Consulta medica.
Narrador omnisciente;
Minho tardó un par de semanas en poder acostumbrarse a su nueva vida lejos de corea y de todo lo que realmente le importaba, el muchacho estaba haciendo un verdadero esfuerzo por hablar y demostrar como se sentía; sin siquiera darse cuenta su tía había tomado un rol muy importante en su vida, brindándole ese cariño y preocupación que solo una verdadera madre podría ofrecer. Sehun y Wonyoung lentamente estaban tomando el papel de sus hermanos pequeños; ellos no podían hacerse una idea de lo mucho que Minho apreciaba el hecho de que le preguntaran siquiera como había amanecido, una pregunta tan simple para tantas personas, pero tan importante para el castaño que, los primeros días no había podido evitar el llorar en silencio abrumado por el cariño que solo había sido capaz de sentir por parte de Kai. Minho se sintió apenado en el instante que hizo llorar a Jihyo y como su esposo le había acompañado en el llanto, se sentía frustrado ante la forma en que las personas solían quebrarse cuando contaba lo que había vivido, y le daba miedo, no lo iba a negar, le aterraba el pensar que ella le pudiese tener lastima.
Jihyo había buscado entre sus contactos la forma de poder llevar al castaño de una vez por toda aun endocrinólogo. Ahora, Minho se encontraba sentado frente un amplio escritorio, el muchacho estaba de los nervios y el sudor de sus palmas le indicaban que aquello era correcto. El castaño tragó saliva manteniendo sus ojos fijos en la manera en que el hombre rellenaba un par de papeles y ordenaba otro par intentando dejar todo listo para las preguntas que se le avecinaban al menor. La mayor estiró su brazo acariciando el cabello del castaño; Jihyo había sido muy amable con él en el instante que aceptó el ingresar a la habitación acompañándolo en ese terrorífico momento, porque Minho no lo iba a negar, le asustaba el ser consciente que ya no había marcha atrás, su cambio comenzaba desde ahora.
Minho mordisqueó su labio inferior manteniendo sus ojos fijos en la manera en que el doctor terminaba por ordenar enderezando su espalda para entrelazar sus dedos por sobre la mesa. El hombre alzó su mentón posando sus castañas orbes en aquel rostro que desbordaba pavor.
—Me presento, mi nombre es Shin Donghee, y soy especialista en hormonas—aclaró un punto obvio manteniendo sus ojos fijos en la manera que el castaño posaba su mirada en diferentes puntos de su habitación menos en su perfil—¿Tu nombre es Minho, no?—cuestionó queriendo llamar su atención. Cuando el mencionado le escuchó no dudó en asentir con su cabeza viendo como él se inclinaba tomando un pequeño papel—bueno... mira, antes de comenzar cualquier tratamiento con testosterona, necesito que te hagas unas pruebas físicas, sanguíneas, y psicológicas—comentó mientras que veía como el muchacho asentía con su cabeza—si el caso es que sí, efectivamente estas preparado para el cambio de genero, te hablaré de las posibilidades que tienes para sentirte más cómodo contigo mismo, desde la mastectomía hasta la faloplastias, ¿Comprendes?
El castaño mordió el interior de su mejilla para luego simplemente asentir con su cabeza.
—Lo hago—respondió ansioso sintiendo como su tía envolvía su palma sobre la suya apretando aquella extremidad para brindarle seguridad.
El hombre sonrió agachando su cabeza para comenzar a escribir un par de palabras en una hoja en blanco. Al terminar inclinó su torso para entregar el papel al castaño que no tardó en sostenerlo entre sus dedos sintiéndose eufórico por la sobrecarga de información que estaba sufriendo su mente.
—Si comienzas el tratamiento con la testosterona tienes que tener en cuenta que, no podrás dejarlo porque tu cuerpo nuevamente va a producir progesterona y todo tu esfuerzo no hubiese valido realmente la pena—aclaró queriendo que el muchacho fuese consciente de la responsabilidad que conllevaba comenzar el proceso de hormonación.
—Entiendo—respondió Minho de manera sincera observando como el doctor volvía a sonreír sintiéndose ligeramente más aliviado.
—En ese papel he escrito un par de nombres para el tema de tu tratamiento psicológico—aclaró notando como el muchacho se tensaba por completo—oh... no te lo tomes personal, es un proceso rutinario, debemos asegurarnos que el paciente esta consciente de lo que realmente quiere—intentó aclarar aquel hecho para no incomodar al japonés —también esta escrito los exámenes que necesito; tanto físico como sanguíneos, si gustan pueden hacerlo ahora mismo en el piso seis—comentó observando esta vez a la mujer que estaba acompañando al castaño—¿Usted es su madre?
