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Daño y poder

Narrador omnisciente:

Minho esperó con una completa calma y paciencia a que su novia llegase, el muchacho mantuvo sus manos en el interior de sus muslos observando cómo la pequeña Wonyoung saltaba sobre los sofás con un exceso de energía que lograba colocarlo de los nervios. Jihyo en un principio le comentó que no era necesario el que tuviese que salir con la pequeña, pero él había aceptado con anterioridad, y ahora simplemente no era capaz de rechazarla; era demasiado bueno para ver esos ojitos tristes por su culpa. El japonés alzó su mentón al escuchar el timbre sonar, con tranquilidad se puso de pie observando como una pequeña castaña resbalaba del sofá tocando con fuerza su trasero sobre el suelo, Minho se asustó, así que rápidamente se acercó donde Wonyoung dispuesto en ayudarle, pero el pequeño demonio ya se había puesto de pie como si nada corriendo en dirección de la puerta principal. 

Esto va hacer difícil, pensó el japonés siguiéndole el paso a su prima observando con una sonrisa plasmada en su rostro como la castaña se había aferrado al muslo de su novia. En un principio Minho le aterraba que Irene pudiese estar incómoda con la presencia de Wonyoung, pero al ver como la chica la tomaba en brazos e ignoraba por completo su presencia supo que todo iba a estar bien. 

—Minho—saludó Joy causando que un coreano asomara su cabeza desde el umbral de la cocina.

Jackson se acercó rápidamente arreglando su camiseta dejando a un peligris con sus dos manos estiradas; Kai estaba celoso de la atención que su mejor amigo le estaba brindando a la pelirroja. Minho giró su rostro al escuchar la voz del hermano de Nayeon, el chico frunció su ceño siendo consciente del interés que este le tenía a Joy, así que realmente no dijo nada al respecto por su repentina aparición. El japonés sintió el brazo del mas alto envolviendo su hombro mientras que este mantenía sus ojos fijos en la pelirroja.

—¿También irás al parque?—cuestionó Jackson en dirección de Joy observando como la chica asentía con su cabeza sin tener mucho interés por su presencia—¡Que coincidencia, Kai y yo también iremos!—comentó entusiasmado siendo consciente que, lo más seguro es que su amigo no estuviese para nada contento con aquella inesperada salida.

Joy posó sus ojos en Minho observando como el chico se encogía de hombros sin saber que debía hacer. Irene rápidamente volvió a prestar atención a lo que estaba sucediendo acercándose de manera instintiva donde su novio plantando con suavidad sus labios sobre los ajenos escuchando como la pequeña que tenía entre sus brazos no tardaba en hacer un sonido de repulsión por ver las interacciones entre ellos dos. Minho rió apretando la mejilla de Wonyoung ganándose un golpe de su parte.

Fue realmente incómodo para Joy el estar conviviendo con un intenso pelinegro y la mirada que el peligris le brindaba cada vez que sus ojos se encontraban. La pelirroja suspiró girando su rostro para observar como su hermana estaba sentada sobre los muslos de su novio quien simplemente le prestaba solo a ella atención como si nada más a su alrededor fuese lo suficientemente importante par darle un poco de su tiempo. Joy encorvó sus hombros volviendo a colocar toda su atención en Wonyoung quien jugueteaba de un lugar a otro con un niño de cabello rubio y otro de un bonito tono anaranjado. Jackson se le acercó causando que su cuerpo se tensara por completo; a ella no le gustaba los chicos como Jackson, en realidad, no le gustaban los chicos en general. La pequeña Wonyoung se acercó al castaño causando que este tuviese que agachar su rostro para ver aquellas bonitas mejillas envueltas en tierra y sudor.

—¿Me ayudas a pasar?—preguntó empuñando con sus pequeñas manitas el pantalón del contrario.

Minho asintió con su cabeza sintiendo como su novia se levantaba de su regazo, el chico rapidamente se puse de pie tomando la mano de de la pequeña para dejarse guiar. Joy también se puse de pie con la excusa de que compraría algo para beber deseando poder estar lejos de ambos muchacho, pero Jackson le siguió el paso ofreciéndose de manera "Caballerosa" causando que Irene y Kai que se quedaran a solas observando como su hermano y su novio estaba entretenido en ayudar a Wonyoung. 

