¿Estás feliz?
Narrador omnisciente:
A pesar de que Kai se había mostrado verdaderamente preocupado por las acciones del castaño, Minho de todas formas se quedó en la misma posición manteniendo sus labios sellados y la mirada completamente pegada contra las baldosas del suelo, el muchacho estaba más que aterrado, aquel sentimiento de agonía por el simple pensamiento del rechazo por parte del mayor le había provocado la inminente sudoración recorriendo por su blanquecina piel. El menor tragó saliva apretando con fuerzas sus párpados rehusándose completamente a la idea de que las lágrimas se deslizara por sus pómulos, sus hombros rápidamente se encogieron del puro terror al sentir la cálida palma del pelinegro presionando con cariño aquella zona intentando llamar su atención. Minho intentó no temblar ante aquella acción por parte del contrario, realmente estaba colocando todo de él para alzar su mentón deseando toparse con aquel par castaño que Kai poseía. Le tomó un par de segundos el conseguirlo, pero cuando lo logró realmente no pudo evitar tener aquella conocida sensación de ardor que se propagaba por sus ojos indicándole que en cualquier instante las lágrimas terminaran por hacer acto de aparición.
Kai elevó sus comisuras permitiendo que su brillante sonrisa se hiciese de notar, el muchacho velozmente elevó su mano libre presionando su cálida palma sobre el pómulo ajeno deslizando su dedo pulgar por aquel evidente rastro de lágrimas que cubría el rostro de su "hermana". Los pensamientos del pelinegro se reducían en un evidente cuestionamiento de la tristeza en el menor, y realmente no pudo evitar el desear que él fuese el que estuviese pasando por aquel problema y no el castañito lastimado. El muchacho se quedó en un completo silencio manteniendo a un su palma presionando contra la piel ajena, con su castaña mirada observó aquellos ojos tristes suplicando con un evidente brillo de tristeza que alguien detuviera su agonía interna causando que un extraño peso se mantuviese en su pecho. Kai tragó saliva alejando su tacto de la piel ajena, rapidamente el joven inclinó su torso en dirección de Minho presionando esta vez su anatomía contra el torso del menor envolviendo sus brazos sobre la fragilidad del muchacho intentando que el castaño fuese consciente que él lo protegería de todo mal. Minho perdió el aliento ante aquella dulce acción, con sus párpados ampliados y su corazón apunto de abandonar su caja torácica, el joven estiró sus manos temblorosas sobre la espalda del mayor empuñando la camiseta ajena en una búsqueda desesperada por encontrar estabilidad.
Kai apretó sus labios siendo más que consciente de la manera en que el menor apoyaba su frente contra su hombro intentando resguardarse de algo en específico que lo mantenía asustado, el joven rapidamente deslizó su palma por la espalda ajena intentando reconfortar "a la chica" pero aquello simplemente provocó que el llanto que, anteriormente se había mantenido silencioso, rapidamente brotara con todas sus fuerzas por la garganta del castaño. El pelinegro se intentó acomodar en el minúsculo espacio de aquella habitación sintiendo como el contrario anclaba todas sus extremidades sobre su torso intentando aferrarse a la seguridad que él en si, le estaba brindando con tanta amabilidad.
—¿Qué sucede?—cuestionó el pelinegro sonando hasta casi desesperado por comprender la actitud del menor. El joven apretó sus labios hundiendo sus dedos sobre el cuero cabelludo del castaño intentando brindarle una agradable sensación de protección—soy tu hermano, merezco saber que esta sucediendo contigo.
Minho entreabrió sus labios tomando grandes bocanadas de aire para responder de una vez por todas aquella duda que el mayor había estado manteniendo desde que él comenzó a perder el control. El castaño alejó su frente del hombro contrario armándose de valor para alzar su mentón topándose con aquella bonita mirada castaña observándolo con tanto cariño y preocupación. El mayor mantuvo su sonrisa en todo momento deslizando su dedos por el corto cabello ajeno intentando de alguna manera arreglar el desastre que el menor se había causado ante su momento de desesperación. Kai lo sabía, una parte de él siempre lo supo, pero a pesar de todo, ver aquel arrebato que "Mina" ejerció contra su propia persona, le hicieron tener todas las respuestas que había formulado ante el transcurso de la vida. El pelinegro estaba apunto de comentar que lo sabía, y que a él, personalmente le daba igual con tal de que fuese feliz, pero para su mala suerte sus padres hicieron acto de aparición siendo el grito de su madre el que alertó por completo sus sentidos.