Minho sintió como su caja torácica se estrujaba ante la pregunta; él realmente no pudo evitar el sentirse mal al imaginarse un mundo paralelo, donde su madre si lo apoyaba, si lo quería.
—Soy su tía, y lo acompañaré en todo el proceso—afirmó queriendo brindar seguridad en el silencioso japonés.
Donghee simplemente elevó sus comisuras sintiéndose incómodo.
—Eso es genial—comentó sin saber que más decir, con rapidez posó su mirada en el rostro del castaño observando como este miraba sus manos—¿Tienes alguna duda?—cuestionó.
—¿Existe la posibilidad de operar... Los senos antes de comenzar el tratamiento?—preguntó anhelando poder escuchar un sí por parte del contrario.
—Se puede... pero no es lo recomendable—aclaró acomodándose en su asiento para explicar bien la situación—tu cuerpo sigue produciendo progesterona, ¿entiendes esa parte verdad?—cuestionó observando como el muchacho simplemente asentía con su cabeza manteniendo sus ojos fijos en su persona—bien... la operación es muy invasiva, si comienzas con el tratamiento cabe la posibilidad de que tu busto se reduzca... no de una manera exagerada, pero si algo más conveniente para que la operación sea lo más rápido, segura y cómoda para ti—admitió—pero si realmente no puedes vivir con esa parte femenina, te podemos operar.
—Prefiero esperar—admitió Minho siendo consciente que ya había aguantado de todo, así que el hecho de tener que esperar un poco más no le importaba en realidad.
Luego de un par de minutos donde el doctor respondió cada duda que le surgieron al castaño como también a su tía ambos terminaron por despedirse del amable hombre, sin antes agendar una nueva hora para ver como iban a seguir con el tratamiento del japonés. Minho salió de esa habitación en un completo silencio, el muchacho caminó con sus manos introducidas en el bolsillos delanteros de sus pantalones mientras que escuchaba la emoción en las palabras de Jihyo, por costumbre el japonés asintió con su cabeza y sonrió en más de una ocasión queriendo actuar con normalidad, pero en el instante que llegaron al estacionamiento y su trasero tocó el asiento del copiloto realmente no fue capaz de detener las lágrimas que habían estado amenazando desde que habían ingresado en el elevador. Minho llevó sus palmas contra su rostro sollozando con todas sus fuerzas causando que, Jihyo completamente asustada se intentara acercar hacía su cuerpo envolviendo con cuidado sus muñecas en un vano intento por ver su rostro lloroso queriendo comprender que había hecho para causar su dolor.
—¿P~Por qué lloras?—jadeó la mujer logrando ver las mejillas humedecidas del contrario, y como de estas continuaban deslizando sus lágrimas.
—Porque desearía que usted fuese mi madre—admitió Minho avergonzado a la vez que limpiaba su húmeda piel queriendo borrar todo rastro de su llanto—...—tomó grandes bocanadas de aire sintiendo como su tía tan solo lo abrazaba acariciando su nuca en forma de protección—gracias—lo soltó con un grado de sinceridad que Jihyo sintió como las palabras habían quedado atrapadas en su garganta.
Mientras tanto Kai, Sana y Jackson estaban observando como Nayeon por primera vez estaba sonriendo acompañada de una chica de cabello rubio. Los tres muchachos habían ido a comer cuando se toparon con la presencia de la coreana, Sana fue la primera en reaccionar tomando la mano de su novio para alejarlo del campo de visión de la ahora pelirroja muchacha causando que el mal tercio de Jackson no tardara en seguirlos confundido por la actitud de la chica.
—¿Qué se supone que estamos viendo?—cuestionó el muchacho de ahora cabello negro colocando su mano sobre la parte trasera del asiento que habían utilizado en modo de escondite, mientras que Kai se había quedado viendo el perfil serio de su novia, sintiéndose fascinado por su belleza.
—A tu hermana intentando olvidarse de Minho—aclaró Sana causando que ambos muchachos jadearan sorprendidos colocando toda su atención en la forma en que la desconocida deslizaba su palma por sobre la mesa tomando la mano de la pelirroja.