Con facilidad el coreano tomó de la cintura de su prima alzando su delgado cuerpo para que esta lograra tocar las barras de metal y así poder cruzar hacía el otro juego, el castaño rió entre dientes observando como la pequeña pataleaba intentando mantener un equilibrio sintiéndose eufórica por lograr llegar al otro lado. Los niños que estaban con Wonyoung no tardaron en pedir el mismo favor al notar que la pequeña había cruzado, Minho era un buen chico, y quizás su blando corazón era incapaz de poder negarse a cualquier pedido hecho por un niño, así que ahí estaba, ayudando a los tres pequeños a cruzar hacía el siguiente juego mientras que dos chicas familiares del rubio y pelirrojo observaban al atractivo castaño. 

Por alguna extraña razón a Kai no le agradaba ni un poco Irene, por egoísta que sonara sentía que ella era la razón del por qué su hermano no podía estar a salvo a su lado, así que simplemente se acercó un poco más a la pelinegra causando que esta diese un brinco del susto por su repentino contacto.

—¿Eres consciente de lo mucho que lastimarás a Minho cuando termines con él?—cuestionó siendo lo suficientemente directo como para causar una confusión en su cuñada.

—¿Por qué terminaría con él?—preguntó confundida observando como Kai apoyaba su espalda en el respaldo del asiento manteniendo sus ojos fijos en la manera en que su hermano se había puesto nervioso pro el acercamiento de aquellas dos desconocidas—amo a tu hermano—admitió notando como el peligris simplemente asentía con su cabeza, como si le diese igual sus sentimientos por el japonés.

—Pero tienes un pasado de la mierda—aclaró hiriendo por completo a la muchacha—tienes un ex novio abusivo, ¿Qué te hace pensar que ese imbécil no volverá a lastimar a mi hermano por tu culpa?—cuestionó girando su rostro para ver como ella agachaba su mirada sintiendo como sus ojos se aguaban de la angustia—lo ayudé a salir de su relación destructiva con Hyunjin, ¿Y ahora tu lo metes en otra peor? eso es ser egoísta Bae—utilizó su apellido logrando escuchar un pequeño sollozo desprendiendo de la chica—Minho esta destruido, con suerte puede cuidarse por si mismo, ¿Por qué lo obligas a que tenga que cuidar de ti?—atacó donde era consciente que ella terminaría por romperse—si tanto lo quieres, dejarás que él sea feliz lejos de tu horrible vida.

—Lo protegeré—aclaró segura de sí misma observando Kai simplemente sonreía sacudiendo su cabeza en negación—Suho tiene una orden de restricción, no puede acercarse a mi.

—Pero si puede acercarse a Minho—golpeó uno de los puntos más fuertes de la pelinegra causando que esta guardase silencio—¿Qué harás cuando te llamen y te digan que lo golpearon? O peor aun, ¿Qué harás cuando te digan que lo violaron? no harás nada Irene, y nadie más que tu tendrás la culpa de que él vuelva a pasar por una mierda como esa.

—L~Lo siento—susurró la muchacha pasando sus palmas por sus mejillas intentando no llorar con la suficiente fuerza para llamar la atención de su novio. Rápidamente la chica se puso de pie logrando llamar la atención de Minho que intentaba alejarse de las dos desconocidas que le cuestionaban que edad tenía—si Minho pregunta, tuve una emergencia—pidió alejándose rápidamente de aquella angustiante situación huyendo de forma cobarde en dirección contraria a donde estaba su novio.

Minho dejó que Wonyoung siguiese jugando con los dos pequeños mientras que él se acercaba donde su hermano mayor, el chico tomó asiento al lado de Kai manteniendo sus ojos fijos en la forma en que este estaba sonriendo.

—¿Dónde esta Irene?—cuestionó sacando su teléfono con intenciones de llamar a su novia, pero el peligris simplemente se inclinó presionando su palma alrededor de la pantalla táctil.

—Emergencia femenina, no te alarmes—mintió rápidamente el muchacho notando como el menor mantenía aun su ceño fruncido sin entender muy bien que había sucedido—...—por unos segundos guardó silencio observando como el castaño guardaba su teléfono a la vez que sus ojos se hallaban fijos en la pequeña castaña—nuestro padre compró un departamento en corea por si en algún momento decides volver—lanzó la indirecta intentando ver algún tipo de reacción en el contrario.

