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Conflicto

Narrador omnisciente:

Minho se encontraba sentado en el sofá principal sintiendo sus hombros tensos; su madre no había intentado herirlo a pesar de lo sucedido, sorprendentemente la mujer se mantuvo serena al día siguiente, obviamente no lo miró, ni siquiera se disculpó, pero aquello para el castaño era una clara señal de que algo malo estaba apunto de suceder. El japonés tragó saliva deslizando sus palmas alrededor de sus muslos cubiertos por la tela de sus pantalones, el chico estaba demostrando el evidente nerviosismo que se acumulaba en su piel, y es que no podía evitarlo, la manera en que su madre le había mencionado que habría reunión familiar, y el incomodo silencio en que Kai se había estado manteniendo en todo ese instante, solo estaban provocando que las inseguridades y el temor de ser herido nuevamente se deslizara por su columna vertebral.

Su madre ingresó a la habitación manteniendo un semblante sereno mientras que su mentón en todo instante se mantenía alzado. Los ojos de aquella mujer se posaron en el perfil del castaño, por un par de segundos lo analizó permitiendo que el menor solo fuese capaz de ver la decepción en aquel par causando que tuviese que agachar su mirada avergonzado. Rápidamente su progenitora tomó asiento en el sofá más amplio de la habitación subiendo una de sus piernas por sobre de su muslo mientras que su espalda se mantenía completamente recta dándole ese aire que solía intimidarlo por completo. Minho tragó saliva moviéndose en su asiento al oír los pasos de su progenitor, el muchacho juntó sus palmas entre sus muslos a la vez que giraba su rostro para observar como el hombre mayor se tomaba un par de segundos dudando en donde iba a tomar asiento; para la sorpresa de Minho su padre terminó por compartir el asiento junto con el silencioso pelinegro que estaba con su cabeza agachada viendo con su mirada el borde de sus zapatos. 

La repentina acción de Akira había logrado confundir al castaño quien, simplemente había tomado la decisión de guardar silencio siendo capaz de sentir como sus vellos se erizaban ante la manera en que su padre estaba viendo a su esposa.

—Mina—la mujer le nombró de manera tosca rompiendo por completo el silencio que había estado envolviendo la habitación, rapidamente arregló su ropa ignorando de forma olímpica el rostro del intimidado castaño—hemos llegado a un acuerdo con tu padre.

—Claro que no—con rapidez respondió Akira soltando sus palabras en un fuerte gruñido que hizo que hasta Kai sintiera su piel erizarse; la ira fue notoria para el castaño quien, asustado simplemente intentó tragar el nudo imaginario que se había alojado en su garganta, negándose a la idea de llorar del solo temor que le estaba causando aquel ambiente. 

Sachiko jamás admitiría que el tono que su esposo empleó le había asustado por completo. Con aires de seguridad la mujer tragó saliva girando su rostro para centrar su mirada en las facciones de su hijo menor, intentando emanar todo el odio que le tenía al castaño. 

—La familia Hwang ha brindado la oportunidad de que tengas un departamento con Hyunjin—lo soltó con alegría causando que Kai sintiera como su respiración había quedado atrapada en su garganta comenzando a toser mientras que el castaño simplemente se había quedado tenso por aquella noticia sintiendo sus músculos contraerse ante cada intento que realizaba por poder moverse.

—¿Q~Qué?—cuestionó el mayor luego tranquilizar su tos. El chico tomó grandes bocanadas de aire sintiendo como sus ojos comenzaban a arder ante el cúmulo de lágrimas que se habían alojado ante aquella peligrosa zona de su mirada—...—se tomó su tiempo tragando saliva  para aliviar el dolor de su garganta, con rapidez sacudió su cabeza mientras que era capaz de sentir el agudo dolor que estaban causando sus cortas uñas sobre la piel de sus palmas—...—giró su rostro elevando una de sus manos para presionar su dedo índice sobre el pecho de su progenitor viéndolo con ira, con una rabia tan palpable que hasta Sachiko fue capaz de notar su furia—¡Tú me dijiste que se iría donde nuestros tíos y que podría ser feliz ahí!—aclaró.