—Pero mi hermano la debe seguir amando, solo han pasado un par de meses—comentó Kai asustado por lo que aquello conllevaba; Él realmente no sabía si Minho iba a estar bien con la noticia de Nayeon siendo feliz con alguien más.
—Tres años y un par de meses—replicó Jackson sintiéndose confundido por toda esa información—Kai... mi hermana sufrió mucho, y Minho ahora mismo debe estar siendo feliz en estados unidos—aclaró un punto que el mayor realmente no había pensado—¿No consideras correcto que Nayeon intente hacer lo mismo?
Kai guardó silencio siendo incapaz de replicar; él era consciente que no tenía derecho de hablar, ni siquiera de refutar sus palabras diciendo que Minho había sufrido en esos tres años, porque sabía que Nayeon tampoco lo había pasado bien. Sana era la única que estaba prestando atención a las interacciones de la extraña con la coreana, se sintió ansiosa de ver como la chica ejercía las misma maniobras que había hecho su novio con tal de conquistarla.
—Creo que se van a besar—comentó la pelirosa apoyando sus codos sobre el borde del asiento sintiéndose emocionada por ver como la coreana iba por fin superar la idea de estar separada con el japonés.
Y ahora los tres muchachos estaban viendo como la misteriosa rubia se inclinaba intentando recortar la distancia que le separaba del bonito rostro de la coreana. Jackson y Kai hicieron una mueca de dolor ante la forma en que Nayeon había girado su perfil causando que los labios de la contraria se posaran sobre su mejilla.
—Auch—exclamaron a la vez, sintiéndose apenados por ver como otro soldado había caído en la zona de amigos—friendzone—comentaron a coro causando que Sana les diera un golpe contra sus hombros queriendo enfocarlos nuevamente en el hecho de que Nayeon no había sido capaz de besar a otra persona.
La pelirroja se levantó de su asiento negando con su cabeza mientras que la chica simplemente se había quedado sentada en su sitio manteniendo sus ojos fijos en la forma en que la coreana había huido; sin poder creer que, efectivamente le habían rechazo en público. Cuando Nayeon llegó a la exterior del centro comercial no pudo evitar el llorar en silencio sintiéndose molesta consigo misma al percatarse que no era capaz de besar a otra persona; a pesar del tiempo aun no se sentía preparada para dejar ir al castaño de su corazón.
Jihyo mordisqueó su pulgar observando como Minho se estaba desnudando frente a una doctora; luego del llanto que ambos tuvieron en el estacionamiento, ella había tomado la decisión de llevarlo de inmediato a realizar los exámenes más fáciles para dejar el tema del psicólogo para al final. La mujer no supo como reaccionar en el instante que notó los rastros que dejaron el tiempo en que Minho había estado viviendo un infierno, cada pedazo de piel que conformaba su delgada espalda estaba marcada por finas líneas o figuras que indicaban un evidente maltrato por parte de su ex novio y de su propia madre. El japonés ni siquiera se sorprendió al escuchar el jadeo de sorpresa por parte de la doctora, ni tampoco cuando se subió a la balanza metálica viendo como los dígitos habían subido hasta quedar estancados en el número 43 Kg, muy por debajo de su peso ideal.
—Oh—la mujer estaba sorprendida, con rapidez le entregó una bata al castaño queriendo cubrir las marcas en su piel—toma asiento—pidió indicando que el japones junto con su tía se sentaran frente al escritorio—tenemos un problema.
—Lo sé—respondió Minho avergonzado por lo delgado que estaba.
—Mides 1,72... tu deberías estar pesando 53 kg por lo mínimo—aclaró sintiéndose verdaderamente asustada por la posibilidad que, el poco peso de su paciente fuese a peor—te dejaré con una dieta hipercalórica para que puedas subir de peso hasta llegar a lo ideal—comentó comenzando a escribir una hoja todas las comidas que debería tener el muchacho—también te haré un examen de sangre para descartar anemia.
Minho miró completamente asustado a su tía temiendo el estar gastando demasiado dinero por todo sus problemas, pero a la mujer en esos instantes realmente no le importaba el costo de las cosas; ella solo quería que su sobrino estuviese sano y feliz.
Luego de que el castaño hubiese sido pinchado, revisado, puesto con estrictas dietas y suplementos, ahora se encontraba ingresando en su nuevo hogar sintiendo como su corazón revoloteaba de felicidad al ver que, Wonyoung había sido la primera en acercarse abrazando sus piernas con fuerza ante lo mucho que le había echado de menos.