—A mi me dio una tarjeta de crédito—comentó Minho posando sus ojos en un par de segundos en las facciones del mayor—¿Por qué esta siendo tan bueno?—cuestionó—no es propio de él.

—Supongo que la demanda que le ha puesto a Sachiko ha sacado su mejor cara—aclaró encogiéndose de hombros intentando no demostrar que su padre tan solo intentaba hacer que Minho volviese a quererle para testificar a su favor—en fin—comentó soltando un suave suspiró—¿Qué le viste a Irene para estar con ella?—preguntó con interés observando como el muchacho sonreía por instinto al nombre que había brotado de sus labios.

—¿A Joohyun? pues no hay algo en específico—admitió recostando su espalda contra el respaldo de su asiento—pero en sí, me gusta todo... o sea es bonita, no lo voy a negar, pero dejando de lado su apariencia, es tan malditamente fuerte que me sorprende que me quiera tal cual como soy—confesó jugando con sus palmas sintiendo el sudor envolviendo sus pieles—la amo mucho Kai.

El mencionado apretó sus labios incómodo por su confesión, ahora se sentía culpable, pero no podía dejar que el castaño estuviese en Texas; no podía aceptar una posibilidad de que Hyunjin llegara a destruir todo lo que el chico intentó construir en ese lugar. Kai mordió el interior de su mejilla observando como su hermano menor se inclinaba tomando entre sus brazos el cuerpo de Wonyoung quien, agitada y con más sueño que hambre no dudó en recargar su mejilla sobre el hombro ajeno empuñando su ensuciada palma sobre la camiseta oscura del japonés. Joy y Jackson llegaron unos minutos después, la pelirroja fue la primera en preguntar por su hermana obteniendo la misma respuesta que Minho había escuchado por parte de su hermano mayor, Jackson mientras tanto frunció el ceño manteniendo sus ojos fijos en el peligris; en ese último tiempo fue capaz de observar la forma en que se comportaba cuando estaba mintiendo, y ahí, claramente lo estaba viendo mentir.

Minho lo primero que hizo al llegar a su hogar fue llevar a la pequeña castaña donde su madre quien, sorprendida y agradecida tomó entre sus brazos el cuerpo somnoliento de Wonyoung, dándole la posibilitad de que él fuese capaz de ir donde su novia. El chico no tardó realmente en cruzar la calle manteniendo sus puños en el interior de sus bolsillo observando la madera de la puerta principal; Estaba confundido, usualmente Irene le solía escribir cuando tenía un problema, o cuando se iba sin previo aviso, pero ahora no había nada, ni un mensaje, ni una llamada, ni siquiera el visto le había dejado. El castaño alzó su mentón observar como Joy había abierto la puerta observando con preocupación al japonés.

—No es un buen momento, Minho—admitió la pelirroja viendo la forma en que él la ignoraba adentrándose en el hogar de su novia—Irene tiene una crisis, hace tiempo que no le daba... pero Seulgi la esta cuidando—aclaró observando como el castaño se dirigía hacía las escaleras. Con rapidez ella tomó el brazo del muchacho intentando detenerlo—lo empeorarás.

—¿Por qué?—cuestionó el japonés confundido manteniendo sus ojos fijos en aquellas orbes envueltas en desesperación.

—Porque tu eres el causante—admitió al recordar la forma en que su hermana lloraba alzando la voz en el nombre del japonés una y otra vez—no lo empeores por favor—suplicó causando que el muchacho se  quedara quieto sintiéndose confundido por lo que estaba sucediendo.

—No he hecho nada malo—confesó intentando recordar algo que hubiese hecho mal, pero nada, que él recordara no había dado motivos para hacer entrar en crisis a su pareja—Joy, te juro que no he hecho nada para herirla.

La chica suspiró llevando una de sus manos hacía el hombro contrario observando con lastima la manera en que Minho había llevado sus dos palmas hacía su corto cabello.

—Es parte de ella, aunque haya mejorado estos momento jamás se irán—habló con suavidad observando como el muchacho tomaba asiento sobre uno de los peldaños de la escalera—es difícil poder convivir con Irene cuando tiene esos momentos, ni siquiera yo soy capaz de calmarla, pero Seulgi ha hecho un buen trabajo—no podía negar el hecho de que su amiga había logrado innumerable veces el volver a entrar en sí a los pensamientos dañados de la pelinegra, cuidando y resguardando sus emociones, porque a pesar de todo ella la amaba, y siempre la iba a cuidar.

