dio una mirada de muerte a cada uno de los presentes para luego salir de la habitación sin siquiera despedirse.
—No era necesario—murmuró Minho incómodo por el conflicto familiar que había creado su mera presencia sintiendo como su madre acariciaba su cabello.
—Si lo era, son tu familia, tienen que defenderte como tu los defiendes—aclaró Irene encogiéndose de hombros estirando sus brazos para tomar en estos el pequeño cuerpo robusto del nuevo hijo de los Kang—ven, cariño, mira lo bonita que es—lo alentó causando que el muchacho se levantase permitiendo que Daniel ocupase su puesto—mira como arruga sus labios—ella estaba fascinada con el bebé a pesar de que no tuviesen relación.
Minho rodeó el asiento donde ella estaba colocándose detrás, con cuidado se recargó apoyando su mentón sobre el hombro de la pelimorada a la vez que sus manos rodeaban su pequeña cintura logrando que uno de sus dedos fuera atrapado por la mano de Chaeyoung. Jihyo quien veía la interacción entre el "Minhrene" golpeó el pecho de su esposo provocando que este entre adolorido y confundido girara su rostro para ver como ella hacía un extraños gestos con sus manos, terminando por palpar todo su cuerpo hasta tomar el teléfono entre sus manos. Daniel enrojeció avergonzado mordisqueando su labio inferior a la vez que posaba sus ojos en la forma en que Wonyoung se había recargado sobre el hombro de Sehun observando con determinación como este jugaba en su teléfono completamente ajeno a lo que sucedía a su alrededor.
Les he dejado un momento soft, así que haré spam skldjslk vayan, comenten y denle amor a Cry For Me, sé que les va encantar.
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