En un impulso de desesperación tomó la camiseta de su padre y lo obligó a colocarse de pie enfrentándolo con sus ojos irritados por culpa del llanto que se avecinaba. El pelinegro sollozó con un dolor tan grande que hasta su propia madre logró sentir su piel erizarse por el sonido que había desprendido de su garganta. Rápidamente Kai elevó su puño golpeando con todas sus fuerzas sobre la quijada de su progenitor causando que el hombre cayera contra el sofá mientras que sus nudillos habían comenzado arder por culpa de la fricción que ambas pieles causaron.

—¡Maldito cabrón!—lo insultó a la vez que su madre tan solo lo veía en un completo silencio analizando su comportamiento—¿Quieres ver a tu hijo muerto?—cuestionó asustando por completo al castaño quien, tan solo fue capaz de sentir como sus músculos se contraían del solo pensamiento de estar sin vida—ese hijo de puta lo matará...—admitió llevando sus dos palmas contra su rostro limpiando con fuerza sus mejillas en un vano intento por desaparecer la evidente humedad que cubría su piel—¿A caso no te importa?—preguntó con un hilo de voz queriendo oír una respuesta por parte del contrario.

Akira se mantuvo en un completo silencio llevando una de sus manos hacía la zona del golpe acariciando con las yemas de sus dedos su nueva herida, mientras que sus ojos rebosando en sorpresa observaban como el mayor despeinaba su cabello ante la frustración que todos esos acontecimientos habían logrado consumir sus pensamientos. Kai comenzó a caminar de un lado hacía el otro manteniendo su respiración agitada y su mirada perdida en un punto fijo de la habitación.

En cambio Minho se mantuvo en silencio sintiendo como, la valentía que en algún momento había demostrado poseer se había esfumado por completo dejando la imagen de una persona rota y devastada, sin ánimos de seguir luchando, de mantenerse con la esperanzada de que todo iba a mejorar.

—Minho no vivirá con ese monstruo—aclaró Kai luego del silencio prolongando en que se había estado manteniendo la habitación. El muchacho por instinto caminó hasta el castaño colocándose delante de él para protegerlo como no había sido capaz de hacer con anterioridad—Sachiko—por primera vez le había llamado por su nombre, siendo lo suficientemente frío y tosco para causar la sorpresa en la mencionada quien, no había dudo en alzar su mentón para mirar de manera desafiante al mayor de sus hijos—él no se irá a vivir con ese hijo de puta, no lo permitiré—aclaró observando cómo la mujer tan solo sonreía divirtiéndose por completo ante sus palabras.

—No puedes impedirlo—le aclaró con calma—Mina es menor de edad, y para los ojos del estado nadie más que yo y su padre tenemos el derecho de que hacer con ella—comentó girando su rostro para observar como su esposo estaba dispuesto en hablar—y tu, aunque me pidas el divorcio jamás tendrás sus custodias—afirmó causando que el hombre apretara sus labios mientras que el mayor de sus hijos veía con sorpresa lo relajada que estaba su madre—...—suspiró siendo consciente que estaba manteniendo el control de la situación. Sin dudarlo colocó toda su atención en el silencioso castaño quien, por instinto había agachado su rostro queriendo esconderse de esa fría mirada—prepara tus maletas, él vendrá a buscarte.

Minho mantuvo sus ojos fijos en el suelo, sintiendo como sus pensamientos no dejaban de gritarle que aquello estaba mal; que todo se iba ir a la mierda si vivía con su ex novio.

—N~No puedo—susurró el muchacho sintiendo como su garganta se apretaba y las lágrimas se deslizaban por sus mejillas—n~no—lloró en un completo silencio intentando mantenerse calmado, pero le era imposible; no podía dejar de pensar que el vivir con Hyunjin terminaría por matarlo.