La puerta de la habitación de la pelinegra se abrió causando que el japonés girara su torso colocándose de pie para observar el rostro enrojecido de su novia, la chica no fue capaz de verle manteniendo su cuerpo aferrado al de Seulgi. Minho mordió su lengua dando un paso sobre el escalón observando como ella alzaba su palma indicándole que se quedara en su sitio. Joy vio la forma en que Irene estaba observando al japonés, y supo que las cosas no saldrían para nada bien, rápidamente la pelirroja subió tomando el brazo de Seulgi para indicarle que debían salir de ahí, así que realmente no tardaron en resguardarse en la habitación de la mayor para no escuchar lo que sea que ellos tuviesen que hablar. Cuando el castaño quedó a solas con la muchacha el chico verdaderamente no fue capaz de evitar el subir las escaleras sintiendo su corazón estrujarse ante el rechazo de la contraria.

—¿Hice algo mal?—cuestionó confundido volviendo a estirar su mano para tocar el brazo de la muchacha sintiendo el fuerte latigazo del rechazo impactando con dureza sobre sus sentimientos—sea lo que sea, puedo mejorar—admitió queriendo sentir el contraste de su calor envolviendo su torso, pero ella estaba empeñada a no ser tocada por sus manos—Irene por favor.

—¿Nunca haz pensado que nuestra relación es toxica?—preguntó la muchacha intentando no llorar al ver como él sacudía su cabeza en negación—yo si—mintió sintiendo como sus barreras caían ante el suave tacto del japonés tocando sus mejillas acariciando su piel con intenciones de liberar las húmedas lágrimas que descendían constantemente.

—¿A que viene esto?—cuestionó confundido sintiendo como ella nuevamente se echaba hacía atrás rompiendo todo tipo de contacto con él—nos amamos Irene, ¿Por qué razón pensaría eso?—preguntó angustiado.

—¡Porque no te amo!—y quizás el hecho de pensar más de la cuenta, el de escuchar las palabras de su ex cuñado, y la forma en que Seulgi le había abrazado susurrando que ella no tenía la culpa le hicieron darse cuenta de cosas que no quería ver por si misma causando que ahora un japonés quedase estático en su sitio abrumado por aquella repentina confesión—y~yo... yo solo amo la sensación de sentirme amada por un hombre.

Minho frunció su ceño arrugando el puente de su nariz, sintiéndose completamente confundido por todo lo que estaba sucediendo, haciendo oídos sordos al hecho de que ella indirectamente estaba terminando con él.

—¿T~Tú q~qué?—cuestionó el japonés teniendo la necesidad de escuchar de nuevo, de entender por qué razón lo estaba soltando todo ahora y no antes de que él hubiese entregado su corazón.

—Creí que podría soportarlo, pero no puedo—admitió siendo la primera frase que hablaba con total sinceridad—eres un chico, y los chicos me lastiman.

—Yo no te lastimo—replicó Minho dando otro paso hacía adelante causando que ella retrocediera sintiéndose asustada por ver aun reacción negativa por parte del castaño—¿Qué hice mal? pensé que estábamos bien, mierda, Irene, ¿Por qué no lo hablaste antes?—hablaba con rapidez llevando sus palmas hacía su cabello despeinando aquella zona con tal de comprender de una vez por todas que había hecho mal—¿No fui suficiente? ¿Esa es la verdad?—cuestionó estirando aun de sus manos en un acto de instinto apretando quizás con mas fuerza de la necesaria el brazo de su pareja, mostrando una fase que no era parte de él, pero que asustaba a la pelinegra—¿Qué mierda te costaba decirlo antes? ¡Responde Irene!

Seulgi apareció empujando con fuerza el pecho del japonés estando apunto de golpear el rostro del muchacho. Minho al darse cuenta de la forma que había reaccionado no dudo en dar un paso hacía atrás avergonzado por la manera en que había perdido la cabeza siendo completamente incapaz de alzar su rostro para ver las facciones de su pareja.