—¡P~Pero... ¿Q~Qué te has hecho?!—la mujer sonaba conmocionada siendo camuflado por completo ante la furia que le causó el ver los mechones de cabello esparcidos por el suelo de la habitación—¡Mina! Te he hecho una jodida pregunta—y ahí estaba el verdadero terror del joven, bruscamente el castaño se encogió en su sitio mientras que Kai soltaba su cuerpo para levantarse del suelo intentando cuidar al desprotegido muchacho con su anatomía.
—Basta—Kai sonaba calmado, pero Minho era completamente consciente que, si su madre intentaba tocarle él perdería por completo el control con tal de protegerlo—no es un buen momento—comentó causando que la mujer comenzara a reír mientras que su padre osaba en dar un paso en el interior del minúsculo lugar estirando su mano para atrapar con sus dedos el antebrazo de su esposa teniendo para la sorpresa del mayor, la intención de querer sacar a su mujer de la habitación.
De un solo movimiento la mujer se logró zafar del tacto ajeno elevando su dedo índice para apuntar con una clara mala educación el rostro de Minho, intentando demostrarle con aquella simple acción lo decepcionada que estaba de su persona.
—Pareces un maldito chico, ¿Lo sabes, verdad?—indagó la mayor observando como Kai daba un paso hacia su dirección a la vez que su esposo nuevamente intentaba tomarla del brazo. Dos de los presentes estaban dando todo de si, para impedir una posible catástrofe, pero ella realmente estaba decidida en lastimar a su propio hijo—no se que mierda pasa por tu cabeza, pero eres una chica, ¿Me has entendido?
—¡Qué más da!—Kai explotó elevando sus brazos de una manera alborotada exhibiendo la clara irritación que le causó las palabras de su progenitora—si quiere ser un chico, una chica o un maldito perro, ¡Pues es su problema! eres su madre, ¡Deberías entender y no actuar como una desquiciada paranoica de la edad media!
La mujer de un solo movimiento volteó el rostro del pelinegro causando que la habitación se sumergiera de un incómodo silencio, Minho completamente horrorizado se acercó al mayor sintiendo como sus piernas temblaban del puro terror ante la fría mirada que su progenitora le brindó. El castaño tragó saliva estirando sus manos temblorosas para empuñar la camiseta del pelinegro, pero la fuerte negación que su madre brotó de sus labios le causaron paralizarse por completo impidiendo que tuviese siquiera la oportunidad de poder tocar la tela ajena.
—¡¿Estás feliz?!—cuestionó su progenitora dejando a exhibición su palma enrojecida y sus venas resaltando de su cuello. La ira era evidente en ella, y la frustración por saber que había lastimado al mayor de sus hijos le provocó sentir una furia incontrolable por el menor de la familia—tus acciones lastimaron a Kai, ¿Esa mierda querías Mina? ¿Ahora estas contenta?
Minho cerró sus párpados intentando no llorar, pero el dolor emocional era evidente hasta para los ojos fríos de su padre-quién se había visto completamente incapaz de comentar ante lo que había observado-. El castaño apretó sus labios armándose de valor para observar el rostro colérico de su madre; aquella inexpresable mirada cargada con una maldad inexplicable le veía siendo el cuerpo de Kai lo único que le separaba de las garras de aquella mujer. Kai relamió sus labios sintiendo su mejilla palpitar ante el golpe que recibió, el chico no negaría que estaba asustado, por primera vez su madre osaba en herirlo físicamente, y realmente, ahora no tenía ni la menor idea de que tenía que hacer para cuidar de su "Hermana".
—...—la mujer suspiró sintiendo su pecho estrujarse ante la evidente escasez de cariño que el mayor solía demostrar cuando le veía, y verdaderamente, no fue difícil para ella el tener un culpable de esa falta de calidez por parte del pelinegro—iré donde tu abuela, cuando regrese espero que hubieses arreglado el desastre que causaste.