Su madre suspiró sintiéndose irritada por la negación en su hijo menor. Rápidamente el muchacho se puso de pie tragando saliva a la vez que sentía como sus pulmones comenzaban a cerrarse; estaba entrando en pánico. Kai al percatarse del mal estado en que Minho había quedado ante la noticia no dudó en girar sobre sus talones para presionar sus palmas sobre los delgados hombros del contrario queriendo tranquilizarlo. 

—No irás con él—habló Kai a la vez que el castaño negaba con su cabeza golpeando sus antebrazos para alejar su tacto de su cuerpo. 

El castaño alzó su mentón tomando grandes bocanadas de aire mientras que el calor de sus lágrimas comenzaban a quemar sus mejillas. Con rapidez elevó sus palmas limpiando la humedad de su llanto para demostrar de una vez por todas lo cansado que estaba por las ordenes de aquella mujer.

—No iré—y la firmeza en sus palabras había logrado causar que su madre alzara su mentón observándolo de forma calmada—prefiero estar muerto que convivir con él—aclaró siendo lo suficientemente sincero para asustar a su padre y hermano. 

—Ni siquiera eres capaz de defenderte, y serás capaz de matarte—se burló su progenitora con una crueldad que había logrado lastimar el corazón del castaño—deja de victimizarte, y haz lo que te he ordenado—habló con la misma fuerza de siempre sintiéndose sorprendida de notar como Minho se había manteniendo recto; demostrando que ya no le tenía miedo.

—No—repitió observando como su madre daba un paso hacía su dirección causando que Kai se mantuviera adelante de su cuerpo protegiéndolo—me cansé de hacer todo lo que tu quieres—habló con dureza sintiendo como su hermano mayor tomaba de su mano ejerciendo presión sobre aquella extremidad sin llegar a lastimarlo—no soy como tu, no haré todo lo que tu madre te obligaba hacer por temor a salir lastimado—fue un golpe bajo, pero lo suficientemente detonante para hacerla enfurecer. Por instinto intentó dar un paso hacía atrás sintiendo el borde del sofá tocando la parte interna de sus rodillas advirtiéndole que, si intentaba nuevamente el retroceder iba terminar por caer sobre aquel objeto—¿Me golpearás? hazlo, no me importa, pero mi decisión esta tomada—confesó—no me iré con Hyunjin, punto final.

Un incomodo silencio se formó en la habitación, su padre lentamente se levantó del sofá manteniendo aun su mano sobre su quijada mientras que se quejaba mentalmente por la fuerza que el mayor de sus hijos había utilizado para golpearlo. En cambio su esposa se quedó completamente tensa sintiendo su sangre hervir de la ira; no dijo nada por los primeros minutos, tan solo la fuerte respiración que estaba ejerciendo se lograba oír de vez en cuando. Minho tragó saliva a la vez que era capaz de sentir sus manos temblar producto de los nervios y la adrenalina por todo lo sucedido. 

 —Bien—fue todo lo que respondió Sachiko.

Completamente confundidos Kai y Minho observaron como la mujer caminaba en dirección de la salida de aquella habitación manteniendo su teléfono en mano. El castaño tragó saliva asustado por el repentino cambio de actitud que la mujer había empleado, logrando erizar los vellos de su nuca por la posibilidad de que estuviese planeando algo para lastimarlo. 

Akira caminó con temor hacia sus hijos observando como el primero en reaccionar había sido el pelinegro tomando un actitud posesivo ante el cuidado del menor.

—Un paso atrás—ordenó el muchacho viendo como el hombre alzaba sus palmas queriendo demostrarles que no tenía intensiones de lastimarlo—no te acerques a él.