—Terminamos—admitió la chica logrando romper el corazón del castaño, mientras que ella lloraba ante el vivido recuerdo de Suho golpeando su rostro cada vez que alzaba la voz; aquel "Responde Irene" había sido tan característico de él, que realmente no pudo evitar ver una parte de su ex novio en el menor—lárgate de aquí Minho, por favor, no vuelvas más—de manera camuflada le estaba pidiendo que se fuera del país, que hiciera lo que tanto Kai había estado intentando lograr.

El chico se largó del hogar de su ex novia sintiendo como las lágrimas se deslizaban con fuerzas por sus mejillas. Minho siguió de largo de su casa observando las luces encendidas del primer piso, pero no fue capaz de refugiarse en los brazos de Jihyo, de escuchar las palabras de su tío Daniel; estaba angustiado por la idea de haber cometido un error a pesar que ni siquiera era consciente de cuando aquello sucedió. El castaño caminó por un par de horas hasta llegar aun pequeño local, se adentró sin siquiera llevar dinero encima, tomó asiento sobre un taburete apoyando sus codos sobre la barra escuchando atento la música fuerte y los gritos eufóricos de las personas en general. Minho negó con su cabeza al ver como la chica que estaba atendiendo le hacía una señal de que si quería algo para beber, centrándose simplemente en sus delgados dedos que jugaban con el borde de la madera. 

Alguien se sentó a su lado, el castaño giró su rostro sorprendiéndose de ver a su hermano pidiendo algo para beber.

—¿Qué haces acá?—cuestionó Minho sorprendido manteniendo sus ojos fijos en la manera en que el chico tomaba entre sus dedos el cristal bebiendo con rapidez de su contenido.

—Te vi salir del hogar de Irene, ¿Todo bien?—preguntó notando como el japonés simplemente sacudía su cabeza en negación—¿Quieres beber algo?—cuestionó observando como este volvía a negar con su cabeza.

Minho no era bueno para beber, en realidad nunca en su vida se había emborrachado, y sabía que si lo comenzaba hacer ahora que estaba dolido terminaría cometiendo alguna estupidez como las que solía hacer su hermano mayor. El japonés observó con sorpresa como Kai comenzaba a fumar en el interior del amplio lugar, el chico negó con su cabeza al notar como este le brindaba un cigarrillo; tampoco había fumado, él era un chico bueno con el corazón destrozado. 

—¿Tuvieron una discusión?—cuestionó impulsando el humo de sus pulmones a través de sus fosas nasales, observando como su hermano menor simplemente asentía con su cabeza jugando con la yema de su dedo índice el borde de la mesa—¿Terminaron?—indagó de golpe observando como el chico asentía nuevamente con su cabeza mordiendo su labio inferior para no llorar—vaya mierda.

—No me ama—confesó el japonés llevando su mano libre hacía sus ojos limpiando la humedad que se había acumulado en estos—sino me quiso, ¿Por qué jugó así conmigo?—cuestionó observando como Kai se encogía de hombros apagando el cigarro sobre el pequeño cenicero.

—Las mujeres son una mierda—admitió el peligris tomando otro sorbo de su nuevo trago—cuando dejas de ser útil para ellas están terminan por  acostarse con la primera puta que ven, porque para ellas todos somos reemplazables—hablaba a través de su ira chasqueando sus dedos para llamar nuevamente la atención de la desconocida quien no tardó rellenar su vaso—y si son demasiados zorras te culparán... sí, eso harán.

—Irene no es así—replicó Minho queriendo defender a su ex novia notando la manera en que su hermano simplemente se reía sacudiendo su cabeza en negación cuestionandose en sus pensamientos si el chico era demasiado inocente o solo estúpido—solo... solo no estaba preparada para tener nuevamente otra relación.

—¿Eso te dijo? —cuestionó Kai comenzando a reír sintiendo como el alcohol ya estaba haciendo efecto en su sistema—Sana me lo dijo mientras gemía el nombre de su nueva puta—comentó sintiendo como la primera lágrima se deslizaba hasta su mentón—luche tanto por esa zorra, ¿Y así me lo pagó? para eso me hubiese casado con Rose... ahora mismo estaría en un maldito lugar de lujos y no perdiendo mi tiempo pensando en esa desgraciada.