Y sin agregar mayores palabras su madre se giró pasando por el lado del cuerpo corpulento de su progenitor. Minho, mientras tanto, continuó completamente paralizado observando con temor aquella mirada fría que el adulto le estaba brindando con tanta gratuidad, para luego, como era de esperarse, seguir los pasos de su esposa permitiendo que, nuevamente Kai y él estuviesen a solas, pero tristemente el dolor no había acabado ahí, detrás de su padre se encontraba Hyunjin observando con sus labios entreabiertos y una evidente perplejidad rebosando de su mirada indicando con aquel simple brillo la poca felicidad que recorría su anatomía.
—¿Por qué?—cuestionó Hyunjin manteniendo sus puños completamente apretados ante el malestar que le estaba causando el ver a su "novia" con un aspecto verdaderamente diferente y poco favorable para su feminidad—no te queda—admitió sin importarle si eso llegaba "afectar a la castaña".
Kai gruñó ante las toscas palabras del mas alto y del evidente daño emocional que estaba causando en Minho. Rápidamente el pelinegro apretó su mandíbula dando un paso hacia su dirección estando más que dispuesto en callar cada una de sus venenosas palabras, aun, cuando era consciente que el daño físico no podría solucionar con eficacia el dolor que su "Hermana" estaba viviendo día tras día. Velozmente Hyunjin al percatarse de las intenciones de Kai, no dudo en alzar sus palmas a la vez que sonreía, indicándole con aquella simple acción que se había rendido de lo que sea que tuviese en mente por realizar.
—Me voy—avisó Hyunjin observando con recelo al mas bajo para luego simplemente centrarse en el rostro asustadizo de su pareja—espero que compres extensiones, o la mierda que se pongan la chica para que se les vea el cabello largo, pero no te quiero así.
Aquella manera agresiva en que el más alto se había dirigido al pobre castaño logró que Kai perdiera por completo el control dando un par de pasos hacia su dirección para plantar firmemente sus palmas sobre los pectorales ajenos, amenazando con aquel simple movimiento que, si volvía a hablar de aquella forma él realmente no dudaría en golpearlo. Hyunjin sonrió al ver como "Mina" envolvía sus brazos sobre el torso del mayor impidiendo que este fuese capaz de lastimarlo.
—Por favor, no—Minho habló bajo el dolor cerrando sus párpados a la vez que presionaba su mejilla contra los omóplatos del pelinegro, el chico estaba agotado, cansado de todo los acontecimientos que había vivido tan bruscamente,y si era sincero, no estaba realmente dispuesto en ver como alguien más salía lastimado por sus decisiones—déjalo, te lo pido.
Kai suspiró sintiendo su sangre hervir de la ira ante la brillante sonrisa burlona que el más alto había mantenido al oír como su pareja le defendía. Rápidamente el mayor de los Myoui decidió dar un paso hacía atrás mientras que las manos del castaño aun seguía aferrados a su torso. Hyunjin no tardó el abandonar aquel pequeño cubículo permitiendo que, esta vez los hermanos tuviesen su momento a solas.
Era completamente evidente lo aterrado que estaba Minho, y es que toda la valentía que había mantenido minutos atrás rapidamente se había deslizado de su sistema permitiendo que sus inseguridades y el miedo por perder a Kai lo consumieran con totalidad. El castaño se mantuvo en silencio adhiriendo sus palmas sobre la tela de la camiseta ajena, intentando con todas sus fuerzas que su hermano no lo alejara, porque realmente no era capaz de ver el asco en la mirada del pelinegro; no de él.
—¿Cómo debo llamarte?—cuestionó Kai con suavidad presionando sus manos sobre el dorso ajeno, deslizando las suaves yemas de sus pulgares sobre la piel congelada de las extremidades del menor.
Minho tragó saliva sin poder creer que realmente el muchacho estuviese cuestionando su verdadero nombre. Sorprendido el castaño entreabrió sus cerezos sintiéndose completamente abrumado de entender que Kai ya había comprendido cada una de sus desesperadas acciones por demostrar libertad.
—M~Minho—susurró sin siquiera estar completamente seguro si confesarlo era lo correcto, pero Kai no demostró disgusto, ni mucho menos odio hacía su persona, así que aquello verdaderamente lo alivió.
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