—No lo molestes Wonyoung, Minho esta cansado—aclaró su tío causando que el castaño simplemente apretara sus labios negando con rapidez.
Minho no pudo evitar el recordad a sus padres con aquellas palabras; ellos también solían alejarlo de Kai cuando este llegaba de su partido de fútbol. El castaño mordisqueó su labio inferior acariciando el cabello de su prima ante el hecho de que extrañaba demasiado a su hermano mayor, y no es que fuese mal agradecido respecto al cariño que la familia Kang se había esmerado en brindarle, simplemente no podía reemplazar el amor de su hermano, por nada del mundo.
El japonés observó a su tía sintiendo la necesidad de pedirle un favor.
—Jihyo—la llamó con suavidad causando que la mujer alzara su mentón para verle esperando a que él continuase con su frase—¿Tiene el número del teléfono de mi padre?—y aquella pregunta ella jamás se lo esperó, como tampoco su esposo ante la forma en que ambos se le habían quedado viendo.
—Ten—habló Jihyo entregando su teléfono móvil.
Minho tardó unas buenas horas el poder contactar con su padre, pero cuando lo logró no pudo evitar el llorar suplicando para que este le diese el número de su hermano mayor; al principio se negó aclarando que Kai estaba bien sin él, y hasta se tomó el el derecho de opinar que, solo su llamada iba causar que su hermano nuevamente decayera en esa tristeza que él le había dejado ante su partida, pero el castaño de todas formas se arriesgó y ahora no sabía que hacer al ver entre sus dedos el papel que contenía el número de su hermano.
Nayeon estaba riendo sosteniendo el teléfono de Kai mientras que gravaba la forma en que el muchacho junto con su hermano intentaban ingerir la mayor cantidad de dulces. Jackson había enrojecido mientras que la saliva se deslizaba entre sus comisuras, la falta de aire era notoria entre ambos muchachos, pero su estupidez por querer ganar aquella imaginaria competencia los mantenía firmes.
—No puedo creerlo—comentó la pelirroja mientras que continuaba riendo por la manera asquerosa en que ambos chicos seguían llenado sus mejillas.
—Con 19 y 20 años... y aun se comportan como niños—aclaró Somin quien veía sentada en el taburete de la cocina acompañada por su esposo como sus hijos estaban intentando ganarse entre sí.
La pelirroja frunció su ceño al ver como la pantalla había quedado en negro deteniendo por completo la grabación, confundida volvió a colocar el aparato en vertical sorprendiéndose de ver como un dígito desconocido iluminaba el objeto indicando la llamada entrante.
—Kai, te esta llamando un número desconocido—comentó la coreana alzando su mentón para ver como el muchacho le hacía señas para que contestara, mientras que él y Jackson se giraban comenzando a escupir sobre el pequeño lavamanos los dulces que habían mantenido retenido. De forma obediente la coreana deslizó su pulgar por la pantalla llevando el aparato contra su oreja—¿Sí?
Y Minho quedó completamente paralizado de escuchar la animada voz de Nayeon desde el otro lado de la llamada, mientras que sus primos reían por la manera en que su padre imitaba a su esposa.
—¿Quién es?—cuestionó la pelirroja frunciendo su ceño al oír risas del otro lado—si es una broma para Kai, déjame decirte que no te salió muy bien—aclaró irritada observando como el mencionado giraba su rostro para verla de manera confusa.
El japonés tragó saliva sintiendo sus palmas sudar; la estaba escuchando, por primera vez luego de tres años estaba escuchando su voz.
—¿N~Nayeon?—susurró Minho casi con un hilo de voz causando que, desde el otro lado de la llamada una sorprendida coreana se trapicara con su propia saliva comenzando a toser ante la sorpresa que le había causado la voz del muchacho.
Jackson fue el primero en socorrer a su hermana dándole pequeñas palmadas a su espalda mientras que veía con preocupación como la chica enrojecía tomando grandes bocanadas de aire para poder tranquilizar su tos como también su corazón. Cuando Nayeon se sintió más calmada no pudo evitar el mirar el teléfono para asegurarse que, efectivamente había escuchado bien. Con sus manos temblorosas y el pánico de haber oído mal, la chica relamió sus labios volviendo a posar el aparato electrónico contra su oreja.
—¿Minho?—cuestionó la pelirroja causando que todos los presentes colocaran sus ojos en su personas sorprendidos por el nombre que había utilizado sin llorar como lo había hecho tantas veces en el pasado.
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