Minho guardó silencio manteniendo sus ojos en el peligris notando la forma en que desbordaba su enojo y dolor. El japonés se sintió culpable; él se escapó y dejó todo atrás, hasta la forma en que su hermano había comenzando a vivir ante su ausencia.

—Eran amigas, ¿Puedes creerlo? tantas veces me dijo, Tzuyu es mi amiga, sería enfermo acostarme con ella Kai—continuó hablando mientras que repetía las palabras de su ex pareja. Rápidamente el chico volvió acabarse el vaso sacudiendo su cabeza en negación sintiendo como su sistema eran invadido por el alcohol—Irónico, ¿No mocoso? la puta se acostó con lo que consideraba enfermo—y lo dijo como chiste intentando no pensar en el hecho que aun le dolía la infidelidad que recibió—¿Quieres un consejo niño? ninguna de estas zorras vale la pena, porque primera teta o pene que vea te dejarán.

El castaño se inclinó tomando el brazo del mayor.

—Debes parar—pidió sintiendo como el peligris apoyaba su mejilla contra su hombro abrazándolo con fuerza mientras que las lágrimas se deslizaban por sus pómulos.

—Perdón—se disculpaba por romper la relación entre el castaño e Irene a pesar que el muchacho en cuestión pensara que se trataba por el hecho de que estaba bebiendo. Minho asintió con su cabeza siendo completamente ingenuo, apoyando su palma sobre la espalda contraria brindándole suaves caricias—te extrañe mucho...—admitió sintiéndose un ser repugnante por causar otro dolor en el menor—Minho no puedo volver a corea sin ti.

El japonés se quedó en silencio siendo consciente que no podría decirle que volvería con él, porque realmente no se atrevía a regresar.

Cuando llegaron al hogar de los Kang, todo estaba ya completamente a oscuras, el chico subió con esfuerzo a su hermano hasta su habitación recostando el cuerpo casi inerte de Kai quitandole sus zapatos y abriendo los botones de sus pantalones y chaqueta para que tuviese mas comodidad para poder descansar. Minho salió de su habitación caminando hacía el baño que estaba en el pasillo queriendo hacer sus necesidades, pero las palabras de Jihyo lograron quedarse quieto en su sitio sintiéndose avergonzado por escuchar la conversación ajena.

—Te despidieron Daniel, nada esta bien—aclaró Jihyo escuchándose angustiada—vamos a tener un bebé, y el tratamiento de Minho es caro, ¿Cómo pagaremos todo?—cuestionó causando que el castaño se quedara completamente petrificado en sus sitio dándose cuenta que estaba siendo un gasto muy grande para ella.

—Todo saldrá bien, lo vamos a solucionar—respondió el hombre con calma.

—No, Daniel, Dios, madura—y ella estaba estresada intentando pensar con claridad mientras que, sin siquiera darse cuenta lastimaba a su marido—el tratamiento de Minho es caro, y para estados unidos sigue siendo legalmente una chica así que no puede trabajar, y Akira... ese maldito bastardo a quitado los fondos de la visa así que él no podrá costear sus tratamientos por su cuenta—admitió al recordar la llamada de su hermano mayor, la forma en que le había comentado que se había enterado, y que ahora en adelante tendrá que hacer todo lo que él quiera con tal de que Minho vuelva—lo quiere de vuelta, es mi niño, no lo regresaré.

—Quizás es lo mejor—susurró Daniel causando que el castaño tragara saliva abrumado por lo que estaba escuchando—No me malinterpretes, Sehun y Wonyoung son muy pequeños aun, y ahora estamos esperando un bebé, no tenemos los medios de poder estar encontrar de Akira... aunque no lo aceptemos él es igual a Sachiko—admitió provocando que Minho asintiera con su cabeza siendo consciente de aquello—amor... tu y yo sabemos de lo que él es capaz, tiene los medios y contactos más que suficiente para arrasar con toda su familia y yo no estoy dispuesto a permitir que algo le suceda a mis hijos.

Minho no fue capaz de seguir escuchando, el chico perdió hasta las ganas de querer orinar, así que simplemente se devolvió con rapidez encerrándose en su habitación con su respiración agitada y sus ojos envueltos entre las lágrimas; su felicidad se había venido a bajo, permitiendo que el dolor tan conocido volviese a resurgir ante la simple idea de que volvería a corea.

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