—Solo quiero disculparme—admitió Akira deslizando su mirada del rostro del pelinegro para centrarse en aquel par afligido que rebosaban los ojos oscuros del menor de su hijos—M~Minho... y~yo nunca quise que esto sucediese.

—¿Y que esperabas que sucediera?—cuestionó el castaño soltando toda la valentía que intentaba mantener en su sistema—¿Pensaste que todo saldría bien? ¿Qué yo estaría bien?—preguntó con ironía mordiendo el interior de su mejilla al finalizar su duda para evitar que las lágrimas que amenazaban con salir lograsen su cometido—tu y esa mujer son los principales responsable que yo me odie.

El hombre entreabrió sus labios sacudiendo su cabeza en negación.

—Cuando Minho cumpla su mayoría de edad, nos iremos de esta casa, y ni tu... ni Sachiko podrán interponerse—aclaró Kai para luego simplemente girar sobre sus talones tomando el brazo del castaño—vamos a dar un paseo—comentó con suavidad caminando junto con Minho en dirección de la salida dejando a su silencioso padre con las palabras en la boca.

Se mantuviera fuera de su hogar por un par de horas, Kai en todo momento intentó mantener sereno al castaño, aunque era notorio el hecho de que el muchacho por su mente había sacado demasiados conclusiones para poder concentrarse en una sola, Minho intentaba no preocupar a su hermano mayor, porque era consciente que él ya debía estar lo suficientemente cansado para lidiar con sus problemas internos. Sin siquiera darse cuenta, ambos estaban de pie frente al hogar de los Im, el pelinegro con tranquilidad tocó la puerta sabiendo que una coreana en particular iba estar feliz de ver a su hermano menor.

Minho en cambio estaba de los nervios; él simple hecho de recordar que le había comentado a Nayeon aquellas palabras con tanto sentimientos de por medios lo hacían sentirse incomodo y cohibido. El señor Im abrió la puerta sonriendo al ver al par Myoui de pie fuera de su hogar, con rapidez el hombre los hizo pasar indicándole con el simple movimiento de sus manos que Nayeon y Jackson se encontraban en la habitación principal. El castaño tragó saliva sintiendo su piel erizarse, se intentó mantener sereno a pesar que a simple vista aquel intento estaba siendo un completo fracaso. Kai mientras tanto posó su palma sobre el hombro ajeno brindándole apoyo emocional.

—Solo es Nayeon, no te morderá—comentó el mayor con diversión observando como el castaño simplemente asentía con su cabeza.

—Solo es Nayeon—repitió Minho intentando mentalizarse.

Con rapidez ambos ingresaron al lugar sintiendo como el castaño se paralizaba observando como la pelinegra y su hermano menor estaban siendo acompañados. La chica rapidamente giró su rostro dejando el mando de juego sobre la mesa, Nayeon sonrió con alegría al ver a Minho de pie acompañado por Kai, pero el contrario no pudo devolverle aquel gesto, ya que sus ojos estaban fijos en el infiltrado. 

—Mina—saludó Woojin manteniendo una sonrisa jovial, intentando no demostrar lo nervioso que estaba por el hecho de que el contrario podría comentar lo sucedido en la fiesta donde su mejor amigo cometió aquel desagradable suceso contra el cuerpo ajeno—te ves bien.

El castaño velozmente se acercó a Nayeon tomando con fuerza de su brazo, de manera brusca alejó a la joven del invitado causando que esta lo mirase de manera confundida.

—No te acerques—gruñó Minho, a la vez que, de manera posesiva envolvía sus brazos alrededor de la cintura de la coreana—te mataré si la tocas—le amenazó manteniendo sus ojos fijos en la forma en que el contrario tan solo alzaba sus palmas sonriendo de forma nerviosa.

—¿Me explican que esta sucediendo?—cuestionó el señor Im en el instante en que escuchó la manera en que el castaño se había expresado mostrándose en todo momento tenso y asustado por la presencia del invitado de sus hijos.

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